La honra a los Padres

Dios nos exhorta a honrar a nuestros padres «ambos«. Él valora el honrar a los padres, lo suficiente como para incluirlo dentro de los 10 Mandamientos – (Éxodo 20:12) y nuevamente en el Nuevo Testamento:

Efesios 6:1-3 – “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra

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Honrar a los padres es uno de los diez mandamientos – a la altura de creer en Dios y “no matar”.

Es curioso pero el Talmud lo considera como uno de los mandamientos más difíciles de realizar adecuadamente.

¿Qué es tan especial acerca del mandamiento de honrar a los padres?

Mucha gente cree que honrar a los padres es un tipo de compensación por todos los años de cambiar pañales y pagar la educación. En realidad, este mandamiento fue dada a la generación que vagó 40 años en el desierto, donde Dios proveyó automáticamente todas las necesidades. Los padres no alimentaban a sus hijos, ellos tenían maná para comer. Los padres no proporcionaban ropa, la ropa crecía con ellos y no necesitaba ser lavada. Sin embargo, fue precisamente esta generación la que estuvo en el Monte Sinaí y oyó a Dios pronunciar, «Honra a tu padre y a tu madre«.

Aprendemos de aquí algo asombroso: Este mandamiento de honrar a los padres no depende de lo que tus padres hicieron por ti, o incluso si fueron buenos padres. Más bien, respetamos a los padres, simplemente porque nos dieron el regalo de la vida.

Imagina que te estas ahogando y un desconocido llega y salva tu vida. Tú estarías siempre en deuda con esa persona. Tanto más debemos agradecer a nuestros padres que nos dieron la vida en primer lugar

El Talmud enseña sobre esto que hay tres socios en la formación de una persona: el padre, la madre y Dios. Si agradecemos a nuestros padres por el regalo de la vida, ¿cuánto más agradeceremos a Dios por la creación y el mantenimiento de todo el mundo? – por darnos aire para respirar, flores para oler y suelo para caminar.

Al honrar a aquello que nos trajo a la existencia, aprendemos a no dar nada por sentado y desarrollamos apreciación por la bondad de los demás.

En los días del Antiguo Testamento, el hablar mal de los padres de uno o rebelarse contra sus instrucciones, resultaba en la pena capital – (Éxodo 21:15-17; Mateo 15:14), mientras que aquellos que honraban a sus padres eran bendecidos – (Jeremías 35:18-19).

Una característica de tanto, aquellos con una “mente reprobada”, como aquellos que se caracterizan por su falta de piedad en los últimos días, es la desobediencia a los padres. – (Romanos 1:30; 2 Timoteo 3:2).

Salomón, el hombre sabio, exhortaba a los hijos a respetar a sus padres (Proverbios 1:8; 13:1; 30:17). Aún Jesús, el Hijo de Dios, se sometió y honro Él mismo a Sus padres terrenales y a Su Padre celestial – (Mateo 26:39; Lucas 2:51). Siguiendo el ejemplo de Cristo, como cristianos, debemos tratar a nuestros padres de la manera en que deberíamos aproximarnos reverencialmente a nuestro Padre celestial – (Hebreos 12:9; Malaquías 1:6).

En Mateo 15:3-9, Jesús les recuerda a los fariseos el mandamiento de Dios de honrar a su padre y madre. Mientras que honraban a sus padres de palabra, sus hechos probaban el verdadero motivo de su corazón. Honrar es más que un servicio de labios. La palabra honor en este pasaje es un verbo, y como tal, demanda elegir una acción correcta.

“El honor incluye la idea de traer gloria a alguien”

Proverbios 17:6 – «Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres» 

Es una honra que tengamos Padre y Madre. Dios nos honra con esto…

Proverbios 23:22-25 – «Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies. Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. Mucho se alegrará el padre del justo, y el que engendra sabio se gozará con él. Alégrese tu padre y tu madre, y gócese la que te dio a luz»

«…Oye a tu padre…» – ¡Cuántos han fracasado por no oír a su padre! «Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies«.

Desoír al padre, y menospreciar a la madre, o avergonzarse de ambos, es algo que trae maldición, que trae una deshonra muy grande. Pero alégrese tu padre, y alégrese tu madre.

