Levítico 9 – Comienzo del servicio sacerdotal

  • Comienzo del servicio sacerdotal:

Al final del capítulo anterior, se les ordenó a Aharón y a sus hijos que permanecieran en la Tienda de Reunión siete días enteros mientras Moshé realizaba el servicio de inauguración, que había empezado el veintitrés de Adar.

Cada día, Moshé erigió el Tabernáculo, realizando él solo todo el servicio y desmantelándolo una vez que lo finalizaba. El período de la inauguración culminó cuando Aharón y sus hijos fueron consagrados como sacerdotes en el octavo día. A partir de ese momento, sólo los sacerdotes resultaban aptos para realizar el servicio del Tabernáculo. Este capítulo empieza el primero de Nisán, el octavo día del servicio de inauguración.

En este día el Tabernáculo fue edificado de manera permanente y los sacerdote asumieron su nueva función. En tal sentido, este capítulo describe el servicio especial que los flamantes sacerdotes realizaron en el día que asumieron su nuevo rango.


Levítico 9:1-5 – «…Llegado el día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel, (2) y dijo a Aarón: Toma un becerro en sacrificio por el pecado y un carnero para holocausto, sin defecto, y hazlos aproximar ante YHVH. (3) Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Tomad de entre los chivos un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, y un becerro y un cordero añal y sin defecto para el holocausto, (4) y un novillo y un carnero para las ofrendas de paz que inmolaréis ante YHVH, y una ofrenda vegetal amasada con aceite, porque hoy YHVH será visto por vosotros. (5) Llevaron al frente de la tienda de reunión lo que Moisés había ordenado, y toda la asamblea se acercó, y permaneció de pie ante la presencia de YHVH…»

vs.1- «…En el día octavo…» – Ya habían transcurrido los siete días de la consagración, y había llegado el momento cuando Aarón debía ofrecer su primer sacrificio. Antes de este momento él no había realizado ningún servicio estrictamente sacerdotal en favor del pueblo.

Su instrucción había sido completa, pero debe haber sentido cierta ansiedad al enfrentarse con este día de prueba. Moisés llamó a Aarón, a sus hijos y a todos los ancianos del pueblo para que se presentasen con los sacrificios requeridos y comenzasen su obra. Mientras tanto, todo el pueblo se acercó y se puso delante de YHVH.

El octavo día que sigue a un período de siete días es un día especial en la Escrituras:

  • El día de la circuncisión de los niños varones.
  • El octavo día después de la fiesta de sucot, llamado sheminí astseret.
  • Como un día representa mil años, el octavo día simboliza el octavo milenio después de la creación del hombre, cuando serán introducidos los nuevos cielos y la nueva tierra y el Reino del Eterno.

– “…Los sabios enseñan que el vocablo ויהי (fué) frecuentemente indica que la narrativa en cuestión se encuentra entrelazada con elementos trágicos o luctuosos (Meguilá 10b). ¿Qué tristeza podría haber habido en ese festivo primero de Nisán? Rabí Israel de Rizhin destaca el comentario de Sforno en el sentido de que hasta el pecado del Becerro de Oro no hubo necesidad de un centro físico donde se concentrara la santidad, pues todos los israelitas eran dignos de que la Presencia Divina habitara entre ellos. Sin embargo, después de esa estrepitosa calamidad nacional, se hizo necesario edificar un Tabernáculo para que la Shejiná residiera en él.

Desde esa perspectiva, entre efecto fue triste llegar a la necesidad de que se inaugurase el Tabernáculo, debido a que la alegría del festejo se entremezcló con el reconocimiento de que el pueblo había perdido la oportunidad de llegar a un nivel de santidad incluso más elevado…»

– “…Y a los ancianos de Israel…» – A pesar de que el mandato de traer las ofrendas enumeradas a continuación estuvo dirigido sólo a Aharón, Moshé quiso que los ancianos oyeran por sí mismos que Aharón había sido elevado al puesto de Cohén Gadol por Dios y que no se había apropiado del mismo (Rashí), así como tampoco le había sido concedido por su hermano por nepotismo».

– “…Este versículo es la continuación lógica de Levítico 8:33, donde leímos que Moshéh había pedido a Aharón y a sus hijos, los sacerdotes, pennanecer en la Tienda de Reunión siete días, hasta finalizar el período de aprendizaje e investidura. Por lo tanto este día, según los Midrashím, corresponde al primer día del mes de Nisan, cuando en realidad fue erigido el ‘משכן «, «mishcán» -Tabernáculo- Véase Éxodo 40:2). El Talmud y los Midrashím recalcan la importancia de este día, diciendo en un lenguaje sublime que: «este día había recibido diez coronas:«עשר עטרות », -heser hatarot-«.

