Cuando Adán y Eva fueron creados, eran perfectos. No había mal en ellos – (Diseño original).
En el Jardín del Edén no había tentación, más que una: el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.
Génesis 2:16-17 – «Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, (17) pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás»
En un momento en que Eva y Adán estaban separados, la serpiente antigua, Satanás, engañó a la mujer |
i. El nombre de Eva viene del hebreo חַוָּה (Hava = Vida) Según Genesis 3:20, YHVH le dio este nombre porque era la fuente de todo lo vivo. La palabra hebrea חַוָּה esta relacionada con el suspiro, de ahí también viene el nombre de הָ֫בֶל (Havel = Abel). La relación entre respiro y vida es muy común en la Biblia. Según textos judíos Eva ( חַוָּה pronunciose Java) significa “fuente de vida”. No tiene vínculos con Abel (הָ֫בֶל pronunciose Evel, con la primera “e” un poco aspirada) que significa “vanidad” – (Eclesiastes 1:2).
i. Adán viene del Hebreo עָדַן (Adam = «hombre», «rojizo», «sangre», o bien «hecho de tierra») Posible combinación de las palabras «ha adam» -terreno- y «ha adama» -rojizo. Nombre del primer hombre, En la Biblia también encontramos el Ben Adam – Literalmente significa “Hijo de Adán”, o sea “Ser humano”
- La serpiente:
Génesis 3:1 – «Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto?»
«…Y la serpiente era más astuta…» – La serpiente es presentada como una criatura más astuta que otros animales. La palabra «astuto«, ‘arum, se usa en la Biblia unas pocas veces para indicar una tendencia desfavorable de carácter – (Job 5: 12; 15: 5), con el significado de ser «diestro» o «hábil«; pero generalmente se la usa en el sentido favorable de ser prudente – (ver Prov. 12: 16, 23; 13: 16; 14: 8, 15, 18; 22: 3; 27: 12).
Este último significado favorable pareciera preferible aquí pues la serpiente era uno de los seres creados que Dios había declarado «bueno«, y hasta «bueno en gran manera» – (Gén. 1: 25, 31). El mal carácter de las serpientes de hoy es un resultado de la caída y maldición subsiguiente y no una característica de
ese animal cuando fue creado.
La objeción de que la serpiente no era un animal verdadero, sino un ser sobrenatural, difícilmente necesita una refutación seria en vista de la declaración explícita de que era, ciertamente, un animal. Sin embargo, todas las Escrituras aclaran ampliamente que la serpiente misma no fue responsable de la caída del hombre sino Satanás – (ver Juan 8: 44; 2 Cor. 11: 3, 14; Rom. 16:20). Con todo, Satanás, en un sentido figurado, ocasionalmente es llamado serpiente porque usó de ella como un medio en su intento de engañar al hombre (ver Apoc. 12: 9; 20: 2).
Fue la astucia de Satanás lo que lo llevo al éxito en contra de Eva:
2 Corintios 11:3 – «….como la serpiente engañó a Eva con su astucia…»
En Ezequiel 28:13-19 nos dice que Satanás estaba en el Edén. Muchos otros pasajes asocian a una serpiente o una criatura con forma de serpiente con Satanás (como Job 26:13 y 51:9 Isaías). Apocalipsis 12:9 y 20:2 habla del dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás.
La representación de Satanás como una serpiente hace que la idea de que Moisés salvo a Israel al levantar una serpiente de bronce sea un tanto provocativa – (Números 21:8-9), sobre todo cuando Jesús se identifica con esa serpiente – (Juan 3:14). Esto es porque en esta imagen, la serpiente (una personificación del pecado y la rebelión) es de bronce (un metal asociado con el juicio, ya que se realiza con fuego). El levantamiento de una serpiente de bronce es el levantamiento de pecado juzgado, en la forma de una cruz.
Ezequiel 28 nos dice que Satanás, antes de su caída, era un ángel del más alto rango e importancia, incluso el “líder de adoración” en el cielo. Isaías 14 nos dice que la caída de Satanás tuvo que ver con su deseo de ser igual o superior a Dios y poner su voluntad en contra de la voluntad de Dios.
Al parecer, antes de la maldición pronunciada en Génesis 3:14-15, la serpiente era diferente a lo que hoy conocemos como una serpiente. Esta criatura no comenzó como una serpiente como la conocemos, se convirtió en una.
“La criatura que tentó a Eva se convirtió en una serpiente, como resultado del juicio de Dios sobre ella y fue deslizándose lejos entre los arbustos para el gran horror de Adán y Eva”
Los espíritus demoníacos, evidentemente, tienen la posibilidad, bajo ciertas circunstancias, para residir en el cuerpo humano o animal – (Lucas 8:33). En esta ocasión, Satanás escogió residir en el cuerpo de una serpiente antes de la maldición.
Poole dice que la mujer no se sorprendió al hablar con la serpiente, porque Adán y Eva tuvieron una conversación libre con los seres angelicales que a menudo aparecían en forma de hombres. Si esto es cierto, no era tan extraño para Eva que un ser angelical pudiera aparecer frente a ella antes de la maldición en forma de hermosa serpiente.
Tal vez Satanás hizo la voz sobrenatural pareciendo que salía de la serpiente, o tal vez Satanás “dijo” esto a Eva en sus pensamientos. Lo que Satanás dijo es más importante que cómo lo dijo.
«…Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto?…» – ¿Era eso cierto? ¿Acaso no podían comer de “ningún” árbol del huerto? Una mentira “a medias” es más engañosa pues tiene un poco de verdad. El primer ataque de Satanás está dirigido contra la Palabra de Dios. Si él puede conseguir confundir a Eva acerca de lo que Dios dijo o dudar de lo que Dios dijo, entonces su batalla está parcialmente ganada.
Desde el principio, Satanás ha tratado de socavar al pueblo de Dios, al socavar la Palabra de Dios. Él puede socavar con la misma eficacia para conseguir que nosotros dejemos la Palabra de Dios como al llevarnos a dudar de ella.
Pero Satanas nunca a podido en contra de la palabra a pesar de tantos ataques, Jesus mismo dijo:
Mateo 24:35 – «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán»
La verdad es que Adán y Eva podían comer de todos los árboles menos uno: el Árbol del Conocimiento. Esto lo sabía Eva, y se lo dijo a la serpiente, pero añadió algo más…
- La respuesta de Eva a la serpiente:
Génesis 3:2-3 – «Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; (3) pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis»
«…Y la mujer respondió a la serpiente…» – el primer error de Eva fue, mantener una discusión con la serpiente. Estamos llamados a hablar con el diablo, pero nunca a tener una discusión con él. Simple y fuertemente le dices: “El Señor te reprenda” – (Judas 9).
«…Del fruto de los árboles del huerto podemos comer (3) pero del fruto del árbol que está en medio del huerto…» – Eva no parece saber el nombre de este árbol, que sólo lo llama el árbol en medio del jardín, en lugar del árbol de la ciencia del bien y del mal – (Génesis 2:17).
«…ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis…» – Eva malinterpreta el mandato de Dios a Adán. Sus palabras, “no lo han de comer” y “para que no muráis” están lo suficientemente cerca, pero añadió al mandato y pone palabras en boca de Dios cuando dijo, “ni le tocaréis”. Por supuesto, se trataba de un buena idea para evitar por completo la tentación; nada bueno podía venir del masaje de una fruta que se supone no debes comer. Pero es algo peligroso el enseñar doctrinas a los hombres como si fueran los mandamientos de Dios – (Mateo 15:9).
“…Ni lo tocareis…” – Algunos escritores judíos. ..manifiestan que, tan pronto como la mujer afirmo esto, la serpiente la empujó contra el árbol y dijo:
“Mira, has tocado, y aún estás viva, por lo tanto, puedes comer del fruto con seguridad, porque sin duda no morirás”
Dios había dicho que no podían comer, pero ella añadió que tampoco podían “tocarlo”. Esa tendencia a “añadir” a los mandamientos de Dios se vuelve a repetir en la historia. El hombre añade doctrinas humanas a los mandamientos, y luego la gente se confunde entre lo que dijo Dios y lo que dice el hombre – (Marcos 7:7-9). Esto es precisamente lo que señalaba Pablo en su carta a los Corintios:
2 Corintios 11:3-4 – «Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. (4) Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o aceptáis un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis»
Me puedo imaginar a la serpiente tocando el fruto prohibido, al decir lo siguiente:
- Satanas desafia a la mujer:
Génesis 3:4-5 – «Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis. (5) Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal»
«…Ciertamente no moriréis…» – Satanás sentó las bases efectivamente. Llamó a Eva a una discusión con él y plantó la semilla de la duda acerca de la Palabra de Dios, y él expuso a Eva a una comprensión incompleta de la Palabra de Dios. Ahora él se traslada a matar, con una contradicción pura y simple de lo que Dios dijo.
Satanás sólo puede trabajar de forma efectiva cuando ha establecido un punto de apoyo. Nadie cae “de repente” como Adán y Eva. Se ha establecido, una base.
Es por eso que estamos llamados a no dar lugar al diablo – (Efesios 4:27). Esto demuestra lo notable es que Jesús pudo decir:
Juan 14:30 – “…Satanás no tiene nada en mí…”
En ese momento, Eva comenzó a ver el árbol con otros ojos. Tal vez su fruto no era tan malo como Dios lo había hecho parecer…
«…Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos…» – Satanás primero quería que Eva olvidara todo lo que Dios dice acerca de las consecuencias del pecado. Al conocer y recordar las consecuencias del pecado, somos más propensos a renunciar a los placeres temporales del pecado – (Hebreos 11:25).
En desafío directo de Satanás, es tratar de lograr que Eva dude de la bondad de Dios. Si Dios está le esta mintiendo a ella, ¿cómo puede ser bueno?
En desafío directo de Satanás, es trata de lograr que Eva dude de la maldad del pecado. Si esta fruta es algo bueno para ella, ¿por qué Dios no quiere que ella la tenga?
