Ciro, el rey de Persia conquistó Babilonia y permitió a los judíos volver a Jerusalén y reconstruir el Templo en el año 538 a.C. Ciro además, les devolvió los tesoros del Templo que Nabucodonosor había expropiado. Después de 70 años de exilio, unos 50 000 judíos volvieron a su patria.
Esdras 1:5 – «Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, los sacerdotes y levitas, todos aquellos a quienes Dios puso en su corazón subir a edificar la casa de YHVH, la cual está en Jerusalén»
El profeta Hageo (aprox. 520 a.C.) reprendió al pueblo por dar prioridad a sus propias cosas exhortándoles poner primero las cosas del Señor y la reconstrucción del Templo.
Hageo 1:6, 8-10 – «Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero no quedáis satisfechos; os vestís, pero no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su salario en saco roto. Subid al monte, traed madera y reedificad la Casa; yo me complaceré en ella y seré glorificado, ha dicho YHVH. Buscáis mucho, pero halláis poco; lo que guardáis en casa yo lo disiparé con un soplo.¿Por qué?, dice YHVH de los ejércitos. Por cuanto mi Casa propia está desierta, mientras cada uno de vosotros corre a su casa. Por eso los cielos os han negado la lluvia, y la tierra retuvo sus frutos»
Zorobabel, el gobernador de Judá, uno de los repatriados empezó la reedificación del Templo del Señor. Los constructores recogían materiales para la obra y pusieron los cimientos. La edificación del Templo, sin embargo, fue parada por un tiempo por la opresión de los samaritanos.

Zorobabel
Hageo 1:14, 2:8-9 – «Y despertó YHVH el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios… (8) Mía es la plata, y mío es el oro, dice YHVH de los ejércitos. (9) La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho YHVH de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice YHVH de los ejércitos»
Los israelitas celebraron la dedicación del Templo en el año 515 a.C. sacrificando cientos de animales y doce machos cabríos en expiación, conforme al número de las tribus de Israel.
Zacarías fue profeta en Jerusalén (aprox. 520 a.C.) durante la reconstrucción. Exhortó al pueblo a convertirse, exaltando la importancia del espíritu de Dios en vez del esfuerzo humano.
Zacarías 1:3 – «Así ha dicho YHVH de los ejércitos: Volveos a mí, dice YHVH de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice YHVH de los ejércitos»
Zacarías 4:6 – «Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de YHVH a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho YHVH de los ejércitos»
Zacarías profetizó también sobre la venida del Mesías, el retorno del pueblo de entre los gentiles y sobre el día del Señor.
Zacarías 8:7-8 – “Así ha dicho YHVH de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; (8) y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia”
Nehemías volvió a Judá después de haber servido en la corte de Persia como copero del rey. Gobernó Judá durante doce años y reedificó los muros de Jerusalén – (aprox. 445 a.C.).