En el Antiguo Testamento vemos un ejemplo de lo que José hizo con su anciano padre al mandarlo a traer a Egipto para hacerlo “habitar” y darle en “posesión… lo mejor de la tierra” y cuidar de él asegurándole su “pan” – (Génesis 47:11, 12). No olvidemos que la vida da vueltas, y que los que hoy sólo somos hijos, después seremos padres. Tales de Mileto dijo:

“El bien que hicieres a tus padres, espéralo de tus hijos”

2ª Timoteo 3:1 dice:

«También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres…”

Los postreros días son nuestros días. Este es el carácter de nuestro tiempo. Y por tanto debemos de darnos cuenta que los tiempos son malos, y que este tema es importante ya que la generación de este tiempo esta siendo influenciada por engañadores que quieren pervertir a nuestros hijos…


  • Cómo Honrar:

Obviamente, se nos ordena honrar a nuestros padres, pero ¿cómo? Honrarlos tanto con nuestras acciones como con nuestras actitudes – (Marcos 7:6). Honrar sus deseos no expresados, como los hablados.

Proverbios 13:1 – “El hijo sabio recibe el consejo del padre; Mas el burlador no escucha las reprensiones

En realidad hay dos partes en este mandamiento:

  1. Honra a tus padres – (en hebreo, kibud ad vaem) – Estas son las acciones positivas, “hacer” algo.
  1. Reverenciar a los padres – (en hebreo, Morá) – las acciones negativas, “no hacer” algo.

La forma básica de respetar a los padres es cuidar de sus necesidades. Específicamente, esto incluye:

  • Llevarles la comida y la bebida, esto incluye ayudarlos a preparar la comida y ayudarlos con las compras.
  • Ayudar con el pago de facturas, bancos, etc.
  • Transporte, por ejemplo, llevarlos al médico.

15 - 1.jpgCuando sea posible, es preferible que un hijo viva cerca de los padres, para una mejor atención de sus necesidades. Realmente no existen límites en esto, el Talmud dice que el gran rabino Tarfón se inclinaba para servir como escalera para que su madre pudiera subir y bajar de la cama.

Los padres deben ser visitados y contactados por teléfono con la mayor frecuencia posible, dependiendo de las necesidades de los padres y el horario del hijo. En general, debemos ser sensibles al hecho de que los padres naturalmente se preocupan por sus hijos. Intenta enviar un rápido mensaje de correo electrónico o hacer una llamada telefónica cada día o dos. Especialmente si as viajado, llama para hacerles saber que llegaste a salvo.

Si el padre es viejo y no puede valerse por sí mismo, el hijo es responsable de los arreglos para su cuidado, y debe pagar por ellos si el padre no puede permitirse el lujo de hacerlo.

Por supuesto, nunca debes dejar que tus padres sientan que son una carga, o que estás ayudando sólo por obligación.

Como recompensa por honrar a los padres, la Torá promete larga vida. Una posible explicación es que el cuidado de los padres – sobre todo cuando son ancianos – puede consumir mucho tiempo. Así que Dios «compensa«, por así decirlo, mediante la adición de más años en tu propia vida.

Como un bono adicional, cuando tus hijos te vean honrar a tus padres, ellos aprenderán de la importancia de este mandamiento. Esa es la recompensa cuando se trate de tu turno, cuando estés en el lugar del receptor.

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Primera de Corintios 10:31, nos dice que todo lo que digamos o hagamos, debemos hacerlo para la gloria de Dios. Debemos buscar honrar a nuestros padres de manera similar a la que los cristianos se esfuerzan por darle gloria a Dios –en nuestros pensamientos, palabras y acciones.

La palabra griega “hypakouo” significa obedecer, escuchar, o prestar atención. Para un hijo menor, obedecer a sus padres va de la mano con honrarlos. Eso incluye escucharlos, prestarles atención, y someterse a su autoridad. Después de que los hijos maduran, la obediencia que aprendieron cuando niños, les servirá para honrar a las autoridades tales como el gobierno, la policía y sus jefes.

Mientras que se nos pide honrar a los padres, eso no incluye el imitar a los impíos (Ezequiel 20:18-19).

¿Qué pasa si tus padres te piden hacer algo malo?

En ese caso, debes obedecer a Dios antes que al hombre – (Hechos 5:29).