Satanás quiere que veamos el pecado como algo bueno que un Dios malo no quiere que tengamos. Su mentira principal para nosotros es “el pecado no es malo y Dios no es bueno.”
“Satanás y la carne presentan miles de razones para demostrar lo bueno que sería desobedecer su mandato” |
Si la primera pregunta de Satanás tenía el propósito de despertar la duda -como lo era seguramente-, la declaración que la siguió tenía la apariencia engañosa de una declaración autorizada. Pero dentro de ella, con refinada astucia, se mezclaban la verdad y la mentira. Ese aserto contradecía la orden explícita de Dios con el énfasis máximo que se puede emplear en hebreo, y que se puede traducir:
«Positivamente, no moriréis«
Satanás desafió la veracidad de la orden de Dios con una mentira desembozada. Por esa razón, Cristo con justicia lo llamó padre de toda mentira – (Juan 8: 44).
La tentación de Satanás fue mucho más poderosa, porque no había verdad en ella. Es cierto que sus ojos se abrieron, y esto se cumplió – (Génesis 3:7). Pero sus ojos se abrieron al instante a su propio pecado y la rebelión.
Es como si una persona sorda se comprometió a ser capaz de oír de nuevo, pero todo lo que oía eran gritos.
Sus ojos se abrieron, lo hicieron sabiendo el bien y el mal, pero no como dioses. “Pura mentira” rara vez es eficaz en la tentación. Si Satanás lo combina con algo de verdad, hay poco poder en su tentación.
«…Van a ser como Dios, conocedores del bien y del mal…» – La seducción final es la más poderosa, porque era la misma razón por la cual Satanás cayó, con ganas de ser igual a Dios. Eva trato de convertirse en un dios por ella misma en su rebelión contra Dios.
Es correcta esta traducción en vez de «dioses«, como aparecía en la versión Reina-Valera antes de la revisión de 1960, pues la palabra ‘elohim que está en este pasaje también se halla en los vers. 1, 3 y 5 donde se la ha traducido como «Dios«. La traducción correcta es: «Seréis como Dios«. Esto revela ostensiblemente la naturaleza blasfema de las palabras de Satanás (ver Isa. 14: 12-14) y la plena gravedad de su engaño.
Los rabinos judíos embellecen la tentación de Satanás a Eva:
“Nada más que la malicia ha llevado el mandato divino, porque en cuanto que comas de él, serás como Dios. Como Él crea y destruye mundos, así que va a tener el poder de crear y destruir.
Al igual que el matar y revivir, por lo que va a tener el poder de matar y resucitar. Dios mismo se comió primero del fruto del árbol, y luego creó el mundo. Por lo tanto, Él te prohíbe comer del fruto, para que no crees otros mundos. . .
Date prisa ahora y comer la fruta del árbol en medio del jardín y se independiente de Dios, para que no traiga otras criaturas que te dominen”
El objetivo de convertirse en Dios es el centro de tantas religiones no cristianas, incluyendo el mormonismo. Sin embargo, en nuestro deseo de ser dioses, nos convertimos en Satanás (quien dijo: Subiré al cielo, levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios… y seré semejante al Altísimo [Isaías 14:13-14]) en lugar de ser como Jesús, que vino como un siervo – (Mateo 20:28).
El movimiento de la Nueva Era y el deseo de ser “dios” son tan fuertes como siempre. De acuerdo con una encuesta realizada en 1992, hasta 12 millones de estadounidenses pueden ser considerados participantes activos en el movimiento de la Nueva Era y otros 30 millones están interesados ávidamente. Si todas estas personas se reunieran en una organización como iglesia, sería en número la tercera denominación religiosa en Estados Unidos. Más del 90% de los suscriptores de la Revista de la Nueva Era son graduados universitarios, en comparación con la mitad de la población en general.
En 1995, la influencia de la Nueva Era se hizo en todo el camino a la Casa Blanca. El autor Marianne Williamson de la Nueva Era (guionista de Un Curso de Milagros), el gurú de muchos de los buscadores espirituales de Hollywood, pasó una noche en la Casa Blanca como invitado personal de Hillary Clinton. Y Anthony Robbins, gurú espiritual de la motivación y el rey de los infomerciales nocturnos, consultó al presidente Clinton en Camp David. Robbins también es reconocido como un líder en el movimiento de la Nueva Era.
Génesis 3:6 – «Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió»
Eva tuvo que tomar una decisión: creerle a Dios o dejarse llevar por su instinto y por la vista. La serpiente la tentó con el mismo pecado con que Satanás cayó: el deseo de ser dios. Y antes de saltar a criticar a Eva, démonos cuenta que cada uno de nosotros tenemos esa prueba delante de nuestros ojos.
Eva se rindió a la tentación exactamente de la manera en que Juan describe en 1 Juan 2:16.
- Cedió a los deseos de la carne – (vio que era bueno para comer).
- Cedió a los deseos de los ojos – (agradable a los ojos).
- Cedió a la soberbia de la vida – (deseable de hacer sabio).
1 Juan 2:15-17 – «No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. (16) Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. (17) Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre»
Jesús fue tentado en lo mismo tres veces de la siguiente manera: un llamado a los apetitos físicos, hace un llamamiento a su concupiscencia y deseo emocional y un llamado al orgullo – (Mateo 4:1-11).
La misma tentación la tenemos el día de hoy: decidir lo que es bueno/malo a nuestros propios ojos, en lugar de atender lo que Dios ha dicho.
Proverbios 3:5-7 – «Confía en YHVH con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a YHVH y apártate del mal»
Proverbios 14:12 – «Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte»
«…La mujer vio que el árbol era bueno para comer…» – La percepción de Eva fue parcialmente verdadera y parcialmente falsa. El árbol no era bueno para comer, aunque Eva fue engañada haciéndole creer que era así. El fruto, probablemente era agradable a los ojos, aunque eso no debe significar mucho. Y era cierto sólo en la mente de Eva que el árbol era deseable para alcanzar la sabiduría.
Podemos ver la verdad total de la declaración de Pablo en 1 Timoteo 2:14, que engañó a Eva cuando pecaron. En su mente, ella pensó que estaba haciendo algo bueno para ella.
«…Ella tomó de su fruto, y comió…» – Satanás podría tentar a Eva, pero ella no tenía que tomarlo. El tomarlo fue obra suya. Satanás no pudo meter la fruta en su garganta. Eva fue responsable. Ella no podía decir con razón, “El diablo me hizo hacerlo”.
Al igual que con todas las tentaciones, Dios había hecho para Eva una vía de escape – (1 Corintios 10:13). Ella podía solo haber corrido lejos de Satanás y del árbol, pero Eva no tomo la salida de escape de Dios.
Habiendo codiciado aquello a lo cual no tenía derecho, la mujer siguió transgrediendo un mandamiento de Dios tras otro. Luego robó la propiedad de Dios violando el octavo mandamiento – (Exo. 20:15). Al comer el fruto prohibido y darlo a su esposo, también transgredió el sexto mandamiento – (Exo. 20:13). También quebrantó el primer mandamiento – (Exo. 20:3) porque en su estima colocó a Satanás antes que a Dios obedeciéndole antes que a su Creador
«…Y dio también a su marido…» – Observando que no murió inmediatamente -lo que parecía confirmar el definido aserto del seductor: «No moriréis«- Eva experimentó una sensación engañosa de júbilo. Quiso que su esposo 243 compartiera ese sentimiento con ella. Esta es la primera vez que el Registro sagrado llama a Adán «su marido«. Pero en vez de ser «ayuda idónea» para él, ella se convirtió en el instrumento de su destrucción. La declaración «dio también a su marido» no implica que él había estado con ella todo el tiempo, como mudo espectador de la escena de la tentación. Más bien ella le dio del fruto cuando se reunió con él para que pudiera comer «como ella» y compartir así los supuestos beneficios.
Eva no solo peco, ella se convirtió en el agente de tentación de Adán. Pero cuando Adán comió, él no fue engañado como lo fue Eva. Adán pecó con sus ojos bien abiertos, en abierta rebelión contra Dios.
Por lo tanto, es Adán, no Eva, quien tiene la responsabilidad de la caída de la raza humana y para la introducción de la muerte en el orden creado – (Romanos 5:12, 1 Corintios 15:22). Eva fue engañada para pecar, Adán sabía exactamente lo que estaba haciendo – (1 Timoteo 2:14).
Muchos han especulado que Adán pecó, porque él no quería que Eva estuviera sola en su caída y comió del fruto como un impulso romántico. Esto bien puede ser cierto, pero no hace que el pecado de Adán sea poco menos rebelde. La rebelión contra Dios no es “mejor” cuando está motivado por un impulso romántico.
“Tomad y comed” se convertirán algún día en los verbos de la salvación, pero sólo después de que Jesús hubiera vivido en el mundo de la maldición de Adán y se entregó a la muerte.
Para complementar un poco esta parte de la tentación les dejamos un Midrash… (no estamos diciendo que esto sea una verdad, solo una interpretación judía de esta parte)…
- Midrash sobre la tentación:
Les dejamos algo para ampliar mas sobre este tema un Midrash interesante sobre la tentación de la Serpiente a Eva: (para los que no sepan que es el midrash le dejo una pequeña definición de lo que es)
i. Midrash – (en hebreo מדרש («explicación»), plural midrashim) es un término hebreo que designa un método de exégesis de un texto bíblico, dirigido al estudio o investigación que facilite la comprensión de la Torá.
Midrash – Bereshit
Java (Eva) fue persuadida por el razonamiento de la serpiente. Sucumbió ante la tremenda tentación.
Tomó de su fruto y comio. Es interesante notar que la Tora no especifica el nombre del Arbol Prohibido.
¿Por qué Hashem (YHVH) no revela su identidad?
Su deseo era eximir a la especie del árbol de ser acusada de traer la muerte al mundo.
182 – Sin embargo, algunos jajamim (Sabios) opinaron respecto de cuál árbol frutal realmente fue.
- Era la vid. (Ninguna otra fruta causa tanta miseria y angustias como el vino; por lo tanto, debió haber sido este fruto el que trajo la muerte a la humanidad).
