Veamos algunas evidencias médicas que se encuentran en las Escrituras…
- 1. Las Leyes de la Higiene:
La Enciclopedia Británica documenta que en el año 1845, un joven médico vienés llamado Dr. Ignaz Semmelweis, esta aterrorizado por la cantidad de mujeres que morían dando a luz en los hospitales. Eran más del 50% de estas mujeres que morían inmediatamente después de dar a luz.
El Dr. Semmelweis pudo observar detenidamente que los médicos que examinaban los cuerpos de las pacientes que morían, se dirigían inmediatamente después a otras pacientes a punto de dar a luz sin lavarse las manos. Esto se había convertido en una práctica normal para todos los médicos, pues la presencia de enfermedades microscópicas era completamente desconocida en esos tiempos.
El Dr. Semmelweis comenzó a sugerir a los médicos que se lavaran las manos antes de cada examinación a las pacientes y entonces, de manera repentina, ¡el índice de mortandad disminuyó un 50%!
A la luz de la Biblia, examinemos las instrucciones específicas que Dios le dio a Moisés hace más de 3,500 años:
Levítico 15:13 – «Cuando se hubiere lavado de su flujo el que tiene el flujo (semen sexual), contará siete días desde su purificación y lavará sus vestidos y su cuerpo en aguas corrientes y será limpio«
En otras palabras, Dios ordena que su pueblo se lavará con aguas corrientes y, ¡no estancadas! Hasta hace pocos años los médicos se lavaban las manos en recipientes de agua, dejando de esta manera los gérmenes invisibles en sus manos.
La Biblia enseñaba con cientos de siglo de anticipación que debían lavarse las manos …. ¡En aguas corrientes!
- 2. La Co-relación entre Mente y Cuerpo:
Hasta hace algunos pocos años la ciencia comenzó a comprobar la íntima relación de algunas enfermedades que son influidas por el estado emocional o mental de una persona. A estas enfermedades se les llama actualmente, psicosomáticas (-psique- mente; -soma- cuerpo).
En otras palabras, está comprobado la relación que existe entre el estado mental de una persona y su salud física, pues el estrés, el nerviosismo, la intranquilidad, la falta de paz, los celos, la envidia, el odio o el rencor afectan, para bien o para mal, nuestra salud física.
La Biblia revelaba esta verdad desde hace más de tres mil años:
Proverbios 14:30; 17:22 – «El corazón apacible es vida para la carne, más la envidia es carcoma a los huesos….el corazón alegre constituye buen remedio, más el espíritu triste seca los huesos»
Solo Dios sabía la importancia de vivir en paz, sin estrés y con tranquilidad para poder tener la salud del corazón y del sistema nervioso. Y por el contrario, las malas actitudes como la envidia, comienzan a dañar la salud del sistema óseo.
Se dice que la artritis tiene un 80% de probabilidades de provenir de la amargura del corazón.
Proverbios 15:30; 16:24 – «La luz de los ojos alegra el corazón y la buena nueva conforta los huesos…panal de miel son los dichos suaves, suavidad al alma y medicina para los huesos»
No cabe duda que una buena actitud hacia la vida es reflejada a través de nuestra mirada, además que alienta a nuestro corazón, lo mismo que recibir buenas noticias, las cuales animan nuestro espíritu para seguir viviendo para el Señor. Y estas buenas noticias, ¿de dónde vienen? ¡De la Palabra de Dios!
De la misma forma, Dios declaró a Israel que las consecuencias de la desobediencia estarían relacionadas con la salud física y mental de la persona:
̈Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo, pues allí te dará Jehová corazón temeroso y desfallecimiento de ojos y tristeza de alma.
Y tendrás tu vida como algo que pende de ti, estarás temeroso de noche y de día y no tendrás seguridad de tu vida.
Deuteronomio 28:65-67 – «Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuera la tarde! Y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuera la mañana! Por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado y por lo que verán tus ojos»
A este estado mental, la psicología moderna le llamaría esquizofrenia, paranoia y ¡depresión profunda! No cabe duda que nuestra salud física y mental está relacionada con la santidad o con el pecado. Por esta razón el rey Salomón escribió:
Proverbios 3:1-2,7-8 – «Hijo mío, no te olvides de mí ley y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán….teme a YHVH y apártate del mal, porque será medicina a tu cuerpo y refrigerio a tus huesos»
Durante todo su ministerio, el Señor Jesucristo insistió y enfatizó la importancia de que mantuviéramos la paz interior, alejar el afán y la ansiedad de nuestra vida diaria:
̈Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo qué habéis de vestir.
