Jacob bendijo a sus doce hijos proféticamente. De los doce, Judá fue escogido para ser la línea a través de la cual vendría el Mesías:
“Judá, a ti te alabarán tus hermanos… Judá es un cachorro de león… El cetro no se apartará de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shilóh; y a él se juntarán los pueblos”
Es sorprendente que Judá haya sido escogido para ser aquel a quien sus hermanos alabarían, a quien se le promete el Cetro de gobernación y a quien se juntarían las naciones. Judá fue uno de los ocho hermanos que conspiraron para matar al amado hijo de Jacob, José. Tampoco fue moralmente recto con su nuera Tamar, a quien tomó por prostituta y con quien tuvo relaciones sexuales ilícitas.
Habría sido más natural que Jacob escogiera a José, o a Benjamín, su favorito, o tal vez a su hijo mayor Rubén, para impartirle la bendición especial. En el caso de Judá, el misterio de la gracia arrolladora del Señor queda en bajorrelieve. El Midrásh y Rashi comentan que Jacob en realidad quería revelarles a sus hijos el misterio del futuro mesiánico en el de los días, pero se le frustraron sus deseos:
“Rabí Yehudá en nombre de R. Eliezer Bar Avina dijo: A dos hombres se les reveló el fin, pero más tarde se les ocultó; ellos son Jacob y Daniel… Jacob dice aquí: „…para decirte lo que te acontecerá en los últimos días,‟ pero más bien procede a hablar y reprender a Reubén”
De igual manera, el Targúm de Pseudo-Jonatán dice:
“Cuando las doce tribus de Jacob se reunieron y rodearon el dorado caucho de Jacob en el que descansaba, [ellos pensaron que él les revelaría las bendiciones y consuelos finales]; y después que la gloria de la Shejiná del Señor se le había revelado, el tiempo en que el Rey, el Mesías, habría de venir le fue ocultado”
Es claro que surgió esta opinión acerca de Jacob porque él primero declara que les iba a decir lo que sucedería beajarit hayamim (en los últimos días), y en lugar de eso, comienza a reprender a Reubén por ser “inestable como el agua”.
Hay dos posibles explicaciones en cuanto a por qué Jacob trato primero con Reubén, Simeón y Leví, antes de enfocar en Judá. Primero, ellos eran mayores que Judá. Segundo, había necesidad de explicar por qué ellos no fueron elegidos para recibir la gran promesa de traer al Mesías. En cualquier caso, Jacob procedió a revelar los últimos días cuando bendijo a Judá, profetizando que el cetro no se apartaría de Judá hasta que viniera Shilóh, y que las naciones se juntarían a él.
- Shilóh es el Mesías:
Las razones para concluir que Shilóh es otro nombre para el Mesías son muchas. El profeta Ezequiel parece referirse a la profecía del “cetro” y al término Shilóh cuando profetiza:
“La voltearé, voltearé, voltearé, y no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho”
La palabra hebrea para “cuyo es el derecho” es asher-lo, que es básicamente la misma palabra usada en la profecía del cetro para Shilóh. Como el asher-lo de Ezequiel parece ser una referencia al Mesías, es justo asignar una interpretación mesiánica al Shilóh de la profecía de Jacob.
Que Shilóh es el Mesías se refleja en el Targúm arameo de Onkelos donde la frase se vierte: “hasta que venga el Mesías a quien pertenece el reino…”
Similarmente, el Pseudo-Jonatán parafrasea el pasaje:
“hasta el tiempo cuando venga el Rey Mesías…”
El Talmud también da apoyo a la interpretación de que Shilóh era una referencia al Mesías:
“Rabí Yojanán enseñó que todo el mundo fue creado para el Mesías. ¿Cuál es su nombre? La Escuela de Shiló enseñó: Su nombre es Shilóh como está escrito (Gen. 49:10) „Hasta que venga Shilóh y a él se juntarán los pueblos”
La misma exégesis se sigue en los pasajes midráshicos. El Midrásh Rabá de Génesis declara lo siguiente:
“Se agazapa, asecha como un león‟ (Génesis 49:9. Algunos interpretan que significa: „Asecha,‟ esto es, Él esperó desde Sedequías hasta el Rey Mesías”
Similarmente, el Midrásh Tanjumá relaciona el pasaje con el Rey Mesías cuando declara:
“El cetro no se apartará.‟ Esto significa el trono real. …„El legislador de entre sus pies,‟…se refiere al tiempo cuando venga el Rey a quien le pertenece el Reino”
El Yalkut relaciona la palabra Shilóh como una contracción de shai-ladonái, palabras que aparecen en el libro de Isaías significando “regalo del Señor” Éste logra el mismo resultado e interpreta el término Shilóh como relacionado con el Mesías:
“Hasta que venga Shilóh; Él es llamado por el nombre de Shilóh porque todas las naciones están destinadas a traerle obsequios a Israel y al rey Mesías, como está escrito: „En ese día se le traerá el regalo al Señor de los ejércitos”
- Judá legislará hasta que venga el Mesías:
Durante las grandes controversias en la Edad Media entre defensores del judaísmo rabínico y sus oponentes, los creyentes en Yeshúa invocaban el pasaje profético de que “el cetro no se apartará de Judá hasta que venga Shilóh” como prueba del mesianismo de Yeshúa de Nazaret. Mantenían que hubo una continuidad de liderato en Judea hasta que apareció Yeshúa, cuando ya había cesado.