- Fue el trigo, que en aquellos tiempos crecía en árboles. (El trigo representa el conocimiento porque, por ejemplo, un niño únicamente desarrolla la capacidad de llamar a su padre y a su madre por sus nombres a la edad en que comienza a comer productos hechos con harina. Por lo tanto, el “Arbol del Conocimiento” debía ser el trigo).
- Fue la higuera (pues Adam y Java (Eva) se ataviaron con hojas de higuera. Corrigieron su error con las hojas del árbol con el que habían pecado.)
- Fue un árbol de etrog (es una variedad del limón amarillo). (Esta perspectiva se basa en el pasuk (3:6)“Y vió la mujer que era agradable el árbol para comer”. Aparentemente, no sólo la fruta sino la madera del árbol también tenía un rico sabor. Esto ocurre únicamente en el árbol del etrog).
- Tan pronto como Java comió del fruto, tuvo una visión del Angel de la Muerte que se le acercaba. Ella exclamó – Parece que estoy condenada a morir y Hashem creará una nueva esposa para Adam. Déjame ofrecerle un poco del fruto también. Si morimos, moriremos ambos. Si vivimos, viviremos ambos.
184 Ella le ofreció a Adam del fruto y él comio.
¿Cómo es posible que Adam haya aceptado el fruto del Arbol del Conocimiento que Hashem había prohibido?
El Midrash nos da tres respuestas:
- No era consciente de la identificación del fruto, pues Java (Eva) se lo ofreció en forma de jugo que había exprimido del mismo. (Esto en concordancia con la versión de que era una vid. Java le ofreció a Adam jugo de uva).
185 Entonces, parece extraño que Adam fuera consecuentemente castigado. ¿Por qué era culpable de haber comido el fruto prohibido? La respuesta es que era obligación de Adam determinar el origen de cualquier fruto que ingiriera. Para él, era sólamente “kosher” (Puro,apto) si no derivaba del etz hada, ‘at (Arbol del conocimiento del bien y el mal). Era culpable de consumirlo sin cerciorarse si pertenecía a una especie permitida.
- 186 Java (Eva) prevaleció con su argumento. Le dijo a Adam – “Por haber comido del etz hada’at, Yo moriré. Si piensas que se te otorgará una nueva Java, estás equivocado. Después de los Seis Días de la Creación, nada nuevo será jamás creado bajo el sol. Si, por otra parte, tú crees que después de mi muerte quedarás soltero, también estás equivocado porque el mundo fue creado para ser poblado. Es mejor que ambos nos quedemos juntos y compartamos un destino en común”.
Adam la escuchó y más tarde tuvo que compartir la responsabilidad.187
- Java (Eva) gritó hasta que Adam (Adán) finalmente le hizo caso. Java (Eva) alimentó a todas las bestias y aves con el fruto prohibido por lo cual también se convirtieron en mortales.
190 Después de pecar, Adam y Java tomaron conciencia de una transformación en su carácter. El ietzer harapenetró en sus corazones, el deseo por el mal formó parte de su personalidad.
191 Se dieron cuenta que habían despojado al mundo de una enorme cantidad de bondad para las generaciones futuras.
192 De repente se sintieron despojados y desnudos, tanto espiritual como físicamente -espiritualmente porque se habían apartado de una mitzva (Mandamiento) decisiva que debió ser su misión en la vida,
193 y físicamente porque la capa de escamas que cubría su cuerpo cayó y las Nubes de Gloria que los cobijaban, partierón, dejando sus cuerpos expuestos.
194 La lección que se desprende de la narración del error cometido por Adam concierne a todas las generaciones. Cada persona se siente atraída por la tentación de lo desconocido. Enfrentados ante la atracción de un nuevo libro, una novedosa información o una impresión sensorial desconocida, tendemos a razonar que ampliará nuestros horizontes y enriquecerá nuestras personalidades, por lo tanto, debe ser buena. El hecho que el libro introduce elementos extraños a la Torá, la información nueva contiene apikorsut (herejias), el show misterioso obscenidades es apartado en la creencia que rechazaremos firmemente su influencia corruptiva. Ese es el error cometido por Adam y reiterado a nuestro nivel. Los efectos secundarios del fruto del conocimiento del bien y del mal fueron la partida de la shejina y la expulsión del Gan Eden.195
- Efecto del fruto:
Eva comió del fruto prohibido. Luego se lo dio a Adán, y él comió sin pensarlo. Lo interesante es que el pecado no se hizo evidente sino hasta que Adán comió.
Génesis 3:7 – «Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales»
Adán, como cabeza de matrimonio, pudo haber anulado la decisión de Eva. Pero, en lugar de frenarla y confrontarla, simplemente le siguió la corriente.No fue sino hasta que él comió del fruto que ambos se dieron cuenta de su pecado. Pablo lo explicó de la siguiente manera:
1 Timoteo 2:13-14 – «Porque Adán fue creado primero, después Eva. (14) Y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión»
Por primera vez, Adán y Eva tenían algo que esconder, y por eso se sintieron “desnudos”. Por ello trataron de taparse, y se escondieron.
¡Qué ironía hay en estas palabras que registran el cumplimiento de la ambigua promesa de Satanás!
Fueron abiertos los ojos de su intelecto: comprendieron que ya no eran más inocentes. Se abrieron sus ojos físicos: vieron que estaban desnudos. Ellos sabían que estaban desnudos, en el sentido de tener su vergüenza expuesta a toda la creación.
«…se dieron cuenta que estaban desnudos…» – Salmo 104:2 y Mateo 17:02 sugieren que la luz puede ser una prenda de vestir para los justos. Puede ser que Adán y Eva fueron vestidos con anterioridad a la luz gloriosa de Dios y la pérdida inmediata de esta cubierta de luz los dejó sentirse expuestos y desnudos.
“Es más que probable que fueran vestidos de la luz antes de la caída, y cuando pecaron la luz se apagó”
Después esa vestidura de Gloria se transforma en piel, al quedar sin esa vestidura de luz se dan cuenta que estaban desnudos.
Una sola letra es la diferencia en las palabras piel y luz:
- עור – piel se pronuncia “or”.
- אור – Luz también se pronuncia “or”.
(Para mas información sobre esto ver: La luz y la piel de Las crónicas del Mesías)
«…Los ojos de ambos se abrieron…» – La forma en que se veían ellos mismo cambio, pero también la forma en que veían todo el mundo era ahora diferente. Después de la caída, todo parecía peor.
¿Fue bueno o malo que Adán y Eva vieron su desnudez y se sintieron muy mal al respecto?
Fue bueno, porque es bueno sentirse culpable cuando ha hecho algo malo.
«…Se cosieron hojas de higuera…» – Estando avergonzados en su presencia mutua, procuraron evadir la deshonra de su desnudez. Sus delantales de hojas de higuera eran un triste sustituto de las vestimentas radiantes de inocencia que habían perdido legalmente.
Su propio intento de cubrirse tomó mucho ingenio, pero la sabiduría no es mucha. Se dice que las hojas de higuera tienen una textura punzante, lo que haría que esos revestimientos picaran bastante.
Todo intento de cubrir nuestra desnudez ante Dios es tan tonto. Necesitamos dejar que Jesús nos cubra – (Apocalipsis 3:5, 18), y se ponga el mismo Jesús como nuestra ropa de protección – (Gálatas 3:27). La exhortación de Jesús es para nosotros:
Apocalipsis 16:15 – «He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo y vean su vergüenza»
Obviamente, cubrieron sus áreas genitales. En casi todas las culturas, los adultos cubren sus áreas genitales, a pesar de que otras partes del cuerpo humano pueden ser más o menos expuestas de cultura en cultura.
Esto no es porque hay algo intrínsecamente “sucio” en nuestra sexualidad, sino porque hemos recibido tanto de nuestra caída que se transmite genéticamente a través de la reproducción sexual. Debido a esto, Dios lo ha implantado en las mentes de los hombres más que la modestia apropiada para estas áreas de nuestro cuerpo.
La conciencia entró en acción. Que su sentimiento de vergüenza no tenía sus raíces en la sensualidad sino en la conciencia de culpa delante de Dios es evidente porque se ocultaron de él.
La única inscripción antigua que muestra alguna semejanza con el relato de la caída del hombre, como se presenta en la Biblia, es un poema bilingüe sumeroacadio que dice:
«La doncella comió aquello que era prohibido, la doncella, la madre de pecado, cometió mal, la madre de pecado tuvo una penosa experiencia»
(A. Jeremías, Das Alte Testament im Lichte das alten Orients [El Antiguo Testamento a la luz del antiguo Oriente], pág. 99. Leipzig, 1930).
Génesis 3:8 – «Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto»
Se paseaba por el huerto, al aire del día: “La forma casi casual en que esto se observa indica que eso no ocurrió en ese momento por primera vez…Existe una probabilidad extrema de que el Todopoderoso asume una cierta forma análoga a la forma humana que hizo a su imagen”.
Podemos suponer que esto es Dios, en la persona de Jesucristo, que aparece a Adán y Eva antes de su encarnación y el nacimiento en Belén, porque de Dios el Padre dijo:
Juan 1:18 – “Nadie ha visto a Dios en cualquier momento.El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, a él le he dado a conocer”
1 Timoteo 6:16 – “…y ningún hombre ha visto a Dios en la Persona del Padre”
“…Al aire del día…” – es, literalmente, “la brisa del día”. A partir de la geografía y la cultura hebrea, se puede adivinar que significa la tarde.
“…se escondieron de la presencia del SEÑOR….” – Esto demuestra que Adán y Eva sabían que el intento de cubrirse a sí mismos fallo. Ellos no muestran con orgullo sus trajes de hojas de higuera, sino que sabían que su propia cobertura era totalmente insuficiente y que les daba vergüenza delante de Dios.
i. La palabra para esconderse en el hebreo es «kjabá – (חָבָא)» (Strong #H2244) que significa: esconder en secreto:- apagar, cubrir, encubrir, endurecer, esconder, ocultar, reservar, secreto.
