Génesis 27- Esaú y Jacob – La bendición

En el capítulo 27 de Génesis volvemos a la historia de los hijos de Isaac: Esaú y Jacob.  Pero comenzaremos con los últimos versículos del capítulo anterior…

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Isaac con Esaú, Rebeca con Jacob

 

  • Esaú se casa:

Esaú tomó la decisión de casarse, lo cual es bueno.  Lamentablemente se casó no sólo con una, sino dos mujeres.  Para complicar la situación, ellas eran cananeas, quienes tenían costumbres y valores muy diferentes a los de la familia de Isaac.  La consecuencia de esa mala decisión se hizo evidente pronto…

Génesis 26:34-35 – «(34) Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con Judit, hija de Beeri hitita, y con Basemat, hija de Elón hitita;  (35)  y ellas hicieron la vida insoportable para Isaac y Rebeca»

Este capítulo comienza con el pesar por las mujeres de Esaú, y terminará con el deseo de los padres a que Jacob se case con una mujer que no sea de Canaán, preferiblemente de su parentela, tal como lo había hecho Isaac.

Génesis 27:46 – «Y Rebeca dijo a Isaac: Estoy cansada de vivir a causa de las hijas de Het; si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué me servirá la vida?»

La Biblia no menciona específicamente qué es lo que hacían las mujeres de Esaú para molestar a Rebeca. Lo que sí menciona es que ella se sentía tan desesperada que deseaba morir.

También a Isaac le causaban molestias las mujeres de Esaú.  Sin embargo, él tenía una debilidad hacia Esaú, pues era su favorito.


  • Ceguera de Isaac:

Isaac tenía un impedimento: no veía bien.  Esto no sólo era en lo físico, sino también en un sentido espiritual.

Génesis 27:1-4 – «(1) Y aconteció que siendo ya viejo Isaac, y sus ojos demasiado débiles para ver, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él le respondió: Heme aquí.  (2)  Y dijo Isaac: Mira, yo soy viejo y no sé el día de mi muerte.  (3)  Ahora pues, te ruego, toma tu equipo, tu aljaba y tu arco, sal al campo y tráeme caza;  (4)  y prepárame un buen guisado como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma te bendiga antes que yo muera»

Isaac Jacob

A pesar de la conducta desviada de Esaú, él seguía siendo su hijo favorito, y había decidido bendecirlo con la primogenitura antes de morir.  Esto podría parecer normal, pero no debemos olvidar la revelación que Rebeca recibió antes de que los gemelos nacieran y la venta del derecho de primogenitura.

Isaac cree que ha llegado la hora de su muerte, y ésta es su manera de “resolver sus asuntos” diciendo su ultima voluntad como una especie de último testamento. A pesar de que Martín Lutero calculó que la edad de Isaac era de 137 años en ese momento, vivió hasta los 180. Vivió 43 años más.

Extrañamente, Isaac insistió en dar la bendición a Esaú, el que Dios no había elegido, quien había despreciado su primogenitura, y quien se había casado con mujeres paganas. Parece claro que Isaac actuó en la carne aquí, pensando solo en la buena comida que recibiría de la caza de Esaú.

i. En realidad, parece que Isaac actuó más en la carne en lo que se refiere a su exaltación de la destreza de la caza masculina de Esaú. Él, en realidad, no podía saber la diferencia entre lo que Esaú cazaba en el campo y lo que su esposa Rebeca podría preparar del rebaño.

«…y sus ojos demasiado débiles…» – Según Rashí esto se debió a causa del humo de las esposas de Esaú, {ya que ellas levantaban humo y quemaban incienso a los Idolos}. Según otras explicaciones de la tradición, cuando Isaac fue atado sobre el altar y su padre quiso degollarlo, en ese instante se abrieron los cielos y los ángeles celestiales vieron lo que se hacía con Isaac y lloraron por el, y las lagrimas de ellos descendieron y cayeron sobre sus ojos. Por esta razón sus ojos se debilitaron. Y según otra explicación mas, sus ojos se debilitaron para que Jacob pudiese tomar las bendiciones aprovechándose de la ceguera de su padre.

