En el capítulo anterior vimos que Jacob vivió diecisiete años más, luego de reencontrarse con José – (Gen. 47:28). Ya en sus últimos días, Jacob enfermó, y antes que pasara algo, José llevó a sus dos hijos ante su padre para que los bendijera.
Génesis 48:1-2 – «Y sucedió que después de estas cosas, le dijeron a José: He aquí, tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. (2) Cuando se le avisó a Jacob diciendo: He aquí, tu hijo José ha venido a ti, Israel hizo un esfuerzo y se sentó en la cama»
En los últimos momentos de la vida, las personas suelen hablar de lo que ha sido lo más importante de su vida. Lo que salió del corazón de Jacob fue sobre la promesa que Dios les hizo a Abraham e Isaac, y luego fue confirmada a Jacob. Esa promesa consistía en darles la Tierra Prometida a su descendencia.
Jacob en el verso 1 del capitulo 49 nos da la clave para entender que nos habla del futuro:
“Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros”
«…le dijeron a José: He aquí, tu padre está enfermo…» – Este momento representa el final de la era mesiánica cuando Israel pasará por la gran tribulación. Durante ese tiempo serán añadidos nuevos hijos a Israel que nacieron de madres no judías.
El Judaísmo en general reconoce que esta porción final de Génesis revela un entendimiento profético de cómo será la restauración final de Israel y su también final redención.
«…Cuando se le avisó a Jacob diciendo: He aquí, tu hijo José ha venido a ti, Israel hizo un esfuerzo y se sentó en la cama…» – En este momento de gran tribulación para Jacob viene José. De la misma manera Israel será levantado con el retorno del Mesías hijo de Yosef.
Génesis 48:3-4 – «Entonces Jacob dijo a José: El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán; me bendijo, (4) y me dijo: «He aquí, yo te haré fecundo y te multiplicaré; y haré de ti multitud de pueblos y daré esta tierra a tu descendencia después de ti en posesión perpetua»«
A pesar de que toda su familia estaba en Egipto, Jacob no se había olvidado de su tierra natal. En ese momento estaban en tierra extranjera, pero él sabía que el propósito de su vida y el de su descendencia no estaba en ese lugar, sino en Canaán, en la Tierra que Dios les había prometido.
Cuando esto pasó, Jacob ya tenía once hijos y una hija. Jacob entendió el mensaje del Eterno como que tenía que tener más hijos.El texto de Génesis 35:11 dice:
“También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente (El Shadai): crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos”
Una nación es una referencia a Benjamín que iba a nacer por Raquel. Pero como se le murió Raquel ya no podía tener más hijos de ella. La manera de poder cumplir la segunda parte de la orden divina acerca de la multitud de naciones, era adoptar los dos hijos de José.
- Adopción de los hijos de José:
Después de mencionar la promesa divina, Jacob hizo algo que podría parecer sorprendente…
Génesis 48:5-6 – «Ahora pues, tus dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto, antes de que yo viniera a ti a Egipto, míos son; Efraín y Manasés serán míos, como lo son Rubén y Simeón. (6) Pero los hijos que has engendrado después de ellos, serán tuyos; serán llamados por el nombre de sus hermanos en su heredad»
Lo que sucedió en ese momento fue trascendental: Jacob adoptó a Efraín y Manasés como hijos suyos. Los compara con Rubén y Simeón, que son los hijos que nacieron primero.
¿Por qué hizo esto?
Los hijos de José, Manasés y Efraín, habían nacido en Egipto, de una madre egipcia. Pero al adoptarlos, estaba amarrando su destino al de la familia de Israel. Además, los estaba subiendo de rango, de nietos a hijos.
La adopción de los dos hijos mayores de José era parte de la doble herencia que él iba a recibir como el primogénito de la familia de Jacob. Manasés y Efraín iban a ser contados como dos de las tribus de Israel.