El pecado trajo separación (muerte), endurecimiento en sus corazones y maldición.
¿Acaso podían esconderse de Dios?
Sabemos que Él todo lo ve y todo lo sabe.
Job 34:21-22 – «Porque sus ojos observan los caminos del hombre, y El ve todos sus pasos. (22) No hay tinieblas ni densa oscuridad donde puedan esconderse los que hacen iniquidad»
Salmo 139:7-10 – «¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? (8) Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. (9) Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, (10) aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra»
La tendencia del hombre cuando peca es huir de Dios. Pero en esos momentos es cuando más lo necesitamos |
Si le buscamos en arrepentimiento, Dios nos da una segunda oportunidad. Tal vez eso fue lo que Dios trató de hacer cuando los llamó. Él ya sabía dónde estaban, pero les estaba dando la oportunidad de dar el paso de arrepentimiento…
Génesis 3:9 – «Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?»
Adán, que siempre había dado la bienvenida a la presencia divina, se ocultó ahora. Sin embargo, no podía esconderse de Dios, quien llamó a Adán, no como si ignorase su escondedero, sino para hacerlo confesar.
En hebreo, la palabra “¿dónde?” no es la que típicamente se usa (Eifo), sino que usa “Ai”,
que también puede traducirse: de dónde o cómo.
Este no es el interrogatorio de un comandante en jefe enojado, si no el grito del corazón de un padre angustiado. Dios, obviamente, sabía dónde estaban, pero también sabía que un abismo se había hecho entre él y el hombre, un abismo que él mismo tendría que puentear.
Dios sabía dónde estaba Adán, y sabía lo que había hecho. Aun así, lo llamó, dándole la oportunidad de confesarse y arrepentirse. Pero no lo aprovechó…en lugar de confesarse, se excusó…
Génesis 3:10 – «Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí»
Cuando Dios lo confrontó, él volvió a excusarse, pero no salieron palabras de perdón ni de arrepentimiento de su boca.
El pecado hizo que Adán sintiera miedo de la presencia de Dios y miedo de la voz de Dios. Desde Adán, los hombres se van de la presencia de Dios y no quiere escuchar su Palabra.
“Todavía estamos hechos a imagen de Dios, por lo que queremos estar en la presencia de Dios y oír su voz, mientras que al mismo tiempo, tenemos miedo de él” |
Génesis 3:11-12 – «Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? (12) Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí»
«…¿Quién te dijo que estabas desnudo?…» – Dios sabía la respuesta a esta pregunta. Lo preguntaba porque le permite a Adán aprovechar lo mejor de su mala situación mediante el arrepentimiento en ese mismo momento, pero Adán no fue limpio delante de Dios.
Todos pecamos, pero cuando pecamos, aún podemos dar gloria a Dios por confesar abiertamente, sin echarle la culpa a los demás – (Josué 7:19-20).
Adán echó la culpa a Eva, y ¡aún a Dios! por haberle “dado” a su mujer.
Cuando le llegó el turno a Eva, tampoco ella asumió su responsabilidad, sino que se excusó, echándole la culpa a la serpiente.
A menudo no hay nada que puedas hacer en cuanto al pecado de ayer (aunque en algunos casos es posible que pueda haber restitución). Sin embargo, tú puedes hacer lo que es justo ante Dios ahora mismo por confesar y arrepentirte.
«…¿Has comido del árbol del que te mandé que no debías comer?…» – Dios enfrenta el problema de Adán en ángulo recto. Esto no era principalmente un problema de vestuario o un problema de miedo o un problema de autoestima. Este fue un problema del pecado de Adán y el vestuario, el miedo o la comprensión de uno mismo no se pueden tratar hasta que el problema del pecado sea tratado.
«…Entonces el hombre dijo…» – Ten en cuenta que en este punto, Dios no se ha ocupado de Eva en absoluto. Adán, siendo la cabeza, es el problema aquí.
«…La mujer que me diste por compañera, me dio del árbol, y comí…» – El Intento de Adán por culpar a Eva es totalmente coherente con la naturaleza humana. Pocos de nosotros estamos dispuestos a decir simplemente lo que hizo David, he pecado contra el Señor – (2 Samuel 12:13).
Así había cambiado el carácter de Adán en él corto intervalo desde que entró en la senda de la desobediencia. El hombre que sentía un cariño tan tierno por su mujer como para violar a sabiendas la orden de Dios a fin de que no fuera separado de ella, ahora habla de ella con antipatía fría e insensible como «la mujer que me diste por compañera«. Sus palabras recuerdan las de los hijos de Jacob que hablaron a su padre en cuanto a José como «tu hijo» – (Gén. 37: 32; cf. Luc. 15: 30). Uno de los amargos frutos del pecado es la dureza de corazón: «sin afecto natural» – (Rom. 1: 31). La insinuación de Adán de que Dios era culpable por su triste condición, al estar atado a una criatura tan débil y seductora, se hunde en las mismísimas profundidades de la ingratitud.
De manera significativa, si hay alguna culpa, es de Adán, no de Eva. No sólo Adán injustamente acusa a Eva, sino que también se niega a aceptar la responsabilidad adecuada por su participación en su pecado.
Al decir “la mujer que me diste como compañera”, Adán culpa a Dios en esencia del pecado diciendo:
“Tu me diste esta mujer y ella es el problema”
Adán no fue el contenido de la culpa a Eva y tampoco tenía la culpa Dios.
Génesis 3:13 – «Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí»
«…La serpiente me engañó…» – La mujer también tenía una respuesta lista al acusar a la serpiente de haberla engañado. Ni Adán ni su mujer negaron los hechos sino que procuraron escapar acusando a otro. Tampoco dieron evidencias de contrición. Sin embargo, existe una notable diferencia entre sus confesiones. La mujer protestó que había sido engañada; Adán admitió tácitamente que su acto había sido deliberado, con pleno conocimiento de sus consecuencias.
Las excusas no son muestras de arrepentimiento, sino una justificación. Pero, sin arrepentimiento, no habrá cambio, y no hay perdón.
Adán y Eva cubrieron su desnudez. Taparon su falta, en lugar de confesar y corregir. Pero la cubierta que ellos hicieron no era suficiente. Dios les mostró cuál era el único elemento que podría cubrirlos de verdad.
Después de dar cuentas a Dios por lo que hicieron vino las consecuencias y Dios empezó por el autor del tropiezo – La serpiente:
- A la serpiente:
Génesis 3:14- «Y el SEÑOR Dios dijo a la serpiente: Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.»
El mensaje no sólo fue para la serpiente como animal, sino para la “serpiente antigua”, Satanás. Analizemos esta maldición que Dios dio a la serpiente:
«…Y el Señor Dios dijo a la serpiente…» – Cuando Dios habló con Adán y con Eva, Él les hizo una pregunta. Dios no le hizo a Satanás (que se está animando en la serpiente) ninguna pregunta, porque no había nada que enseñarle.
«…Maldita eres más que todos los animales…» – La primera parte de la maldición se dirige a los animales que Satanás utiliza para llevar a la tentación. Dios le ordenó a la serpiente a arrastrarse en el suelo en lugar de caminar en las piernas, como cualquier otro animal.
La maldición del pecado descansa no sólo sobre la serpiente sino sobre toda la creación animal, aunque ella había de llevar una maldición mayor que sus congéneres.
Sobre la serpiente, que se había convertido para siempre en el símbolo del mal, cayó la maldición más pesadamente; no tanto para que sufriera como para que también pudiera ser para el hombre un símbolo de los resultados del pecado. No es de admirarse que la mayoría de los seres humanos sientan repugnancia y temor en la presencia de una serpiente.
Adán y Eva deben haber sido aterrorizados con esta criatura que una vez fue hermosa llamada serpiente y se transformó en el reptil, una serpiente deslizándose con el silbido, que hoy conocemos. Ellos deben haber pensado: “¡Es nuestro turno!”.
«…sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida…» – Una serpiente arrastrándose, es la imagen de la humillación de Satanás. Es un recordatorio de la sentencia divina.
El hecho de que las serpientes no comen polvo en realidad ha hecho que algunos
comentadores declaren que los antiguos se equivocaron pensando que este animal, que siempre se arrastra sobre el vientre y vive aun en los desiertos donde apenas hay alimento, se alimentaba de polvo. Dicen ellos que este falso concepto influyó en el autor del Génesis para formular la maldición pronunciada sobre la serpiente para que armonizara con esa creencia que tenían en común.
Los eruditos conservadores han tratado, con poco éxito, de mostrar que la serpiente come algo de polvo cuando come su alimento. ¿Pero no pasa esto también con muchos animales que toman su alimento del suelo? Desaparece este problema cuando consideramos como figurada la frase «polvo comerás«. Fue usada en este sentido por los pueblos antiguos como lo revelan su literatura y cartas recientemente recuperadas. El antiguo mito pagano del descenso de Astarté al infierno habla de gente maldita de la cual «polvo es su comida y arcilla su alimento«. Entre las maldiciones pronunciadas contra los enemigos se repite vez tras vez el deseo de que tengan que comer polvo.
En el viejo himno de batalla galés, «Marcha de los hombres de Harlech«, se lanza una mofa contra los enemigos: «Morderán el polvo«. Vista así, la expresión «Polvo comerás todos
los días de tu vida«, significa sencillamente:
«Serás la más maldita de todas las criaturas«
Lucifer era un ángel brillante y resplandeciente y glorioso.
Levítico 11:42 – «Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación»
Las serpientes no sienten la maldición pero son la imagen de ella. Polvo comeras:
Salmos 72:9 – «Ante él se postrarán los moradores del desierto, Y sus enemigos lamerán el polvo»
Isaías 49:23 – «Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy YHVH, que no se avergonzarán los que esperan en mí»
Míqueas 7:17 – «Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la tierra, temblarán en sus encierros; se volverán amedrentados ante YHVH nuestro Dios, y temerán a causa de ti»
«…Todos los días de su vida…» – La maldición nunca será eliminada.
