Levítico 16 – El día de la reconciliación

En los capítulos anteriores a este capitulo, la Toráh recuerda a los hijos de Israel, las leyes concernientes a lo prohibido y a lo permitido, a la impureza y a la pureza. La Toráh concluye esa serie de leyes y prevenciones diciendo:

Levítico 15:31 – «…Y habréis de separar a los hijos de Israel de su impureza, para que no mueran con su impureza, al mancillar ellos Mi Tabernáculo, que está entre ellos…»

Por eso, Dios prescribió a Moises que prevenga también a Aharón acerca de su ingreso al lugar sacrosanto del Santuario.

Por eso le recuerda la muerte de sus hijos para enseñarle y orientarle, para que él mismo no haya de morir como murieron sus hijos … » (Tseror Hammor).

La Torá introduce el servicio de lom Kipur diciendo que Dios habló a Moshé después de la muerte de los dos hijos de Aharón, Nadav y Avihu, lo que implica que existe cierto nexo entre esa tragedia y el servicio de lom Kipur. Además, este versículo añade otra dimensión a la causa de su muerte, afirmando que murieron al acercarse ante Hashem, elemento
que había sido omitido de la narrativa en 10:1-2, donde se había mencionado sólo su pecado de ofrendar un incienso o fuego sin que se les hubiera ordenado hacerlo.

Sin embargo, a partir de la descripción que se ofrece aquí, parecería que fueron castigados sólo por haber entrado a un área que les estaba vedada. Esta obvia discrepancia es tratada por los Sabios y exégetas.

Levítico 16:1-4 – «…Después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de YHVH y murieron, YHVH habló a Moisés. (2) Y dijo YHVH a Moisés: Dí a tu hermano Aarón que no entre en cualquier momento en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera, porque Yo seré visto en la nube sobre el propiciatorio. (3) Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para la ofrenda por el pecado y un carnero por holocausto. (4) Vestirá una túnica sagrada de lino y cubrirá su cuerpo con zaragüelles de lino. Estará ceñido con un cinto de lino y usará un turbante de lino (estas son vestiduras santas), bañará su cuerpo en agua y después se vestirá con ellas…»

Esto ocurrió poco después de la muerte de los dos hijos de Aarón, registrada en el cap. 10. Aunque aún faltaban varios meses hasta el día de la expiación, Dios instruyó a Aarón en cuanto a este día a fin de que tuviese suficiente tiempo para familiarizarse con el ritual.

vs.1 – «…Despues de la muerte…» – La palabra hebrea es Ajarei Mot אחרי מות = Despues de Morir, refiriendose a los hijos de Aharon pero en un nivel de interpetación «Remez» vemos algo muy interesante.

Esto nos enseña que este mensaje está hablando de lo que iba a pasar con el Mesías después de su muerte. Después de su muerte, Mashíaj entró en el lugar santísimo en el santuario celestial y cumplió así con esta sombra profética de Yom Hakipurim tocante en este capítulo de Levítico 16, como está escrito en Hebreos 9:11-12:

“…Pero cuando el Mesías apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna….”

– “…¿Por qué relacionó Dios la muerte de los hijos de Aharón con el mandamiento de restringir la entrada de Aharón al Sanctasanctórum? Rabí Eleazar ben Azaria asemejó esto a una persona convaleciente a la que se le debe advertir que no ingiera comida fría ni duerma en lugares húmedos, ün doctor sólo le dio las instrucciones sin explicar las consecuencias que podría acarrear desobedecerlas, en tanto un segundo le dijo: “A menos que evites la comida fría y los lugares húmedos, morirás como fulano de tal”. Claramente, la advertencia del segundo doctor tuvo mayor impacto que la del primero (Rashi; Sifrá).

Asimismo en este caso, Dios le dijo a Moshé que transmitiera la ley a Aharón en el contexto de la tragedia que sufrió. Ello fue así pues, incluso si se le hubiera dicho que la pena de muerte era el castigo por entrar al Sanctasanctórum de manera indebida, el efecto de esto habría sido mucho más débil que escuchar que la muerte que recién había presenciado era castigo Divino por ese mismo pecado (Jafetz Jaím).

  • 2-34. El servicio de lom Kipur.

Menos de seis semanas después de que Israel recibió el Decálogo, la nación se precipitó de su cúspide espiritual adorando al Becerro de Oro.

La prolongada súplica de Moises a fin de procurar el perdón para su pueblo culminó el 10 de Tishrei, cuando regresó del monte Sinaí con las Segundas Tablas de la Ley. Tal día fue
designado como lom Kipur, el sempiterno día del perdón. Mientras el Templo estaba aún en pie, el punto nodal de lom Kipur era el servicio especial realizado por el Sumo Sacerdote

Muchas de sus actividades no se realizaban en ningún otro momento del año y el servicio del día era llevado a cabo casi exclusivamente por el Sumo Sacerdote. Nuestro capítulo es la fuente primaria en la Torá de la que aprendemos los detalles del particularísimo servicio de lom Kipur.

vs.2 – «…no entre en cualquier momento en el santuario detrás del velo…» – En el santuario había dos velos: uno a la entrada del primer compartimento; el otro entre los dos compartimentos. Aquí se hace referencia al segundo velo (Heb. 9: 3), que estaba delante del propiciatorio (Exo. 26: 31, 32).

Era delante de este velo donde se paraban los sacerdotes para ofrecer el incienso sobre el altar del incienso, delante del propiciatorio. No podían mirar a través del velo, pero sabían que del otro lado estaba el arca con su propiciatorio, donde Dios había prometido encontrarse con su pueblo (Exo. 25: 22). Las figuras de los querubines bordadas en el velo representaban para ellos a los ángeles que están delante del trono de Dios. El velo los
protegía de la gloria consumidora, pero al mismo tiempo les permitía llegar muy cerca de Dios.

Los querubines deben haberles hecho recordar a los querubines ubicados a la puerta del Edén (ver com. Gén. 3: 24). Después de haber pecado, Adán y Eva no pudieron pasar más allá de esos querubines; los sacerdotes tampoco podían ir más allá de donde estaban los querubines simbólicos y entrar en la presencia de Dios. Esto debe haberles causado una profunda impresión en cuanto a la santidad de Dios. Sólo el sumo sacerdote podía entrar en el lugar santísimo para ministrar allí, y eso, sólo brevemente una vez al año.

Durante todo el año la sangre de las víctimas era llevada al santuario y rociada «siete veces delante de YHWH, hacia el velo del santuario» (Lev. 4: 6, 17), en los casos cuando el sacerdote ungido o toda la congregación hubiese pecado. Inmediatamente detrás del velo estaba el arca con las tablas de la ley. Debido a la ley se rociaba la sangre, porque al pecar los hombres habían quebrantado esa ley, y sus transgresiones exigían expiación. El acto de rociar la sangre era el reconocimiento de la autoridad de la ley y una forma de pago simbólico de sus demandas, ya fuese de obediencia perfecta, o de la vida del desobediente. Obedece y vivirás, desobedece y morirás: ésa era su sentencia.

Sin embargo, la sangre rociada nunca llegaba hasta la ley pues se interponía el velo. Aun en el día de la expiación, cuando se apartaba el velo y se rociaba sangre en el lugar santísimo, la sangre tampoco llegaba hasta la ley. El propiciatorio la cubría, y allí quedaba la sangre. El propiciatorio era símbolo del Mesías.

Según Rom. 3: 25 Dios puso a Yeshua «como propiciación«, literalmente, para que fuese un «propiciatorio«. Yeshua es nuestro «propiciatorio«. Por su muerte en la cruz y su ministerio en el santuario celestial, El Mesías nos salva, habiendo tomado nuestro lugar en la cruz y habiendo intervenido en nuestro favor frente a la ley quebrantada. Se pone entre nosotros y la ley y nos salva de su castigo, no ignorándola ni aboliéndola, sino satisfaciendo sus justas exigencias. De este modo el Mesías reconoce la autoridad de la ley y la honra.

Los sacerdotes entraban en el santuario llevando la sangre de un animal degollado, y por virtud de ella. El Mesías , «según el poder de una vida indestructible» (Heb. 7: 16), entró, no con «sangre de machos cabríos, ni de becerros, sino por su propia sangre … una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención» (Heb. 9: 12). Se nos invita a entrar por fidelidad allí con él (Heb. 4: 16). El Mesías nos abrió el camino nuevo y viviente. El mismo transitó por ese camino. Es el camino de la cruz, el camino de la obediencia. No hay otro camino.

Muchas veces se habla -y quizá descuidadamente- de seguir a Yeshua «hasta el fin». Yeshua ha entrado en el lugar santísimo, donde está ahora ministrando por nosotros. Fue por el camino de la cruz, del Getsemaní y del Gólgota. Nos invita también a seguirle (Mat. 20: 22, 23). Aquellos que acepten su invitación, deben estar dispuestos a caminar con él por el camino de la cruz.

Los que así lo sigan aquí, tendrán el privilegio de vivir en su presencia, en el mundo mejor.

La misma lección está contenida en el partimiento del pan y la participación de la copa. Dijo Yeshua: «Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido… Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre» (1 Cor. 11: 24, 25). Al participar de la copa, al tomar el pan partido, entramos en un solemne pacto con Dios de que iremos hasta el fin, aunque esto pueda significar para nosotros un cuerpo quebrantado y el derramamiento de nuestra sangre en el martirio.

Parece sumamente adecuado que la iglesia de Dios sea «la prosapia más noble de todas las épocas». Sobre ella se proyecta toda la luz de las edades pasadas.

Esta iglesia ha heredado no sólo las debilidades de las generaciones ya idas sino también el conocimiento bíblico acumulado durante los siglos. Esta iglesia ha recibido luz sobre las Escrituras como no lo ha recibido ningún otro pueblo. Tiene la luz sobre el santuario; tiene la palabra profética más segura; le han sido confiados los oráculos de Dios. Comprende la obra que El Mesías está realizando ahora en el tribunal celestial. Ha recibido el inestimable privilegio de proclamar al mundo que ha llegado la hora del juicio de Dios, y que el fin de todas las cosas se acerca. ¡Cómo no debe andar «en santa y piadosa manera de vivir»! (2 Ped. 3: 11).

– “…Incluso en lom Kipur, cuando se le ordena al Cohén Gadol entrar al Sanctasanctórum, este no puede entrar en todo momento del día, sino sólo cuando lleva a cabo el servicio sacrificial delineado en este capítulo (Sifrá).

Rambán explica los motivos por los cuales la Torá afirma que el servicio del incienso era necesario para permitir que Aharón entrase al Sanctasanctórum sin morir. El pueblo había hablado en forma desdeñosa del servicio del incienso, alegando que Nadav y Avihu habían muerto sólo a causa del mismo (Mejilta, BeshalaJ).

Sin embargo, ahora entenderían no solo que el servicio del incienso no era peligroso en sí, sino que, gracias a este, Aharón podría realizar el servicio de lom Kipur sin correr peligro alguno, incluso entrando a la parte más sacra del Santuario».

– “…Este tema ha sido vívidamente relatado en el Talmud, Tratado de Iomá.

El así llamado Seder Hahavodáh ocupa un lugar central en las oraciones de Ióm Quippúr, que tienen lugar en las sinagogas tradicionales. (Véase la versión castellana completa de M. Edery en el Ritual de Oraciones para Ióm Quippúr a la usanza sefaradita. Buenos Aires, 1962.)».

vs.2b – «…Yo seré visto en la nube sobre el propiciatorio...» – La interpretación de esta frase fue el tema de una polémica mayor entre los Sabios y los saduceos, tal y como se explica en el preámbulo a los versículos 12-13 a continuación.

Esto quiere decir que la Presencia de Dios constantemente posa sobre el Santuario.., envuelta y oculta por la Nube Celestial…, que se hallaba siempre encima del Tabernáculo

Por lo tanto, ningún cohen puede ingresar en ese ámbito sagrado, si no es para hacer su servicio correspondiente.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “propiciatorio” es kaporet que significa “cobertura”, “cubierta”. Viene de la raíz kafar que significa “cubrir (con brea)”, “calafatear”, y también “perdonar”, “absolver”, “compensar”, “expiar”. Es la misma raíz que hay en la palabra para el día de expiación, yom hakipurim, también llamado yom kipur, cf. Levítico 23:27; 25:9.

En la traducción de los setenta, la Septuaginta, la palabra hebrea kaporet fue traducida al griego como hilasterion, que significa “sacrificio expiatorio”, “lugar expiatorio”, “propiciatorio”.

La palabra hilasterion viene de hilaskomai que significa “conciliar”, “propiciar”, “expiar”, “reconciliar”, “agraciar”. El propiciatorio es visto como el trono de Dios en la tierra.

Esto nos enseña que esa cubierta no solamente servía para tapar el arca, sino también como un lugar de expiación por los pecados y donde se manifiesta la misericordia y el perdón. Es un lugar de reconciliación entre Dios y el hombre. Por esto se ha traducido también como “trono de la gracia” según está escrito en Hebreos 4:14-16:

“...Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Yeshúa, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna…”

El propiciatorio, el trono de la misericordia, la cubierta sobre el arca, no podía ser visitado por más que una sola persona en un día al año. Sin embargo, cuando el Mesías vino él fue expuesto públicamente como un lugar de expiación, un propiciatorio, como está escrito en Romanos 3:25-26:

“…a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que es de la fe de Yeshúa…”

La palabra griega que ha sido traducida como “propiciación” es hilasterion, que hemos visto antes. Esta palabra aparece sólo en dos lugares en los textos griegos de Los Escritos Mesiánicos. En Hebreos 9:5 fue traducida como “propiciatorio”. Como hemos visto antes, en la LXX, hilasterion es la traducción de la palabra hebrea kaporet que es la cubierta del arca del testimonio. De esto aprendemos que lo que está diciendo el texto griego de Romanos 3:25, es que el Mesías fue mostrado como un propiciatorio, como la cubierta del arca que está en el lugar santísimo en el templo celestial y en el templo terrenal. En su muerte, Yeshúa fue expuesto públicamente como un propiciatorio, relacionado con el culto de yom kipur.

Con la ejecución sangrienta del Mesías, todo el mundo ahora podía ver que hay purificación y eliminación eterna de los pecados, no solamente para los judíos, sino para los del mundo entero, como está escrito en 1 Juan 2:2:

“…El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero…”

En 1 Juan 4:10 está escrito:

“…En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados…”

El lugar de encuentro entre Dios y el hombre está encima del arca en el templo, como está escrito en Éxodo 25:22:

“…Allí me encontraré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de todo lo que he de darte por mandamiento para los hijos de Israel…”

En Éxodo 30:6 está escrito:

“…Pondrás el altar delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde yo me encontraré contigo…”

Ahora, según el texto griego de Romanos 3:25, Yeshúa fue expuesto como un propiciatorio ante todo el mundo. De la misma manera que el propiciatorio fue un lugar de encuentro entre HaShem y Moshé, el sacrificio de Mashíaj es un lugar de encuentro entre Dios y la humanidad, como está escrito en Juan 12:32-33:

“…Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Pero él decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir…”

El propiciatorio es un lugar donde HaShem se manifiesta de una manera extraordinaria. El propiciatorio existe en tres niveles:

  1. En el tabernáculo y el templo terrenales.
  2. En el templo del cuerpo del Mesías.
  3. En el templo celestial.

Como Dios se manifestó de manera extraordinaria sobre la muerte y resurrección de Mashíaj, allí da a conocer Sus cualidades. Vamos a destacar cuatro de ellas:

  1. Su justicia – La justicia de Dios exige que el pecador tiene que sufrir la muerte. Para poder perdonar al pecador Dios tiene que suplir con un sustituto. Sin un sustituto que sea hermano del pecador, no es posible que se haga remisión. Un animal no puede sustituir a un hombre. Si El Eterno redimiera al hombre del pecado y de la muerte a base de los sacrificios de los animales, no sería justo. Por medio de la muerte de Yeshúa, el Eterno manifiesta que es completamente justo cuando perdona al pecador – (Romanos 3:25-26).
  1. Su misericordia y amor – Por medio de la muerte de Yeshúa, todos los hombres de la tierra podrán ser hechos hijos eternos de Dios por medio del perdón de sus pecados y la liberación de la muerte – (Juan 3:16; 1 Juan 3:1).
  1. Su fidelidad – En la muerte y resurrección del Mesías en el tercer día, HaShem cumple sus promesas dadas a los profetas.
  1. Su poder – Mediante la resurrección y transformación del cuerpo de Yeshúa en un cuerpo inmortal y su glorificación y supresión de todo dominio, se ha manifestado su enorme poder, – (Efesios 1:19-21).