Los exégetas alegoristas y los místicos interpretan el número ocho como la iniciación de algo sublime, ya que se produce después de culminar un ciclo de siete (días). En realidad, ocurrirá por primera vez que los hijos de Israel cometerán la función del culto a D’s. Esto aveces puede ser motivo de error o incluso distorsión; pues, ¿cómo puede relacionarse el hombre con D’s «inmaterial e incorpóreo» por medio de lamentos culturales materiales? Tal vez, como respuesta a eso, la Toráh nos relata en Levítico 1: 24 que: «Salió un fuego de ante Adonai y consumió sobre el altar el holocausto y los seos. Lo vio todo el pueblo, prorrumpió en alegría se prosternaron con su rostro a tierra». Posiblemente esto quiera indicar el aspecto inmaterial de la Revelación Divina a través del elemento fuego que «desciende» en contra de su propia naturaleza física. Es por eso, también, que los profetas verán en sus visiones el elemento fuego: desde Moshéh en la zarza ardiente . (Éxodo 3), pasando por Irmiahu, quien compara la misma Palabra de D’s al fuego (Jeremías 23:29) y culminando con la visión de Iehezkél en el capítulo 10 de su libro, donde describe profusamente las formas que tomaba el elemento fuego (Ezequiel 1:27). No olvidemos tampoco que la misma Toráh ha sido comparada al fuego, que ilumina y purifica.

En otro orden de cosas, ya hemos comentado en los capítulos anteriores el significado esencial de las distintas categorías de «קרבנות», «korbanót» -sacrificios rituales…»

vs.2 – «…y dijo a Aarón: Toma un becerro en sacrificio por el pecado y un carnero para holocausto…» –

Estos son los pasos a seguir para poder experimentar la gloria de HaShem:

  • “Esto es lo que HaShem ha mandado” – el estudio de la Torá.
  • “que hagáis” – la obediencia a la Torá con motivos correctos.
  • “La gloria de YHVH se aparezca a vosotros” – el resultado de los dos primeros.

– «…Un novillo…» – Dios ordenó que la ofrenda por pecado de Aharón fuera un novillo, para mostrar que con su sacrificio se le concedería el perdón a Aharón por haber participado en el pecado del Becerro de Oro (Rashi)».

– «…Son varios los exégetas que coinciden en que este becerro, que había de ser sacrificado por Aharón, indica la expiación obtenida o a obtener por Aharón por el episodio del becerro de oro, del cual Aharón mismo había sido protagonista (Rashi, Rabbenu Behayéh y Abarbanel, entre otros). Esto indica que la jerarquía espiritual no confiere privilegios a los que la poseen sino que, más bien, les exige pureza rigurosa en sus acciones’ y actitudes, y es por ello que Aharón tendrá primero que expiar su error antes de hacerlo por la comunidad. .. קשט עצמך ואחרכך ,קשט אחרים «, «kashét hatsmejá veahar caj kashét ahérim» -ornamenta tu propia vestimenta y después exige la ornamentación a los demás…»

vs.3 – «…Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Tomad de entre los chivos un macho cabrío para el sacrificio por el pecado…»

– «…El versículo no especifica a quién se le ordena decir esto a los Hijos de Israel. Rambán propone tres alternativas: a) Se le concedió el honor a Aharón para que aumentase su prestigio; b) Moshé le ordenó a todos los presentes, como asimismo a Aharón y a sus hijos, hablarle al pueblo (mas formuló esa orden en singular debido a que cada uno de ellos detentaría la responsabilidad individual de transmitir el mandato al pueblo); c) Moshé le dijo a cada uno de ellos lo que iba a hacer, es decir, después de ordenarle a Aharón que preparara su ofrenda (v. 2), ahora les ordenó a los ancianos que dispusieran lo necesario para traer las ofrendas de la nación…»

