Una de las enseñanzas más trágicas, tristes y deplorables del último siglo, ha sido la filosofía de la teoría de la evolución. Esta teoría que carece de la mínima prueba científica (pues jamás se ha hallado la mutación de una especie a otra) se continua enseñando en la mayoría de las escuelas, universidades y museos del mundo.
¿Por qué?
Porque el mundo científico jamás podrá demostrar científicamente el origen del universo, el origen de la vida y la razón y el propósito del ser humano en esta vida. Y es precisamente porque no se puede ni se podrá demostrar científicamente el origen de la vida, que los científicos también tienen que inventar teorías, especulaciones e hipótesis.
Es increíble que en el libro que Carlos Darwin escribió, El origen de las especies, nunca haya mencionado cuál fue, precisamente, ¡el origen de las especies!
Veamos ahora en la Biblia algunas verdades que SÍ son científicas escritas hace muchos siglos antes que la misma ciencia las descubriera, las cuales demuestran más veracidad y exactitud que la famosa teoría de la evolución.
1. El Orden de la Creación:
Es increíble de qué manera la Biblia nos puede revelar el orden perfecto en que Dios llevó a cabo la creación del universo. Los primeros 23 versículos del libro del Génesis la describen detalladamente:
1er. día |
la luz (la energía del espectro electromagnético). |
2do. día |
el firmamento (el espacio). |
3er. día |
la tierra es descubierta de las aguas. |
4to. día |
el sol, la luna y las estrellas. |
5to. día |
los peces y las aves. |
6to. día |
los animales y el ser humano. |
La ciencia comprueba actualmente que ni los animales ni el ser humano hubieran podido sobrevivir si ANTES no hubiera existido la energía, el sol, el agua y las plantas que producen el oxígeno a través de la fotosíntesis.
¿Quién le reveló a Moisés este orden perfecto de la creación hace más de 4 mil años?
La teoría de la evolución enseña que todas las especies que existen provienen de una sola célula y que el universo surgió después de una gran explosión (el Big Bang).
Pero, ¿qué o quién produjo esa explosión? ¿Acaso la materia puede también producir el pensamiento y la conciencia? ¿O somos simplemente la especie más desarrollada de los animales sin normas absolutas de moral ni responsables de nuestras acciones ante nadie?
2. La Genética de Dios:
La Biblia describe también en el libro del Génesis las leyes de la Genética, que no fueron descubiertas hasta el año 1860 por un monje agustino y naturalista llamado, Gregorio Mendel; posteriormente, hasta el año 1954, dos norteamericanos descubrieron el ADN que contiene toda la información genética de cada ser viviente en cada una de sus células.
Es increíble que hayan trascurrido más de 4 mil años para que se descubriera lo que la Biblia revelaba con tantos siglos de anticipación:
̈Génesis 1:11-12, 24-25 – «Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que de semilla, árbol de fruto que de fruto según su género, que su semilla esté en el sobre la tierra. Y fue así. Produjo pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno…luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie. E hizo Dios los animales de la tierra según su género y ganado según su género y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie»
¡Ocho veces menciona la Biblia las frases: según su género y según su especie!
¿Qué significa esto a la luz de los descubrimientos modernos de la Genética y del ADN (código genético hereditario contenido en cada célula de nuestro cuerpo)?.
Que Dios puso en cada semilla de cada fruta y en cada esperma de cada animal y del ser humano la información (software) necesaria codificada para poder reproducirse según su especie.
La semilla de la uva contiene un código genético diseñado por Dios para que cuando se siembre, ¡salgan uvas y no naranjas!
Las semillas de las manzanas contienen la información codificada para que cuando se siembren, produzcan el tamaño, el color, las vitaminas y minerales que contienen las manzanas (¡y no las peras!), exactamente para lo que fueron diseñadas.
El esperma de un chango, producirá changos y ¡no jirafas!; el esperma de un elefante producirá elefantes y, ¡no hipopótamos!
El esperma del ser humano producirá seres humanos y ¡no chimpancés!
Estas son las leyes inexorables de la Genética establecidas por Dios en el libro de los libros, ¡la Biblia!