«…y no sé el día de mi muerte…» – Sobre esto un Rabino llamado Yehoshua ben Korja dijo:

“Si un hombre llega a la misma edad en que fallecieron sus padres, deberá preocuparse por el día de su muerte cinco años antes y cinco después de tal fecha, y en este caso, Isaac tenía ya ciento veintitrés años de edad. Se dijo: “Quizás solo llegará a la edad de mi madre; ella murió a los ciento veintisiete años, y yo ya estoy a cinco anos de ese limite.” Por ello es que Isaac dijo la frase: “No se el día de mi muerte”, con lo cual quería decir: “ Quizás llegue al limite de años de mi madre o quizás al limite de mi padre”

Pero Rebeca no olvidó la revelación que Dios le dio sobre Jacob, por lo que decidió actuar para prevenir tal error.


Génesis 27:5-10 – «(10) Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Y cuando Esaú fue al campo a cazar una pieza para traer a casa ,  (6)  Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: He aquí, oí a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciéndole:  (7)  «Tráeme caza y prepárame un buen guisado para que coma y te bendiga en presencia del SEÑOR antes de mi muerte.»  (8)  Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando.  (9)  Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos de las cabras, y yo prepararé con ellos un buen guisado para tu padre como a él le gusta.  (10)  Entonces se lo llevarás a tu padre, que comerá, para que te bendiga antes de su muerte» 

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«…Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando…» En lugar de confiar en que Dios cumpliría lo que Él había prometido en Génesis 25:23, ella va a “hacer lo correcto” en la carne.

Las buenas intenciones no justifican el actuar en la carne

¿Acaso el engaño es la solución a la ceguera espiritual de Isaac?

Ciertamente sabemos que un mal no borra otro mal, sino sólo lo multiplica.  Rebeca también estaba actuando incorrectamente, aunque “tuviera la razón”.  Por eso Jacob no quería participar de este plan


Génesis 27:11-12 – «(11) Y Jacob dijo a su madre Rebeca: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velludo y yo soy lampiño.  (12)  Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición»

Jacob era temeroso de Dios.  El no quería recibir maldición sino bendición.

Pero su madre insistió, diciéndole que lo libraba de culpa.

«…Quizá me palpará mi padre; m tendrá entonces por burlador…» – Jacob, fiel a su nombre (“tramposo” o “sinvergüenza”), objeta algunas cuestiones para llevar a cabo el plan de su madre Rebeca.

i. Cuando estamos dispuestos a abandonar la cuestión del bien y del mal, y cuando nuestra única preocupación es “lo que funciona”, hemos aceptado la idea moderna del pragmatismo, como gran parte de la iglesia lo ha hecho hoy en día.

Jacob conocía las leyes espirituales. El que engaña trae maldición sobre sí.

Esaú se destacaba por su respeto a su padre. Por eso su descendencia fue tan bendecida y llegó a ser el ancestro de un gran imperio que ha durado miles de años.


Génesis 27:13 – «Pero su madre le respondió: Caiga sobre mí tu maldición, hijo mío; solamente obedéceme, y ve y tráemelos»

Esta decisión era muy riesgosa por lo que implicaba. Pero la insistencia de Rebeca hace ver una de dos cosas:

  1. o ella estaba también cegada por su preferencia por Jacob
  2. o ella estaba convencida de que eso era lo correcto ante los ojos de Dios.

Aun cuando Rebeca tuviera la razón, esa no era excusa para engañar. La Biblia nos enseña que la forma de vencer el mal es haciendo el bien—no replicando el mal (Rom. 12:21).

