Sobre la Parashat Ki Tavo’

En esta semana estamos estudiando la parashat 50 Ki Tavo’ se encuentran en: Deuteronomio 26:1-29:8כִּי-תָבוֹא (Ki Tavo’) significa: “Cuando Entres“.

Leemos en la Parashá:

Deuteronomio 26:1-4 – «…Cuando hayas entrado en la tierra que YHWH tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, (2) entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que YHWH tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que YHWH tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. (3) Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a YHWH tu Dios, que he entrado en la tierra que juró YHWH a nuestros padres que nos daría. (4) Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de YHWH tu Dios…»

En el inicio de esta Parashá, Moises instruye al Pueblo de Israel sobre las reglas de ley de las primicias..que deberán ofrecer -ante Dios todos los agricultores, al comenzar la época de las cosechas.

En verdad, este precepto -llamado en hebreo Bikurím ביכורים- ya había sido enunciado con anterioridad en la Torá, pero en síntesis…(Éxodo Cap. 23 y 34).

Vemos en Éxodo 23:19a y 34:26a, donde está escrito:

“…Traerás lo primero (reshít) de las primicias (bikurim) de tu tierra a la casa de YHWH tu Dios…”

La palabra hebrea que ha sido traducida como “primicias” es reshit, y aparece en todos los tres textos. La palabra bikurim, “primicias” no aparece en el texto de Deuteronomio, sólo reshít, “lo primero”. Aun así, esta ofrenda es llamada bikurim.

i. Casualmente un nombre muy interesante en las escrituras del Mesías es Reshit, Ya que el es el primer fruto de la resurrección y el que tiene la preminencia.

La época de la cosecha, en la vieja Israel, comenzaba en Pesaj, cuando el grano de cebada comenzaba a recogerse, y el «Omer» se llevaba al Templo como ofrenda de Gracias.Pronto, maduraban los otros granos y frutas, pero «Bikurim«, la ofrenda de los primeros frutos maduros, no debía llevarse al Templo antes de Shavuot.

Durante todo el verano, desde Shavuot hasta Sucot, había tiempo para traer Bikurim al Sagrado Templo.

Para cumplir con este precepto, todo agricultor hebreo, al llegar la temporada de la cosecha, marcaba con una cinta… los brotes de los primeros frutos de sus árboles o campos.., y luego de que se complete su maduración, los recolectaba con esmero y cuidado.. para llevarlos al Santuario como ofrenda de gratitud.

El fastuoso evento de la entrega de las primicias ante el Santuario, constituía uno de los acontecimientos más hermosos y vibrantes del año. Millares de familias llegaban desde la periferia de Jerusalén al Templo sagrado, con sus ofrendas preciosamente engalanadas, colocadas en carruajes finamente decorados; mientras eran flanqueados por la multitud citadina que vitoreaba con saludos y vítores a los campesinos visitantes.

Moisés añade a la exposición de los mandamientos y derechos de Israel, al concluir, otra ordenanza respecto a aquellos presentes que estaban relacionados más íntimamente con la vida social y doméstica, los primeros frutos y los segundos diezmos, con el propósito de dar la consagración adecuada a la actitud de la nación para con el Señor su Dios.

Abarbanel -entre otros- destaca que este precepto nos recuerda que la tierra es de Dios. y que debemos agradecer le permanentemente por las satisfacciones que recibimos en nuestra vida. Pretende evitar que caigamos en la soberbia de pensar que debemos todo lo que tenemos a nuestra “fuerza y potencia”.

Esta mitzváh regirá cuando el pueblo de Israel, con todas sus tribus, haya tomado posesión de su tierra, asentándose dentro de los límites territoriales establecidos. Se traía las primicias de los siete frutos más típicos de la Tierra de Israel: trigo, cebada, producto de la vid, higo, granada, olivo (aceite) y miel (de dátiles) (véase Deuteronomio 8:8).

