En el capítulo anterior vimos que Jacob y Labán habían llegado a un acuerdo en el que ambos podrían salir beneficiados en el negocio de los rebaños. Sin embargo, Labán no estaba contento viendo a su yerno prosperar. Este sentimiento lo trasmitió a sus hijos también.
Génesis 31:1-2 – «Pero Jacob oyó las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob se ha apoderado de todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta riqueza. (2) Y Jacob observó la actitud de Labán, y he aquí, ya no era amigable para con él como antes»
Labán es el tipo de persona que no puede considerar salir perdiendo, ni pensar que alguien prospere al igual o más que él. No había forma de prosperar y a la vez guardar la paz con Labán. Esta forma de pensar fue heredada a sus hijos, quienes veían mal la prosperidad de Jacob.
Un corazón torcido nos lleva a ver las cosas de forma tergiversada. Los hijos de Labán acusaban a Jacob de enriquecerse a costa de Labán, cuando en realidad Labán había prosperado gracias al trabajo de Jacob.
Los celos de los hijos de Labán envenenaron al corazón de Labán para que estuviera en contra de Jacob. Siendo que antes, estaba complacido con su trato.
En esas condiciones, Jacob sabía que no podría prosperar si se quedaba allí; por lo tanto, decidió regresar a su tierra natal, aun cuando esto fuera riesgoso, pues no sabía si su hermano Esaú lo había perdonado después de todos estos años.
- Regreso a la Tierra:
Para darle un empujoncito en la dirección correcta, Dios le habló a Jacob.
Génesis 31:3 – «Entonces el SEÑOR dijo a Jacob: Vuelve a la tierra de tus padres y a tus familiares, y yo estaré contigo»
Aun si Jacob nunca lo sabía, Dios lo preparó para esta hora. Primeramente, Dios le dio el deseo de regresar a casa (Génesis 30:25). Después sus circunstancias se volvieron insoportables.
Finalmente, YHVH le dio instrucciones personalmente a Jacob. Muchas veces Dios nos guía con el mismo patrón.
«…y yo estaré contigo…» – Esto confirmó la dirección de Dios en la vida de Jacob.
Salmo 118:6 – «El SEÑOR está por mí; no temeré lo que me pueda hacer el hombre«
Para Jacob no era una decisión difícil regresar a su tierra y a su familia. La pregunta era si sus mujeres, hijas de Labán, estarían de acuerdo con marcharse y dejar su tierra y parentela. Por eso, Jacob llamó a sus mujeres y les habló:
Génesis 31:4-13 – «Jacob, pues, envió a llamar a Raquel y a Lea al campo, donde estaba su rebaño, (5) y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es amigable para conmigo como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo. (6) Y vosotras sabéis que he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas. (7) No obstante vuestro padre me ha engañado, y ha cambiado mi salario diez veces; Dios, sin embargo, no le ha permitido perjudicarme. (8) Si él decía: «Las moteadas serán tu salario», entonces todo el rebaño paría moteadas; y si decía: «Las rayadas serán tu salario», entonces todo el rebaño paría rayadas. (9) De esta manera Dios ha quitado el ganado a vuestro padre y me lo ha dado a mí. (10) Y sucedió que por el tiempo cuando el rebaño estaba en celo, alcé los ojos y vi en sueños; y he aquí, los machos cabríos que cubrían las hembras eran rayados, moteados y abigarrados. (11) Entonces el ángel de Dios me dijo en el sueño: «Jacob»; y yo respondí: «Heme aquí.» (12) Y él dijo: «Levanta ahora los ojos y ve que todos los machos cabríos que están cubriendo las hembras son rayados, moteados y abigarrados, pues yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. (13) «Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste un pilar, donde me hiciste un voto. Levántate ahora, sal de esta tierra, y vuelve a la tierra donde naciste.»
Dios había estado con Jacob en todo este tiempo. Lo había acompañado, protegido y prosperado. Ahora el Señor le estaba recordando del voto que había hecho. Dios cumplió su promesa…y ahora Jacob debía cumplir su voto.
