¿Qué significa la palabra “hebreo”?

Abram fue llamado “Abraham el hebreo” en Génesis 14:13, la cual es la primera vez que es usada la palabra en la Biblia.

¿De dónde proviene este término, y qué significa?

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La palabra “hebreo” en el idioma hebreo es Ivrí (עברי). La raíz de las letras que se utilizan significa atravesar, o pasar a través. Hoy en Israel, podemos usar la palabra para hablar sobre mover casas, traspasar leyes, sobrepasar algunas dificultades, atravesar el camino, cruzar un río, y tanto más. Atravesar, pasar, o cruzar sobre, esencialmente.

En la Biblia, esto parece estar primeramente referido a aquellos que atraviesan ríos. El significado simbólico de esto no debe perderse en nosotros, ¡quienes amamos la Palabra de Dios!

Se especula que Abraham adquirió el nombre de “hebreo”, o “el que atravesó”, refiriéndose al acto de que él vino del otro lado del río. Él y su familia viajaron desde cerca del río Éufrates, cruzando por Harán, y luego Dios lo llamó otra vez sobre el río nuevamente a la tierra la cual nosotros ahora sabemos es Israel. Él también tuvo un ancestro con este nombre (עבר – Éber, Génesis 11:14) lo que podría explicar la conexión, pero, de cualquier forma, la asociación entre esos hebreos (עברים – ivrim, plural) y el cruzar ríos aparece pocas veces en la biblia.

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Josué nos da este recuento de los acontecimientos y una pista de cómo los descendientes de Jacob/Israel vinieron a ser conocidos como hebreos, ivrim, aquellos que habían cruzado:

Josué 24:3-15 – “Así dice el Señor Dios de Israel: Al otro lado del río Éufrates habitaron antiguamente vuestros padres: Taré, padre de Abraham y de Nacor, y ellos servían a otros dioses. Pero Yo tomé a vuestro antepasado Abraham de la otra parte del río e hice que anduviera por toda la tierra de Canaán, y multipliqué su descendencia… Saqué a vuestros ancestros de Egipto, y llegasteis al mar, y los egipcios persiguieron a vuestros antepasados con carros y con jinetes hasta el Mar Rojo… Después os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban en la otra parte del Jordán, y lucharon contra vosotros, pero los entregué en vuestras manos… Ahora pues, temed al Señor y servidle con integridad y en verdad, y apartad los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres en la otra parte del río y en Egipto, y servid al Señor. Y si mal os parece servir al Señor, escogeos hoy a quién sirváis: si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses del amorreo en cuya tierra habitáis, pero yo y mi casa serviremos al Señor”

Como puedes ver, hay muchas menciones de cruces acuáticos, Abraham vino del otro lado del Río Éufrates, el dramático cruce del Mar Rojo del Éxodo, y luego al entrar a la Tierra Prometida cruzaron el Río Jordán.

Estos hebreos, estos ivrim, ¡han hecho de seguro una buena cantidad de atravesamientos! Puedes ver por qué los egipcios pudieron haberlos llamado hebreos, quienes vinieron del otro lado del río, y por qué Abraham fue el primer hebreo. Como para enfatizar el punto, los hebreos no atravesaron una vez, sino que, mas bien, fueron dos los milagros de cruce de aguas; el primero y más famoso es la partición del Mar Rojo, pero también cuando ellos finalmente alcanzaron su destino, el Río Jordán se amontonaba a ambos lados en tanto los sacerdotes pisaban el cauce del río, y los Hebreos cruzaron sobre tierra seca a su herencia en la Tierra Prometida.

Pero lo que es maravilloso en este pasaje en Josué, es que se alinee la idea de dejar atrás una vida de adoración de ídolos y atravesar a adorar al Único y Verdadero Dios de Israel.

Josué 24:14-15 – “Echen fuera a los dioses que sus padres adoraron en el otro lado del río y en Egipto, y que aún están entre ustedes, y en su lugar sirvan al Señor. Pero si no les parece bien servirle, escojan hoy a quién quieren servir, si a los dioses que sus padres adoraron cuando aún estaban al otro lado del río, o a los dioses que sirven los amorreos en esta tierra donde ahora ustedes viven. Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor”

Para Josué el simbolismo era claro: un lado del río es la adoración a los ídolos, pero tenemos que dejar esa vida más allá cuando atravesamos al otro lado del río. Ahora serviremos al Señor.

El astuto se dará cuenta de que al igual que la sangre del Cordero Pascual precedió el atravesar de las aguas del Mar Rojo, al igual que el sacrificio de sangre es ofrecido en el altar fuera del tabernáculo, delante de los sacerdotes que vienen hacia el Lugar Santo y se lavan con el agua de la gran fuente, la sangre y la fuente de agua en nuestra salvación son en el mismo orden: la sangre de Yeshúa y el agua del bautismo. Cuando venimos a través de las aguas del bautismo, declaramos públicamente que estamos dejando nuestras antiguas vidas detrás, más allá del río, y estamos atravesando a una vida de servir a Dios solamente.

Cientos, sino miles de creyentes vienen de todo el mundo para ser bautizados en el Río Jordán, pero cada uno de nosotros que hemos recibido el perdón, gracias a la sangre de nuestro Mesías, hemos atravesado de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz. Hemos dejado nuestro viejo hombre “más allá del río” y hemos pasado hasta el otro lado, a una vida completamente nueva.

Podemos intencionalmente desechar los ‘dioses’ que utilizamos para servir, si se trataba de dinero, atención, éxito, validación, distracción… podemos dejar todos esos ‘dioses’ atrás en la región más allá del Río por el que atravesamos, de muerte a vida eterna.

¡Hemos sido unidos a los Ivrim que cruzaron! Declaremos junto a Josué:

“Tanto yo como mi casa, serviremos al Señor”


(Fuente: oneforisrael)

Un comentario

  1. Destacar su analogía del bien y el mal, de cruzar de una vida a otra me encanta; en el termino mas simple , hebreo es un idioma y un adjetivo (extranjero), solo destacar que Dios tomo un extranjero que a su vez es la semilla del pueblo judío, y dicho sea de paso, en la genealogía de Jesús existen personajes extranjeros,por ejemplo Rut.

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