Mateo 10:5 – “A estos doce envió Yeshua después de instruirlos, diciendo: No vayáis por el camino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos, sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel”
Hechos 8:25 – “Y ellos, después de haber testificado solemnemente y hablado la palabra del Dios, iniciaron el regreso a Jerusalem anunciando el evangelio en muchas aldeas de los samaritanos”
Encontramos estos versos con aparente contradicción:
¿Se contradijo el Mesías o desobedecieron los discípulos?
Juan 17:8 – “Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo”
Para entender esto, debemos conocer la expresión halájica, (originada en La Torah).
“…Bejokotejem lo teleju: no andar por caminos de gentiles…”
Ciertamente no andar en caminos de gentiles no se refiere a una situación geográfica, sino a la necesidad de no involucrarse en las costumbres, prácticas o creencias religiosas de las naciones en las cuales nos toca vivir en el exilio provisional que estamos pasando.
Estas prácticas aplican especialmente a las “jukotejem”, o costumbres religiosas y sobre todo a las que nos puedan conducir a la idolatría o violación de un mandato de Torah.
Vemos a Daniel, a José, y otros personajes bíblicos justos adaptando sus vidas a los sistemas de las naciones en las cuales les tocó vivir, siempre y cuando no involucrara jukotejem.
Debemos tener discernimiento para no causar una separación innecesaria que nos aísle de las personas a las cuales debemos llevar el Evangelio, y que nos impida cumplir esa misión.
A eso se refería El Mesías cuando dijo:
Juan 17:15 – “No te pido que los saques del mundo, sino que los apartes del mal”
Ése es un buen punto de vista.
Pero harta ahí.
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