El mandamiento de honrar a los padres es el único mandamiento con promesa:

Efesios 6:3 – “…para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”

Sabemos que nuestros padres no son perfectos, cometen fallos como cualquier persona, pero de igual forma debemos de abrazar sus debilidades y cubrirlas, veamos una pequeña historia de la honra a los padres a pesar de que tengan fallos…

“¡Imagina que tus padres te sorprendan en tu vigésimo cumpleaños con un auto último modelo! Sales corriendo emocionado, pero te quedas congelado cuando lo ves. ¡El auto no tiene ruedas! Estás furioso y te pasas las siguientes semanas sentado en la casa con cara larga. Al final de cuentas, ¿de qué sirve un auto sin ruedas? ¿Cuál sería la respuesta más adecuada? ¡Sale, gana un poco de dinero y compra las ruedas!

En la vida, a menudo culpamos fácilmente a nuestros padres por nuestros problemas y defectos. Pero estamos actuando como la persona que recibió el auto sin las ruedas. ¿Nuestros padres cometieron errores al criarnos? ¡Por supuesto que lo hicieron! Todo el mundo comete errores. Nuestro desafío en la vida es aceptar lo que ellos nos dieron – lo bueno y lo malo – y realizar nuestro máximo esfuerzo en la vida con aquello que tenemos. Sus errores no eliminan nuestra obligación de honrarlos. Una vez más, ellos nos dieron la vida”

(de Lori Palatnik, “Honrar a los Padres”, http://www.aish.com)

El honor engendra honor. Dios no honrará a aquellos que no obedezcan Su mandamiento de honrar a sus padres. Si deseamos complacer a Dios y ser bendecidos, debemos honrar a nuestros padres. Honrar no es fácil, no siempre es divertido, y ciertamente es imposible en nuestra propia fuerza. Pero el honor es un camino seguro para nuestro propósito en la vida: glorificar a Dios.

Colosenses 3:20 – “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”

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Es una bendición tener padre y tener madre. Entre los cristianos, hay muchos jóvenes que no tienen alguno de ellos, o a ninguno. Sin embargo, hay consuelo al saber que:
Salmo 68:5-6 – «El Señor es padre de huérfanos y defensor de viudas en su santa morada», y «Dios hace habitar en familia a los desamparados»


  • Admiración:

Honrar a los padres va más allá de simplemente «hacer favores«. Un elemento de este mandamiento es admirar a tus padres y considerar que son personas eminentes. Por ejemplo, si tú oyes a alguien hablar mal de tus padres, estás obligado a alzar la voz y defender su honor.

Aún más, debes hacer un esfuerzo específico para amar a tus padres, ¡Hasta el punto de desarrollar una admiración por ellos como si fueran héroes!.

¿Cómo se consigue esto?

La definición de amor es «el placer de identificar a las personas con sus virtudes«. Debes tratar de descubrir las cualidades que hacen a tus padres extraordinarios. Cuanto más consciente estés de las virtudes de tus padres, más podrás apreciar, amar y honrarlos. (Sin embargo, incluso sin el desarrollo de este «amor», la obligación sigue siendo honrarlos).6b66e70d9cbee9529926ed59a0d488b3.jpg

En el Talmud encontramos una sugerencia de otras formas de aumentar esta admiración:

  • Si necesitas un favor – por ejemplo, deseas que el mecánico de automóviles arregle el silenciador lo mas pronto posible – debes pedirle que lo haga «como un favor a tus padres«. Incluso si el mecánico lo hace sólo por ti de todos modos, el hablar de esta manera aumenta la autoestima de tus padres en los ojos de todo el mundo.
  • Otra forma de construir la admiración es ponerse de pie cuando tu padre entra en la habitación. A primera vista esto puede parecer extraño en nuestra sociedad moderna. Pero imagina que estabas sentado en una reunión de la junta y el presidente entra, tú te levantarías por respeto a saludarlo. Debemos acostumbrarnos a tratar a nuestros padres de la misma manera – de pie para recibirlos cuando llegan, y acompañarlos cuando salen de la habitación.

