Lluvía temprana y tardía

En nuestro andar por medio del Espíritu Santo, de cada vez comprender mejor del texto bíblico, esta vez describiremos el contexto climático referente a la estación lluviosa en el antiguo Israel y su mensaje para nosotros, el conocer los mensajes que YHVH nos daba por medio de los profetas y la relación estrecha que guarde con el ciclo de agricultura de Israel nos da un entendimiento y razonamiento de la relación estrecha de las fiestas de YHVH, verdaderamente hemos estado desligados de estos mensajes tanto para nuestra Espiritualidad como concerniente a profecías.


  • La temporada de lluvia en Israel:

Para los moradores de Israel, La lluvia era de vital importancia ya que en esas temporadas gracias a ella los campos se llenaban de pastos verdes para alimentar al ganado; los manantiales volvían a surtirse; y sobre todo, la tierra, reseca por el duro verano desértico, volvía a ser fértil.

La estación seca por lo general comenzaba entre lo que serían nuestros meses de marzo o abril y se extendía hasta septiembre u octubre. Si viviéramos en el antiguo Israel, poco a poco estaríamos dejando atrás la estación lluviosa y nos acercaríamos a la estación seca, en la que se recogen los frutos de la esplendorosa tierra que fluye leche y miel – (Levítico 20:24 / Ezequiel 20:15).llueve1.jpg

Al contrario de la estación lluviosa, en la que los caminos se volvían intransitables, la estación seca era ideal para viajar. Por ello el Dios de Israel, en su infinita sabiduría, determinó que las tres peregrinaciones anuales a Jerusalén se efectuaran en esta etapa del ciclo agrícola:

Deuteronomio 16:16 «Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de YHVH tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de YHVH con las manos vacías«

La tierra de Israel, endurecida y agrietada por el verano desértico – (Jeremías 14:4), ante los asombrados ojos de los hombres, literalmente volvía a la vida. Las lluvias tempranas, eran la más milagrosa y amorosa manifestación divina de aquellos días – (Joel 2:23-24).

Porque es el agua de la lluvia, que se filtra a través de la tierra, la que brota a la superficie en forma de surtidor o manantial, yendo a alimentar después algún lago o río, que la conduce al mar, de donde pasa en forma de vapor a las nubes, las cuales, a su tiempo, nos la devuelven convertida en agua nuevamente bajo la forma de lluvia.

Gracias a ella los campos se llenaban de pastos verdes para alimentar al ganado; los manantiales volvían a surtirse; y sobre todo, la tierra, reseca por el duro verano desértico, volvía a ser fértil.

El Eterno Padre les había hecho esta promesa a los Israelitas, antes que ellos cruzaran hacia la tierra de Canaán, si ellos obedecían sus mandamientos.

Deuteronomio 11:14 – “…yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite…

Algunos versículos antes de su profecía acerca del derramamiento del Espíritu, Joel dijo que YHVH derramaría la lluvia temprana y tardía:

Joel 2:23 – “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en YHVH vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio

También podemos ver en otra poderosa profecía acerca de la venida del Señor, Oseas exhortó al pueblo de Israel, diciendo lo siguiente en Oseas 6:3:

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a YHVH; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra

Existen cuatro palabras hebreas para definir «Lluvia«. En Oseas 6:3, aparecen tres de ellas:

  1. La lluvia, lluvia intensa o fuerte, en hebreo: “Geshem”, esto lo vemos en: Esdras 10:9, 13; Ezequiel 13:11 y 13 donde dicen “lluvia torrencial”. En 34:26 da la idea de abundancia.
  2. La lluvia tardía en hebreo: “Malkosh”, aparece en ocho lugares: Deuteronomio 11:14; Job 29:23; Proverbios 16:15; Jeremías 3:3, 24, Joel 2:23 y Zacarías 10:1.
  3. La lluvia temprana” en hebreo Yoreh” y “Moreh” – Yoreh: Deuteronomio 11:14; Jeremías 5:24. – Moreh: Salmos 84:6 y Joel 2:23.
  4. El otro término para lluvia se refiere la lluvia en general, como lo vemos en Deuteronomio 32:2.

Estas lluvias operaban como ciclos cada año. Luego de los tiempos de mucho calor en el verano, comenzaba a caer la lluvia temprana (Yoreh y Moreh). En aquella región la lluvia temprana o de invierno (mediados de Octubres-mediados de Diciembre) ablandaba la tierra para poderla arar y regaba refrescando los campos.

