En su regreso a la Tierra Prometida, Jacob estaba anticipando el encuentro que tendría con su hermano Esaú. Pero antes de encarar a su hermano, Jacob tuvo otro encuentro…
Jacob todavía podía salir corriendo para escapar de su hermano. Dios envió un ángel con el fin de tratar con la vida de Jacob. El ángel tenía como misión debilitarle para que se humillara totalmente ante el Eterno.
Todavía Jacob dominaba su propia vida. Era un hombre sumamente fuerte. Hasta ahora no había tenido la experiencia de la entrega total al Eterno. Su fuerza era él mismo.
Este ángel, estaba intentado de llegar a lo más íntimo de Jacob, era una lucha física-espiritual.
Jacob confiaba en su propia fuerza física y su propia inteligencia.
¿Por qué envió todos los animales y todas las personas delante de él?
Era una estrategia astuta que estaba empleando. Mediante sobornos intentaba ganarse el favor de Esaú, es decir, humanamente, por medio de su propia astucia. Pero esas cosas no eran suficientes para aplacar la ira de Esaú. El problema en el enfrentamiento
con Esaú era el corazón de Jacob. El no estaba listo para enfrentar a Esaú. No se había rendido totalmente ante el Eterno y tenia demasiada confianza en si mismo.
Génesis 32:24 – “Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba”
¿Quién era este hombre con quien Jacob estaba peleando?
Aparentemente no hubo una presentación, sino que simplemente comenzaron a luchar.
“¿Cómo pudo Jacob mantener la pelea toda la noche entera? No lo sé. Pero sí sé que su determinación aguantar no era más grande que la determinación que tenemos con frecuencia a ganarle a Dios y hacer lo que nosotros queremos”
(Boice)
- Lucha con Dios:
Toda su vida, Jacob había luchado, primero con su hermano, y luego con Dios.
Oseas 12:3-5 – «En el vientre tomó a su hermano por el calcañar, y en su madurez luchó con Dios. (4) Sí, luchó con el ángel y prevaleció, lloró y le pidió su ayuda; en Betel le encontró, y allí El habló con nosotros, (5) sí, el SEÑOR, Dios de los ejércitos, el SEÑOR es su nombre»
Pero cuando se rindió a Dios, su vida tomó sentido.
De igual forma nos pasa a nosotros hoy en día. Muchos luchan con los demás con el afán de sobresalir, y también pelean con Dios para hacer su propia voluntad y no la del Señor. Pero todos se cansan de esa lucha.
¿Hasta cuándo vamos a seguir luchando con nuestras fuerzas?
Todo lo que debemos hacer es dejar atrás la manipulación, rendirnos ante Dios y reconocer Su señorío.
Aquellos que al final se someten a Dios descubren su reposo y su verdadero propósito en Él.
Jacob no empezó queriendo nada de Dios. Dios quiso algo de Jacob. Dios quiso que toda la autosuficiencia orgullosa, intrigante y carnal de Jacob ya era hora de sacárselo a la fuerza si fuese necesario.
Tal vez Jacob pensó que era Esaú que había llegado a matarlo, tal como prometió antes de huir. Evidentemente pelearon por mucho tiempo, y antes del amanecer el hombre quería irse, pero Jacob no quería…
La lucha entre el ángel y Jacob fue una lucha de poder.
¿Quién va a dominar la vida de Jacob? ¿Dios o Jacob?
El ángel no pudo dominar a Jacob, era demasiado fuerte en si mismo.
Recordemos que los ángeles son enviados por Dios cada vez para efectuar una obra Suya en la tierra.
¿Cuál fue la misión de este ángel?
Quebrantar la autosuficiencia de Jacob y hacer que se sometiera de una vez al Eterno, que dejara de confiar en si mismo. Pero cuando no pudo con Jacob, le dio el golpe final.
El lugar más fuerte del cuerpo del hombre es el músculo del fémur.Fue el último recurso que tenía este ángel, dañar el punto más fuerte de su cuerpo. Y esa fue la gota que hizo colmar el vaso. Ese golpe era suficiente para quebrantar la autosuficiencia de Jacob.