Rebeca debió apelar, orar, interceder.  Esto no es “darse por vencido”, sino dejar que Dios haga su obra, mientras que uno hace lo que es justo y correcto.  Pero Rebeca prefirió tomar el asunto en sus propias manos (…como si Dios no pudiera abrir y cerrar puertas, tocar corazones y abrir ojos).

Si Rebeca no hubiera engañado a su marido Dios habría arreglado la situación de mejor manera para que su promesa se cumpliera. Ahora que ella quiso ayudar al Eterno de manera ilícita, trajo mucho sufrimiento innecesario tanto sobre ella misma como sobre su familia.

Por tomar la vía fácil y combatir el mal con mal, tanto Rebeca como Jacob tuvieron que pagar un alto costo…como lo veremos en los siguientes capítulos…

Al final, Jacob siguió el consejo de su madre.


Génesis 27:14-20 – «(14) Y él fue, los tomó y los trajo a su madre; y su madre hizo un buen guisado, como a su padre le gustaba.  (15)  Entonces Rebeca tomó las mejores vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que tenía ella en la casa, y vistió a Jacob, su hijo menor;  (16)  le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte lampiña del cuello,  (17)  y puso el guisado y el pan que había hecho en manos de su hijo Jacob.  (18)  Entonces él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y éste respondió: Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo mío?  (19)  Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas.  (20)  E Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la has encontrado tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque el SEÑOR tu Dios hizo que así me acaeciera»

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Nótese que Jacob dice: el Señor “tu” Dios.  No debe pasarnos por alto que los hijos de Isaac aún no habían reconocido a YHVH como su propio Dios.  Esta es una decisión personal que viene por lo general luego de tener una experiencia personal con Él.

Significativamente, en este momento, cada uno de los actores de este drama claramente nos muestran que se encuentran dirigidos por su carne y que no están siendo controlados por el espíritu. Incluso Esaú, al ponerse de acuerdo con el plan de Isaac para darle la primogenitura a él, hizo caso omiso a su promesa anterior de permitir a Jacob que tuviera la primogenitura.

i. El peor aspecto de todo esto es que parecen considerar la bendición como algo “mágico”, como algo separado de la sabiduría y voluntad de Dios. Pero sobretodo, lo más que puede hacer Isaac es reconocer el llamado y la bendición de Dios sobre Jacob. Sólo Dios puede, verdaderamente, otorgar la bendición. Esaú podría recibir la bendición de Isaac cien veces, pero solo importa si Dios en el cielo lo honra.

«…Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito…» – A veces es difícil discernir una mentira y, por lo tanto, si es pecado o no reside en la cuestión de la intención. Pero otras veces, no es difícil. Y aquí Jacob claramente miente.

  • Ante Isaac:

Cuando Jacob se presentó ante su padre haciéndose pasar por su hermano, Isaac sospechó que quien le hablaba no era Esaú, por lo que le pidió que se acercara para palparlo.


Génesis 27:21-27 – «(21) Isaac entonces dijo a Jacob: Te ruego que te acerques para palparte, hijo mío, a ver si en verdad eres o no mi hijo Esaú.  (22)  Jacob se acercó a Isaac su padre, y él lo palpó y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.  (23)  Y no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo.  (24)  Y le preguntó: ¿Eres en verdad mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy.  (25)  Entonces dijo: Sírveme, y comeré de la caza de mi hijo para que yo te bendiga. Y le sirvió, y comió; le trajo también vino, y bebió.  (26)  Y su padre Isaac le dijo: Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío.  (27)  Y él se acercó y lo besó; y al notar el olor de sus vestidos, lo bendijo, diciendo: He aquí, el olor de mi hijo es como el aroma de un campo que el SEÑOR ha bendecido»

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Con esta experiencia vemos el grado de ceguera de Isaac.  Era muy fácil engañarlo y manipularlo. Él creyó lo que quería creer, sin tomar en cuenta la evidencia.

