Éxodo 30:1-10 – «Altar del incienso»

Éxodo 30:1-6 – «Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás. (2) Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. (3) Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro. (4) Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado. (5) Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro. (6) Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo»

«…Harás asimismo un altar para quemar el incienso…» – El último de los componentes del Tabernáculo es el Altar sobre el que se quemaba el incienso, cada mañana y cada noche. Se lo denominaba מזבח חקטךת, Altar del incienso. מזבח הזהב, Altar de oro y מזבח הפנימי, Altar interno. La dificultad más obvia, que muchos comentaristas analizan, estriba en el hecho de que este Altar no aparece mencionado antes, junto con la Menorá (candelabro) y la Mesa, que ocupaban el mismo espacio dentro del Tabernáculo.

Entre la mayor parte de los pueblos de la antigüedad se acostumbraba ofrecer incienso como parte del culto religioso. En los primeros años del cristianismo, muchos creyentes en el Evangelio fueron muertos por negarse a quemar incienso sobre el altar de los dioses.

Este altar tenía un techo, a diferencia del altar de bronce en el atrio, que fue llenado de tierra.

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En las Escrituras, el incienso simboliza las oraciones que ascienden desde el altar del corazón hacia Dios – (Sal. 141: 2; Luc. 1:10; Apoc. 5: 8; 8: 3, 4).

– «Rambán explica que el Altar de oro tenía una función totalmente diferente de la del resto del Tabernáculo. Tal como se afirma en los últimos versículos del capítulo anterior, el Tabernáculo proporcionaba un marco adecuado para que Dios manifestara Su Presencia en Israel. Sin embargo, la proximidad de Dios lleva implícito el peligro de que aquellos que no honren Su Presencia sean sometidos al estrictísimo Atributo de Justicia, el cual no toleraría la más mínima infracción. Esto fue lo que ocurrió con Nadav y Avihu, quienes perdieron la vida cuando presentaron una ofrenda que, al no haberles sido requerida, resultaba en efecto prohibida (vease Lev 10:1). Por consiguiente, este Altar y el servicio del incienso representaban los medios por los cuales Dios resguardaban a la nación de ese eventual peligro. Al ser ofrendado en obediencia al mandato de Dios, el incienso tiene la singular propiedad de poder aplacar el fuego de la plaga infligida por el Cielo. En consecuencia, una vez que se proporcionó el Tabernáculo como agente para llevar Su Presencia a la nación, ahora Dios le facilitó a Moshé los medios para proteger al pueblo.

Sforno sugiere que el Altar del incienso era distinto a las demás partes del Tabernáculo. La estructura del Tabernáculo actuaba como polo para atraer la gloria de Dios a la nación (25:8-9), mientras que la ofrenda de los sacrificios creó el «lugar de reunión» entre Dios e Israel (29:43). Una vez que la presencia de Dios se manifestó en Israel por medio del Tabernáculo y su servicio, el incienso pasó a ser el medio prescripto para recibir al Rey y rendirle honores. Por lo tanto, recién una vez que todo el complejo fue terminado con éxito, la presencia del Altar del incienso se hizo imprescindible. Es por eso que aparece mencionado al final»

«…de madera de acacia…» – A diferencia del Altar de cobre, que estaba relleno de tierra, incluso el techo de este Altar era de madera enchapada en oro. El fuego del incienso no era lo suficientemente intenso como para dañar el oro o encender la madera – (Sforno).AltarDelIncienso (6)

«…Será cuadrado…» – En varios sentidos el altar del incienso se parecía al altar de los holocaustos – (Exo. 27: 1-8), aunque era de material más costoso y de menor tamaño. Tenía unos 44,45 cm (17,5 pulgadas) de lado y su alto era aproximadamente de 88,9 cm (35 pulgadas). Sobre sus «cuernos» se debía colocar la sangre de ciertas ofrendas por el pecado – (Lev. 4:7, 18).

«…Serán parte del mismo…» – Es decir, no serían añadidos a la cubierta del altar, sino que todo seria una sola pieza. Puesto que los cuernos simbolizaban poder (ver com. cap. 27: 2), en el altar del incienso representan el poder de la oración – (Gén. 32: 24-30). En
la parábola de la viuda y el juez injusto se hace resaltar el resultado de la oración perseverante – (Luc. 18: 3-8).

«…Una cornisa de oro…» –  Es decir un borde o moldura de oro (BJ), para hermosear el mueble y también para impedir que se cayera lo que se pusiese sobre el altar – (cap. 25: 24).

«…A sus dos esquinas…» –  Indudablemente ángulos opuestos o a «ambos lados» (BJ). Puesto que el altar era tan pequeño, no hacían falta cuatro anillos para llevarlo, como en los otros muebles, sino solamente dos. Debían estar justamente debajo de la «cornisa» o moldura.

«…Las varas…» – Es decir las varas que se usarían para llevar el altar – (cap. 25: 13, 28). La madera de acacia simbolizaba la fuerza, y el oro, la pureza. De este modo la oración debe brotar del altar del corazón, de un corazón leal, honrado y resuelto.

«…Delante del velo…» –  El altar del incienso fue ubicado en el lugar santo, junto al «velo» que separaba ese lugar del santísimo – (cap. 40: 21-27). Aunque estaba en el lugar santo, se consideraba que pertenecía al lugar santísimo (Heb. 9:3,4).