Estarán condenados a ser los símbolos visibles de un Rey vencido de la oscuridad. Son un símbolo perpetuo de la derrota Satanas.
Inclusive en el reino del milenio, cuando el Señor quita la maldición:
Isaías 65:25 – «El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo YHVH»
Tambien YHVH dice que los seres humanos somos polvo, y que al polvo volvemos cuando morimos:
Génesis 3:19 – «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás»
Amados, ¡los seres humanos somos polvo cuando morimos, y eso nada más es el ser humano!—¡»polvo y cenizas«! —al menos los que no han sido rescatados por Cristo.
Ahora fíjense bien que la Torah también dice que Satanás el diablo es como un león rugiente, y como un dragón que come, y que devora a personas:
1 Pedro 5:8 – «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar»
O sea, que no es chiste ni es cuento que «Ja Satán la serpiente antigua« devora a gente, queridos amigos. Lo estamos leyendo de la propia Escritura. ¡Su misión es devorar!
Es curioso que la comida favorita de los leones en Medio Oriente es la carne de los corderos.
En Apocalipsis 12:4 se nos dice lo siguiente de Satanás el diablo:
«y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró enfrente de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese»
Satanás trato de devorar a Yeshua.
Imagínense, ¡quiso devorar al propio Hijo de YHVH! Varias veces lo trató, aún desde que Yeshua era un bebé recién nacido. Satán consiguió que el Rey Herodes mandara a matar a todos los bebés contemporáneos a Yeshua…y estuvo a punto, ¡pero se le escapó a Egipto!
(Fíjense que ironía tan grande, que siendo Egipto lo (negativo) que es en la Torah, ¡varias veces ha servido de lugar de protección a los siervos de YHVH!)
Cuando YHVH dijo a la serpiente antigua que ella se arrastraría por la tierra comiendo polvo, ¡se estaba refiriendo a que SATANÁS y todas sus huestes demoníacas (que fueron «arrastrados» hasta caer a la tierra), ANDARÍAN TODOS COMO UNA ESPECIE DE «LEÓN RUGIENTE» Y COMO «DRAGÓN» POR LA TIERRA, ¡»DEVORANDO» A SERES HUMANOS, PUES LOS SERES HUMANOS SOMOS ESE POLVO «DE LA TIERRA»!
¡Ese «polvo de la tierra” que la antigua serpiente «come» son seres humanos!
- Proto-evangelio:
Génesis 3:15 – «…Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar«
Para Dios el ver la derrota de Satanás, en la primera oleada de victoria de Satanás, muestra que Dios sabía lo que estaba haciendo todo el tiempo. El plan de Dios no era «un retroceso«, cuando Adán y Eva pecaron, porque el plan de Dios era para traer algo más grande que el hombre en la inocencia del Edén. Dios quería más que un hombre inocente, su plan es llevar al hombre redimido.
El simiente, el descendiente, tendrá que aplastar la cabeza de la serpiente, es decir, destruir el poder de aquél que incitó a la mujer al pecado. Aquí es anunciada la destrucción final del poder de satanás.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “te herirá” es yejufshá que, según Rab. Rashí, significa “te triturará”, similar a Deuteronomio 9:21 donde habla de cómo Moisés hizo polvo el becerro de oro en el desierto.
Analicemos varias palabras:
¿Que significa la cabeza y que el talón?
Las partes del cuerpo están representadas en La Escritura:
- La cabeza: Significa autoridad.
- Los pies: Camino o dirección
- Las manos: Obras.
- Talón: עָקֵב akav Talón. Parte del cuerpo que da estabilidad.
De la raiz: עָקַב ä·kav que significa suplantar/Asechanza.
«…entre tu simiente y la simiente suya…» – Se hace referencia a la lucha secular entre la simiente de Satanás -sus seguidores- (Juan 8:44; Hech. 13:10; 1 Juan 3:10) y la simiente de la mujer.
La segunda parte de la maldición dirigida contra el mismo Satanás. Dios puso una animosidad natural entre Satanás y la humanidad. La enemistad tiene la idea de la mala voluntad, el odio, y un antagonismo mutuo. El odio de Satanás a Eva no era nada nuevo, sino que ya estaba presente – pero ahora el hombre, en general, tiene antipatía hacia Satanás.
La “amistad” de Eva y la serpiente parecía disfrutarse en este capítulo que ha terminado. En la actualidad existe un temor natural de Satanás en el corazón del hombre.
Si hemos nacido de forma natural en rebeldía contra Dios, también hemos nacido cautelosos y temerosos de Satanás. Uno debe ser endurecido voluntariamente y a sabiendas sirven a Satanás. Instintivamente, no servimos ni a Dios ni a Satanás, nos servimos a nosotros mismos – (lo cual está bien para Satanás).
- ¿Quien es la simiente de la Mujer?
La simiente de la mujer somos Todos Nosotros, pero sobre todo se refiere al Mesías Yeshua (Jesús), ya que la palabra Seed o Zera fuera de semen o esperma, significa descendencia:
Génesis 3:20 – «Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva,( חַוָּה khav·vä’ que signifca vida y viviente) por cuanto ella era madre de todos los vivientes»
El Señor Jesucristo es llamado la «simiente» por antonomasia – (Apoc. 12: 1-5; cf. Gál. 3: 16, 19); fue él quien vino «para deshacer las obras del diablo» – (Heb. 2:14; 1 Juan 3:8).
Debemos notar que la Torá habla aquí de la simiente de una mujer, lo cual es una cosa contra la naturaleza. La simiente, el esperma, viene del hombre.
¿Cómo es que ahora se habla de la semilla de una mujer?
Evidentemente aquí tenemos una profecía de un nacimiento sobrenatural del Mesías. El texto parece indicar que se tratará del nacimiento del Mesías sin el semen de un varón.
El nacimiento del Mesías-Salvador no sería como el de cualquier ser humano, pues tendría que nacer de una virgen para no poder contaminarse con el pecado humano.
El cromosoma Y que se necesita para que el género sea masculino, lo puso el Espíritu Santo, de otra manera, si María y José hubieran tenido relaciones normales, el Mesías hubiera nacido con pecado, …por cuanto todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios – (Romanos 3:23).
(Para mas información ver nuestro articulo: Evidencias de sus profecías cumplidas)
La última parte del castigo es considerada como la primera profecía mesiánica de la Biblia.
Romanos 16:20 – «Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.»
¿Que significa?
Significa que Yeshua quitara toda la autoridad a Satanas que le fue dada antes de la creación.
¿Podemos probar que Satanas tenia tal autoridad?
Lucas 4: 5-6 – «Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy»
Yeshua con su muerte y resurrección quitó toda autoridad del enemigo sobre los creyentes, y a Su regreso, quitará finalmente su autoridad en el mundo, destruyendolo en el lago de fuego – (Apoc. 20:10).
“…Ésta te herirá en la cabeza y tú le herirás en el calcañar…” –En esto, Dios profetiza la condenación de Satanás, mostrando que la verdadera batalla es entre Satanás y la simiente de la mujer.
«Herirá«, heb. shuf. Esta palabra significa «aplastar» o «estar al acecho de alguien«. Es evidente que aplastar la cabeza es mucho más grave que aplastar el talón. Como represalia, la serpiente sólo ha podido herir el talón de la simiente de la mujer.
La «simiente» se expresa en singular, indicando que no es una multitud de descendientes de la mujer los que, en conjunto, se ocuparán de aplastar la cabeza de la serpiente, sino más bien que un solo individuo hará eso. Estas observaciones muestran claramente que en este anuncio está condensada la relación del gran conflicto entre Cristo y Satanás, una batalla que comenzó en el cielo – (Apoc. 12:7-9), continuó en la tierra, donde Cristo otra vez derrotó a Satanás (Heb. 2:14), y terminará finalmente con la destrucción del maligno al fin del milenio – (Apoc. 20:10). Cristo no salió ileso de esta batalla. Las señales de los clavos en sus manos y pies y la cicatriz en su costado serán recordativos eternos de la fiera lucha en la cual la serpiente hirió a la simiente de la mujer – (Juan 20:25; Zac. 13:6).
Este anuncio debe haber producido gran consuelo en los dos desfallecientes transgresores que estaban delante de Dios, de cuyos preceptos se habían apartado. Adán, virrey de Dios en la tierra mientras permaneciera leal, había cedido su autoridad a Satanás al transferir su lealtad de Dios a la serpiente.
Que Satanás comprendía plenamente sus usurpados «derechos» sobre esta tierra, obtenidos al ganar la sumisión de Adán, es claro por su afirmación ante Cristo en el monte de la tentación – (Luc. 4: 5, 6). Adán empezó a comprender la magnitud de su pérdida: de gobernante de este mundo se había convertido en esclavo de Satanás. Sin embargo, antes de oír el pronunciamiento de su propia sentencia, fue aplicado a su alma quebrantada el bálsamo sanador de la esperanza. De ella, a quien había culpado por su caída, él debía esperar su liberación: la simiente prometida en quien habría poder para vencer al archienemigo de Dios y del hombre.
¡Cuán bondadoso fue Dios!
La justicia divina requería castigo para el pecado, pero la misericordia divina «Jesed» ya había hallado una forma para redimir a la raza humana caída: por el sacrificio voluntario del Hijo de Dios – (1 Ped. 1:20; Efe. 3:11; 2 Tim. 1: 9; Apoc. 13:8). Dios instituyó el ritual de los sacrificios para proporcionar al hombre una ayuda visual, a fin de que pudiera comprender algo del precio que se debía pagar para expiar su pecado. El cordero inocente tenía que dar su sangre en lugar de la del hombre y su piel para cubrir la desnudez del pecador, a fin de que el hombre pudiera así recordar siempre por medio de los símbolos al Hijo de Dios, que tendría que entregar su vida para expiar la transgresión del hombre y cuya justicia sería lo único suficiente para cubrirlo.
