El Bautismo en la Escritura

La mayoría de las personas tienen la idea que el Bautismo es algo que fue iniciado por Juán el Bautista y que de allí surgió esta práctica cristiana. El Bautismo es completamente Judio, es decir era, y sigue siendo una costumbre del pueblo de Israel.

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Mikveh en Masada Israel

El pueblo Judío practicaba la «Inmersión en Agua» como un proceso de purificación espiritual, especialmente en relación por diferentes tipos de impureza (Tame). La Inmersión en el Hebreo se le conoce como (Mikvah), esta palabra literalmente significa «reunión de aguas,» por lo que la construcción de estas piscinas de agua era más importante que la construcción de una Sinagoga, pero esta agua tenía que venir de ríos o manantiales porque eran consideradas Mayim Jayim (aguas vivas).

De hecho habían muchas de estas piscinas de inmersión en el Templo de Jerusalén para el uso de los Sacerdotes e incluso había una especial para el uso del Sumo Sacerdote. La inmersión era tan importante que ocurria antes de que el Sumo Sacerdote oficiara el servicio en Yom Kippur (Día del Perdón), antes de que los Sacerdotes oficiaran los servicios regulares en el Templo, antes de que cada persona entrara al Templo y hasta antes que un escriba escribiera la Torá o el Nombre de Dios.

La tradición dice que fue el escriba Esdras el que  había decretado que cada varón debía ir a las aguas de inmersión antes de orar o estudiar la Torá. Tambien se dice que había un grupo Judío que observaba la costumbre diaria de inmersión en preparación para la venida del Mesías. Los Esenios era otro grupo que pracitcaba frecuentemente la inmersión.

Además de todo esto, la inmersión era un requisito obligatorio tanto para el hombre como para la mujer que se convertía al Judaísmo. Los rabinos consideraban la Mikvah (reunión de aguas) como el útero del mundo y cuando el converso/a salía de las aguas era considerado un nuevo nacimiento, es decir la persona nacía de nuevo. Por eso vemos que Nicodemo no entendía que Yeshua le dijera a él que tenía que nacer de nuevo, ya que en la mentalida judía ellos al nacer de un vientre judío no tenían necesidad de nacer de nuevo, Yeshua le afirma que tiene que nacer de agua y de espíritu.

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Como la inmersión significaba nuevo nacimiento, el prosélito/a era sumergido «En el Nombre de Dios,»  (Leshem shamayim), donde ellos asumían «El Yugo del Reino,» impuesto por la persona que los bautizaba (Matbil). Juntamente con el sumergimiento en las aguas, la persona era salpicada con sangre, todo esto era acompañado con el arrepentimiento, ya que sin el arrepentimiento ni el agua ni la sangre podían purificar a la persona.

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En la Biblia encontramos que el agua y la sangre son los dos principales agentes que ilustraban ser limpiado por Dios. Por eso es que al morir Yeshua vemos que brota de su costado agua y sangre (Juán 19:34).

Esta idea del lavamiento por agua la vemos bien clara en el Nuevo Pacto:

 Hechos 2:38  – «Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el Nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados, … y recibirán el don del Espíritu Santo.»

Hechos 22:16  – «Y ahora ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados invocando su nombre»

1 Juán 5:6 – «Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad»

En la mentalidad hebrea el lavamiento con agua es muy importante, tanto que en el Talmud encontramos un comentario que dice:

«La limpieza va al lado de la santidad»

De hecho tres maneras de lavamiento con agua encontramos tanto en la Biblia como en las leyes rabínicas: el lavamiento de las manos, el lavamiento de los pies, y la inmersión completa del cuerpo en agua.

En la Torá encontramos que el Sacerdote tenía que lavarse las manos y los pies antes de entrar a servir en el Templo o de acercarse al altar:

Shemot (Exodo) 30:17-21 (ver Ex. 40:30-32) – «El Señor habló con Moisés y le dijo: Haz un lavamanos de bronce, con un pedestal también de bronce, y colócalo entre la Tienda de reunión y el altar.  Échale agua, pues con ella deben lavarse Aarón y sus hijos las manos y los pies. Siempre que entren en la Tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar y presenten al Señor alguna ofrenda por fuego, deberán lavarse con agua las manos y los pies para que no mueran. Ésta será una ley perpetua para Aarón y sus descendientes por todas las generaciones»

De este pasaje es que los rabinos establecieron la tradición del lavamiento de las manos cada vez que se iba a hacer una acto  religioso, porque tenían la mentalidad que tocar cualquier cosa común los hacía

impuros según ellos interpretaron el pasaje de Levítico 15:11. 

