Del capítulo 1 al 11, el libro de Génesis ha tratado sobre la historia de toda la humanidad. Pero a partir del capítulo 12, la historia se enfoca en una familia en particular: Abram y su descendencia.
Como mencionamos anteriormente, Abram era originario de Ur de los caldeos (hoy, cerca de Kuwait), pero luego se asentaron en Harán con su padre y un hermano. Pero allí Dios lo llamó:
Génesis 12:1-3 – «Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. (2) Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. (3) Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra»
Según el relato de Esteban en Hechos 7:2-4, Dios ya se había aparecido a Abram en Ur de los caldeos, como está escrito: “El Dios de gloria se apareció a Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Jarán, y le dijo: “Sal de tu tierra y de tu parentela, y ve a la tierra que yo te mostrare” Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Jarán. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis”
Esto nos enseña que el llamado ya lo había recibido Abram en el país donde nació.
Las Escrituras no cuentan la razón por la que Tareh tomó la decisión de salir de Ur con parte de su familia. Sin embargo, el libro de Jaser, junto con otros relatos como el Midrash, cuentan algunos detalles de esto, veamos…
Relatan como Tareh había sido el general del ejército del rey Nimrod cuando tubo a su hijo Abram, y por causa de un mensaje de los astrólogos Nimrod había decidido matar a todos los niños recién nacidos en su reino, porque temía que un nuevo rey había nacido que le iba a quitar de su puesto.
Tareh escondió a Abram en una cueva durante 13 años y con astucia le entregó un niño recién nacido de una de sus siervas, diciendo que era bvram. Así Abram pudo sobrevivir el primer ataque contra su vida.
Esta fue la primera de las diez pruebas que tubo que pasar nuestro padre. La segunda prueba que cuentan los midrashes fue cuando Abram no quiso adorar a los dioses de madera y piedra que su padre Tareh servía.
También desafió la idolatría del rey Nimrod y por eso fue puesto en la cárcel durante diez años y luego echado en un horno de fuego junto con su hermano Harán.Dios le liberó pero su hermano fue consumido por las llamas.
Por causa de todo esto Tareh tomó la decisión de salir de Ur para tener paz en su familia. Su plan era ir hasta la tierra de Canaán, pero nunca llegó. Se quedó por la mitad, en Jarán, en la parte sur-este de lo que hoy es Turquía.
Seguramente Abram tomó la decisión de salir por causa del llamado que había recibido ya estando en Ur, antes de que su padre había tomado la decisión de salir de allí.
Ahora vemos como Abram obedece el llamado de salir de su tierra y de su familia. Sin embargo, lleva consigo a su sobrino Lot, cuyo nombre significa “velo”, que con el tiempo le causará muchos problemas.
El texto hebreo usa una expresión muy peculiar: “Lej leja”. En español es traducido como “vete”, pero literalmente se podría leer “vete de ti mismo”. Es como si Dios le estuviere diciendo que debía irse de todo lo que le era conocido y familiar hasta ese momento.
¿De qué debe irse?
- De tu tierra
- De tu parentela
- De la casa de tu padre
- De lo que había estado haciendo hasta entonces
Debía desligarse y apartarse de lo que le era familiar hasta ese momento.
Según la tradición judía como vimos mas arriba, el padre de Abram era un hacedor de ídolos, lo cual concuerda con lo que está escrito en Josué.
Josue 24:2 – «Y Josué dijo a todo el pueblo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: «Al otro lado del río habitaban antiguamente vuestros padres, es decir, Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a otros dioses»
Abram debía dejar atrás la idolatría y todo lo que le era familiar. Eso estaba claro. Pero, ¿a dónde debía ir? Eso no lo sabía, pues Dios no se lo había revelado. Todo lo que sabía es que iría al un lugar que el Señor le iba a mostrar.
Muchas veces el Señor trabaja así con nosotros. Nos pide que demos un paso, pero no nos revela más que esa tarea. Lo hace para que aprendamos a confiar en Él, y no en los planes mismos. El resultado de la obediencia es siempre bendición.
- La promesa:
Dios le prometió varias cosas a Abram si él obedecía y dejaba todo para seguirlo a Él (Gen. 12:1-3):
- Haré de ti una nación grande
- Te bendeciré
- Engrandeceré tu nombre
- Serás bendición.
- Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré.
- En ti serán benditas todas las familias de la tierra.
Aunque Dios apartó a Abram y su descendencia de entre todas las familias del mundo, lo hizo con el propósito de bendecir a todos al final.