– «…Un chivo como ofrenda por pecado…» – La ofrenda por pecado del pueblo era un chivo, mientras que la de Aharón era un novillo (v. 2). Targum lonatán comenta que la ofrenda de Aharón expió por el pecado del Becerro de Oro, en tanto que la del pueblo expió por la venta de Iosef. En tal sentido, puesto que esos pecados nacieron de causas distintas, los diferentes animales que la Torá ordenó tomar reflejaban los defectos de carácter que causaron dichos pecados, los que a su vez requerían expiación. Cuando el pueblo exigió que Aharón les fabricase un “dios” para tomar el lugar de Moshé, ello evidenciaba que su dependencia en él era excesiva, pues pensaron que no podían sobrevivir sin Moshé o sin algo que lo suplantara, y en consecuencia Aharón les hizo un becerro, animal que siempre sigue a su madre con sumisión. Mas en el caso de la venta de Iosef, el acto denotaba una actitud de rebeldía porque expresó que se habían negado a aceptar la autoridad que ejerció laacov al designar a Iosef como jefe de la familia, comportándose como chivos atrevidos -por lo cual ese animal debía ahora expiar por su pecado (Rabí IosefDov Soloveltchlk)».

vs.4 – «…YHVH será visto por vosotros…» –

– «…La intensidad con que la Shejiná [Presencia Divina] se les aparecería gracias a sus ofrendas quedó en evidencia por el hecho de que descendió un fuego Celestial, el que representaba la manifestación de Dios en el seno del pueblo (Rashbam, v. 24)».

– «…Para que la Divinidad esté en la obra… de vuestras manos» (Rashi). Quiere decir: que el fuego que descenderá del cielo y consumirá estos sacrificios indicará una aquiescencia Divina con el culto ofrecido por los hombres. Esto será condición inexorable en lo sucesivo para que el culto sea significativo לרשון לפני השם «. «leratsón lifné Hashém» -de agrado para la Voluntad de D’s-. Lamentablemente, en el curso de la historia, hemos visto cómo los hombres han tergiversado cínicamente el culto a D’s, convirtiéndolo en manifestaciones a veces multitudinarias, incapaces de despertar o desarrollar la espiritualidad esencial de los seres humanos…»

vs.5 – «…y toda la asamblea se acercó…» –

– «…No se le había ordenado al pueblo que se acercase, mas cuando se dieron cuenta de que Dios estaba dispuesto a aceptar su ofrenda para expiar por sus pecados, se reunieron con espontaneidad y alegría (Sífrá)».


Levítico 9:6-9 – «…Y Moisés dijo: Esta es la palabra que YHVH ha ordenado que hagáis para que la gloria de YHVH se os aparezca. (7) Luego Moisés dijo a Aarón: Acércate al Altar, y prepara tu ofrenda por el pecado y tu holocausto, y haz expiación por ti y por el pueblo, y haz luego la ofrenda del pueblo, y ofrece expiación por él, tal como ordenó YHVH. (8) Entonces Aarón se acercó al Altar y degolló el becerro de la ofrenda por el pecado correspondiente a él mismo. (9) Los hijos de Aarón le acercaron la sangre, y mojando su dedo en la sangre, tocó los cuernos del Altar, y el resto de la sangre la derramó al pie del Altar…»

vs.6 – «…Y Moisés dijo…» – Estos son los pasos a seguir para poder experimentar la gloria del Eterno:

  • “Esto es lo que Dios ha mandado” – el estudio de la Torá.
  • “que hagáis” – la obediencia a la Torá con motivos correctos.
  • “La gloria de Dios se aparezca a vosotros” – el resultado de los dos primeros.

– «…Y dijo Moshé: «Esto es lo que…» – Refiriéndose a este servicio, Moshé pronunció esas palabras para asegurarle al pueblo que la gloria de Hashem se les aparecería en este día gracias a la realización inaugural del servicio por parte de Aharón (Rashi). Moshé le dijo al pueblo que, luego de que llevasen a cabo el mandato de Dios, se manifestaría Su gloria ante ellos.

Vemos que este concepto es fundamental en la fe hebrea: primero debe dedicarse a obedecer la voluntad de Dios y sólo entonces beneficios de magnitud insospechada resultarán de ello. Por ejemplo, al partirse el mar de Juncos, los israelitas se lanzaron a las aguas y, como recompensa a su fe, Dios les hizo milagros sin precedente y asimismo Se les reveló de una manera más elevada que la que experimentó incluso el profeta lejezkel. De igual modo, esa fue la resolución que mostró el pueblo al declararle a Moshé que estaban dispuestos a realizar los mandamientos incluso antes de saber lo que Dios les ordenaría (Shemot 24:7; Shabat 88a).

