La Torah culmina la narración de la construcción del Tabernáculo hablando de los objetos que representan la esencia de la enseñanza que Imparte el Santuario. En las palabras del conocido himno de Shabat «último en realización mas primero en concepción», estos objetos, los que son parte de la esctructura del Tabernáculo simbolizan ideales humanos quintaesenciales: El Arca expresa que han sido trasmitidas las enseñanzas de Dios; la Mesa refleja la lucha humana por mantener el ser fisico por medio de la contienda incesante por el pan de cada dia; y finalmente, la Menorá manifiesta la obligación del hombre de difundir la luz de la Torá más allá de sus confines personales.
En otras palabras, el Arca que está en el Sanctasanctórum brilla con la luz de santidad hacia la Mesa y la Menorá, y desde las mismas al mundo entero.
Además, Rambán deja en claro que estos objetos significan el propósito del Éxodo, pues su santidad era reflejo de las excelsas cualidades de los Patriarcas y las Matriarcas, cuyos hogares y seres mismos estaban llenos de la santidad, que debe siempre ser lo central de la vida, en el Tabernáculo, el Templo y, cuando estos ultimos están ausentes, en las aspiraciones de todo creyente.

Éxodo 37:1-3 – «…Hizo también Bezaleel el arca de madera de acacia; su longitud era de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. (2) Y la cubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le hizo una cornisa de oro en derredor. (3) Además fundió para ella cuatro anillos de oro a sus cuatro esquinas; en un lado dos anillos y en el otro lado dos anillos…»
«…Hizo también Bezaleel…» – Este capítulo registra la ejecución de las instrucciones dadas en los caps. 25: 10-39; 30: 1-5, 23-25, 34, 35. Ver com. de esos pasajes.
Bezaleel encargó a otros la mayor parte de la obra pero se reservó la construcción del arca, de los querubines y del propiciatorio. Esto se debía indudablemente a que el arca era el mueble más importante del santuario, puesto que era la morada de la Presencia sagrada. Bezaleel deseaba que fuese su obra maestra.

El nombre de Betzaleel significa: a imagen de Dios; La suma de la equivalencia de los números del nombre de Betzaleel, suman 153.
- La letra Bet ——— ב tiene un valor numérico de: 2.
- La letra Tzadi —— צ tiene un valor numérico de: 90.
- La letra Lámed—— ל tiene un valor numérico de: 30.
- La letra Alef ——– א tiene un valor numérico de: 1.
- La letra Lámed —– ל tiene un valor numérico de: 30.
TOTAL = 153
En Juan capítulo 21 vemos que Yeshúa le dice a los apóstoles que echen la red a la derecha y al sacar la red, pescaron un número total de 153 peces, justo el valor numérico de Betzaleel; el echar la red a la derecha tiene que ver con la misericordia y con ello, vemos que la pesca del tabernáculo que somos nosotros en virtud de que el tabernáculo es la presencia de Dios morando en todos los creyentes que están en el exilio, que representa el desierto, entonces va a ser a través del carpintero, arquitecto, que es Yeshúa; a grandes rasgos éstos son los paralelismos de la gran pesca de Juan capítulo 21, con Yeshúa y Betzaleel. Betzaleel construyó un tabernáculo literal Y Yeshúa está construyendo un tabernáculo espiritual.
∇ – “…Abarbanel resalta que con respecto a la confección de los enseres del Mishcan, a veces la Torah dice: HE hizo», en singular y otras veces la Torah dice: «E hicieron» en plural; mientras que en cuanto a la construcción del arca se refiere, la Torah dice: «Hizo Betsalel el arca.» Según Abarbanel esto se debe a que algunos elementos del Mishcan en realidad fueron hechos por todos los artesanos en conjunto, por ejemplo los paños; y los demás elementos fueron hechos individualmente, cada cual por uno de los artesanos; pero el Arca de la Torah, debido a la importancia de la misma, fue hecha personalmente por Betsalel, sin que intervinieran, en la construcción de la misma, otras manos que no fueran las de él…»
Éxodo 37:4-9 – «…Hizo también varas de madera de acacia, y las cubrió de oro. (5) Y metió las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca. (6) Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. (7) Hizo también los dos querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. (8) Un querubín a un extremo, y otro querubín al otro extremo; de una pieza con el propiciatorio hizo los querubines a sus dos extremos. (9) Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio…»
La palabra en hebreo para propiciatorio es la palabra Kaporét que tiene que ver con la palabra kafar;
H3722 – Diccionario Strong כָפָּ ה kafár raíz primaria; cubrir (específicamente con betún); figurativamente expiar o condonar, aplacar o cancelar: anular, apaciguar, aplacar, corregir, evitar, (hacer) expiación, expiar, limpio, pacto, perdonar, propicio, purificar, reconciliación, reconciliar, satisfacción.
