Por 40 años Moisés vivió como un pastor oculto en el desierto de Madián. Hasta este punto su vida era tan humilde que él no tenía ningún ganado al que pudiera llamar como propio – las ovejas pertenecían a su suegro, pero algo sucedió en la vida de Moisés que cambio el rumbo de sus días…
- Presencia divina:
Éxodo 3:1-3 – «Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. (2) Y se le apareció el Angel de YHVH en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. (3) Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema»
Siempre se produce una manifestación y un encuentro sobrenatural si logramos atravesar el desierto espiritual guiados por el Eterno. Más allá del desierto está la revelación.
Moisés llevó a las ovejas hasta este monte, el cual después se llamó el Monte Sinaí. Horeb probablemente significa “desierto” o “desolación,” y dicho nombre nos da una idea del terreno.
«…Y se le apareció el Angel de YHVH en una llama de fuego en medio de una zarza…» – No fue solamente de que Moisés vio una zarza ardiendo; aparentemente es común que una planta como esta tuviera una combustión instantánea en ese desierto. Sin embargo, dos cosas eran distintivas de esa zarza:
- Apareció el Ángel de YHVH…en medio de una zarza.
- A pesar de que la zarza ardiera, la zarza no se consumía.
La zarza ardiente que no se consumía fue una atracción magnética para la vista de Moisés – le atrajo para examinarla de cerca. Algunos piensan que la zarza ardiendo simboliza a Israel, o en general al pueblo de Dios – afligidos pero no destruidos, porque Dios esta en medio de ellos.
También podríamos decir que la zarza ardiente era un dibujo de la cruz. La palabra Hebrea usada para describir esta zarza viene de la palabra “clavar o pijar”, lo cual significa un espino o una zarza. Podemos pensar de la cruz – donde Jesús, coronado con espinos, soporto el fuego del juicio y aún así no fue consumido por ello – y ser recordados de la cruz cuando consideramos la zarza ardiente.
Pero lo certero es que el Eterno se manifiesta en la tierra por medio de sus malajes, ángeles. Muchas veces estos seres maravillosos se manifiestan como llamas de fuego.
Hebreos 1:7 – «Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego»
Los que sirven al Eterno tienen que estar ardiendo. Dios no es un Dios de muertos sino de vivos, y la vida necesita fuego para existir. Por esto los sacrificios delante del Eterno se dan por medio del fuego y con vino fuerte, que arde – (Números 28:7).
Romanos 12:11 – “…no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”
Aprendemos dos cosas de este arbusto que ardía en una llama de fuego sin ser consumido.
- Nuestro servicio al Eterno no puede ser hecho por medio de nuestra propia inspiración, nuestro propio fuego.
- Ese fuego nos consume:
Ezequiel 28:18 – “Por la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran”
Es importante que nuestro servicio al Eterno sea con la aportación de su fuego, no con el nuestro, que es un fuego extraño que nos mata:
Números 26:61 – “Pero Nadav y Aviú murieron cuando ofrecieron fuego extraño
delante de YHVH”
Lo otro que aprendemos de este fenómeno maravilloso es que el pueblo de Israel estaba pasando por una opresión muy grande en Egipto y a lo largo de toda la historia humana, y a pesar de ello no ha sido consumido.
Algunos dicen que esta aparición fue el propio Yeshua, corroborado en los vv.4-10 lo que muchos llaman una teofanía – (Gen 16:7-13; 48:15; De 33:6; Jue 13:20-23; Is 10:17; 63:9; Hch 7:30 35).
Éxodo 3:4-6 – «Viendo YHVH que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. (5) Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. (6) Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios»
Dios no habló a Moisés hasta que Él tuvo la atención de Moisés. Regularmente la Palabra de Dios no toca nuestro corazón de la manera que podría llegar a hacerlo puesto que nosotros no prestamos atención.
La zarza ardiente fue un fenómeno espectacular que capturó la atención de Moisés; pero no hubo ningún cambio sino hasta que Moisés recibió la Palabra de Dios que salió de allí.