José aprovechó la visita a su padre para pedirle que bendijera a sus hijos. Al principio Jacob no los reconoció, ya que estaba perdiendo la vista por la edad, igual que le sucedió a su padre Isaac.
Los dos hijos de José representan, como hemos dicho antes, los hijos espirituales del Mesías Yeshúa (Jesús) que han nacido de entre los gentiles durante los dos mil años de era mesiánica, desde su resurrección hasta ahora. Los hijos de José nacieron en el mundo gentil por una madre no israelita. Durante el momento de enfermedad Jacob los adopta como sus propios hijos, con los mismos derechos que Rubén y Simeon.
Hay tres cosas que recibe un primogénito:
- La porción doble de la herencia, dada a la tribu de José.
- El sacerdocio, dado a la tribu de Leví.
- El derecho de gobernar, dado a la tribu de Judá.
La primogenitura de la doble porción fue dada a los hijos de José, según 1 Crónicas 5:1-2.
Por lo tanto estos dos hijos tendrán cada uno una heredad propia en la tierra de la promesa. Así José recibe, en sus hijos, la doble porción que corresponde a la primogenitura.
¿Porque nombró Jacob a Rubén y Simeón?
En primer lugar porque eran hijos legítimos, hijos de la esposa Lea, pero también porque más adelante ellos (José y Efraim) ocuparían las posiciones del primer y segundo hijo.
Leamos Jeremías 31: 9:
“Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito”
La Escritura es clara. José el hijo amado de Jacob, obtuvo la primogenitura al perderla Rubén por su pecado. El primogénito de acuerdo a la Torah o la voluntad de YHVH recibe una doble porción de la herencia – (Deut. 21:17), así que no solo son descendientes legítimos y de sangre, (pues Efraim y Manases tenían la misma sangre de Jacob en sus venas), sino que con José son herederos de una doble porción: la porción de José y la de Efraim.
¿Encontramos soporte Bíblico para afirmar que los creyentes de Cristo son herederos físicos de Abraham, parte de Israel y herederos de la promesas, como Efraim y Manases?
Leamos Galatas 3: 7 y 29:
“Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham”… “Y si vosotros sois de Yeshua (de Cristo), ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”
La palabra hebrea para simiente o semilla en Galatas es realmente la palabra esperma, (Strong # 4690) lo cual nos confirma que la herencia no es espiritual sino física.
Jacob no tuvo hijos espirituales, y cada uno de los hijos de Jacob recibe las mismas promesas y herencia. Así que tan erróneo es afirmar que hoy los creyentes en Yeshua son el Israel espiritual y que los descendientes físicos de Jacob han sido desplazados por la Iglesia, (teología de reemplazo).
Leamos también Hebreos 2: 14-16:
“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham”
«…(6) Pero los hijos que has engendrado después de ellos, serán tuyos; serán llamados por el nombre de sus hermanos en su heredad» – El resto de los hijos de José tendrían que estar dentro de una de las dos tribus de sus hermanos mayores, Efraim y Manases.
Génesis 48:8-11 – «Cuando Israel vio a los hijos de José, dijo: ¿Quiénes son éstos? (9) Y José respondió a su padre: Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos a mí, te ruego, para que yo los bendiga. (10) Y los ojos de Israel estaban tan débiles por la vejez que no podía ver. Entonces José se los acercó, y él los besó y los abrazó. (11) E Israel dijo a José: Nunca esperaba ver tu rostro, y he aquí, Dios me ha permitido ver también a tus hijos»
Preparando a sus hijos para recibir la bendición de Jacob, José los ubicó delante de él en el orden de nacimiento.
En Isaías 49:18-22 está escrito:
“Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. Vivo yo–declara el Eterno– que a todos ellos como joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia. …..” Y dirás en tu corazón: “¿Quién me ha engendrado éstos? Pues yo había sido privada de mis hijos,y era estéril, desterrada y errante. Y a éstos, ¿quién los ha criado? He aquí, yo había sido dejada sola; y éstos, ¿dónde estaban?”