Génesis 28:20-22 – «Entonces hizo Jacob un voto, diciendo: Si Dios está conmigo y me guarda en este camino en que voy, y me da alimento para comer y ropa para vestir, (21) y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el SEÑOR será mi Dios. (22) Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo»
Los votos que hacemos son tomados muy en serio en el cielo.
v.16 – «…todo lo que Dios te ha dicho, hazlo…»
Eclesiastés 5:1-6 – «Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para dar el sacrificio de los locos; porque no saben hacer lo que Dios quiere. (2) No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. (3) Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del loco. (4) Cuando a Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se agrada de los locos. Paga lo que prometieres. (5) Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues. (6) No sueltes tu boca para hacer pecar a tu carne; ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aíre a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?»
Si Jacob regresaba a la Tierra Prometida, también debían acompañarlo sus mujeres e hijos.
Las esposas de Jacob no habían recibido una palabra del Eterno para salir de la casa de Labán. La dirección de la familia recae sobre el esposo, no sobre la esposa. Hay muchos ejemplos en las Escrituras como el Eterno habla al Esposo acerca del futuro de la familia y la esposa tendrá que escuchar la voz de su esposo.
¿Qué respondieron Raquel y Lea ante la propuesta de irse a Canáan?
Génesis 31:14-16 – «Y Raquel y Lea respondieron, y le dijeron: ¿Tenemos todavía nosotras parte o herencia alguna en la casa de nuestro padre? (15) ¿No nos ha tratado como extranjeras? Pues nos ha vendido, y también ha consumido por completo el precio de nuestra compra. (16) Ciertamente, toda la riqueza que Dios ha quitado de nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora pues, todo lo que Dios te ha dicho, hazlo»
Contando con el apoyo de su familia, Jacob comenzó a hacer preparativos para su salida de Harán. Sin embargo, no se sintió en la libertad de contarle sus planes a su suegro, pues sabía que él se iba a oponer. Se marcharon a escondidas.
Génesis 31:17-18 – «Entonces Jacob se levantó, montó a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, (18) y puso en camino todo su ganado y todas las posesiones que había acumulado, el ganado adquirido que había acumulado en Padán-aram, para ir a Isaac su padre, a la tierra de Canaán»
Lamentablemente, Jacob no había dejado por completo el engaño, y se fue sin despedirse. A ese engaño, se añadió otro que hizo Raquel.
Génesis 31:19-20 – «Y mientras Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel robó los ídolos domésticos que eran de su padre. (20) Y Jacob engañó a Labán arameo al no informarle que huía»
Lo que hubiera parecido como un traslado normal de tiendas buscando mejores pastos para los rebaños, resultó ser una fuga más allá de las fronteras en las que ellos acostumbraban andar.
Sea como sea, lo cierto es que la Torá dice que Raquel hurtó, y el hurto trae maldición si no hay arrepentimiento con restitución de lo hurtado. Tres maldiciones alcanzaron a Raquel,
- La maldición causada del hurto mismo
- La maldición que pronunció Jacob sobre la persona que tenía los ídolos – 31:32,
- La maldición causada por haber mentido ante su padre – 31:35.
Estas maldiciones causaron su muerte prematura, en el momento del nacimiento de su segundo hijo, Benjamín.
Raquel se llevó los ídolos de su padre (¨terafím¨ es la palabra hebrea para ídolos) Quizá los quería porque ella adoraba a estos ídolos y no quiso estar sin ellos. Quizá no quiso que su padre los consultara, usando sus ídolos como herramientas de adivinación para atraparlos (como posiblemente lo había hecho antes, Génesis 30:27). O quizá era porque los ídolos comúnmente se usaban como títulos de las propiedades y ella pensaba que estaba tomando su “herencia”.
Quizá Raquel robó los terafím simplemente por revancha contra su padre, quien (ella sentía) la había maltratado a ella, a su esposo, y a su familia entera. Las tradiciones judías dicen que Raquel llevó los terafím porque quiso guardar su padre Labán de la idolatría.
El texto hebreo dice literalmente que Jacob robó el corazón de Labán. Es la misma palabra que en el versículo anterior donde dice que Raquel “robó los terafim (dioses)”.
Robar el corazón de alguien no tiene que ver con enamoramiento, sino con un abuso de la confianza que otra persona ha depositado en ti. Labán confiaba en Jacob. Jacob se aprovechó de esa confianza y salió huyendo. El motivo fue puro, porque quería obedecer al Eterno, pero el comportamiento de Jacob no fue correcto. Cometió un acto de hurto. Hurtó el corazón de alguien que confiaba en él. Este tipo de hurto es muy común entre los hombres.
