Génesis 1:1-25 – La Creación

Génesis 1:1-5 – «(1) En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (2) Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. (3) Y dijo Dios: Sea la luz;(A) y fue la luz. (4) Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. (5) Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día»

La palabra Génesis” significa: origen, inicio.

En hebreo, el libro de Génesis se conoce como “Bereshit”, que literalmente significa:

“…En el principio…

El título viene de las primeras palabras del libro.creacion hands-of-creation-evelyn-patrick

Génesis 1:1 – «En el principio creó Dios los cielos y la tierra»

El tema general del libro es: el origen de la humanidad, al igual que el origen del pueblo de Dios, Israel.

No es casualidad que la Biblia comience así.  No sólo se trata de comenzar “por el principio”, sino porque es necesario saber de dónde venimos, pues esto nos da identidad.

Si sabemos de dónde venimos…sabremos quiénes somos.

Si sabemos quiénes somos…sabremos hacia dónde vamos.

– «Iniciamos el estudio de la Tora conscientes de que la Torá no es un libro de historia, sino el estatuto que establece la misión del hombre en el universo. Por eso es que en su primer comentario, Rashi cita a Rabí Itzjak, quien afirma que dado que la Tora es principalmente un libro de leyes, tendría que haber comenzado con el precepto del novilunio – (Shemot 12:2), que fue la primera ley que se le encomendó a todo el pueblo judío como nación.

El explica que el motivo por el cual la Torá comienza con el relato de la historia de la Creación es para establecer que Dios es el Soberano del universo: Él le declaró a Su pueblo el poder de Sus obras a fin de conferirles el patrimonio de las naciones (Tehilim 111.6).

Si las naciones acusan a Israel de delinquir por haberse apropiado de los territorios de las siete naciones de Canaán, Israel siempre puede responder: “Todo el universo Le perte­ nece a Dios. Él lo creó y Él se lo concedió a aquel que Le pareció apropiado. Fue Su deseo dárselo a ellos y luego fue Su deseo quitárselo a ellos y dárnoslo a nosotros.

Según sostiene Rambán, incluso después de leer cómo se creó el mundo y cómo se creó su principal protagonista, el hombre, aún no comprendemos el secreto, y ni siquiera el proceso de la Creación. La obra de la Creación constituye un profundo misterio que puede comprenderse únicamente a través de la tradición que Dios le transmitió a Moshé; y  aquellos que tienen el privilegio de que se les confíe este conocimiento oculto no están autorizados para revelarlo. Lo que sí sabemos es que Adam y Javá, los precursores de la humanidad, tenían la misión de cerciorarse de que la Creación cumpliera con su finalidad, debiendo para ello observar los preceptos de Dios. Pero ambos fracasaron y fueron conducidos al exilio.

Sin embargo, la misión del hombre no cambió. Lo único que cambió fueron las condiciones en las que dicha misión se llevaría a cabo. Dios castigó a los transgresores, mas no se deshizo de ellos, puesto que podían hacer penitencia.

De hecho, el concepto del arrepentimiento era un prerrequisito para la existencia del hombre, pues sin este el hombre no podría haber sobrevivido. Adam y Javá se arrepintieron. Lo mismo ocurrió con los pecadores que les siguieron, Caín y Lémej. Esta es también una de las principales lecciones de la historia de Bereshit: aunque el hombre peque, siempre puede retornar, y Dios le concede la oportunidad de hacerlo.

Todo esto es un preludio de la historia de Israel. Dios fue paciente durante diez generaciones -desde Noaj hasta Abraham-, pero ninguna de estas generaciones logró llevar a cabo la misión para la cual había sido creada. Después de ese fracaso, Dios eligió a Abraham y a su descendencia para que cumplieran con la misión que originalmente había sido universal – (ver Avot 5:2).

Rambán sostiene que esa es la razón por la cual Bereshit es llamado el “Libro de la Creación»: la esencia de la creación no es tanto la historia de las montañas y los valles, de los océanos y los desiertos, ni siquiera del hombre y de los animales, como lo es la historia del nacimiento de Israel, la nación que heredó la tarea de Adam y Java. En este primer Libio de la Tora, examinamos la historia de Israel desde !a vida de Abraham y Sara hasta el momento en que su descendencia se transforma en una familia y luego en una nación.

Rambán comenta que la Torá narra la historia de los seis días de la Creación en nihilo, a fin de establecer que Dios es el único Creador y refutar las teorías de aquellos que sostienen que el universo es eterno o que surgió a través de una colosal coincidencia o por accidente. Esto está implícito en la narra­ción de los primeros seis días, pues la Tora no proporciona detalles específicos con relación al proceso de la Creación, así como tampoco hace mención de los angeles ni de otros seres incorpóreos. La historia de la Creación nos esboza sólo en términos muy generales cuándo surgieron las principales categorías del universo, porque su propósito principal es afirmar que nada surgió excepto por mandato de Dios».

Estas palabras nos recuerdan que todo lo humano tiene un principio. Sólo Aquel que está entronizado como el soberano Señor del tiempo no tiene principio ni fin. De modo que las palabras con que comienzan las Escrituras trazan un decidido contraste entre todo lo que es humano, temporal y finito, y lo que es divino, eterno e infinito. Al hacernos recordar nuestras limitaciones humanas, esas palabras nos señalan a Aquel que es siempre el mismo, y cuyos años no tienen fin – (Heb. 1: 10-12; Sal. 90: 2, 10).

Nuestra mente finita no puede pensar en «el principio» sin pensar en Dios, pues Él «es el principio» – (Col. 1: 18; cf. Juan 1: 1-3). La sabiduría y todos los otros bienes tienen su principio con él – (Sal. 111: 10; Sant. 1: 17). Y si alguna vez hemos de asemejarnos de nuevo a nuestro Hacedor, nuestra vida y todos nuestros planes deben tener un nuevo principio en él – (Gén. 1: 26, 27; cf. Juan 3: 5; 1 Juan 3: 1-3).

Tenemos el privilegio de disfrutar de la confiada certeza de que «el que comenzó» en nosotros «la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo» – (Fil. 1: 6). El es «el autor y consumador de la fe» – (Heb. 12: 2).

Nunca olvidemos el hecho sublime implícito en estas palabras: «En el principio… Dios«.

Génesis 1: 1 afirma que Dios es antes de todo lo que existe y que es, en forma excluyente, la única causa de todo lo demás. Este versículo es el fundamento de todo pensar correcto en cuanto al mundo material. Aquí resalta la impresionante verdad de que, «al formar el mundo, Dios no se valió de materia preexistente»

La Biblia nos dice como podemos saber que Dios existe debido a lo que vemos en la creación.

Salmos 19:1-4 – «Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol»

Aunque muchos buscan negar la efectividad del argumento teleológico de la existencia de Dios (El entendimiento de que tiene que haber una inteligencia con propósito por el creó este mundo), aún permanece sin respuesta por los ateos o agnósticos.

La Biblia estaría incompleta y a lo mejor incomprensible sin el Libro de Génesis. Acomoda el escenario para todo el drama de redención, lo que se desarrolla en el resto del libro.

Génesis nos muestra los orígenes del universo, del orden y la complejidad, del sistema solar, de la atmósfera e hidrosfera, del origen de la vida, del hombre, del matrimonio, del mal, del lenguaje, del gobierno, de la cultura, de las naciones, de la religión. Es precisamente debido a que la gente ha abandonado la verdad de Génesis que la sociedad está en tal confusión.

Jesús declaró la importancia de creer lo que Moisés escribió:

Juan 5:46-47 – «Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?»

No podemos decir que creemos en Jesús si no creemos en el Libro de Génesis.

Un día, estudiantes en una de las clases de Albert Einstein estaban diciendo que habían decidido que no había Dios. Einstein les preguntó que cuánto de todo el conocimiento del mundo tenían entre ellos juntos, como clase. Los estudiantes lo discutieron por un tiempo y decidieron que tenían el 5% de todo el conocimiento humano entre ellos. Enstein pensó que su estimación era un poco generosa, pero contestó: “Es posible que Dios exista en el 95% que ustedes no conocen?”

La Palabra empieza mostrando a Israel y al mundo que el universo tiene un principio. Entre las religiones paganas existe la creencia de que el universo es eterno o que las cosas hayan sido creadas por la lucha entre diferentes dioses. La hipótesis de la evolución enseña que todo se ha desarrollado mediante la casualidad. Pero la Palabra nos enseña que hay Uno que está por encima del universo, y que ha dado inicio a todas las cosas.

Este conocimiento evita toda adoración a las cosas creadas en lugar del Creador, lo cual es la misma esencia de la idolatría, como está escrito en Romanos 1:20-25.

Romanos 1:20-25 – “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén.

El hecho de que Alguien haya dado inicio y existencia a todas las cosas, nos enseña que Él es el dueño de todo lo que existe y que tiene el derecho de gobernar sobre todo lo que es suyo. Este hecho le convierte en el gran Legislador del universo.

Si hay Uno que ha dado inicio a todo lo que existe, tanto en los cielos como en la tierra, entonces todo lo que existe tiene que cumplir los propósitos suyos. Este Ser superior dio inicio al tiempo, al espacio, a la materia, la vegetación y a los seres vivos porque tenía una razón muy específica para hacerlo.

