Génesis 9:1 – «Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra»
Luego del Diluvio, Noé y su familia, y todos los animales que iban con ellos, salieron del Arca. Lo hicieron cuando Dios se los mostró, esperando el momento en que la Tierra estaba preparada para recibirlos.
Tan pronto salieron del Arca, Dios hizo dos cosas:
- Los bendijo.
- Hizo un Pacto con ellos.
Esta bendición hizo que los tres hijos de Noé pudieran reproducirse y ser los tres padres de las tres razas principales que existen entre los hombres.
Antes de entrar a estudiar este capitulo de Génesis analizemos esta bendicion comparandola con la bendicion que Dios le dio a Adán en el principio.
- Bendición de Noe y sus hijos:
Hay muchos paralelos entre la bendición que Dios le dio a Adán luego de haberlo creado, y a Noé luego de haberlo salvado del Diluvio. Esto afirma la idea que el Diluvio fue un “borrón y cuenta nueva”, una oportunidad para que la humanidad tuviera un nuevo comienzo, en limpio.
- Así como Dios le dijo a Adán que fuera productivo y que llenara la tierra y la controlara (Gen. 1:28), lo mismo le dijo a Noé:
Génesis 9:1-2 – «Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra. (2) Y el temor y el terror de vosotros estarán sobre todos los animales de la tierra, y sobre todas las aves del cielo, y en todo lo que se arrastra sobre el suelo, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados»
Génesis 9:7 – «En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; poblad en abundancia la tierra y multiplicaos en ella»
2. Así como a Adán le habló de su dieta (lo que podían comer, Gen. 1:29), también lo hizo con Noé, pero añadiendo otro tipo de alimento que no se comía antes…
Génesis 9:3-4 – «Todo lo que se mueve y tiene vida os será para alimento: todo os lo doy como os di la hierba verde. (4) Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comeréis»
Luego del Diluvio, Dios autorizó al hombre comer carne, además de plantas. El mundo había cambiado, y también cambió la dieta original. Sin embargo, había una condición: no debían comer la carne con la sangre.
La prohibición de comer sangre se debe a que en la sangre está la vida. Este es un tema que se repite a lo largo de la Biblia.
Levítico 17:10-14 – «Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que residen entre ellos, come sangre, yo pondré mi rostro contra esa persona que coma sangre, y la cortaré de entre su pueblo. (11) Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación. (12) Por tanto dije a los hijos de Israel: Ninguna persona entre vosotros comerá sangre; tampoco comerá sangre ningún forastero que reside entre vosotros. (13) Y cuando algún hombre de los hijos de Israel o de los forasteros que residen entre ellos, que al cazar capture un animal o un ave que sea permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. (14) Porque en cuanto a la vida de toda carne, su sangre es su vida. Por tanto, dije a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la coma será exterminado»
Levítico 7:26-27 – «Y no comeréis sangre, ni de ave ni de animal, en ningún lugar en que habitéis. (27) Toda persona que coma cualquier clase de sangre, esa persona será cortada de entre su pueblo»
Deuteronomio 12:20-25 – «Cuando el SEÑOR tu Dios haya extendido tus fronteras como te ha prometido, y tú digas: «Comeré carne», porque deseas comer carne, entonces podrás comer carne, toda la que desees. (21) Si el lugar que el SEÑOR tu Dios escoge para poner su nombre está muy lejos de ti, entonces podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que el SEÑOR te ha dado, como te he ordenado, y podrás comer dentro de tus ciudades todo lo que desees. (22) Tal como se come la gacela y el ciervo, así la podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer de ella. (23) Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne. (24) No la comerás; la derramarás como agua sobre la tierra. (25) No la comerás, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, porque estarás haciendo lo que es justo delante del SEÑOR»
En la antigüedad no se comía tanta carne como hoy en día. Por lo general sólo se hacía en eventos especiales, no sólo por el costo sino también por la falta de refrigeración. Pero también el consumo de carne, dado que se requiere del sacrificio de un animal, casi siempre iba vinculado con algún ritual a ídolos. Por eso, la Biblia advierte que no se coma comida sacrificada a los ídolos.
Cuando los gentiles comenzaron a convertirse en tiempos de los primeros apóstoles, ellos les instruyeron a no comer sangre, además de cosas sacrificadas a los ídolos, entre otras cosas que eran comunes en las sociedades paganas.
Hechos 15:28-29 – «Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien»
Los apóstoles querían asegurarse de enseñarles a los nuevos creyentes lo básico y primordial, y luego ellos podrían ir aprendiendo y profundizando más, poco a poco, conforme fueran estudiando la Palabra de Dios.
Hechos 15:19-21 – «Por tanto, yo opino que no molestemos a los que de entre los gentiles se convierten a Dios, (20) sino que les escribamos que se abstengan de cosas contaminadas por los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado y de sangre. (21) Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas»
Relacionado con el mandamiento de no comer sangre está el de “no derramar sangre”, es decir, no asesinar. Ahora nos parece obvio, pero antes no lo era. Este mandamiento se hizo necesario luego del homicidio de Abel a manos de su hermano Caín (Gen. 4:8-12), y de muchos que le siguieron.
Cuando se va corrompiendo la sociedad, se va perdiendo el respeto por la vida
Sigamos con el estudio de este capitulo…
Génesis 9:2-4 – «(2) El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados (3) Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo, (4) Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis»
A partir de ahora el hombre tiene permiso para comer carne. Esto es para todos los hijos de Noé, es decir todos los seres humanos. Ningún ser humano tiene derecho a comer sangre.
