Génesis 12: 10-20 – Siguio su camino

Es curioso que luego que el Señor le mostrara a Abraham la Tierra Prometida, él no se quedó allí.

Abraham hizo dos cosas al entrar en la tierra prometida. Armó su tienda y edificó el altar. Esto fue un testimonio de su relación con Dios y, donde quiera que fue después dejó una señal que indicaba públicamente dicha relación.


Génesis 12:9 – «Y Abram siguió su camino, continuando hacia el Neguev»

Al leer esto, debemos hacernos una pregunta:

¿Por qué se marchó Abram del lugar que Dios le había señalado?  ¿Acaso no le gustó?  

Tal vez sintió un poco de frustración, ya que el Señor le había dicho que la tierra se la daría a su “descendencia”, y la realidad es que él no tenía hijos.  Tal vez siguió buscando prados más verdes. Si eso era lo que buscaba, ciertamente encontró lo opuesto al dirigirse hacia el sur.  

El Neguev es el desierto al sur de Israel; la palabra literalmente significa “árido, reseco”, y así es.

Recordemos las tres actividades principales de nuestro padre Abraham cuando obedeció el llamado divino:

Génesis 12:8 – «Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a YHWH, e invocó el nombre de YHWH»

  1. Conciencia de lo temporal de la vida material: Planto su tienda
  2. Adoración a Dios: Construyo altares.
  3. Vivió conforme a las virtudes divinas: Invoco Su nombre

  • Hambre en la tierra:

Génesis 12:10 – «Y hubo hambre en la tierra; y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra»

La hambruna solo estaba en esta Tierra, en Canáan, el proposito era ponerlo a prueba para ver si ponia en entredicho las palabras de YHWH, quien primero le habia dicho que fuera a la tierra de Canáan y ahora lo forzaba a salir de ella.

Esta fue la cuarta prueba en la vida de Abram. Era necesario que bajara a Egipto para pisar esa tierra, (Josué 1:3, 15:18), de manera que todo lugar que sus pies hayan pisado sería entregado a sus descendientes.

Varios comentaristas juzgan a Abraham duramente por haber descendido a Egipto, en lugar de quedarse en Canaán y confiar en que Dios le proveería, sin embargo, recordemos que el no tenia un precedente histórico, o escrituras para saber como actuar en base a milagros o experiencias de personajes pasados como nosotros las tenemos.

Es la primera referencia a una sequia y hambruna mencionada en la biblia, y sin duda solo actuó en base a su razonamiento lógico, lo cual aunque en ocasiones quizás equivocado, Dios en su misericordia siempre lo usara para bien…

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Cuando la Biblia habla de ir a Jerusalén, siempre lo describe como “subir”.  Pero cuando se refiere a ir a Egipto o Babilonia, como “descender”.  Esta descripción no tiene nada que ver con la dirección de donde uno venga (norte, sur, este, oeste), sino el lugar hacia donde uno va.  Es una expresión espiritual.  Egipto y Babilonia representan el mundo, y por eso uno “baja”; mientras que Jerusalén es el lugar que Dios escogió para poner allí Su Nombre (Deu. 12:5; I Reyes 14:21), el Templo, la capital de Su Reino en la Tierra, y por eso uno “sube” allí.

Abram “descendió” a Egipto.  Bajó de nivel, pues no era el lugar donde debía estar.  Abram se topó con un desierto.

Cuando uno se sale del Plan de Dios, uno se topa con “desiertos” en la vida.  Luego, las cosas se complican.  Eso fue lo que le sucedió a Abram:


Génesis 12:11-13 – «Y sucedió que cuando se acercaba a Egipto, dijo a Sarai su mujer: Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer;  (12)  y sucederá que cuando te vean los egipcios, dirán: «Esta es su mujer»; y me matarán, pero a ti te dejarán vivir.  (13)  Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo viva gracias a ti»
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«…Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer…» – Un midrash agadico afirma que hasta ese momento Abraham no se habia percatado de la belleza de su esposa debido al mucho recato que guardaban entre ellos. Pero ahora se dio cuenta de su belleza a raiz de este suceso. Otra explicación de esta frase es que es comun en el mundo que por las fatigas del camino las personas se afeen. Pero esta mujer [Sarai] habia conservado integramente su belleza.

Ante esta situación de crisis, Abraham decide ganar un poco de tiempo de esta manera mintiendo, ya que estando vivo podía hacer algo para rescatar a Sara, pero si moria, entonces Sara quedaría para siempre cautiva en Egipto.

Algunos podrían considerar que Abram fue muy “listo”.  El problema está cuando uno confía más en la astucia propia que en la protección de Dios.  Cuando el hombre “mete sus manos” y manipula, las cosas no suelen salir bien… pero en esta caso ya que no tenemos mucha información de lo que es realmente veamos algunas especulaciones.