En los últimos tiempos Israel hará la misma pregunta otra vez:
“¿Quiénes son estos y de dónde han venido?”
De todas las naciones de la tierra vendrán personas para unirse al pueblo de Israel. Estas personas son hijos de Ben Yosef, discípulos de Yeshúa el Mesías.
La palabra “hijo” significa también “seguidor”, “discípulo” – (Juan 21:5). En los últimos tiempos Yeshúa se va acercando a Israel con sus hijos que han nacido de nuevo entre los gentiles.
Vendrán de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas para unirse totalmente al pueblo de Israel. La nación de Israel hará la misma pregunta: “¿Quiénes son estos, y de dónde han venido?”. No podrá creer lo que ven sus ojos.
¡Tantos hijos de Israel de entre los gentiles!
La misión del Mesías es doble, restaurar las doce tribus de Israel y llevar la salvación del Eterno a todas las naciones de la tierra. Si Yeshúa no restaura las doce tribus es un falso Mesías.
¿Dónde está la mayoría de las doce tribus?
Entre los gentiles
¿Quiénes son los descendientes de la casa de Efraim?
Son gentiles
Así que el trabajo que ha estado haciendo el Mesías durante los últimos 2000 años es buscar las ovejas perdidas de la casa de Israel, como está escrito en
Mateo 15:24 – “Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”
Apocalpisis 7:9, 13-14 – “Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos… Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? Y yo le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”
En los últimos tiempos Israel verá y reconocerá y recibirá a los hijos de Ben Yosef como hijos legítimos. Israel estaba ciego y no veía estos hijos durante mucho tiempo, pero en relación con la venida del Mesías se les abrirán los ojos proféticos para ver a sus hijos nacidos por Mashiaj entre los gentiles.
En este texto de Apocalipsis encontramos cuatro cosas que concuerdan con el pasaje que estamos estudiando en Génesis:
- Miré, y vi – Israel vio – (Génesis 48:8a).
- De las naciones – Mis hijos que Dios me ha dado aquí – (Génesis 48:9).
- ¿Quiénes son y de donde han venido? – ¿Quiénes son estos? – (Génesis 48:8b).
- Son los que vienen de la gran tribulación – Tu padre está enfermo – (Génesis 48:1).
«… (9) Y José respondió a su padre: Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos a mí, te ruego, para que yo los bendiga…» – El Mismo Mesías ben Yosef va a confesar que los ex gentiles son sus hijos y convencer a Israel de que son legítimos aunque nacieron en el mundo pagano y por madres no judías.
“…Acércalos a mí….” – En los últimos tiempos Ben Yosef cada vez más va acercando sus hijos a Israel. El movimiento mesiánico entre los gentiles está iniciado por el Mesías Yeshúa para acercar a sus hijos a Israel.
“…para que yo los bendiga…” – Hay una bendición muy grande para los hijos de Ben Yosef, nacidos entre los gentiles que se acercan a Israel.
“…Y los ojos de Israel estaban tan débiles por la vejez que no podía ver. Entonces José se los acercó, y él los besó y los abrazó…” – Cuando el Eterno haga volver los cautivos de Tsion, Israel será como los que sueñan, no podrán ver bien – (Salmo 126).
“…José se los acercó…” – El acercamiento al judaísmo e Israel de los hijos de Ben Yosef en los últimos tiempos no está hecho bajo la dirección de los rabinos que niegan a Cristo, sino bajo la dirección de Jesucristo.
Según la Torá José es el que acerca a sus hijos a Israel en los últimos tiempos, no Judá. Sólo el movimiento dirigido por Cristo resultará en el cumplimiento de estas profecías. Los que buscan el reconocimiento de los hombres serán avergonzados. El que busca ser dirigido por Jesús llegará a Israel y será abrazado y besado.