Él tiene la plena potestad para hacer lo que le plazca con las cosas que ha creado, para que absolutamente todo sea llevado a cumplir los propósitos suyos. Esto le convierte en el gran Conductor de la creación. Este principio está detrás de los reclamos que Él está haciendo sobre el hombre, al ordenarle a cumplir sus mandamientos. Todas las cosas han sido sometidas a una Torá, una instrucción. Cada cosa creada tiene una ley que cumplir. Esa ley es el propósito del Creador para aquella cosa específica.

El hombre es un ser creado con un propósito muy específico, el de servir a Aquel que le ha hecho y puesto en su plan universal. El propósito del hombre es cumplir aquella Palabra que el Eterno le ha designado.

Si un hombre no sirve al Creador conforme a la Palabra, se rebela contra el mismo principio de existencia de toda la creación y sale fuera del derecho de existir. Todo lo que existe está allí porque el Eterno lo ha hecho y porque Él tiene un plan específico con cada criatura. Ningún detalle en la creación carece de significado.

Este texto habla de un inicio, lo cual nos enseña que el tiempo es una creación y que el Creador está fuera del tiempo.

Luego habla de que los cielos y la tierra fueron creados, lo cual nos enseña que el espacio y la materia no son eternos, sino fueron llevados a la existencia en un momento histórico, en el principio del tiempo.

¿Qué había antes del principio?

Sólo uno, Elohim (Dios). Sin embargo, dentro de Elohim había planes, que estaban allí desde la eternidad, en un estado que carece de tiempo, puesto que a partir de la creación de todo, empezó el tiempo.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “en el principio” es “bereshit”. Es una palabra compuesta por dos palabras, “be” que significa “dentro de”, “en”, “con”, “por medio de”, “por causa de” etc.; y “reshít”, que significa “primero (en lugar, tiempo, orden o rango)”, “primicia”, “inicio”, “principal”, “lo mejor” etc. Según el diccionario Strong, esta palabra viene de la misma raíz que “rosh” que significa “cabeza”, “parte superior”, “comienzo”, “jefe”, “principal”, “gobernante”, etc.

En todos los lugares donde la palabra “reshit” aparece en las Escrituras, se halla en el estado constructor en relación con el sustantivo que la sigue. Este fenómeno gramatical, llamado semijút en hebreo, es muy común en las Escrituras, y construye una relación entre dos sustantivos, uno de los cuales está subordinado al otro, el cual lo determina.

Por ejemplo “simjat Torá”. La palabra “simjá” o “simjah” es una palabra femenina que significa “alegría”. Cuando aparece en la forma constructa se intercambia la letra “hey” final por una “tav”, para que tenga el significado de “alegría de”. “Simjat Torá” significa literalmente “la alegría de la instrucción”.

La letra “tav” final en la palabra “Bereshit” muestra que está escrita en la forma constructa, dando el significado de “principio de”. Ahora, la palabra que sigue es “bará”, que literalmente significa “creó”, y por lo tanto no es un sustantivo, sino un verbo. Sin embargo, según Rashí, este verbo debe ser entendido como “el crear”.

La palabra “reshít” se usa en relación con un inicio, una primicia:

  • Un reinado – Génesis 10:10.
  • Un hijo primogénito – Génesis 49:3; Deuteronomio 21:17.
  • Los primeros frutos de la tierra, las primicias – Éxodo 23:19; 34:26 etc.
  • En Proverbios 8:22, la sabiduría, que es la Torá, es llamada “el principio (reshít) de su camino”.
  • En Jeremías 2:3, el pueblo de Israel es llamado “la primicia (reshít) de sus frutos”.

Según esta interpretación, el primer versículo no explica el orden en que fueron creadas las __________106902cosas. En una de las reglas de interpretación del tercer nivel, en hebreo “drash”, “búsqueda”, (ver nuestra enseñanza – Formas de interpretar la Escriturase compara y se relaciona una expresión o una palabra que aparece en diferentes textos en las Escrituras. La palabra “reshít” aparece casi 20 veces en el Jumash, y en más de 50 ocasiones en todo el Tanaj. Se usa en relación con un inicio.

La traducción literal de los dos primeros versículos sería entonces:

En el principio del crear de Elohim los cielos y la tierra, la tierra era confusión y vacío, con oscuridad sobre la superficie del abismo. El aliento de Elohim planeaba sobre la superficie de las aguas. Entonces Elohim dijo: “Haya luz”, y hubo luz

  1. Inicio de un reinado – Génesis 10:10.
  2. Un hijo primogénito – Génesis 49:3; Deuteronomio 21:17.

Colosenses 1:15-18 – “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y en él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la congregación; y él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que él tenga en todo la primacía

En las Escrituras hay una relación muy íntima entre reshít y el Mesías. El Mesías es el Reshít de todas las cosas.

Juan 17:5, 24b – “Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera… la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”

Aquí no está escrito que el Hijo estaba en el seno del Padre, sino en tiempo presente, está en el seno del Padre. Como el Padre está fuera del tiempo, su Hijo, que es el proyecto Mesías, está fuera del tiempo, dentro del Padre, en la eternidad, en el presente continuo por toda la eternidad.

1 Juan 1:1-2 – “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca de la Palabra de vida, pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó

El Eterno ha decidido gobernar el universo por medio del Mesías. Por lo tanto, la palabra “reshít” está relacionada en las Escrituras con el principio de un reinado.

Es más, el proyecto Mesías es la razón por la cual todas las cosas fueron creadas y para quién todo haya sido hecho. El Eterno creó todas las cosas por medio del plan Mashíaj, y para Mashíaj, que más adelante iba a ser manifestado a través de un hombre.

Juan 1:14 – “Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros

  1. Israel es el hijo primogénito del Eterno – Éxodo 4:22; Oseas 11:1.
  2. El Mesías es la Torá manifestada como hombre – Juan 1:14.
  3. El que reúne en sí a todo es Israel – Mateo 2:15, Juan 12:32.

El prefijo hebreo “be” en la primera palabra de la Torá, “beReshit”, significa “en”, “por”, “en aras de”, “por causa de”, etc.

Esto nos enseña que Dios creó los cielos y la tierra “en Reshít”, o “por causa de Reshít”.

Como hemos visto antes, Reshít es la Torá, Israel y el Mesías. En realidad estos tres son uno. La Torá es el plan eterno por medio del cual el mundo fue creado. Así que, todas las cosas fueron creadas por medio de la Torá y por causa de Israel. Y todo fue creado por medio del Mesías y por causa del Mesías.

Juan 1:1- 3 – “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”

Esta Palabra, este proyecto Mesiánico, fue luego materializado poco a poco por medio de la creación de todas las cosas. Pero aunque el Mesías no había sido manifestado como hombre, todas las cosas fueron preparadas por causa de él, y por causa de que él iba a venir y ser puesto como gobernante sobre todas las cosas creadas.

Podríamos traducir el texto de esta manera:

“Por causa del Principal creó Elohim los cielos y la tierra”

La primera letra de la Torá es bet, que significa “casa”. Por lo tanto podríamos entender el primer versículo también de esta manera:

1bet
1 Letra «bet» hebreo en la Escritura

“Una casa de Reshít creó Elohim los cielos y la tierra”

Esto nos enseña que los cielos y la tierra son la casa de Reshít, que es el Mesías. Casa y ropa es esencialmente lo mismo. La creación es la ropa del Mesías.

Hebreos 1:1-3 – «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universoel cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas»

El Creador es invisible e inalcanzable para las cosas creadas. Sólo es posible conocerle por medio de lo que Él revele de sí mismo. En este texto él nos enseña que el camino para conocerle pasa a través de la creación y Reshít. De esta manera el Hijo, el Mesías, es el principal agente por medio del cual el Invisible se manifiesta en el mundo.

Juan 14:6, 9b – “Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí… El que me ha visto a mí, ha visto al Padre

El Padre se manifiesta en este mundo a través de su Hijo. Ahora, no podemos caer en la trampa de pensar que el Eterno sea como los hombres o los animales de manera que se pueda reproducir y tener hijos como nosotros, o mezclarse con los hombres y tener hijos. Este pensamiento se encuentra en las religiones paganas entre personas que no conocen la verdad de Torá. Cuando habla del Hijo, se refiere a la función de ser el seguidor y el representante, al igual que un hijo imita y representa a su padre en una familia.

El rey David fue el octavo hijo de Isaí, pero es llamado primogénito (Salmo 89:20, 27). Cuando Pablo escribe en Colosenses 1 que el Mesías es el primogénito de toda creación, no significa que él haya nacido del Padre por medio de una reproducción, sino que él fue destinado para ocupar el lugar de gobernante sobre todas las cosas creadas, tanto las invisibles como las visibles. El hijo primogénito es el que llevará el nombre de su padre y el derecho de gobernar en la familia cuando el padre ya no esté presente.

De la misma manera el Mesías es llamado Hijo, no porque el Eterno haya podido parir o se haya reproducido, sino porque el Mesías ha obtenido la posición de gobernante sobre todas las cosas creadas. El Hijo es el que representa al Padre en la creación. El concepto hebreo de Hijo tiene que ver con discipulado, representatividad y delegación de autoridad.

En las Escrituras hebreas los discípulos son llamados hijos, a pesar de no haber sido engendrados biológicamente por su maestro, Estos “hijos” luego reciben la autoridad delegada para actuar como representantes de su maestro.

