12. Yeshua Ben Yosef

El nacimiento, la vida y la muerte de Jesús según el Nuevo Testamento:

Mateo 1:18-21 – El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. (19) José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. (20) Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. (21) Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”

El ángel Gabriel se había aparecido a María diciendo:

Lucas 1:30-35 – «Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. (31) Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. (32) Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; (33) y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. (34) Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón (35) Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios» 

Durante su embarazo María residió unos tres meses, con su pariente Elisabet y su marido, el sacerdote Zacarías. Elisabet también estaba encinta, según la proclamación de un ángel.

Lucas 1:13-17 – «Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. (14) Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; (15) porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. (16) Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. (17) E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto» 

María, antes de su parto, dejó la casa de Elisabet y volvió a su casa.

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Lucas 2:1, 3-11 – «Aconteció en aquellos días que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuera empadronado. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. También José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a judea, la ciudad deDavid, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David, para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Aconteció que estando ellos allí se le cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y se les presentó un ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: —No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor» 

Jesús (hebr. Yeshua) nació en Belén en la familia de María y José entre los años 7-2 antes de nuestra era. Tanto José como María eran de la familia de David. Jesús fue circuncidado con la edad de ocho días en el Templo de Jerusalén.

Lucas 2:22, 25-34 – «Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos conforme a la Ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén para presentarlo al Señor. Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Ungido del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo. Cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al Templo para hacer por él conforme al rito de la Ley, él lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo:

«Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel». José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. Los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: —Éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel» 

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Herodes el Grande, al haber oído que un nuevo rey de los judíos había nacido en Belén, mandó a matar a todos los infantes varones menores de dos años. José huyó de Herodes con su familia a Egipto sin volver a su ciudad de origen hasta después de la muerte de Herodes. Herodes falleció en el palacio de Jericó con 70 años, alrededor de los años 4-2 a.C.

Mateo 2:13-15, Oseas 11:1 – «Después que partieron ellos, un ángel del Señor apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Permanece allá hasta que yo te diga, porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.» Entonces él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.Estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: «De Egipto llamé a mi Hijo» 

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Lucas 2:40 – «El niño crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios era sobre él» 

Jesús vivía con sus padres, con sus hermanos Jacobo, judá, Simón y José, y con sus hermanas, en Nazaret de Galilea. María y José educaron a Jesús para respetar las costumbres judías y conocer la ley.

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Jesús iba a la sinagoga los sábados, y durante las grandes fiestas al Templo de Jerusalén.

Fue carpintero de profesión y compatibilizaba el trabajo con pasar tiempo con la gente, orar y estudiar las escrituras. carpintero.jpg

Juan Bautista, hijo de Elisabet y Zacarías, el sacerdote, exhortó el pueblo para que se arrepintiese de sus pecados y preparase el camino para el Señor. Los habitantes de Judá, Jerusalén y de las riberas del Jordán caminaban para verle a Juan que bautizaba a los que confesaban sus pecados.

Marcos 1:4-5, 7-8 – «Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. (5) Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados….

(7) Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. (8) Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo«

Jesús también fue a Juan para ser bautizado.

Marcos 1:9-11 – «Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. (10) Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. (11) Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia«bautismo-de-jesus1.jpg

Después de su bautismo Jesús pasaba 40 días en el desierto siendo tentado por Satanás y preparándose para su objetivo, Venció las tentaciones referiéndose a las escrituras.

Después de esto dejó su ciudad de residencia, Nazaret, y se estableció en Capernaum que está en la región de la tribus de Zabulón y Neftalí.

Isaías 9:1 – «Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles«

La actividad pública de Jesús duró unos tres años, desarrollándose sobre todo en Galilea y en los alrededores de Jerusalén. Galilea, dónde la pesca, la agricultura, y el comercio fueron las principales actividades económicas, fue llamada el atrio de los gentiles, en contraste con la erudición judía que se centraba en Jerusalén.

Jesús fue manso y humilde de corazón, lleno de amor, misericordia y perdón. Fue también un gran intercesor, maestro y pastor de almas. Se movía entre el pueblo compartiendo las alegrías y penas de la vida cotidiana con la gente. Sirvió al pueblo incluso haciendo muchos milagros: transformó el agua en vino, anduvo sobre las aguas, sanó a los enfermos y levantó a los muertos, evidenciando así su gloria.

Lucas 6:19 – «Toda la gente procuraba tocarlo, porque poder salía de él y sanaba a todos»

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Jesús eligió doce discípulos de entre sus seguidores judíos conforme a la cantidad de las tribus de Israel: los hermanos pescadores galileos Simón Pedro y Andrés, los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, Mateo el publicano, Simón llamado Zelote, Felipe, Bartolomé, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo o Judas y Judas Iscariote, que posteriormente fue reemplazado por Matías.