Mateo 6:25, 31,33- 34 – «¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?….No os afanéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos? Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas. Basta a cada día su propio mal»
El apóstol Pablo escribió a la iglesia de Filipos:
Filipenses 4:6-7 – «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego y acción de gracias. Y la paz de que Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús»
No cabe duda que la intranquilidad del corazón y el estrés debilitan nuestro sistema
inmunológico.
- 3. La Vitamina k y la Circuncisión:
Dios ordenó a Moisés que la señal del Pacto entre El y su pueblo sería la circuncisión, por lo que todo varón debería ser circuncidado exactamente a los ocho días de nacido:
Génesis 17:11 – «Circuncidaréis pues, la carne de vuestro prepucio y será por señal del pacto entre mí y nosotros»
¿Qué relación tiene esta circuncisión con la ciencia médica moderna y por qué tenía que ser exactamente a los ochos días de nacido?
Hasta hace pocos años la ciencia médica comenzó a comprobar la íntima relación de la vitamina k on la coagulación de la sangre. Y antes de que se descubriera que los niños desarrollan esta vitamina antes de los ocho días de nacidos, ¡la Biblia era más moderna que la ciencia médica!
En otras palabras, circuncidar a un niño antes de los ochos días le produciría una hemorragia, pues carece de esta importante vitamina para la coagulación de su sangre.
- 4. Las Infecciones Bacterianas:
Durante muchos siglos la gente vivió ignorante acerca del mundo invisible de microbios y bacterias que nos rodean por todo lados, especialmente donde abunda la suciedad, el excremento de animales o de humanos y el orín.
Fue hasta el año 1590 que un holandés fabricante de anteojos llamado, Zacharias Janssen, inventó el microscopio.
En el año 1673 se descubrieron los glóbulos rojos, las bacterias y las células. Sin embargo, antes que se descubriera este mundo invisible de bacterias infecciosas y su propagación en el aire, Dios ya le había instruido a Moisés acerca del cuidado que debían tener al verter el excremento en la tierra y al descubierto:
Deuteronomio 23:13 – «Tendrás también entre tus armas una estaca y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella y luego al volverte cubrirás tu excremento»
¡Increíble verdad….pero cierto!, ¡Cuánta sabiduría encontramos en la Biblia!
- 5. El Colesterol:
De la misma manera, hasta hace pocos años la ciencia médica descubrió ese veneno que puede acumularse en la arteria producida por las grasas y las azúcares llamado colesterol.
Fue el francés Michel-Eugene Chevreu (1786-1889) quien fue el primero en descubrir los lípidos y las grasas, a los cuales llamó colesterina . Pero no fue hasta el siglo XX que fue aceptado por la comunidad científica y médica como algo dañino para el torrente sanguíneo. Pero muchos siglos antes de todos estos descubrimientos, Dios le dio a su pueblo Israel leyes sanitarias para que tuvieran cuidado de nunca comer las grasas de los animales ni los mariscos:
Levítico 7:22-24; 11:7- 8,10-12 – «Ninguna grosura (grasa) de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. El cerdo, por tener pezuñas hendidas y no rumia, lo tendréis por inmundo.
De la carne de ellos no comeréis ni tocaréis su cuerpo muerto, los tendréis por inmundos…..y todo lo que no tiene aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa vivientes que está en las aguas, lo tendréis por abominación»
Actualmente tú cardiólogo te puede confirmar el daño tan tremendo que le hace a tú corazón comiendo grasas en exceso.
- 6. La Circulación Sanguínea:
La circulación de la sangre fue descubierta por el médico inglés, William Harvey (1630), pero con muchos siglos de anticipación, la Biblia ya nos revelaba este gran descubrimiento de la ciencia médica:
Levítico 17:11 – 3,500 A.C. – «Porque la vida de la carne en la sangre está….»