Las primeras palabras de Dios para Moisés fue llamarle por su nombre.
«…lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés!…» – Esto muestra de que a pesar de que Moisés era un pastor solitario y olvidado detrás del desierto, Dios sabía quien era él, y Moisés era importante para Dios.
La doble llamada (¡Moisés, Moisés!) implica importancia y urgencia, como cuando Dios llamó a ¡Abraham, Abraham! – (Génesis 22:11), ¡Samuel, Samuel! – (1 Samuel 3:10), Simón, Simón – (Lucas 22:31), Marta, Marta – (Lucas 10:41), y a Saul, Saul – (Hechos 9:4).
Dios le dijo a Moisés que hiciera dos cosas para mostrar un honor especial a éste lugar debido a la inmediata presencia de Dios.
- Él le dijo a Moisés que guardara su distancia – (No te acerques).
- Él mandó a Moisés a mostrar reverencia ante la presencia de Dios (Quita tu calzado de tus pies).
«…No te acerques…» – Es una frase que literalmente tiene el sentido de “detente de acercarte” Moisés estaba en camino a examinar de cerca de la zarza ardiente cuando Dios le detuvo. Éste era un lugar santo; y debido a que Dios es santo siempre habrá una distancia entre Dios y los hombres. Aún en la perfección el hombre nunca será igual a Dios, aunque si seremos capaces de tener un relación más cercana con Él.
«…Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.» – En esta palabra «tierra» se usa la palabra en hebreo = Adamah אֲדָמָה. Moisés estaba pisando una tierra especial distinta, de donde fue sacado el primer hombre en el Edén, era una tierra única y especial, la tierra normal la que usa mas comúnmente las escrituras es la palabra eretz- אֶרֶץ.
También se reconocía la inmediata presencia de Dios. En muchas culturas uno se quita el calzado cuando se entra en la casa de alguien, y Moisés ahora estaba en la “casa” de Dios, un lugar donde se encontraba Su inmediata presencia.
“Ya que la suela debe gustar del polvo, la gravilla y la arena sobre el pie cuando se viaja, lo cual era incómodo, por lo tanto se hizo una costumbre el lavar frecuentemente los pies en aquellos países en donde eran usadas las sandalias. El quitarse el calzado es por lo tanto un emblema de dejar de lado la contaminación que se contraía de caminar en pecado”
Cualquier pastor de ganado menor que va por la estepa en el Oriente Medio cubre su cabeza para protegerse del sol y los vientos. Cuando el Eterno se manifestó a Moisés no le pidió descubrir su cabeza, sino quitar su calzado. Ellos usaban calzado muy fuerte para proteger sus pies en ese terreno.
Las Escrituras enseñan que delante del Eterno no es costumbre descubrir la cabeza, sino más bien cubrirse, para reverenciarle y protegerse de la tremenda luz que hay en la gloria de Su presencia. En el tabernáculo estaba prohibido servir al Eterno sin la cabeza cubierta. El Sumo Sacerdote tenía que tener una cobertura sobre su cabeza en todo momento delante del Eterno. Jesús el Mesías es el Sumo Sacerdote que está sirviendo en estos momentos en el tabernáculo celestial según el orden de Melquisedec. Como el Sumo Sacerdote en la tierra es una sombra del Sumo Sacerdote que está en los cielos podemos deducir que el Mesías Yeshúa tiene su cabeza cubierta al servir en el Tabernáculo celestial – (Zacarías 3:1-5; Apocalipsis 19:12).
«…Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob…» – Dios se reveló a sí mismo a Moisés al declarar Su relación con los patriarcas. Esto le recordó a Moisés que Dios es el Dios de pacto, y de que Su pacto con Israel aún era válido e importante. Éste no era un “nuevo Dios” que se encontraba con Moisés, sino el mismo Dios que trató con Abraham, Isaac y Jacob.