Ezequiel 37:15-28 – “Y vino a mí la palabra de Dios, diciendo: Y tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: “Para Judá y para los hijos de Israel, sus compañeros.” Toma luego otra vara y escribe en ella: “Para José, vara de Efraim, y para toda la casa de Israel, sus compañeros.” Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano…………….y las haré una sola vara, y serán una en mi mano”
En Lucas 15 se habla del padre que tiene dos hijos. El hijo mayor representa a los judíos que están cerca del Padre celestial, pero no tienen una relación íntima con él, sólo legalista, por no reconocer a Jesús. El hijo menor representa a Efraim, el hijo menor de Jacob, el cabeza de las 10 tribus, que salió a los gentiles y desperdició su herencia israelita.
Ahora está volviendo a casa, pero el hijo mayor, el judío, no quiere recibirlo, porque está confesando a Jesús como el Mesías de Israel. Además tiene un montón de costumbres cristianas y paganas. El hijo mayor no quiere entrar en la fiesta que el Padre está dando por causa del regreso del hijo menor. Pero el punto principal, es este:
No es el hijo menor que sale al hijo mayor para intentar de reconciliarse con él. El hijo menor se reconcilia con el Padre. Es el padre que sale a hablar con el hijo mayor. No tenemos que ir a los judíos y someternos a sus doctrinas antimesiánicas para ser aceptados dentro de Israel.
Mateo 10:32-33 – «A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. (33) Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos»
En la Confesión del nombre de Yeshúa está la salvación. El Padre celestial es el Dios de Israel. Si somos parte de su familia, somos parte de Israel y no necesitamos buscar agradar a los hombres.
Jesús es el Mesías de Israel y si estamos con él, El se encargará de arreglar todas las cosas conforme al plan divino.
¿Cómo vamos a dejar a Cristo para ser aceptados por los hombres? ¿Cómo no vamos a confesarle delante de los hombres?
El que no confiesa al Hijo, tampoco tiene al Padre.
1 Juan 4:1-3 está escrito:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anti-mesías, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”
1 Juan 4:15 – “Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios”
¡No puedes dejar de confesar a Cristo si quieres permanecer en el Dios de Israel!
En tu confesión está el poder. En la confesión del Nombre de Cristo está tu salvación y la vida eterna. No lo niegues ni le ocultes, por nada en el mundo. Este mundo pasará, pero Jesús es el Señor para siempre y pronto se sentará en el trono juzgando las doce tribus de Israel.
¡No le falles ahora, cuando mas necesitas confesar su nombre!
«… (11) E Israel dijo a José: Nunca esperaba ver tu rostro, y he aquí, Dios me ha permitido ver también a tus hijos» – Israel no ha pensado que volverá a ver el rostro de Cristo.
La mayoría de los judíos creen todavía que Jesús está muerto. Pero no sólo está vivo, está gobernando y tiene hijos entre los gentiles. Y en este tiempo va acercando esos hijos a Israel. El que no se está acercando a Israel en este tiempo no está dirigido por el espíritu del Mesías.
El hijo menor, Efraim, está volviendo a casa y el judío no está contento. ¡Pero al final el Padre tendrá la última palabra en esta historia! Entonces celebraremos la fiesta de Sukot durante mil años.
¡Si niegas a Jesús para agradar al hijo mayor, no tendrás parte de esa fiesta!
Génesis 48:12-13 – «Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra (13) Y José tomó a los dos, a Efraín con la derecha, hacia la izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, hacia la derecha de Israel, y se los acercó»
José los puso en ese orden a propósito. El mayor debe ir a la mano derecha, y el menor a la izquierda. Para sorpresa de José, Jacob cruzó sus manos para bendecir al menor como el primogénito. José creyó que su padre se había equivocado ya que no podía ver bien, pero luego se hizo evidente que no había sido un error…
Los hijos de Ben Yosef que en este tiempo se van acercando a Israel, dirigidos por el Mesías, serán introducidos en Israel y reestablecidos como hijos con pleno derecho
de herencia dentro de la tierra de Israel.