〉Adán y Eva:
Tenemos también la revelación bíblica de la famosa pregunta:
¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
La mayoría de la gente respondería que la gallina, pues todos los seres humanos que han existido y existimos actualmente provenimos de una mujer, ¡menos Adán!
Dios pues, crea al varón primero que la mujer:
Génesis 2:21-23 – «Entonces YHVH Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que YHVH Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, ésta será llamada Varona porque del varón fue tomada»
¿Qué hay de significativo, interesante y científico en la creación de la mujer?
Bueno, que la ciencia moderna nos revela que el varón tiene dos cromosomas X Y y la mujer solos tienen X X. Estos cromosomas son los que determinan el sexo del producto al nacer, pues cuando el esperma de mi padre fecundó el óvulo de mi madre, llevaba el cromosoma Y, que es el que determinó que yo fuera varón. Si el cromosoma X hubiera fecundado el óvulo de mi madre, hubiera nacido una mujercita.
Al haber Dios creado primero al varón y haber sacado de su material genético a la mujer, la raza humana pudo haberse reproducido, saludable y normalmente. De otra forma, si Dios hubiera creado primero a la mujer, hubiera sido una raza híbrida, pues la mujer no contiene en sus cromosomas el factor Y.
Ahora podemos explicar claramente la razón por la cual el Mesías-Salvador, el Señor Jesús, tuvo que haber nacido de una mujer virgen.
La Biblia describe el nacimiento sobrenatural de Jesús de la siguiente manera:
El nacimiento de Jesucristo fue así:
Mateo 1:18-21 – «Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados»
Lo que podemos observar inmediatamente es que el nacimiento de Jesús no podía ser como el nacimiento de cualquier ser humano.
¿Por qué?
Porque el cromosoma Y del varón, desde Adán, nació infectado con el pecado y el cual, si José se lo hubiera transmitido a María, ¡Jesús hubiera nacido con pecado! Jesús pues, no podía nacer como producto de las relaciones sexuales de José y María (como nacemos todos los seres humanos), sino que el esperma Y, tenía que ser implantado directamente por el Espíritu de Dios.
¡De qué manera tan maravillosa y sabia resolvió Dios el nacimiento de su Hijo Jesucristo, pues nuestro Salvador tenía que ser sin pecado!
3. El Testimonio Universal del Diluvio:
La Biblia menciona que hubo un diluvio universal que sepultó al mundo antiguo bajo las aguas:
Génesis 7:11-12,19 – «El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo (2,348 A.C.), a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo y las cataratas de los cielos fueron abiertas, hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches….y las aguas subieron mucho sobre la tierra y todos los montes altos que había debajo de los cielos fueron cubiertos»
La mayoría de todas las más antiguas civilizaciones (sumerios, egipcios, chinos, babilonios, griegos) registraron este acontecimiento y cataclismo universal en sus más antiguos símbolos, pergaminos y escritos. Además, la arqueología moderna nos da testimonio de que casi en toda las montañas (muchas cambiaron por el diluvio) se han encontrado yacimientos coralíferos, comprobando de esta manera, la veracidad del registro bíblico.
4. La Redondez de la Tierra:
No fue hasta el año 1620 que el astrónomo y físico italiano, Galileo Galilei, descubrió la redondez de la tierra, pero la Biblia, 2,380 años antes que Galileo, ¡ya lo mencionaba! El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas – (Isaías 40:22).
5. La Tierra Sostenida por Nada:
Muchos de los lectores se acordarán que hace algunos años todavía se ilustraba a la Tierra sostenida, o por tortugas o por un hombre fuerte. Los científicos no podían imaginarse que nuestro planeta estuviera colgado sobre nada. Sin embargo, antes de que se descubriera que la Tierra estaba sostenida por nada (Galileo-1,650 d.C.), la Biblia ya lo había mencionado con muchos siglos de anticipación: ̈Cuelga la Tierra sobre nada… – (Job 26:7).