Los eruditos rabínicos mantenían que esto no podía ser, ya que el reino judío había llegado a su fin en el año 586 A.E.C., como 600 años antes de Yeshúa. El argumento de los creyentes, sin embargo, era como sigue:
Judá habría de tener prominencia hasta que viniera Shilóh. Shilóh se interpreta que es el Mesías en el pensamiento y escritos judíos tradicionales. Sedequías fue el último rey de Judá antes del cautiverio babilónico. A él lo cegaron, y mataron a sus hijos.
Pero hubo otro rey judío legítimo en la prisión babilónica durante el cautiverio – Joacim. Él fue liberado de prisión por el rey babilónico. Según la Escritura, uno de los descendientes de Joacím era Zorobabel, el líder de los exiliados que regresaron bajo el rey Ciro. Los exiliados regresados miraban a Zorobabel y sus descendientes para liderato político en Judea. Hubo continuidad de liderazgo hasta la misma destrucción del Segundo Templo. En ese tiempo cesó la autoridad del Sanedrín.
Aún cuando los asmoneos (quienes no eran descendientes de Judá, David, Joacim y Zorobabel), tomaron las riendas del liderazgo judío en el 167 A.E.C., al país se le llamaba todavía Judea. Los asmoneos, sin embargo, no eran los gobernantes en derecho porque eran de un linaje levítico, no davídico ni judío. De hecho, el liderazgo judío religioso denunció la gobernación política de los asmoneos.
La disputa continuó y el liderazgo asmoneo eliminó a 800 fariseos principales. Los que eran fieles a Di-s, que nunca se sometieron a la gobernación ilegítima de los asmoneos sino más bien al cuerpo gobernante judío que ellos reconocían. El cetro, de hecho, no se apartó de Judá ni un legislador de entre “sus pies” sino hasta el año 30 de la E.C., el tiempo cuando Yeshúa de Nazaret fue ejecutado. Interesantemente, los rabinos enseñaban que ocurrieron unos cambios 40 años antes de la destrucción del Templo.
La suerte por el macho cabrío que se sacrificaba dejó de venir a la mano derecha del Sumo Sacerdote como sucedía antes; la vestidura escarlata que se ponían en Yom Kipur no se volvía blanca como ocurría antes; la luz occidental no seguía ardiendo como antes; y las puertas del Templo ya no se abrían por sí solas.
- Las naciones obedecerán al Mesías:
Ve-lo yikhat amím se traduce “y a él se juntarán los pueblos.” El Midrásh Tanjumá concuerda con esta traducción y la relaciona con la profecía sobre “la raíz de Isaí” que dio el Isaías:
“Veló Yikhat Amím‟ significa Aquel a Quien en el futuro las naciones se juntarán, como está escrito en Isaías 11:10 „Una raíz de Isaí que se pondrá por enseña de los pueblos. A él mirarán las naciones”
Otra traducción legítima de la frase Ve-ló yikhat es “a quien los pueblos rendirán obediencia” Esta traducción es consistente con la Biblia de Jerusalén y con los targumím arameos. En armonía con este entendimiento, los goyím (los gentiles) se juntarán y obedecerán al Mesías. Jacob, al pronunciar esta profecía sobre Judá, simplemente se estaba refiriendo a la promesa mesiánica que se le dio a su abuelo Abraham y a su padre Isaac, de que “en tu simiente se bendecirán todas las naciones de la tierra”.
Profetas en siglos posteriores recibieron luz adicional sobre el tema del Mesías que atraería a las naciones. Isaías previó que el Mesías vendría a ser una “señal” para las naciones. Tanto Isaías como el profeta Miqueas esperaban el tiempo cuando “el monte de la casa del Señor se establecería…y todas las naciones fluirán a él”.
Es bueno recordar que a Jonás se le ordenó predicar a los gentiles en Nínive para salvarlos de la ira del Señor. Elohim explica su compasión para con los gentiles en estas palabras:
“¿Y no debía yo perdonar a Nínive, esa gran ciudad?”
Finalmente, el profeta Zacarías esperaba el día de la venidera era mesiánica cuando:
“Sucederá que diez hombres de todos los lenguajes de las naciones tomarán del manto a un judío, se aferrarán de los vestidos de un judío, y dirán: …Iremos con ustedes, porque hemos oído que el Poderoso está con ustedes”