Este concepto surgió del hecho de que cuando los sacerdotes en su ministerio se acercaban a la sagrada Presencia que estaba por encima del propiciatorio, llegaban hasta el altar del incienso. Salvo en el día de la expiación, no podían acercarse más que hasta ese punto. Era éste el lugar a donde venían a encontrarse con Dios, cuya morada estaba en el lugar santísimo. El incienso que se ofrecía allí no sólo llenaba el lugar santo sino que se elevaba y pasaba por sobre el «velo» al lugar santísimo – (ver com. cap. 26: 32). El hecho de que el altar estuviese «delante del propiciatorio» nos enseña que por medio de la oración podemos entrar en la presencia de Dios. Aunque el «velo» de la humanidad – (1 Cor. 13: 12) impide que nuestros ojos físicos vean a Dios, la fe y la oración pueden llegar a donde el cuerpo no puede entrar.

El altar de oro no estaba más cerca del velo que la mesa y el candelabro. La expresión “delante de” implica, que estaba alineado en el lugar santo en una línea directa frente al arca.

– «La sección del Tabernáculo que se encontraba fuera del Sanctasanctórum media diez codos de ancho y, como lo indica este versículo, el Altar fue colocado directamente frente al Arca, en el centro de esa área, dispuesto a lo ancho de la misma. Esta parte de la estructura tenía veinte codos de largo, y el Altar fue colocado a mitad hacia adentro. Por lo tanto, la Menorá y la Mesa eran las que estaban más cerca del Velo, y el Altar estaba en el punto medio entre ambas, pero mas hacia el este – (Beraitá DeMelejet HaMiskhán)».


Éxodo 30:7-10 – «Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará. (8) Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de YHVH por vuestras generaciones. (9) No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación. (10) Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a YHVH»

«…Incienso aromático…» – La composición del incienso se da en los vers. 34-38. Todas las mañanas, inmediatamente después de la salida del sol, las lámparas eran alistadas y limpiadas por el sacerdote – (ver com. cap. 27:20).

En las Escrituras, el incienso aromático simboliza el conocimiento:

2 Corintios 2:14-15 – “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. (15) Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden

La quema del incienso simboliza oración con el entendimiento:

1 Corintios 14:15 – «¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento»

Apocalipsis 5:8; 8:3-4 – “Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos… Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió ante Elohim el humo del incienso con las oraciones de los santos”

«…Rito perpetuo…» – El incienso debía ofrecerse en el altar dos veces al día, en la hora de la oración matutina y de la oración vespertina. El altar del incienso representaba

la intercesión continua, así como el altar del holocausto representaba la expiación continua.

Sin embargo, no existe ninguna afirmación clara sobre si se quemaba continuamente incienso sobre este altar o no, aunque hay elementos que parecieran favorecer una respuesta positiva. El incienso quemado en forma continua nos enseña que diariamente debemos venir ante el Señor en oración – (Sal. 16:8; 55: 17; 1 Tes. 5: 17, 18). Debemos orar «sin cesar» – (1 Tes. 5: 17).

La oración en el espíritu está simbolizada por el sacrificio en el altar de bronce y la oración con el entendimiento está simbolizada por la quema del incienso en el altar de oro cada mañana y cada tarde.

Esto nos enseña la importancia de orar cada mañana cada tarde en el espíritu y con el entendimiento en el ministerio sacerdotal mesiánico que tenemos. El libro de oraciones, el sidur, ha sido hecho con el fin de ayudarnos a orar con el entendimiento por la mañana y por la tarde, en las horas de los sacrificios y en las horas cuando Yeshúa fue colgado y cuando entregó su espíritu – (Salmo 141:2; Daniel 6:10-13).

«Si bien estos versículos mencionan a Aharón en conexión tanto con la Menorá como con el altar, ninguno de los dos servicios está circunscrito al Cohén Gadol. Tal vez se lo mencione en forma especial debido a que el servicio de Iom Kipur -que la Torá menciona en el versículo 10- si debía ser realizado pro el Cohén Gadol exclusivamente, o tal vez, Dios quería que Aharón fuera el primero en encender la Menorá y quemar el incienso – (Rambán)».

 

incienso en santisimo

«…Incienso extraño…» – Es decir, cualquier incienso que no había sido preparado según las indicaciones dadas en los vers. 34-38.

«…Una vez en el año…» – Esto se refiere al gran día de la expiación (Yom Hakipurim), el 10º día del 7º mes, cuando el sumo sacerdote debía tomar la sangre y ponerla sobre los cuernos del altar del incienso para limpiarlo y santificarlo – (Lev. 16: 18, 19). Este acto no lo transformaba en altar de expiación.

Sin embargo, tenía que ver con la expiación en el caso de que el sumo sacerdote pecara – (Lev. 4: 3-12), o cuando toda la congregación cometiese algún pecado por ignorancia o «hubiese hecho algo contra alguno de los mandamientos de YHVH» – (Lev. 4: 13-21). En tales ocasiones el sumo sacerdote ponía con su dedo la sangre del sacrificio en los cuernos del altar. En estos dos casos el altar del incienso ocupaba el lugar del altar del holocausto, en el cual se rociaba la sangre de las ofrendas por pecados individuales – (Lev. 4; 22-35).

De todos los muebles del santuario, al parecer sólo el arca con su propiciatorio era considerada como de mayor importancia y mayor santidad que el altar del incienso. Esto muestra el gran valor que Dios le asigna a la oración.

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(Para mas información ver nuestra serie de estudios sobre: El Tabernáculo)


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Éxodo)

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Un comentario

  1. Muchas gracias! Por este estudio e sido muy edificada y palabras me hacen falta para expresar lo que e experimentado en mi interior. Me a sido de mucha utilidad. Que El Eterno les recompense por tan grande labor. De ayudar a quienes queremos aprender para conocerle más atravez de la Bendita Tora. Gracias! Shalom!

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