6. El Peso del Viento:
No fue hasta que el físico y matemático italiano, Evangelista Torricelli (1644 d.C.) fabricó el primer barómetro, que se descubrió que el viento tenía peso. Pero la Biblia se había adelantado también a este descubrimiento con muchos siglos de anticipación: Al dar peso al viento y poner las aguas por medida – (Job 28:25).
7. El Ciclo Meteorológico:
Antes que se descubriera la evaporización y condensación de las nubes (ciclo meteorológico), la Biblia lo mencionaba con anticipación: El atrae las gotas de las aguas al transformarse el vapor en lluvias, las cuales destilan las nubes – (Job 36:27).
8. Las Estrellas son Innumerables:
Antes que los astrónomos comprobaran que las estrellas no se pueden contar, la Biblia lo mencionaba desde los tiempos de Abraham: Y Dios lo llevó a fuera (a Abraham) y le dijo: Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si las puedes contar: Y le dijo: Así será tu descendencia – (Génesis 15:5).
9. La Estructura Invisible de la Materia:
Hasta hace pocos años la ciencia descubrió que todas las cosas visibles-materiales están compuestas de partículas microscópicas (átomos compuestos de electrones, neutrones y protones), sin embargo, la Biblia ya había revelado esta verdad dos mil años antes:… pues todas las cosas que se ven, fueron hechas de cosas que no se veían – (Hebreos 11:3).
10. La Oceanografía:
El padre de la Oceanografía moderna es reconocido como Mathew Maury (1806-1873). En su biografía relata que un día que estaba leyendo la Biblia observó la frase:… los senderos del mar (Salmo 8:8 – el libro de los Salmos fue escrito hace tres mil años). Entonces dijo: Si Dios dice que hay senderos en el mar, los voy a buscar y encontrar.
Este científico creyó lo que la Biblia decía y más tarde descubrió las corrientes continentales frías y calientes de los océanos. Su libro acerca del estudio de la oceanografía aún sigue siendo usado en todas las universidades, titulado: La Geografía Física del mar.
11. La Cohesión de la Materia:
Existe una ley física que establece el siguiente principio: Toda velocidad es proporcional a la fuerza aplicada.
En otras palabras, si arrojo una canica con los dedos de mi mano, la canica saldrá disparada hasta cierta distancia, pues no irá más allá de la fuerza que le apliqué. Y así podríamos ver qué sucede lo mismo cuando es disparada una flecha o una bala, las cuales llegarán hasta cierta distancia en proporción a la fuerza que se les haya aplicado.
Esta ley física establece, que todo movimiento tiene que tener una causa. Sin embargo, los movimientos de rotación y translación que tiene nuestro planeta violan este principio físico, pues, ¿quién le da o quién impulsa el movimiento de nuestro planeta para que siga girando a la misma velocidad sobre su eje y alrededor del sol desde hace millones de años?
Y este mismo fenómeno sucede también en el microcosmos, porque, ¿qué fuerza o poder hace girar, de la misma manera, a los átomos y electrones que forman la materia? La Biblia nos da la respuesta: Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy, pues todas ellas te sirven – (Salmo 119:91). David menciona el orden con el cual Dios creó el universo y no solo eso, sino que también menciona que por su poder subsisten (son mantenidas en ese orden) todas las cosas que Dios creó.
El escritor del libro de los Hebreos, escribió, hablando del Señor Jesucristo:
Hebreos 1:3 – «…el cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su poder…»
¿Quién es él o lo que mantiene esta uniformidad de movimiento en el macrocosmos y en el microcosmos? ¡El Señor Jesucristo y la Palabra de Dios!
12. Las Ondas de Radio:
Dios le hizo unas preguntas bastante extrañas a Job, hace aproximadamente 4,000 años:
Job 38:19, 24,35 – «¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz?….¿Por qué camino se reparte la luz? ¿Enviarás tú los relámpagos para que ellos vayan y te dirán ellos: Henos aquí?»
¡Estas son declaraciones asombrosas a la luz de la ciencia moderna!
La ciencia comprueba actualmente que, ¡la luz viaja continuamente! Y al contrario de la luz, ¡las tinieblas son estáticas!