No sabemos cuán clara fue la comprensión de Adán del plan de la redención, pero podemos estar seguros de que le fue revelado lo suficiente para asegurarle que el pecado no duraría para siempre, que de la simiente de la mujer nacería el Redentor, que sería recuperado el dominio perdido y que se restauraría la felicidad del Edén. De principio a fin, el Evangelio de salvación es el tema de las Escrituras.
No hay duda entonces de que esto es una profecía de Jesús de la derrota final de Satanás.
Como mencionamos tambien esta profecía está anunciando el sufrimiento del Mesías. En el momento de su muerte, Yeshúa tuvo que sufrir en su talón por un clavo sin cabeza que los verdugos romanos habían puesto en el árbol, justamente detrás de uno de sus pies, y que atravesaba el talón cada vez que tenía que elevarse para poder respirar.
El texto también puede ser interpretado en referencia a los descendientes de Yaakov (Jacob) que serán la última generación antes del regreso del Mesías. El nombre Yaakov (Jacob) está relacionado con la palabra hebrea para “talón”, ekev. En los últimos tiempos, los hijos del adversario, los que quebrantan los mandamientos, harán guerra contra los santos que guardan los mandamientos de Dios, que fueron dados por medio de Moisés, y tienen el testimonio de Yeshúa, como está escrito en Apocalipsis 12:17:
“Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Yeshúa”
Génesis 3:15 se ha llamado el proto-evangelio, el primer evangelio. Lutero dijo de este versículo:
“Este texto abarca y comprende dentro de sí, todo lo noble y glorioso que se pueda encontrar en las Escrituras”
- ¿Quien es la simiente de Satanas?
La simiente de Hasatan son sus huestes de maldad, que muy pronto, desde esta advertencia del Eterno, comenzó a atacar la humanidad misma para tratar de destruir el Plan del altisimo…
En la historia de Noé encontramos el primer ataque a gran escala. Los Nefilim נְפִיל, Los ángeles caídos intervinieron el ADN humano hasta dar a luz seres gigantes que aun después del diluvio continuaron desafiando el pueblo del Eterno y los demás seres humanos de entonces. Goliat es un ejemplo de esta descendencia de Hasatan…
La guerra del pueblo del Eterno contra estos gigantes, lograron exterminarlos, pero sabemos por el profeta Daniel y por Apocalipsis que al final de los tiempos, regresaran y serán soltados de sus prisiones, los que quedaron activos…..
¿Como ataca la descendencia de la mujer?
La palabra Akev (Talón), nos da la idea. El ataque al Talón nos dice que es un ataque por detrás, una asechanza como dice la misma definición. El sabe que de frente y claramente expuesto, la mayoría de los seres humanos lo rechazaran. Pero acude al Talón….A desastabilizar las enseñanzas y los Mandamientos….
Seguidamente veremos el caso de Caín y Abel…..En la Historia que analizaremos en el proximo capitulo, no es coincidencia que pareciera correcto que Cain trajera lo mejor de sus campos. ¿Pero era lo que El Eterno le ordenaba? ¡¡NO!! Una manera de herir el Talón….
Con Eva vimos otra artimaña: El «dialogo» con excusas para desobedecer al Todopoderoso…..
Si logra separar al pueblo, reinará y confundirá. Hoy lo hace con todos los maestros errados y enseñanzas adulteradas.
- Castigo para el Hombre y la Mujer:
En el capítulo uno de Génesis vimos que las primeras palabras que Dios habló al hombre fueron para bendecirlo, diciéndole que fuera productivo. No debería extrañarnos, entonces, que el castigo fuera dirigido precisamente a su capacidad productiva, tanto del hombre como de la mujer; a partir de ese momento será con esfuerzo y dolor.
- A la Mujer:
El castigo para la mujer fue lo siguiente:
Génesis 3:16 – «A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti»
«…En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos…» –En el mismo principio se le había ordenado al hombre: «Fructificad y multiplicaos» (cap. 1:28). De ahí que los embarazos tenían el propósito de ser una bendición y no una maldición. Pero la entrada del pecado significó que de allí en adelante la preñez sería acompañada por el dolor.
Dios maldijo a la mujer con el dolor multiplicado. Hombres y mujeres tienen cada uno un dolor conocido en la historia, sin embargo, es bien conocido el dolor único de las mujeres.
Se ha observado que las mujeres dan a luz niños con más dolor que casi cualquier otra criatura.
Ciertamente, los dolores del parto iban a ser tan intensos que en las Escrituras son un símbolo de la más tremenda angustia corporal y mental – (Miq. 4:9, 10; 1 Tes. 5:3; Juan 16:21; Apoc. 12:2).
En Jesús, algunos de los efectos de la maldición se alivian y ha sido la cristianización de la sociedad que llevó a los derechos y la dignidad de las mujeres.
“Es difícil para las mujeres en los países cristianos darse cuenta de la miseria de sus cientos de millones de hermanas en tierras paganas, donde la gran cantidad de mujeres es ligeramente superior que la del ganado vacuno. Cuando el Evangelio se ha ido, la carga se ha levantado y la mujer en Cristo se ha convertido en el reflejo de la Iglesia redimida, la esposa de Cristo”
Aunque oprimida por el hombre y torturada por los dolores del parto, la mujer todavía sentiría un intenso deseo por su esposo.
«…y con todo, tu deseo será para tu marido…» – La palabra hebrea shuq, «deseo», significa «ir en pos de algo», «tener un intenso anhelo de una cosa», lo que indica el más fuerte deseo posible por ella. Aunque oprimida por el hombre y torturada por los dolores del parto, la mujer todavía sentiría un intenso deseo por su esposo. Los comentaristas están divididos en su opinión en cuanto a si ésta es una parte del castigo. Parece razonable concluir que este «deseo» fue dado para aliviar los dolores del sexo femenino y para unir aún más estrechamente el corazón de esposo y esposa.
Esta misma palabra para el deseo se usa en Génesis 4:7 del deseo del pecado que gobierne sobre Caín. Debido a la maldición, Eva tendría que luchar contra el deseo de dominar a su marido, un deseo que va en contra del fin ordenado por Dios para el hogar.
El principio de la supremacía de Adán como un esposo se estableció antes de la caída – (ver Génesis 2:18 y 2:22). Ahora la maldición de Eva lo hace mucho más difícil para ella el someterse y fluir con la institución de Dios en la supremacía masculina en el hogar.
“Como resultado de la caída, el hombre no sigue reglas fácilmente, sino que debe luchar por su liderazgo. El pecado ha corrompido tanto a la sumisión voluntaria de la mujer y el liderazgo amoroso de su marido.
El deseo de la mujer es el control de su esposo (a usurpar su supremacía por decreto divino), y él debe dominar, si puede. Así que la regla del amor fundada en el paraíso se sustituye por la lucha, la tiranía y la dominación”
(Susan T. Foh, citada en el Boice)
“…El se enseñoreará de ti…” – La mujer había quebrantado su relación con el hombre, divinamente señalada. En vez de ser una «ayuda idónea» para él, se había convertido en su seductora. Por eso perdió su condición de igualdad con el hombre; él iba a «enseñorearse» de ella como señor y amo.
Entre la mayoría de los pueblos que no son cristianos, la mujer ha estado sometida, a través de los siglos, a la degradación y a una esclavitud virtual. Sin embargo, entre los hebreos la condición de la mujer era de una clara subordinación aunque no de opresión ni esclavitud.
El cristianismo ha colocado a la mujer en la misma plataforma que el hombre en lo que atañe a las bendiciones del Evangelio – (Gál. 3:28). Aunque el esposo debe ser la cabeza del hogar, los principios cristianos llevarán al hombre y a su esposa a experimentar un verdadero compañerismo, donde cada uno está tan consagrado a la felicidad y bienestar del otro, que nunca ocurre que cualquiera de ellos trate de «enseñorearse» del otro – (ver Col. 3: 18, 19).
Después de dar la maldición a la serpiente, YHVH se dirige imediatamente a la cabeza – El hombre:
- Al hombre:
Génesis 3:17-19 – «Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: «No comerás de él», maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. (18) Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo. (19) Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás»
«…En cuanto obedeciste a la voz de tu mujer…» – No era como si Adán solo tomó el consejo de Eva. Él eligió estar con Eva en vez de obedecer a Dios. Hay un sentido en el que la idolatría de Eva era un aspecto de la desobediencia de Adán contra Dios.
Por primera vez se usa aquí el sustantivo «Adán» como un sustantivo propio sin el artículo -hecho que no se advierte en la VVR, donde ha’adam, en los caps. 2: 19, 23; 3: 8, 9, se traduce como un nombre personal, aunque el artículo, en cada caso, indica que la palabra se usa en el sentido de «el hombre». Antes de pronunciar sentencia, Dios explicó por qué ésta era necesaria y adecuada. Adán había procedido de acuerdo con los persuasivos argumentos de Eva, poniendo la palabra de ella por encima de la de Dios. Así había retirado de Dios su afecto supremo y lealtad, perdiendo legalmente las bendiciones de la vida y aun la vida misma. Al exaltar su voluntad por encima de la voluntad de Dios, Adán debía aprender que independizarse de Dios no significa colocarse en una esfera más excelsa de existencia sino separarse de la Fuente de la vida. De ahí que la muerte le mostraría la completa falta de valor de su propia naturaleza.
- 1ª Maldición – v.17-18 – Maldición de la Tierra:
La maldición de la tierra consta de tres partes:
- «Con esfuerzo comerás de ella».
- «Ambos, espinas y cardos crecerán».
- «Comerás las plantas del campo».
Debiera notarse otra vez que Dios no maldijo ni a Adán ni a su esposa. Tan sólo fueron pronunciadas maldiciones sobre la serpiente y la tierra. Pero Dios dijo a Adán:
«Maldita será la tierra por tu causa«
A causa de Adán, hay una maldición sobre toda la creación. Antes de la maldición sobre el hombre, la tierra sólo producía lo bueno. Después de la maldición, todavía se produce lo bueno, pero las espinas y los cardos llegan más rápido y fácil que los buenos frutos.