Si has hurtado el corazón de alguien, arrepiéntete y ve a la víctima y humíllate ante ella y pide perdón y haz todo lo que está a tu alcance para restituir el daño.
No es lo mismo la confianza que el perdón. Si una persona ha robado el corazón de otra pierde su confianza. Aunque luego se arrepienta y pida perdón, no habrá recuperado la confianza de la otra persona hasta pasar mucho tiempo, en el caso de que sea posible recuperarla. Porque la otra persona piensa: “Si lo hizo una vez, lo podrá hacer otra vez”
Jacob tuvo que sufrir mucho durante su vida porque antes había sembrado engaño y ahora sembró el hurto. Por esta razón lo mismo pasaría luego con sus propios hijos en los cuales él confiaba.
Le engañaron con la desaparición del hijo que más amaba. Le robaron el corazón. Lo que uno siembra tendrá que cosechar tarde o temprano.
La confianza es un resultado de la fidelidad en las relaciones y una confianza dañada necesita tiempo para ser restaurada.
Génesis 31:21 – «Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, cruzó el río Éufrates y se dirigió hacia la región montañosa de Galaad»
Había casi 300 millas (482.7 kilómetros) entre Harán y los montes de Galaad, pero el viaje era más largo y duro psicológicamente para Jacob más que cualquier otra cosa. Estaba saliendo del lugar de seguridad, donde había vivido en servidumbre confortable, para ir a un lugar donde Dios lo había llamado ir, pero donde había muchos enemigos peligrosos (como su hermano Esaú, quien había jurado matarlo).
- Persecución:
Al darse cuenta que Jacob había huido con su familia más allá de sus tierras, Labán salió a perseguirlos…
Génesis 31:22-23 – «Y al tercer día, cuando informaron a Labán que Jacob había huido, (23) tomó a sus parientes consigo y lo persiguió por siete días; y lo alcanzó en los montes de Galaad»
Labán no se quedó de brazos cruzados. Él los persiguió hasta alcanzarlos, más allá de sus fronteras. Seguramente no iba con buenas intenciones, pero Dios se le apareció a Labán en un sueño y lo frenó de hacerles mal.
Que Dios habló a Labán en un sueño muestra que él tenía intenciones malas en contra de Jacob. Dios está protegiendo a Jacob.
Génesis 31:24 – «Pero Dios vino a Labán arameo en sueños durante la noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob ni bien ni mal»
¿Qué hizo Labán cuando finalmente los alcanzó?
Génesis 31:25-30 – «Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Y Jacob había plantado su tienda en la región montañosa, y Labán y sus parientes acamparon en los montes de Galaad. (26) Entonces Labán dijo a Jacob: ¿Qué has hecho, engañándome y llevándote a mis hijas como si fueran cautivas de guerra? (27) ¿Por qué huiste en secreto y me engañaste, y no me avisaste para que yo pudiera despedirte con alegría y cantos, con panderos y liras? (28) ¿Por qué no me has permitido besar a mis hijos y a mis hijas? En esto has obrado neciamente. (29) Tengo poder para hacerte daño, pero anoche el Dios de tu padre me habló, diciendo: «Guárdate de hablar nada con Jacob ni bueno ni malo.» (30) Y ahora, ciertamente te has marchado porque añorabas mucho la casa de tu padre; pero ¿por qué robaste mis dioses?»
De nuevo vemos que Jacob busca excusas para su engaño.
Génesis 31:31 – «Entonces Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo, pues dije: «No sea que me quites a tus hijas a la fuerza»
El miedo es lo contrario de fe. Jacob había tenido una palabra del Eterno y esa palabra era suficienteente poderosa para producir confianza en el corazón de Jacob. Pero su temor de Labán fue superior y tomó una decisión por temor. Las decisiones tomadas por miedo no son buenas. Traen consecuencias negativas.
En realidad, no se arrepintió; más tarde se ven las consecuencias. El será objeto de engaño, tanto por parte de Raquel, como de una de las concubinas, y también de sus hijos.
Jacob se excusó por salir huyendo con su familia, pero se defendió con respecto a la acusación de haber robado los ídolos, ya que él no sabía que Raquel los había tomado.