Pero, ¿sabías que la radiación electromagnética (desde las ondas de radio hasta los rayos X) viaja a la velocidad de la luz?
Esta es la razón por la cual podemos tener actualmente la comunicación inalámbrica instantánea con el otro lado del mundo.
La revelación de que la luz viajara no fue descubierta hasta 1,864 (3,500 años después que la Biblia), cuando el científico británico, James Clark Maxwell, sugirió que la electricidad y las ondas de la luz eran dos formas distintas de energía (Enciclopedia Británica Moderna ilustrada).
13. La Ley de la Entropía:
La Ley de la Entropía (o la Segunda Ley de la Termodinámica) establece que toda la materia está sufriendo un desgaste, una pérdida de energía o un deterioro constante. O sea, todos los procesos físicos y todos los sistemas ordenados tienden al desorden. En otras palabras, la materia o energía a nuestro alrededor está continuamente en proceso de descomposición, de oxidación, de envejecimiento, de corrupción y desgaste.
Esto significa que el mismo universo que nos rodea está envejeciendo cada vez más, hasta el grado que sufra una muerte caliente y, por lo tanto, sin energía que pueda usarse. Nuestro propio sol está perdiendo millones de toneladas masa ¡cada segundo! Estas leyes fueron propuestas por el químico-biólogo francés, Antoine Lavoisier (1743-1794).
Otra vez, de manera asombrosa, la Biblia describía con cientos de siglos de anticipación al descubrimiento de estas leyes físicas, estas verdades que rigen casi a todas las demás disciplinas académicas científicas.
En tres diferentes pasajes la Biblia describe claramente que nuestro planeta se encontraba bajo estas leyes físicas de envejecimiento y corrupción constante de la materia:
«Desde el principio tú fundaste la tierra y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás, todos ellos como una vestidura se envejecerán, como un vestido lo mudarás y serán mudados» – (Salmo 102:25-26 – 1000 a.C.).
«Alzad a los cielos vuestros ojos y mirad abajo a la tierra, porque los cielos serán deshechos como humo y la tierra se envejecerá como ropa de vestir…» – (Isaías 51:6 – 750 A.C.).
«…los cielos son obra de tus manos, ellos perecerán, mas tú permaneces; ellos se envejecerán como vestidura…y serán mudados, pero tú eres el mismo» – (Hebreos 1:10-11 – 70 D.C.).
14. El Ciclo Hidrológico del Agua:
La Biblia enseña esta verdad científica desde hace tres mil años:
Eclesiastés 1:7 – «Los ríos todos van al mar y el mar no se llena, al lugar de donde vinieron los ríos, allí vuelven para correr de nuevo»
Esta declaración no parece muy profunda, pero cuando la consideramos con otros pasajes de las Escrituras, adquiere un significado profundo. Por ejemplo, el río Misisipi arroja aproximadamente 520 millones de galones de agua cada día al Golfo de México y este es solo uno de los miles de ríos que hacen lo mismo.
¿Por qué no se llenan los mares? o ¿a dónde se va toda esa agua?
La respuesta se encuentra en el ciclo hidrológico, también descrito en la Biblia hace tres mil años, por el rey Salomón:
Eclesiastés 11:3 – «Si las nubes fueren llenas de agua, sobre la tierra la derramarán…»
Y el profeta Amos, escribió (753 a.C.):
Amos 9:6 – «…el llama las aguas del mar y sobre la faz de la tierra las derrama, Jehová es su nombre»
El concepto de un ciclo de agua completo no fue comprendido por la ciencia hasta el siglo 17, mediante los descubrimientos de Pierre Perrault, Edme Marriote y Edmund Halley.
15. La Primer Ley de la Termodinámica:
La Biblia enseña en el libro del Génesis otra de las verdades científicas descubiertas en los últimos años:
Génesis 2:1 – «Fueron pues, acabados los cielos y la tierra y todo el ejército de ellos»
La palabra acabados en el original hebreo es –kalah-, que indica gramaticalmente una acción terminada en el pasado, o sea, que nunca volverá a ocurrir.
