Sobre la abominación desoladora por Charles L. Quarles
La «abominación desoladora» mencionada por Jesús en Mateo 24 se remonta a Daniel y fue interpretada históricamente como una profanación del templo, como la de Antíoco IV. Aunque algunos la asocian con los estandartes romanos, la hipótesis más plausible que desarrolla Charles L. Quarles la vincula con los actos sacrílegos de los zelotes, quienes ocuparon y profanaron el templo antes de la destrucción de Jerusalén. Estos actos incluyeron asesinatos en el templo, el cese de sacrificios y la corrupción del sumo sacerdocio.
La señal debía ocurrir antes del sitio romano, permitiendo a los discípulos huir. Así, Mateo vincula esta profanación con el juicio divino por el rechazo de Jesús.
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