Los dos hijos de José, que tenían más de 25 años en ese momento, fueron introducidos entre las rodillas de Jacob y luego retirados. Esto constituía un acto oficial de adopción, como si los dos hubieran salido directamente de entre sus lomos.
Así llegaron a ser legalmente sus hijos, con plenos derechos dentro de Israel, al igual que Rubén y Simeón. Este acto impactó tanto a José, que se inclinó y adoró al Padre celestial.
Los versículos 9-12 muestran la adopción de estos hijos dentro de Israel y los versículos 13-22 hablan de la bendición que estos dos hijos recibieron por su padre.
«…Y José tomó…» – La palabra “tomó” hace alusión al momento de la boda entre el Mesías y su novia. Esta palabra se usa para el segundo paso del matrimonio hebreo, cuando el novio va a la casa de la novia y la “toma” para llevarla a la casa de su padre donde se finaliza el acto matrimonial.
Génesis 48:14-18 – «Pero Israel extendió su derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando adrede sus manos, aunque Manasés era el primogénito. (15) Y bendijo a José, y dijo: El Dios delante de quien anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor toda mi vida hasta este día, (16) el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos muchachos; y viva en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac; y crezcan para ser multitud en medio de la tierra. (17) Cuando José vio que su padre había puesto su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, esto le desagradó; y asió la mano de su padre para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. (18) Y José dijo a su padre: No sea así, padre mío, pues éste es el primogénito. Pon tu derecha sobre su cabeza»
Jacob aclaró que el cruce de manos no fue un error, sino fue a propósito.
La mano derecha representa al Mesías, que está a la diestra del Padre en las alturas. La mano del Mesías está sobre Efraín aunque haya sido esparcido entre las naciones. Esa mano le está haciendo volver a casa ahora.
Cuando Jacob puso sus manos sobre las cabezas de Efraín y Manases, el cruzo las manos ya que José había puesto a la derecha de Jacob a Manases tal como correspondía por ser el primogénito, pero la voluntad de YHVH era otra, y Jacob extendió su mano derecha sobre Efraín.
Analicemos esta promesa porque es tan ignorada como importante:
En primer lugar es en el nombre de YHVH El Dios de Abraham e Isaac. Jacob menciona a continuación al “Ángel que me redimió del mal”. La palabra hebrea para ángel es “Malak” (Strong H4397) que se refiere no a un ángel mensajero, sino al Ángel de YHVH – (Génesis 31:11).
Génesis 31: 11 – “Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento”
Jacob cruzó las manos adrede, sabiendo que el menor iba a ser puesto sobre el mayor.
Los brazos cruzados forman la letra X que es la letra Tav en el alfabeto hebreo arcaico, que fue el que Moises usó para escribir la Torá. La Tav es la última letra del alefato hebreo y significa “señal”, “sello”, “pacto”.
Jesús dijo que él es la Alef y la Tav – (Apocalipsis 22:13), lo cual implica que el Mesías es el inicio y el final de la Escritura dada del Cielo. El Mesías es la Tav, lo cual también significa que él va terminando la obra del Eterno. El mismo es la señal y ha sellado el pacto entre el Eterno e Israel con su propia sangre.
Efesios 2:16-18 – “y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. (17) Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; (18) porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre”
Colosenses 1:20-22 – “y por medio de él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su madero, por medio de él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. Y aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora él os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de él”
La X es también el símbolo del madero donde tuvo que morir el Hijo de Yosef para reconciliar al mundo con el Padre.

Tav – Paleo Hebreo
De esta manera vemos que entre el Padre y los hijos de Ben Yosef está la muerte del Mesías. Ese es el lugar de bendición para el mundo, lugar de reconciliación entre los hijos de Israel y el Eterno.