Esta verdad es precisamente la que enseña la Primera Ley de la Termodinámica (o también conocida como ̈la ley de la conservación de la energía), la cual establece que: Ni la materia ni la energía pueden ser creadas o destruidas, solo transformadas. Fue por causa de esta ley física que ̈la teoría de la continua creación, que propuso el astrofísico y matemático inglés, Sir Fred Hoyle, fue completamente descartada.
16. Las Leyes del Viento:
La Biblia enseñaba desde hace tres mil años el ciclo de las corrientes del viento, antes que la ciencia las descubriera: El viento tira hacia el sur y rodea al norte, va girando de continuo y a sus giros vuelve el viento de nuevo – (Eclesiastés 1:6).
Ahora sabemos que el viento alrededor de nuestro planeta da vueltas en ciclos, en el sentido del reloj de un hemisferio y en sentido opuesto a las manecillas del reloj en el otro hemisferio.
17. Las Constelaciones del Zodíaco:
Casi en todas las civilizaciones existen diversas descripciones de la mayoría de las estrellas en el cielo, lo que comúnmente se llama Constelaciones del Zodíaco o los Signos del Zodíaco, los cuales son doce en total. Y sea en la antigua Roma, o Grecia, o Egipto, Persia, Asiria o Babilonia, encontramos el mismo fenómeno: casi todas estas civilizaciones han tenido estos 12 signos, representando las mismas 12 cosas y colocadas en el mismo orden.
Tanto arqueólogos, antropólogos e historiadores han tratado de investigar en casi todas las librerías del mundo y en los escritos más antiguos por qué todas estas civilizaciones han contenido estos signos y de dónde provienen, pero sin ningún éxito.
¿De dónde provienen, todos estos signos del famoso Zodíaco?
El libro de Job, que tiene casi la misma antigüedad que el libro del Génesis y que data del año 2,150 A.C., o sea, 650 años antes que Moisés escribiera el Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia); y 1,100 años antes que Homero escribiera la Ilíada y la Odisea; y 1,500 años antes que Tales (considerado el primer filósofo griego), encontramos las referencias a las Constelaciones de las Pléyades, de Orión y de la estrella Arcturus (la Osa mayor):
Job 38:31-33 – «¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades o desatarás las ligaduras de Orión?, ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanza del cielo?»
Todas estas preguntas se las hizo Dios a Job, el cual no podía entender el porqué de todos los sufrimientos que estaba experimentando, para mostrarle lo poco que conocía acerca de los caminos de Dios.
La palabra hebrea para constelaciones es –mazzaroth-, que significa constelaciones del Zodíaco, las cuales suman 36; la palabra zodíaco significa grados o pasos, las cuales son las etapas del sol en el cielo, correspondiendo a los doce meses del año.
El sol inicia su circuito en la constelación de Virgo (virgen) y termina el año en la constelación de Leo (león), las cuales nos revelan ¡el inicio y el final del ministerio de Cristo! En este libro de los más antiguos de la Biblia descubrimos que las constelaciones del Zodíaco ya eran reveladas con siglos de anticipación.
Dios llamó a la infinidad de estrellas del cielo el ejército de los cielos, las nombró, las numeró, ordenó y colocó en cada galaxia como señales – (Génesis 1:14-18; 15:5; Salmo 147:4; Jeremías 31:35).
Desgraciadamente, todo este orden maravilloso de Dios fue corrompido y falsificado por Satanás, con lo que ahora se conoce como la Astrología, la cual la Biblia condena y advierte pertenece al reino de las tinieblas:
2 Reyes 17:16; 23:4-5 – «…y adoraron a todo el ejército del cielo y sirvieron a Baal… se dieron a la adivinación y agüeros… quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna y a los signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos»
Dios está condenando a Israel por haberse entregado a estas prácticas paganas del ocultismo, adivinación, brujería y astrología. El profeta Isaías condena también la práctica ocultista de la astrología con estas palabras:
Te has fatigado en tus muchos consejos, comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses para pronosticar lo que vendrá sobre ti – (Isaías 47:13).