Oseas 12:2-5 – «Pleito tiene YHVH con Judá para castigar a Jacob conforme a sus caminos; le pagará conforme a sus obras. (3) En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel. (4) Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros. (5) Mas YHVH es Dios de los ejércitos; YHVH es su nombre»
Dios no estaba conforme con los caminos de Jacob hasta que fue quebrantado y pidió ayuda. La palabra hebrea que ha sido traducida como “prevaleció” es “va-yujal” que viene de la raíz “yajol” que significa “poder (verbo)”, “vencer”, “prevalecer”, “sufrir”.
Así que se podría traducir como: “Luchó con el ángel y venció”. La victoria fue cuando se quebrantó y reconoció su necesidad de ayuda. Finalmente hubo un encuentro muy importante en Betel, donde Jacob pudo cumplir sus tres promesas que había dado cuando huía de su hermano.
Génesis 32:25-26 – «Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. (26) Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero Jacob respondió: No te soltaré si no me bendices»
Jacob fue quebrantado por el golpe que le dio el ángel. Había dejado a sus siervos y a su familia y se había quedado solo, con su propia fuerza, y Dios quería que se despojara también de ella.
Jacob no preguntó la identidad del hombre, pues seguramente creía que era su hermano.
Él no lo iba a dejar ir hasta que lo bendijera y llegaran a un acuerdo de paz. Pero para su sorpresa, se dio cuenta que el hombre no era Esaú…
- Señal del encuentro:
Jacob quedó marcado con una señal en el cuerpo, la cual le recordaría constantemente de este encuentro.
Esto es lo mismo que describe Pablo de sí mismo.
2ª Corintios 12:7-9 – «Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca. (8) Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. (9) Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí»
- El alba:
Génesis 32:26 – “…Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba…”
No debemos pasar por alto el detalle que el “hombre” que estaba luchando con Jacob quiere irse antes del alba. Aquí hay un mensaje profético escondido.
Proféticamente el alba representa la venida del Mesías.
Isaías 58:8 – «Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación [sanidad] se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de YHVH será tu retaguardia»
El profeta Oseas habla de la lucha que la Casa de Israel ha mantenido en contra de Dios, ya que rehusaron someterse a Su señorío. Por esa razón, Israel ha salido lastimado, con heridas similares a la de Jacob cuando luchó contra Dios.
Pero Oseas profetiza que vendrá el día en que Dios sanará esas heridas. Luego de la oscuridad vendrá el alba, el amanecer, y el Señor se manifestará en toda su plenitud a su pueblo, y todos le conocerán.
Oseas 6:1-3 – «Venid, volvamos al SEÑOR. Pues El nos ha desgarrado, y nos sanará; nos ha herido, y nos vendará. (2) Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de El. (3) Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, y El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra»
El Señor quiere manifestarse a Su Pueblo, pero todavía no había llegado el tiempo de que el Mesías fuera revelado. Por eso, el Señor debía irse antes del alba. También por esto “el hombre” no le reveló su nombre a Jacob.
Génesis 32:27 – «Y él le dijo: ¿Cómo te llamas? Y él respondió: Jacob»
La pregunta seguramente lo sacudió. Si le preguntaba su nombre, es porque no se conocían. Pero el hombre no hizo la pregunta por desconocer la identidad de Jacob, sino para cambiar su identidad…
Ahora él tenía que confesar quien era. En ese momento Jacob llora, y le pide una ayuda desesperada para poder seguir adelante, y el ángel le dijo:
¿Cómo te llamas? ¿Estás dispuesto a reconocer quien eres, dispuesto a enfrentar la verdad de quien verdaderamente eres? ¿Cómo te llamas?
Y él responde: “Me llamo engañador”.
Dios quería llegar a ese punto en su vida, al punto de confesar quien verdaderamente era en sí mismo. Soy un engañador. Imagínate todo lo que venia a la mente de Jacob en ese momento.
¿Por qué fue llamado engañador?