Ello es así porque, una vez que el creyente expresa confianza en Dios, Dios será recíproco con él, bendiciéndolo en múltiples sentidos (Rabí Aharón Kotler)».

vs.7 – «…Luego Moisés dijo a Aarón: Acércate al Altar, y prepara tu ofrenda por el pecado y tu holocausto…» – Por segunda vez Moises le dice a Aharón que presente su ofrenda. Esto nos hace pensar que Aharón estaba dudando y por eso no se atrevía a acercarse al altar. Moises le anima de nuevo para que tome su lugar como el gran sacerdote y haga su trabajo.

Esta Escritura nos enseña que no debemos avergonzarnos demasiado por nuestros pecados, sabiendo que Dios ha provisto con un sacrificio perfecto para que podamos tener acceso al servicio sagrado delante de Él. El Eterno había perdonado a Aharón. Es posible que él haya tenido mala conciencia y vergüenza por su gran pecado. Pero esta escritura resalta la gran misericordia de YHVH al permitir a un gran pecador ocupar el puesto más alto de la nación. Aharón es un hermoso ejemplo del perdón de YHVH.

Querido lector, si te has arrepentido de todos tus pecados, entre los cuales, posiblemente, algunos hayan sido muy graves en los ojos de YHVH, y si has confesado tus pecados pidiendo perdón y puesto que confianza en la misericordia de Dios, puedes estar seguro de que Él te haya perdonado, como está escrito en 1 Juan 1:9:

“…Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad…”

También está escrito en Jeremías 31:34b:

“…perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado…”

Este texto nos enseña que cuando El Eterno perdona, también hace olvidar nuestro pecado. Sin embargo, conforme uno va creciendo en el espíritu se da cuenta de la gravedad de los pecados que uno ha cometido en el pasado, como está escrito en el Salmo 25:7:

“…No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones; acuérdate de mí conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh YHVH…”

El hecho de recordar el pecado de la juventud viene del Espíritu de Dios que nos va instruyendo acerca de todas las cosas. Al principio cuando uno se arrepiente de los pecados, no es realmente consciente de la gravedad de ellos. Por eso, cuanto más madurez espiritual haya en una persona, más pecador se considera al mirar hacia atrás, avergonzándose por lo que ha hecho. Esto viene del Espíritu.

¿Pero no dice la Escritura que YHVH nunca se acordará más de los pecados, según el pacto renovado?

Sí, es cierto, Él se hace olvidar nuestros pecados en el sentido de que nunca, nunca nos los recuerda en la cara con el fin de humillarnos o hacernos sentir culpables. Eso es lo que hace el acusador, satán. Cuando YHVH perdona, lo hace de verdad, y nos considera como si nunca hubiéramos cometido esos pecados.

Sin embargo, por el otro lado hay un crecimiento en la conciencia del pecador arrepentido acerca de la gravedad de lo que ha cometido, no para condenar o avergonzar, sino para enseñarlo acerca de la inmensa misericordia de YHVH y el resultado poderoso de la redención del Mesías. El Espíritu de YHVH también nos hace recordar lo que hemos hecho para que no nos enorgullezcamos sino nos mantengamos humildes.

¡Nunca te olvides de dónde te sacó Dios!

Este proceso de concienciación de la gravedad del pecado cometido en la juventud, se puede ver en la vida del Apostol Pablo, como está escrito en 1 Corintios 15:9:

“…Porque yo soy el más insignificante de los emisarios, que no soy digno de ser llamado emisario, pues perseguí a la congregación de Dios…”

Esta es una de las primeras cartas del apóstol. Más adelante vemos como la conciencia de la gravedad de su pecado ha aumentado. Ya no habla de sí mismo como el más insignificante de los apóstoles, sino como el más pequeño de todos los santos, según está escrito en Efesios 3:8:

“…A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas del Mesías…”

Al final de su vida habla de sí mismo como el más grande de los pecadores, no por lo que estaba haciendo en ese momento como creyente maduro, sino por lo que había hecho en su juventud, como está escrito en 1 Timoteo 1:15-16:

“…Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: El Mesías Yeshúa vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. Sin embargo, por esto hallé misericordia, para que en mí, como el primero, Yeshúa el Mesías demostrara toda su paciencia como un ejemplo para los que habrían de creer en él para vida eterna…”

Ciertamente nuestros pecados han sido borrados y perdonados por la muerte del Mesías, representada en los sacrificios de pecado. Pero conforme vayamos creciendo espiritualmente entendemos cada vez más la gravedad de lo que hemos hecho. Entonces surge en nosotros una inmensa gratitud que produce una alabanza eterna a YHVH por la obra salvadora mediante el Mesías que nos ha alcanzado.