Dios se revelaría a Si mismo más íntimamente de como Él lo hubiera hecho con cualquiera de los patriarcas; con todo, Dios comenzó recordándole a Moisés del pacto que había formado con ellos. En los días de Moisés, algunos pudieron pensar de que Dios olvidó Su pacto durante los 400 años de esclavitud de Israel en Egipto desde los tiempos de los patriarcas. Sin embargo, Dios estuvo trabajando durante ese tiempo, preservando y multiplicando la nación para sus propósitos de redención.
Éxodo 3:7-9 – «Dijo luego YHVH: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, (8) y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. (9) El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen»
Dios no había decidido en ese momento el dar a Israel la tierra de Canaán. Era la misma tierra que Él prometió a los patriarcas hace unos 400 años antes de estos eventos. Dios quería que Moisés e Israel supieran de Su compasión y cuidado por ellos.
«…y he descendido para librarlos de mano de los egipcios…» – En Éxodo 3:8 Dios dijo He descendido para librarlos. Luego en Éxodo 3:10 Dios dijo, Ven, por tanto, ahora, y te enviaré. Si Dios dijo que Él los libraría, ¿porqué Él usaría o necesitaría a Moisés? Esto nos muestro que Dios generalmente usa y elige el descansar en instrumentos humanos.
Dios lo podría hacer todo Él mismo, pero es más común que la obra de Dios se haga con y a través de las personas, y nosotros somos colaboradores juntamente con Él – (2 Corintios 6:1).
Esta es la séptima vez que el Eterno desciende a la tierra de forma muy concreta, las otras seis veces se encuentran en – (Génesis 11:5; 12:7; 17:1; 18:1; 28:13 y 35:9).
YHVH revela a Moisés su gran compasión por el pueblo oprimido. Para ser un líder capacitado hay que conocer las emociones del Eterno. Moisés tenía que conocer a un Dios que tenía compasión, que sentía lo mismo que el pueblo, que se preocupaba por su situación y que es consciente de sus sufrimientos. Si un líder no tiene la compasión del Eterno por su pueblo, nunca será capaz de tener éxito en el Reino.
Según el segundo nivel de interpretación, remez, alegórico, podemos decir que:
- Egipto representa el sistema maligno del mundo actual.
- Faraón representa a satanas que gobierna en este mundo de maldad.
- La esclavitud representa la situación del hombre bajo el pecado.
Estos son los tres enemigos más importantes del hombre. El último es el más peligroso, conduce a la muerte. Moisés recibe la misión de sacar al pueblo de estas tres cosas, de Egipto, de la influencia de Faraón y de la esclavitud.
De la misma manera el Mesías ha recibido la misión de sacar al pueblo de Israel del sistema de este mundo, de la influencia de satanas y del poder del yetser hará – (la inclinación al mal dentro del hombre, que le lleva a la muerte).
Éxodo 3:10-12 – «Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. (11) Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? (12) Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte»
«…¿Quién soy yo?…» – 40 años antes Moisés pensaba que sabía quien era él: él era un príncipe de Egipto y un Hebreo, el instrumento de Dios para liberar a Israel. Después de cuarenta años de perseguir a ovejas en el desierto, Moisés ya no tenía la misma seguridad que el alguna vez había tenido.
«…Yo estaré contigo…» – La respuesta de Dios estaba intencionada para quitar el enfoque de Moisés en si mismo y la pusiera en donde debiera de estar – en Dios. Por lo tanto, Dios nunca le contesto a su pregunta de “¿Quién soy yo?” En lugar de eso, Él le recuerda a Moisés que “Yo estaré contigo”.
Esta era una gran oportunidad para lidiar con el problema de “autoestima” de Moisés, pero Dios ignoró a las soluciones que nosotros usualmente le damos a este tipo de “problema”. Moisés solo tenía un problema de autoestima cuando él estaba muy confiado en su propia habilidad de librar a Israel.
¿Quién soy yo? – Esta no era la pregunta correcta; “¿Quién es Dios?” era la pregunta correcta.La identidad de Dios era más importante que la de Moisés. Cuando conocemos al Dios que esta con nosotros, podremos avanzar adelante confiadamente para hacer Su voluntad.