Ellos establecieron la tradición del lavamiento de las manos antes de comer que se le conocía como Mayim Rishonim (aguas primeras) y despues de comer Mayim Ajaronim (últimas aguas). De hechos ellos decían que comer pan sin lavarse ni secarse las manos era como comer pan impuro y que era equivalente a cometer un acto inmoral que te traería destrucción o pobreza.

lavamiento de manos

Ahora, algo que debemos mencionar sobre el lavamiento de manos es que habían ciertas especificaciones, es decir las manos tenía que estar hacia arriba y el agua tenía que llegar hasta las muñecas, aunque otros opinaban que el agua debía llegar hasta los codos. Y esto lo vemos en el Nuevo Pacto:

Marcos 7:5 – «Así que los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron a Jesús: ¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los ancianos,  en vez de comer con manos impuras?» 

Muchos piensan que Jesús estaba en contra de las tradiciones de su pueblo pero en esta pasaje no se está tratando del lavamiento de manos sino de la costumbre que si era hasta la muñeca o hasta el codo, ya que en el mísmo capítulo pero en el verso 3 encontramos que cuando dice: «Si… no se lavan las manos…» el griego usa la palabra «pugme» que signigica lavarse «hasta el codo.» Y es que sobre el lavamiento de las manos había 18 discrepancias entre la Escuela de Hillel (Fariseos) y la Escuela de Shamai (Saduceos). 

Yeshua no estaba en contra de esta práctica que aunque se dice fue establecida por el Rey Salomón, era practicada por los rabinos y sus discipulos siguiendo la costumbre que se decía había sido instituída por Elías:

2 Reyes 3:11 – «Pero Josafat preguntó: ¿Acaso no hay aquí un profeta del Señor, para que consultemos al Señor por medio de él? Un oficial del rey de Israel contestó: Aquí cerca está Eliseo hijo de Safat, el que servía a Elías»

Nosotros no vemos nada en este pasaje, pero si vamos al hebreo dice: «el que echaba agua en manos de Elías.» Por eso es que vemos que Yeshua le lavó los pies a sus discípulos, es decir los ordena como sus discípulos pero a la vez los ordena como sacerdotes.

Ahora, volviendo a la inmersión de agua, esto era algo que se practicaba por toda la comunidad en preparación para el día de Yom Kuppur (Día del Perdón), pero como dijimos anteriormente tenía que ver con el arrepentimiento. Lo más probable es que fue en esa época cuando Juán aparece bautizando para el perdón de los pecados y cuando el mísmo Yeshua inicia su ministerio, que aunque él estaba sin pecado lo hace para cumplir con las tradiciones de su pueblo. (Juán el Bautista), no estaba haciendo nada nuevo, lo impactante que él estaba declarando es que a él le seguía uno que los iba a bautizar con fuego (Mateo 3:11-12). 

¿Y que significaba esto?

La respuesta la encontramos en  las tradiciones que ellos tenían. Algo que debemos notar es la primera vez que se usa la palabra mikveh en las Escrituras y la encontramos en el siguiente pasaje: «… y al conjunto de aguas (mikveh) lo llamó mar» (Génesis 1:10). 

En la mentalidad hebrea ellos entendían que Dios había purificado la tierra en preparación para la creación de Adan, y tambien Dios había purificado la tierra nuevamente con el diluvio y sabían que Dios había prometido no destruir la tierra nuevamente con agua, pero ellos sabían que la tierra iba a ser purificada nuevamente por fuego en preparación para la venida del Mesías. Esta tradición de la purificación por fuego se le había sido revelada a Adán (Flavio Josefo A.1.2.70), y como lo vemos tambien en 2 Pedro 3:7.

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