1. «…Con esfuerzo comerás de ella…» – El primer punto es muy obvio. Adán iba a tener que plantar sus propias cosechas (en vez de comer de lo que Dios había ya plantado) y trabajar mucho más duramente de lo que había estado haciendo.
Adam trabajó antes de la maldición, pero todo fue alegría. Ahora el trabajo tiene un elemento de la maldición de que, con el dolor y el cansancio serán parte del trabajo.
Job 7:1-2 – «¿No hay un tiempo de servicio difícil para el hombre en la tierra? ¿No son sus días como los días de un jornalero? Al igual que un criado que desea ardientemente la sombra, un hombre contratado, que busca con ansias su salario»
La misma palabra que había sido usada para expresar los sufrimientos relacionados con el parto, ahora se usa para informar a Adán de las dificultades que encontraría al sacar a duras penas un mísero sustento de la tierra maldita. Mientras viviera allí, no tendría esperanza de que se aliviara esto. La expresión «todos los días de tu vida» es la primera indicación de que vendría con seguridad la muerte aunque ese hecho se pospondría por un tiempo.
2. «…Ambos, espinas y cardos crecerán…» – El segundo punto es que las cizañas iban a crecer mucho más. Muy significativamente, el texto no dice que Dios creó las cizañas—sólo que ellas iban a crecer. El texto dice que Adán y Eva fueron echados del jardín a un mundo real de cizañas y a una tierra desatendida (una tierra que estaba en necesidad de ser «sojuzgada»).
Antes de la caída, la tierra producía sólo plantas que eran útiles como alimento o bellas para recrear la vista. Ahora había de producir también «espinas y cardos«. El trabajo aumentado, necesario para cultivar la tierra, incrementaría la aflicción de la existencia del hombre. Tenía que aprender, por amarga experiencia, que la vida apartada de Dios, en el mejor de los casos, es dolor y aflicción.
La clave entera de la maldición es la tercera parte. Adán iba a tener que trabajar los campos y no podría ir más a un árbol y tomar alguna «comida rápida«. La maldición era ser echado del jardín hacia un mundo real.
3. «…Comerás las plantas del campo…» – El castigo divino implicaba también un cambio parcial en el régimen alimentario. Es evidente que debemos deducir que los cereales, frutas oleaginosas y otras frutas que recibió el hombre originalmente se redujeron tanto en cantidad y calidad, como resultado de la maldición, que el hombre se vio obligado a recurrir a las plantas para su alimento diario.
Este cambio también podría haberse debido, en parte, a la pérdida de ciertos elementos procedentes del árbol de la vida, a un cambio en el clima y quizá, principalmente, a la sentencia del duro trabajo del hombre para ganarse el sustento.
v.19a – «…Con el sudor de tu rostro…» – Se expresa ahora vívidamente el arduo esfuerzo que había de añadirse a la gravosa vida del hombre. Esto se refiere específicamente al agricultor que debe vivir arrancando de una tierra maldispuesta el alimento para sí mismo y su familia, pero se aplica igualmente para todos los otros oficios.
Desde la caída de Adán, todo lo que gane el hombre se puede alcanzar sólo mediante un esfuerzo. Con todo, debiera reconocerse que este castigo fue en realidad una bendición disfrazada para los seres pecadores.
Cuando un hombre trabaja, es mucho menos probable que peque que cuando pasa sus días en la ociosidad. El esfuerzo y el trabajo desarrollan el carácter y le enseñan humildad al hombre y cooperación con Dios. Esta es una razón por la que la iglesia cristiana generalmente ha encontrado sus más leales adherentes y sustentadores en la clase trabajadora. El trabajo, aun cuando sea arduo, no debiera ser despreciado, porque «hay una bendición en él«.
v. 19b – «…Hasta que vuelvas a la tierra…Pues polvo eres y al polvo volverás…» – La maldición final sobre el hombre prometió que no habría un final de su esfuerzo y trabajo en la tierra – pero fue un final de muerte, no un fin de la liberación.
YHVH informó a Adán que la tumba era su destino cierto. Así entendió el hombre que el plan de la redención (vers. 15) no impediría la pérdida de su vida actual, sino que le ofrecía la seguridad de una vida nueva. Con el cambio ocurrido en la naturaleza de Adán y Eva -de inmortalidad condicional a mortalidad- comenzó el cumplimiento de la horrenda predicción:
«El día que de él comieres, ciertamente morirás»
Dios, obrando con misericordia, concedió al hombre un tiempo de gracia; de lo contrario la muerte habría ocurrido inmediatamente.
La maldición de la muerte muestra que el resultado del pecado de Adán se extendía a toda la raza humana. Debido a Adán, el pecado entró en el mundo – (Romanos 5:12), la muerte llegó a toda la humanidad – (Romanos 5:15, 1 Corintios 15:22), la muerte reinó sobre el hombre y la creación – (Romanos 5:17), todos los hombres fueron condenados – (Romanos 5:18), y todos los hombres fueron constituidos pecadores – (Romanos 5:19).
El principio de Gálatas 3:13 se establece al considerar que Jesús cargó con cada aspecto de la maldición sobre Adán y Eva en su totalidad: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros.
- El pecado trajo dolor del parto y nadie sabe más dolor que Jesús cuando, a través de su sufrimiento, trajo muchos hijos a la gloria – (Hebreos 2:10).
- El pecado trajo conflicto y Jesús sufrió un gran conflicto por nuestra salvación – (Hebreos 12:3).
- Los espinos con el pecado y la caída y Jesús sufrió una corona de espinas para traer la salvación – (Juan 19:2).
- El pecado trajo el sudor y el sudor de Jesús, por decirlo así, fueron grandes gotas de sangre para ganar nuestra salvación – (Lucas 22:44).
- El pecado trajo dolor y Jesús se convirtió en un hombre de dolores, experimentado en quebranto, para salvarnos – (Isaías 53:3).
- El pecado trajo la muerte y Jesús gustó la muerte para todo el mundo para que podamos ser salvos – (Hebreos 2:9).
La justicia divina requería que el hombre muriera, pero la misericordia divina le concedió la oportunidad de vivir |
Génesis 3:20-21 – «Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. (21) E hizo el Eterno Dios para el hombre y para su mujer túnica de piel, y los hizo vestirse»
hasta Génesis 3:20, la mujer nunca había sido llamado Eva. Estamos tan acostumbrados a decir “Adán y Eva”, que se supone que ya tenía su nombre. Pero a este punto, se le llamó una mujer (Génesis 1:27), una ayuda idónea (Génesis 2:18), una mujer (Génesis 2:22, 23), y una esposa (Génesis 2:24, 25, 3:8). Esto no significa que Dios no tenía un nombre para Eva, pero se nos dice que su nombre se encuentra en Génesis 5:2: El los llamó la Humanidad.
«Una mujer gana más su identidad de su marido que el hombre hace de la esposa. Por esta razón, las mujeres deben tener especial cuidado con el hombre que se casan»
«…Debido a que ella era la madre de todos los vivientes…» – Este versículo no es una confusa interpolación introducida en el contexto del relato de la caída y sus consecuencias, tal como sostienen algunos comentadores. En cambio muestra que Adán creía en la promesa concerniente a la «simiente» de la mujer, creencia que se revela en el nombre que dio a su esposa.
Eva, jawwah. Jawwah significa «vida«. La LXX traduce esta palabra como zoé.
El término jawwah es una antigua forma semítica que también se encuentra en arcaicas inscripciones fenicias; sin embargo ya no se usaba en hebreo en el tiempo cuando se escribió el Pentateuco.
Se ha considerado esto como una indicación de que Adán hablaba un antiguo idioma semítico. Si Moisés hubiese usado un equivalente hebreo de su época, habría escrito el nombre de la mujer jayyah, en vez de jawwah; pero al dar el nombre usando una palabra arcaica, revela que su conocimiento se remonta al pasado remoto.
La palabra jawwah fue transliterada Eua en Gén. 4:1, en la LXX. De allí viene nuestra palabra «Eva«.
Adán dio a su esposa el nombre de «la que vive». Lo hizo por fe, porque veía en ella a la «madre de todos los vivientes«, en un momento cuando su sentencia de muerte acababa de ser pronunciada. También contempló más allá de la tumba, y vio en la simiente prometida a su mujer a Aquel que devolvería a ellos y a sus descendientes la inmortalidad que habían perdido legalmente ese día. En vez de llamarla con melancolía y desesperación -como podría esperarse debido a las circunstancias- «la madre de todos los sentenciados a muerte», él fijó los ojos por fe en su Juez, y antes de que ella diera a luz su primogénito, la
llamó con esperanza «la que vive«. Ciertamente, la fe fue para él «la certeza
de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» – (Heb. 11:1).
Adán y Eva trataron de cubrir su culpa y la vergüenza ante el Eterno, pero escogieron una túnica muy pobre. El hombre hizo soluciones para el pecado y la culpa que nunca funcionan. Las hojas de higuera de las obras religiosas nunca cubrirán al pecador culpable y lo harán correcto ante YHVH.
YHVH, sin embargo, eligió pieles para cubrir a Adán y Eva – (Génesis 3:21).
«…E hizo el Eterno Dios para el hombre y para su mujer túnica de piel, y los hizo vestirse…» – En todas partes de las Escrituras, las prendas son símbolos de la justicia; toda la justicia suficiente de YHVH o la justicia auto hecha del hombre.
El profeta Isaías escribió en Isaías 61:10:
«En gran manera me gozaré con YHVH, Mi alma se alegrará en mi Dios; Porque me vistió con vestiduras de salvación, Me rodeó de manto de justicia, Como a novio me atavió, Y como a novia adornada con sus joyas»
Isaias también habla de la justicia propia en la siguiente declaración:
Isaías 64:6 – «…pues todos nosotros somos como cosa impura, todas nuestras justicias como trapo de inmundicia. Todos nosotros caímos como las hojas y nuestras maldades nos llevaron como el viento»
Job 29:14 – «Iba yo vestido de justicia, cubierto con ella; como manto y diadema era mi rectitud«
«Sólo hay dos religiones: esta la religión de hojas de higuera y estala religión de la perfecta provisión de Dios a través de Jesús»
Cubriéndonos con nuestras buenas obras, es como Adán y Eva trataron de cubrirse con hojas de higuera. Nuestras buenas obras son como el dinero del monopolio- grande para el monopolio, pero No de valor legal. Tus buenas obras son esenciales para lo que se necesita para vivir tu vida, pero no son moneda de valor delante de Dios.