Moisés tenía que aprender total dependencia del Eterno, y no confiar en sí mismo. Este es el gran secreto en el Reino, depender del Eterno:
2 Corintios 12:10 – “Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”
2 Corintios 1:9 – “De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”
2 Corintios 3:5 – “no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios”
1 Corintios 15:10 – “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí”
- Dios revela su Nombre Kadosh:
Éxodo 3:13-14 – «Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? (14) Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros»
En total encontramos siete diferentes nombres del Eterno en esta revelación extraordinaria. Los siete son:
- Seré el que seré (Soy el que soy)– Ehiyé asher ehiyé.
- Seré (Soy)– Ehiyé, forma abreviada del primero.
- El Eterno – YHVH
- El Dios de vuestros padres.
- El Dios de Abraham
- El Dios de Isaac.
- El Dios de Jacob.
La raíz de la palabra Ehiyé es “hayá”(hey, yud, hey), que significa: ser, estar, existir / haber, tener / hacerse, llegar a ser, convertirse, volverse, ponerse / pertenecer a, servir de.
La raíz del nombre YHVH es “havá”[10] (hey, vav, hey), que significa: ser, estar, existir, devenir, llegar a ser, ocurrir.
La palabra YHVH (Yud, Hey, Vav, Hey) está relacionada con los dos verbos hayá y havá. YHVH es la forma causativa, (hifil), del verbo havá, lo cual implica que él es (eternamente), él vive (y no puede morir) y hace vivir (da existencia a todo ser vivo).
Él es el que existe por si mismo, el único ser real, el eternamente presente. Él es la fuente de toda realidad, incomparable, sin límite, autosuficiente, eterno e Inmutable.
Isaías 41:4 – “¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio? Yo, YHVH, soy el primero, y con los postreros estoy”
«…YO SOY me envió a vosotros…» Dios le dijo a Moisés que Su nombre era Yo Soy debido a que Dios simplemente es; nunca hubo un tiempo en donde Él no existió, o un tiempo donde Él deje de existir.
Esto nos enseña que el Eterno no está dentro del tiempo. Él está en el pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. Esto implica que él no necesitaba ver el futuro y el pasado en el momento cuando el Mesías murió por todos los hombres. Como él es, él puede trasladar los pecados de todos los hombres del pasado, presente y futuro, y colocarlos en el cuerpo de su Hijo para que él pueda morir por todos, sin excepción. Su muerte está eternamente presente ante el trono celestial. Por causa de esa muerte tú y yo tenemos acceso a su trono de misericordia. Por causa de que ÉL ES, podemos nosotros estar con él y recibir su vida eternamente y para siempre.
El nombre de Yo Soy contiene la idea de que Dios es completamente independiente; Él no depende de nada para la vida o existencia – (Isaías 40:28-29; Juan 5:26). Los teólogos algunas veces llaman a esta cualidad como aseidad. Esto significa de que Dios no necesita de nadie o de nada – la vida esta en Él mismo.
“Esta también conectada con la idea de que Dios es eterno e inmutable. “Hablando estrictamente, no hay un tiempo pasado o futuro en el vocabulario Divino. Cuando Dios parece que los utiliza, es sólo una manera de acomodarse a nuestras limitaciones históricas”
También la inherente idea detrás del nombre de Yo Soy es en el sentido de que Dios es “el ser”; Dios se convierte en lo que sea que se carece en nuestro tiempo de necesidad. El nombre de Yo Soy nos invita a llenar el vacío que tenemos para satisfacer nuestra necesidad – cuando estamos en oscuridad, Jesús dijo Yo soy la luz; cuando tenemos hambre, Él dijo Yo soy el pan de vida, cuando estamos indefensos, Él dijo Yo soy el Buen Pastor. Dios es el ser que se satisface nuestra necesidad.
