Éxodo 34:29-30 – «Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. (30) Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él»
En estos pasajes vemos un acontecimiento muy particular entre las Escrituras como lo es el rostro resplandeciente de Moises.
Luego de pasar cuarenta días en la presencia de Dios y ver Su Gloria, resulta que el rostro de Moisés brillaba intensamente. Leamos la descripción:
«…Después que hubo hablado con él…» – Preferiblemente, «porque habló con él«. El rostro radiante de Moisés no era sino un reflejo de la gloria divina – (2 Cor. 3: 7). De manera similar, en ocasión de la transfiguración, la divinidad se dejó traslucir – (Mat. 17: 2). En la ocasión anterior cuando Moisés había estado con Dios, no quedó en su rostro ninguna marca visible de la presencia divina – (Exo. 24: 12- 18). Esta diferencia se debió, al menos en parte, al hecho de que desde su primer ascenso Moisés había pasado por una terrible prueba, y de esa amarga experiencia había salido como un mejor hombre, más puro y más apto para la íntima comunión con su Dios, y en parte a que el pueblo ahora estaba arrepentido y no era rebelde.
Moisés había desplegado devoción, valor y celo al refrenar la apostasía.
Al rehusar ser el único progenitor de un pueblo a quien Dios se proponía adoptar en lugar del inicuo Israel – (cap. 32: 10), y al ofrecerse a sí mismo en expiación por las transgresiones del pueblo – (Exo. 32: 32; Juan 15: 13), había manifestado un espíritu de suprema abnegación. Desde esa ocasión persistió en la intercesión de todo corazón y desinteresada en favor de sus compatriotas – (Exo. 33: 12-16). Teniendo en cuenta esta demostración de la más elevada devoción religiosa, reflejo del carácter de Dios mismo, era apropiado que se le permitiese el privilegio exclusivo de ver la gloria del Creador – (caps. 33:18-23; 34: 5-8). No es de maravillarse que su rostro resplandeciese luego de tal experiencia. Indudablemente Pablo tuvo en cuenta a Moisés cuando escribió 2 Cor. 3: 18.
El que está lleno del Espíritu de Dios refleja el glorioso carácter del Eterno. De los que viven cerca de Dios mana una influencia que, aunque pase inadvertida para ellos como ocurrió con Moisés, tiene un marcado efecto sobre otros.
Impresionamos más a los hombres, no por lo que luchamos por lograr, sino por lo que logramos inconscientemente.
La etimologia de la palabra para luz y piel en hebreo es muy similar de hecho las dos se pronuncia igual, «or«.
- Piel = עור.
- Luz = אור.
(Para mas información sobre la etimología de esta misma y mas detalles ver este artículo: La luz y la piel – Las cronicas del Mesías)
Según el Midrash Moshé volvió a los hijos de Israel el día 10 del séptimo mes, tishrí. Ese día fue establecido como el gran día del perdón, yom kipur.
Dios prometió hacer cosas tremendas con Moisés. Esta fue la primera. Su rostro brillaba por haber hablado con Dios. De manera parecida la piel de Yeshúa fue transformada en el monte – (Mateo 17:1ss, Daniel 12:3; Mateo 13:43; Filipenses 3:21; Revelación 1:16). El fin de la gloria que resplandecía en el rostro de Moshé es el Mesías, como está escrito en 2 Corintios 3:7-18:
“Y si el ministerio de muerte (para hombres mortales) grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal manera que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moshé por causa de la gloria de su rostro, que se desvanecía, ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu? Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia. Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa. Porque si lo que se desvanece fue con gloria, mucho más es con gloria lo que permanece (la vida indestructible).
Teniendo, por tanto, tal esperanza, hablamos con mucha franqueza, y no somos como Moshé, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran su vista en el fin de aquello que había de desvanecerse (el Mesías). Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en el Mesías es quitado. Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moshé, un velo está puesto sobre sus corazones; pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es quitado.
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.” (LBLA revisada)
∇ – «…Resplandecía…» – Éste era el brillo resultante del hecho de que Dios había cubierto a Moshé con Su Divina mano (33:22) cuando le mostró un breve atisbo de Su gloria (Rashi). Según Zohar Jadash (62:2), Moshé mereció tal manifestación de gracia debido a que defendió a Israel contra la ira de Dios, ¡a partir de lo cual puede verse cuánto valora Dios a quienes abogan por Su pueblo! (Beer Moshé).