Porque tomó a su hermano por el talón, porque quito a su hermano la primogenitura con la venta de un plato de lentejas, porque engaño a su padre y robó la bendición de su hermano. Y esa era la razón por la cual Esaú venia contra él, porque era un engañador.
Y en ese preciso punto está la victoria. En el reconocimiento de nuestros errores está la victoria. En el quebranto está la victoria. “Soy Jacob”, y sigue llorando.
“Tengo que reconocer quien soy. Toda mi vida muestra que he sido un engañador y he sido engañado. Lo que sembré con mi hermano y mi padre lo he recogido con mi suegro. Mi vida ha sido un engaño, y ya no me quedan fuerzas para salir huyendo”
Ese es el lugar de la verdadera conversión y arrepentimiento de este hombre, Jesús dijo: “el que pierde su vida la hallará”.
Génesis 32:28 – «Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido»
Para entonces, Jacob ya se había dado cuenta que no peleaba con un hombre común y corriente, sino con alguien especial, hasta divino. El quería saber exactamente con quién había luchado, sin embargo, el “hombre” no quiso revelarle su identidad.
Esta es la primera vez cuando aparece el nombre Israel en las Escrituras.
- Un nuevo nombre:
El Señor bendijo a Jacob, y como parte de la bendición, le cambió el nombre.
Génesis 32:28 – «…Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel…”
ISRAEL en hebreo es “Israel – ישראל”. El significado de esta palabra no es completamente claro, pero algunos creen que significa: “Dios preovalecerá”, derivado de dos palabras:
Yisra, que significa: perseverará (futuro del verbo Sará שׂרה : tener poder, perseverar, persistir, contender) + El – (Dios).
Pero en los nombres hebreos, a veces Dios no es el cumplido sino sujeto. Daniel significa: “Dios juzga” no “él juzga a Dios”. Así que este principio nos enseña que Israel significa: “Dios gobierna”
Esta bendición fue muy importante, porque allí nació la nación de Israel. A partir de este momento, todos los hijos van a ser incluidos en el pueblo que Dios, como parte de la promesa a Abraham, Isaac y Jacob. Esta es la semilla del pueblo de Israel.
Significa “luchará y reinará como Dios” o “Dios luchará y reinará”. También tiene relación con la raíz “sarar” que significa “luchar”, “tener autoridad”, “tener una conducta noble”.
Ese nombre es dado a un hombre quebrantado, solo, dañado, enfermo, dolorido y necesitado, y que reconoce su debilidad y su dependencia del Eterno.
En el momento más débil recibió el nombre de “Victorioso”. “Has luchado con Dios y con los hombres y has vencido”
¿Cómo podemos vencer en la lucha con Dios?
Humillándonos, no resistiéndole más. Dios lucha contra nosotros cuando somos fuertes en nosotros mismos.
“En una lucha contra los hombres, el que vence es el ganador. Pero el que se rinde en la lucha con Dios es el que gana”
(K Blad)
Génesis 32:29 – «Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Dame a conocer ahora tu nombre. Pero él respondió: ¿Para qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí»
¿Dónde lo bendijo?
En el lugar del quebranto de sinceridad y verdad, ahí está la bendición.
El ángel reconoció que Jacob tenía el derecho de obtener la bendición que antes había conseguido por medio de una trampa, “be-akvá”, pero ahora la recibió sobre la base de una lucha en honestidad.
La palabra hebrea para “luchar” en Oseas 12:4, “vayasar”, indica que la lucha se hizo dignamente. Esto nos enseña que un verdadero israelita es uno en el cual no hay engaño.
Jacob tenía que dejar de ser engañoso para ser un verdadero israelita y recibir el nombre de Israel.
En Juan 1:47 está escrito:
“Jesús vio venir a Natanael y dice de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño”
Hebreos 11:21 – «Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón»
¿Por qué se menciona el bastón?
El bastón representa la dependencia de una ayuda externa. Jacob se había convertido en un adorador.