Aquí, el nombre de Dios es un anuncio y una introducción. Anuncia la presencia de Dios e invita a cualquier interesado en conocerle a Él en base a experiencia, el probar y el ver que el Señor es bueno.
Yo Soy… Este es un título divino que seguido Jesús tomo para Si mismo, identificándose claramente a Si mismo con la voz de la zarza ardiente.
Juan 8:24 – «Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que Yo Soy [Él], en vuestros pecados moriréis»
Juan 8:28 – «Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo Soy [Él], y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseño el Padre, así hablo»
Juan 8:58 – «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, Yo Soy»
Juan 13:19 – «Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que Yo Soy»
Juan 18:4-6 – «Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy [Él]. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy [Él], retrocedieron, y cayeron a tierra»
Apocalipsis 4:8 – “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”
1 Timoteo 6:16 – “el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén”
Sólo YHVH tiene inmortalidad. Es el ÚNICO que tiene inmortalidad. El único inmortal habita en una luz inaccesible.
1 Timoteo 1:17 – “Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”
Juan 5:26 – “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo”
El alma del hombre no es inmortal. El hombre no es inmortal. Sólo hay uno que es inmortal. El hombre busca inmortalidad. YHVH comparte su inmortalidad con los que están conectados con él. Él es el dador de la vida y la existencia.
No hay vida ni existencia fuera de Él. Ningún ser puede existir si el Eterno no le da existencia. Los ángeles viven porque el Eterno los está dando vida. Los demonios viven porque el Eterno les está dando vida. Los hombres viven porque el Eterno los está dando vida.
El que se aleja del Dador de la vida se muere, se elimina, deja de existir, desaparece. Fuera del dador de la vida no hay existencia.
La filosofía griega ha engañado a judíos y cristianos con la doctrina de la inmortalidad del alma.
Hechos 17:24-25, 28a – “El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas… porque en El vivimos, nos movemos y existimos”
Esa capacidad de dar vida la ha entregado a su Hijo, el último Adam:
1 Corintios 15:45 – “Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adam, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adam, espíritu que da vida”
Juan 5:25 – “En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan Vivirán”
Juan 10:27-28 – “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano”
1 Juan 5:11-13 – “Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna”
El nombre YHVH (el Eterno) está íntimamente relacionado con los tres patriarcas.
Su nombre implica que está dando existencia a estos tres. Los patriarcas habían muerto en el tiempo de Moisés, no estaban vivos. Los patriarcas no estaban vivos sino muertos en el tiempo de Yeshúa.
Lucas 20:37-38 – “Pero que los muertos resucitan, aun Moisés lo enseñó, en aquel pasaje sobre la zarza ardiendo, donde llama al Señor, EL Dios de Abraham, El Dios de Isaac y el Dios de Jacob. El no es Dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven para El”
Los Saduceos no creían en la resurrección. Tampoco aceptaban otras Escrituras fuera del Jumash, el Pentateuco. Por lo tanto, cuando el Mesías entró en discusión con ellos en cuanto a la resurrección, no usó argumentos de los libros que ellos no aceptaban como inspirados.
¿Cuál es el argumento del Mesías?
Si no hay resurrección, como dicen los Saduceos, ¿cómo el Eterno puede confesarse a los patriarcas y decir que es el Dios de ellos, si están muertos? Él no es un Dios de muertos sino de vivos.
Esto nos enseña que los patriarcas estaban muertos cuando Yeshúa habló. Si Yeshúa los hubiera considerado como vivos, no tendría argumentos contra los Saduceos. Para nuestro Maestro, la resurrección era necesaria para que el Eterno pudiera ser el Dios de Abraham, Isaac e Israel. Si no hay resurrección, ellos siguen siendo muertos, y YHVH sería un Dios de muertos. Así que la doctrina que enseña que están vivos los que han dormido en la fe, está equivocada. Los que durmieron necesitan la resurrección de sus cuerpos para estar vivos. Abraham, Isaac y Jacob tienen que resucitar para que puedan ser considerados como vivos y Dios ser un Dios de vivos.