Puede causar conflicto ver a los “héroes de la Biblia” con tales faltas y cometiendo serios errores.  La Biblia no es un cuento de hadas, sino la historia real del pueblo de Dios. Ésta presenta a los patriarcas tal como eran, con sus virtudes y defectos.  Esa es la realidad; no hay nadie perfecto, más que Dios.  Al final, al leerla podemos identificarnos con los personajes y aprender de ellos…

1 Corintios 10:11-12 – «(11) Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos.  (12)  Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga»

Según el Midrash y otros escritos este engaño fue debido a el historial que arrastraba Esaú como profano y por todo lo que conllevo (para mas información de esta cuestión preguntarnos sin ninguna duda).

Según algunos comentarios que leí interesantes dicen que:

“El patriarca Isaac sabía internamente que el presente era Jacob, aunque lo externo indicara que era Esaú. Sabía que Jacob estaba disfrazado de Esaú, por eso le pregunta varias veces por su identidad.

Tal como queda manifestado en el capítulo en cuestión.En lo externo Isaac se dejó engañar, pero en lo interno estaba claro. Y esto no fue solamente en esta oportunidad, sino desde siempre. Desde que eran niños Esaú engañaba a su padre, se hacía pasar por justo, por bueno, por noble, siendo que era todo lo contrario. Y el padre tenía un amor ciego por Esaú, quería creer en todas sus engaños. Internamente lo sabía perverso, pero se dejaba seducir por sus mentiras, era partícipe de las falsedades de Esaú.

Es por esto que Jacob tuvo que recurrir a las malas artes de su hermano, al disfraz. Porque de lo contrario Isaac se hubiera mantenido esclavizado a sus sentimientos para con Esaú, hubiera preferido seguir el deseo en vez de lo correcto. Isaac, llevado por la pasión engañosa hacia Esaú, le hubiera dado la bendición, marchitando así la promesa que el Eterno hiciera a Abraham.

Por esto Rebeca y Jacob tuvieron que recurrir al disfraz, al disimulo; para vencer al engaño con sus propias armas. Por supuesto que fue una medida extrema, de situación de emergencia, no una práctica que se deba usar con frecuencia. La verdad debe ser sostenida a como dé lugar, pero a veces no hay otro remedio que engañar para preservar algún bien mayor. Y la herencia espiritual era ese bien mayor que había que preservar para que no cayera en manos ajenas y perversas.

Por otra parte, Jacob no estaba robando, aunque en cierta forma estuviera mintiendo a su padre. Lo interesante es que cuando cae el disfraz, cuando Esaú le dice a Isaac que bendijo a Jacob con los derechos del primogénito, cuando APARENTEMENTE Isaac recién se enterá que fue víctima de un engaño, su respuesta no fue el enojo, ni la disolución de la bendición, ni proferir una maldición. Su respuesta fue:

Génesis 27.33 – “¡Yo lo bendije, y será bendito!””

Según algunos comentaristas: El olor estimuló a Isaac para que El Espíritu Santo pudiera venir sobre él. Para poder profetizar el alma debe estar en un estado de alegría. Dios ha creado varios medios para alegrar el alma, y los buenos olores son algunos de esos medios.

Otros estimulantes son los sonidos de instrumentos bien tocados, como en el caso del profeta Elias (2 Reyes 3:15). El poder del Espíritu también puede ser desatado por un saludo de alegría y amor, como en el caso de Maria cuando saludó a Elisabet (Lucas 1:41).

un campo que el Eterno ha bendecido” – Esto contrasta con la maldición que vino sobre la tierra por causa de Adam (Génesis 3:17).

En Isaac, el hijo, esa maldición fue eliminada.De la misma manera en el Hijo de Dios la maldición será quitada definitivamente de la tierra, como está escrito en Apocalipsis 22:3:

“Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán”


En el capítulo 25 vimos que Jacob compró la primogenitura de Esaú con un plato de lentejas.  Esaú había salido primero del vientre de la madre, pero Dios le había revelado a Rebeca que el segundo sería el primero (Gen. 25:22-23) como vimos mas arriba.