– “…»Ya que siempre Yo me manifiesto allí con la columna de nube» (Rashi),

Cabe recordar -para una mejor comprensión de este versículo-lo sucedido cuando la inauguración del Templo de Jerusalem, en la época del Rey Shelomóh, En la descripción que de aquel evento hace el texto leemos: «Y ocurrió que al salir los sacerdotes del Santuario, la nube colmó la Casa de Adonai. Mas no pudieron los sacerdotes permanecer para servir, por la nube, ya que colmaba la Gloria de Adonai la Casa de Adonai. Entonces dijo Shelomóh: Adonai manifestó Su voluntad: para revelar Su presencia por medio de la nube» (1 Reyes 8:10 y s.s.).

Lo mismo había ocurrido varios siglos antes cuando Moshéh hubo erigido el» ןכשמ «, «Mishcán» -primer Santuario de Israel-. Así leemos en Exodo 40:34 y 35: «Recubrió la nube la Tienda de Reunión y la Gloria de Adonai colmó el Tabernáculo. Mas no pudo Moshéh entrar a la Tienda de Reunión, pues se había posado sobre ella la nube. Y la Gloria de Adonai colmó el Tabernáculo».

  • 3-6. Las ofrendas de Aharón y la nación:

vs.3 – «…Con esto entrará Aarón en el santuario…» – En este capítulo Moisés usa la expresión «santuario» para referirse al lugar santísimo, y «tabernáculo de reunión» para indicar el lugar santo

Aharón sólo puede entrar en el lugar santísimo por medio de la muerte de animales sustitutos que están conectadas con la muerte del Mesías. Esto nos enseña que la muerte de Yeshúa es la base sobre la que el hombre puede acercarse a Dios.

Cuando había templo hacohén hagadol, el gran sacerdote, se preparaba una semana antes de este día, que es el más sagrado del año. Salió de su casa para pasar la última semana en el santuario. Durante siete días se purificaba con el agua purificadora de la vaca roja por si había tocado algún cadáver humano sin darse cuenta, como está escrito en Números 19:11-13:

“…El que toque el cadáver de una persona quedará inmundo por siete días. Y aquél se purificará a sí mismo de su inmundicia con el agua al tercer día y al séptimo día, y entonces quedará limpio; pero si no se purifica a sí mismo al tercer día y al séptimo día, no quedará limpio. Cualquiera que toque un cadáver, el cuerpo de un hombre que ha muerto, y no se purifique a sí mismo, contamina el tabernáculo de YHWH; y esa persona será cortada de Israel. Será inmundo porque el agua para la impureza no se roció sobre él; su impureza aún permanece sobre él…”

Durante esos siete días también fue instruido por estudiantes sabios que el sanedrín le había enviado, para que cumpliera con el servicio de yom kipur de manera correcta. Un sustituto también fue preparado en caso de que el sumo sacerdote se quedara tamé e incapaz de oficiar. Repitieron el capítulo 16 de Levítico y las leyes, halajót, sobre el día de expiación hasta que el gran sacerdote las aprendía bien. Durante esa semana él también ofrecía incienso y sacrificios y encendía la menorá.

El día antes de yom kipur pasaron delante de él todos los animales que habían sido reservados para el evento para que los identificara bien. El último día, los discípulos sabios fueron reemplazados por un grupo de cohanim (sacerdotes) que ayudaron al gran sacerdote a practicar el arte de verter incienso en sus manos con una cuchara. Este servicio tenía que hacerse delante de Dios en el lugar santísimo y fue una de las cosas más difíciles, porque no podía caer ni un grano del incienso a la tierra.

Durante la noche antes del gran día, el gran sacerdote no dormía. Estaba leyendo capítulos de Job, Esdras, Crónicas y Daniel para poder quedarse despierto. Si se dormía, los sacerdotes jóvenes lo despertaban haciendo ruidos con sus dedos. Si se cansaba podía estar de pie un rato sobre el suelo frío del templo. Otras personas de Yerushalayim también se quedaban despiertas durante esa noche, leyendo y orando y preparándose para el gran día.

– “…Con esto vendrá Aharón…» – Sólo una vez realizado el servicio de los sacrificios en su totalidad como se detalla más abajo, podía Aharón (o sus sucesores en el puesto de Cohén Gadol) ingresar al Sanctasanctórum en lom Kipur.

– “…Con un novillo…» – Este versículo enumera las ofrendas personales del Cohén Gadol, las que compra de su propio bolsillo. La ofrenda de la nación se detalla en el versículo 5.

– “…Esto no quiere decir que traiga el novillo al recinto sacro, sino que él deberá ofrecer ese sacrificio (su sangre y su sebo) para expiar por él y por los cohanim (Ibn Hezra).

vs.4 – «…La túnica santa…» – Al principio había tan sólo unos pocos sacerdotes, y el sumo sacerdote generalmente ayudaba a los sacerdotes comunes en su ministerio. Cuando aumentó el número de sacerdotes, el sumo sacerdote cumplía menos frecuentemente esta
función.

Finalmente llegó a ser la costumbre que los ayudara sólo en los días de shabat, las lunas nuevas y las tres fiestas anuales. Se consideraba a los otros sacerdotes como representantes suyos, y cuando oficiaban, su ministerio era acepto como si el sumo sacerdote mismo lo hubiese realizado. Pero no podían oficiar en su lugar en el día de la expiación. El era el sacerdote por excelencia, y cuando oficiaba llevaba las gloriosas vestimentas áureas pertenecientes a su excelso cargo. Estas costosas vestimentas no sólo estaban adornadas con oro y piedras preciosas (Exo. 28: 13-36), sino que también estaban bordadas con los colores del santuario y con hebras de oro puro (Exo. 28: 4-6). Vestido de esta manera, el sumo sacerdote representaba a el Mesías en su gloria divina como el Hijo de Dios.

En el día de la expiación, el sumo sacerdote en persona oficiaba en todas las fases del servicio, ayudado por los otros sacerdotes. Dirigía los servicios matutinos y vespertinos ataviado con esas vestimentas áureas. Pero al realizar el ritual especial del día de la expiación, llevaba la «santa túnica de lino» (Lev. 16: 23), que se usaba exclusivamente en esa ocasión. Esta «túnica santa» se parecía a las túnicas de los sacerdotes comunes con excepción de los bordados jaspeados de aquélla. Probablemente era de una textura más fina que las túnicas de los otros sacerdotes.

El sumo sacerdote se cambiaba de vestimenta varias veces durante el día, lavándose todo el cuerpo cada vez que se mudaba. A la primera luz del día, según lo afirma el Talmud, se quitaba sus ropas personales y vestía las vestimentas áureas; así ataviado dirigía los servicios regulares de la mañana.

Terminado este servicio, se quitaba las vestiduras áureas para colocarse la «túnica santa» a fin de oficiar en los servicios especiales del día (vers. 4).

Luego se la quitaba para volver a ponerse las vestimentas áureas para el servicio vespertino (vers. 23, 24). Al concluir éste, se ponía sus vestidos personales para retirarse del recinto sagrado del santuario. Vestido con sus vestimentas áureas, el sumo sacerdote representaba a Cristo ante el pueblo, mientras que vestido de la «túnica santa» simbolizaba a Yeshua como mediador y representante del pueblo ante Dios.

El blanco inmaculado de las vestimentas que llevaba el sumo sacerdote en el día de la expiación simbolizaba la perfección de carácter que él y su pueblo buscaban mediante los ritos de ese día. «Como el sumo sacerdote, después de realizar su servicio en el lugar santísimo, salía vestido con sus ropas pontificias, a la congregación que esperaba, así El Mesías vendrá la segunda vez, cubierto de vestidos … blancos«. Y así como el pueblo estaba «limpio» de todos sus pecados al concluir ese servicio (vers. 30), así también cuando Yeshua aparezca ante su pueblo, éste estará «sin mancha delante del trono de Dios» (Apoc. 14: 5; Efe. 5: 27; Col. 1: 22; Jud. 24; Apoc. 19: 8).

Las ropas que fueron usadas para entrar en el lugar santísimo vinieron solamente del mundo vegetal. Esas ropas de lino expresan humildad ante la presencia de HaShem.

La primera vez que aparece el lino en las Escrituras es en Génesis 41:42 donde habla de Yosef que fue vestido de lino por mano del Faraón en el momento de su exaltación. Esto nos enseña que hay una relación entre la exaltación de Yosef después de haber estado en la cárcel, y el ministerio sumo-sacerdotal de yom kipur. Todo esto nos lleva al Mesías ben Yosef que fue vestido de lino en el momento de su muerte, como una señal de su investidura en el ministerio sacerdotal según el orden de Malki-Tsedek que iba a iniciar después de su resurrección – (Juan 19:40).

– “…El Cohén Gadól vestía regularmente ocho ropas: 1) Pantalón, 2) Cinturón, 3) Camisa; 4) Gorro, 5) Chaleco, 6) Pectoral, 7) Túnica, 8) Diadema. Las cuatro últimas -que eran las exteriores- contenían hilos y ornamentos de oro. Por esto, se denomina a este conjunto de vestimentas “El Ropaje de oro”.

Sin embargo, para los servicios especiales que el cohén gadol realizaba en el Día de Kippúr en el Recinto sagrado interior, debía despojarse de la ropa que contenía oro.., y entraba al Recinto con las cuatro primeras solamente, que eran de puro lino.

Esto se debe a que -como explican nuestros sabios en el Talmud- “en kategór né-esá sanegór” es decir, ¡ El acusador no puede convertirse en defensor..!”.

Ya que el oro.. fue el material que se usó para hacer el pecado del becerro.. y eso mismo no puede usarse ahora al presentarse a pedir perdón..! Por otra parte -explican- que no es adecuado presentarse ante D’s con lujos.!«

– “…“Una Túnica de lino -sagrada-..” : Al aclarar que debe ser sagrada.. se infiere que la Túnica que usa el cohén gadól en Kippúr, debe ser nueva.., y consagrada.. especialmente para el servicio de ese santo día

«Ya que estos ropajes se adquirían con el producto de las ofrendas que se hacían al Santuario y que eran por consiguiente consagrados’; (Minháh Beluláh)«

vs.4b – “…lavará su cuerpo en agua…” – En yom kipur el sumo sacerdote hizo tevilá de todo su cuerpo en total cinco veces. Cada vez que cambiaba la ropa sumergió todo su cuerpo en agua y lavaba sus manos y pies antes y después. En total lavó sus manos y sus pies diez veces durante ese día.

Primero hizo la tevilá antes de ponerse las ropas de oro para iniciar el servicio de todos los días como gran sacerdote. Después vertía agua sobre sus manos y sus pies y ofrecía el sacrificio diario del cordero de la mañana, quemaba el incienso y limpiaba la menorá. Luego ofrecía la ofrenda diaria de oblación, minjá, seguido por parte del sacrificio adicional, musaf, de yom kipur, como está escrito en Números 29:7-11:

…El décimo día de este mes séptimo tendréis santa convocación y os humillaréis; no haréis ningún trabajo. Y ofreceréis a YHWH una ofrenda de ascensión como aroma agradable: un novillo, un carnero, siete corderos de un año, sin defecto; y su ofrenda de cereal, flor de harina mezclada con aceite: tres décimas de una efá por el novillo, dos décimas por el carnero, una décima por cada uno de los siete corderos; y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además de la ofrenda de expiación por el pecado y de la ofrenda de ascensión continua, de su ofrenda de cereal y de sus libaciones…”

Después purificó sus manos y sus pies y se quitaba las ropas de oro. Se sumergía en agua y se ponía las cuatro ropas de lino, hechas para la ocasión con la tela más fina. Otra vez echaba agua sobre sus manos y sus pies para estar listo para el siguiente servicio.

«De este versículo se desprende que el cohén. no prestaría servicio en el interior del Recinto con los «ocho ropajes» que usaba para servir en el exterior del Recinto y que contenían oro, ya que el acusador (el oro que nos recuerda el episodio del becerro de oro) no puede convertirse en defensor … Por eso, él vestirá solamente ropa de lino» (Rashí),

Rashí nos recuerda que, en aquel día (Quippúr), el cohén debía hacer una inmersión en el agua cada vez que cambiaba sus ropas para servir en el Santuario, pasando del exterior al interior del mismo y viceversa. En total eran cinco las abluciones del día.

– “…Rashí nos recuerda que, en aquel día (Quippúr), el cohén debía hacer una inmersión en el agua cada vez que cambiaba sus ropas para servir en el Santuario, pasando del exterior al interior del mismo y viceversa. En total eran cinco las abluciones del día. En nuestros días, este ritual de abluciones, prácticamente no tiene vigencia, pero cabe recordar que en el día de Quippúr son cinco las oraciones que pronunciamos ante D’s»

– “…De aquí deriva la costumbre de vestirse de blanco en Ióm Quippúr, y con ropa simple para recordar lo efímero de la vida y la pureza con la cual deberemos vivir en todo tiempo, representada por el color blanco. El mensaje parece ser que la persona debe despojarse de sus «tendencias materialistas» que a veces lo recubren cual ropa y le impiden percibir con su cuerpo la generosidad y la pureza. Esta es una de las finalidades del ritual que tenía lugar en el Santuario y que en nuestros días se trata de emular – aunque sea parcialmente- en la sinagoga tradicional…»

– “…El Cohén Gadol tenía dos ajuares: uno llamado vestimentas doradas, que constaba de ocho prendas, de las cuales cuatro contenían oro. El segundo ajuar era llamado, vestimentas blancas, y constaba de las cuatro prendas blanca de lino descritas en este versículo. Las vestimentas blancas sólo eran usadas en lom Kipur e incluso entonces sólo en las partes especiales del servicio que se especifican en este capítulo, es decir, el servicio del incienso sagrado que era quemado en el Sanctasanctórum, el servicio del toro del Cohén Gadol y las ofrendas por pecado de la nación toda, que constaban de machos cabríos. Todos los rituales diarios normales y asimismo una parte del servicio de lom Kipur, eran realizados por el Cohén Gadol usando las vestimentas doradas normales. El orden del servicio y las vestimentas en las que el Cohén Gadol realizaba cada parte del mismo se analizan en las notas. Puesto que el pueblo de Israel había pecado adorando un becerro hecho de oro [y tal pecado sigue siendo una especie de “fiscal acusador”, exigiendo que el pueblo sea castigado (Rashi a Shemot 32:34)], no habría sido correcto que el Cohén Gadol usase vestimentas de oro al momento de solicitar perdón por los pecados del pueblo. Por consiguiente, no usaba las vestimentas de oro en las partes del servicio que procuraban el perdón por los pecados pues, como los Sabios lo formularon, “Un fiscal acusador no puede convertirse en abogado defensor” (Rosh HaShaná 26a)».