Esta es la primera instancia de un sacrificio animal en la Biblia. Dios tomó la vida de un animal (probablemente un cordero), y con sus pieles cubrió al hombre – (Hebreos 9:22). El hombre debía morir por su pecado, pero Dios proveyó sustituto para cubrir su pecado, y así poder tener acceso a la reconciliación con Dios. Este concepto se desarrolla a lo largo de toda la Biblia, y llega a su culminación con el sacrificio de Yeshua, el Cordero de Dios, cuya muerte en la cruz es nuestra reconciliación con Dios.
1 Pedro 1:18-19 «…sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin contaminación»
Adán y Eva fueron vestidos con una prenda que fue comprada con la vida de otro. Estamos vestidos con una prenda de vestir de la justicia que fue comprado con la vida de otro, y este es Jesucristo nuestro salvador.
El servicio de sacrificios, aunque no se menciona específicamente aquí, fue instituido en ese tiempo. El relato de los sacrificios de Caín y Abel, narrado en el capítulo siguiente, muestra que los primeros hijos de Adán y Eva estaban bien familiarizados con ese ritual. Si Dios no hubiera dictado reglamentaciones definidas respecto de los sacrificios, habría sido arbitraria su aprobación de la ofrenda de Abel y su desaprobación de la de Caín. Al no acusar Caín a Dios de parcialidad, ponía en evidencia que tanto él como su hermano sabían lo que era requerido. La universalidad de los sacrificios de animales en los tiempos antiguos señala el origen común de esa práctica.
Génesis 3:22 – «Y dijo el Señor Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre»
El hombre se había enterado de su castigo y del plan de redención, y se le habían proporcionado vestimentas. Por su desobediencia había conocido la diferencia entre el bien y el mal, al paso que Dios había procurado que obtuviera ese conocimiento mediante su espontánea cooperación con la voluntad divina.
La promesa de Satanás de que el hombre llegaría a ser «como Dios» tan sólo se cumplió en que el hombre ahora conocía algo de los resultados del pecado.
Tanto Adán como Eva, y aún la serpiente, fueron partícipes del primer pecado y la Caída del hombre. Cada uno de ellos recibió su respectiva retribución:
«…Alargue su mano…» – Inmediatamente después de la caída fue necesario evitar que el hombre continuara comiendo el fruto del árbol de la vida, para que no se convirtiera
en un pecador inmortal.
Por el pecado, el hombre había caído bajo el poder de la muerte. De manera que el fruto que producía la inmortalidad ahora sólo podía provocarle daño. La inmortalidad experimentada en un estado de pecado, y por lo tanto en una desventura eterna, no era la vida que Dios concibió para el hombre.
Negar al hombre acceso a ese árbol vivificador fue tan sólo un acto de misericordia divina que quizá Adán no apreció plenamente en ese tiempo, pero por el cual estará agradecido en el mundo venidero. Allí comerá eternamente del árbol de la vida por tanto tiempo perdido (Apoc. 22: 2, 14).
Al participar de los emblemas del sacrificio de Cristo, tenemos el privilegio de comer por fe del fruto de aquel árbol, y de vislumbrar confiadamente el tiempo cuando podamos arrancar y comer su fruto con todos los redimidos en el paraíso de Dios.
- La expulsión del Eden:
Dios había dicho claramente que la consecuencia de comer del fruto prohibido sería la muerte.
Pero, ¿acaso Adán y Eva murieron luego de haber comido de ese fruto?
En ese momento no les cayó un rayo del cielo que los consumió, pero si comenzaron a morir, poco a poco. El Señor extiende la vida para darnos la oportunidad de arrepentirnos y regresar a Él.
Así nos pasa hoy, con cada pecado, el hombre va degradándose. Tal vez no siente el efecto inmediato, pero el alma y el espíritu va muriendo poco a poco. El Señor nos sigue extendiendo vida para darnos la oportunidad de arrepentirnos, pero si no lo hacemos, iremos de mal en peor.
Aunque Adán y Eva no hubieran muerto físicamente, sufrieron en ese momento la peor muerte de todas: la separación de Dios.
Génesis 3:23-24 – «Y el SEÑOR Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. (24) Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida»
Hay que entender que la Expulsión del hombre del Edén fue un acto de bondad, (su Misericordia su Gracia han estado desde el principio no como algunos enseñan).
Al fallar a la primera prueba a la cual fue sometido su libre albedrío, como consecuencia de esto pierde la opción de comer del árbol de la vida, y desencadena en la expulsión del huerto del Edén, y enfrentar los resultados de su propia decisión y ahora no solo le bastara conocer el bien y el mal desde un plano teórico, sino que sus luchas serán permanentes, el huerto ya no es el lugar para ellos, ha sido perdido y custodiado. Veamos el tema.
A causa de la rebelión de Adán y Eva, la humanidad y la creación completa han quedado sujetas al pecado.
Romanos 5:12 – «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron»
Romanos 8:19-24 – «Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. (20) Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza (21) de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. (22) Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. (23) Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. (24) Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?»
Pero no todo ha sido perdido… Desde entonces, Dios tiene contemplado un “Plan de Redención”, para darle la oportunidad al hombre para reconciliarse con Él.
Romanos 6:23 – «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro»
Hay esperanza de redención, a través de Jesús, nuestro Redentor.
- Los Querubines:
A simple vista, parecería que Dios no quiere que el hombre regrese al Jardín y a Su Presencia, ya que puso querubines a guardar el camino hacia el Árbol de la Vida.
Génesis 3:24 – «Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida»
Los Querubines están siempre asociados con la presencia y la gloria de Dios – (Ezequiel 10, Isaías 6, Apocalipsis 4). Cuando los querubines se representan en la tierra (por ejemplo, en el tabernáculo, Éxodo 25:10-22), marcan un punto de encuentro con Dios. Aunque a Adán, Eva y sus descendientes se les impidió comer del fruto del árbol de la vida (por la misericordia de Dios), ellos podrían ir allí para encontrarse con Dios. Este era su “santo de los santos”. Por lo tanto, era importante enviar un querubín con una espada encendida para guardar el camino del árbol de la vida.
“Todo ángel de rango más bajo podría haber tratado con Adán. La espada de fuego apunta en contra de Satanás para evitarla destrucción de la vía de acceso al altar, que Dios había creado”
La segunda vez que la Biblia menciona “los querubines” es en el contexto del Tabernáculo:
Éxodo 25:18-22 – «Harás igualmente dos querubines de oro; los harás de oro labrado a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. (19) Harás un querubín en un extremo y el otro en el otro extremo; harás el propiciatorio con los querubines en sus dos extremos de una sola pieza. (20) Y los querubines tendrán extendidas las alas hacia arriba, cubriendo el propiciatorio con sus alas, uno frente al otro; los rostros de los querubines estarán vueltos hacia el propiciatorio. (21) Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. (22) Allí me encontraré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de todo lo que he de darte por mandamiento para los hijos de Israel»
Los dos querubines están sobre la cubierta del Arca del Pacto. El Arca está en lo más profundo del Tabernáculo, y allí se manifestaba la Presencia de Dios. En ese lugar sólo entraba el Sumo Sacerdote, una vez al año…en el Día de Expiación. Esa fiesta representa el día en que Jesús vendrá a borrar el pecado del pueblo y a acabar con la iniquidad del mundo.
El Tabernáculo es el mapa que Dios nos dio para que sepamos cómo regresar a Él.
No podemos profundizar sobre este tema en este momento porque nos desviaríamos del presente estudio, pero lo haremos en su oportunidad, cuando lleguemos al libro de Éxodo, y todo nos hará sentido.
«…Una espada encendida…» – La luz siempre ha sido un símbolo de la presencia divina. Como tal, la Shekinah, gloria de Dios, aparecía entre los dos querubines, uno a cada lado
del propiciatorio que cubría el arca del pacto en el lugar santísimo (ver Exo.
25:22; Isa. 37:16).
La frase «una espada encendida» es más bien una traducción inexacta del hebreo que dice literalmente «un fulgor de la espada«. No había ninguna espada literal que guardara el portón del paraíso. Más bien había lo que parecía ser el centelleante reflejo de luz de
una espada «que se revolvía por todos lados» con gran rapidez, haciendo refulgir dardos de luz que irradiaban de un centro intensamente brillante.
Además la forma del verbo hebreo, mithhappéketh, traducido en la VVR «se revolvía por todos lados«, significa en realidad «dándose vuelta a todos lados«. Esta forma verbal se usa exclusivamente para expresar una acción reflexiva intensa y, en este caso, necesariamente significa que la «espada» parecía girar sola sobre sí misma. Esta radiante luz viviente no era sino la gloria de la Shekinah, la manifestación de la presencia divina. Ante ella, durante siglos, los leales a Dios se reunían para adorarle.
Esta es la última mención histórica del jardín del Edén en la Biblia. Podemos especular que Dios no lo destruyó, pero dejó los efectos de la maldición y suponemos un deterioro general a partir de su condición original e integrado en la geografía circundante.
Pero esa es una interpretación muy superficial. El mensaje a lo largo y ancho de la Biblia es que Dios nos quiere reconciliar con Él. Pero antes de hacerlo, lo que Él nos va a enseñar es cómo regresar…por cuál camino, por cuál puerta.
Hay muchos tesoros escondidos en Génesis que no se pueden entender sino hasta que uno va avanzando en el estudio de la Biblia completa… |
(Fuentes: Comentario de Génesis – Ellen G. White, Dr. Kblad – regresandoalasraices.org, estudiobiblia.blogspot.com.es)