Juan 1:12 – “Pero a todos los que le recibieron, les dio el poder de llegar a ser hijos de Elohim, es decir, a los que creen en su Nombre”

Cuando las Escrituras hablan de los “hijos de Dios” se está refiriendo a Ángeles u hombres que son creación directa por Dios y que han recibido poder del Creador para juzgar y gobernar sobre alguna área de la creación, se trata de autoridad delegada. Por esto a todos los que reciben a Jesús les es concedido el poder, es decir la autoridad, de ser hechos hijos de Dios.

En el principio creó… – La palabra hebrea que ha sido traducida como “creó” es “bará”. Esta palabra aparece unas 50 veces en las Escrituras y siempre tiene que ver con la acción de producir o hacer algo que no existía antes. Se trata de traer algo a la existencia. En el sentido estricto sólo el Creador puede crear. Sólo Él puede hacer que algo llegue a tener existencia sin haber existido antes. La expresión “crear de la nada” es una manera de expresar este concepto.

Bara - Genesis 1
(Ver la enseñanza – El dabar – merma de Elohim)

El verbo «crear» viene del hebreo bara’, que en la forma en que se usa aquí describe una actividad de Dios, nunca de los hombres, Dios crea «el viento» – (Amós 4: 13), «un corazón limpio» – (Sal. 51: 10) y «nuevos cielos y nueva tierra» – (Isa. 65: 17).

Las palabras hebreas que traducimos «hacer«, ‘asah, «formar«, yatsar y otras, frecuentemente (pero no en forma exclusiva) se usan en relación con la actividad humana, porque presuponen materia preexistente. Estas tres palabras se usan para describir la creación del hombre. Las mismísimas primeras palabras de la Biblia establecen que la creación lleva la marca de la actividad propia de Dios. El pasaje inicial de las Sagradas Escrituras familiariza al lector con un Dios a quien deben su misma existencia todas las cosas animadas e inanimadas – (Heb. 11: 3). La «tierra» aquí
mencionada evidentemente no es el terreno seco que no fue separado de las aguas hasta el tercer día, sino todo nuestro planeta.

Hebreos 11:3 – “Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles”

Las cosas visibles son el resultado de las cosas invisibles, que a su vez están dentro de la mente del Creador. Todo lo visible fue hecho de lo invisible. Las cosas visibles son el resultado de las cosas invisibles. Todo lo que sucede en el mundo visible es un resultado de lo que primero sucedió en el mundo invisible.

1:1 – “En el principio creó Dios-«Elohim» los cielos y la tierra…”

«…Dios…» – Dios – Heb. Elohim אלהים  Este Nombre denota a Dios en Su Atributo de Justicia (מרת הרין), como Soberano, Legislador y Juez del mundo. Al emplear sólo este Nombre en el relato de la Creación, la Torá indica que la Justicia  es el estado ideal del mundo, lo cual implica que el hombre debería ser tratado exactamente de la forma que se merece, según sus actos. Sin embargo, dado que el hombre no es lo suficientemen­ te virtuoso como para sobrevivir a tan severo escrutinio, Dios agregó Su Atributo de Compasión a la historia de la Creación para que el juicio fuera atenuado con compasión – (ver comentario Génesis 2:4).

El”, “Eloah” y “Elohim”, han sido traducidas como “Dios” en la mayoría de las versiones castellanas. La palabra hebrea “El” aparece alrededor de 200 veces en las Escrituras, prácticamente siempre en referencia al Creador. Algunas veces tiene el significado de “poder”.

La forma plural de “El”, “Elim”, no se usa en referencia al Creador, sino a otros poderes, humanos o angelicales También es usado para referirse a los dioses paganos.

  1. PODER: – Génesis 31:29; Proverbios 3:27; Miqueas 2:1.cf.
  2. OTROS PODERES: – Éxodo 15:11; Job 41:25; Salmo 89:6
  3. DIOSES PAGANOS: – Isaías 57:5; Daniel 11:36.

La palabra “Eloah” aparece 56 veces en las Escrituras, mayormente en el libro de Job. Sólo aparece dos veces en el Jumash – Deuteronomio 32:15, 17.

La forma plural de Eloah es Elohim, y aparece alrededor de 2600 veces en las Escrituras. Esta palabra no es un nombre personal, sino un título y atributo que expresa autoridad y juicio. Es utilizada en referencia el Creador en la gran mayoría de los casos, pero también en referencia a otros personajes.

  1. Los ángeles – Salmo 8:5
  2. Dioses paganos – Génesis 31:30.
  3. Moises obtuvo el título de Elohim – Éxodo 4:16; 7:1
  4. Los jueces de Israel son también llamados Elohim – Éxodo 21:6; 22:8-9.

Aunque el texto de Bereshit dice que Elohim, en plural, creó los cielos y la tierra, el verbo no está en forma plural “crearon”, sino singular, “creó”.

Esto nos enseña que Elohim no debe ser entendido como varios dioses o un conjunto de personas o una unidad de personalidades, sino como uno sólo. Esta es también la confesión principal que cada judío practicante hace dos veces por día, al proclamar:

“Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad” – “Oye Israel, el Señor es nuestro Elohim, el Señor es uno.” – Deuteronomio 6:4.

«»…En el comienzo, cuando Dios empezó a crear…» – Esta frase suele interpretarse como En el comienzo, Dios creó…, lo cual indicaría que la Torá es la que está dando la secuencia de la Creación -que Dios creó el cielo, luego la tierra, la oscuridad, el agua, la luz, etc. Sin embargo, Rashi e Ibn Ezra están en desacuerdo con esa traducción y nuestra traducción sigue la opinión de ellos.

Sin embargo, según Rambán y la mayoría de los demás comentaristas, el versículo sí es cronológico y comienza con una afirmación general: En el comienzo mismo -a partir de la nada absoluta-, Dios creó el cielo y la tierra, vale decir, la substancia básica a partir de la cual Él luego formó el universo tal como lo conocemos, así como se explica en los siguientes versículos. El capítulo continúa con el proceso, día por día, hasta que llega a su punto culminante con la creación del hombre, que es el principal objetivo de la Creación.

En forma homilética, el término בראשׁית puede interpre­ tarse como בשבית ראשית, [el mundo fue creado] en aras de [las cosas que se llaman] “comienzo», lo cual significa que Dios creó el mundo en aras de las cosas que son de una importancia tan fundamental que la Torá las llama ראשית, primero o comienzo. Estas cosas son la Torá e Israel; por lo tanto, el motivo de la Creación fue que Israel aceptara la Torá y la cumpliera (Rashi). El Midrash añade otras cosas que también son llamadas ראשית, como los preceptos referentes al primogénito, las primicias y los regalos que se les dan a los Cohanim, que deben tomarse de las cosechas y de la masa antes de que estas puedan ser consumidas. De aquí inferimos que el propósito de la Creación es permitir a los israelitas consagrar sus esfuerzos y sus logros al servicio del Creador»

«…los cielos…» – La palabra hebrea que ha sido traducida como “cielos” es “shamayim”. Es una palabra que está en la forma dual.

Hay tres formas para los sustantivos en el idioma hebreo, singular, dual y plural. El dual siempre es una referencia a dos, un par. En este caso la palabra “shamayim” habla de un par de cielos. En primer lugar se refiere al cielo invisible y al cielo visible.

Deuteronomio 10:14 – «He aquí, de YHVH tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella» 

En su extensión profética, la palabra “shamayim” también indica que puede haber más que dos cielos. El texto de Deuteronomio habla de dos cielos en dual y luego de dos cielos de los dos cielos también en dual. Esto nos enseña que hay varios tipos de cielos. Los cielos de arriba pueden estar divididos en varias secciones, y así también los cielos de abajo. En 2 Corintios 12:2-4, el Apóstol Pablo dijo que había estado en el paraíso en el tercer cielo.

Según alguno sabios los siete cielos son:

Imagen 1

El Talmud habla de siete cielos según los diferentes términos hebreos que aparecen en las Escrituras. El término “shamayim”, “cielos”, puede ser entendido de tres maneras según esté compuesta la palabra:

  1. Sa mayim” – “porta agua”.
  2. Sham mayim” – “allí (hay) agua”.
  3. Esh mayim” – “fuego (y) agua”, porque los cielos fueron hechos mezclando el fuego con el agua.

«…y la tierra…” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “tierra” es “eres

er-erets”. Esta palabra tiene varios significados:

  • La tierra, el orbe, el globo terráqueo (en contraste con el cielo) – Génesis 1:1.
  • Suelo, terreno, terruño, tierra (en contraste con el mar) – Génesis 1:10.
  • País, nación, territorio, región (un lugar limitado de lo seco) – Génesis 2:11.
  • La tierra prometida, la tierra de Israel – Génesis 12:1; Rut 1:1; Mateo 5:5; Hechos 11:28-29.

“…Y la tierra estaba sin orden y vacía…» – La palabra hebrea “erets” – tierra,

Tohú bohu – ha sido traducida como “sin orden” es “tohú” que significa: caos, masa informe, desorden, confusión, vacío, vacuidad, nulidad, vanidad, yermo, desierto, erial.

tohú” debe ser entendido como un asombro y consternación por la vaciedad que se encontraba en la tierra. Si el hombre lo hubiera visto se quedaría atónito.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “vacía” es “vohu”. La traducción aramea, Targúm, de Yonatán, dice que la tierra estaba desolada de seres humanos y vacía de animales.