Vemos como Abraham arrastraba aun las constumbres de su pueblo el mentir, algunos dicen que esto provenia de familia pues luego lo vemos en sus descendientes, Isaac miente a Abimelec rey de los filisteos (Génesis 26) y lo vemos tambien en Jacob cuando miente a Isaac en la primogenitura (Génesis 27), pero vemos como en ambos casos son parte del plan de Dios, El registro de la Biblia nos dice que Abraham salio bendecido a pesar de su acción de mentir (v.16).

Lo vemos en otros casos muy particulares Rahab la prostituta del libro de Josue, mintió por preservar su vida y la de los espias Israelitas, y fue librada y bendecida ampliamente por ello, incluso es incluida en la genealogía de Yeshua (Mateo 1).

El proposito de la Torah no es para morir, sino para vivir…

En estos casos se demuestra que realmente a pesar de que se puede ver que «transgridieron la ley», fue parte del proposito de Dios para vida.

Estas acciones que hemos mencionado son un poco contraversiales, y a pesar de que no tenemos la respuesta del porque se dio asi la situación, podemos sacar conclusiones como que realmente esto era un proceso en las vidas de ellos, o simplemente el plan de Dios especifico en Su soberanía para cumplir Su proposito.


Génesis 12:14-20 – «Y aconteció que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa.  (15)  Y la vieron los oficiales de Faraón, y la alabaron delante de él; y la mujer fue llevada a la casa de Faraón.  (16)  Y éste trató bien a Abram por causa de ella; y le dio ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.  (17)  Pero el SEÑOR hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram.  (18)  Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me avisaste que era tu mujer?  (19)  ¿Por qué dijiste: «Es mi hermana», de manera que la tomé por mujer? Ahora pues, aquí está tu mujer, tómala y vete.  (20)  Y Faraón dio órdenes a sus hombres acerca de Abram; y ellos lo despidieron con su mujer y con todo lo que le pertenecía»

«Sucedió que cuando Abram llego a Egipto…» –  En sentido estricto, en la Tora deberia estar escrito “cuando llegaron a Egipto”, en plural.  No obstante, el uso del singular alude al hecho de que Abram había escondido a Sarai en un cofre para protegerla, pero debido a que le exigieron el impuesto aduanero tuvieron que abrirlo y fue entonces que la vieron.

«…y la alabaron delante de él…» – Es decir, que la elogiaban entre ellos, diciendo: «Esta es digna para el rey»

El “beneficiar” a Abraham consistio en darle los obsequios a los que algunos sabuios aluden en su comentario al v. 13. Abraham recibio estos obsequios de parte del Faraón porque ello entraba dentro de la promesa que Dios le había hecho de que lo “bendeciria” con bienes materiales.

«…Pero el SEÑOR hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas…» – Según la tradición judía, las plagas incluyeron una enfermedad específica a Faraón que le impidió tomar por mujer a Sara.

Lo castigo con la plaga de ratan, que le impedía tener relaciones sexuales.  Se trataba de un cierto tipo de enfermedad venerea. Segun el Talmud, de veinticuatro enfermedades con ulceras que había en la epoca, la de ratan era la mas dura de todas (Ketubot 72b)

Dios hizo este milagro por Sara para que el Faraón se diera cuenta de que era castigado por haberla tornado.

El pueblo árabe tuvo su origen en esta historia, ya que Sara salió de Egipto con una sierva llamada Agar, madre de Ismael y de los pueblos árabes. Esto no podría parecer muy bueno por el momento, pero al final Dios usará todo para bien.

Isaías 19:23-25 – «(23) En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios a Jehová.  (24)  En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra;  (25)  porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad«

Las leyes de Dios no sólo aplican al pueblo de Dios, sino a todo el universo.  Son leyes universales, como las leyes físicas.  La Biblia dice que la consecuencia del pecado es maldición (Deut. 28) y “no hay maldición sin causa” (Prov. 26:2).

Tal vez Abram no lo sabía, o tal vez se creyó más listo que Dios.  Para más, los egipcios sabían que si se salían del orden del universo, vendrían consecuencias.

Uno hubiera pensado que Abram aprendió de este error, pero veremos más adelante que cometerá la mismísima falta, pero… dejémoslo para más tarde…

¿Qué hubiera sido lo correcto en esa situación?

Primero, no salirse de la voluntad de Dios, porque nos exponemos.

Segundo, confiar en Dios, y no en nuestra propia astucia.

Proverbios 3:5-7 – «Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.  (6)  Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas.  (7)  No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal»

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La clave está en confiar en Dios.  Pero no podemos estar “confiados” si no estamos en la voluntad de Dios.  La obediencia trae seguridad, más la desobediencia inseguridad. Todo comienza con permanecer en el propósito de Dios.

Hebreos 11:8 – «Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba»

Por lo menos debemos reconocerle un mérito a Abram: no regresó a su patria de nacimiento, ni se refugió entre sus parientes, lo cual hubiera sido más fácil.

Hebreos 11:15-16 – «Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver.  (16)  Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad»

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