Dios les prohibio comer la came de cualquier miembro de un ser vivo. La frase quiere decir: todo el tiempo que el alma del animal este en ella -la carne- {en su sangre}, no deberan comer la carne
Génesis 9:5-7 – «Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. (6) El que derramare sangre de hombre,(C) por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre, (7) Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella»
«… de mano de todo animal la demandaré» – Debido a que habian pecado, los hombres de la generación del Diluvio habian sido dejados como alimento a las fieras salvajes y que estas los dominasen, como se declara: “[El ser humano] es dominado [porque] se han hecho semejante a las bestias.” Por esta razon, en este versiculo fue necesario que la Tora advirtiera a las fieras que no mataran seres humanos.
«…de mano del varón su hermano…» – Es decir, de aquel que lo ama como a un hermano, pero que lo mata involuntariamente, Yo reclamare su castigo si es que no se exilia y solicita el perdón por su falta. Pues tambien quien mata involuntariamente requiere de expiación. Y si no hay testigos que lo obliguen a exilarse y el mismo no se somete a su castigo, de alguna forma Dios exigira de el su sangre.
. La vida fue dada al hombre por Dios. Los seres humanos fueron hechos a «imagen» y «semejanza» como creación singular de Dios (1.26; 9.6); espiritual, inmortal e inteligente.
Por lo tanto, Dios dijo: «No matarás» (Exo_20:13). Arrancar una vida humana es violar la imagen de Dios en el ser humano, que debería ser respetada y reverenciada. La vida, aun la prenatal, siempre es un milagro y nadie debe creer que tiene el derecho de derramar la sangre de un ser humano inocente.
«…demandare» – Esto indica que Dios hacía algo más que presentar una regla. Dios, en realidad, «demandaría» (del hebreo darash) o «exigiría» la vida de una persona como pago por la vida inocente que ésta segó.
«..Mas vosotros fructificad y multiplicaos» – Segun el sentido simple, estas palabras fueron enunciadas aqui porque la primera vez que fueron dichas al ser humano, meramente implicaban una bendición, pero en este versiculo fueron dichas como mandato.Segun el Midrash, fueron enunciadas aqui con el proposito de comparar a quien no se dedica a procrear con quien derrama sangre.
- Pacto con Noé:
Luego de darles la indicación de la productividad y los mandamientos básicos para vivir, Dios hizo un Pacto con Noé.
Aunque el Pacto lleva el nombre del patriarca, en realidad es con toda la humanidad, ya que todos los seres humanos somos descendientes de alguno de los hijos de Noé.
Génesis 9:8-10 – «Entonces habló Dios a Noé y a sus hijos que estaban con él, diciendo: (9) He aquí, yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestra descendencia después de vosotros, (10) y con todo ser viviente que está con vosotros: aves, ganados y todos los animales de la tierra que están con vosotros; todos los que han salido del arca, todos los animales de la tierra»
Debido al Diluvio, Noé estaba angustiado ante la perspectiva de procrear de nuevo, y no quiso hacerlo sino hasta que Dios le prometio que no volverfa a destruir el mundo. Y, en efecto, Dios asi lo hizo finalmente. Le dijo: “Yo concuerdo contigo en dar validez y fuerza al pacto que te he prometido, y te dare una sefial de ello: el arco iris”
¿En qué consistía este Pacto?
Génesis 9:11 – «Yo establezco mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra»
La Señal de este Pacto es el Arcoiris. Es una señal física que trae a memoria esta promesa divina.
Génesis 9:12-17 – «Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre yo y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones: (13) pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra. (14) Y acontecerá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se verá el arco en las nubes, (15) y me acordaré de mi pacto que hay entre yo y vosotros y entre todo ser viviente de toda carne; y nunca más se convertirán las aguas en diluvio para destruir toda carne. (16) Cuando el arco esté en las nubes, lo miraré para acordarme del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que está sobre la tierra. (17) Y dijo Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre yo y toda carne que está sobre la tierra»
Este pacto fue hecho con Noé y sus hijos por todas las generaciones futuras, junto con la tierra. “Mi arco” – La señal del pacto es el arco iris que en la tierra aparece sólo como una mitad.
El Arco Iris causado por la reflexión y refracción de los rayos del sol sobre gotas de lluvia cayendo como testigos de fidelidad Divina. Apareció por primera vez aquí en la bóveda y nubes del cielo. Estas condiciones en la atmósfera que causan el arco iris no existían antes del Diluvio, puesto que el estado de la atmósfera era distinto al de después del diluvio.
Alrededor del trono celestial está el arco del Eterno, y allí se ve entero, según Ezequiel 1:28 y Apocalipsis 4:3. Mientras se siga viendo el arco iris en las nubes este pacto seguirá vigente.
El Arcoiris es una señal divina también para ti. El Pacto que Dios hizo con Noé contempla a toda la humanidad y a todo ser viviente. También es un pacto eterno, “por todas las generaciones”. El Señor no se ha olvidado de su pacto, y se recordará de él en los últimos días.
Isaías 54:7-10 – «Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondía mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor. Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia»
En la próxima entrada, veremos como las cosas no resultaron “perfectas” en la nueva oportunidad para la humanidad, luego del Diluvio. También veremos algunos datos interesantes en la genealogía de los Hijos de Noé…