El Talmud dice que tohú es la línea verde que rodea el globo de donde surge la oscuridad – Salmo 18:11.

Bohu eran grandes rocas en las profundidades que traen el agua – Isaías 34:11.

Las dos palabras “tohú vavóhu” aparecen juntas en el hebreo sólo en dos textos más, en Isaías 34:11 y Jeremías 4:23-26. Hay una interpretación en la teología cristiana que se basa en estos versículos y enseña que el estado de “sin orden y vacía” fue causado por un juicio divino sobre el pecado. En tal caso, se podría pensar que había una creación anterior que fue destruida por el agua.

2 Pedro 3:3-7 – “Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con su sarcasmo, siguiendo sus propias pa siones, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación. Pues cuando dicen esto, no se dan cuenta de que los cielos existían desde hace mucho tiempo, y también la tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra de Elohim, por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado con agua; pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos”

Este texto dice que el mundo anterior fue destruido por agua y que los cielos y la tierra actuales están reservados para el fuego.

Esto es interpretado de manera que hubo una destrucción de una creación anterior por medio del agua. Sin embargo, Pedro está hablando de la destrucciónón que hubo en el diluvio, como se puede ver leyendo el contexto siguiente.

La misma teoría también enseña que la destrucción del mundo anterior fue el resultado de la caída del ángel “Heilel”, “Lucero”. Se cita Ezequiel 28:12-19 para indicar que ese ángel tenía su santuario en la tierra en una creación anterior.

No obstante, lo cierto es que se puede encontrar evidencias en las Escrituras de una caída en pecado de algunos de los ángeles de Dios – 2 Pedro 2:4; 1 Corintios 6:3; Judas 6.

Isaías 14:12-15 “¡Cómo has caído del cielo, oh Heilel, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón: “Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Elohim levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte. “Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo.” Sin embargo, has sido derribado al Sheol, a lo más remoto del abismo”

No obstante, las Escrituras no dan un testimonio claro acerca del momento cuando esta caída en pecado ocurrió en el mundo de los ángeles. Sin embargo, queda claro que ocurrió antes del capítulo 3 de Génesis, donde habla de la serpiente antigua que engañó a la mujer para que pecara.

La caída en pecado que ocurrió entre los hombres fue, por lo tanto, una consecuencia de una caída en pecado que ya había ocurrido en el mundo espiritual.

En las Escrituras, ese ángel rebelde y caído es llamado satanás, en hebreo “hasatán”, 1 Crónicas 21:1. – 1 Crónicas 21:1 -Enemigo, opositor, contrario, adversario, antagonista, rival –  1 Reyes 11:25. Calumniador, acusador,  Job 1:6- 12; Zacarías 3:1.

En las Escrituras, ese ángel rebelde y caído es llamado satanás, en hebreo “hasatán”, cf. 1 Crónicas 21:1. La traducción griega de “satán” es “diábolos” que significa: “acusador”,  “calumniador”, Apocalipsis 12:10.

Juan 8:4 – “Sois de vuestro padre satanás y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira”

El Mesías Yeshua dijo que Satanas es el padre, es decir el origen, de la mentira. Satanás es un homicida y ha pecado “desde el principio”, lo cual nos da a entender que su pecado empezó al principio de la obra de la creación. El Creador no es el origen del mal, ni puede hacer nada malo.

1 Juan 3:8 – “El que practica el pecado es de satanás, porque satanás ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras de satanás”

Deuteronomio 32:4 – “¡La Roca! Su obra es perfecta, porque todos sus caminos son justos; Elohim de fidelidad y sin injusticia, justo y recto es Él”

Santiago 1:13b, 16-17 – “Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie… Amados hermanos míos, no os engañéis. Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación”

El Creador no es el origen del mal, ni puede hacer nada malo.

Job 38:4-7 – ”¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia. ¿Quién puso sus medidas ya que sabes, ¿o quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué se asientan sus basas, o quién puso su piedra angular cuando cantaban juntas las estrellas del alba, y todos los hijos de Dios gritaban de gozo?

En estos versículos de Job 38:4-7 está escrito que los ángeles estaban presenciando la fundación de la tierra. ¿cuándo fueron creados los ángeles, antes o después del mundo visible

Según este texto ya los ángeles ya existían cuando la piedra angular de la tierra fue puesta.

Salmos 104:1-9 – «Bendice, alma mía, a YHVH. YHVH Dios mío, mucho te has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia. (2) El que se cubre de luz como de vestidura, Que extiende los cielos como una cortina, (3) Que establece sus aposentos entre las aguas, El que pone las nubes por su carroza, El que anda sobre las alas del viento; (4) El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros. (5) El fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida. (6) Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas. (7) A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron; (8) Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste. (9) Les pusiste término, el cual no traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra»

Según este Salmo parece ser que el orden de la creación de las cosas fue el siguiente:

  1. La luz.
  2. Los cielos.
  3. La tierra.

Isaías 48:13 – “Ciertamente mi mano fundó la tierra, y mi diestra extendió los cielos; cuando los llamo, comparecen juntos”

Hebreos 1:7 – «Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego»

En el Salmo 104:4 se habla de los vientos y las llamas de fuego que son mensajeros y ministros del Señor. Estos textos también nos muestran que los ángeles fueron creados antes que la fundación de la tierra. El Salmo 104 también nos enseña que el agua había cubierto las montañas antes de ser reprendidas y sujetas a un límite.

i. Según los cálculos modernos, el Universo, en su estado actual, tiene una edad de 15 a 20 mil millones de años. Albert Einstein nos enseño que la cosmología del Big Bang no sólo trajo a la existencia el espacio y la materia, sino que también el tiempo. La teoría de la relatividad también nos enseña que el tiempo no es constante. Nuestra comprensión del tiempo está afectada por nuestro punto de partida a la hora de medir el tiempo. Dependiendo de dónde estemos ubicados para calcular el tiempo, el tiempo va a ser diferente. Un minuto en la luna va más rápido que un minuto en la tierra.

Desde el punto de vista de la Torá el primero de los días duró 24 horas. Visto desde la perspectiva del comienzo del tiempo. Pero la duración de ese día, desde nuestra perspectiva actual, según el científico judío Gerald Schroeder, es de 8 mil millones de años.

Desde el punto de vista de la Torá, fueron seis días de 24 horas. Pero como el universo fue expandido y sigue expandiéndose, el tiempo también se ha dilatado.

  • El primero de los días de la Torá duró 24 horas, visto desde la perspectiva del comienzo del tiempo. Pero la duración de ese día, desde nuestra perspectiva actual, según el científico judío Gerald Schroeder, es de 8 mil millones de años.
  • El segundo día, desde la perspectiva de la Torá, duró 24 horas. Desde nuestra perspectiva actual duró la mitad del día anterior, 4 mil millones de años.
  • El tercer día también duró la mitad del día anterior, 2 mil millones de años.
  • El cuarto día – mil millones de años.
  • El quinto día – 500 millones de años.
  • El sexto día – 250 millones de años.

Si sumamos estos seis días, tenemos como resultado la edad del universo de 15,750 millones de años. Igual que los cálculos de la cosmología moderna.

«…y las tinieblas estaban…» –  חשׁך — Oscuridad. No se trata sólo de la falta de luz, sino de una creación específica, tal como queda claramente ex­presado en Isaías 45:7:

Isaías 45:7 – «Yo formo la luz y creo las tinieblas; Hago la paz y creo la adversidad. Yo, YHVH, hago todas estas cosas»

יוצר אור ובורא חשׁך

Aquel que forma la luz y crea la oscuridad. Esto también está indicado por la caracterización que hacen los Sabios en el sentido de que, hasta que la luz y la oscuridad no se separaron la una de la otra, ambas funcionaron “en una mezcla», lo cual significa que había entremezcladas zonas de luz y de oscuridad.

«…Abismo…» – es una palabra antigua y se usa aquí como sustantivo propio. Los babilonios, quienes retuvieron algunas vagas reminiscencias del relato de la verdadera creación durante muchos siglos, en realidad personificaron esta palabra tehom y la aplicaron a su deidad mitológico, Tiamat, de cuyo cadáver creían que se creó la tierra. El registro bíblico muestra que originalmente no había luz sobre la tierra y que la materia de la superficie estaba en un estado fluido porque «la faz del abismo» es paralela con «la faz de las aguas» en este versículo.

«…y el Espíritu de Dios se movía…» –  La palabra hebrea que ha sido traducida como “aliento”, es “ruaj”, que significa tanto “viento” como “espíritu”, como también tiene otras connotaciones.

El género de la palabra “ruaj” es femenino en la gran mayoría de las veces, pero aparece algunas pocas veces en las Escrituras con el género masculino.

Este es el espíritu del Mesías, aquel Espíritu que luego vino para reposar sobre Yeshua, cuando subió del agua – Mateo 3:16; Marcos 1:10.

La palabra aquí traducida «movía» es merajéfeth, que no puede traducirse correctamente «empollaba«, aunque tiene este significado en siriaco, un dialecto arameo postbíblico. La palabra aparece sólo dos veces en otras partes del AT. En Jer. 23: 9, donde tiene el significado de «temblar» o «sacudir«, al paso que en Deut. 32: 11 se usa para describir el revolotear del águila sobre sus crías. El águila no está empollando sobre sus hijuelos vivientes, sino que se cierne vigilante para protegerlos.