Esta bendición, junto con la adoración sobre el bastón, son las únicas cosas que fueron destacadas de la vida del patriarca, en Hebreos 11, que es el capítulo de los héroes de la fe.
¿Qué fue tan especial en esta bendición? ¿Por qué este acto constituye una de las mayores obras de fe que se han producido en toda la historia humana?
Toda la vida de Jacob había sido una lucha fuerte. 37 años de su vida pasó fuera de la tierra de la promesa. Jacob tuvo muchos peligros en su vida y de todos estos peligros fue guardado y en medio de sus luchas fue bendecido.
Este mismo poder guardador y protector de Dios fue el que ahora se transmitió a los hijos adoptados. Aunque hayan nacido en Egipto por una mujer no israelita, aunque se críen en un ambiente pagano de idolatría y de magia, aunque ellos sean expuestos a las presiones de sus amigos no israelitas, Dios los va a guardar para no perder su identidad hebrea.
“…y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra….” – En estas palabras se resume un concepto muy importante:
Efraim y Manases y sus descendientes tendrán por derecho el nombre de Jacob, y el nombre de Abraham e Isaac.
¿Que significa esto?
Que los descendientes de Efraim serán parte real de Israel, con los mismos derechos, obligaciones y promesas que la casa de Judá.
Israel (Jacob) esta pidiendo que cuando las personas vean a Efraim y sus descendientes los reconozcan como parte de su casa, la casa de Jacob, asimismo el propio Efraim reconozca su linaje y sus ancestros.
El orden profético tiene preferencia sobre el orden natural. Manases llegó a ser un pueblo, una tribu grande dentro de Israel con un territorio inmenso en los dos lados del río Jordan.
En el censo de Números 1, Manases es la tribu más pequeña. Pero según Números 26:34 hay un aumento de 64 % de su población durante los 38 años en el desierto.
Fue la tribu que más crecía durante ese tiempo. También llegó a ser grande por el juez Gedeón que surgió de Manases – (Jueces 7-8). Pero Efraim sería mayor. De él salió Josué, el sucesor de Moises.
Aquí vemos que Israel bendice a Efraim para que se convierta en una multitud de naciones.
La multitud de naciones por lo tanto es la casa de Israel o la casa de Efraim. La palabra usada en hebreo para naciones es “goyim” palabra que ha sido traducida popularmente como gentiles.
Cuando esto sucede, el problema es que en la mente de las personas la palabra gentil no tiene ninguna conexión con la casa de Israel.
Precisamente la palabra “gentil” significa “un pagano confuso, sin Dios”.
Pero cuando Cristo interviene en la vida de una persona, deja automáticamente de ser confuso pagano y sin Dios para convertirse en ciudadano de Israel, con Dios, promesas, y bendiciones.
¿La prueba?
Ver Efesios 2: 11-20.
Romanos 11: 25 – “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad”
La frase entonces “ multitud de naciones” “multitud de goyim, fue traducida en el Nuevo Testamento como “plenitud de los gentiles” y es entonces cuando podemos ver el sentido que tiene las palabras de Pablo.
La similitud entre la frase multitud de naciones, multitud de gentiles y plenitud de gentiles, es demasiada como para ignorarla. ¿Verdad?
En otras palabras: ¿Donde deben “entrar” la plenitud de los gentiles? La respuesta nos la da Pablo en Romanos 11: 11 al 21: Deben entrar al olivo de Israel, ya que fueron cortados de allí por su incredulidad.
Podemos sacar varias conclusiones importantes:
- Sólo una parte de Israel ha sido endurecida durante un tiempo limitado. No se trata de todo Israel ni para siempre.
- Esto es un misterio, es decir, es parte del plan divino para la salvación del mundo que es difícil entender.
- La plenitud de los gentiles tiene que entrar en esa salvación que sólo pertenece a Israel.
- La salvación de todo Israel depende de la entrada de la plenitud de los gentiles.
- Todo Israel incluye no solamente el pueblo judío, sino también la plenitud de los gentiles.