Génesis 31:32 – «Pero aquel con quien encuentres tus dioses, no vivirá. En presencia de nuestros parientes indica lo que es tuyo entre mis cosas y llévatelo. Pues Jacob no sabía que Raquel los había robado»
Creyéndose inocente, hizo una declaración que terminó siendo una maldición— más adelante veremos que Raquel muere de un parto complicado (Gen. 35:16-20). Tenemos que tener tanto cuidado con lo que confesemos. Con la lengua podemos hablar vida o muerte.
Proverbios 18:21 – «Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto»
Siendo un hombre engañador, Labán no creyó en la palabra de Jacob; por eso, se dispuso registrar todo lo que llevaban Jacob y su familia, para tomar lo que él creía ser suyo.
Génesis 31:33-35 – «Entró entonces Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, pero no los encontró. Después salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel. (34) Y Raquel había tomado los ídolos domésticos, los había puesto en los aparejos del camello y se había sentado sobre ellos. Y Labán buscó por toda la tienda, pero no los encontró. (35) Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con lo que es común entre las mujeres. Y él buscó, pero no encontró los ídolos domésticos»
Aquí vemos una triple falta en Raquel: no sólo el engaño, sino también el robo y la idolatría. En el Medio Oriente la gente solía tener “ídolos domésticos”, que era dioses que cada familia tenía. Ellos veneraban esos ídolos porque creían que éstos los protegían y les traían prosperidad. Raquel tenía puesta su fe en esos ídolos, y no en el Dios de Israel, a quien probablemente aún no conocía.
Raquel aprendió bien los caminos del engaño de su padre. Ella logró engañar a su padre acerca de los ídolos.
Entre mucho que es triste y aun mezquino en esta historia… entre el elaborar, la decepción, y las mentiras en casi cada lado, no podemos dejar de ver la mano de Dios sobrecogiendo y haciendo que aun la ira del hombre lo alabara
(Griffith Thomas, citado de Barnhouse)
Luego de 20 años en Harán, Jacob decidió regresar a la Tierra Prometida. Por la difícil relación que tenía con su suegro Labán, decidió huir a escondidas. Pero el suegro se enteró, y los persiguió. Cuando los alcanzó, Labán le reclamó fuertemente a Jacob y aún lo acusó falsamente, pero él se defendió.
Durante todo el tiempo que Jacob había trabajado con Labán, él trabajó duro y actuó con honestidad.
«…Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor…» – Vemos una forma muy respetuosa de hablar con su padre, “mi señor”. Además pide perdón por no levantarse ante él, lo cual constituye una falta de respeto.
Génesis 31:36-42 – «Entonces se enojó Jacob y riñó con Labán; y respondiendo Jacob, dijo a Labán: ¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que tan enardecidamente me hayas perseguido? (37) Aunque has buscado en todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo delante de mis parientes y de tus parientes para que ellos juzguen entre nosotros dos. (38) Estos veinte años yo he estado contigo; tus ovejas y tus cabras no han abortado, ni yo he comido los carneros de tus rebaños. (39) No te traía lo despedazado por las fieras; yo cargaba con la pérdida. Tú lo demandabas de mi mano, tanto lo robado de día como lo robado de noche. (40) Estaba yo que de día el calor me consumía y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. (41) Estos veinte años he estado en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis por tu rebaño, y diez veces cambiaste mi salario. (42) Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham, y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y la labor de mis manos, y anoche hizo justicia»
Aunque había salido a escondidas, Jacob no se llevó nada que no fuera suyo. Aun así, Labán no quería reconocer que todo lo que Jacob tenía era de él. Se acogió a la idea de que él era el patriarca, y por ende creía que todo le pertenecía.
Lucas 12:5 – “Pero yo os mostraré a quién debéis temer: temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, os digo: a éste, ¡temed!”
¿Por qué Jacob menciona a Dios como “el Temor de Isaac”? ¿Qué fue lo que más había impactado la vida del Jacob en su padre?
Su temor a Dios. Podría haber dicho: “el Misericordioso de mi padre” o “el Poderoso de mi padre” o “el Santo de mi padre”, pero lo que destaca es el temor que Isaac tenía por Dios.