Según la Mishnáh (Bikurim Cap. 1 Mishnáh 3), no se podía traer las primicias a Jerusalén antes de la festividad de Shavuot, llamada precisamente “Iom ha bikurim” -día de las primicias-. “Y la festividad de la siega las primicias de tus labores, lo que sembrares en el campo…” (Exodo 23:16).

Las primicias se podían traer desde Shavuot hasta Sukot, época de cosecha y por ende de regocijo. Sin embargo, aquellas personas que traían primicias después de culminar la festividad de Sukot, no estaban sujetas a la lectura de – “mikrá bikurim”, ya que el versículo 11 dice: “…Te habrás de regocijar con todo lo bueno…” (T.B. Pesahim 36:2).

Según Maimónides, el sacrificio de bikurim requiere siete cosas:

  1. Se lleva al lugar escogido por YHWH.
  2. Se lleva en una canasta.
  3. Se hace una declaración verbal.
  4. Se entrega un sacrificio.
  5. Se canta.
  6. Se hace la ceremonia de tenufá – mecimiento.
  7. Se pernocta en el lugar.

La Mishnáh Bikurim Cap. 3, describe minuciosamente el ceremonial correspondiente a esta celebración, con la llegada de los oferentes a Ierushalaim portando las primicias, veamos algunos pasajes del ceremonial de Bikurim de los primeros versos del tratado de Bikurim (Mishnah):

1 ¿Cómo se separan las primicias? Si uno desciende a su campo y ve que un higo o un racimo o una granada han comenzado a madurar, los ata con un junco y dice: «Estas son las primicias». R. Simeón dice: No obstante ha de volver a declarar las primicias después de que los frutos son arrancados del suelo.

2 ¿De qué manera se llevaban las primicias (a Jerusalén)? Todos los pequeños pueblos de una circunscripción se reunían en la capital de la circunscripción (Existían en Israel 24 circunscripciones por razón de los 24 turnos sacerdotales), pasaban allí la noche en la plaza de la capital del distrito, sin que entrasen en sus casas. Muy de mañana el encargado decía: «Levantaos y subamos a Sión, a la casa del Señor, nuestro Dios» (Jr 31, 6. En el camino decían: «Me he alegrado cuando me han dicho: Vayamos a la casa del Señor. Al llegar a Jerusalén exclamaban: (Nuestros pies están en tus puertas, oh Jerusalén>>. Al alcanzar la montaña del Templo entonaban: «Aleluya, alabad a Dios en su santuario». En el atrio: (Alabe toda garganta al Señor). Los de las cercanías (de Jerusalén) llevaban higos frescos y uvas frescas.

3 Los de zonas alejadas, higos secos y uvas pasas. El buey (Destinado al sacrificio pacifico) iba delante con los cuernos recubiertos de oro y con una guirnalda de olivo sobre el testuz. La flauta sonaba delante de ellos hasta que alcanzaban las proximidades de Jerusalén.

Cuando llegaban a la cercanía de Jerusalén enviaban mensajeros y coronaban
sus primicias (Ordenándolas y poniendo las mejores en primer lugar). Los gobernadores, prefectos y tesoreros (del templo) salían entonces a su encuentro. Conforme a la dignidad de los que venían, así salían aquéllos. Los artesanos de Jerusalén se levantaban a su paso y les daban el saludo: «Hennanos nuestros, habitantes de tal lugar, bienvenidos seáis».

4 La flauta marcaba entre ellos el tono hasta que llegaban a la montaña del Templo. Entonces cada cual, incluso el propio rey Agripa, tenía que cargar con el cesto a hombros y llevarlo así hasta entrar en el atrio. Cuando llegaba al atrio cantaban los levitas: Te ensalzaré, Señor, porque me has alzado y no has permitido que mis enemigos se regocijen por mi causa (Sal 30).

i. El principio religioso implícito en la ofrenda de los “primeros frutos” (animales, vegetales o humanos) a los dioses se basaba en la promoción de la fertilidad. Desde los tiempos más antiguos, existía la presunción de que los dioses creaban la vida en sus diversas formas y que esperaban recibir la consabida ofrenda de lo primero de la cosecha o el primer fruto de la matriz. La religión israelita lo suavizaba permitiendo la redención de algunos animales y de todos los varones primogénitos humanos (Éxo. 13:11–13; Núm. 18:14, 15). La entrega de los
primeros frutos también incluía un aspecto político. Los anales *asirios de Senaquerib (705–681 a. de J.C.) contienen el mandamiento de que los pueblos conquistados paguen ofrendas de los primeros frutos de ovejas, vino y dátiles a los dioses de Asiria.

