¿Cómo saber Bíblicamente cuándo confrontar y cuándo perdonar silenciosamente y olvidar?

Esa es una buena pregunta, porque la mayoría de la gente parece equivocarse en uno u otro bando. Algunas personas piensan que lo mejor es pasar por alto todas las ofensas; y se enorgullecen de su tolerancia. Sin embargo, Pablo confrontó a los Corintios por tolerar el pecado en la iglesia y los reprendió por no hacer frente al hombre que vivía en pecado (1 Cor. 5).

En otro lado de la cuestión, están las personas que confrontan cualquier infracción leve y se vuelven intolerables.

¿Hay principios bíblicos que nos ayuden a tomar la decisión correcta?

¡Sí!

Aquí hay seis pautas para ayudarle a saber si se debe perdonar en silencio o confrontar amorosamente.

1. Siempre que sea posible, sobre todo si la ofensa es pequeña o sin querer, lo mejor es perdonar unilateralmente, sobre todo si se trata de una ofensa hacia uno mismo. Ésta es la esencia de un espíritu misericordioso. Es la actitud que Cristo pide en Efesios 4:1-3.

1 Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, 2 siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor.Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Ef 4:1–3.

Los creyentes maduros debemos de alcanzar el estándar de Cristo, e imitarle en forma y conducta, Cristo paso por alto muchas ofensas en la carne por amor al ofensor (c.f. Is 53:7), los Cristianos que son maduros deben ser cristianos «Inofendibles» que no se enojen o no tomen represalias fácilmente por amor al prójimo.

La Biblia nos dice que es sabio pasar por alto la ofensa. Parece fácil, pero no lo es. Se requiere humildad, mansedumbre, dominio propio, amor y prudencia. “El prudente pasa por alto el insulto” (Pr. 12:16b, NVI). y “Honra es [del hombre] pasar por alto la ofensa” (Pr. 19:11b). Debemos procurar la paz. Ser pacificadores, promotores de la paz. Buscar el bien de los demás también. Si obedecemos a Dios de todo corazón, ¡descubriremos que seremos más felices!

Somos llamados a tener tolerancia misericordiosa («paciencia») ante las faltas de los demás. Los creyentes deben tener una especie de inmunidad recíproca ante los delitos pequeños. El amor «no se irrita» (1Cor. 13:5). Si cada falla requiriera una confrontación formal, toda nuestra vida de iglesia se pasaría enfrentando y resolviendo los conflictos por contrariedades sin importancia. Así que por el bien de la paz, para preservar la unidad del Espíritu, debemos mostrar tolerancia siempre que sea posible (véase 1 Pedro 2:21-25; Mat 5:39-40).

21 Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos. 22 «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca.» 23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. 25 Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuidañ de sus vidas.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), 1 P 2:21–25.

39 Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40 Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Mt 5:39–40.

2. Si usted es la única parte lesionada, aunque el delito fue público y flagrante, usted puede optar por perdonar unilateralmente. Abundan los ejemplos de esto en las Escrituras. José (Génesis 37-50), David (2 Sam. 16:5-8) y Esteban (Hechos 7:60) han demostrado el perdón unilateral de Cristo (Lucas 23:34).

3.Si observa una falta grave que es un pecado en contra de alguien que no sea usted, confronte al ofensor. La justicia nunca permite que un cristiano cubra un pecado contra otra persona. Si bien tenemos el derecho, e incluso se nos alienta a que pasemos por alto los errores cometidos en contra nuestra, la Escritura nos prohíbe en todas partes pasar por alto los errores cometidos en contra de otro (véase Éxodo 23:6, Deuteronomio 16:20; Isaías 1:17; Isaías 59:15-16; Jer.22:3; Lam. 3:35-36).

34 —Padre—dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Lc 23:34.

4. Cuando ignorar un delito podría hacer daño al ofensor, confronte a la parte culpable. A veces, la elección de pasar por alto una ofensa podría, en realidad, perjudicar al ofensor (al permitirle continuar por un camino equivocado sin ser amonestado). En tales casos, es nuestro deber confrontarlo en amor (Gálatas 6:1-2).

1 Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. 2 Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Gl 6:1–2.

5. Cuando un pecado es escandaloso o, de otra manera, potencialmente dañino para el cuerpo de Cristo, el culpable debe ser confrontado. Algunos pecados tienen el potencial de contaminar a muchas personas; y la Escritura da suficientes advertencias de dichos peligros (ver Heb. 12:15; 3:13; 1 Co. 5:1-5). De hecho, la Escritura llama a la iglesia de disciplinar a los individuos que se niegan a arrepentirse del pecado expuesto en el cuerpo, por lo que la pureza del cuerpo puede ser preservada (Mat. 18:15-20; 1 Co. 5).

15 Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), He 12:15.

15 »Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”. 17 Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado.
18 »Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
19 »Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. 20 Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Mt 18:15–20.

6. Por último, cada vez que una ofensa resulta en una relación rota, debe producirse la confrontación al pecador. Cualquier ofensa que cause una fractura en las relaciones, simplemente no puede pasarse por alto. Tanto la ofensa como la infracción deben ser confrontadas y se debe buscar la reconciliación. Y tanto el ofendido como el ofensor tienen la responsabilidad de buscar la reconciliación (Lucas 17:3; Mateo 5:23-24). Nunca hay excusa para un cristiano en cualquier lado de una relación rota para negarse a buscar la reconciliación.

Así que, ¡cuídense!
»Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Lc 17:3.

23 »Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.

International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), Mt 5:23–24.

El único caso en que dicho conflicto puede permanecer sin resolverse es si todos los pasos de disciplina de Mateo 18 se han agotado y el culpable sigue negándose a arrepentirse.


Petición para perdonar a los demás

Señor, ayúdame a dejar todos los dolores y agravios personales a tu cuidado. Que pueda clavar en tu cruz las ofensas de los demás, así como he clavado allí las mías. Guíame por el camino del perdón, transformando y bendiciendo todas mis relaciones para que pueda ser útil en tu reino. Amén.

Del Comentario Holman del Nuevo Testamento – Filemón, Aplicaciones, pág. 415.

Deja un comentario