  • La luz:

Lo primero que Dios hizo en la Tierra fue traer luz, ya que ésta estaba desordenada, vacía y en tinieblas.

Génesis 1:3-4 – «Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.  (4)  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas»

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Esta luz (heb. Ohr) no era la del sol ni la luna, ya que éstos fueron creados en el 4° día.  Entonces, ¿cuál era esa “LUZ”?  Juan lo señala claramente:

Juan 1:1-5 – «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.  Este era en el principio con Dios.  Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.  En él estaba la VIDA, y la vida era la LUZ de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella»

Sabemos que el “VERBO” es Jesús (heb. Yeshua).  Él ha estado desde el principio, y participó en la creación, porque Él es Dios.  La vida salió de Jesús, y esa vida trae luz que brilla aún más que las lumbreras.  Es la “luz de la vida”.

Juan 8:12 – «Otra vez Jesús les habló, diciendo:  Yo soy la LUZ del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida»

Colosenses 1:15-18 – «Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.  Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia»

2ª Corintios 4:6 – «Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la LUZ, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo»

Hebreos 1:1-2, Esta misma luz será la que va a iluminar la Nueva Jerusalén, en el mundo nuevo, tal como está escrito al final de Apocalipsis

Apocalipsis 22:3-5 – «Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán.  (4)  Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.  (5)  Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos»

La luz del primer día es la Luz espiritual que da vida espiritual, y nos separa de la oscuridad y el mal.

«…Y dijo Dios: Sea la luz;(A) y fue la luz…» –  Este versículo da inicio a una detallada cronología de la Creación, pero como se señaló más arriba, el relato de la Creación es algo que está más alláá de nuestra comprensión. El comentario se limitará a una breve selección de los co­mentarios pertinentes.

Lo que Dios dice, también lo hace – Números 23:19;

Salmo 33:9. Lo primero que Dios hizo fue la luz. La tierra fue totalmente cubierta por una masa líquida caótica, posiblemente algo como un agujero negro. A partir de ahora vemos la organización del universo. Lo primero que fue hecho, fue la luz. Observa que el sol todavía no había sido hecho. Esto nos enseña que no se trata de la misma luz que luego fue producida por el sol y las estrellas, sino otra luz.En-el-Principio

2ª Corintios 4:6 – “Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz del Mesías”

En este texto el Apóstol Pablo nos enseña que la luz surgió de las mismas tinieblas. Esto también puede verse de una manera simbólica, según el segundo nivel de interpretación, la de la insinuación o alusión, en hebreo “remes” – (ver nuestra enseñanza – Formas de interpretar la Escritura).

Si el Eterno pudo sacar luz de la oscuridad más compacta que ha existido jamás, no hay oscuridad en nuestras vidas que sea demasiado compacta para que nuestro Padre celestial no pueda utilizarla para algo positivo. Para Él todo es posible, incluso crear luz de las mismas tinieblas.

«…Y vio Dios que la luz era buena…» – Esta luz primordial fue la luz del Mesías. Fue lo primero que el Eterno reveló en la creación, sin embargo esta luz fue “separada” de las tinieblas, fue escondida del mundo para ser revelada más adelante.

Juan 1:4-10 – “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Vino un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. Este vino como testigo, para testificar de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Existía la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él, y el mundo no le conoció”

Esta luz primordial fue la luz del Mesías.

Mateo 4:13-16 – «y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, (14) para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: (15) Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; (16) El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció»

Mas ejemplo de esta primera luz oculta a este mundo.

Juan 3:19  – “Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran Malas

Juan 8:12; 12:46 – “Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mun do; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida… Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas

Hechos 26:13-15 – “al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más brillante que el sol, que resplandecía en torno mío y de los que viajaban conmigo. Y después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma hebreo: “Shaúl, Shaúl, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” Yo entonces dije: “¿Quién eres, Señor?” Y el Señor dijo: “Yo soy Jesús a quien tú persigues

«En el sentido más simple, Dios vio que la luz era buena, por lo que decretó que no se mezclara con la oscuridad, sino que debería funcionar en forma independiente durante el día – (Rashi). Rambán sostiene que la expresión u/o que era bue­ na significa que Dios expresó Su aprobación y decretó que el fenómeno correspondiente quedase establecido -en este caso, que la luz no necesitaba de mayor perfección. Luego (v. 5), “Dios convocó a la luz y la designó para que se mani­ festara durante el día y convocó a la oscuridad y la designó para que se manifestara durante la noche» – (Pesajim 2a).

Según el Midrash, la luz original poseía una intensa cua­ lidad espiritual y Dios vio que los malvados no merecían disfrutar de ella. Por eso, Él la separó del resto del universo y la dejó reservada para que la usaran los justos en el Mundo Venidero – (Rashi).

A lo largo de la narrativa, la frase que era bueno denota que había finalizado la creación del objeto en cuestión. Así, por ejemplo, la luz es descrita como algo bueno debido a que su existencia y su función eran ya definitivas. Sin em­bargo, las aguas no recibieron su forma definitiva sino hasta el tercer día, cuando se reunieron en mares y océanos. En consecuencia, no se las llamó algo bueno sino hasta el ter­ cer día – (Rashi sobre el versículo 7)»

«…Y fue la tarde y la mañana un día…» – La Biblia no describe las cosas de una manera estrictamente lineal, sino más bien avanza de manera circular o espiral. Por esta razón no se debe entender estas palabras como un seguimiento de lo que ocurrió antes, sino como un resumen de lo que pasó durante todo ese día. Según la Torá, el día empieza con la noche.

Primero había oscuridad y luego vino la luz. Ese es un día. Aquí no dice que fue el primer día, porque los demás días no habían venido todavía, y por eso no se podía hablar de una secuencia de días, sino sólo de un día, por lo tanto dice “un día” o “día uno”, en hebreo “yom ejad”.

Las palabras “vayehí erev”, no quiere decir “y fue la tarde”, sino “y hubo desorden”, porque la raíz de “erev”, significa “caos”, “mezcla”, “desorden”. Es por eso que la noche es llamada “erev”, porque cuando el sol baja, la visión se hace confusa. La palabra de la Torá para “mañana” es “boker”, que es lo opuesto. Cuando el sol sale, el mundo se hace “bikoret”, “ordenado”, claro para discernir. De esta manera se explica que los primero días son contados a base de la obra de poner las cosas en orden que antes estaban desordenadas. Cuando un elemento es transformado de desorden a orden se habla de tarde y mañana, “del caos a la armonía”.

La palabra día, en hebreo “yom”, tiene cuatro significados principales:

  1. Día, el tiempo cuando hay luz (aproximadamente12 horas) – Génesis 1:5a.
  2. Día, jornada (24 horas), – Génesis 1:5b.
  3. Un tiempo más largo limitado, una época – Génesis 2:4.
  4. Mil años – Salmo 90:4.

«El primer día está ahora completo. La Torá emplea el núme­ro cardinal אחר, un (o uno) día, en vez del número ordinal ראשון, primer día, para indicar que en este día Dios fue Uno [porque esta frase puede interpretarse como el día del Único [Dios]. En este día, Dios era aún el único ser espiritual en existencia, pues los ángeles no fueron creados sino hasta el segundo día – (Rashi)»


  • La creación:

La Biblia claramente nos dice que la existencia del hombre y de todo lo que hay en la Tierra, y en el universo, no es producto de un accidente ni es una casualidad.  Fuimos creados por Dios, y fuimos hechos con un propósito.

El primer capítulo de Génesis describe cuál fue el proceso de la creación:

Día 1:             la Luz (1:1-5)
Día 2:             Separó las aguas de las aguas (1:6-8)
Día 3:             Tierra Seca y Vegetación (1:9-13)
Día 4:             las Lumbreras (1:14-19)
Día 5:             Animales: peces y aves (1:20-23)
Día 6:             el Ser Humano (1:24-31)

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Génesis 1:6 – «Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas»

En ese grano estaba toda la materia prima para el resto de las cosas. Cuando ese grano, que era tan pequeño que no había sustancia en él, fue expandido se transformó en materia y entonces comenzó el tiempo. La ciencia moderna ha mostrado que la energía es la única sustancia que realmente no tiene sustancia y que puede transformarse en materia. La famosa ecuación de Einstein e = mc2 nos dice que la energía puede transformarse en materia.

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Génesis 1:7 – «E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así»

 Este texto parece indicar que había agua (posiblemente en forma de vapor) encima de la atmósfera, alrededor de la tierra. En tal caso esta agua fue la que cayó sobre la tierra durante el diluvio en tiempos de Noé. Esta “cubierta” de agua protege a la tierra de los rayos radioactivos del espacio que hacen daño a la vida biológica.

Debemos destacar que la caída del ángel Heilel no es narrada en Génesis capítulos 1-2. En el capítulo 3, satanás utiliza una serpiente hablando mentiras a los hombres. Parece que este ángel caído estableció su reino en el aire alrededor de la tierra durante el segundo día (Efesios 2:2). Quizás fue una de las razones por las cuales el segundo día fue el único día cuando Dios no pudo decir que era bueno. Por esto, en el tercer día Dios dijo dos veces que era bueno.