Por medio de sus muchas luchas aprendió a adorar al Eterno. El bastón, donde él puso su cabeza y adoró, le recordó el momento de su quebranto, cuando no podía caminar bien sin ayuda externa. Esto le llevo a un profundo sentimiento de gratitud:
“Si fuera por mí mismo yo estaría muerto…”. “Dios, Tú eres mi fuente, mi fortaleza y mi protector.” “Te necesito desesperadamente en todo momento…” “Me lo enseñaste
en Peniel.” “Gracias por quebrantarme y bendecirme allí”.
Pero lo que le quedo realmente es que Jacob supo que había visto a Dios…
Génesis 32:30-32 – «Y Jacob le puso a aquel lugar el nombre de Peniel, porque dijo: He visto a Dios cara a cara, y ha sido preservada mi vida. (31) Y le salió el sol al cruzar Peniel, y cojeaba de su muslo. (32) Por eso, hasta hoy, los hijos de Israel no comen el tendón de la cadera que está en la coyuntura del muslo, porque el hombre tocó la coyuntura del muslo de Jacob en el tendón de la cadera»
“…Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel…” – El primer memorial es un nombre. Jacob llamó el lugar Peniel (“Rostro de Dios”), porque sí sabía el nombre del Hombre con quien peleó con él. Él era el mismo quien peleaba con Jacob toda su vida.
La Biblia dice que un hombre, sin haber sido santificado, no puede ver a Dios porque muere. Dios es tan santo que nadie puede sobrevivir ante Su Presencia y Gloria pura.
Éxodo 33:20 – «Y añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir»
Pero hay una excepción a esto, y es Jesucristo, quien es Dios, pero se despojó de Su gloria para poder estar entre los hombres. Si Jacob estuvo ante Dios y vivió, quiere decir que estuvo con Jesús. Esta es una de muchas teofanías que aparecen en el Antiguo Testamento.
“…Por eso, hasta hoy, los hijos de Israel no comen el tendón de la cadera que está en la coyuntura del muslo…” – Muchos judíos todavía siguen esta costumbre y quitan el nervio ciático junto con las arterias y los tendones antes de comer el animal. Algunos comentaristas judíos consideran que este precepto es un recordatorio de todo lo que Dios concedió a Israel, según se ejemplificó en esta experiencia del patriarca Jacob, padre de las doce tribus.
La Torá no detalla el motivo de esto y los exégetas intentan explicar la causa.
El nervio ciático es una parte oculta que conecta el músculo al hueso. El guid hanashé es un nervio del muslo del animal que se acostumbra a identificar conjuntamente con la cadera.
Podemos encontrar distintas explicaciones para este precepto.
Hay quienes sostienen que la lucha entre el ángel y Iaakov simboliza que también en el futuro no vencerán los enemigos de Iaakov a los hijos de Israel. La prohibición de comer el nervio ciático funcionará entonces como recordatorio de la lucha del patriarca Iaakov con el ángel que no lo venció. Solo lo hirió dejándole una marca de gloria y honor.
Sh. R. Hirsh explica que aunque a Israel se le quite la fuerza física y hasta le cueste parase sobre ambas piernas, como le sucedió a Iaakov, encontrará fuerzas internas y ocultas, superiores que la espada de Esav no podrá vencer.
Las explicaciones sugieren que la debilidad física de Israel es posible, pero puede ser superada por la fuerza interna y la fe en Dios.
El autor de Sefer haJinuj explica que Israel sufrirá calamidades y se enfrentará a los descendientes de Esav pero jamás serán vencidos.
Entonces la finalidad del precepto es el de recordar y señalar que siempre en momentos de desgracia y temor llegará la salvación divina para el pueblo de Israel.
“…Cojeaba de su cadera…” – El segundo memorial era una cojera perpetua. Jacob recodaría ser derrotado por Dios con cada paso que daba por el resto de su vida. Éste era un costo pequeño por un regalo tan grande.
Tremendo
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excelente comentario. muy edificador, gracias
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Wow que excelente explicación aprendí mucho y me ayudó a aclarar mi duda.. Y aprender más sobre la palabra de Dios…
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Tremendo excelente….
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Excelente estudio, bastante profundo.
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Wow, En verdad que Bendicion!
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