18. Principios Físicos del Universo:
La ciencia expresa el universo con cinco términos: tiempo, espacio, materia, energía y movimiento. Es impresionante que en el primer versículo de la Biblia podamos encontrar estos cinco principios físicos del universo:
̈En el principio (tiempo) Dios creó (energía) los cielos (espacio) y la tierra (materia)…y el Espíritu de Dios se movía (movimiento) sobre la faz de las aguas – (Génesis 1:1).
Lo primero que Dios quiere que conozcamos es que Él es el Creador y controlador de todos los aspectos del universo:
Jeremías 31:35 – «Así ha dicho YHVH, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar y braman sus ondas, YHVH de los ejércitos es su nombre»
19. Las Estaciones del Año, Días y Meses del Calendario:
La Biblia nos describe el propósito del sol y la luna:
Génesis 1:14 – «Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche y sirvan de señales para las estaciones, para días y años»
Ademas de lo que sabemos sobre este texto del porque Dios puso las lumbreras, (para mas información ver nuestros estudios: Fiestas Bíblicas) vemos que también a través de las maravillas de la Astronomía moderna podemos ahora comprender que un año (365 días, horas y segundos) es el tiempo requerido que la Tierra usa para viajar en un circuito completo alrededor del sol.
Las estaciones del año (primavera, verano otoño e invierno) son causadas por el cambio de posición de la Tierra en relación al sol. Los astrónomos pueden pronosticar exactamente cuándo se inicia y cuándo termina una estación por el movimiento de la Tierra alrededor del sol. También podemos ahora comprender que un mes es el tiempo de la revolución de la luna alrededor de la Tierra, con respecto al sol.
¿Cómo pudo Moisés saber desde hace más de 3,500 años que las ̈lumbreras (el sol y la luna) eran factor determinante en la duración de un año, a menos que hubiera sido inspirado por Dios?
20. El Circuito del Sol:
Desde aproximadamente tres mil años la Biblia menciona algo increíble respecto al sol:
Salmo 19:4-6 – «En ellos puso tabernáculo para el sol y éste, como esposo que sale de su tálamo se alegra cual gigante para correr el camino de un extremo de los cielos y su curso hasta el término de ellos y nada hay que se esconda de su calor»
Por muchos años los críticos se burlaron de este pasaje bíblico argumentando que la Biblia enseñaba la doctrina de la geocentricidad (que el sol se mueve alrededor de la tierra).
Los astrónomos de tiempos antiguos pensaban que el sol estaba estacionario, sin embargo, en los últimos siglos se pudo descubrir y comprobar lo que la Biblia enseñaba con muchos siglos de anticipación: que el sol se mueve a través del espacio a una velocidad aproximada de 965 kilómetros por hora (600 mil millas por hora), viajando en el espacio en un circuito, tal como la Biblia lo enseñaba.
21. La Teoría de la Evolución:
Las enseñanzas de la Biblia son diametralmente opuestas a la filosofía y teoría de la evolución que postuló el naturista inglés, Carlos Darwin.
Esto es así, porque la Biblia, siglos antes de que ni siquiera se descubrieran las leyes de la herencia (1860 por Gregorio Mendel), Dios ya las había declarado y establecido:
Génesis 1:11-12, 21,24 – «Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que de semilla, árbol de fruto que de fruto según su género, que su semilla esté en el, sobre la tierra. Y fue así. Produjo pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno…Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve que las aguas produjeron según su género y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue asi»
Claramente observamos que Dios creó todo (semillas, árboles, aves, peces, animales, reptiles y seres humanos) según su especie y según su género. Todo tenía y tiene que reproducirse según la información o el código genético hereditario (ADN) que Dios colocó en toda su creación.
Claro que sí existe una macro evolución, o sea, la variedad que existe dentro de cada una de las especies que Dios creó. Por ejemplo, de la especie canina hay perros pastor alemán, chihuahueños, gran Danés, San Bernardo, cocker spaniel, labradores, etc., pero ¡todos pertenecen a la especie canina! La especie equina tiene caballos percherón, árabes, ponys, cuarto de milla, españoles, etc., pero ¡todos son y pertenecen a la especie equina!