Génesis 1:8 – «Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo»

 La palabra “cielos”, en hebreo “shamayim”, está en la forma dual, “un par de cielos”. Esto puede ser una alusión a los dos tipos de cielos que hay en el universo, la atmósfera y el espacio fuera de la atmósfera.

«Los cielos ya habían sido creados el pri­mer día, pero aún se encontraban en estado indefinido. Al segundo día, por el mandato de Dios de que haya un fir­mamento, los cielos se consolidaron, formando una división entre las aguas superiores y las aguas inferiores (Rashi).

Sin embargo, de acuerdo con Rambán, la separación menciona­da en este versículo se dio entre los aspectos absolutamente espirituales y ultraterrenales de la Creación, por un lado, y el mundo tangible que se encuentra dentro del alcance del hombre [que abarcaría incluso las zonas más remotas del sistema solar], por el otro. Él afirma:

“No esperen que yo escriba nada acerca de [la creación del segundo día], ya que la Torá misma no profundiza en el tema… Los versícu­los en su sentido literal no exigen tal explicación. Aquellos que entienden la explicación tienen prohibido revelarla. Y a aquellos de nosotros que no la entendemos, [nos está prohibido hacer especulaciones sobre lo desconocido]”

Lo que Rambán quiere decir es muy claro: El “firmamento” y “las aguas superiores e inferiores» son esa clase de misterios que, o bien son imposibles de conocer para el hombre o bien deben quedar limitados a las personas calificadas para conocerlos.

Dado que no hay una bóveda celeste sólida que envuelva la tierra, los comentaristas, incluyendo Ibn Ezra, Malbim y Rabí Hirsch, analizan el significado del vocablo “firmamen­to”. En términos generales, ellos comentan que este se refiere a la atmósfera que rodea el mundo.

Este es el único día acerca del cual la Tora no dice בי o טונ, era bueno. Rashi explica que este término es empleado solamente para una creación acabada, pero la de las aguas, que fue iniciada el segundo día, no se completó sino hasta el tercer dia. El Midrash da una razón diferente. Las aguas se dividieron en este día, lo cual simboliza una contienda, que tiene lugar cuando se rompen los lazos que unen a la gente. Las escisiones y las controversias no pue­ den llamarse algo “bueno”. Resisei Laila señala que, debido a que la contienda se inició el segundo día, el salmo que cantaban los levitas en el servicio del Templo de los días lunes -que también es el Canto del Día en nuestras plega­rias matutinas de los lunes- fue compuesto por los hijos de Kóraj, el instigador del enfrentamiento contra Moshé y Aharón.

Rabenu Bejaie también ofrece su comentario acerca del motivo por el cual la Tora no afirma que los logros del segundo día fueron buenos. Según él, esto se debe a que la creación de los ángeles y el firmamento, si bien se trató de algo trascendental, no constituyó el principal objetivo de la Creación. Más bien, el principal objetivo de la Creación es el “mundo inferior”, el mundo en el que el hombre realiza su obra de llevar el plan de Dios a buen término. Únicamente cuando se atienden los intereses de la hu­ manidad es que los cielos y los seres celestiales justifican su existencia; “los justos son superiores a los ángeles del cielo” – (Sanhedrin 93a)».


Génesis 1:9 – «Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así»

(Ver Génesis 10:25, Job 38:6, Ezequiel 38:12. Según Ezequiel 28:13-14) – En ese mismo monte Abraham puso su hijo Isaac sobre el altar. En ese sitio Salomón edificó el Templo. En ese monte el Hijo de Dios fue sacrificado para redimir el pecado desde Adán, y para limpiar el mundo de toda iniquidad y a ese lugar el Mesías volverá para levantar de nuevo el reinado de David y gobernar sobre toda la tierra.

– «Y se haga visible la tierra seca. La tierra había sido creada el primer día, pero no fue visible ni estuvo seca hasta que las aguas recibieron órdenes de reunirse en sus áreas designadas – (Rashbam)».

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Génesis 1:10 – «Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno»

Ahora la mirada de Dios descansó, con placer y satisfacción, en el producto terminado del tercer día de creación. «Era bueno – Tov«. Esa tierra seca primitiva difícilmente nos hubiera parecido buena a nosotros.

Era un mundo de valles, colinas y llanuras sin verdor que surgieron de debajo de las aguas. En ninguna parte había ni una brizna de hierba ni un liquen colgante. Sin embargo, le pareció bueno a su Hacedor, que podía verlo en relación con los usos para los cuales lo destinaba, y como un paso preparatorio adecuado para las nuevas maravillas que iba a iniciar.

«»…Tierra….» – Este nombre proviene de la palabra רעה – desear, es decir, que la tierra deseaba hacer la voluntad de Dios. Dios empezó creando una roca y esa roca se apre­suró a expandirse, a fin de cumplir con Su deseo – (Bereshit Raba 5:7)».


Génesis 1:11-13 – «Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. (12) Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. (13) Y fue la tarde y la mañana el día tercero.»

Por la palabra de Dios, la tierra empezó a producir vegetación. Aquí no habla de ningún acto de creación. Según el Midrash, el primer día Dios creó la materia prima a partir de la cual construiría todo en el mundo. Como hemos dicho antes, todas las cosas existían como una Creation-3-uvasmateria sin forma. Durante los días posteriores Dios formó y moldeó la materia para que las cosas fueran de la manera como nosotros las conocemos. Según un Midrash, el huerto del Edén brotó al mismo tiempo que el resto de la vegetación. Además está escrito que Dios mismo plantó este huerto (Génesis 2:8).

El Paraíso es el palacio del Eterno en la tierra. En algún momento histórico, este huerto fue quitado de la tierra y ahora está en el tercer cielo (2 Corintios 12:4). En el futuro será reestablecido en la tierra y los justos podrán entrar en él.

Apocalipsis 2:7 – «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios»

«v.11 – «…Hierbas que den semillas…» – Dios orde­nó que la vegetación desarrollara su propia semilla dentro de sí misma para que pudiera plantarse en otros lugares – (Rashi)».

– «v.12 – «…Y la tierra produjo…» – El sabio talmúdico Rav Asi señaló la obvia contradicción entre este versículo y la afirmación de la Torá de que nada había crecido con ante­rioridad a la creación de Adam – (Génesis 2:5). Según él, las hierbas comenzaron a crecer el tercer día, tal como se les había or­denado, pero dejaron de crecer antes de emerger del suelo. Solamente faltaba que Adam rezara por ellas, tras lo cual llovió y se completó su crecimiento. Esto nos enseña que Dios anhela las plegarias de los justos – (Julin 60b)».

«Hasta ahora, toda la tierra estaba su­mergida bajo agua. Al tercer día, Dios decretó limites para el agua, abriendo camino para el desarrollo de la tierra de la vegetación, de la vida animal y, en definitiva, del hombre.

Apenas Dios había pronunciado las palabras “Que las aguas… se reúnan”, aparecieron las montañas y las colinas, y las aguas se reunieron en los valles profundos. Pero las aguas amenazaron con inundar la tierra hasta que Dios las obligó a retornar al lecho marino, formando una barrera de arena que impondría límites al mar – (Pirkei DeRabí Eliézer; Zohar).

Este aspecto del quehacer de Dios denota que El es Quien determina los límites apropiados -tanto a la Creación misma como a los recursos y los sufrimientos del ser humano en forma individual.

El concepto de que Dios determina lo que es suficiente e impone límites está aludido en Su Nombre Shadai, que proviene de la palabra רי, bas­tante o suficiente. O como lo expresa la literatura talmúdica מ שאמר לעולמי, Aquel que le dijo a Su mundo: “¡Basta!” – [Ver Génesis 17:1]».


  • Los tiempos desde el principio:

La Biblia señala desde el principio que Dios hizo las lumbreras, no sólo para alumbrar, sino también para marcar los tiempos.

Génesis 1:14-15 – «Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años;  (15)  y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así»

Las tres clases de lumbreras, el sol, la luna y las estrellas (incluidos los planetas), fueron puestos en los cielos para cumplir siete propósitos divinos Principales.

Las lumbreras no sólo nos ayudan a diferenciar entre día y noche, y entre las estaciones (primavera, verano, otoño, invierno), sino que también marcan los tiempos del calendario bíblico.

El Paraíso es el palacio del Eterno en la tierra. En algún momento histórico, este huerto fue quitado de la tierra y ahora está en el tercer cielo – (2ª Corintios 12:4). En el futuro será reestablecido en la tierra y los justos podrán entrar en él.

  • Los siete propósitos divinos Principales:
  1. Separar el día de la noche.
  2. Ser señales.
  3. Marcar las citas divinas.
  4. Mostrar dias.
  5. Mostrar años.
  6. Ser lumbreras en la expansión de los cielos.
  7. Alumbrar sobre la Tierra.

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La palabra se traduce como “estaciones” en el versículo anterior (1:14), en hebreo es la palabra “Moedim”, que literalmente significa: citas o tiempos establecidos. Es la misma palabra que se utiliza en Levítico 23 en referencia a las fiestas bíblicas – (Ver nuestros estudios sobre Moedim – Fiestas del Señor).

El mes bíblico es determinado por la luna, y da inicio el momento preciso en que se hace visible una uñita de luna, luego de estar “escondida” por unos días.  Esto es lo que se conoce en hebreo como “Rosh Jodesh”, lit. cabeza del mes.   Esto sucede cada 29 ó 30 días, dependiendo del movimiento de la luna.  Si queremos estar conectados con los tiempos de Dios, debemos estar pendientes de la luna para ver cuando comienza el mes bíblico.  Ya sabiendo cuando se marca el inicio del mes, sabremos cuándo caen las fiestas bíblicas, que se calculan según el calendario bíblico, y no el romano.