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Jesús enseñó que el reino de Dios era espiritual y eterno, en el que había lugar para todo tipo de personas y que ese reino existía interiormente en los creyentes. Jesús exhortó a toda persona a nacer de nuevo de lo alto, creer en el Padre y en el Hijo, vivir amando a Dios y obedeciendo su voluntad. Jesús enseñó a amar y bendecir incluso a los enemigos, tener misericordia y perdonar sin venganza y sin juicio. Jesús díjo que era el buen pastor que conocía a los suyos.

En su Sermón del Monte Jesús enseñó a la gente a andar correctamente delante del Señor de la siguiente manera:

Mateo 5:3-9 – «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. (4) Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. (5) Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. (6) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. (7) Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. (8) Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. (9) Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios» 

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Mateo 5:39, 42, 44 – «Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra… (42) Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses… (44) Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen«

Mateo 7:1, 12 – «No juzguéis, para que no seáis juzgados… (12) Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas»

Jesús envió a sus discípulos en parejas para proclamar sobre el reino de Dios y les dio poder para sanar a los enfermos. Cientos de judíos, hombres, mujeres y niños, siguieron a Jesús.

Lucas 9:1-2  – «Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. (2) Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos«

Las enseñanzas de Jesús se basaban en el Tanaj, o sea la Biblia hebrea, sin embargo, era crítico hacia las tradiciones humanas.

Jesús conversó con los escribas sobre la interpretación de la ley procurando renovar el judaísmo. Por ejemplo, el Jesus y fariseos.jpgSabbat con sus prohibiciones se había convertido en uno de los días más pesados de la semana en vez de ser el día del descanso. Jesús destacó que el Sabbat era para el hombre, no el hombre para el Sabbat. Muchos se molestaron con él, y también con su trato con los «pecadores«.

Desde el punto de vista de los fariseos Jesús era desdeñoso ninguneando los mandamientos. Jesús dijo que no había venido para deshacer la ley ni los profetas sino para cumplirlas. La ley revela al hombre su pecado y como el hombre no es capaz de justificarse con sus propias obras, necesita expiación.

Jesús criticó, igual que los profetas, la auto-justificación y la hipocresía de los creyentes; dio mucha importancia a la renovación interna y la relación correcta con Dios y con el prójimo. La palabra de Dios debe estar siempre en nuestra mente y en las obras de nuestras manos.

Deuteronomio 11:18 – «Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos» 

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Un fariseo llamado Nicodemo, miembro del Concilio, se acercó a Jesús una noche reconociendo que sus enseñanzas eran de Dios.Nicodemo.jpg

Juan 3:2 – «Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él» 

Jesús no cumplió las expectativas de todos sobre cómo sería el Mesías, incluso sus propios hermanos en principio no creían que él fuese el Mesías. Las expectativas mesiánicas de los judíos estaban muy centradas en la realeza del Mesías, esperando que bajo su liderazgo el pueblo elegido pudiese vencer a los romanos.

La transfiguración de Jesús aconteció en un monte.

Mateo 17:1-3, 5 – «Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Allí se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías, que hablaban con él. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd»» 

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Juan 17:5, 24 – «Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo existiera. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo esté, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, pues me has amado desde antes de la fundación del mundo» 

En el tercer año de su actividad, durante la época preparativa del Pésaj, o la Pascua, Jesúsentrada triunfal.JPG cabalgó a Jerusalén sobre un asno, y las multitudes aclamaban delante de él:

Mateo 21:9 – “Hosana (esp. Por favor, salva, ó Ayuda) al Hijo de David! .Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!» 

Durante la semana de la Pascua Jerusalén estaba llena de los visitantes que habían venido a las fiestas. Jesús enseñaba a la gente en el Templo pero echó fuera a latigazos todos que vendían y compraban en el Templo diciéndoles:

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Mateo 21:13 – ««Escrito está: «Mi casa, casa de oración será llamada», pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones»»

Jesús celebró la Pascua con sus discípulos tomando pan aleudado y vino en la cena «Seder«. Antes de su última cena Jesús también lavó los pies de sus discípulos como ejemplo para servir y andar en pureza. Al tomar las copas que forman parte del Seder dijo:

Lucas 22:20 – «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama»

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Por la noche, después de la cena, empezaron los verdaderos sufrimientos de Jesús en el huerto de Getsemaní.