Esta fue la bendición que Isaac le dio a Jacob, creyendo que era Esaú:

  • La bendición:

Génesis 27:28-29 – «Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto.  (29)  Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones; sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan»

Isaac bendice a Jacob como la cabeza espiritual de la familia. Es Isaac quien tenía el derecho a transmitir esta bendición en relación al pacto de Abraham, no Ismael, y el hijo (Jacob o Esaú), quien recibiera esta bendición fuera capaz de transmitirla a sus descendientes.isaac bendice Jacob

Estas diez bendiciones están dadas en relación con el atributo de justicia, Elohim. Solamente cuando los descendientes de Isaac actúen en justicia podrán recibir todas estas bendiciones. Si practica la injusticia serán maldecidos, como muestra Levítico 26 y Deuteronomio 28.

La bendición de la prosperidad económica depende de obras de justicia. El que explota a los pobres pagándoles salarios mínimos o declarando cantidades falsas al gobierno o evadiendo impuestos no está actuando con justicia y su riqueza se pudrirá (Stg 5:1-6) .

La bendición de Isaac depende de un comportamiento en justicia, como está escrito en Mateo

“Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”

«…sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre…» – Esto es exactamente lo que Dios le había revelado a Rebeca, diciéndole que el menor serviría al mayor.

«…Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan…» – Sin embargo, a propósito de Balaam, la bendición que había dicho por Israel esta escrita en orden inverso: “Benditos los que te bendigan, y malditos los que te maldigan”. La explicación a esta discrepancia es la siguiente: los justos sufren al principio, y al final aicanzan la felicidad, de modo que los que los maldicen y atormentan vienen antes que aquellos que los bendicen. Por esta razón Isaac enuncia primero la maldición de los que maldicen y luego la bendición de los que bendicen. Pero los malvados al principio gozan de felicidad y al final experimentan sufrimientos, y por ello Balaam antepuso la bendición a la maldición.


  • Se descubre la verdad:

A todo esto, Esaú estaba cazando el venado e ignoraba lo que estaba sucediendo en la casa de Isaac.  Cuando él finalmente llegó con su padre, él ya había dado la bendición a Jacob.

Génesis 27:30-31 – «Y sucedió que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería.  (31)  Y también él hizo un buen guisado y lo trajo a su padre, y dijo a su padre: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas»

La reacción de Isaac en ese momento es muy reveladora…


Génesis 27:32-33 – «Y su padre Isaac le dijo: ¿Quién eres? Y él respondió: Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.  (33)  Y tembló Isaac con estremecimiento muy grande, y dijo: ¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y lo bendije? Sí, y bendito será»

Este joven (Esaú) expectativo no estaba consciente del hecho de que él anteriormente había despreciado esta misma primogenitura.

¡Qué sorpresa a ambos padre e hijo cuando descubrieron que la de la mano derecha había sido dada a Jacob (Ya’acov, el “suplantador”, de acuerdo a Esaú)!

Isaac, quien obviamente no estaba enterado del trato hecho entre los hijos, se estremeció en gran manera (33) porque asumió que él acababa de dividir la primogenitura.

Lo normal hubiera sido que Isaac se enojara y maldijera a Jacob por haberlo engañado…pero no lo hizo.  Al contrario, confirmó la bendición que le había dado a Jacob: “…Sí, y bendito será” (27:33).

Evidentemente algo pasó en el acto de bendición a Jacob que convenció a Isaac de estar haciendo lo correcto.  Probablemente Dios abrió sus ojos ciegos en ese momento para ver la voluntad divina.


  • Reacción de Esaú:

Pero Esaú no fue tan comprensivo como Isaac.  El se alteró mucho al oír que su hermano Jacob le había “robado” la primogenitura con lágrimas de lamento la frase podría traducirse como: “Isaac se estremeció muy excesivamente con gran temblor”, Esaú rogó por una bendición igual, pero su padre, quien entendía muy bien el protocolo, sabía que sólo un miembro de la familia podía ser el recipiente de este derecho judicial. Tenemos que recordar que Esaú despreció la primogenitura, la cual era santa en los ojos de YHVH.