En general, un hijo debe estar dispuesto a cumplir los deseos de sus padres. Existen algunos límites, sin embargo:

  • Si un padre instruye a un hijo a hacer algo que viola la ley de Dios, el hijo con respeto debe negarse a hacerlo.
  • Un hijo no necesita cumplir con la petición de los padres de hacer algo doloroso, degradante o que cause pérdidas económicas.
  • Del mismo modo, un hijo se puede negar a asistir a los padres a hacer algo que es peligroso o insalubre.

  • Unos padres difíciles:

La realidad es, por supuesto, que los padres no son perfectos. Y algunos padres son objetivamente problemáticos. Sin embargo, no importa cuán difícil sea el carácter de un padre, un hijo todavía está obligado a mostrar honor y respeto. Esto se aplica incluso si un padre biológico ha abandonado a su hijo. Y se aplica incluso si el padre es grosero, desagradable, y lo avergüenza.

El Talmud cuenta la historia de una madre que escupió en el rostro de su hijo y el hijo mantuvo la compostura y siguió dándole honor.

Al mismo tiempo, mientras que honrar a tus padres es un gran mandamiento, también tienes que ser responsable de tu propio bienestar. Uno no está obligado a poner en peligro su salud física o emocional por un padre. Por lo tanto, si un hijo no puede enfrentar la conducta de sus padres, se le permite mantener la distancia.

La obligación del mandamiento, sin embargo, sigue siendo válida. Y siempre es apropiado que un hijo sienta un profundo agradecimiento hacia los padres por el regalo de la vida.

Por supuesto, todo esto no justifica de modo alguno a un padre abusivo. Por el contrario, un padre no debe ser demasiado estricto con su propio honor, y puede optar por renunciar a ese honor, cuando lo considere apropiado.

Los niños son piedras preciosas que se depositan en las manos de los padres para el pulido y el acabado. Los padres que no pueden construir una relación cálida y amorosa con sus hijos pagan un alto precio por esta negligencia.


  • Consecuencia de no honrar a los padres:

La Palabra del Señor dice en el libro de Proverbios 30:11:

“Hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice”

La Palabra de Dios no dice que hay familias, que hay hogares o algunos hijos, dice que hay generaciones que maldicen a los padres y a sus madres no bendicen. Recordemos que en los años 60 -70 brotó la raíz de rebelión a los padres, y esa rebelión abrió las puertas a las drogas, el sexo ilícito y a los hogares sin padres. Esa generación es a la que se refiere la Biblia.

Es importante enseñar a nuestros hijos a honrarnos y para eso se requiere integridad y honestidad, se requiere de modelar sus vidas con nuestro ejemplo. La primera escuela es el hogar. La enseñanza debe estar en casa, los maestros no son nuestros sustitutos, nos pueden completar enseñando ciencia a nuestros hijos, pero los que deben enseñar conducta a los hijos son los padres.

En Proverbios 30,17 leemos:

«El que mira a su padre con desprecio y menosprecia la enseñanza de su madre, merece que los cuervos le saquen los ojos y las águilas lo devoren”

Este es un mal deseo, pero es claro en decir que se está burlando de sus padres y menospreciando su enseñanza, los cuervos le saquen los ojos y se los coman los aguiluchos. Si tomarlo en sentido figurado, puede que no le quiten los ojos a tu hijo, pero espiritualmente va a estar ciego.

En Proverbios 20,20 leemos:

 «El que maldice a su padre o a su madre, morirá en la más espantosa oscuridad

Mateo 15,4 dice: «Honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”

La Biblia declara la muerte sobre los que no obedecen a sus padres. Todas las personas que maldicen a sus padres están bajo maldición. Esto es más serio de lo que crees. No puedes estar deshonrando a tus padres y después pedirle al Señor que te sane.

La Palabra declara que hay maldiciones para los hijos debido a la falta de honra a los padres. El cumplimiento de este mandamiento lleva consigo una recompensa:

Efesios 6:1-3 – “Hijos, obedezcan a sus padres como agrada al Señor, porque esto es justo. El primer mandamiento que contiene una promesa es esta:…. para que seas feliz y vivas una larga vida en la tierra”

Entonces, Dios no tolera que alguien no honre ni obedezca a su Padre, porque Él mismo es Padre. Cuando nosotros no honramos a nuestro Padre visible tampoco estamos honrando al Padre que no vemos. Si puedo honrar a mi padre (que veo), me estoy sujetando a este Padre que no veo.