– “…Lino…» – La blancura del lino simboliza el perdón, y el material mismo representa el servicio de los ángeles celestiales, quienes son metafóricamente descritos por los profetas como envueltos en prendas de lino (lejezkel 9:2). Las cuatro vestimentas blancas simbolizan las cuatro huestes de ángeles que sirven a Dios al descender la Presencia Divina a la tierra, como lo indican los rezos (Rabenu Bejaie).

La costumbre ashkenazí de usar un kitel blanco en lom Kipur se origina en las vestimentas blancas del Cohén Gadol. Los sabios enseñaron que una vestimenta blanca significa asimismo la confianza del pueblo de Israel de que Dios aceptará nuestra contrición en lom Kipur. Israel se viste de blanco mientras comparece en juicio frente a Dios, como si fuesen a una celebración, teniendo confianza de que Dios aceptare su contrición y los perdonará».

– “…Sumergirá en agua… y las vestirá…» – En lom Kipur, cada vez que el Cohén Gadol se ponía sus vestimentas normales o sus vestimentas blancas, lo que hacia un total de cinco veces, se sumergía en un mikue. Además, antes y después de cada cambio de indumentaria se lavaba las manos y los pies en agua del nvo, Lavatorio, que estaba en el Patio del Santuario. Así pues, se sumergía cinco veces y se lavaba las manos y los pies diez veces (Rashi; Sifrá; loma 32a). En el transcurso de este capítulo indicaremos qué prendas utilizaba en los diferentes servicios».


Levítico 16:5-10 – «…Tomará dos machos cabríos de la congregación de los hijos de Israel para la ofrenda por el pecado y un carnero para el holocausto. (6) Y haciendo acercar el novillo como ofrenda por el pecado, Aarón hará expiación por sí mismo y por su casa. (7) Después tomará los dos machos cabríos y hará que estén delante de YHWH, a la entrada de la Tienda de Reunión. (8) Y Aarón echará suertes sobre los dos machos cabríos: una suerte por YHWH y la otra suerte por Azazel.° (9) Luego Aarón acercará el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte por YHWH y lo ofrecerá en ofrenda por el pecado. (10) Pero el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte por Azazel, será presentado vivo ante YHWH para hacer expiación sobre él, a fin de enviarlo al desierto como Azazel…»

vs.5 – «…Para expiación…» Aharón debía tomar dos cabritos de la congregación para hacer «expiación». Esto no era común, pues en el servicio diario se exigía un becerro como ofrenda por el pueblo, y no una cabra (cap. 4: 14). Pero el día de la expiación era diferente de todos los otros días.

– “…Dos machos cabrios…» – «Estos dos animales que eran inmolados, eran adquiridos también con el dinero recogido cuando se recolectaba el «לקשה תיצחמ», «mahatsit hashékel» -medio siclo-: (Minháh. Beluláh). Véase Exodo 30: 12 y s.s».

vs.5b – «…Holocausto…» – Debía ofrecerse un carnero en holocausto, así como se hizo para la consagración de Aarón (cap. 9: 2).

– “…Para expiar los errores de la comunidad, ya que éstos eran numerosos Y contaminantes. Por eso el animal era enviado fuera del Santuario» (Seforno)».

vs.6 – «…Hará traer Aarón…» – Aarón no debía degollar el becerro en ese momento sino que debía presentárselo al Señor en la puerta del tabernáculo para que Dios lo aceptase (vers. 11). Dejaba el becerro junto al altar del holocausto listo para ser ofrecido cuando llegase el momento.

Según Rashí, este es el novillo que fue mencionado en el versículo 3. El gran sacerdote tenía que pagar este novillo de su propio bolsillo. En este momento él puso sus manos sobre la cabeza del novillo y confesó sus propios pecados y los de su familia. Según Rashí, la palabra expiación, que normalmente tiene que ver con la sangre, en este caso significa una confesión de los pecados. Según Rambám (Avodat Yom kipur 4:7 )Aharón usó estas palabras:

“…Por favor, HaShem, pequé sin intención, cometí transgresiones intencionalmente e insolentemente delante de ti, tanto yo como mi familia. Por favor, HaShem, expía los pecados involuntarios, las transgresiones voluntarias y la desobediencia que mi familia y yo cometimos ante ti, según dices en la Torá de tu servidor Moshé (Levítico 16:30), “En este día, Él expiará tus pecados y te dejará puro y limpio de todo pecado ante HaShem…””

Durante todas las confesiones que el gran sacerdote hizo durante el día, pronunció el Nombre de Dios con cuatro letras, el Tetragrámaton, yod, he y vav, he, diez veces en total. Cuando el pueblo oyó la pronunciación del Nombre se inclinaron sobre el suelo y pronunciaron las palabras:

“…Baruj shem kevod maljutó leolam vaed…

(Bendito sea por siempre el Nombre de su reino glorioso).

– “…Y acercará…» – El Cohén Gadol llevaba la ofrenda al lado noroeste del Altar, donde posteriormente realizaría el degüello (Ralbag).

– “…El suyo [literalmente, que es de éí]…» – Este término indica que el Cohén Gadol compró esta ofrenda, que es suya, de su propio bolsillo, a diferencia de la ofrenda de la nación, que es adquirida con fondos del erario público (Rashi; Sifrá)».

– “…Y expiará…» – El Cohén Gadol logra que se conceda expiación al verbalizar la confesión de sus pecados y los de su familia (Rashi-, loma 36a). El texto de su confesión era: “Te suplico, oh Hashem, he actuado malévolamente, me he rebelado y he pecado ante Ti, yo y mi familia. Te suplico, oh HASHEM, que perdones las malas acciones, las rebeliones y los pecados, pues he actuado malévolamente, me he rebelado y he pecado ante Ti, yo y mi familia, como está escrito en la Torá de Tu siervo Moshé (16:30): Porque en este día expiará por ustedes… (Mishná íomá 3:8)».

vs.6b – «…Por su casa…» – El becerro debía ser ofrecido por Aarón y su familia. Sólo él debía oficiar en esta ocasión solemne, y debía estar libre de toda mancha de pecado a fin de simbolizar debidamente a Cristo en su papel de mediador (ver Juan 17: 19). Los otros sacerdotes ayudaban, pero no ofrecían ningún sacrificio.

– “…»Cuando Aharón ofrecía el sacrificio expiatorio (mencionado en el versículo 3) debía confesar sus iniquidades propias, así como las de su familia» (Rashi)…»

  • Confesión:

La expiación esencial de una ofrenda es efectuada por medio del rito de la sangre (sacrificio), no por la confesión (véase más adelante, 17:11), a pesar de que la confesión es parte fundamental de la contrición y por ende de la expiación misma (1:4; Iomá 5a). Es uno de los más grandes obsequios de Dios, que le permite a la persona borrar los pecados de su pasado para que pueda empezar una vida mejor, una vida liberada de los efectos corrosivos de los pecados anteriores. Ello es así pues ese nuevo inicio no es posible a menos que el pecador se arrepienta, encarando sus malas obras, admitiéndolas y decidiéndose sinceramente a cambiar. Esto es representado por la confesión. De hecho, según Rambam, el mandamiento de hacer penitencia va implícito en el mandamiento de confesarse

Que la confesión verbal del Cohén Gadol pudiese expiar por toda la nación demuestra en forma extraordinaria el poder de una confesión, que no consistía en la mera recitación de una fórmula, sino que era una declaración sincera de remordimiento, pues la gente es renuente a admitir un hecho que les duele más de lo que pueden soportar. Cuando Rabí Iehudá HaNasí falleció, sus discípulos declararon que todo aquel que dijese que había muerto merecía ser pasado por filo de espada (Ketubot 104a). Ellos no negaban, ni podían
negar, el hecho de su muerte, mas su congoja era tan intensa que no podían soportar que nadie hiciese alusión a su fallecimiento, por lo cual todo aquel que osase verbalizar semejante tragedia se hacía culpable de una profanación imperdonable.

De la misma manera, al ser humano le es muy trabajoso confesarse. Así pues, cuando el Cohén Gadol lo hacía en contrición total, ello equivalía a una ofrenda y detentaba el poder de obtener expiación (Rabí losefDov Soloveitchik).

  • vs. 7-18. Los sorteos:

El próximo paso del servicio era seleccionar dos machos cabríos: el que sería una ofrenda por pecado de la nación toda y el segundo, que portaría todos los pecados del pueblo -por así decirlo- y sería despeñado de un precipicio en despoblado.

vs.7 – «…Los dos machos cabríos…» – Aarón debía tomar los dos machos cabríos y presentárselos al Señor en la puerta del tabernáculo, donde permanecían mientras se echaban suertes sobre ellos.

Los dos machos cabríos tenían que ser parecidos en aspecto, peso y altura. Fueron comprados con fondos de la comunidad.

El sentido de este ritual que tenía lugar durante el Ióm Quippúr, en el Santuario, pertenece al reino de lo supra racional. Es así que el Talmud, en el Tratado Iomá 67:B, nos previene de no incurrir en la idea de que este ritual es » והת», «tohu» -carente de sentido-. sino más bien hay que aceptarlo como «חלמה תריזג», «guezerát hamélej» -decreto del Soberano del Universo-.

A pesar de la categorización de este ritual como קוח, «hok» -precepto que la Toráh no explica manifiestamente- los grandes pensadores de Israel, han tratado de encontrar algún sentido a este «decreto real«.

Es así que Sahadiáh Gaón en su libro Emunót Vedehót dice: «con respecto al sacrificio que se ofrecía para Élazazél en el día de Quippúr, le ha parecido a alguna gente que Hazazél es el nombre de un demonio; sin embargo yo digo que Hazazél es el nombre de una montaña, nombre que nos recuerda otros parajes bíblicos que portan nombre de fonética similar, por ejemplo la roca llamada» לאתקי», «Iokteél» (II Reyes 14:7) .. ,

En este video se enseña este lugar llamado «Azazel»

Y a uno de los dos machos cabrios se lo inmolaba en el Santuario para expiar por los errores de los cohaním, ya que la mayoría de sus errores se cometían en el Santuario. Mientras que al otro macho cabrío se lo ofrecía para expiar por los errores de la comunidad enviándolo fuera el Santuario … Empero los dos se ofrecían como sacrificio a un D’ s Único …

En cuanto a las suertes » goralót«, eso se hacía para distinguir claramente entre los grupos por quienes se haría la expiación, a saber: los cohaním y el pueblo de Israel.

Y por eso se debía echar suerte al comienzo, para que cuando cada animal hubiera sido asignado a su grupo, el grupo en cuestión lo inmolara por expiación de sus errores en forma explícita, ya que lo consideraría (al macho cabrío) como una adquisición propia».

Maimónides, por su parte, escribe al respecto: «El macho cabrío estaba destinado a la expiación total de’ los grandes errores, de suerte que no existía ningún otro sacrificio que pudiera servir de expiación portando todos los pecados. por eso a este macho cabrío no se lo debía inmolar, ni quemar, ni ofrecer en sacrificio, sino más bien se lo debía alejar lo más posible y arrojarlo a un paraje alejado de la población, llamado por la Toráh » הרזג ץרא», «érets guezeráh» (que traducimos como «paraje deshabitado»).

Ninguna persona cree que los errores sean cargas que se pueden transferir de la espalda de un hombre a la espalda de otro. Empero todos estos actos son metáforas que tienen como finalidad infundir la veneración (a D’s), para que ésta se motive para la» הבושת», «teshuváh» -arrepentimiento y reversión de nuestros actos-. Queriendo significar este acto que estamos liberados de todas nuestras acciones anteriores, a las que hemos arrojado detrás de nosotros, alejándolas en la forma más absoluta» (Guía de los Perplejos 3 :46).

Por último, el comentarista S. R. Hirsch concluye de este acto ritual que: «No había tres chivos emisarios delante del cohén para expiar por el pueblo, sino solamente dos, ya que no tenemos otra elección, cuando rechazamos el camino del Santuario. Porque si lo hacemos, lo único que nos queda como opción es: el desierto, la nada, la soledad y la desaparición».

vs.8 – «…Echará suertes…» – Esto se hacía poniendo dos objetos con inscripciones en una urna u otro receptáculo, y luego se los sacaba. De esa manera la selección quedaba en
manos de Dios. En tiempos remotos, se usaban pedazos de madera con inscripciones que marcaban uno para el Señor, y otro para Azazel.

Posteriormente, se hicieron de materiales más nobles, aun de oro. Según el Talmud, los machos cabríos debían ser tan parecidos entre sí como fuese posible conseguirlos. Para evitar la confusión luego de haberse echado suertes, se colocaba un cordón escarlata en los cuernos del macho cabrío para Azazel y un cordón en el cuello del macho cabrío para el Señor. Así era posible distinguir claramente entre los dos.

«…Para asegurar que los dos machos cabrios, que eran de idéntico aspecto, no fueran confundidos el uno con el otro, el Cohén Gadol ataba un lazo de lana rojo alrededor de la cabeza del macho cabrío para Azazel y otro lazo alrededor del cuello de la ofrenda por pecado. Cuando el macho cabrío para Azazel era despeñado por un precipicio, el lazo rojo emblanquecía milagrosamente, para simbolizar que los pecados de Israel habían sido perdonados…»

(Iomá 39a).

Después de hacer la confesión sobre el novillo, no lo degolló enseguida, sino primero echo suerte entre los dos machos cabríos, que constituían una parte central en el servicio del día. Para este sorteo se usaban dos inscripciones que estaban en una urna. En una de ellas estaba escrito: “Para YHWH” y en la otra: “Para Azazel”. El sumo sacerdote cogió las dos placas con sus dos manos sin mirar y colocó una sobre cada uno de los machos cabríos según estaban delante de él. Leyeron las inscripciones y proclamaban sobre el macho cabrío que había sido elegido para YHWH: “¡Este es un sacrificio jatat para YHWH!”

Se colocaba un hilo de color escarlata en la cabeza del cabrío que era para Azazel y otro hilo rojo en la entrada del lugar santo del templo. El Talmud (Yoma 39a) enseña:

“…Nuestros rabinos enseñaron: Durante los cuarenta años cuando Shimón el Justo (Fue gran sacerdote en tiempos de Alejandro Magno.) ministraba, la suerte (“Para YHWH”) siempre salió en su mano derecha. Desde ese tiempo en adelante, a veces salió en la mano derecha y a veces en la mano izquierda. Y (durante el mismo tiempo) el hilo de color escarlata solía volverse blanco. Desde ese tiempo en adelante a veces se volvió blanco y otras veces no….”

Más adelante en el mismo tratado (Yoma 39b), dice:

“…Nuestros rabinos enseñaron: Durante los últimos cuarenta años antes de la destrucción del Templo, la suerte (“Para YHWH”) no salió en la mano derecha, ni se volvió blanco el hilo escarlata…”

Cuarenta años antes de la destrucción del templo fue el año 31 del cómputo romano. Según mis cálculos, fue el mismo año de la muerte del Mesías Yeshúa. Después se su muerte el servicio de yom kipur no fue hecho de manera agradable a YHWH.

vs.8b – «…Por Azazel…» – Algunos teólogos piensan que ambos machos cabríos representan a El Mesías en dos fases diferentes de su obra expiatoria. Sin embargo, no pocos piensan que representan dos fuerzas opuestas; y como uno es para el Señor, el otro debe ser para Satanás. La gran mayoría de las versiones dejan sin traducir la palabra hebrea ‘azazel, porque no hay unanimidad de opinión en cuanto al significado de esta palabra.