∇ – «Ocurrio que al descender Moshé – «Esto ocurrió cuando Mosheh desciende con las Segundas Tablas de la Torah, cosa que habla ocurrido en el dia que será 10m Haquippurim» (Rashi)
∇ – «…Empero Moshé no sabía que irradiaba la piel de su rostro … » «La raiz קרן «karan» quiere decir resplandor. lo mismo que ocurre en Habakuk 3:4. Pero, aquel que quiere entender que esta raíz hebrea en este lugar quiere decir cuerno, no es más que un ignorante y un insensato, ya que en la mayoria de las raíces bíblicas las mismas tienen por lo menos dos acepciones» (Rashbam)
«De acuerdo con el Midrash, cuando Mosheh había nacido, toda la casa se habia colmado de luz. Pero, a mi me parece que este resplandor es consecuencia de lo que D’s le dijo a Mosheh, en las palabras del texto: «Yo haré pasar toda Mi bondad ante ti.» (Exodo 33:19) y es la Luz Divina la que confirió resplandor al rostro de Mosheh «. (Tseror Hammor).
v.30 – «…Tuvieron miedo…» – Su mala conciencia había hecho sentir a Aarón y al pueblo que Dios aún estaba lejos de ellos, y se apartaron del radiante rostro de Moisés. Si hubiesen sido siempre obedientes a Dios, el gozo habría tomado el lugar del temor y habrían recibido con alegría la luz del cielo. Este reflejo de la gloria y de la majestad de Dios tenía el propósito de hacer ver a Israel el carácter sagrado de su Torah y la gloria del Evangelio revelado por medio de Mashiaj. Ambos le habían sido presentados a Moisés en el monte. Esa luz divina simbolizaba la gloria de la dispensación de la cual Moisés era el mediador visible – (2 Cor. 3: 7, 11).
∇ – «…Y temieron acercarse a él…» – Vengan y vean cuán grande es el poder del pecado. Hasta antes de que se propasasen [haciendo el égueZ], ¿qué dice la Torá?
La aparición de la gloria de Hashem era como un fuego consu midor en la cima de la montaña ante los ojos de los Hijos de Israel (24:17), mas no temieron ni temblaron. Pero desde que hicieron el éguel jse estremecían y temblaban incluso frente a los rayos de la gloria de Moshé! (Rashi de Sifrí, Naso 1).
∇ – «…Y temieron acercarse a él…» – De aquí se ve la debilidad espiritual de Israel, pues antes del episodio del becerro de oro, el pueblo pudo percibir la Manifestación de la Divinidad que circundaba como un fuego a la montaña ante los ojos de los hijos de Israel, y ahora después de incurrir en idolatría, ya no resisten ni siquiera, el resplandor del «intermediario» de D´s.
Mosheh, portador de la Torah, debió cubrir su rostro con un velo. La Torah misma es fuente de luz recubierta con una suerte de velo, por eso el estudioso de la Torah deberá develar la misma, velo tras velo, para percibir la luz» (Tseror Hammor).
Éxodo 34:31-35 – «Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló. (32) Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que YHVH le había dicho en el monte Sinaí. (33) Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. (34) Cuando venía Moisés delante de YHVH para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. (35) Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios»
Para poder hablar con el pueblo, Moisés tuvo que cubrir su rostro.
∇ vs 31-32 – «Estos versículos contienen la secuencia de la enseñanza de Moshé. Primero le enseñó a Aharón lo que Dios le había ordenado. Luego Aharón se sentaba a su izquierda y los hijos de Aharón entraban. Después de que Moshé les había enseñado a ellos, se sentaban a los flancos de Moshé y Aharón, y Moshé einseñaba entonces a los ancianos. Y luego los mismos se sentaban también a los flancos y todo el pueblo iba entonces a oír la enseñanza (Rashi)»
v.33 – «…Y cuando acabó Moisés de hablar…» – Mientras Moisés le contaba al pueblo «todo lo que YHVH le había dicho» – (vers. 32), su rostro estaba descubierto. Luego con un velo se cubrió el rostro ante la gente. Este velo representa a Yeshua, quien veló su divinidad revestido de humanidad a fin de que pudiera tener comunión con nosotros – (Fil. 2: 5-11). Si el Hijo de Dios hubiese venido con la gloria del cielo, los hombres pecadores no podrían haber soportado su presencia. Pero como Hijo del hombre, pudo asociarse libremente con los pecadores y prepararlos para ser restaurados a la presencia misma de Dios.