Nehemías
Nehemías organizó también la vigilancia de la ciudad y realizó reformas sociales y religiosas en el pueblo. El rey de Persia envió a Judá también al sacerdote Esdras y sus séquitos desde el río Ahava de Babel. Esdras había trabajado en la corte de Persia en una posición relevante, pero quería estudiar la palabra del Señor para poder enseñar la ley en Israel. La vuelta a un país tan empobrecido fue difícil y la reedificación del Templo avanzó muy lentamente. Esdras estaba triste por la infidelidad de su pueblo y porque ellos habían escogido esposas entre los gentiles. Al escuchar la enseñanza de Esdras, los judíos prometieron servirle al Señor, obedecer sus mandamientos, íos servar el Sabbat, dar los diezmos y organizar los cultos esta cidos al Señor.
Una judía llamada Hadasa, es decir, Ester, llegó a ser la esposa de Asuero, o Jerjes, el rey de Persia – (aprox. 486-465 a.C.). Ester logró salvar a los judíos que vivían en el reino de Persia, que se extendió desde la India hasta Etiopía, cuando el príncipe Amán había maquinado su destrucción.
Malaquías advirtió a los desobedientes del juicio de Dios, y consolaba a los fieles con Sus bendiciones, profetizando sobre la venida del Mesías.
El pueblo se quedó esperando la venida del Mesías cuando la voz de los profetas se iba silenciando.
Una cantidad importante de los judíos se quedó a vivir y ejercer sus profesiones en Babilonia y en otras partes del reino de Persia. Babilonia se había convertido en el centro de la doctrina y literatura judía. Asimismo, muchos babilonios se habían convertido al judaísmo. Se les empezó a llamar prosélitos a los gentiles que se convirtieron al judaísmo. Los varones prosélitos fueron circuncidados y bautizados, las mujeres solo bautizadas.
Había que realizar un sacrificio por cada prosélito y ellos se comprometieron a observar la ley judía. Entre gentiles había también los que eran denominados los temerosos de Dios. Ellos iban a la sinagoga pero sin convertirse al judaísmo.
Después del exilio, sobre los años 500-400 a.C. el arameo empezó a ganar importancia sobre el hebreo y por lo tanto, entender las escrituras hebreas requería conocimientos especiales. Se inició la traducción de los textos hebreos de la Biblia al arameo – (hebr. targum). Se iba estableciendo la posición de los sumos sacerdotes como líderes del pueblo, se empezaba a dar más importancia a la observación exacta de la ley, y además de la ley escrita (613 mandamientos), el significado de la interpretación verbal de la ley iba aumentando. La responsabilidad principal de los maestros de la ley consistía en escudriñar las escrituras, conservándolas y enseñándolas, y actuando de jueces. Los maestros de la ley habitualmente no recibieron remuneración por la enseñanza se ganaban la vida realizando otros trabajos.
Los grandes filósofos Sócrates, Platón y Aristóteles vivieron en los años 400-300 a.C., en una época remarcable de renovación y ruptura intelectual en Grecia. Alejando Magno, el Emperador del imperio griego-helenístico y discípulo de Aristóteles, conquistó Tierra Santa a los persas en el año 332 a.C. y el griego se estableció como idioma oficial del país. Alejando Magno murió en una de sus cruzadas en el año 323 a.C. Los diadocos, antiguos generales de Alejando Magno, lucharon del poder y terminaron dividiendo el reino entre sí.

Sócrates, Platón y Aristóteles
En el año 320 a.C. la zona de Tierra Santa quedó bajo el reinado de Egipto. Muchos judíos se mudaron a Egipto, a Alejandría en concreto, y se formó allí una amplia comunidad judía greco-parlante. Los judíos greco-parlantes se mudaron también a Judá trayendo consigo la cultura helenística. Los fieles a la ley de Moisés sentían que el helenismo era una amenaza para el judaísmo. La primera traducción griega de la Biblia hebrea, que se conoce con el nombre Septuaguinta, fue publicada en Alejandría, Egipto, alrededor del año 200 a.C.

Alejandro Magno
La dinastía Seléucida, que era una familia helenística reinante en Persia y Siria fundada por Seleuco, el general de guerra Alejando Magno, conquistó Judá alrededor del cambio del siglo dos antes de nuestra era. El rey seléucido Antíoco IV Epifanes procuró extender la cultura helenística por la fuerza. Persiguió a los judíos, prohibió la práctica de su religión, la santificación del el Sabbat, la circuncisión y los sacrificios.

Antíoco IV Epifanes
Además, saqueó la ciudad de Jerusalén y el Templo dedicándolo al culto de Zeus. Los judíos se sublevaron y reconquistaron Jerusalén en el año 165 a.C. bajo el liderazgo de Judas Macabeo, hijo del sumo sacerdote Matatías. Se restauró el Templo limpiándolo del culto de Zeus y dedicando el altar de nuevo al Señor. Los judíos consiguieron la independencia en la zona por unos cien años y la extensión del reino se acercaba a la de los días de David. Se procuró judaizar el reino lográndolo en cuanto a los descendientes de Esaú, los edomitas, pero no en cuanto a los samaritanos que se desentendieron del judaísmo.
Los descendientes del hermano de Judas Macabeo fueron llamados asmoneos. Los reyes asmoneos y sacerdotes fueron Juan Hircano – (135-104 a.C.), Aristóbulo – (104-103 a.C.), Alejandro Janneo – (103-76 a.C.) y Salomé Alejandra – (76-67 a.C.). Se unió al reino de Judá al Imperio Romano como parte de la provincia de Siria en el año 63 a.C., y los romanos empezaron a imponer fuertes tributos a los judíos.
(No te pierdas las próximas partes en: Pueblo escogido, Pueblo perseguido)