Muchos eruditos modernos sostienen, juntamente con algunos judíos, que Azazel es un espíritu suprahumano, personal y maligno. Casi todos están de acuerdo en que el significado de la raíz de esa palabra es «el que quita», más específicamente el que quita algo «por una serie de actos». Otros sugieren que la palabra es una combinación de ‘ez, «cabra», y ‘azal, «irse», «partir». Así como un macho cabrío era para el Señor, un Ser personal, el otro animal debía ser también para un ser personal, y puesto que evidentemente existe aquí una antítesis, la posición más lógica sería la de pensar que Azazel está en oposición al Señor, y por lo tanto no puede ser sino Satanás segun algunos interpretes.

¿Qué es Azazel?

Según el Talmud (Yoma 67) Azazel es un compuesto de Aza y Azael. Eran dos ángeles que antes del diluvio pidieron permiso para vivir entre los hombres con apariencia humana para mostrar que no pecarían como los demás hombres. Sin embargo cuando obtuvieron permiso para hacer esto pecaron más que los hombres anteriores al diluvio. Rashí (Rashí sobre Yoma 67) comenta sobre este punto que el macho cabrío es llamado Azazel para implicar que lograba expiar pecados, entre ellos, hechos inmorales como los de Aza y Azael.

Sin embargo, en su comentario de Vayikrá, Rashí dice que Azazel designa a una montaña severa y dura, un precipicio muy elevado. En Gur Aryé, que comenta a Rashí, está escrito que Azazel es un vocablo compuesto por las palabras az, “áspero”, “severo”, y  el, “fuerte”, “duro”. La aparición de la segunda zayin en Azazel no modifica en nada el hecho de que se derive de az y el, ya que en hebreo es usual que cuando un nombre se forma a partir de una o más raíces, el nombre formado casi siempre añade una letra de más por razones estilísticas. Najmánides dice que cuando está escrito que el animal fue enviado a Azazel, simplemente quiere decir que era enviado a un lugar agreste e inhóspito.

Un Midrash (Pirkei d´rabi Eliazar 40) interpreta la palabra Azazel como satán o a shed, un espíritu malo. Pero como más adelante está claramente ordenado que no se puede hacer sacrificios a los demonios, esta interpretación tiene que ser cuestionada – (Levítico 17:7).

Nosotros creemos que Azazel era un lugar asi como algunos sabios como Najmanides y otros creian y no un ente demoniaco o algo por el estilo.

– “…Los sabios del Zóhar -la mística hebrea- insinúan veladamente que estos dos chivitos representan al Instinto del Bien y al del Mal.. que anidan en el interior de cada persona. Estas dos fuerzas -que se podrían definir como la Conciencia espiritual..-con tendencia al Bien- por un lado, y la ambición materialista…-con inclinación hacia el Mal- por el otro.. constituyen el equilibrio que posibilita el Libre Albedrío en el accionar del Ser Humano. En consecuencia, llegado el Día del Perdón presentamos nuestras buenas acciones y las ofrecemos ante D’s como fruto del impulso y la influencia del Instinto del Bien. Y por otro lado, atribuímos nuestros yerros y faltas al Instinto del Mal, que nos sedujo.

Con esta acción, el Pueblo de Israel muestra su arrepentimiento por sus pecados, y se propone mejorar su conducta.., no volviéndolos a cometer. Hoy en día, cuando carecemos del Bet Hamikdásh, hacemos algo similar a todo esto último, cuando llevamos a cabo el ritual del Tashlíj.., durante el cual arrojamos nuestros pecados al agua para desprendernos de ellos.., en un claro gesto de arrepentimiento.. y contrición.. por nuestro incorrecto accionar.

Otros intérpretes consideran que el envío del segundo chivo expiatorio al desierto era una especie de componenda que se hacía con el Satán -el representante del Mal en el Tribunal celestial- quien hace las veces de fiscal acusador de Israel.

vs.9 – «…La suerte por YHWH…» – Aarón debía ofrecer el macho cabrío sobre el cual cayera la «suerte por YHWH» como ofrenda por el pecado del pueblo (vers. 15).

En este momento no fue degollado este macho cabrío, sino sólo designado para ser una ofrenda por el pecado.

Después de poner la suerte sobre la cabeza del macho cabrío, Aharón debía pronunciar las palabras, ofrendapor pecado a YHWH, consagrándolo formalmente como la ofrenda por pecado nacional (Rashi).

vs.10 – «…Mas el macho cabrío…» – El contraste entre los dos animales es completo. El macho cabrío de YHWH era degollado; el de Azazel no lo era. La sangre del macho cabrío del Señor era llevada al santuario y rociada; no así la sangre del macho cabrío de Azazel, puesto que no era muerto.

Siempre se quemaba sobre el altar la grosura de la ofrenda por el pecado. Así se hacía con el macho cabrío del Señor (vers. 25), pero evidentemente no se hacía así con el macho cabrío de Azazel. La sangre del macho cabrío del Señor era capaz de limpiar (vers. 15, 16); el macho cabrío de Azazel contaminaba (vers. 26). El contraste entre los dos animales era absoluto (ver com. vers. 20, 21).

Los dos machos cabríos hablan de dos aspectos diferentes de la muerte del Mesías. La sangre de uno de ellos es llevada hasta el lugar santísimo, v. 15-16, y su cuerpo es quemado fuera del campamento, v. 27-28. El otro es enviado al desierto v. 21-22. Uno expía por el pecado, es decir, satisface la exigencia de justicia delante de YHHW, que reclama la muerte del pecador. El otro lleva el pecado lejos para que sea apartado de los hijos de Israel.

– “…Permanecerá en pie…» – Or HaJaím hace notar que el macho cabrío de este versículo y del 21 es llamado -antes de la confesión- vivo, mas después de que Aharón hace confesión sobre él ya no se le llama así, aunque aún faltaba que transcurriera algún tiempo antes de que se le llevara a su muerte. La confesión tenía el efecto de poner todos los pecados de la gente en el macho cabrío, el que terminaría por llevarlos al yermo Azazel. La presencia de esa contaminación en el macho cabrío lo convertía en espiritualmente “muerto”, por lo que se le llamaba vivo antes de la confesión de Aharón».

– “…Para expiar por medio del mismo. Es decir, el Cohén Gadol recitaba la confesión por los pecados del pueblo, tal y como se estipula en el versículo 21 (Rashi). Después de ello, el macho cabrío era enviado a despoblado, como se describe en los versículos 21-22″.

– “…Para enviarlo a Azazel al desierto…» – Según Rashbám, el sentido literal de este versículo es que al chivo emisario se lo enviaba al desierto, tanto como se soltaba el pájaro vivo sobre la faz del campo para purificar al leproso de su afección (Levítico 14:7).

También aquí, en el día de Quippúr, para purificar al pueblo de Israel de sus errores, se enviaba el chivo emisario al «רבדמ», «midbar» -Que era un lugar de pasturas, como reza el versículo:»…  y él condujo las ovejas en pos de pasturas» (Exodo 3:1)».


Levítico 16:11-16 – «…Entonces Aarón conducirá el novillo para la expiación, y degollando el novillo como ofrenda por el pecado, hará expiación por sí mismo y por su casa. (12) Después tomará el incensario lleno de brasas de fuego de sobre el altar delante de YHWH, y llenando sus puños de incienso aromático molido lo meterá detrás del velo. (13) Pondrá el incienso sobre el fuego en presencia de YHWH para que el humo del incienso cubra el propiciatorio que está sobre el Testimonio, para que no muera. (14) Enseguida tomará de la sangre del novillo y hará aspersión con su dedo sobre el propiciatorio, hacia el oriente, y con aquella sangre hará aspersión siete veces con su dedo delante del propiciatorio. (15) Después degollará el macho cabrío de la ofrenda por el pecado que corresponde al pueblo, y meterá su sangre detrás del velo,° y hará con su sangre como hizo con la sangre del novillo, haciendo aspersión sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. (16) Así hará expiación por el Santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel y de sus transgresiones, por todos sus pecados. Y así hará también por la Tienda de Reunión, que habita con ellos en medio de su impureza…»

vs.11 – «…Hará traer Aharón el becerro…» – Este becerro ya había sido presentado al Señor (vers. 6); ahora se lo acercaba para que fuese sacrificado. Antes de que Aharón pudiese estar preparado para hacer expiación por otros, debía hacer expiación por sí mismo.

La palabra expiación se entiende aquí como una confesión verbal sobre el animal personal del sumo sacerdote. Así que el gran sacerdote hizo otra confesión por todos sus pecados y por los pecados de todos los sacerdotes, que son llamados “casa de Aharón” según el Salmo 135:19.

Luego degollaba el novillo y recogía su sangre en un recipiente que fue dado a otro sacerdote.

– “…Y expiará. El Cohén Gadol se confesaba de nueva cuenta, empleando el texto dado en las notas al versículo 6, esta vez por sí mismo y por sus colegas Cohanim, quienes son considerados su familia (Rashi; Sifrá)».

– “…Este era el segundo» יודו» confesión por él y por sus hermanos, los cohaním, llamados todos «ותיב», «betó» -su familia… y toda la expiación de los cohanim. era por errores que mancillaban el Santuario y las ofrendas sagradas, como dice el versículo: «Y así expiará por el Santuario, de las impurezas de los hijos de Israel, y de sus transgresiones, y de todos sus errores, y lo mismo habrá de hacer para la Tienda de Reunión que reside con ellos, en medio de sus impurezas» (Leuitico 16:16)» (Rashi)».

  • El servicio del incienso (vs.12-13):

El servicio del incienso de lom Kipur no tenía paralelo en varios de sus aspectos, tal y como se describe en la Mishná en loma 4:4. Entre otras cosas, podía ser realizado sólo por el Cohén Gadol, sólo una vez al año y en el Sanctasanctórum, el área de máxima santida del Templo a la que ni siquiera el Cohén Gadol podía entrar en ningún otro momento. La mezcla de incienso era la misma utilizada todo el año en el servicio que se realizaba dos veces al día, pero el día antes de lom Kipur era molida de nuevo para que fuese de finura superlativa (Keritot 6b).

Para describirlo en forma sucinta, el Cohén Gadol tomaba una paletada de carbones ardientes del Altar exterior y se llenaba las manos del incienso especialmente molido, el que ponía en un cucharón. Con la paleta, que era más pesada, en su mano derecha, y con el cucharón, que era más ligero, en su izquierda, entraba al Sanctasanctórum, donde vertía el incienso en el fuego, y permanecía ahí hasta que se elevaba la nube de incienso y cubría el Arca.

vs.12 – «…Brasas de fuego…» – Se había degollado el becerro y su sangre había sido guardada por uno de los sacerdotes en una vasija. Antes de entrar en el santuario con esa sangre, Aarón tomaba brasas del altar del holocausto y llenaba su incensario. Tomaba también dos puñados de incienso para colocarlos sobre las brasas una vez que entrara en el lugar santísimo.

Esta parte del servicio fue la más delicada, porque ahora le tocaba entrar en el lugar santísimo. El sumo sacerdote puso carbones del altar del atrio en un recipiente de oro. Le entregaron un recipiente de incienso que había sido molido extra fino para la ocasión. Tomó incienso con sus dos manos y lo puso en una cuchara. Cogió la cuchara con la mano izquierda y el recipiente con carbones en su mano derecha y entró en el lugar santísimo.

Allí dentro colocó el recipiente con carbones entre las dos varas del arca. En tiempos del segundo templo, cuando no había arca, lo colocó en la piedra sobre la cual el arca había estado. Luego tomó la cuchara con la punta de sus dedos o con los dientes, para dejar ambas manos libres, y vertía el incienso en las dos manos. Esto fue muy difícil porque no podía caer nada del incienso al suelo.

– “…Y tomará…» – Después de haberse purificado de pecado por medio de su confesión y el degüello de su ofrenda personal por pecado, el Cohén Gadol se hacía merecedor entonces de comparecer ante Dios. Por lo tanto, era en este momento que podía ofrendar el incienso en el Sanctasanctórum (Sforno).

– “…Esto hace referencia al altar exterior» (Rashi).

El altar exterior era para los sacrificios y estaba revestido de. cobre, mientras que había otro altar para el incienso, y éste estaba revestido de oro y situado frente al Arca del Testimonio (Véase Exodo 40:5 y 7)».

vs.12b – «…Detrás del velo…» – Esta era la primera vez que Aharón oficiaba en el lugar santísimo. Era también la primera vez en que oficiaba vistiendo la «túnica santa». Hasta ese momento había vestido las gloriosas vestiduras áureas y había hecho la expiación por otros. Ahora debía vestir las vestiduras de humildad, implorando misericordia por sí mismo y por el pueblo. Su papel había cambiado totalmente.

Según el Talmud, el sumo sacerdote pasaba la semana anterior al día de la expiación en una habitación reservada para él en el lugar donde se alojaban los sacerdotes, a fin de dedicarse a la oración y a la meditación y para repasar cuidadosamente todos los detalles del ritual de ese día. No podría menos que preguntarse cuál sería el significado de ese servicio que iba a realizar.

¿Comenzaba a comprender el significado del cambio de vestimentas, y el cambio de posición del Mesías en su encarnación? (Ver com. vers. 4.) ¿Comprendía el significado de despojarse de las vestiduras reales y pasar hasta detrás del velo a la presencia de Dios?

Parece poco probable que el sumo sacerdote pudiese oficiar en el servicio más importante del año sin tener al menos alguna comprensión de su verdadero significado. Sacrificar becerros, carneros y machos cabríos, rociar su sangre sobre el altar o el lugar santísimo, sin conocer el significado de estos actos sería reducir esta solemnísima ceremonia del santuario a una farsa piadosa.

No podemos concebir que así fuera. «Abraham … se gozó de que había de ver mi día -dijo Yeshua-; y lo vio, y se gozó» (Juan 8: 56). Si Abrahám comprendió, seguramente también Aharón habrá comprendido lo que representaba todo ese ritual.

Podemos llegar acertadamente a la conclusión de que Aharón entendía esta verdad espiritual, al menos en parte, sin quizá captar todos los detalles del plan de redención.

Algunos de los hombres de antaño sabían más acerca de Dios y de la salvación que muchos sabios de hoy. De Moisés, Yeshua dijo: «De mí escribió» (Juan 5: 46). Lo que Moisés escribió era tan claro que por lo escrito Felipe y Natanael pudieron reconocer al Mesías cuando lo vieron (Juan 1: 45). Pablo afirmó que no predicaba «nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Mesías había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos» (Hech. 26: 22, 23).

vs.13 – «…El perfume…» – Una vez apartado el velo, sólo el incienso separaba a Aarón de la sagrada presencia de Dios. Fuera del tabernáculo, las oraciones de los israelitas ascendían con el perfume del incienso, y por la fidelidad de Dios, ellos también entraban con Aharón en el lugar santísimo.

Ahora el gran sacerdote ponía todo el incienso en el recipiente de oro que contenía los carbones encendidos para que se produjera una nube de humo entre él y el propiciatorio, donde se manifestaba la shejiná, la presencia gloriosa de YHWH.