Otro dato importante que aprendemos de los tiempos de Dios en Génesis uno es el inicio del día bíblico. Hoy en día estamos acostumbrados a que el día comienza a las 12 am, es decir, a media noche.  Pero el día bíblico comienza al atardecer (aprox. a las 6 pm).  Así es como Dios lo marcó desde el inicio.

Génesis 1:5 – «Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue la tarde y fue la mañana: un día»

Lo mismo se señala en los demás días: Génesis 1:8, 13, 19, 23, 31.

El día bíblico comienza por la tarde (es decir, la noche, cuando está oscuro), y le sigue la mañana (el día, cuando hay luz).

Los períodos de fiesta anuales y otras ocasiones definidas habían de regularse por el movimiento de los cuerpos celestes – (Sal. 104: 19; Zac. 8: 19). Esos cuerpos tienen además una determinada influencia periódica sobre la agricultura, la navegación y otras ocupaciones humanas, tanto como sobre el curso de la vida animal y vegetal, como por ejemplo el tiempo de la procreación de los animales y la migración de las aves – (Jer. 8: 7).

 

«»…Como señales…» – Es decir, como presagios. Las luminarias son señales de la grandeza de Dios en dos for­mas: los cuerpos celestes son constantes recordatorios de Su omnipotencia y, a veces, se desvían de su curso natural a fin de cumplir con Su voluntad, como cuando se detuvo el sol para lehoshúa – (HaRcjasim LeBiká)».

«»…Día cuarto…» – Las luminarias, que habían sido crea­ das el primer día, fueron puestas en su sitio el cuarto día – (Jaguigá 12a). De hecho, todos los objetos celestiales y terrenales fueron creados el primer día, pero cada uno fue puesto en su lugar el día en que así se le ordenó hacer (Rashí). 

El Gaón de Vilna señala que las creaciones de los prime­ros tres días y las de los segundos tres días se correspon­dían y se complementaban mutuamente. La luz fue creada el primer día y las luminarias fueron puestas en su sitio el cuarto día. Los mares y la atmósfera fueron creados el se­gundo día, y la vida acuática y las aves fueron creadas en el quinto. La tierra seca y la vegetación fueron creadas en el tercer día y fueron pobladas en el sexto.

El Midrash señala este fenómeno y comenta que enton ces vino el Shabat y, por así decirlo, protestó ante Dios diciendo:

“A cada uno de los días le diste una ‘pareja’ pen a mí no me diste una pareja”. Entonces, Dios le respondió que el pueblo judío sería su pareja, porque Israel aceptaría el precepto de observar el Shabat. Beit HaLeuí explica el reclamo del Shabat de otra forma: todo lo que se completó durante los primeros tres días se implemento durante los segundos tres días, pero ¿quién llevaría el mensaje sabático de que Dios es el Creador, Quien trajo todo a la existencia en seis días y descansó el séptimo? Dios respondió que Israel sería quien declarara ese testimonio -él sería la pareja del Shabat».


Génesis 1:16-20 – «E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. (17Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, (18) y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. (19) Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. (20) Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos»

Hay tres palabras hebreas usadas en el relato de la Torá de la creación de todas de las cosas:

  1. Bará – creó, dio existencia a algo que no existía – (Génesis 1:1, 21; 27-28).
  2. Asá – hizo, llevó a cabo, perfeccionó en su estado óptimo – (Génesis 1:16).
  3. Yatsar – formó, moldeó – (Génesis 2:7).

Salmo 104:19 – “Él hizo la luna para medir las estaciones

En el cuarto día Dios hizo el sol, la luna y las estrellas, no los creo ya existía todo el material necesario desde el primer día. A partir de este momento vemos claramente que la tierra daba vueltas alrededor de su eje.sol-y-luna_4c7c5adcb7685_img

El anuario de la Escritura se rige por la luna, no por el sol. Actualmente el año lunar tiene aproximadamente 354.36 días y el año solar aproximadamente 365.25 días. Pero en el tiempo de la creación parece ser que no fue así, sino el año lunar coincidía con el año solar, con 360 días cada uno.

Los datos históricos y arqueológicos muestran que hubo un desajuste en nuestro sistema solar de modo que el año solar fue cambiado y se añadieron cinco días. Esto ocurrió alrededor del siglo VII antes de la era común. Para ajustar la diferencia entre el año lunar y el año solar, en el anuario judío, que sigue la luna, se añade un mes extra cada dos o tres años.

En total son añadidos 7 meses durante un ciclo de 19 años. De esta manera las fiestas del Eterno no son celebradas fuera de tiempo, en relación con el ciclo agrícola. Con otras palabras, la primera fiesta, la Pascua, tiene que celebrarse en la primavera cuando la cosecha de la cebada esté lista en la tierra de Israel. La fiesta de Pentecostés se celebra cuando la cosecha del trigo empieza, y la fiesta de las Cabañas se celebra después de la recolección de los árboles frutales.

«»…Las dos grandes luminarias…» – El término “grandes» no se refiere en forma literal al tamaño, pues las estrellas son más grandes que la luna. Más bien, las luminarias son descritas en relación con la intensidad visible de su iluminación. Dado que la luna está más cerca de la tierra que las estrellas, su luz es más fuerte que la de ellas – (Radak; Malblm).

Rabí losef Dou Soloveltchik ofrece una interpretación homilética del concepto de “grande» y “pequeño». La grande­za del sol consiste en que es una fuente de luz, en tanto que la luna es pequeña porque solamente es capaz de reflejar la luz que recibe del sol. Es por eso que en la ceremonia del brit milá rezamos:

“Que este pequeño llegue a ser grande”, porque el niño que crece es un receptáculo de sabiduría y enseñanza de sus padres y maestros. Rogamos que el niño crezca y se transforme en una fuente autónoma de grandeza que llegue a iluminar a los demás»

– «v.18 – «Este versículo define las funciones de las dos lumina­rias, cuyo dominio consiste en establecer una distinción entre la oscuridad y la luz. La luminaria más grande, el sol, dominará de día y su luz estará en todas partes -incluso en los lugares a los que sus rayos directos no lleguen. La luminaria más pequeña, la luna, dominará de noche aunque no hará más que aliviar la oscuridad – (Rambam)»

«v.20 – «…Que las aguas abunden…» – Al ordenar que las aguas abunden… Dios dio a los mares la facultad de producir vida marina, con lo cual las aguas se llenaron de seres vivos. Después de eso, las criaturas marinas procrea­ rían en forma natural a través de los poderes conferidos por la bendición de Dios de “ser fructíferos y multiplicarse” [ver versículo 22] – (Or HaJaim)».

«v.20b – «….(Abundantes) seres vivos…» – Este término se refiere a todos los seres vivos que no se elevan mucho del suelo – (Rashi)».

 

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Génesis 1:21 – «(21) Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno«

En Job 40:19 está escrito que “behemot”, algún tipo de dinosaurio, fue el “primero de los caminos de Dios

Esto concuerda bien con este texto de la Torá que dice que Elohim “creó”, “bará”, los “grandes monstruos marinos”. Fue lo primero que creó después de la creación de la materia prima que luego sería transformada en cielos y tierra.

En este momento fue creado el nefesh, el alma, de los seres biológicos. Parece que los dinosaurios están mencionados en las Escrituras como contemporáneos con los hombres, en el tiempo de Job, alrededor de 1700 años a.e.c

La palabra hebrea “bará”, “creó”, aparece solamente en tres ocasiones en el relato de la creación de la Torá:

  1. La creación de los cielos y la tierra, la materia, 1:1.
  2. La creación de los grandes monstruos marinos, y el resto de los animales que viven en el agua y en el cielo, el alma biológica, 1:21.
  3. La creación del hombre, el alma superior, 1:27.

«v.21 – «…Y Dios creó…» – Abarbanel comenta que esta expresión (“creó») se refiere a algo que no tiene preceden­tes. En el primer día, se refirió a la Creación a partir del vacío total; aquí se refiere al enorme tamaño de algunos peces; y la última vez que se usa (v. 27), se refiere a la creación del hombre, la vida inteligente a imagen de Dios».


Génesis 1:22-25 – «Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. (23) Y fue la tarde y la mañana el día quinto. (24) Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. (25) E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno»

Vemos que la gran variedad de los aves y las criaturas del mar fueron creados a la vez, no evolucionaron lentamente por millones de años. Aunque la flora fue creado antes que los animales, los animales no fueron creados de las plantas.creacion5

Entre la diversidad de animales, muchos comparten estructuras similares: Los pájaros, los reptiles, los mamíferos, y etc. Esto argumenta, por lo menos, tan persuasiva de un común diseñador, como habla de un fuente común de vida. No toda la vida vino de la misma célula primordial, pero sí vino del mismo diseñador.

«…Según su género…» Otra vez, toda vida animal es creada según su género. Dios, a propósito, estructuró mucha variación entre un género, pero un “género” no se convierte en otro.

Por ejemplo, la estructura entre los perros es diversa. El caniche teacup es muy diferente del Gran Danés, pero los dos son perros. Aun así, no se convertirán en ratas, no importa cuanto sean cruzados.