Luego venia entre los meses de diciembre y marzo la lluvia intensa o fuerte (Geshem). Esta clase de lluvia remojaba, empapaba la tierra y llenaba las cisternas, los estanques y manantiales.

Cuando la lluvia intensa o fuerte (Geshem) cesaba, comenzaba la primavera, donde caía la lluvia tardía o de primavera (Malkosh) – (fin de febrero-comienzos de abril). Este era el tiempo de la aparición de las flores y el fruto. La cebada se cosechaba en abril y mayo y el trigo en mayo y junio.

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La estación lluviosa en Israel duraba, por lo general, más o menos desde septiembre hasta marzo y estaba dividida en tres eventos:

  1. Lluvias tempranas.
  2. Lluvias torrenciales.
  3. Lluvias tardías.

Analicemos brevemente algo:

1. Lluvias tempranas:

Se llamaban así porque eran las primeras lluvias del ciclo agrícola. Solo duraban unos días, quizá hasta una semana. Como ya dijimos, por lo general comenzaban a caer alrededor de nuestros meses de septiembre u octubre, aunque no siempre eran regulares y en ocasiones podían presentarse incluso hasta diciembre. Su importancia era vital, pues preparaban el terreno para ser sembrado iniciando con ello el ciclo agrícola anual. Eran ligeras y les precedían fuertes vientos y descenso en la temperatura.

Es un período de tiempo en que el agricultor espera que Dios envíe a la tierra – (Santiago 5:7), para que pueda sembrar; porque antes de que venga el tiempo de la lluvia temprana, el terreno en el cual se va a hacer la siembra está seco, duro y con malezas, y al venir la lluvia temprana el terreno se humedece, y el hombre tiene una parte que realizar para promover el crecimiento de la buena semilla; el agricultor debe:

  1. Abonar y preparar el terreno con el arado, y la reja del arado rompe el terreno inculto, desarraiga las raíces de las malas hierbas, y una vez que el terreno está preparado,
  2. Hace la siembra de la buena semilla. La semilla tiene en sí un principio germinativo, un principio que Dios mismo ha implantado, y para que este principio pueda actuar, el agricultor tiene que hacer su parte: arrojar la semilla en el terreno preparado, con la esperanza de recogerla multiplicada en una cosecha abundante. La semilla echada en la tierra humedecida capta la humedad.
  3. Germina, y en la superficie de la tierra aparece primero como hierba.
  4. Luego empieza su crecimiento, y dentro de la tierra la semilla germinada echa raíces y se arraiga en el suelo para obtener los nutrientes que están en el terreno. Estos nutrientes subirán en forma de sabia para que la planta pueda crecer.

Pero la sola lluvia temprana es insuficiente para que la planta termine su crecimiento, por lo que el agricultor con paciencia debe esperar que Dios también le envíe la lluvia tardía – (Santiago 5:7). Por lo tanto, es importante entender, con la naturaleza, que con sólo lluvia temprana la planta no termina el crecimiento, ni alcanza la madurez. Se necesita de la lluvia tardía.

2. Lluvias torrenciales:

Las lluvias frías y copiosas caían en nuestros meses de noviembre y diciembre. El terreno las absorbía manteniéndose en el subsuelo para luego fluir en forma de manantiales. En lo más intenso del descenso de la temperatura, en Jerusalén y sus alrededores, incluso estas lluvias se presentaban en forma de nieve.

3. Lluvias tardías:

En febrero, o incluso a veces los primeros días de marzo, se presentaban las lluvias tardías, que cerraban la estación lluviosa y servían para completar la maduración de los granos como el trigo y la cebada, entre otros. Estas lluvias eran leves y se alternaban con días de sol.

Esta lluvia caía tardíamente, como su nombre lo indica. Descendía después de la estación lluviosa habitual, de manera más suave, pero más abundante. Esta lluvia era la que permitía la floración, el crecimiento final del fruto, la maduración del fruto, es decir – era la lluvia que preparaba el fruto para la cosecha.

Esta lluvia tardía hace:

  1. Que la planta que había empezado su crecimiento con la lluvia temprana termine su crecimiento.
  2. Hace que la planta florezca, y así cae la flor.
  3. Se queda el fruto, que en un principio es sólo como un brote.
  4. Luego el fruto empieza a desarrollar hasta alcanzar su madurez.
  5. Luego que el fruto ya ha alcanzado la madurez, el fruto está preparado para la cosecha.

Entonces, para que el agricultor pueda recoger el precioso fruto, necesita en primer lugar de la lluvia temprana, que es un período de tiempo para que pueda hacer la siembra de la buena semilla. Pero la lluvia temprana no basta para hacer madurar el fruto, por lo tanto se hace imprescindible la lluvia tardía para que el fruto pueda alcanzar la madurez.