El humo producido por la quema del incienso sobre los carbones, que habían sido arrebatados del fuego exterior, simboliza el momento cuando el Mesías Yeshúa se presentaba ante YHWH después de su resurrección, como está escrito en Zacarías 3:2b:

“¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?”

Para que Aharón pudiera estar en el lugar santísimo cuando se manifestaba la shejiná, tenía que quemar incienso que produjera una nube que le protegía de la muerte. Por medio de esa nube él podía acercarse a YHWH sin peligro. Esa nube simboliza a Mashíaj, por medio del cual podemos acercarnos a YHWH sin peligro. Sin el sacrificio de Mashíaj el pecador muere en la presencia de la justicia del Todopoderoso.

El incienso que fue molido es un símbolo del Mesías, y cuando fue echado al fuego simboliza el momento cuando el Mesías murió, pasando por el fuego. Por medio de esa muerte se produjo una nube en el cielo, por medio de la cual el hombre puede acercarnos al trono de misericordia, como está escrito en Hebreos 4:14-16:

“…Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Yeshúa, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna…”

En Hebreos 10:19-22 está escrito:

“…Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Yeshúa, por un camino nuevo y vivo que él dedicó para nosotros por medio del velo, es decir, su carne, y puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura…”

Después de haber puesto el incienso sobre los carbones encendidos, el sumo sacerdote salió hacia atrás, sin desviar su mirada de la dirección del propiciatorio. El pueblo estaba orando por él para que todo el servicio en el lugar santísimo saliera bien. Si había un error, el gran sacerdote moriría y el pueblo no podía obtener el perdón de sus pecados. Según el Midrash (Ets Yosef; Vayikrá Rabá 21:11) en el tiempo del segundo templo la mayoría de los grandes sacerdotes morían dentro del año que seguía a yom kipur porque eran hombres corruptos y habían comprado su puesto con dinero.

Cuando el sumo sacerdote llegó al lugar santo, los otros sacerdotes salieron de allí, cf. v. 17. Allí se quedó un momento y oró una oración corta y luego salió al atrio donde el pueblo le estaba esperando con ansiedad.

  • vs. 14-28. El rito de la sangre del toro y del macho cabrio que constituía la ofrenda por pecado:

Posteriormente al servicio del incienso, el Cohén Gadol se concentraba en el rito especial de la sangre de su propio toro y del macho cabrío del pueblo, cuyo servicio era realizado en el Sanctasanctórum, como en el caso del incienso.

vs.14 – «…La sangre del becerro…» – Dejando el incensario en el lugar santísimo, Aharón volvía al atrio a buscar la sangre del becerro. Con el asperjamiento de su sangre, primero sobre el propiciatorio, luego siete veces delante del mismo, concluía su ministración en el lugar santísimo. Así había hecho expiación «por sí y por su casa» (vers. 17). Libre de pecado, entonces llegaba a ser un representante idóneo de Yeshua, Aquel que no tiene pecado, y así podía mediar en favor de otros.

Esta sangre viene del sacrificio personal de Aharón que el otro sacerdote había estado moviendo en su recipiente para que no coagulara. Ahora el sumo sacerdote toma esa sangre y entra por segunda vez en el lugar santísimo. Allí esparce la sangre con su dedo hacia el lado oriental del propiciatorio una vez hacia arriba y siete veces hacia abajo sin que la sangre llegue a tocar el arca. Cuenta con voz alta mientras esparce la sangre: Uno (hacia arriba), uno y uno (hacia abajo), uno y dos, uno y tres… uno y siete. De esa manera no se equivocó.

– “…El rociaba una vez hacia arriba y siete veces hacia abajo» (Rashi),

El autor de Hizekuni entiende que las siete aspersiones que hacía hacia abajo eran para simbolizar la expiación por los profusos errores del pueblo, ya que el número siete es usado en varias oportunidades en la Toráh para indicar lo numeroso o lo excesivo».

– “…Y salpicará con su dedo índice. El Cohén Gadol introducía su índice derecho en la sangre y la salpicaba ocho veces en dirección al Arca con un movimiento semejante al del látigo, que dirigía una vez hacia arriba y siete veces hacia abajo [véanse las notas siguientes], mas no era necesario que esa sangre tocase efectivamente el Altar».

vs.15 – «...El macho cabrío…» – Luego de haber concluido el servicio del becerro, Aarón traía el macho cabrío de YHWH, que era para la «expiación por el pecado del pueblo», y lo degollaba. Entonces llevaba su sangre dentro del lugar santísimo y la rociaba así como había rociado la sangre del becerro, una vez sobre el propiciatorio, y siete veces delante del mismo. Rociaba la sangre del macho cabrío en los mismos lugares donde había rociado la sangre del becerro.

Ahora es sacrificado el macho cabrío a favor del pueblo, que había sido señalado para YHWH por medio del sorteo. La sangre fue recibida en un recipiente y luego llevada detrás del velo y esparcida de la misma manera como la sangre del novillo personal, una vez hacia arriba y siete veces hacia abajo. Luego el sacerdote sale hacia atrás al lugar santo.

– “…Así como con el novillo se hacía la expiación por los sacerdotes, con el macho cabrio se hacía la expiación por el pueblo de Israel. Aquí se trata de macho cabrio que había sido designado «para D’s» (Véase versículo 9)» (Rashi)».

vs.16 – «…Así purificará…» – Mejor, «así hará una expiación» o «de esta manera y con esta sangre hará un expiación por el lugar santo». De principio a fin, los servicios del santuario eran esencialmente una obra de expiación. En cada paso de los servicios del santuario se hacía una expiación por el pecado.

  1. En cualquier momento del año, cuando un pecador presentaba su ofrenda y confesaba sobre ella sus pecados, se hacía una «expiación» por él. Era perdonado (caps. 4: 20, 26, 31, 35; 5: 6, 10, 13, 16, 18; 6: 7). Por la ministración de la sangre de la ofrenda, y por el acto de quemar parte de ella sobre el altar, y también algunas veces por el hecho de que el sacerdote comiese parte de la ofrenda, el pecado era transferido simbólicamente al
    santuario. Sin embargo, no se había logrado así la expiación total. Aunque sus pecados habían sido perdonados, la persona debía continuar en el camino de la obediencia. Si no lo hacía así, y si en el día de la expiación no afligía su garganta (cap. 23: 27-29), todos esos pecados que habían sido perdonados volvían sobre él, y debía morir (Eze. 18: 24; 33: 13). Su única seguridad estaba en perseverar «hasta el fin». Entonces y sólo entonces podía esperar ser salvo (Mat. 24: 13).
  2. En el día de la expiación -el día de la expiación final y completa de todos los pecados confesados y perdonados durante el año (Lev. 16: 16, 19; Heb. 10: 1-3)- la sangre del macho cabrío de YHWH simbólicamente quitaba esos pecados del santuario, haciendo asimismo expiación por el recinto. También el santuario quedaba libre de pecado (Lev. 16: 17, 20).

Con la sangre esparcida del macho cabrío se produce la expiación por el lugar santísimo y el lugar santo a causa de las impurezas de los hijos de Israel que han contaminado el tabernáculo. Rashí dice que la expiación que se produjo con el esparcimiento de la sangre del novillo personal del sumo sacerdote, (v. 11), sólo fue para el sumo sacerdote y los demás sacerdotes por la impureza del santuario o de las ofrendas consagradas. Con otras palabras el esparcimiento sólo expiaba por los pecados cometidos al ingresar en el área del santuario en estado de impureza, tamé, o por haber comido carne de sacrificios en estado de tamé, o haber comido ofrendas consagradas en estado de tahor, cuando estas habían sido contaminadas. El esparcimiento de la sangre del novillo purificó el tabernáculo por las impurezas de los sacerdotes y el esparcimiento de la sangre del macho cabrío purificó el tabernáculo por las impurezas producidas por los hijos de Israel.

vs.16b – “…así hará también con la tienda de reunión…” – Al igual que roció de la sangre de las dos ofrendas en el lugar santísimo, uno hacia arriba y siete hacia abajo, así también deberá rociar sobre el velo, estando en el lugar santo, primero de la sangre del novillo y luego de la del macho cabrío, una vez hacia arriba y siete hacia abajo cada vez.

En el primer día del séptimo mes se tocaban las trompetas para llamar la atención del pueblo al día de la expiación, que se celebraría diez días más tarde (Núm. 29: 1). Los nueve días que transcurrían entre las dos fechas eran días de escudriñamiento del corazón, de preparación para el día de la expiación, el día del juicio que sellaría el destino de cada uno. Los judíos creían que en ese día «se sella quien ha de vivir y quien ha de morir» (Jewish Encyclopedia, tomo 2, pág. 286, art. «Atonement, Day of » [Día de la expiación]).

– “…Así expiará sobre el Santuario…» – El pecado por el que el toro y el macho cabrio expiaban era el de contaminación del Santuario y sus objetos sacros, es decir, que alguien entró al Templo o consumió carne de ofrendas en estado de impureza ritual (Rashi)».

– “…Inclusive por sus transgresiones intencionales de entre el resto de sus pecados…» – Las ofrendas expían tanto por pecados conducentes a contaminación que fueron cometidos intencionalmente como por pecados que fueron cometidos sin premeditación».

– “…Y asi hará…» – El Cohén Gadol debía salpicar de ambas sangres, primero de la del toro y luego de la del macho cabrío, en la cámara exterior del Templo, de la misma manera que las había salpicado dentro del Sanctasanctórum. En el caso de esta última salpicadura, el Cohén Gadol proyectaba la sangre con su índice hacia el Parójet, el Velo que separaba el Sanctasanctórum del resto del Santuario (Rashi). Tal y como en el caso de la sangre salpicada dentro del Sanctasanctórum, no se requería que la sangre tocase el Parójet, sino sólo que fuese arrojada en tal dirección (loma 57a)».

– “…Que reside en su seno en medio de su impureza. La Presencia de Dios [la Shejiná] permanece con Sus hijos pese a su impureza espiritual. Si la Presencia hubiese abandonado del todo el Tabernáculo no sena posible expiación alguna y sólo mientras esa santidad permaneciese esencialmente en el Santuario el pueblo de Israel podría ser purificado de sus pecados (Rashi, con Séfer HaZikarón; Maskil LeDauid)».

– “…Implorará la expiación en el Santuario por las transgresiones de los hijos de Israel y todos sus errores» (Salíadiáh Gaán)».

– “…Esto hace referencia a aquéllos que ingresan al Santuario con impurezas sin tener conciencia (e ello, en definitiva. Por eso el versículo dice que él hará la expiación por » םיאטח», hatotám -que son los actos cometidos por error-o aunque la expiación también se hacía por aqueros que ingresaban al Santuario en estado de impureza y a sabiendas. Por eso el versículo habla también de » םהיעשפ», «pishehem» -transgresiones-» (Rashi)».

– “…Aunque ellos están en estado de impureza, la Divinidad permanece entre ellos. Esta es la opinión de Rabbi Iehudáh en el tratado Succáh. Aunque el Midrásh interpreta este versículo como queriendo decir que, a pesar de que el pueblo de Israel se halla en el exilio y no se halla en estado de pureza por causa del exilio, la Divinidad reside entre ellos» (Rabbenu Behayéh Ben Ahér)».


Levítico 16:17-22 – «…Nadie podrá permanecer en la Tienda de Reunión desde que él entre en el Santuario para hacer expiación hasta que salga y haya hecho expiación por sí mismo, por su casa, y por toda la congregación de Israel. (18) Luego saldrá hacia el altar que está ante YHWH y hará expiación por él.° Tomará parte de la sangre del novillo y de la sangre del macho cabrío y la aplicará sobre los cuernos del altar, todo alrededor. (19) Luego rociará sobre éste siete veces de la sangre con su dedo, y así lo purificará y lo santificará de las impurezas de los hijos de Israel. (20) Cuando haya acabado de hacer expiación por el Santuario, la Tienda de Reunión y el altar, hará aproximar el macho cabrío vivo. (21) Aarón apoyará sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, así como todas sus transgresiones y todos sus pecados; los depositará sobre la cabeza del macho cabrío y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado al efecto. (22) El macho cabrío cargará sobre sí todas las iniquidades de ellos hacia una tierra solitaria, y se le dejará ir en el desierto…»

vs.17 – «…Ningún hombre…» – Durante la ministración de la sangre del becerro y del macho cabrío en el lugar santísimo, el velo que lo separaba del lugar santo estaba corrido.

De esta manera cualquier persona que estuviese en el lugar santo podría ver lo que ocurría en el lugar santísimo, pero esta era prerrogativa exclusiva del sumo sacerdote, porque era el único que podía comparecer ante la misma presencia de Dios. La prohibición aquí presentada se aplica a los vers. 12-16, que tratan de la ministración del sumo sacerdote en el lugar santísimo.

El pueblo esperaba ansiosamente oír las campanillas del manto del sumo sacerdote en el día de la expiación. Había entrado en el lugar santísimo vestido de blanco para rociar la sangre y, en forma simbólica, para quitar así para siempre el registro de los pecados cometidos. ¿Lo aceptaría Dios, y con él los aceptaría a ellos? Cuando se retiraba del lugar santísimo, y volvía a vestir sus vestimentas áureas, el pueblo oía el sonido de las campanillas con profundo regocijo y gratitud.

– “…Mas ninguna persona deberá hallarse…» – Esta prohibición hace referencia a los cohanim, ya que a los leviím y a los israelím les estaba vedado de cualquier manem el ingreso a la Tienda de Reunión» (/bn Hezrá y Iahél Or)».

– “…En el santuario…» – Quiere decir en el «םישדקה שדק», «Kódesh Hakodashím» -Recinto Sacrosanto».

– “…Ninguna persona…» – El Talmud de Jerusalén (loma 1:5) enseña que durante el servicio que realizaba el Cohén Gadol en el interior del Tabernáculo, no se le permitía ni siquiera a ángeles ingresar al mismo. Recanati y Rabenu Bejaie explican que en Iom Kipur era necesario que el Cohén Gadol por así decirlo, se acercase a Dios completa y totalmente a solas, sin ningún intermediario, ya que la bendición Divina es más eficaz cuando es recibida en perfecta soledad».

– “…Expiará…» – Este versículo se refiere al servicio del incienso, el que expiaba por el pecado de [lashón hará], mala lengua, es decir, maledicencia y chisme, los Sabios dijeron: “Que el incienso [servicio que es realizado en la soledad] venga y expíe por lashón hará, el que es pronunciado solapadamente, a espaldas de la víctima” (iomá44a). El Jafetz Jaim hizo notar que ello enseña la gravedad del pecado de lashón hará. El Cohén Gadol ingresa al Sanctasanctórum sólo una vez al año y su primer servicio en ese imponente lugar, en ese día formidable, es procurar expiación por el pecado de chismes y maledicencias. Esos son los pecados por los que el ángel acusador condena a Israel y por los que Israel debe obtener el perdón de Dios antes de que sus demás pecados sean absueltos».

vs.18 – «…Saldrá al altar…» – Luego de haber purificado el lugar santísimo y de haber concluido su ministerio allí, entonces Aharón también debía purificar el «tabernáculo de reunión», es decir, el lugar santo (vers. 16). Entonces debía salir al altar del holocausto. Allí debía tomar de la sangre del becerro y del macho cabrío, y con ella debía purificar el altar de todas las «inmundicias de los hijos de Israel» (vers. 19). Según la tradición judía, se mezclaba la sangre del becerro con la del macho cabrío en una misma vasija. La estructura gramatical del versículo parecería corroborar esta tradición.

