El Mesías descendiente de Joacím y Zorobabel

Joacím es el abuelo de Zorobabel, que era un descendiente del linaje mesiánico a través de Salomón. Tanto Joacím como Zorobabel se enlistan entre los antepasados de Yeshúa en el Nuevo Testamento en el libro de Mateo (Mt. 1:12) Zorobabel también aparece en la genealogía de Yeshúa escrita por el médico Lucas (Lc 3:27).

La genealogía de Mateo traza a Yeshúa a través de su padre adoptivo, José; la genealogía de Lucas traza la ascendencia de Yeshúa por el lado de su madre Miriam. Hay un problema que ocurre en el linaje en cuanto a Joacím, que también se conoce como Jeconías (o Coniah). El profeta Jeremías registra la denunciación de él:

Jeremías 22:30 – “…Así dice el Señor, registra este hombre como sin hijo, un hombre que no prosperará en sus días: porque ningún hombre de su simiente prosperará, sentándose en el trono de David, y gobernando más en Judá…”

La Escritura parece pronunciar una triple “maldición” sobre Joacím:

  1. Quedaría sin hijos.
  2. No prosperaría.
  3. Su simiente no prosperaría en el trono de David.

A la luz de esta “maldición” parece haber un gran obstáculo en cuanto a la línea mesiánica, y especialmente la inclusión de Joacím en ella. Hay una opinión diseminada de que la denuncia de Joacím mediante el profeta de Di-s era irrevocable. Esto efectivamente lo excluiría de estar en la línea mesiánica. Antes de saltar apresuradamente a esa opinión, es bueno examinar algunos argumentos contra ese punto de vista.

La primera “maldición,” acerca de que Joacím quedaría sin hijos, definitivamente fue eliminada. La Biblia aclara muy bien que Joacím fue de hecho prolífico y procreó a Shealtiel, Malkirám, Pedaiá, Shenazar, Jekamiah, Hoshama, y Nebadiah, y Asir (1 Crónicas 3:17-18) Joacím era rey de Judá cuando los hijos de Israel fueron llevados cautivos a Babilonia, y fue prisionero allí. La segunda “maldición,” era que Joacím sería “un hombre que no prosperará en sus días,” cosa que también fue cancelada por Di-s, porque leemos:

2 Reyes 25:27-28 – “…Y sucedió que en el…año del cautiverio…[el] rey de Babilonia…liberó a Joacím…de la prisión; y…estableció su trono por sobre el trono de los reyes que había con él en Babilonia…”

Así que, si Di-s perdonó a Joacím, al punto de eliminar las primeras dos “maldiciones” contra él, es plausible que la tercera fuera eliminada también; de otro modo el Mesías no podría descender de Salomón a través de Joacím. El Yalkút explica que este problema se resolvió de la siguiente manera:

“Nabucodonosor tomó [a Joacím] y lo puso en prisión…El Concilio Religioso Judío se reunió para considerar el asunto porque temían que el reino davídico llegara su fin, del cual se escribió: „Su trono durará para siempre delante de mí como el sol‟

(Salmo 82:36).

¿Qué podemos hacer para ayudar a que se cumpla la Escritura?

Iremos e intercederemos con la gobernadora y la gobernadora intercederá con la reina y la reina con el rey…. El Rabí Shabatai dijo que Joacím no salió de la prisión hasta que se arrepintió completamente y Di-s perdonó sus pecados…su esposa quedó encinta como está escrito: Shealtiel su hijo, Asir su hijo.”

Shealtiel significa “le pedí a Di-s.” Asír significa “prisionero.” De ahí que los rabinos entiendan que Joacím le pidió a Di-s que lo perdonara mientras estaba en prisión y que Di-s indicó su perdón por medio de darle hijos. Los exiliados que regresaron de Babilonia en el 539 AEC nombraron a Zorobabel para que fuera su príncipe. Obviamente ellos no pensaron que la “maldición” estuviera en efecto, ya que Zorobabel era un descendiente directo de Joacím.

Además, los profetas post exílicos exaltaron a Zorobabel, y pusieron en él su esperanza para Israel. Así, por ejemplo, el profeta Zacarías exclama:

Zac 4:7, 9-10 “…¿Quién eres tú, oh alta montaña? Delante de Zorobabel llegarás a ser un valle; y él traerá una piedra angular de ella con clamores…Las manos de Zorobabel han puesto los fundamentos de esta casa; sus manos también la terminarán…Porque se regocijarán y verán la plomada en la mano de Zorobabel…”

Es razonable, entonces, presumir que cualquiera que fuera la denunciación contra Joacím, fue perdonada por Di-s, así como el rey de Babilonia perdonó a Joacím y lo liberó de prisión; así al Mesías no se le privaría genealógicamente de ser de la simiente de David, Salomón, y Ezequías a través de Joacím, a quien se le dieron las promesas mesiánicas.

Algunos podrán no estar satisfechos con el razonamiento presentado en favor de la remoción de la “maldición” de Joacím, permitiendo así que el Mesías descendiera directamente de él.

Esa posición parecía que elimina efectivamente a Yeshúa de ser el Mesías. Sin embargo, mediante algunos casamientos mixtos dentro de la familia davídica, Zorobabel, el nieto de Joacím, a través de Natán, el hijo de David, fue antepasado de Yeshúa por el lado de su madre Miriam. Así que, aun si Joacím presentara una piedra de tropiezo, todavía Yeshúa traza su ascendencia hasta David por el lado de su madre.

En cuanto a la selección de Aquel que heredaría el trono de David, es bueno recordar la palabra del Señor a Zorobabel de que “no es con ejército ni con fuerza sino con mi espíritu” – (Zac 4:6).

El Mesías sería un descendiente de David, pero su reclamo no sería apoyado por la “fuerza.” (Esa “fuerza” podría referirse a la transferencia usual del reino al primogénito) – (Gn 49:3).

Tampoco sería apoyada su selección por “ejército” como, por ejemplo, cuando reyes poderosos ejercían poderío militar y concedían los derechos a cualquier descendiente que les agradara. Más bien, la selección se haría por el Espíritu de Santidad.

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