Pero también es importante comprender que sin lluvia temprana no se puede realizar la siembra, pues la lluvia tardía sólo hará madurar aquello que fue sembrado con la lluvia temprana, de manera que una lluvia es siempre complemento de la otra.

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  • El hombre esta hecho de la Tierra:

No mucho tiempo atrás los científicos hallaron que el cuerpo humano está principalmente compuesto de agua pero también de calcio, hierro, fósforo, magnesio, yodo, zinc, sodio, potasio, etc. Todos estos compuestos se hallan en la tierra.

Esto, que es un descubrimiento científico relativamente reciente, la Palabra lo viene mostrando desde hace miles de años, pues nos enseña que la materia con que YHVH hizo al hombre fue precisamente la tierra.

Génesis 2:7 – «Entonces YHVH Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente»

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  • El reposo y la lluvia:

Es por ello que el ser humano ha de comportarse de la misma manera que la Tierra, la cual necesita reposo y agua, pues si carece de estos elementos hasta la tierra mas fértil se vuelve árida y estéril.

Levítico 25:2-4«Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para YHVH. (3) Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. (4) Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para YHVH; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña«

Levítico 26:34 «Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo«

 Salmo 68:9 – «Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste«

De la misma manera, así como la tierra necesita reposo y lluvia ya hablando en lo espiritual el corazón del creyente necesita periódicamente del reposo de YHVH, que no es un descanso cualquiera, sino el reposo Espiritual, de comunión, de relación y regenerador que solo se halla en su Palabra; asimismo, también necesita de la lluvia permanente y abundante de la Presencia de Dios, el Espíritu Santo, de hecho YHVH creo y escogió el Shabat para que el hombre se quedara en casa en estrecha comunión con el Creador en familia en reposo espiritual.

¿Por qué un dia literal?

Porque el Padre en su infinita sabiduría sabe que el hombre se deja agobiar por las cosas externas del mundo. YHVH no pidió que nos congregáramos en ese día sino en el hogar no es que este mal ir a una congregación pero muchas veces el tomar el día que fue hecho para el reposo físico/espiritual del hombre lo convertimos en una faena para ir a congregarnos, luego llegamos cansados del tráfico del bullicio y estrés de la calle.

Deuteronomio 32:2 «…Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba…»

Isaías 55:10-11 – «Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, (11) así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié»

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  • La lluvia que llena los manantiales y hace brotar de ellos agua viva:

Deuteronomio 11:11 – «La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo»

Salmos 84:5-7 – «Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. (6) Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. (7) Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion»agua-viva21.jpg

En el antiguo Israel la lluvia torrencial depositaba agua en las cisternas naturales y los volvía manantiales de los cuales, al desbordarse, el agua brotaba viva, por ello es que el Señor dice:

Juan 7:37-38 – «En el último y gran día de la fiesta, Yeshua se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. (38) El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva»

Así como la tierra sedienta bebe la milagrosa lluvia torrencial que cae del cielo, la cual se filtra hacia los manantiales para luego brotar como torrentes de agua viva, mujeres y hombres tenemos sed de YHVH, quien por medio de Yeshua nos da a beber de su Espíritu y una vez estando llenos brotan de nosotros ríos de Agua Viva.


  • Cuando la lluvia cesa:

Pero como comencé en el principio del análisis la Palabra nos muestra que cuando no llovía, la tierra en Israel se secaba y se endurecía. Nada podía sembrarse en ella, pues se volvía impenetrable como roca.

De la misma manera, cuando el corazón del creyente debido a los afanes de este mundo, el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas (Marcos 4:18-20) deja de recibir el reposo de la Palabra y la lluvia del Espíritu Santo, como la tierra que es, se endurece volviéndose árido y estéril.

Por ello era que en el antiguo Israel, cuando los hombres tenían mala conducta, YHVH hacía que dejara de llover – (Deuteronomio 11:17 / 2 Crónicas 6:26 / Jeremías 3:3 / Amós 4:7 / Hageo 1:9-11 / Zacarías 14:17). Igualmente cuando dejamos de obrar como la Palabra nos manda, el Espíritu no está más en comunión con nosotros – (1 Tesalonicenses 5:19).

Cuando Cesa la Lluvia Espiritual y nuestro corazón se endurece a las verdades de YHVH: dejamos de ser espirituales y nos volvemos a este mundo.