Se refiere al altar de oro en el lugar santo, como está escrito en Éxodo 30:9-10:

“…No ofreceréis incienso extraño en este altar, ni ofrenda de ascensión ni ofrenda de cereal; tampoco derramaréis libación sobre él. Aharón hará expiación sobre los cuernos del altar una vez al año; hará expiación sobre él con la sangre de la ofrenda de expiación por el pecado, una vez al año por todas vuestras generaciones; santísimo es a YHWH…”

Las dos sangres, la del novillo personal del sumo sacerdote y la del macho cabrío del pueblo, fueron mezcladas y colocadas en las cuatro esquinas del altar de oro.

Además de colocar la sangre sobre los cuernos del altar -donde ya había sido puesta la sangre de las ofrendas por el pecado – el sumo sacerdote debía rociar la sangre sobre el altar mismo, donde había sido rociada la sangre de los sacrificios por las transgresiones, y de los holocaustos, como también la sangre de los corderos del sacrificio matutino y del sacrificio vespertino. Al hacerlo, el sumo sacerdote purificaba y santificaba el altar «de las inmundicias de los hijos de Israel».

Podemos comprender fácilmente la razón por la cual era necesario purificar los dos altares del santuario terrenal, puesto que la sangre de los holocaustos y de las ofrendas por el pecado había sido rociada sobre ellos (caps. 1: 5, 11; 4: 7, 18, 25, 30, 34). En el caso de los holocaustos y de las ofrendas por la transgresión, la sangre había sido rociada sobre el altar mismo (caps. 1: 5, 11; 5: 9); en el caso de las ofrendas por el pecado, había sido colocada sobre los cuernos (cap. 4: 7, 18, 25, 30, 34). Del altar del incienso se dice que Aharón debía hacer «expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación» (Exo. 30: 10). En cuanto al altar de los holocaustos se dice lo siguiente: «Saldrá al altar que está delante de YHWH… y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel» (Lev. 16: 18, 19; cf. vers. 20).

El templo terrenal es imitación del templo celestial. La purificación en la tierra no es sino un símbolo de la purificación en el cielo. De esto habla Daniel al decir que, al fin de los 2.300 días, el santuario sería «purificado» (ver com. Dan. 8: 14). Pero, ¿necesita ser purificado el santuario celestial? ¿Ha ocurrido en el cielo alguna contaminación que haga necesaria tal
purificación? Pablo responde: «Fue, pues necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así [con los sacrificios de animales]; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos» (Heb. 9:23).

– “…Esto hace referencia, según Rashí. al «Altar de oro» llamado también» תרטקה חבזמ «, «Mízbah Haketóret» -Altar para el incienso- y que estaba situado frente al propiciatorio. Véase Exodo 30: 1 y s.s».

– “…Y saldrá…» – El Cohén Gadol deja el área frente al Velo, donde había salpicado de ambas sangres. Mezclaba entonces las dos sangres, realizando un nuevo rito sobre las cuatro Astas del Altar de oro. Este Altar era llamado el Altar que está ante el Eterno, debido a que estaba dentro del Templo, a diferencia del Altar exterior que estaba en el Patio (Rashi)».

vs.19 – «…Luego rociará sobre éste siete veces de la sangre con su dedo…» – El sumo sacerdote limpiaba una zona encima del altar y esparcía la sangre siete veces sobre ésta.

En total fueron 43 aspersiones de sangre en el santuario, 2 x (1+7) veces en el lugar santísimo, 2 x (1+7) veces sobre el velo desde el lugar santo, 4 veces sobre los cuernos y 7 veces sobre el altar (16+16+4+7=43). La sangre que sobraba fue vertida al pie del altar del atrio.

En Hebreos 9:11-14, 24-26 está escrito:

“…Pero cuando el Mesías apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.

Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre del Mesías, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?…

Porque el Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros, y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.

De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo….”

En Hebreos 10:19-20 está escrito:

“…Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Yeshúa HaMashíaj,por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne… «

Aquí dice que la sangre de Yeshúa es como un camino por el cual podemos llegar al lugar santísimo en el cielo. Esto nos enseña que cuando el sumo sacerdote salpicó hacia abajo siete veces se “dibujó” un camino de sangre que llega hasta el lugar de la manifestación de YHWH, el lugar de intimidad con el Padre celestial (Éxodo 30:36b) “donde me citaré allí contigo”.

Las siete gotas de sangre que hay en el suelo son como siete pasos que llegan al punto de encuentro. El número siete habla de que hay un rociamiento para cada uno de los milenios de la historia del hombre pecador sobre la tierra. De la misma manera como se salpicó siete veces en la tierra, habrá 7000 mil años de pecado en la tierra que necesitan ser expiados por la sangre del Mesías en el templo celestial. En el octavo milenio ya no habrá pecado, y por esto sólo se salpicaban siete veces en la tierra. Después del séptimo milenio viviremos en una era de justicia, producida por la muerte y resurrección del Mesías.

– “…Lo purificará por el pasado y lo consagrará por lo futuro» (Rashí).

Este comentario sugiere que hay que distinguir entre rito y rutina. Si bien el cohén purificaba por los errores y transgresiones cometidos, tenía que prevenir al pueblo para que éste se consagrare al cumplimiento de los preceptos de la Toráh y de las buenas acciones».

– “…Y salpicará sobre el mismo. El Cohén Gadol despejaba de incienso y ceniza la parte superior del Altar hasta que quedaba expuesta parte de su superficie dorada (loma 59a). Y entonces salpicaba sangre sobre dicho Altar siete veces (Rashi; Sifrá)».

– “…Asi lo purificará y lo santificará. Este servicio purifica el Altar de profanaciones pasadas y lo santifica para el futuro (Rasbi; Sifrá) de tal manera que las ofrendas que sean realizadas sobre el mismo sean aceptables para Dios (Malbim)».

  • vs. 20-22. El macho cabrío para Azazel:

El mandamiento de enviar un “chivo expiatorio” a Azazel es descrito por los Sabios en el judaísmo como un decreto que trasciende la razón humana.

De hecho, el concepto de que un animal porte sobre sí los pecados del pueblo parece ininteligible. No obstante, los comentaristas han tratado de brindar argumentos subyacentes para ello:

Veamos algunos comentarios judios sobre estos dos chivos…

a) El ritual del chivo expiatorio inspira a Israel a arrepentirse, porque simboliza que la persona puede liberarse del peso de pecados pasados y desembarazarse de los mismos, arrojándolos totalmente de sí (Rambam).

b) Dos machos cabríos idénticos son empleados con tal fin para demostrar que cada persona debe elegir entre el bien y el mal, y que nadie puede darse el lujo de permanecer
neutral. Quienes optan por no avanzar hacia la santidad se encaminan ineluctablemente hacia la desolación de la destrucción espiritual (Rabí Hirsch).

c) Rambam, tal y como explica Rabí Munk, asemeja el ritual al caso de un siervo que prepara un banquete para su rey. El monarca le ordena que deje de lado una porción para
uno de sus más leales súbditos. Obviamente, la comida que el siervo entrega a dicho súbdito no es tributo a este, sino al rey que dio la orden. Asimismo, en este caso, el Cohén
Gadol presenta ambos machos cabrios ante Dios, Quien se sirve del sistema del sorteo para designar uno como regalo a Azazel, lugar que simboliza las fuerzas del mal. Este enfoque aparentemente excesivo sobre el mal enseña que no basta con estar seguros de que contamos con el perdón y amor de Dios, sino que también debemos reconocer y rechazar las fuerzas hostiles que nos rodean y nos presentan tentaciones.

La Torá cita muchos casos de ese comportamiento: por ejemplo, aunque laacov tenía confianza completa en Dios, de todas maneras envió un opulento tributo a Esav para apaciguar un enojo; y a pesar de la fe de Esther en Dios, invitó a su banquete a Hamán como parte de su estratagema para frustrar sus planes (Zohar).

Así pues, el chivo expiatorio es un recordatorio de que Dios quiere que mantengamos la guardia en alto contra las amenazas de nuestros enemigos por medio de reconocer su existencia y apaciguarlos. Pirkei De Rabí Eliézer enseña que este tributo en lom Kipur provoca que el ángel acusador se desista de condenar a Israel y argumente en su favor.

vs.20 – «…Cuando hubiere acabado…» – La sangre del macho cabrío de YHWH que era ofrecido en el día de la expiación purificaba el lugar santísimo, el lugar santo y el altar de los holocaustos de «las inmundicias de los hijos de Israel» y «de sus rebeliones y de todos sus pecados» (vers. 16, 19). El pueblo ya había recibido el perdón por estos mismos pecados al haber presentado, en el servicio diario, sus ofrendas personales por sus pecados. En esos casos, la sangre era puesta sobre los cuernos del altar de los holocaustos, y el penitente se iba perdonado. Se afirma varias veces que el sacerdote debía hacer «por él la expiación de su pecado, y tendrá perdón» (cap. 4: 26, 31, 35). Sin embargo, aunque el pecado era perdonado, el registro del pecado permanecía hasta el día de la expiación, cuando era borrado. Al realizarse esto, la expiación del santuario estaba concluida (ver com. vers. 16).

vs.21 – «…Macho cabrío vivo…» Esta es la tercera confesión que el gran sacerdote hace de los pecados, esta vez por los pecados de todo el pueblo.

Mientras el sumo sacerdote había estado ocupado en hacer la expiación con el macho cabrío de YHWH y mientras limpiaba el santuario con la sangre del animal, el macho cabrío de Azazel estaba atado junto al altar, sin tener parte alguna en el ritual. Le llegaba su turno sólo después de haberse completado la expiación con el macho cabrío de YHWH (vers. 20), luego de haberse «acabado» la expiación del «santuario y el tabernáculo de reunión y el altar» (vers. 20).

El sumo sacerdote, después de haber limpiado el santuario de pecado, salía con esos pecados a la puerta del tabernáculo donde estaba esperando el macho cabrío de Azazel.

Ponía las manos sobre la cabeza del macho cabrío, confesaba sobre el animal los pecados, y los transfería así del santuario al macho cabrío, quien debía transportarlos al desierto.

Una interpretación a esto es que El Mesías finalmente habrá de purificar el santuario celestial, quitando de allí todos los pecados confesados y perdonados, y pondrá estos pecados sobre Satanás. Este será declarado culpable de todo el mal que ha hecho cometer, y deberá sufrir el castigo final. «Los pecados de los redimidos con su sangre caerán al fin sobre el causante del pecado, quien habrá de sufrir el castigo de aquellos pecados».

Cuán apropiado es que el acto final del drama de la forma en que Dios trata el pecado, sea hacer caer sobre la cabeza de Satanás todo el pecado y toda la culpa que, emanando originalmente de él, trajeron una vez tal tragedia a las vidas de los que ahora se hallan liberados del pecado por la sangre expiatoria del Mesías. De este modo se completa el ciclo, termina el drama. Solamente después de que Satanás -el instigador de todo el pecado – haya sido finalmente quitado, se podrá afirmar con certeza que el pecado ha sido eliminado parasiempre del universo de Dios. Sólo colocando los factores en este orden podemos entender que el «macho cabrío de Azazel» tuviera una parte en la expiación (vers. 10). Cuando los justos hayan sido salvos, los malvados «cortados» y Satanás ya no exista, entonces, y sólo entonces, se podrá decir que todo el universo está en perfecta armonía y unidad, como estuvo originalmente, antes de que entrara el pecado.

– “…Y confesará sobre el, todas las iniquidades de los hijos de Israel…» – Transcribimos a continuación el texto literal de la confesión que hacía el Cohén Gadól en el Templo de Jerusalem durante la «הדובע». «Havodáh» -culto de Ióm Quippúr.

«Y así solía decir: oh D’s, Tu pueblo, la Congregaci6n de Israel, ha pecado, cometiendo iniquidades y transgresiones contra Ti. Oh D’s, invoco el Nombre Inefable, para que perdones las transgresiones, iniquidades y errores en los cuales ha incurrido Tu pueblo, la Congregación de Israel. Pues así lo prometiste en la Toráh, que nos entregaste por manos de Moisés, Tu servidor: «Pues en este día os será perdonado, purificándoos de todos vuestros errores ante Adonai»,

Y los cohaním y el pueblo congregados en el atrio del Templo, cuando oían el Nombre Inefable, de la boca del Sumo Sacerdote, se arrodillaban y prosternaban, e inclinados loaban a D’s diciendo: «Bendito Su glorioso Reino por siempre jamás»».

– “…Apoyará Aharón…» – Como se ha hecho notar en 1:4, el individuo que hace esta ofrenda debe apoyarse sobre la misma y confesar los pecados que lo motivaron a traerla. No es un requisito apoyarse sobre las ofrendas comunales, con la excepción de esta y de la ofrenda por pecado que debe traerse a raíz de un dictamen erróneo del Gran Sanhedrín (4:15)».

– “…Entre el resto de sus pecados…» – Este versículo no postula limitantes sobre la clase de pecados por los que expía el macho cabrío para Azazel. Por consiguiente, los Sabios derivan que este macho cabrío proporciona expiación por todo pecado, grave o leve (Shevuot 2b)».

– “…Y las colocará…» – Los pecados son retirados del pueblo de Israel y “alejados” para nunca más oír de ellos (Ibn Ezra)».

– “…Con esta acción, transfería el cohén los pecados de Israel.. al chivo expiatorio.. para que se los llevara al desierto y los arroje… Por cierto que este gesto era simplemente simbólico., pero significa endilgar al Instinto del Mal los yerros cometidos..culpándolo por incitarnos a ello. En un significado más profundo, el chivo.. -Se-ír en hebreo- recuerda a Esav.. quien fue llamado Se-ír..; y es a él y a sus descendientes.. a quienes se les atribuye las faltas y trasgresiones del Pueblo de Israel, al desviarse del camino de D’s… Ya que -en la mayoría de los casos- es por el influjo y la presión del medio-ambiente gentil que los rodea… que cometen esos errores y pecados».

vs.21b – «…Lo enviará…» – Literalmente, «lo expulsará». Este mismo vocablo se usa en los casos de divorcio (Deut. 21: 14; 22: 19, 22; Jer. 3: 8). Es una palabra fuerte. Así como se espanta una bestia peligrosa o repulsiva, así también se envía el macho cabrío al desierto (Heb. midbar). Una vez en el desierto, el macho cabrío podía morir o no, porque los hebreos pastoreaban sus rebaños en el midbar, término que puede significar un lugar deshabitado donde vivían las fieras.

El Talmud menciona la costumbre de despeñar al macho cabrío, pero aun en este caso su muerte no desempeña parte alguna en la ceremonia de los sacrificios. En contraste con el macho cabrío de YHWH, el de Azazel era enviado vivo fuera del campamento israelita; su muerte eventual no era en manera alguna de sacrificio o vicaria.

– “…Por medio de un hombre ya asignado…» – El Talmud, en el Tratado Iomá 66 B Y 67 A, describe vívidamente la ceremonia del envío del chivo emisario. Los notables de Jerusalem acompañaban a este hombre hasta la primera cabaña del camino, pues eran diez las postas que mediaban entre Jerusalem y la montaña designada, y cuando este hombre llegaba a cada una de las cabañas, le decían: «He aquí comida y he aquí agua.. .». Los sabios comentan al respecto que jamás fue necesario que el hombre que llevaba al chivo emisario comiera o bebiera, pero dicen también que no se puede comparar «al hombre que tiene pan en su cesto con aquél que no tiene pan en su cesto».