Cuando la apreció como una primogenitura espiritual, Esaú no valoró la primogenitura, pero ahora que la mira en términos materiales y políticos, él la quiere.

Génesis 27:34-36 – «Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!  (35)  Y él respondió: Tu hermano vino con engaño, y se ha llevado tu bendición.  (36)  Y Esaú dijo: Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y he aquí, ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿No has reservado una bendición para mí? «

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Esaú se lamenta en gran manera

Aquí se hace evidente que Esaú no había olvidado el hecho que él había vendido su primogenitura por un plato de lentejas.  Tal vez Isaac no lo sabía, pero él sí lo recobraba.  En este sentido, también Esaú estaba engañando a su padre queriéndose quedar con una bendición que no le pertenecía.

Las lágrimas de Esaú, fueron lágrimas de egoísmo frustrado, no de remordimiento por su propio pecado y por despreciar su primogenitura.

El escritor al escogido pueblo hebreo menciona este episodio en la vida de los antepasados. Él subsecuentemente le advierte al pueblo de la fe de Abraham que no tomen ligeramente la santidad y justicia de su llamado, y que no sean profanos como Esaú, quien por una sola comida vendió su primogenitura. Después de ser dada a otro, era demasiado tarde y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque Esaú la procuró con lágrimas (Hebreos 12:16-17)

  • Dos tipos de bendición:

En la Biblia, hay dos tipos de bendiciones que los padres daban a sus hijos:

  1. Bendición del primogénito – (heb. Bejira)

Es la bendición especial que se le da al hijo primogénito (Bejor).  Esta constaba de los siguientes privilegios:

  1. Ser la autoridad sobre todos los hermanos.
  2. Llevar el nombre del Padre
  3. Recibir doble porción de la herencia.

Pero no todo era “privilegio”, ya que ellos quedaban como responsables por el bienestar de toda la familia.

  1. Bendición paterna – (heb. Braja)

Son las palabras que el padre le da a cada uno de sus hijos, en momentos especiales o como la bendición antes de morir.  Esta bendición se le da a todos los hijos, no sólo a uno.   Esta bendición contempla palabras que revelan lo que el padre ve en el hijo, revelando su potencial y el llamado de Dios en su vida.  Estas palabras tienen el poder de marcar el destino de sus vidas.

En Hebreos vemos que Isaac bendijo a sus dos hijos con la bendición paterna (heb. Braja).

Hebreos 11:20 – «Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras»

La pregunta que se hacían era:

¿Quién de los dos gemelos se iba a quedar con la bendición de la primogenitura?


  • Bendición para Esaú:

La Biblia dice que Esaú era el hijo favorito de Isaac.  Por eso él le iba a dar a él la bendición de primogénito.  Pero luego, da la impresión que Isaac entendió que esa bendición le pertenecía a Jacob, tal como Dios lo había revelado a Rebeca cuando llevaba en el vientre a sus gemelos.

Cuando Isaac se dio cuenta que había sido engañado, no se retractó en la bendición, sino que la confirmó.  Pero eso no quería decir que Esaú se quedara sin bendición (heb. Braja)—pero no sería la de primogénito (heb. Bejira).

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Oyendo las suplicas de su angustiado hijo, Isaac fue movido por compasión y, bajo la mano guiadora del Espíritu Santo, profetizó:

Génesis 27:37-40 – «Pero Isaac respondió, y dijo a Esaú: He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus parientes; y con grano y mosto lo he sustentado. En cuanto a ti ¿qué haré, pues, hijo mío?  (38)  Y Esaú dijo a su padre: ¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío. Y Esaú alzó su voz y lloró.  (39)  Entonces su padre Isaac respondió, y le dijo: He aquí, lejos de la fertilidad de la tierra será tu morada, y lejos del rocío que baja del cielo.  (40)  Por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; mas acontecerá que cuando te impacientes, arrancarás su yugo de tu cerviz»

«…Será tu tu habitación en grosuras de la tierra…» – Es decir, Esaú y sus descendientes serían los habitantes del desierto.