Y antes que se descubrieran los diferentes tipos de sangre que tenemos los seres humanos, el apóstol Pablo escribió hace dos mil años esta gran verdad científica:
Hechos 17:26 – «Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre la faz de la tierra»
En otras palabras, ya sea que tengamos sangre RH-negativa o RH-Positiva o Universal, ¡es sangre humana!
Si tu maestro en la escuela te insiste en hacerte creer que descendemos de los monos, pregúntale que si cuando se enferme y necesite una transfusión sanguínea, ¡aceptaría sangre de un mono!
Hasta hace como 130 años se desangraba a los enfermos y muchos murieron por esta práctica, pues si perdemos la sangre, ¡perdemos la vida!
Nuestra sangre contiene agua para nutrir a cada célula de nuestro organismo, mantiene la temperatura del cuerpo y remueve los materiales de desperdicio de las células del cuerpo. También lleva el oxígeno de los pulmones a través del cuerpo.
Casi el 55% está compuesta de plasma, el resto está compuesta de tres tipos de células: los glóbulos rojos (eritrocitos); los glóbulos blancos (leucocitos); y las plaquetas (trombocitos).
Y una vez más, ¡la Biblia tenía razón!
- 7. Las Leyes de la Cuarentena:
Miles de años antes de que la ciencia médica descubriera la importancia de poner en cuarentena a las personas con enfermedades infecciosas, la Biblia ya lo enseñaba.
Exactamente 1,490 años A.C., encontramos en la Biblia las instrucciones de Dios para las personas leprosas:
Levítico 13:46 – «Todo el tiempo que la llaga estuviera en él, será inmundo; estará impuro y habitará solo, fuera del campamento será su morada»
Las leyes de la cuarentena no fueron aplicadas hasta el siglo XVII.
Durante la devastación de la muerte negra (peste bubónica) del siglo XIV, los pacientes enfermos o muertos eran guardados en las mismas habitaciones con el resto de la familia.
La multiplicación de las muertes comenzó a hacer pensar a los médicos acerca del origen de esta enfermedad y por qué afectaba a miles de personas a la vez.
Un examen cuidadoso de las leyes sanitarias de Dios en el libro de Levítico hubiera salvado a millones de personas.
El famoso científico, Arturo Castiglione, escribió en su famoso libro: Historia de la Medicina, las siguientes palabras:
Las leyes en contra de la lepra escritas en el libro de Levítico capítulo trece, deberían ser reconocidas como el primer modelo de la legislación sanitaria
(1927-Universidad de Yale)
- 8. El Origen de los Sexos:
No cabe duda que nos encontramos viviendo en una época donde los géneros: masculino y femenino están desapareciendo. Los varones anhela ser mujeres y las mujeres anhelan comportarse y actuar como varones.
El colmo ha llegado al siglo XXI cuando los gobiernos han comenzado a autorizar las bodas gay (hombres con hombres y mujeres con mujeres ¡uniéndose en matrimonio!).
Todas estas nuevas costumbres donde la gente está comenzando a acostumbrarse a aceptarlo como algo normal, no son normales de acuerdo a la Biblia.
Casi todas las formas complejas de vida tienen, tanto un macho como una hembra (humanos, caballos, perros, monos, peces, elefantes, pájaros, etc.). El macho necesita a una hembra para reproducirse y la hembra necesita al macho para reproducirse también.
¡Ninguno puede traer la vida sin el otro!
La Biblia nos enseña que desde el principio de la creación, fue Dios quien diseñó los diferentes sexos:
Génesis 1:27 – «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó»
Y el Señor Jesucristo enseñó y confirmó la misma verdad De su Padre:
Mateo 19:4 – «…el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo»
Pero si la teoría de la evolución es cierta, ¿cuál de los dos sexos vino primero? Si el macho vino primero que la hembra, ¿de qué manera el macho de cada especie se reprodujo sin la hembra? O, ¿también surgieron los dos sexos al mismo tiempo accidentalmente?
¿Cómo es posible que los dos sexos hayan surgido espontáneamente y, sin embargo, cada uno tenga dos sistemas reproductivos completamente complejos y complementarios?
(No te pierdas las próximas partes en: – Las evidencias de la Biblia)