– «…Aharón estaba sobrecogido de emoción y además le avergonzaba acercarse al Altar [debido al papel que desempeñó en la fabricación del Becerro de Oro]. Mas Moshé lo animó diciendo: “¿Por qué te avergüenzas? ¡Es para ello [para desempeñar las funciones de Sumo sacerdote] que has sido designado!” (Rashi). Deguel Majané Efraim comenta homiléticamente: “Es precisamente porque posees la cualidad de ser ruboroso que has sido elegido, pues Dios desprecia a los arrogantes».

– «…Y en aras del pueblo…» – La ofrenda personal de Aharón era para lograr tanto su propia expiación como la del pueblo, ya que no es posible lograr expiación por otros a menos que se esté libre de pecado (Bava Metzía 107b). Solo hasta que Aharon hubo logrado expiación por si mismo pudo traer las ofrendas comunales enumeradas en el versículo 3 (Ibn Ezra)».

– «…Ya que durante los siete días de» מלואים «, «miluim» -investidura- era Moshéh el que ofrecía estos sacrificios y ahora había llegado el momento en el cual Aharón debía asumir sus funciones como כהן, «cohén» -sacerdote (Hizekuni), Cabe recalcar que en el futuro, el profeta estará prácticamente separado de las funciones cultuales del כהן, «cohén» sacerdote-. Hallaremos una gran excepción a esta regla, en lo que al profeta Eliahu se refiere. cuando en una polémica con los profetas del Banal ofreció sacrificios rituales. Los Sabios del Talmud lo explican como una emergenci8 coyuntural. (Véase el pasaje bíblico en 1 Reyes, Capítulo 18)»:


Levítico 9:10-15 – «…Después hizo quemar sobre el Altar la grosura, los riñones y la grosura del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como YHVH había ordenado a Moisés, (11) pero la carne y el cuero los quemó a fuego fuera del campamento. (12) Seguidamente degolló el holocausto, y los hijos de Aarón le acercaron la sangre, la cual salpicó en derredor sobre el Altar. (13) Después le acercaron el holocausto, trozo por trozo con la cabeza, y los hizo quemar sobre el Altar. (14) Lavó también las entrañas y las patas y los hizo quemar con el holocausto en el Altar. (15) Luego hizo acercar la víctima del pueblo, y tomando el macho cabrío del sacrificio por el pecado del pueblo, lo degolló y, como el primero, lo ofreció por el pecado…»

vs.10 – «…tal como YHVH había ordenado …» – Todo esto fue observado con interés por Moisés. Era él quien había recibido las comunicaciones del Señor y quien había instruido a Aarón y a sus hijos en lo que debían hacer. Ahora observaba para ver que todo se hiciese según las instrucciones de Dios. Aarón hubiera cometido un grave error si hubiese rociado la sangre de la ofrenda por el pecado sobre el altar y alrededor de él.

Eso no debía hacerse nunca. La sangre de la ofrenda por el pecado debía ser puesta sobre los cuernos del altar. Por otra parte, hubiera sido una equivocación grave poner la sangre del holocausto sobre los cuernos del altar.

Nunca debía hacerse así. La sangre del holocausto siempre era rociada sobre el altar y alrededor de él. El simbolismo exigía que todo debía hacerse exactamente como Dios lo había prescrito. Aarón pues no se equivocó.

– «…Hizo que se elevasen en humo…» – No hubo fuego permanente en el Altar sino hasta que el fuego descendió del Cielo (vs.24), y consumió las partes sacrificiales. Al respecto, el sentido de este vocablo en nuestro versículo es que Aharón las puso en la pira para que estuviesen listas para ser incineradas cuando el fuego Celestial descendiese sobre el Altar (Rashbam al v.13; Haamek Davar)».

vs.11 – «…pero la carne y el cuero los quemó a fuego fuera del campamento...» –

– «…Quemó…» – Normalmente las únicas ofrendas por pecado que eran quemadas fuera del campamento eran las ofrendas por pecado cuya sangre era salpicada dentro del Santuario (4:1-21; 16:27). Las únicas excepciones a esta regla eran esta ofrenda por pecado y las de los siete días de inauguración, las que fueron quemadas fuera del campamento a pesar de que todo el rito de la sangre se había realizado en el Altar exterior (Rashi).