- La impiedad será quitada de Jacob, que son las doce tribus, no solamente los judíos que representan dos tribus de Israel, Judá y Benjamin y posiblemente Leví.
Génesis 48:19-20 – «Mas su padre rehusó y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; él también llegará a ser un pueblo, y él también será grande. Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y su descendencia llegará a ser multitud de naciones. (20) Y los bendijo aquel día, diciendo: Por ti bendecirá Israel, diciendo: Que Dios te haga como Efraín y Manasés. Así puso a Efraín antes de Manasés»
Con esta bendición, Jacob profetizó el rol de liderazgo que iba a tener la tribu de Efraín.
La tribu de Efraín creció en poder y número, y llegó a tener el liderazgo entre los israelitas. Cuando Israel se dividió en dos reinos, las 10 tribus del norte nombraron como rey a un hombre de la tribu de Efraín.
Dado que Efraín recibió la bendición de primogénito, él se quedó con el nombre de Israel. Por ello, las diez tribus del norte se les conoce en la Biblia como “Casa de Israel”, y las dos tribus del sur, lideradas por la tribu de Judá, se les llama “Casa de Judá” [para profundizar en este tema, proximamente en esta sección estudiaremos mas sobre: Israel – Las dos casas].
¿Por qué estos dos hijos de José fueron puestos como ejemplos para todos los hijos de Israel?
Podemos destacar varias razones:
- A pesar de que el menor fue puesto sobre el mayor nunca hubo riña entre ellos.
- A pesar de ser criados en un ambiente de paganismo y de magia, nunca perdieron la fe en el Dios de Israel, su identidad israelita o las instrucciones de sus antepasados.
- A pesar de haber nacido y vivido toda la vida fuera de la tierra de Israel, nunca perdieron la esperanza de volver a la tierra de sus padres.
- Primogenitura de José:
Al adoptar a los dos hijos de José e incluirlos entre las tribus de Israel, Jacob afirmó la primogenitura de José y su doble herencia. Jacob quería asegurarse que José y su descendencia no se quedaran en Egipto, sino que eventualmente regresaran a la Tierra Prometida, en donde estaba su destino divino.
Génesis 48:21-22 – «Entonces Israel dijo a José: He aquí, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres. (22) Y yo te doy una parte más que a tus hermanos, la cual tomé de mano del amorreo con mi espada y con mi arco»
Jacob habló estas palabras en un sentido profético, ya que él aún no había conquistado la tierra con espada y arco, pero él vio proféticamente que sus descendientes lo harían.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “una parte” es “shejem”. Se trata de la parcela que Jacob compró enfrente de la ciudad – (Génesis 33:19), y también la misma ciudad que fue tomada por Simeón y Leví – (Génesis 34). Este lugar fue dado a José, como también está escrito en Juan 4:5-6a:
“Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; y allí estaba el pozo de Jacob”
Juan 4:4 – “Y le era necesario pasar por Samaria”
Josué 24:32 – “Y enterraron en Siquem los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien piezas de dinero; y fue posesión de los hijos de José”
Desde su primera venida el Mesías ha estado buscando las ovejas perdidas de las dos casas.
Esa fue la razón por la que tenía que pasar por Samaria.
Juan 4:12 – “¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?”
El Mesías se fue a un lugar clave en la historia de Israel y en el plan de salvación del Eterno, al territorio de Sicar, que es lo mismo que Siquem.
Siquem fue una ciudad de refugio en el territorio de la tribu de Efraim – (Josué 20:7; 21:21; 1 Crónicas 6:67). Allí fue dividido el reino. Siquem fue la primera capital del reino del norte – (1 Reyes 12:25). Allí vivían los samaritanos, que son una mezcla entre los pocos sobrevivientes de las tribus del norte y los pueblos gentiles que el rey de Asiria trajo a la tierra después de la destrucción del reino de Israel – (2 Reyes 17:24, 29).