∇ – «…Y se puso sobre su rostro un velo…» – Moshé se ponía el velo para salvar al pueblo de la vergüenza de constatar cuánto se habían privado de la cercanía de Dio que ni siquiera se podían acercar a Su profeta (Beer Moshé).
v.34 – «…Cuando venía Moisés…» – Es decir, cuando entraba en el «tabernáculo de reunión» – (cap. 33: 7-10). Cuando salía nuevamente para hablarle al pueblo las palabras de Dios, dejaba su rostro descubierto hasta haber terminado de dar el mensaje. Esa luz santa añadía autoridad divina a su mensaje y daba evidencia permanente de que les hablaba en calidad de representante de Dios. Al igual que la luna, daba testimonio del sol ausente.
v.35 – «…Al mirar los hijos de Israel…» – Luego de dar cada mensaje, Moisés volvía a cubrirse el rostro hasta entrar nuevamente en el «tabernáculo de reunión«. En 2 Cor. 3: 7-18 el apóstol Pablo usa este velo del rostro de Moisés para representar la gloria velada del pacto antiguo en contraste con la gloria descubierta e imperecedera del pacto de nuevo. La gloria de Dios puede ser discernida a través de las Escrituras, aunque a menudo está velada por las imperfecciones de los hombres por medio de los cuales Dios llevaba a cabo su plan. En este pasaje Pablo habla del «velo» que llevaban sobre el «corazón» los israelitas de su tiempo, para representar así su ceguera espiritual al no reconocer a Yeshua de Nazaret como el Mesías de la profecía – (Mat. 15: 24; 23: 16; Juan 9: 39-41). Nuestro Señor encontró dificultad en quitar esta ceguera aun de sus propios discípulos – (Luc. 24: 25).
El que Moisés se hubiera quitado el velo es también símbolo de la manera en la cual el creyente puede mirar «a cara descubierta«, o sea sin velo, «la gloria del Señor» como una promesa de que él también será transformado «de gloria en gloria en la misma imagen» – (2 Cor. 3: 18).
«La gloria reflejada en el semblante de Moisés representa las bendiciones que, por medio de Mashiaj, ha de recibir el pueblo que observa los mandamientos de Dios»
Pablo también explica que Dios puso este velo a los judíos para que las buenas nuevas del Evangelio llegaran a los gentiles – (Rom.11:7-8). Pero llegará el día en que este velo será quitado, y reconocerán que Jesús es el Mesías profetizado en las Escrituras.
Romanos 11:25-27 – «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados»
∇ – «Cuando Moshé enseñaba la palabra de Dios a la gente no usaba el velo, para que nada se interpusiese entre la enseñanza de Dios y el pueblo de Israel. Luego se lo volvía colocar y lo usaba hasta que Dios le hablaba otra vez».
Esta nota masorética significa: Hay 138 versículos en esta Sidra, que corresponden numéricamente a la sigla mnemotécnica חננא»ל -«Dios fue gracioso».
La palabra חננא»ל «Dios fue gracioso» alude a la gracia que expresó al perdonar a Israel por el pecado del Becerro de oro (Rabí David Feinstein).
∇ – «…Se quitaba el velo, hasta salir…» – Ya que no es procedente hablar con el Rey con el rostro cubierto, por eso Mosheh se quitaba el velo y lo hacía también para recibir una luz mayor aún, por tanto repite el versículo y dice: «Y observaban los hijos de Israel el rostro de Mosheh, porque irradiaba la piel del rostro de Mosheh » (Versiculo 35), más que lo que había resplandecido la primera vez» (Tseror Hammor).
WOW…
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Muchas gracias por esta enseñanza. Realmente me edifico grandemente. Tocó mi alma y mi espíritu y senti la unción del Señor.
Gracias por hacerlo en español.
Dios le continúe usando.
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