Esto nos enseña acerca de la importancia de servir al Eterno con temor. La falta de temor del Eterno es una de las causas, quizás la mayor causa, por la que el hombre peca.
1ª Pedro 2:17 – “Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey”
Apocalipsis 14:6-7 – “Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”
Eclesiastés 12:13 – “La conclusión, cuando todo se ha oído, es ésta: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre”
Gálatas 1:10 – “Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Jesucristo”
Génesis 31:43 – «Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son mis hijas, y los hijos mis hijos, y los rebaños mis rebaños, y todo lo que ves es mío. ¿Pero qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas dieron a luz?»
Labán le sugirió a Jacob hacer un pacto. Comienza recordándole que sus esposas son hijas de Labán, y con ellas van sus nietos, y que toda la riqueza que ha acumulado proviene de los rebaños de Labán. Con esto, Labán estaba diciendo que Jacob pertenecía a “su clan”.
Labán le propuso hacer un pacto, pero no era un acuerdo entre iguales, sino un pacto entre un señor y su súbdito. En la situación tribal de Canaán, cualquier persona que no perteneciera a un grupo se consideraba prácticamente como un suicidio porque quedaba demasiado vulnerable a ataques y robos. En otras palabras, Labán le está ofreciendo protección si se sometía a su clan.
- Pacto de separación:
Jacob aceptó hacer un pacto, pero no el que proponía el suegro. Jacob quería un “pacto de separación”.
Jacob levantó dos señales: una piedra y un majano.
- Un MONUMENTO (heb. matzeiva) es un símbolo de un pacto.
- Un MAJANO (heb. Gal avanim) es una pila de rocas, lo cual es símbolo de destrucción. Es lo que queda cuando una casa es destruida. También representa los límites de una propiedad, es decir, la frontera entre un territorio y otro.
Génesis 31:44-50 – «Ahora bien, ven, hagamos un pacto tú y yo y que sirva de testimonio entre tú y yo. (45) Entonces Jacob tomó una piedra y la levantó como señal. (46) Y Jacob dijo a sus parientes: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí junto al montón. (47) Labán lo llamó Jegar Sahaduta, pero Jacob lo llamó Galed. (48) Y Labán dijo: Este montón es hoy un testigo entre tú y yo. Por eso lo llamó Galed; (49) y Mizpa, porque dijo: Que el SEÑOR nos vigile a los dos cuando nos hayamos apartado el uno del otro. (50) Si maltratas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, aunque nadie lo sepa, mira, Dios es testigo entre tú y yo»
El pacto de paz que hicieron Labán y Jacob no era una alianza de vivir juntos en armonía, sino de respeto viviendo separados de común acuerdo.
En este pacto Labán expresa cuanto sospecha de Jacob. La idea de Mizpa (“Atalaya”) es “si haces mal, Dios lo verá y ¡que Él juzgue!”
“El pillar de Mizpa significaba: ‘Si vienes a mi lado de la línea el pacto se anula y yo te mato.’ El que rompía el pacto iba a necesitar la ayuda de Dios porque el otro intentaría matarlo”
(Barnhouse)
Mizpa nunca pretendía ser una solución amable a pesar de lo que su moneda Mizpa podría decir (La moneda Mizpa es una moneda partida en dos. Un lado se da a una persona y el otro lado a la otra persona. Es para cuando cuando estén separados, para que se sientan juntos).
Génesis 31:51-54 – «Y Labán dijo a Jacob: Mira este montón, y mira el pilar que he puesto entre tú y yo. (52) Testigo sea este montón y testigo sea el pilar de que yo no pasaré de este montón hacia ti y tú no pasarás de este montón y de este pilar hacia mí, para hacer daño. (53) El Dios de Abraham y el Dios de Nacor, Dios de sus padres, juzgue entre nosotros. Entonces Jacob juró por el que temía su padre Isaac. (54) Luego ofreció Jacob un sacrificio en el monte, y llamó a sus parientes a comer; y comieron, y pasaron la noche en el monte»
Con este acuerdo, Jacob no creó un lazo con Labán, sino lo contrario…se disolvió la unión que había entre ellos. En otras palabras, Jacob se “divorcia” del clan de Labán.
- Majano de Testimonio:
El montón de piedras sirvió como señal de una frontera que no debe ser cruzada. Esta frontera representa la separación de la Casa de Jacob y la familia de Nacor, Betuel y Labán.