¡Jamás ha habido ninguna prueba científica de alguna mutación de una especie a la otra!
Esta es la razón por la cual la teoría de la evolución no puede ser considerada científica.
¿Verdad científica o ficción?
La teoría de la evolución que desgraciadamente se enseña en casi todas las escuelas, universidades y museos del mundo, produce más preguntas que respuestas.
Si cada especie evolucionó a otra especie sin ningún Creador, entonces existen miles de problemas para esta absurda e irracional teoría anticientífica.
Por ejemplo: Los pájaros. ¿Respiraban antes que evolucionaran sus pulmones? Y si así fue, ¿cómo lo hacían?, ¿Por qué se desarrollaron entonces sus pulmones si vivían felices sin ellos?, ¿Cómo sabían lo que necesitaba ser desarrollado si su cerebro no había aun sido desarrollado?, ¿Tenían boca los pájaros? ¿Cómo comían antes que se desarrollara sus bocas?, ¿A dónde enviaba sus bocas la comida antes de que se desarrollaran sus estómagos?, ¿Cómo podían tener energía si no comían, pues su boca no estaba completamente desarrollada? ¿Cómo podían ver lo que tenían que comer antes que sus ojos se desarrollarán?
La teoría de la evolución, ¡es un suicidio intelectual!
〉El desarrollo de esta falsa teoría:
Veamos de qué manera se fue desarrollando esta famosa teoría pseudo-científica.
Un abogado inglés y geólogo amateur llamado, Charles Dawson, anunció en 1912 el descubrimiento de algunas piezas de una calavera humana y de una quijada de un mono en una caverna cerca del pueblo de Piltdown, en Inglaterra. Los expertos declararon este hallazgo el descubrimiento más grande para demostrar la teoría de la evolución, pues consideraron estas piezas humanas y animales que tenían de 300 a un millón de años de antigüedad.
Comenzaron a enseñar…. ¡que habían encontrado al eslabón perdido de Darwin!
Y así fue, que de esta manera, esta mentira permaneció otros 40 años más hasta que en 1953, varios científicos comenzaron a sospechar varias cosas, lo cual más tarde se convirtió en una de los escándalos científicos más grandes del siglo XX. El famoso Hombre de Piltdown (o el eslabón perdido) ¡fue un fraude intelectual!
La prueba del radiocarbono demostró que esta calavera había pertenecido a una mujer que había vivido hacía 600 años y la quijada había pertenecido a un orangután de hacía 500 años del oriente de la India (Nuestros Tiempos: La Historia ilustrada del Siglo XX).
Después vinieron otros fraudes intelectuales similares, como el Hombre de Nebraska, el cual se derivaba de un solo diente, pero que más tarde se demostró que había pertenecido a un cerdo extinto.
El Hombre de Java, encontrado a principios del siglo XX, el cual consistió en un pedazo de calavera, un fragmento de hueso y tres dientes molares. El resto provino de la imaginación de los escultores de París.
El Hombre de Neanderthal, que fue uno de los fraudes más grandes, pues su calavera fue expuesta públicamente como la de un ser humano y no la un mono.
El Dr. Colin Patterson (1933-1998), principal paleontólogo y biólogo del Museo Británico de Historia Natural, al ofrecer una conferencia en el Museo Americano de Historia Natural de New York (1981), explicó su perspectiva anti- evolucionaria con estas palabras:
«Una mañana desperté y me estremeció la idea de que llevaba trabajando más de 20 años en la teoría de la evolución sin haber jamás encontrado nada que fuera científico.
Fue un verdadero shock aprender que podemos estar equivocados por tantos años, por lo que comencé a preguntar a mis colegas:
¿Podrían ustedes decirme alguna verdad científica de la teoría de la evolución?