Según el comentarista Rashí:  La frase utilizada por Rashi literalmente dice “es Italia de Grecia”. Sin embargo, el midrash que Rashi cita aqui solamente dice “es Italia”. La frase que aparece aqui podría deberse el error de un copista, o tambien podria ser que Rashi quiere enfatizar que se trata del sur de la peninsula italica, que es la parte mas cercana a Grecia. La hemos traducido segun esta hipotesis. Segun el celebre comentarista Maharzo (Rabi Zeev Wolf Einharen) en su comentario a Bereshit Rabd (67:6), afirma: “Se trata de Roma, puesto que esta escrito en [la obra del historiador antiguo] Flavio Josefo que Tzefo hijo de Elifaz [ver infra, 36:11] se convirtió en rey de Italia, quedandose el y su descendencia en ese lugar. Por ello es que Roma es considerada parte de Edom” Elifaz era el hijo primogenito de Esaú [ver 36:15], a quien la Tora llama Edom. Esto explicaria por que la civilización occidental es llamada Edom.

Isaac confirmó la bendición dada a Jacob como primogénito, y Esaú debía estar bajo la autoridad de su hermano.

Sin embargo, al final, Isaac insertó una cláusula bajo la cual él podría librarse del dominio del hermano. Esaú estaría bajo Jacob, pero no para siempre. La promesa también era a Esaú «…tú quebrarás el yugo de su cuello…» – Esto sucedió en tiempos del rey Joram, de Judá (aproximadamente en el año 890 a.C.

2 Crónicas 21:5-10 – «Joram tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén.  (6)  Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como había hecho la casa de Acab (pues la hija de Acab era su mujer), e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR.  (7)  Sin embargo el SEÑOR no quiso destruir la casa de David a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había prometido darle una lámpara a él y a sus hijos para siempre.  (8)  En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y pusieron rey sobre ellos.  (9)  Entonces pasó Joram con sus comandantes, y todos sus carros con él. Y aconteció que se levantó de noche y atacó a los edomitas que lo tenían cercado a él y a los comandantes de los carros.  (10)  Y Edom se rebeló contra el dominio de Judá hasta el día de hoy. Entonces Libna se rebeló en ese mismo tiempo contra su dominio, porque Joram había abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres»

Los descendientes de Jacob perdieron su autoridad espiritual por haber pecado.

En esta bendición no está mencionado YHVH. Aún así fue una bendición que tiene poder para el futuro. Según Hebreos 11:20 Isaac pronunció esta bendición por la fe, como está escrito:

“Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú, aun respecto a cosas futuras”

La bendición que fue pronunciada sobre Esaú ha producido el Imperio Romano y la civilización occidental.

La historia de la bendición de Jacob es no solamente el origen del conflicto desde entonces hasta hoy inclusive, sino que es realmente conflictiva en si misma, ya que encontramos diversos aspectos para analizar.

Por un lado Esaú demostraba una vez mas ser un hombre secular, sin respeto por los mandamientos de YHVH, al casarse con dos mujeres Cananeas que trajeron conflicto y dolor a su familia como lo hablamos mas arriba.

Jacob por otro lado compró legalmente la primogenitura que Esaú despreció, ya que este hubiera podido negarse conociendo el valor espiritual que tenia en cuanto a la bendición. Pero Isaac pareció no prestar atención al comportamiento de Esaú, y es por esto que al disponerse a bendecirlo, Rebeca asume la responsabilidad de evitar que la bendición recaiga en Esaú.

  • ¿Quien es Edom?: 

Esaú recibió el apodo de “Edom”.