«…Haré de ti una nación grande, y te bendeciré…» – “una nación” la palabra hebrea es “goy”, que originalmente significa una nación. Luego llegó también a tener el significado de una nación gentil, que no sea Israel, y más adelante una persona de una de esas naciones gentiles, un gentil.
El propósito de la elección de Abraham fue que él fuera un medio de bendición para todas las personas de la tierra
Este propósito sigue siendo el mismo para todos sus descendientes. La elección no fue con el propósito de privar a los demás de las bendiciones divinas, sino precisamente para que los demás también pudieran alcanzar las riquezas que el Eterno está dando a Abraham y sus hijos.
«…Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré…» – Aqui vemos como Abraham está puesto como un punto de mira para las demás naciones. Su bienestar o caída (de las naciones) dependerá a la larga de su manera de tratar a los hijos de Abraham, los hebreos.
Pero veamos algo de sus descendencia…
Génesis 21:10 – «Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo»
Aunque Ismael fue descendiente físico de Abraham, esta promesa no fue dada para sus hijos, los árabes.
Aquí vemos que la misma bendición y maldición que fue pronunciada sobre Abraham es aplicada sobre el pueblo de Israel.
Números 24:5 – «¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
Tus habitaciones, oh Israel!»
Números 24:9b – «Benditos los que te bendijeren,
Y malditos los que te maldijeren»
Sin embargo hay una bendición especial para los hijos de Ismael.
Génesis 17:20 – «Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación»
«…y al que te maldiga, maldeciré…» – Mientras que la promesa de bendición para los que bendigan a Israel está pronunciada en plural, la promesa de la maldición está puesta en singular.
La maldición cae sobre cada persona que hable mal de Israel y el pueblo hebreo.
La historia nos enseña que aquellas naciones que han tratado bien al pueblo hebreo han prosperado, y que las naciones que han maltratado a los hebreos, han tenido que sufrir las graves consecuencias de sus hechos.
Veamos un ejemplo de esto en el siguiente link:
Consecuencias de maldecir a Israel
«… Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra…» –Ahora lo que muchas personas dirán es que “bien, cuando la biblia dice que en todas las naciones…. En Abraham serán benditas todas las naciones de la tierra, eso es porque si ellos ayudan a Israel, ellos serán bendecidos. Así que serán benditas todas las naciones estando a favor de Israel, y ayudando militar y financieramente a Israel. Todos seremos bendecidos”
Ahora esto viene de un comentario hecho en las referencias de la Biblia de Scofield debajo de Génesis 12, que dice: Si, serán bendecidas todas las naciones si nosotros apoyamos Israel. Pero escuchemos que dice Gálatas capitulo 3 sobre este versículo.
En Gálatas capitulo 3, versículo 8, se lee en la Biblia “Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, predicó antes el evangelio a Abraham, diciendo: En ti serán bendecidas todas las naciones. De modo que los de la FE son bendecidos con el creyente Abraham”
Así que de acuerdo a Gálatas capitulo 3, la razón por la cual todas las naciones de la tierra serán bendecidas a través de Abraham, es a través del evangelio de Jesucristo. Y creyendo en Jesucristo, los de la fe son benditos como el creyente Abraham. El dice en el versículo numero 7, “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham“
Génesis 12:4 – «Entonces Abram se fue tal como el SEÑOR le había dicho; y Lot fue con él. Y Abram tenía setenta y cinco años cuando partió de Harán»
Esta salida de Harán constituye la tercera prueba grande en la vida de Abraham.
- Proposito:
¿Qué hizo Abram? ¿Respondió al llamado de Dios?
Abram no era joven. Ya era anciano. Uno podría pensar que le faltaba poco para “terminar” su vida. Pero a los ojos de Dios, allí comenzaba su vida.
El Señor le dio cien años más de vida; pero no sólo eso sino un propósito de vida enorme, que trascendería las generaciones.
Abram dejó todo para comenzar de nuevo. A veces pensamos que es duro entregar todo por ¿nada? Pero cuando Dios nos pide que le entreguemos todo, es porque Él nos dará algo mejor.
Hebreos 11:8 – “Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba”
La fe se basa en la palabra del Eterno. Abram confiaba en la promesa y salió en obediencia.
- El primer hebreo:
Abram fue el primero en cruzar el río, en camino hacia Canaán. Por eso se le llamó “hebreo” (heb. “Ivri”), que literalmente significa: “uno que viene de más allá”, es decir, que viene más allá del Gran Río.
Josué 24:3 – «Entonces tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río y lo guié por toda la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le di a Isaac»
Abram fue el primer hebreo, el primero que cruzó el río. A lo largo de la Biblia, es muy significativa la imagen de “cruzar el río”. Representa dejar una forma de vida para entrar a una nueva.