En otras palabras, al hombre que llevaba el chivo emisario se le ofrecía la seguridad de poder contar con agua y alimento que salvarían su vida en caso de emergencia. Pero el hecho de que nunca se hiciere uso de esta prerrogativa indica que estaríamos más bien frente a una situación de ansiedad que a una situación de hambre o fatiga».

– “…Un hombre designado…» – El hombre que llevaría el macho cabrío a despoblado era designado el día anterior a lom Kipur (Rashí)»

vs.22 – «…Todas las iniquidades…» – Los israelitas sabían que habían pecado y que no alcanzaban la norma de lo que Dios esperaba de ellos. Sin embargo, durante el día de la expiación habían tenido una demostración visual del completo alejamiento de los pecados que habían confesado y que les habían sido perdonados durante el año que había terminado, y podían ver también la bondad de Dios al haberles preservado la vida. Sabían que no merecían la gracia que les había sido extendida. Sin embargo, por la sangre derramada del sacrificio del día de la expiación, el mismo registro de sus pecados perdonados había sido raído del santuario. Al contemplar la partida del macho cabrío de Azazel, eran testigos del último acto del drama: Satanás, con todos los pecados que había instigado, ahora vueltos «sobre su cabeza» (Sal. 7: 16), alejándose hacia su condenación.

El gran sacerdote no podía dejar el atrio hasta que el hombre había llegado al desierto. Para saber cuando llegó, habían edificado plataformas sobre las cuales se colocaban unas personas. Cuando el hombre llegó al desierto con el macho cabrío, otro hombre agitaba una bufanda sobre la última plataforma para que se viera hasta la plataforma anterior, y así sucesivamente hasta llegar al templo en Yerushalayim.

Cuando el pueblo vivía en santidad y justicia, podían ver como el hilo escarlata que estaba colocada en la entrada del santuario se volvió blanco en el momento de la muerte del macho cabrío que fue llevado al desierto. Pero, como hemos visto según el testimonio del Talmud, más adelante ese milagro no ocurrió siempre, y después de la muerte de Yeshúa hasta la destrucción del templo, no pasó nunca. Por esto los sabios ya no lo colgaban en la entrada del lugar santo durante los últimos años antes de la destrucción del templo. El Midrash (Jinuj 95) cuenta que el mensajero debía atar la mitad del hilo en el despeñadero y la otra mitad en los cuernos del macho cabrío.

Este texto dice que el macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de los hijos de Israel. Esto constituye una sombra de lo que iba a hacer Mashíaj, como está escrito en Isaías 53:4, 11-12:

“…Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido… Debido a la angustia de su alma, él lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado, llevando él el pecado de muchos, e intercediendo por los transgresores…”


Levítico 16:23-31 – «…Después entrará Aarón en la Tienda de Reunión y se quitará las vestiduras de lino que se había puesto para entrar en el Santuario, y las dejará allí.° (24) Bañará su cuerpo en agua en un lugar santo y se vestirá sus vestidos. Saldrá y ofrecerá su holocausto y el holocausto del pueblo, haciendo expiación por sí mismo y por el pueblo, (25) y dejará consumir sobre el altar la grasa de la ofrenda por el pecado. (26) Respecto a quien condujo el macho cabrío como Azazel, lavará sus vestidos y bañará su cuerpo en el agua, tras lo cual podrá entrar en el campamento. (27) Y el novillo de la ofrenda por el pecado y el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, cuya sangre se haya introducido para hacer expiación en el Santuario, serán sacados fuera del campamento° y quemados al fuego: su cuero, su carne y su estiércol. (28) Quien los queme lavará sus vestidos y bañará su cuerpo en el agua, tras lo cual podrá entrar en el campamento. (29) Esto os será por estatuto perpetuo: En el séptimo mes, en el décimo día del mes, humillaréis vuestras gargantas y no haréis ninguna obra, así el nativo como el extranjero que peregrina entre vosotros. (30) Porque ese día se hará expiación por vosotros para limpiaros, y quedaréis limpios de todos vuestros pecados delante de YHWH. (31) Será para vosotros shabat solemne y humillaréis vuestras almas. Es estatuto perpetuo…»

vs.23 – «…Se quitará las vestiduras de lino…» – Estas vestiduras, llamadas también «la túnica santa de lino» (vers. 4), sólo se usaban en el día de la expiación. Aarón se las ponía al entrar en el lugar santísimo con el incienso en la mañana de ese día. Luego de haber concluido la obra especial de mediación, se quitaba las vestiduras de lino y se ponía las áureas.

– “…Vendrá Aharón. Aunque el versículo pareciera decir que Aharón entró al Santuario para mudarse de vestimentas, es inconcebible que se hubiese desvestido ahí o que hubiese dejado ahí sus prendas indefinidamente, como se entendería de la última frase del versículo (Rambán). Por eso es que los Sabios explican que este versículo habla de dos acciones realizadas en dos momentos dieferentes:

a) Usando sus prendas de lino blancas, el Cohen Gadol entró al Santuario con un propósito no especificado por este versículo.

b) Después de hacerlo y habiendo salido del Sanctasanctórum, se quito las vestimentas blancas y las guardó.

Mas ¿qué le motivó a ingresar al Santuario? Después de dejar el Sanctasanctórum una vez finalizado su servicio del incienso (v. 18), había dejado ahí la pala y el cucharón mientras ardía el incienso, y la primera parte del versículo nos dice que retornó ahí usando sus vestimentas blancas para sacar esos utensilios, después de lo cual se desvestía y guardaba sus vestimentas blancas.

Observamos este desvío en la secuencia cronológica del servicio del día a raíz de que la Torá prefiere continuar con su análisis de todas las partes del servicio que el Cohén Gadol realizó en sus vestimentas blancas. Todos los servicios descritos desde el versículo 4 hasta este eran realizados en sus vestimentas blancas, inclusive ingresar al Sanctasanctórum para sacar la pala y el cucharón. Por ello, en vez de describir el servicio del día en orden estrictamente cronológico, la Torá completa la descripción de todo lo que hizo en sus vestimentas especiales de lom Kipur, y luego en el versículo 25 procede a detallar lo que hacía en sus ocho vestimentas doradas normales (Rashi; Rambán)».

– “…Y las dejará ahí…» – Después de quitarse sus vestimentas blancas por última vez, las mismas eran guardadas y nunca nadie las volvía a usar, ni siquiera otro Cohén Gadol en un futuro lom Kipur (Rashí; Sifrá)».

  • 24-28. Conclusión del servicio:

Tal y como mencionamos anteriormente, el servicio descrito en este pasaje era realizado
antes del que se indica en el versículo 23. Todo lo que aquí se describe era llevado a cabo por el Cohén Gadol en sus vestimentas doradas.

vs.24 – «…Lavará luego su cuerpo..» – Aharón se había relacionado con el pecado. No había quedado contaminado hasta el punto de necesitar ofrecer un sacrificio por el pecado. Sin embargo, debía bañarse, después de lo cual debía ponerse sus vestimentas áureas. Luego ofrecía el holocausto vespertino habitual, tanto para su persona, como para el pueblo. Con esto comenzaba el ciclo de las ceremonias religiosas de un nuevo año.

De este versículo se aprende que al cambiar la ropa hacía falta purificarse en la mikvé. Ahora se ponía sus ropas de oro para sacrificar los dos carneros mencionados en los versículos 3 y 5. También sacrificaba algunos de los sacrificios adicionales, musaf, mencionados en Números 29:7-11.

– “…Y expiará en aras de si mismo y en aras del pueblo…» – Una ofrenda de elevación expía por pensamientos impropios y otorga al Cohén Gadol y al pueblo el mérito suficiente para alcanzar su elevada condición (Sforno)».

vs.25 – «…La grosura…» – No se quemaba hasta este momento la grasa de los sacrificios ofrecidos por el pecado durante el día (vers. 11, 15).

Después de esto cambiaba su ropa de nuevo por cuarta vez para entrar en el lugar santísimo y recoger la cuchara y el incensario. Hebreos 9:4 no habla del altar del incienso como si estuviera en lugar santísimo, sino de este incensario que estaba allí durante todo el servicio de yom kipur. En el texto griego de Hebreos 9:4 no aparece la palabra “altar”.

Después de sacar la cuchara y el incensario del lugar santísimo, el gran sacerdote cambia la ropa de nuevo para sacrificar los últimos sacrificios adicionales, musaf, del día y presentar la ofrenda diaria del cordero de la tarde y quemar el incienso diario sobre el altar de oro. Después ofreció el resto de la oblación diaria del gran sacerdote sobre el altar. Luego se quitaba las ropas de oro y se vestía con sus propias ropas para regresar a su casa. La gente le acompañaba hasta su casa con regocijo porque había hecho su trabajo con éxito.

  • Ofrendas adicionales:

Este capítulo no menciona todas las ofrendas del dia. Además de las dos ofrendas tamid [constantes] que se traen cada día del año, incluido lom Kipur, hay ofrendas que son realizadas como parte del servicio de musaf [adicional] de lom Kipur, las que son enumeradas en Números 29:8,11.

vs.26 – «…El que hubiere llevado el macho cabrío…» – Esta persona no necesitaba ser sacerdote. El «hombre destinado para esto» podía ser cualquier israelita que estuviese en condiciones de hacerlo (vers. 21). Se le había atado una cuerda al cuello del animal, y el hombre lo guiaba con ella, o lo aguijoneaba valiéndose de la vara que llevaba.

– “…Un cerrado misterio cubre la identidad de este personaje.. encargado de llevar al chivo expiatorio. La mayoría de los exegetas concuerdan en afirmar que era un cohén asignado para tal fin. Otros dicen, que no debía ser obligatoriamente un cohén.., sino cualquiera que sea un baquiano conocedor de los caminos del desierto. Por otra parte, el Midrash revela que el hombre que tomaba a su cargo esta tarea.., no pasaba el año..! De lo que se infiere que el que se ofrecía para esto.. sabía que entregaba su vida.. para conseguir el perdón de todo Israel.!».

– “…Sumergirá sus vestimentas…» – A pesar de que el macho cabrío en sí no es tamé, puesto que ningún animal vivo puede contraer contaminación, la Torá decreta que el hombre que lo condujo hacia el área de Azazel se hace tamé tan pronto como deja los muros de Jerusalén o, durante los años que duró la travesía por el Desierto, cuando dejaba los límites exteriores del campamento (Sifrá)».

vs.27 – «…El becerro…» La ley requería que fuesen quemados fuera del campamento los cuerpos de aquellos animales cuya sangre era introducida en el santuario por el sumo sacerdote para la remisión de los pecados. Pablo vio en esta práctica un simbolismo del Mesías, quien «padeció fuera de la puerta», y nos amonesta a salir «a él, fuera del campamento, llevando su vituperio» (Heb. 13: 11-13).

  • vs.29-34 – El mandamiento eterno de lom Kipur:

Habiendo completado su análisis del ritual de lom Kipur, la Torá afirma que el mandamiento de observar este día es anual y que, además del servicio del Templo, el que ha sido la
única temática de este capítulo hasta este punto, implica los mandamientos adicionales de ayunar y de abstenerse de laborar.

vs.29 – «…Estatuto perpetuo…» – La traducción mas correcta seria: estatuto por tiempo escondido «olam».

El día de la expiación era el único día de ayuno en todo el año. Por esto se lo llamaba «el ayuno» (Hech. 27: 9). Los otros ayunos que fueron añadidos posteriormente no eran exigidos por Dios ni recibían su aprobación (Isa. 58: 3-7; Zac. 7: 3- 10). En los días del Mesías había 29 ayunos en el año, además de dos días de ayuno por semana.

– “…Es aquí cuando se instituye la serie de servicios rituales -especial- del Día de Kippúr. Es preciso recordar que la construcción del Santuario en el desierto, se originó a consecuencia del pecado cometido con el becerro de oro.Gracias a la heroica y valiente intervención de Moshé, D’s canceló el castigo de exterminio sobre el Pueblo de Israel, y los perdonó.!. Y como benigna alternativa les ordenó que erigieran el Tabernáculo para expiar los pecados sobre el Altar, y mantener así esa deuda..en blanco. La fecha en que esto ocurrió fue el 10 de Tishrí del año 2448 y desde entonces fue declarado el Día del Perdón -Ióm Hakippurím-«.

– “…Estatuto perpetuo…» – Quiere decir: todo este culto ceremonial citado hasta ahora». (Ibn Hezra)».

vs.29b – «…Afligiréis vuestras gargantas…» – Esto es más que ayunar. Comprendía un autoexamen, repaso del progreso logrado en la vida santa, buscar a Dios, confesar los pecados, hacer reparación por los deberes descuidados, ajustar las cuentas con Dios y con los hombres, redimiendo así el tiempo.

– “…Afligirán sus gargantas…» – Los Sabios expusieron que la expresión afligirse se refiere exclusivamente a abstenerse de ingerir comida y bebida (lomá 74b). Toda vez que la Torá asocia el ser mismo de alguien, con aflicción ello se refiere a ayunar. Tal es la manera como los Sabios derivaron que nuestro versículo requiere ayunar en vez de someterse a cualquier otra forma de aflicción (Ibn Ezra). Cabe mencionar que al exponer las leyes de lom Kipur, Rambam no habla de ayunar o de afligirse, sino que escribe: “Hay un precepto activo adicional en lom Kipur, que consiste en descansar de comer y beber. Está prohibido bañarse, aplicarse ungüentos, calzar zapatos y cohabitar. Es un precepto activo descansar de todo ello de la misma manera que se ordena descansar de comer” (Hiljot Shevitat Asor 1:4,5)

La fraseología escogida por Rambam es significativa. Afirma que en lom Kipur se “descansa” de tales actividades, lo que indica que el propósito de ayunar no es que la persona sufra, sino que trascienda las limitantes humanas normales que impiden funcionar apropiadamente a menos que ingiera alimentos. En lom Kipur el judío es como un ángel que sirve a Dios sin necesidad de comida. En el Majzor de lom Kipur, donde se declara que la teshuvá [arrepentimiento] es una de las maneras de repeler los malos decretos, el término ayuno, suele estar sobrescrito arriba del vocablo Teshuvá».

– “…en el día décimo de ese mes, habréis de afligir vuestros cuerpos” : Cinco restricciones de placer rigen en este día: 1) Ayuno total; 2) Privarse de la relación marital; 3) No calzar zapatos de cuero; 4) No untarse el cuerpo con cremas; 5) Privación total de baños y enjuagues placenteros».

– “…Y no habreis de hacer trabajo alguno…» . Ya que este dia es consagrado todo al servicio de D’s, y por lo tanto no se debe hacer en él ningún otro trabajo o tarea que pudiera desviar nuestra atención o concentración. Ya que todo nuestro ser tiene que estar sumido en oración para procurar el perdón y la absolución, Pues ¡cómo podría dedicarse a trabajo alguno la persona cuya vida y destino están pendientes del perdón, además de estar sumida en la incertidumbre generada por sus propias acciones negativas!» (Abarbanel)».

vs.30 – «…Seréis limpios…» Por ser éste el día de la expiación, era necesario que cada vida cooperase en la obra de purificación. El sacerdote podía hacer expiación sólo en la medida en que Israel confesaba sus pecados e imploraba la ayuda de Dios. Sólo los
pecados confesados, los pecados por los cuales los penitentes habían presentado sacrificios durante el año, eran los que podían ser expiados por el sumo sacerdote. Este día proporcionaba simbólicamente la oportunidad anual de lograr que los pecados fuesen borrados para siempre. Era el tiempo aceptable.