Cabe preguntarse, ¿por qué estas ofrendas fueron quemadas del todo? La respuesta es que habían sido, por lo menos en parte, para expiar por la parte que le cupo a Aharón en el pecado del Becerro de Oro. Por ello, hay que decir que al ordenar que todo, incluso la piel, fuese quemado de tal manera que no quedase ni rastro de esto, Dios le insinuó al pueblo de Israel que el pecado de Aharón había sido perdonado del todo (Siftei Cohén)».

vs.15 – «…La ofrenda del pueblo…» – Luego de haber concluido los sacrificios hechos en beneficio propio, Aarón prosiguió con el ritual de las ofrendas del pueblo. El procedimiento era algo diferente del que se había de seguir posteriormente, pues ésta era la primera vez en que Aarón oficiaba en favor del pueblo. Regularmente, la ofrenda por el pecado del pueblo consistía en un becerro (cap. 4: 14), y su sangre debía ser llevada al primer compartimento del santuario (cap. 4: 17, 18); pero en este caso la ofrenda por el pecado fue un macho cabrío. Salvo en el día de la expiación, la sangre de un macho cabrío no era llevada al santuario. Aarón había recibido instrucciones definidas en cuanto a la ofrenda del día, y siguió esas instrucciones. Todo se hizo como Moisés lo había mandado, sin error.


Levítico 9:16-21 – «…Después ofreció el holocausto, e hizo según la ordenanza. (17) Presentó asimismo la ofrenda vegetal, y llenando su mano, la hizo quemar sobre el Altar, además del holocausto de la mañana. (18) Después degolló el novillo y el carnero como sacrificio de ofrendas de paz por el pueblo. Y los hijos de Aarón le acercaron la sangre, que él roció sobre el Altar, en derredor. (19) Y las grosuras del novillo y del carnero: la cola gorda, la grosura que cubre las vísceras, y los riñones, y la grosura del hígado, (20) las pusieron con las grosuras de los pechos, e hizo consumir las grosuras sobre el Altar. (21) Pero los pechos y la espaldilla derecha los meció Aarón como ofrenda mecida ante la presencia de YHVH, tal como Moisés había ordenado…»


  • La bendición de Aharón y la Presencia Divina:

Habiendo terminado su primer día del servicio sacrificial, Aharón -lleno de dicha- bendijo al pueblo por medio de la Bircat Cohanim -bendición sacerdotal-, por vez primera. Aharón tenía un deseo virtualmente irrefrenable de bendecir al pueblo, porque tal es la generosa y amorosa naturaleza de Aharón y sus descendientes. Como recompensa, Dios les dio a los sacerdotes el mandato eterno de conferir la bendición sacerdotal sobre el pueblo.

Levítico 9:22-24 – «…Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y los bendijo, y descendió de sacrificar la ofrenda por el pecado, por el holocausto, y por las ofrendas de paz. (23) Y Moisés entró con Aarón en el Tabernáculo de Reunión. Cuando salieron y bendijeron al pueblo, la gloria de YHVH apareció ante todo el pueblo. (24) Y de la presencia de YHVH salió fuego y consumió el holocausto y la grosura que estaba sobre el Altar. Al ver esto, todo el pueblo gritó de gozo y se postraron sobre sus rostros…»

vs.22 – «…Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y los bendijo…» – Aquí vemos como Aharón bendijo al pueblo. Según Rashí, él usó las palabras de la bendición de los sacerdotes, en hebreo bircat kohanim, que se encuentran en Números 6:24-26, como está escrito:

“…YHVH te bendiga y te guarde; YHVH haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; YHVH alce sobre ti su rostro, y te dé paz…”

Sin embargo Najmánides opina que no fue la misma bendición.

– «…El los bendijo pronunciando la» ברכת כהנים», «bircat cohaním» -bendición de los cohaním- cuyo texto dice: «Te bendiga Adonai y te guarde. Te ilumine Adonai con Su presencia y te conceda Su gracia. Se tome Adonai hacia ti y te conceda la paz» (Números 6:24-26) (Rashi). Esta bendición, llamada por los Sabios de Israel también» נשיאת כפים «, «nesiat capaim» -la elevación de las manos- perdura hasta el día de hoy; así veremos que en las sinagogas tradicionales, los cohaním presentes en la misma se acercan hasta el» היכל «, «hejal» o» ארון -הקדש «, «Arón hakódes- arca donde están depositados los rollos de la Toráh- se recubren con el talet, elevan sus manos y dirigidos hacia la congregación, pronuncian esta misma bendición conducidos por el «שליח -צבור», «shelíah tsibúr» -oficiante-, que les hace repetir palabra por palabra.