La única respuesta que he tenido ha sido un gran silencio absoluto de parte de todos mis colegas en todas partes del mundo a donde viajo, tanto de los miembros del Seminario Morfológico Evolucionario de la Universidad de Chicago, como de los miembros del Museo Natural de Historia de New York»
(Creation Science Foundation-1990)
〉La religión evolucionista:
Si no existe ninguna prueba científica de la teoría de la evolución, ¿por qué se promueve y se enseña como si lo fuera? Sir Arthur Keith (1866-1955), quien escribió el prólogo del libro de Darwin: El Origen de las Especies (en su 100ava. Edición), admitió:
La teoría de la evolución jamás ha sido demostrada y es, además, muy improbable y se ha llegado a aceptar porque es la única alternativa a la creación bíblica.
No cabe duda que la teoría de la evolución es una religión más, pues se necesita más fe para creer en ella que para creer en la creación bíblica.
- La procreación:
Otra de las maravillas del Dios Creador es la forma como diseñó a todos los organismos vivientes con tres propiedades asombrosas:
- Se auto-sostienen:
Esto significa que todos los organismos vivos tienen los medios para poder sostener su propia vida (alimentándose, respirando en su atmósfera (aún los peces en el agua) y defendiéndose para sobrevivir. Todos ellos tienen diferentes maneras de hacerlo y están perfectamente diseñados para sobrevivir en su propio medio ambiente. - Se auto-reparan:
Todos ellos tienen dentro de sus organismos los medios para recuperar su fuerza, pues si se lastiman o hieren, tienen los medios para auto-sanarse; si se fatigan, tienen los medios para recuperar su fuerza. - Se auto-reproducen:
Dentro de sus organismos tienen los medios a través de los cuales pueden reproducirse y propagar su misma especie a la que pertenecen. Todas estas tres capacidades son características, ¿de la evolución o de un Dios Creador sabio y poderoso?
Consideremos ahora la dificultad para construir una máquina que se auto-sostenga, se auto-repare y se auto-reproduzca. ¡Jamás en la historia la ciencia ha podido construir o diseñar nada parecido! Sin embargo, cada una de nuestras trillones de células en nuestro cuerpo, ¡tienen todas estas capacidades!
Desde el principio de su creación Dios diseñó que todos los organismos vivos, animales, reptiles, aves, peces y humanos se reprodujeran ̈según su género y especie – (Génesis 1:11-12, 21,24-25).
Desgraciadamente millones de personas definen estas verdades bíblicas como ̈dogmas religiosos, cuando… ¡tienen más evidencias científicas que la teoría de la evolución! Es increíble de qué manera el ser humano odia la luz y la verdad, pues estas verdades las tratan de silenciar en las escuelas y universidades, sin embargo, ¡son los principios elementales de la Genética!
La Genética moderna establece (esta información, ¡no la tenía Darwin!) que todo organismo viviente contiene un código- genético-hereditario (ADN-ácido desoxirribonucleico), el cual determina TODAS las características fundamentales de cada organismo.
El código del ADN es análogo al programa de una computadora, pues contiene toda la información necesaria para que cada organismo pueda reproducirse, preservarse y auto-repararse… ¡según su especie y su género! Esta estructura genética diseñada por Dios de cada organismo vivo lo limita a lo que el organismo es, ni más ni menos.
No existe información genética que pueda capacitar a un organismo para transformarse (mutaciones) en algo que no es. Nunca se ha podido demostrar científicamente la mutación de una especia a la otra.
Un ruido accidental jamás producirá la Novena Sinfonía de Beethoven, de la misma manera que las arenas del desierto jamás fabricarían por accidente el motor de un carro VW. Cuadro oímos música, sabemos que hay un compositor, cuando leemos un libro, sabemos que hay un autor, cuando vemos una máquina, sabemos que hay un ingeniero, cuando vemos una pintura, sabemos que un pintor, etc.
¿Por qué entonces no pueden los ateos llegar a la misma conclusión al observar y estudiar el código genético hereditario de cada una de las células que contienen una información codificada absolutamente increíble, lo que nos habla de un Diseñador sabio, inteligente y maravilloso Creador?
La respuesta es: ¡por su soberbia intelectual!
El apóstol Pablo lo explica de la siguiente manera:
Romanos 1:21-22 – «Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios»
(No te pierdas las próximas partes en: – Las evidencias de la Biblia)