*(…) paréntesis agregados para comprensión del texto

vs.1 – «…Cuando hayas entrado en la tierra que YHWH tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites…» – El israelita debe comprender en su corazón que no fue él ni su fuerza lo que le permitió conquistar la tierra de Canaán, sino que fue un regalo de Dios para él. Por eso la Torá escribió por primera vez: «que el Señor tu Dios está a punto de darte«. Dios te lo da para que te des cuenta de esto.

La Torá usó deliberadamente la fórmula אלוקיך, «tu Dios«, para recordarte que Él te dio la tierra para que lo reconozcas como tal. Debes expulsar a los antiguos habitantes de esta tierra. Tienes que hacer esto incluso si te parece que hay una buena razón para mantener a algunos antiguos habitantes en esta tierra.

La Torá exige que los enemigos de Dios sean expulsados ​​de Su tierra. Es por esto que la Torá enfatiza וירשתה , «y la poseerás«. Habitar en Tierra Santa es un mandamiento en sí mismo. Hay numerosos casos citados en el Talmud la importancia del mandamiento de habitar en Tierra Santa «Eretz Yisra’el«. (Ketuvot 111. 4).

vs.2 – “…de todos los frutos del campo..”: La obligación recaía solamente sobre los frutos típicos de Eretz Israel. Estos son: 1) Trigo, 2) Cebada, 3) Uva, 4) Higo, 5) Granada, 6) Aceituna y 7) Dátil. -Se denominan las 7 Especies de Israel-.

vs.3 – «…Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a YHWH tu Dios, que he entrado en la tierra que juró YHWH a nuestros padres que nos daría…»Este texto nos enseña la importancia de la identificación nacional e histórica con el pueblo de Israel. Todas las personas que hacían esta declaración en el templo no habían entrado físicamente en la Tierra. Pero pertenecían a un pueblo que una vez en la historia pasó a la tierra, y cada israelita tendrá que identificarse con ese hecho como si él mismo lo hubiera vivido.

i. Declaro en voz alta, para que los jóvenes oigan. El verbo también puede denotar «reconocer», es decir, agradecer a Dios por haber cumplido su promesa, y esta interpretación está respaldada por la presencia del fruto.

vs.4 – «…Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de YHWH tu Dios…»El sacerdote mecía la canasta y la colocaba delante del Señor, reconociendo que YHWH era dueño de la tierra. Esta ceremonia debía realizarse con gozo en
Dios, como Dador de la cosecha, de la paz y de la prosperidad. El apóstol Pablo afirma que los mesiánicos deben emular este principio de devolverle a Dios parte de las bendiciones recibidas (1 Cor. 16: 2; 2 Cor. 8: 7-9).

El Cohén colocaba la mano debajo de la del dueó y, juntos, alzan y ondean el cesto, como es el caso con numerosas ofrendas (Sucá 47b).

De estos pasajes aprendemos la importancia de reconocer la provisión del Eterno y estar agradecido por todo los beneficios que adquirimos de El pues como dice el salmista:

Salmo 24:1 – «…De YHWH es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan…»

Por tanto el traer las primicias al templo era una manera de estar reconociendole como el que provee tanto de el alimento, como de la tierra, sus promesas se cumplen y los que permanecen en su pacto gozaran de los beneficios de la obediencia ya sea en esta tierra pero mas seguro y explendido en el mundo venidero.

(Vea en mas detalles sobre Bikurim – La fiesta de las primicias)


(Para mas reflexiones de las Parashot semanales haz click aqui)

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