Veremos ahora un ejemplo de esto un claro contraste de lo que hemos estado comentando…

Es el triste caso de un hijo necio, El de un hombre que no honró a su padre. Esto ocurre inmediatamente después del diluvio…

Génesis 9:20-23 – «Después comenzó Noé a labrar la tierra y plantó de la viña, y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, y dijo: ‘Maldito sea Canaán. Siervo de siervos será a sus hermanos´ Dijo más: ‘Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo…»

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Fíjate que este breve pasaje muestra la actitud distinta que tuvieron Sem y Jafet, respecto de Cam. Al tomar conocimiento que su padre estaba embriagado y desnudo, ellos tuvieron respeto por su padre, y no quisieron verlo. Se pusieron la ropa encima y, caminando hacia atrás, lo cubrieron para no mirar la desnudez de su padre.

Cam, en cambio, tuvo la mala idea, no sólo de ver la desnudez de su padre, sino de publicarla.

¿Cómo lo decimos con palabras más simples?

Cuando nosotros sabemos algo negativo de nuestros padres, ¿qué hacemos? Nosotros no hacemos bien, más aun, ofendemos al Señor, si salimos publicando –como exhibiendo– las debilidades de nuestros padres. La desnudez tiene que ver con la vergüenza. Si hay algo que nuestro padre o nuestra madre ha hecho, que es vergonzoso, nosotros tenemos que cubrir eso. No deshonrarlos.

Cam se ganó una maldición con esto. Mientras sus hermanos fueron bendecidos, Cam fue maldito. Los tres troncos raciales que hay en el mundo proceden de los hijos de Noé. Los descendientes de Cam vinieron a ser en su mayoría los africanos y otros pueblos, ellos han sido históricamente los más maltratados y esclavos. La lección está clara..


  • Paradigma Divino:

Como hemos mencionado anteriormente, el respetar a los padres sirve como un trampolín para la gratitud que debemos sentir con Dios. Pero este tema va mucho más allá. Los comentaristas señalan que los cinco primeros de los Diez Mandamientos (es decir, la primer tabla) contiene mandamientos entre el hombre y Dios: no servir a los ídolos, no tomar el nombre de Dios en vano, etc., mientras que la segunda tabla contiene mandamientos entre el hombre y el hombre: No matarás, no robarás, etc.

¿Dónde está el mandamiento de honrar a los padres?

¡En la primera serie de cinco!

Porque desde la infancia, la forma en que los padres se relacionan con los hijos, forma en la conciencia del niño un paradigma de cómo Dios se relaciona con nosotros. La función principal de un padre, por lo tanto, es comunicar a los niños: ustedes son amados y apreciados. Tú eres único y especial, creativo y talentoso. Tú eres valorado y eres protegido.

El mensaje más importante que los padres pueden comunicar es:

«Tú no estás solo en este mundo«

Esta idea es la base de nuestra relación con Dios. Una persona puede encontrarse en una situación terrible – enfermedad, pobreza, guerra – pero debe saber que Dios todavía está con él.

Si un padre no es de fiar, o es indiferente, o es inusualmente duro o permisivo, inconscientemente pone en la mente del hijo que Dios de alguna manera debe ser igual. Esta es una dificultad emocional que puede ser difícil de superar en el futuro.

Una reflexión final: A medida que la sociedad avanza, puede haber una tendencia a que los hijos se sientan «por delante» de sus padres. Claro, los hijos de hoy son más conocedores de la tecnología, y conocen lo último en música y moda. Pero los padres deben ser respetados porque son la fuente de nuestra tradición. En otras palabras, no sólo los padres nos dieron la vida en este mundo, sino que son el vínculo que nos une a nuestra herencia eterna.

Muchas veces se nos pregunta… “¿Festeja el día del padre o de la madre?”. Pero nuestra mentalidad debe ser como la judía, y es la que cada día se debe honrar y apreciar a nuestros padres.

Son por estas razones que cada uno de nosotros debemos esforzarnos para honrar verdaderamente a nuestros padres. Eso significa que debemos hacer un esfuerzo activo para cuidar de sus necesidades (tanto física como espiritual), así como tratarlos con el máximo respeto.

El honrar a nuestros Padres no es sólo una cosa agradable o sensata de hacer para nosotros, sino que es un mandamiento directo del Eterno.

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