Judas Iscariote, uno de los discípulos, iba, acompañado por un grupo, a Getsemaní para traicionarle a Jesús. Judas le entrega.gifPosteriormente Judas se arrepintió y se ahorcó. Siervos de los sacerdotes y ancianos, junto con unos vigilantes, detuvieron a Jesús. Fue llevado primero ante el sumo sacerdote Anás para interrogarle y luego al sumo sacerdote Caifás ante el Concilio, que le condenó por blasfemia.

Nicodemo defendió a Jesús ante el Concilio y posteriormente, ayudó incluso en el sepulto. Jesús fue todavía llevado ante Pilatos, después ante Herodes Antipas, y luego de nuevo ante Pilatos. La multitud reclamaba la crucifixión de Jesús, y Pilatos terminó enviándolo para ser azotado y crucificado por medio de los soldados romanos.

Mateo 27:28-29 – «Lo desnudaron y le echaron encima un manto escarlata; pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: ¡Salve, rey de los judíos!»

Juan 19:17-18 – «Él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, en hebreo, Gólgota. Allí lo crucificaron con otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio» 

Mateo 27:34-35 – » …le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero, después de haberlo probado, no quiso beberlo. Cuando lo hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes para que se cumpliera lo dicho por el profeta: «Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes»» 

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Jesús fue crucificado por la mañana el día del sacrificio de los corderos de la Pascua, entre dos ladrones en el monte Sión de Jerusalén (aprox. el año 30 d.C.). Presentes, además de los soldados, estaban sólo unos familiares entristecidos, como la madre y la tía de Jesús, y algunos viandantes. La crucifixión era uno de los castigos más crueles del sistema romano, que miles de judíos, y posteriormente también muchos cristianos, se vieron obligados a experimentar. El crucificado moría lentamente, sangrando y sufriendo dolores extremos.

En la agonía colgado en la cruz Jesús todavía suplicó perdón para la gente:

Lucas 23:34 – «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen»

Juan 19:30 – «Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: —iConsumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu» 

Lucas 23:46 – «Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: —Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Habiendo dicho esto, expiró»

Mateo 27:46, 50-52 – «Cerca de La hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: «Elí, Elí, ;lama sabactani?» (que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»). Pero Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Entonces el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron»

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Cuando Jesús había dado su vida en la cruz un soldado le traspasó el costado. Los soldados quebraron las tibias de los demás crucificados, pero no las de Jesús. Así cumplió el mandamiento diciendo que no se quebrara ningún hueso del coca lado de la pascua – (Éxodo 12:46).

Después de la muerte de Jesús la tierra empezó a temblar y las rocas se partieron, algunos sepulcros se abrieron y muchos cuerpos de los que se habían dormido, se levantaron. El velo del Templo de Jerusalén se partió en dos delante del Santo de los Santos, abriendo así, simbólicamente, la entrada para toda la humanidad, al Santo de los Santos. lncluso el Talmud recoge que las puertas del Templo de Jerusalén se abrieron solas y los sacrificios de expiación perdieron su efecto unos 40 años antes de la destrucción del Templo de Jerusalén, en el año 70 d. C.

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El cadáver de Jesús fue trasladado al sepulcro esta de Arimatea, miembro del Concilio.

Juan 19:40-42 – «Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos. (41) Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. (42) Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús»

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Tres días después de su muerte en la cruz, en el día de la fiesta de los primeros frutos (hebr. Bikurim), Jesús resucitó del sepulcro.

Levítico 23:11-12 – «El sacerdote mecerá la gavilla delante de YHVH, para que seáis aceptados. El día siguiente al sábado la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, sacrificaréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a YHVH»

Mateo 28:2-3, 5-7 – «De pronto hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo y, acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Pero el ángel dijo a las mujeres: «No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos y va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis. Ya os lo he dicho»» 

Después de su resurrección Jesús se apareció a sus seguidores varias veces durante el plazo de cuarenta días. Jesús exhortó a Pedro para apacentar y cuidar sus ovejas.

Jesús les dio la Gran Comisión mundial a sus discípulos y les prometió estar con ellos hasta el fin del mundo. Entonces ascendió al cielo, donde según la epístola a los Hebreos (Hebr. 7:25) vive para interceder por nosotros.Yeshua Ben Yosef.jpg

Marcos 16:15, 19 – «Y les dijo: —Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios»  

Hechos 1:10-11 – «Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales les dijeron: —Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al cielo» 


(No te pierdas las próximas partes en: Pueblo escogido, Pueblo perseguido)

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