Cada uno llamó el lugar del pacto con un nombre diferente.
Génesis 31:47-48 – «Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob, Galaad. Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad»
Jegar Sahaduta = Arameo, majano de testimonio
Galaad = Hebreo, majano del testimonio
Ambas palabras significan lo mismo, pero vienen de dos idiomas diferentes: Arameo, de Harán, y Hebreo, de Israel.
La pila de piedras marca entonces una FRONTERA, y tendrá diferente significado dependiendo en qué lado esté uno parado. Aunque los dos nombres signifiquen lo mismo, son vistos desde perspectivas diferentes. De un lado está el clan de Labán y Harán, y del otro Jacob y la Casa de Israel.
Génesis 31:49-54 – «y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye el SEÑOR entre mí y entre ti, cuando nos esconderemos el uno del otro. (50) Si afligieres mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre mí y entre ti. (51) Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí este título, que he erigido entre mí y ti. (52) Testigo sea este majano, y testigo sea este título, que ni yo pasaré contra ti este majano, ni tú pasarás contra mí este majano ni este título, para mal. (53) El Dios de Abraham, y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por el temor de Isaac su padre. (54) Y ofreció Jacob sacrificio en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron en el monte»
Después de una despedida adecuada, Labán ve a sus hijas y a sus nietos por la última vez.
“Ésta es la última vez que oímos de Labán en la biblia, y ya no lo queremos ver. Labán es del mundo, y Jacob necesitaba ser librado de este mundo para vivir de todo corazón para el Dios de sus padres” (Boice)
Morris dice de Labán:
“En vez de buscar seguir la verdad del plan de Dios representado por Jacob, él solo estaba resentido y envidiaba la bendición de Dios sobre Jacob. Él terminó sin ninguno de los dos. Su vida constituye una advertencia grave a muchas personas que son sami-religiosas pero que básicamente adoran a sí mismos y buscan su propio bienestar hoy en día”
- Se cumple el mandato:
Esta es una etapa muy importante en la historia de Israel, ya que finalmente la familia de Abraham terminaron de cumplir un mandato original:
Génesis 12:1 – «Y el Señor dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré»
Debemos recordar que los Patriarcas habían considerado a sus parientes en Harán como “familia”. Servía como refugio si tenían problemas y como fuente de esposas para sus hijos.
Abraham e Isaac todavía mantuvieron lazos que los unía a su parentela. Pero la separación final vino por la decisión de Jacob. Luego de pasar 20 años con ellos, se sella la separación con el pacto entre Jacob y Labán. De ese momento en adelante cortan todo vínculo entre ellos. El montón de piedras (Gal) sirve como testimonio de este “divorcio”, marcando una frontera física entre ambas familias.
A partir de ese momento, en la Biblia ya no se vuelve a oír de la familia de Nacor y Labán. Luego de cortar con sus raíces familiares, nace la Casa de Jacob, luego llamada Casa de Israel.
- Cada uno por su camino:
El versículo final del capítulo y el primero del siguiente enfatizan la separación entre las dos líneas familiares.
* LABAN
Génesis 31:55 – «Y Labán se levantó muy de mañana, besó a sus hijos y a sus hijas, y los bendijo. Entonces Labán partió y regresó a su lugar»
Raquel y Lea se equivocaron en ver a su padre Labán por su porción o herencia (Génesis 31:14) una vez que se casaron con Jacob. Ahora él era su porción y su herencia.
Ya que eres salvado y unido a Cristo, mira el mundo y pregunta: ‘¿Hay todavía una porción para mí?’ Si crees que sí, te equivocas
* JACOB
Génesis 32:1-2 – «Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Y dijo Jacob cuando los vio: CAMPAMENTO DE DIOS es este, y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim»
Los dos hombres estaban en el mismo monte, pero cada uno descendió en dirección opuesta. Después de ese pacto de separación, cada uno se fue a su lugar, y no volvieron a verse.
[…] Su retorno marca el momento en que los descendientes de Abraham finalmente dejaron atrás su tierra de origen y su parentela. Esta separación se hizo formal con el “pacto de separación” entre Labán y Jacob (tal como lo vimos en el cap. 31). […]
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