Con anterioridad, los cohaním que se aprestan a pronunciar esta bendición deben descalzarse y hacer una ablución ritual de sus manos נטילת ידים, «netilát iadáim», asistidos por algún Levi que esté presente también en la sinagoga. Por supuesto, esta bendición es una invocación a D’s para que El conceda Su bendición y protección a nuestros prójimos. Por último, de acuerdo con la Halajáh, esta bendición debe ser pronunciada exclusivamente en idioma hebreo…»

– «… — y elevó Aharón sus manos…» – Este es el origen de la regla de que los Cohanim deben elevar sus manos al bendecir a la congregación (Sotá 38a)…»

– «… — Y los bendijo…» – Aharón pronunció la bendición sacerdotal (Rashi). Cabe señalar que, aunque tal bendición no había sido consignada aún en la Tora, pues no está escrita sino hasta Bamidbar 6:24-27, ya había sido enseñada a os é, quien a su vez la enseñó a Aharón».

vs.23 – «…Y Moisés entró con Aarón en el Tabernáculo de Reunión. Cuando salieron y bendijeron al pueblo, la gloria de YHVH apareció ante todo el pueblo…» – El Eterno había prometido mostrar su gloria en ese día. Pero a pesar de que Aharón había cumplido todo lo que le tocaba hacer y luego bendecía al pueblo, no vino la gloria de YHVH. En ese momento pudo haber dudado del perdón de YHVH y si realmente había cumplido con lo establecido en cuanto a cada sacrificio. También podía haber dudado si realmente valía para el puesto de gran sacerdote sobre la nación de Israel.

¿Por qué la gloria no se mostró cuando Aharón había hecho todo, sino sólo cuando Moshé y Aharón juntos bendijeron al pueblo?

Rashí presenta dos razones por las cuales Moshé le acompaño a Aharón al lugar santo:

  • Entraron en el tabernáculo para que Moises le enseñara cómo quemar el incienso.
  • Entraron en el tabernáculo para suplicar juntos que HaShem enviara su shejiná, su presencia manifestada.

La gloria de Dios vino sólo cuando los dos hermanos se unieron para bendecir al pueblo, juntos. Primero habían estudiado la Torá. Luego habían obedecido la Torá. Habían ofrecido los sacrificios prescritos. Pero todavía no había aparecido la gloria de Dios. Esto nos enseña que lo único que finalmente puede traer la gloria de Dios sobre nosotros es la unidad de los hermanos. El Salmo 133 destaca la relación que hay entre la unidad y la unción sacerdotal, como está escrito:

“Hine ma tov…”

“…Cántico de ascenso gradual; de David. Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aharón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. Es como el rocío de Jermón, que desciende sobre los montes de Tsion; porque allí mandó YHVH la bendición, la vida para siempre…”

Canción del Salmo 133

Tenemos varios ejemplos en las Escrituras de hermanos en la carne que sirven a Dios juntos de una manera poderosa: Moshé y Aharón, Efrayim y Menashé, Pedro y Andrés, Yaakov y Yojanán, Yaakov y Yehudá (dos de los hermanastros de Yeshúa).

Si Moshé y Aharón no hubieran tenido esa unidad, no se hubiera manifestado la shejiná de Dios en ese día. Esto nos enseña que si no estamos viviendo juntos en armonía, no va a venir la shejiná sobre nosotros.

En Santiago 4:1 está escrito:

“…¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?…”

Este texto nos da la clave para entender la causa de las guerras y conflictos entre los hermanos, son las pasiones. Las pasiones egoístas son las que causan las disensiones entre hermanos.

En 1 Corintios 3:3 está escrito:

“…porque todavía sois carnales. Pues habiendo celos y contiendas entre vosotros, ¿no sois carnales y andáis como hombres?…”

Vemos que los celos y las contiendas son producidos por la carne. La solución para este tipo de conflictos es andar en el espíritu, alimentar el espíritu para que el fruto del espíritu pueda dominar sobre los deseos malos de la carne.

1ª Corintios 13 habla del carácter del Mesías en nosotros. Allí vemos como el amor es la solución para los conflictos, como está escrito en los versículos 4-7:

“…El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta…”

– «…Les dijeron: «Sea el deleite de Adonai nuestro D’s por sobre nosotros (Salmos 90:17) y sea la Voluntad de D’ s que se pose la Divinidad en la obra de vuestras manos.». (Rashi).