Como ya habíamos dicho alguna vez, la Palabra está escrita en un lenguaje espiritual, por lo que su mensaje está cargado de símbolos, dado lo cual, a fin de no malinterpretar tal mensaje, hemos de aprender a descifrar esas simples figuras.

Por lo pronto, hoy dejaremos anotado que todas las citas en la Palabra que enseñen sobre la lluvia y la tierra aluden al derramamiento del Espíritu Santo a nuestros corazones, pero tal cual como la lluvia y las estaciones son un ciclo, si no cuidamos de la tierra, nuestra tierra (corazón) se volverá árida por el sobre uso y sobre explotación con los afanes del mundo.

Quizá nuestros ojos físicos no puedan verlo, pero si abrimos nuestros ojos espirituales (2 Reyes 6:16-17) claramente veremos la visitación del Espíritu Santo venir en una lluvia gloriosa y milagrosa.

Así como nuestros padres rogaban por lluvia y YHVH la enviaba, roguemos a al Padre que su lluvia espiritual no cese sobre nosotros, arrepintámonos de nuestras malas obras y enmendemos nuestros caminos. Y si alguno de nuestros seres queridos ha endurecido su corazón, roguemos al Padre para que envíe su Misericordiosa lluvia sobre él o ella, para que su corazón vuelva a ser fértil y siendo sembrada de nuevo la semilla, que es la Palabra (Lucas 8:11), vuelva a dar fruto abundante.

1 Reyes 8:36 – «…tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad»

Santiago 5:17-20 – «Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. (18) Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. (19) Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, (20) sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados»

La lluvia, que es una figura de la presencia del Espíritu Santo, viene a nuestras vidas, luego de atravesar el verano espiritual, caracterizado por la alta temperatura, que pudieran ser ataques del enemigo, o diferentes tipos de problemas que nos han abrumado, desgastado y resecado por largo tiempo.

Es por eso que tenemos que prepararnos en los tiempos de sequía hasta recibir la lluvía tardía para así después la cosecha del fruto ya maduro.

¿Cuantos de nosotros nos preparamos para hacer una mudanza? y ¿para un matrimonio? y ¿para las vacaciones?

Nos preparamos para hacer todas las cosas a lo largo de los días, meses y años, cierto es que constantemente nos preparamos.

¿Pero de verdad nos preparamos para el evento mas importante de todos los tiempos?

¿Nos estamos preparando para cuando el Mesías regrese?

Es curioso que la 1ª y 2ª venida del Mesías están conectadas a las temporadas de lluvias y de cosecha en Israel.

Es curioso que en medio de estas lluvias tanto de la primavera como el otoño hay una sequía de lluvia en el país de Israel…

Y en este tiempo entre estas lluvias y cosechas después de primavera y antes de otoño, curiosamente esta el mes de Elul es decir «El mes de Teshuvá (Arrepentimiento) «el regresar»»

2ª Cronicas 7:14 – «…si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra«

Del mismo Juan el bautista que predicaba que el reino de los cielos se acercaba y que era necesario que se arrepintieran esta escrito:

Mateo 3:3 – «Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas«

Las lluvias tardía está conectada con la cosecha del fruto maduro por lo tanto debemos preparar la tierra para que nuestro fruto pueda madurar y así cuando la siega venga el fruto este preparado.

¿Te has parado alguna vez a estudiar las fiestas proféticas «moedim» de YHVH escritas en Levítico 23?

Tanto las fiestas de primavera, como las fiestas del otoño están conectadas a la 1ª y 2ª venida del Mesías – (Para mas información ver nuestros estudios: Fiestas Bíblicas).


  • La lluvia tardía y la gran cosecha:

Después de la sequía luego que hayamos sido preparados, seremos refrescados, renovados y plantaremos en fe semillas espirituales, Dios enviará de su lluvia torrencial para llenarnos, saciarnos y cuidar las semillas espirituales que hayamos sembrado y poder obtener el buen fruto.

Como dijimos vendrá entonces la lluvia tardía, esta lluvia era la que permitía la floración, el crecimiento final del fruto, la maduración del fruto, es decir – era la lluvia que preparaba el fruto para la cosecha.

Al final del proceso, veremos una manifestación visible de lo que hemos sembrado. Aquí estamos completos, saciados y bendecidos.

Ezequiel 34:26 – «Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán»

Zacarías 10:1 – «Pedid a YHVH lluvia en la estación tardía. YHHV hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno«

 Hechos 14:17 – «…si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones»

Santiago 5:6-8 – «Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia. (7) Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. (8) Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca»

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Jeremías 17:7-8 – «Bendito el varón que confía en YHVH, y cuya confianza es YHVH. (8) Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto«

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