La esperanza mesiánica del Génesis: el protoevangelio y las promesas patriarcales

En Génesis 3:15, el Señor anuncia la futura llegada de una «simiente» (זֶ֫רַע) que herirá la cabeza de la serpiente. Mientras que muchos han considerado durante mucho tiempo este versículo como el protoevangelio, o el primer evangelio, otros se han apresurado a dudar de su intención «mesiánica». Sin embargo, cuando se examina Génesis 1-3 en contexto, una expectativa anticipatoria emerge como la opción más viable. Además, una vez que el intérprete entiende la promesa que Dios le dio a Abraham con respecto a su «descendencia» (22:17-18) como una alusión contextual a 3:15, queda claro que este versículo es la fuente de la esperanza anticipada del Antiguo Testamento. Por lo tanto, aunque el libro del Génesis no utiliza ni el sustantivo מָשִׁיחַ ni el verbo מָשַׁח para referirse a este individuo venidero, debido a la esperanza anticipada que se encuentra en él, Génesis 3:15 se entiende mejor como el protoevangelio