– «…Y vinieron Moshé y Aharón…» – ¿Por qué entraron a la Tienda de Reunión? Rashí, citando a Sifrá, brinda dos posibilidades: a) Moshé le enseñaba a Aharón el procedimiento de quemar incienso, en el Altar interior; b) Cuando Aharón vio que la Sejiná no se había aparecido sobre el Tabernáculo a pesar de lo prolongado del servicio inaugural, se preocupó y se culpó a sí mismo diciendo: «Se que Dios está enojado conmigo [debido al pecado del Becerro de Oro] y es por mi causa que la Shejiná no se manifiesta a Israel». Por ello, se dirigió a Moshé y le dijo: «Moshé, hermano mío, ¿qué me has hecho que me instaste a realizar ese servicio y ello ahora me acarrea humillación?. Inmediatamente Moshé entró [a la tienda de reunión] con él y ambos suplicaron misericordia, ante la cual la Shejiná se le apareció a Israel».

vs.24 – «…Y de la presencia de YHVH salió fuego y consumió…» – La gloria de Dios se manifestó como un fuego consumidor. Él mostró con esto que estaba muy contento con el sacrificio de Aharón. Por esto aprendemos que el corazón de Aharón estaba entregado a el Eterno, porque él no recibe los sacrificios de los impíos, como está escrito en Proverbios 15:8:

“…El sacrificio de los impíos es abominación a YHVH, mas la oración de los rectos es su deleite…”

En Proverbios 21:27 está escrito:

“…El sacrificio de los impíos es abominación, cuánto más trayéndolo con mala intención…”

En Eclesiastés 5:1 está escrito:

“…Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los necios, porque éstos no saben que hacen el mal…”

El fuego de YHVH cae sobre los sacrificio que son hecho con corazones enteramente entregados a Él, como está escrito en 1 Reyes 18:38:

“Entonces cayó el fuego de YHVH, y consumió la ofrenda de ascensión, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja…”

En 1 Crónicas 21:26 está escrito:

“Entonces David edificó allí un altar a YHVH, y ofreció ofrendas de ascensión y ofrendas de paz. E invocó a YHVH, y Él le respondió con fuego del cielo sobre el altar de la ofrenda de ascensión…”

En 2 Crónicas 7:1 está escrito:

“Y cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego desde el cielo y consumió la ofrenda de ascensión y los sacrificios, y la gloria de YHVH llenó la casa.”

En Hechos 2:3 está escrito:

“...y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos…”

Si queremos experimentar la gloria del fuego de Dios en nuestras vidas es necesario darnos como sacrificios de ascensión, con corazones totalmente entregados. Donde no está el fuego celestial es donde no hay entrega total. Donde no hay entrega total no está el fuego celestial.

“…todo el pueblo aclamaron y cayeron sobre sus rostros…” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “aclamó” es ranan. Según el Targum de Onkelós, citado por Rashí, significa que aquí el pueblo cantó alabanzas. Sin embargo Ibn Ezrá entiende esta palabra como “alzar la voz”.

Aquí está escrito que cayeron sobre sus rostros. Esto nos enseña que cuando la shejiná viene con poder, el hombre cae al suelo – (Daniel 10:8-9; Juan 18:6; Hechos 26:14). En algunos casos se puede quedar ciego, como ocurrió con el shaliaj Shaúl en el camino a Damasco – (Hechos 9).

– «…Y salió un fuego de delante de Hashem…» – El fuego descendió en forma de columna desde el Cielo a la tierra (Sifrá), yendo primero hacia el Sanctasanctórum, de ahí hacia el Altar de oro, y luego hacia el Altar exterior, haciendo que las partes sacrificiales se elevasen en humo (Rashbam)».

– «…Cayeron sobre sus rostros – Además del milagro del fuego, el pueblo se dio cuenta de la naturaleza milagrosa del hecho de que ¡toda la nación estaba -de alguna manera- presente en el área de cincuenta codos cuadrados del Patío frente al Tabernáculo, habiendo espacio para todos! Por ello, se prosternaron en asombro y gratitud, ¡y además cada uno tuvo para sí cuatro codos de espacio para poder hacerlo! De inmediato, se apoderó de ellos un espíritu de santidad y prorrumpieron en cánticos de alabanza a Dios (lalkut)».


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Levítico)

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