Esta palabra está relacionada con varias palabras:

Adom =         “rojo

Adam =         “hombre

Adamá =       “tierra

Ese apodo le fue puesto, no sólo porque era pelirrojo o carnal, sino por las lentejas rojas que comió a cambio de su primogenitura.

Génesis 25:29-34 – «Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob:  Teesau edom
ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado.  Por tanto fue llamado su nombre EDOM.  Y Jacob respondió:  Véndeme en este día tu primogenitura.  Entonces dijo Esaú:  He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?  Y dijo Jacob:  Júrame en este día.  Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.  Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y comió y bebió, y se levantó y se fue.  Así menospreció Esaú la primogenitura»

Le fue puesto el nombre de Edom desde que rechazó su primogenitura.

Para mas información acerca de el conflicto Jacob VS Esaú y su transcendencia ver nuestra enseñanza: Simiente de la serpiente


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Desde el día en que Jacob fue bendecido con la primogenitura, se sembró una semilla de resentimiento en el corazón de Esaú contra su hermano Jacob.  Pero no sólo se quedó como un sentimiento, sino se degeneró en odio, hasta llegar al punto de desear la muerte de su propio hermano, al estilo de Caín.

El plan de Esaú era matar a Jacob tan pronto como Isaac muriera.

Génesis 27:41 – «Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su padre lo había bendecido; y Esaú se dijo: Los días de luto por mi padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob»

El mal de Esaú no fue sentirse ofendido por lo que pasó, sino haber guardado rencor. En el libro de Hebreos leemos una referencia de esto:0c8f20a6dcdca1e8eed25113ca7b7e64

Hebreos 12:15-17 – «Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;  (16)  de que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida.  (17)  Porque sabéis que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas»

Al igual que Caín, Esaú nunca se arrepintió.  Dejó abierta la puerta al pecado, y nunca se volvió para atrás.

Esaú no le interesaba saber cuál era la voluntad de Dios ni tenía la intención de someterse a ella.  Todo lo que él quería era hacer su propia voluntad y encontrar satisfacción inmediata.


  • Rebeca interviene:

Posiblemente se hubiera repetido la historia de Caín y Abel, a no ser por la intervención de Rebeca.

Génesis 27:42-45 – «Cuando las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas a Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: Mira, en cuanto a ti, tu hermano Esaú se consuela con la idea de matarte.  (43)  Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz: levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán.  (44)  Y quédate con él algunos días hasta que se calme el furor de tu hermano;  (45)  hasta que la ira de tu hermano contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué he de sufrir la pérdida de vosotros dos en un mismo día?»

Rebeca sabía que el odio de Esaú no iba a mermar, y la única salida era que Jacob huyera.  Pero su salida también tendría otro propósito…

Los “algunos díasque Jacob iba a quedarse con Labán y la familia de Rebeca en Harán, se convertirían en más de 20 años. Sin embargo, Dios cumplirá su voluntad en todo esto.

  • En busca de mujer:

La lección de este capítulo comenzó mencionando el efecto negativo que tuvo el casamiento de Esaú con las hijas de Het (Gen. 26:34-35), y termina haciendo referencia a esto mismo:

Génesis 27:46 – «Y Rebeca dijo a Isaac: Estoy cansada de vivir a causa de las hijas de Het; si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué me servirá la vida?»

Rebeca no podía pensar que Jacob se fuera a casar con unas mujeres como ellas.  Por lo tanto, envió a Jacob con su parentela en Harán para buscar esposa entre ellos.

Rebeca manipuló exitosamente a Isaac a que le dijera a Jacob que se fuera, pero el costo es que:

La victoria diplomática de Rebeca fue completa, pero ella nunca volvería a ver a su hijo

Jacob Rebeca

 

 

3 comentarios en “Génesis 27- Esaú y Jacob – La bendición

  1. Pingback: Génesis 33 – Reencuentro, Jacob & Esaú | A traves de las Escrituras

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