Evolucionistas muchas veces dan ejemplos convincentes de micro-evolución, la variación de un género dentro de su género, adaptándose a su medio ambiente. Por ejemplo, la mariposa de abedul puede aparecer en su forma oscura (carbonaria) más en vez de su forma clara (común) cuando la polución hace que sea fácil que las oscuras escapen detección; o los pinzones pueden desarrollar diferentes picos en diferentes ambientes. Pero las mariposas siguen siendo mariposas; y los pinzones, pinzones. No ha habido ningún cambio fuera de un género. La microevolución no comprueba la macroevolución.

– «v.22 – «…Dios los bendijo…» – Estas criaturas ne­cesitaban una bendición especial debido a que muchísimas de ellas sufren una reducción intencional de sus números, pues son cazadas y consumidas. Los animales de la tierra que fueron creados el sexto día también necesitaban esa bendición, pero Dios no se la concedió, para no incluir a la serpiente, que estaba destinada a ser maldecida – (Rashi)».

«v22b – «Sean fructíferos y multipliqúense. Si el versícu­lo no hubiera agregado el término mi, y multipliqúense, entonces cada criatura engendraría un solo vástago. La palabra “multipliqúense» agrega múltiples nacimientos a la bendición, por lo que cada ser vivo engendraría muchos descendientes – (Rashi).

En este contexto, esta frase es una bendición de que las criaturas tendrían la capacidad de poblar la tierra. Más adelante – (v. 28), con relación al hombre, seria además un precepto: que se dedicara a la procreación».


Curiosidades:

  • La enseñanza clara de la Biblia con respecto a la creación de Dios y la incertidumbre de la ciencia moderna:

a. Algunos científicos actúan seguros en su conocimiento acerca del origen del universo, pero sus “descubrimientos revolucionarios” constantes muestran que realmente sólo están caminando a tientas en la oscuridad. Los científicos honestos, aquellos que no están embarnecidos con arrogancia orgullosa, lo admitirán.

b. Algunos científicos pueden ser arrogantes acerca de lo que se pueda saber del universo, pero no tenemos que aceptar tal arrogancia. La escena siempre cambiando de la ciencia es ilustrada en la barra lateral de un articulo de ciencia en Los Ángeles, Times titulado: “El Big Bang y Lo Que Le Siguió”: En el principio, había luz – pero también quarks y electrones. El Big Bang arrojó energía que se condensó en radiación y partículas. Los quarks se unieron, se convirtieron en protones y se inclinaron agresivamente de un lado al otro en un emplasto caliente, denso, brillante, tan opaco como una estrella.El tiempo (300,000 años, aproximadamente) pasó. El espacio se expandió. La materia se enfrió. Los electrones y protones, eléctricamente irresistibles el uno del otro, se fusionaron en un hidrógeno neutral, y de éste matrimonio, los primeros átomos nacieron. El espacio entre los átomos se volvió tan transparente como el cristal – básicamente la forma en que se ve hoy en día. El resto, como se dice, es historia. Los átomos se fusionaron para formar nubes de polvo, las cuales se convirtieron en estrellas, galaxias y cúmulos estelares. Las estrellas usaron su combustible núclear, colapsaron y explotaron en ciclos recurrentes, fusionando elementos en el proceso. Ocasionalmente, un planeta estable se condensaba alrededor de una estrella de segunda generación, donde formas de vida basadas en carbono crecieron a ser, entre otras cosas, cosmólogos, para contemplar mejor a todo.

c. En 1913, un astrónomo en Arizona descubrió que las estrellas parecían alejarse de la tierra a velocidades tremendas, hasta dos millones de millas por hora. En 1919, otro astrónomo americano llamado Edwin Hubble usó esta información para desarrollar una teoría de un universo que se estaba expandiendo, estos son los cimientos de la idea del “Big Bang”. Desde el principio, otros científicos descubrieron radiación de trasfondo en todas partes del universo, lo que suponen que es el “ruido” que queda de la primer gran explosión. Pero los científicos realmente casi no se han acercado nada en saber algo sobre éste comienzo instantáneo del universo.

d. De hecho, entre más descubren, más se dan cuenta de lo mucho que no saben. Los astrofísicos enfrentan otro reto” tratan de descubrir que es la “materia oscura”. La materia oscura es un termino que los científicos usan para explicar un aparente enorme exceso de gravedad en el universo. La materia oscura puede tomar el 99.9% de todo en el universo, pero nadie sabe lo que es. Aunque hay sugerencias, sólo son sugerencias. David O. Caldwell de la Universidad de California en Santa Barbara dice: “Con respecto a la materia oscura, de lo único que estamos seguros por el momento es que existe.” Pero de hecho, ¡los científicos no pueden ni estar de acuerdo en eso! Michael S. Turner, un profesor de astrofísica en la Universidad de Chicago, dijo: “Es humillante. El origen, la composición, la energía y masa de la materia más común en todo el universo es desconocida.”

e. Esta incertidumbre fue mostrada el 6 de marzo de 1995, en un articulo de primera página en Los Ángeles Times titulado “La Reformulación de Preguntas Cósmicas”: Desde que la gente estuvo parada entre los altos pastos y veían el mundo en maravilla, la religión, la mitología y la ciencia han batallado para explicar cómo fue que el mundo fue formado. Pero cuando se trata de las historia de la creación, sólo algunos pueden sostener una vela ante el cuento que han confeccionado los cosmotólogos modernos. Retrasando el reloj cósmico aproximadamente 15 mil millones de años, ellos representan un tiempo antes del tiempo, un lugar antes de que el espacio existiera. De la nada y de ningún lado, toda la energía y la materia en el universo explotó a la existencia en un evento llamado. . . el Big Bang. Mientras tejían ideas por fe y ecuaciones de una forma magistral, los cosmólogos tenían muy poca información. No podían ver o medir el fenómeno que estaban tratando de explicar. “Hace veinticinco años, la cosmología estaba muy cercana a la religión,” dijo el físico Roberto Peccei de la UCLA. El cosmólogo experimental Chris Stubbs de la Universidad de Washington, “Tienes todas estas cosas que son tan ridículamente borrosas y que están tan ridículamente lejos, y … tienes que darles sentido.” “A veces, extraño los viejos tiempos cuando podía simplemente trabajar en mi oficina y no preocuparme de que alguien desaprobaría mi teoría en unas cuantas semanas” dijo Rocky Kold de Fermi National Accelerator Laboratory en Illinois. “Muchos de nosotros que hemos trabajado en este campo por décadas aún nos preocupamos de que la casa de cartas entera va a colapsar,” dijo el cosmotólogo de Princeton, David Wilkinson. Las recientes observaciones, por ejemplo, sugieren que el universo es más joven que sus estrellas más viejas – un enigma que tiene a los astrónomos batallando para encontrar explicaciones. El misterio más grande, sin embargo, a los científicos se les hace asombroso hasta ser absurdo: El 99% del universo, de acuerdo a algunas estimaciones, esta hecho de algo completamente desconocido. Comúnmente conocida como materia oscura, de hecho es en mayor parte transparente; no brilla ni da sombra. Sea lo que sea, no es como nosotros. . . De acuerdo a algunas teorías, también es el pegamento que mantiene unido al universo, y evita que se expanda para siempre en el espacio infinito.

f. “El estudio de orígenes humanos parece ser un campo en el cual cada descubrimiento produce el debate a un nivel de incertidumbre més sofisticado.” (Christopher Stringer del museo Natural de Londres)

 Uno puede dudar la habilidad de muchos científicos modernos para responder a la pregunta de los orígenes. Pero eso no nos da automáticamente confianza en la respuesta que se encuentra en el Libro de Génesis. Algunos creen que Génesis sólo registra un “mito de la creación”, sólo para mostrar la grandeza de Dios en esplendor poético. Aunque hay elementos poéticos en el reporte, creemos que fue escrito para reportar una realidad histórica. Otras Escrituras, que tienen su enfoque en Génesis 1, demuestran esto.

a. Salmo 136 conecta la historia de la creación en Génesis con el resto de la historia de Israel en un tejido sin costuras. La historia de la creación no es puesta en una categoría de “ficción histórica.”

b. Jesús citó Génesis como si fuera un hecho puramente histórico (Mateo 19:4-6 y 23:35).

c. C.S. Lewis escribió que cuando escuchó a un erudito bíblico decir que la historia de la creación en Génesis era un mito, él no quería ni saber que licenciaturas tenía éste hombre como erudito bíblico. Quería saber cuantos muchos mitos había leído el hombre. Los mitos eran el negocio de Lewis ya que él era un erudito literario, y podía ver que la historia bíblica de la creación era muy diferente a historias místicas.

d. Es verdad que Génesis no fue escrito primeramente como un documento científico. Pero si Dios nos hubiese dado realmente un registro verdaderamente científico y detallado acerca de la creación, escrito en idioma científico, no hubiera nadie que pudiera entenderlo y no habría final en la longitud de tal registro. Aunque estuviera escrito en lenguaje simple del siglo XX, no tendría sentido para todas las generaciones pasadas ni tampoco para las generaciones futuras.

e. Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo (Proverbios 25:2). La investigación científica es la gloria del hombre; pero todo debe ser hecho con suma humildad, reconociendo que Dios encubreestos asuntos para que el hombre los investigue.


 

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