En inglés se traduce como el asiento de la misericordia porque ahí se llevaba a cabo la misericordia de Dios. Probablemente para Israel se incluían los dos aspectos del simbolismo y con justicia se puede llamarlo “el propiciatorio” y “el trono de la gracia”. El propiciatorio era el lugar donde la justicia de Dios queda satisfecha.
El Señor dijo que el arca con el propiciatorio sería un símbolo vivo de su presencia con el pueblo: y desde encima del propiciatorio, de en medio de los querubines… hablaré contigo de todo lo que te mande para los hijos de Israel – (Num 25:22). Con razón se lo consideraba como su trono entre los querubines – (1Sa 4:4; 2Sa 6:2; Job 99:1; Isa 37:16).
El propiciatorio se usaba en Yom Kipur, solo una vez al año para el perdón de los pecados; se sacrificaba un macho cabrío, mientras que el otro macho cabrío se iba al desierto, (exilio) y en eso Yeshúa cumple con ambos roles ya que por un lado cumple con el sacrificio al morir y también cumple el rol de ir al exilio.
v.7 – «…Hizo también los dos querubines de oro…» – Los dos querubines representan a los dos testigos que representan a las dos casas; la casa de Israel que se encuentra en el exilio y la casa de Judá que ya tiene la oportunidad de regresar del exilio; ambas casas son testigos de Dios para el mundo entero.
Eran labrados a martillo porque el trabajo de labrado a martillo representa que las dos casa tendrían que ser moldeadas, quebrantadas mediante el sufrimiento, lo que significa que cuando sentimos que las circunstancias de nuestra vida nos causan quebranto, es que Dios está moldeando nuestro carácter; Dios está formando personas que tienen un corazón duro, ángeles como esos querubines en cada uno de nosotros al cambiarnos el corazón.

Éxodo 37:10-16 – «…Hizo también la mesa de madera de acacia; su longitud de dos codos, su anchura de un codo, y de codo y medio su altura; (11) y la cubrió de oro puro, y le hizo una cornisa de oro alrededor. (12) Le hizo también una moldura de un palmo menor de anchura alrededor, e hizo en derredor de la moldura una cornisa de oro. (13) Le hizo asimismo de fundición cuatro anillos de oro, y los puso a las cuatro esquinas que correspondían a las cuatro patas de ella. (14) Debajo de la moldura estaban los anillos, por los cuales se metían las varas para llevar la mesa. (15) E hizo las varas de madera de acacia para llevar la mesa, y las cubrió de oro. (16) También hizo los utensilios que habían de estar sobre la mesa, sus platos, sus cucharas, sus cubiertos y sus tazones con que se había de libar, de oro fino…»
La mesa medía 2 codos de largo, 1 codo de ancho y 1.5 codos de alto (= 90 cm. x 45 cm. x 67 cm. aprox.). Sobre ella se ponían el pan de la Presencia y los utensilios usados para hacer la ofrenda de libación – (25:29-30; ver 2 Reyes 16:13; Os 9:4). Tal como el arca, estaba hecha de madera de acacia recubierta de oro puro con una moldura de oro alrededor (vv. 10, 11). Tenía cuatro aros de oro fundido y dos varas de madera de acacia recubiertas para transportarla – (Ex 25:26-28).
El pan simbolizaba la presencia y cuidado providencial del Señor. Se lo llamaba el pan que está continuamente en la mesa – (Num 4:7), pan sagrado (1Sa 21:4), pan de la Presencia (1Sa 25:30; 1Sa 21:6) y pan de la presentación (1Cr 9:32). Cada sábado se colocaban doce panes en dos hileras y ponían incienso puro sobre cada hilera como memorial, una ofrenda quemada a YHVH – (Lev 24:7). Sólo los sacerdotes en el lugar sagrado podían comerlos (ver Mat 12:4).