Génesis 12:5 – «Y tomó Abram a Sarai su mujer, y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado, y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron»
Abram no sólo se fue con su esposa Sarai, sino también con su sobrino. Abram no tenía hijos, y el padre de Lot, Harán, había muerto; por lo tanto, él adoptó a su sobrino.
- Ésta es la tierra:
Abram no sabía exactamente a dónde iba. Pero al entrar en Canaán, Dios le reveló que la tierra en donde estaba parado era la Tierra Prometida.
Génesis 12:6-7 – «Y atravesó Abram el país hasta el lugar de Siquem, hasta la encina de More. Y el cananeo estaba entonces en la tierra. (7) Y el SEÑOR se apareció a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Entonces él edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido»
Abram recibió una Promesa doble: tierra y descendencia.
Seguramente Abram se preguntaba cómo sería eso posible, ya que él no tenía hijos, y ya tenía 75 años de edad. Por otro lado, en ese entonces la tierra les pertenecía a los cananeos, y como a extranjero, a él no se le daba la oportunidad de poder comprar tierra. Se necesitaría de un milagro para que esa promesa se cumpliera.
Siquem es un valle, pero luego de oir la promesa, Abram subió a un monte cercano, probablemente para apreciar la Tierra que Dios le ofrecía.
Siquem está localizado justamente en el centro de la Tierra Prometida.
Este es el mismo lugar donde los israelitas, descendientes de Abram, luego va a confirmar el pacto con Dios, luego de haber conquistado la Tierra Prometida.
Deuteronomio 11:29-32 – «Y acontecerá, que cuando el SEÑOR tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal. (30) ¿No están ellos al otro lado del Jordán, detrás del camino del poniente, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arabá, frente a Gilgal, junto al encinar de More? (31) Porque vais a pasar el Jordán para ir a poseer la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da, y la tomaréis y habitaréis en ella; (32) y tendréis cuidado de cumplir todos los estatutos y decretos que hoy pongo delante de vosotros»
Siquem significa “hombro”, “cerviz”, “nuca”, en relación con levantar una carga.. Moré significa “maestro”.
La primera experiencia espiritual profunda que tuvo Abram después de haber obedecido al Eterno al salir de Mesopotamia, fue una aparición del Eterno en Siquem y Moré. Esta experiencia le marcó tanto que tomó la decisión de edificar en ese lugar un altar. Ese altar representa la primera experiencia en la vida de la fe de todos los que van a ser contados por Dios como hijos: Se trata de la entrega del yo.
El altar es un lugar de sacrificio, un animal es ofrecido como representación del hombre. La ofrenda de ascensión (holocausto) simboliza una entrega total.
El altar es el lugar donde la voluntad del hombre se somete a la voluntad del Eterno. No se haga mi voluntad sino la tuya. Que no sea como yo quiero sino como tú quieras.
La historia posterior a Abraham nos muestra que Siquem llegó a ser un lugar de grandes decisiones para sus descendientes, cf. Génesis 33:18-20, Génesis 28:20-21; 37:12-17; Josué 24:1, 14-27; Jueces 21:19; 1 Reyes 12:1; 12:25
Siquem fue elegido como un lugar de refugio, cf. Josué 20:7.
Jose fue sepultado en Siquem esperando la resurrección de los muertos. Su tumba se encuentra allí todavía hoy, cf. Josué 24:32.
Siquem representa en la vida de Abraham el lugar de conversión, el lugar donde muere de si mismo y reconoce a Yahweh como su único Dios verdadero. Es el lugar donde Dios le prometió por primera vez que su descendencia recibiría esa tierra. Y de la misma manera como Abraham tuvo esa experiencia, todos los que en el día del juicio van a ser finalmente contados como sus hijos tendrán que tener la misma experiencia.
Todos sus hijos tendrán que pasar por Siquem, donde reconocen al Dios único y mueren de sus propias vidas en el primer altar.
Siquem significa “cerviz”, “hombro” o “espalda” y viene de una raíz que tiene que ver con inclinarse para levantar una carga sobre su espalda.
Esto nos lleva a pensar en el momento cuando el Mesías se inclinó para llevar sobre sus hombros el madero sobre el cual iba a ser sacrificado para la redención eterna de todos los hijos de Abraham. Siquem simboliza la muerte de Jesús.
Fue el primer lugar donde Abraham tuvo que pasar para poder ser el padre de la gran nación y obtener la tierra de Israel.