Los samaritanos son los únicos descendientes de la casa de Efraim que no han perdido su identidad israelita.
Juan 4:6-7 está escrito:
“y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Una mujer de Samaria viene a sacar agua, y Jesús le dice: Dame de beber”
Juan 4:22, 25-26:
“Vosotros (los samaritanos) adoráis (con vuestros sacrificios) lo que no conocéis (el Dios de Israel); nosotros (los judíos) adoramos (con nuestros sacrificios en el templo) lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos… La mujer le dice: Sé que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando El venga nos declarará todo. Jesús le dice: Yo soy, el que habla contigo”
La mujer samaritana llamó a Jacob “nuestro padre”. Este pueblo era parte del plan de salvación del Eterno por ser descendientes de Jacob y por eso el Mesías tenía que pasar por allí para buscar y salvar lo que se había perdido.
Este relato se parece a Génesis 24 cuando el siervo de Abraham fue a buscar una novia para Isaac. En este momento el Mesías se sienta junto al pozo porque está buscando su novia también entre los samaritanos. Estos samaritanos esperaban la salvación por medio del Mesías.
Juan 4:35 – “¿No decís vosotros: “Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega”? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega”
Juan 4:39-42 – “Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: El me dijo todo lo que yo he hecho. De modo que cuando los samaritanos vinieron a El, le rogaban que se quedara con ellos; y se quedó allí dos días. Y muchos más creyeron por su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo”
Aquí hay una similitud de expresiones con Génesis 48:8 donde dice que Jacob vio a los hijos de José. Los samaritanos son descendientes de José y el Mesías los está viendo como una cosecha para el reino venidero.
Jesús se quedó dos días en Siquem. Estos dos días corresponden a los dos mil años que ahora el Mesías ha estado buscando en el mundo gentil a los descendientes de las doce tribus de Israel junto con los demás gentiles, para salvarlos.
Hechos 15:14-18 – “Simón ha relatado cómo Dios al principio tuvo a bien tomar de entre los gentiles un pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:
DESPUES DE ESTO VOLVERE, Y REEDIFICARE EL TABERNACULO DE DAVID QUE HA CAIDO. Y REEDIFICARE SUS RUINAS, Y LO LEVANTARE DE NUEVO, PARA QUE EL RESTO DE LOS HOMBRES BUSQUE AL SEÑOR, Y TODOS LOS GENTILES QUE SON LLAMADOS POR MI NOMBRE, DICE EL SEÑOR, QUE HACE SABER TODO ESTO DESDE TIEMPOS ANTIGUOS”
En el próximo capítulo veremos la bendición que Jacob le da a cada uno de sus doce hijos…
Esta exposición bíblica,es de una enseñanza colosal,Bendito sea El D,s y padre de Yeshua aS Mashijaj,que durantes 2000 años el escondió éste misterio a los sabios y poderosos,del mundo,y en éstos últimos tiempos,nos lo ha rebelado a los pobres de este mundo,pero ricos en fe y heredero de Su Reino…Gracias amados por darnos esta grande enseñanzas…las cuales con su permiso,yo las envío a mis amistades…Que El Eterno,les siga colmando,cuán lluvia torrencial de bendiciones
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Estudie el estudio de EFRAÍN y MANASÉS y quisiera seguir con el de la BENDICION a cada hijo de Israel capítulo 49 como lo puedo leer?
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Shalom, Aqui están todos los estudios de Génesis/Bereshit:
https://atravesdelasescrituras.com/estudios-biblicos/genesis/
Saludos
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Muchas gracias ciertamente me ha servido de.mucho, para conocer más de la Plabra.
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shalom a todos los coherederos, los q se deleitan genuinamente en este mismo ruaj!
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Me gustó mucho esta enseñanza, esta muy bien explicada y fácil de entender gracias por publicarla
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Un estudio muy edificador porque tiene mucha cultura y de costumbres bendición
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