Éxodo 37:17-24 – «…Hizo asimismo el candelero de oro puro, labrado a martillo; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores eran de lo mismo. (18) De sus lados salían seis brazos; tres brazos de un lado del candelero, y otros tres brazos del otro lado del candelero. (19) En un brazo, tres copas en forma de flor de almendro, una manzana y una flor, y en otro brazo tres copas en figura de flor de almendro, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salían del candelero. (20) Y en la caña del candelero había cuatro copas en figura de flor de almendro, sus manzanas y sus flores, (21) y una manzana debajo de dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salían de él.
(22) Sus manzanas y sus brazos eran de lo mismo; todo era una pieza labrada a martillo, de oro puro. (23) Hizo asimismo sus siete lamparillas, sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro. (24) De un talento de oro puro lo hizo, con todos sus utensilios…»

Todo el trabajo se hizo conforme a las órdenes del Eterno por medio de Moshé. Esto nos enseña la importancia de ser meticulosos en nuestros trabajos para hacerlo excelentemente bien.
El candelabro de oro puro modelado a martillo fue construido en una forma que semejaba un árbol. Posiblemente se refería al árbol de la vida – (Gen 2:9) y combinaba el concepto de la vida con el de la luz que se asocia con la vida. También tenía dos propósitos funcionales:
- Proveía luz para un lugar oscuro.
- Daba belleza al lugar santo.
Era todo de una pieza sin soldadura y tenía siete lámparas o brazos (menorah H4501). El tallo o tronco central era a modo de un almendro, el primer árbol que florecía en la primavera y simbolizaba la vida que despertaba a la voz de Dios – (ver Jer 1:11). Del tallo central arrancaban seis brazos laterales y con cálices en forma de botón y flor de almendro (v. 14) para adorno (ver vv. 19-21).
Los lectores prácticos estarán propensos a decir:
“¿Por qué tanto trabajo con un martillo, cuando habrían podido ser fundidas tanto más fácilmente, cuanto que ellos conocían el proceso?”
La única respuesta que puede ser dada, es que fué hecho según la orden recibida. No tenemos duda de que había motivos para una orden tan clara, algo significativo, que no nos ha sido revelado. (Napier.)
Éxodo 37:25-29 – «…Hizo también el altar del incienso, de madera de acacia; de un codo su longitud, y de otro codo su anchura; era cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos de la misma pieza. (26) Y lo cubrió de oro puro, su cubierta y sus paredes alrededor, y sus cuernos, y le hizo una cornisa de oro alrededor. (27) Le hizo también dos anillos de oro debajo de la cornisa en las dos esquinas a los dos lados, para meter por ellos las varas con que había de ser conducido. (28) E hizo las varas de madera de acacia, y las cubrió de oro. (29) Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y el incienso puro, aromático, según el arte del perfumador…»
El altar era cuadrado, de un codo de largo, de un codo de ancho y de dos codos de alto (v. 25; = 45 cm. x 45 cm. x 90 cm. aprox.). También estaba hecho de madera de acacia recubierto de oro puro. Tenía cuernos recubiertos de oro y dos aros de oro donde se colocaban las varas para transportarlo. Posiblemente los cuernos simbolizaban la fuerza divina.
El altar se colocaba delante del velo que dividía el tabernáculo (30:6) y se quemaba incienso aromático sobre él cada mañana cuando se preparaban las lámparas y cuando se encendían las lámparas al anochecer (30:7, 8).
«… según el arte del perfumador…» – Ramban dice que en la preparación del óleo para unción y del incienso aromático, nuestro capítulo no abunda en detalles. Eso se debe a que en el capítulo de Exodo 30:34, que es cuando la Torah prescribe la preparación de los mismos, tampoco la Torah relata en minucia detalles de la preparación. Por esta razón el versículo 29 de este capítulo sigue el mismo criterio y dice que la preparación era «arte de perfumista«, lo que implica, de acuerdo con Ramban, que eso se hizo según los conocimientos de los perfumistas de aquella época.