La experiencia con la muerte y resurrección de Jesús es la base sobre la cual Yahweh entrega la tierra a los hijos de Abraham. “la encina de Moré” – Junto a Siquem está la llanura de Moré. Moré significa “maestro” y viene de una raíz que significa “fluir”; “poner”, “echar”, “tirar”; “señalar”; “enseñar”. Es la misma raíz que se encuentra en la palabra Torá.
Así que cuando Abram primero tuvo la experiencia profunda de conversión en Siquem al mismo tiempo tuvo la experiencia de lo que implica tener un Moré, un Maestro que le enseñaba la Torá (Instrucciones).
La Torá es algo que marca la diferencia entre lo santo y lo común, lo verdadero y lo falso, luz y tinieblas, vida y muerte.
Esto puede indicar que Yahweh le enseñó los mandamientos a Abraham.
Génesis 26:5 –“Abraham me obedeció, y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.”
Más adelante, después de la entrada en la Tierra, los hijos de Israel tuvieron que marcar la diferencia entre la benición y la maldición precisamente en el valle de Moré.
En el norte tenían el monte Eival, que representa la maldición que es producida por la desobediencia a los mandamientos, y en el sur tenían el monte Guerizim, que representa la bendición por obedecer los mandamientos.
Génesis 12:8 – «De allí se trasladó hacia el monte al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente; y edificó allí un altar al SEÑOR, e invocó el nombre del SEÑOR»
Contrario a lo que habían tratado de hacer en Babel, levantando su propio nombre, Abram invocó allí el nombre del Señor.
Betel significa “Casa de Dios”, “Casa del Poderoso” La palabra casa puede significa dos cosas:
- Núcleo familiar
- Lugar de habitación (En este caso Betel simboliza tanto la familia de Dios como el templo de Dios)
“…Al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente…” –Hai significa «montón o ruina«. Betel significa casa de Dios.
¡Un montón de piedras no es una casa! Abram se colocó entre Betel y Hai. Cada día al salir de su tienda por la mañana tuvo que elegir entre Betel y Hai, es decir entre el montón de piedras y la casa de Dios.
De la misma manera nosotros tenemos que escoger entre ser una piedra solitaria, aunque sea parte en un montón de piedras juntas, o ser parte de una casa donde hay orden y disciplina.
Para ser parte de una casa hace falta pasar por un proceso de corrección, ser una piedra viva, labrada, y ajustada y colocada en un lugar específico en el edificio.
«…Al oriente de Betel…” – Las entradas al tabernáculo y al templo siempre están hacia el oriente. Así que Abram se puso en el lugar que simboliza la entrada a la misma presencia del Eterno. “plantó su tienda” – La Torá no dice que Abram plantó su tienda en Siquem. Pero aquí en Betel sí.
Es un lugar donde hay que plantar la tienda. Es un lugar donde hay que afirmar su estancia. Congregate en un colectivo de personas que creen igual que tú y sé fiel a esa iglesia.
“…Edificó allí un altar a Dios…” – Este altar representa la entrega total al Eterno dentro de un contexto colectivo, en la congregación de los creyentes, en la casa del Eterno.
Esto nos recuerda también el lugar de muerte del Mesías, que seguramente ocurrió delante de la entrada del templo del Eterno en uno de los árboles que hay el monte de los Olivos, al oriente de Jerusalem.
«…e invocó el nombre del SEÑOR” – Invocar el Nombre no significa solamente tomarlo en los labios, sino dar a conocer al mundo entero que El es el único.
Después de haber estado en Mesopotamia y luego en Egipto, ABraham toma sobre sus hombros la tarea de hacer conocer el Nombre del Eterno al mundo entero, para que supieran que El es el único Dios verdadero.
Juan 13:34-35: “Un mandamiento nuevo os doy (Moré): que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado (Siquem), así también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos (Proclamó el Nombre) que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros (Betel)”
Hay un fenómeno natural muy interesante en el lugar donde Abram invocó el Nombre del Eterno por primera vez en la Tierra prometida.
El nombre hebreo de YHWH está escrito con las letras actuales hebreas, en las montañas en el mismo lugar donde Abraham plantó la tienda. Esto se puede ver en las imágenes de los satélites.
Génesis 12:9 – «Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev»
excelente el articulo me fue de muchísima bendición gracias y Shalom
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Dios me habló a travez de este estudio. Me siento en sobre manera bendecida y agradecida. Gracias por ser el instrumento de Dios para hablar a su pueblo. Bendiciones
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Me han sido de mucha bendición todas estas explicaciones.
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