El texto hebreo dice que ÉL hará expiación delante de YHWH.

¿De quién se está hablando?

Está hablando no sólo del sumo sacerdote terrenal sino también de Mashíaj Yehoshua, que iba a venir para hacer expiación por los hijos de Israel y limpiarlos de todos sus pecados.

Ahora, si Yeshúa murió el 14 de nisán ¿cómo pudo cumplir con yom kipur que cae medio año más tarde?

La respuesta es que la obra de Mashíaj no ha terminado todavía. Él ha entrado en el lugar santísimo en el cielo, pero no ha salido al pueblo. La mitad queda por cumplirse. Al salir de ese lugar el pecado será eliminado para siempre en cada uno que haya recibido su sacrificio de manera personal. Seremos transformados totalmente y liberados del yetser hará. Cuando regrese el Mesías, en yom kipur será eliminado el pecado de la tierra de Israel en un solo día, como está escrito en Zacarías 3:9:

“…Porque he aquí la piedra que he puesto delante de Yehoshúa, sobre esta única piedra hay siete ojos. He aquí, yo grabaré una inscripción en ella»–declara YHWH de los ejércitos– «y quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día…”

En Malaquías 3:1-3 está escrito:

“..He aquí, yo envío a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí. Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene–dice YHWH de los ejércitos. ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque él es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos. Y él se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en justicia a YHWH…”

– “…Este versículo contiene una promesa paro las generaciones futuras, ya que el día de Quippúr es un día especial paro obtener el perdón y la absolución, y en él se purifican los hijos de Israel de todos sus errores cometidos ante D’s». (Rabbenu Behayéh. Ben Ashér).

La tradición talmúdica insiste en que el día de Quippúr encierra un valor intrínseco en cuanto al perdón y la absolución.

En el tratado Iomá Cap. 8 Mishnáh 9, leemos la interpretación que Rabbi Elhazár Ben Hazariáh hace de este versículo: «De todos vuestros errores ante Adonai habréis de purificaros»; «Las transgresiones que la persona comete ante D’s, el día de Quippúr las absuelve; empero las transgresiones que la persona comete ante su prójimo, el día de Quippúr no las absuelve, a menos que haya ofrecido satisfacción a su prójimo y se haya reconciliado con él».

En otras palabras, ningún rito ni ningún ayuno pueden restablecer las relaciones deterioradas entre el hombre y su prójimo. Los errores cometidos para con nuestro prójimo tienen que ser enfrentados y reparados antes del Ióm Quippúr, pues el judaísmo no concibe que la persona vaya a implorar su propio perdón ante D’s., cuando él no demuestra capacidad para concederlo o para pedirlo al prójimo. Abarbanel, en una metáfora, compara la persona observante del Ióm Quippúr con aquella que se dirige a su amigo el médico para que le proporcione un tratamiento que le hará sentirse bien en su salud durante todo el año subsiguiente. O sea que, así como cuidamos nuestro aspecto físico con visitas periódicas al médico, deberemos también «hacer un tratamiento espiritual» ante D’s » רשב לכ אפור «, que es «Rofé Kol Basár» -el que cura a toda la humanidad».

– “…En verdad, todos los días son propicios para el perdón de D’s.. si la persona se arrepiente y decide cambiar su conducta. Pero en el Día de Kippúr la posibilidad de hacerlo es más fácil. En este día, es D’s mismo.. quien tiende Su Mano.. para ayudarle a cada persona a retornar a Él.. y lograr Su Perdón. Por otro lado, el entorno solemne y sagrado que rodea a la persona en este día, lo impulsa a reflexionar y a acercarse con mayor sinceridad y humildad a D’s».

– “…para purificarlos..” : El profeta Irmeiá dijo: “Mikvé Israel Hashém” -D’s es la mikvé..(piscina ritual) de Israel.!-. Y explicó Rabbí Akiba: Así como la mikve purifica al que se sumerge en ella..,también D’s purifica a quien se une a Él! Cuando el Templo sagrado de Ierushaláim estaba en pié, existía una señal – inequívoca y milagrosa- que comprobaba esto. En efecto, antes de iniciar este santo día, se colocaba una bandera roja en la parte alta del muro principal del Templo, y cuando concluía el servicio ritual enviándose al chivo expiatorio al desierto y se lo despeñaba.., la bandera se convertía en blanca..!, en señal de que D’s había perdonado y purificado al pueblo de sus pecados».

– “…de todas vuestras faltas..ante D’s..”:Al decir “ante D’s” se deduce que el perdón prometido por D’s en este día.. tiene dos condicionantes…

  1. Solamente se perdonan las faltas cometidas en lo que respecta a la relación del hombre para con D’s.. -ante D’s..-; es decir, que no impliquen daños y perjuicios al prójimo..! Porque estas últimas, requieren primero el perdón del afectado.. antes de solicitar el perdón de D’s..!
  2. El arrepentimiento y las disculpas deben expresarse con absoluta sinceridad, y no solo de la boca hacia afuera..! A esto se refiere la frase “ante D’s.. ” subrayando que D’s es testigo de la forma en que la persona pide perdón a su semejante. Si lo hace con franqueza.., o sólo para aliviar su conciencia..!».

De poco vale que el prójimo perdone.. lo que el pecador seguirá haciendo.!».

vs.31 – «…Día de reposo…» – «Día de descanso completo» (BJ). un gran día de fiesta espiritual.

Aquí aparece la expresión shabat shabatón. Sólo se menciona esta expresión cuando se habla del shabat semanal yom kipur y el año sabático. Los shabats de las fiestas anuales no son mencionadas como shabat shabatón.

Yom kipur es el shabat de los shabats anuales de la misma manera como el shabat semanal es el shabat de los días de la semana. Hay siete shabats anuales adicionales a parte de los shabats semanales, entre los cuales yom kipur sirve como un shabat especial, al igual que el shabat de la semana para los días de la semana, cf. Levítico 23. De la misma manera sucede con el yovel, el año de jubileo, en relación con los siete años de shmitá, remisión, cf. Levítico 25.

– “…Ibn Hezra cita la opinión de algunos comentaristas que piensan que la repetición de las palabras Shabbát Shabbatón hacen alusión a la quietud espiritual y al descanso físico que imperan en el día de Quippúr.

Ibn Hezra agrega que a veces estos dos términos son usados en orden inverso: » שדק תבש ןותבש», «Shabbatón Shabbát Kódesh» (Éxodo 16:23). Por último, Ibn Hezra entiende que el significado de esos dos términos es análogo».

– “…Día de cese total.. será para ustedes..” : Esta expresión “día de cese total..” (en hebreo: שַׁבַּ֨ת שַׁבָּת֥וֹן) solo aparece en la Torá cuando se refiere al día Shabbát -sábado-, día en el que es prohibida toda labor creativa.., aún aquellas que son indispensables cotidianamente. En el día de Kippúr rigen exactamente las mismas reglas en este sentido. Es decir, es un día de cese total.. de actividades, al igual que Shabbát. A diferencia de las demás festividades hebreas -Pesaj ; Shabuót ; Rosh Hashaná ; y Succót-, en las cuales son permitidas algunas tareas indispensables..; por ejemplo: cocinar ; cargar ; usar fuego..; etc. Por este motivo, en estas últimas fiestas la Torá utiliza sólo la expresión שַׁבָּת֥וֹן , que indica un cese parcial de actividades.., pero no total».


Levítico 16:32-34 – «…El sacerdote que haya sido ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre, hará la expiación. Se vestirá las vestiduras de lino blanco, las vestiduras más santas. (33) Hará expiación por el Santuario; hará expiación por la Tienda de Reunión y por el altar, y hará expiación por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. (34) Esto tendréis por estatuto perpetuo: Que se haga expiación una vez al año por los hijos de Israel, a causa de todos sus pecados. Y él hizo como YHWH había ordenado a Moisés…»

vs.32 – «…Que fuere ungido…» – El sacerdocio y su servicio habían de continuar luego de la muerte de Aarón.

Otro sacerdote debía entonces ser ungido y consagrado al oficio sacerdotal, para ponerse la túnica santa de lino, y para desempeñar el cargo. Levitico 16 es uno de los grandes capítulos de la Biblia. En él se revela en forma impresionante y hermosa el plan de salvación. En sus 34 versículos están escondidas algunas de las cosas recónditas de Dios. La profundidad de significado que se revela en las ceremonias descritas revela un autor divino.

Este texto tiene una indicación de Yeshua el Mesías cuando nos redimió de nuestros pecados, como está escrito en 2 Corintios 5:18-21:

“…Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio del Mesías, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que Dios estaba en el Mesías reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores del Mesías, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre del Mesías os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en él…”

La mente debe esforzarse a lo sumo para llegar a comprender sus enseñanzas.

– “…Rashí nos recuerda que todo el ritual de expiación que tenía lugar en el Santuario durante Ióm Quippúr, tenía que realizarse por medio Cohén Gadól-Sumo Sacerdote- jerarquía ésta que fue asumida por primera vez en la historia de Israel por Aharón, hermano de Moshéh. «En lo sucesivo, el Cohen Gadál, ungido, será el que vestirá estos ropajes sacros para realizar la expiación de Ióm Quippúr» (Ibn Hezra)».

vs.33 – «…Hará expiación por el Santuario; hará expiación por la Tienda de Reunión y por el altar, y hará expiación por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación...» – Todos los sacrificios durante yom kipur hacen esta limpieza total una vez al año. Sin embargo no es capaz de eliminar el pecado dentro del hombre, sólo expiar por las impurezas y los pecados cometidos durante el año. La carta de los Hebreos 9:1 – 10:25 da una enseñanza profunda mesiánica sobre el servicio de yom kipur. Allí se enseña entre otras cosas que:

  1. El servicio de yom kipur en la tierra no hace perfecto al hombre, quitando la misma raíz del pecado, sólo perdona y cubre pero no quita.
  2. El servicio de yom kipur en el Cielo sí hace perfecto al hombre que se apropia del sacrificio eterno y perfecto de Mashíaj Yeshúa.
  3. Una cosa no excluye la otra, sino una es la sombra de la otra.
  4. Una no será quitada hasta que haya venido lo perfecto. Para algunos será cuando el Mesías regrese y para otros será cuando el cielo y la tierra pasen.

vs.34 – «…Y él hizo como YHWH había ordenado a Moisés…» –

– “…Tal y como ordenó YHWH. A pesar del gran honor y prestigio que conllevaba realizar el servicio de lom Kipur, Aharón lo hacía de manera desinteresada, llevándolo a cabo sólo por ser la voluntad de Dios (Rashi] Sifrá)».

– “…Quiere decir que cuando llegó el Iom. Haquippurim, Aharón cumplió minuciosamente todo lo que Moshéh le había comunicado en nombre de D´s» (Rashí)».


  • NOTA ADICIONAL AL CAPÍTULO 16:

A fin de comprender claramente los servicios del día de la expiación, es necesario tener algún conocimiento respecto al edificio donde se desarrollaba el ritual del santuario, como también ciertas nociones en cuanto a sus alrededores.

En el comentario de Exo. 26: 1 se encontrará una descripción general. La descripción detallada se encuentra en los comentarios de Exo. caps. 25 al 40.

El tabernáculo original, construido por Moisés, era una tienda, cuyas paredes eran de madera (ver com. Exo. 26: 15-26). El techo estaba hecho de cuatro capas, y la interior era de lino fino, y las otras eran de diversos tipos de pieles (ver com. Exo. 26: 1-14). La tienda misma medía aproximadamente 13, 34 m por 4,5 m; estaba ubicada dentro de un atrio que medía unos 50 m por 25 m (ver com. Exo. 27: 9-18).

El edificio estaba dividido en dos compartimentos; el primero y más grande era el lugar santo y el segundo, el lugar santísimo. Una cortina, o velo de ricos colores, separaba los dos ambientes. Como no había ventanas en el edificio, en el primer compartimento un candelero de siete lámparas proporcionaba suficiente luz artificial como para que los sacerdotes desempeñasen sus tareas.

En el primer compartimento había tres muebles: la mesa de los panes de la proposición, el candelero y el altar del incienso. Al entrar en el tabernáculo por la puerta que daba al este, se veía el altar del incienso hacia el final de la habitación. A la derecha estaba la mesa del pan de la proposición, y a la izquierda el candelero. Sobre la mesa estaban los panes de la proposición, dispuestos en dos pilas de seis panes cada una, como también el incienso para el pan, y las vasijas para las libaciones. También había vasos, cucharas y otros implementos usados en el ritual. El candelero era de oro puro; sus lámparas tenían forma de almendras.

El mueble más importante en este compartimento era el altar del incienso. Medía aproximadamente 88,9 cm de alto, y su cubierta cuadrada tenía unos 44,45¡ cm de lado. Estaba recubierto de oro, y alrededor de su cubierta tenía como una corona de oro. Sobre este altar el sacerdote ponía la vasija que contenía las brasas tomadas del altar de los holocaustos, como también el incienso.

Cuando ponía el incienso sobre las brasas, ascendía el humo, y puesto que el velo no llegaba hasta el techo, el incienso no sólo llenaba el primer compartimento, sino que penetraba también en el segundo. De este modo, el altar del incienso, aunque estaba en el lugar santo, servía también al lugar santísimo.

En el segundo compartimento sólo estaba el arca, un cofre aproximadamente de 1, 12 m de largo por 0,66 m de ancho y 0,66 m de alto. La cubierta del arca era llamada el propiciatorio, lugar donde se hacía la expiación en el día de la expiación. En torno de la parte alta del propiciatorio había una corona de oro, similar a la que se encontraba en el altar del incienso. Dentro del arca estaban las tablas de la ley escritas con el dedo de Dios.
Encima del propiciatorio había dos querubines de oro. En este lugar Dios se ponía en comunión con su pueblo (Exo. 25: 22).

En el atrio fuera de la tienda se hallaba la gran fuente de bronce que contenía agua para lavarse. En esta fuente los sacerdotes debían lavarse las manos y los pies antes de entrar en el santuario o antes de comenzar su servicio (Exo, 30: 17-21; 38: 8).

También en el atrio, al este de la fuente, estaba el altar de los holocaustos, que desempeñaba un papel importantísimo en todas las ofrendas de sacrificios.

El altar tenía aproximadamente 1,34 m de alto, lo que exigía que hubiese una especie de plataforma para que el sacerdote pudiera oficiar cómodamente ante el altar. Esto también permitía que el pueblo viera cómo oficiaba el sacerdote ante el altar. Este era cuadrado y medía unos 2,23 m de lado. Estaba hecho de madera recubierta de bronce. Posteriormente este altar fue muy agrandado para dar cabida a un mayor número de practicantes del culto. Sobre este altar se quemaban los sacrificios. Por eso tenía el nombre de altar de los holocaustos.

Aquí también se quemaba la grasa de las víctimas sacrificadas como asimismo ciertas partes de otras ofrendas. En los cuatro ángulos del altar había proyecciones a modo de cuernos, conocidas con el nombre de «los cuernos del altar». En ciertos sacrificios, los sacerdotes tocaban estos cuernos con sangre. En otros casos, la sangre era rociada alrededor del altar. La sangre sobrante, no usada en el servicio, era derramada en el suelo al pie del altar.


(A continuación les dejo una lista de enseñanzas del Profesor Eric de Jesús Rodriguez Mendoza de la cita de: Yom HaKipurim ← Haz Click Aquí para ser reedirigido)


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Levítico)

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