Según el Mesías Yeshúa, el hombre no puede vivir sin cuerpo. La resurrección es una condición para que el hombre pueda vivir eternamente:
1 Corintios 15:53-54 – “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria”
La muerte no podrá ser devorada hasta que venga la resurrección, cuando los cuerpos muertos serán vivificados.
“No hay equivalente para Dios, pero únicamente Dios. Si tu pones a Dios a un lado del símbolo de la ecuación ‘=’, no hay nada para poner en el otro lado mas que a Él mismo”
Éxodo 3:15-18 – «Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: YHVH, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. (16) Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: YHVH, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; (17) y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. (18) Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: YHVH el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a YHVH nuestro Dios»
«…Así dirás a los hijos de Israel…» – Después de cuatrocientos años en Egipto, Moisés tenía el trabajo de anunciar que ahora era el tiempo de que los hijos de Israel regresaran a Canaán, y el de tomar la tierra que Dios había prometido a sus padres.
Esto era probablemente contrario a lo que el pueblo y los ancianos de Israel deseaban. En cuatrocientos años tu te has arraigado. Ellos probablemente no tenían el deseo de regresar a la Tierra Prometida; todo lo que ellos querían era que fuera mucho más cómodo en Egipto.
La primera palabra tenía que llegar al pueblo de Dios (Éxodo 3:16) y después al mundo (Éxodo 3:18). A menudo Dios no hablará a lo ancho del mundo sino hasta que Él halla hablado a Su pueblo y cuando Él tenga su atención.
«…Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: YHVH, el Dios de vuestros padres…» – Vemos claramente como Moisés pronunció el Nombre del Eterno ante los hijos de Israel. Incluso lo hizo ante Faraón – (Éx 5:1-2, 17). La prohibición posterior de los rabinos de pronunciar el Nombre del Eterno no es originario de la Tora. El Eterno reprende a los falsos profetas de Israel por haber hecho que el pueblo olvidara su Nombre:
Jeremías 23:27 – “…que tratan de que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron mi nombre a causa de Baal?”
Como Moisés dio a conocer el Nombre de YHVH al pueblo de Israel, así el Mesías Yeshúa dio a conocer el Nombre del Padre a sus discípulos:
Juan 17:6, 26 – “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra… Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos”
«…Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: YHVH el Dios de los hebreos nos ha encontrado…» – Aquí se presenta el Eterno como el Dios de los hebreos. Es la primera vez que aparece esta expresión en las Escrituras. La palabra “los hebreos” (“ha-ivrim”) aparece catorce veces en el Jumash (Pentateuco) de manera común, y una vez de manera diferente. Las cuatro primeras veces son estas:
- Génesis 40:15 – en relación con la tierra de Israel.
- Génesis 43:32 – en relación con la comida.
- Éxodo 2:6 – en relación con el pueblo.
- Éxodo 3:18 – en relación con el Eterno.
En Éxodo 3:18 aparece la palabra “ha-ivriyim” con una doble yud. Es la única vez que aparece así en la Escritura. Esto nos enseña que aquí hay un secreto escondido en la expresión “el Dios de los hebreos”.
- La yud es la primera letra del Nombre del Eterno – Se identifica tanto con los hebreos que pone su nombre entre ellos.
- La yud es la décima letra del alefato hebreo – Las diez palabras fueron dadas en el monte Sinai. También hubo diez plagas para liberar a los hebreos de Egipto.
- La doble yud aparece también en la palabra “va-yitser” (“y formó”) en Génesis 2:7.
«…Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir…» – Dios sabía esto desde un inicio. Él sabía lo que tendría que pasar para mover el corazón de Faraón, y las plagas y calamidades por venir fueron ingeniadas con un propósito específico y no fueron planeadas al azar.
Éxodo 3:19-22 – «Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. (20) Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. (21) Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías; (22) sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto»
Faraón no los solataría fácilmente, así que Dios traería un gran juicio en contra de Egipto para persuadirlo.
«…Y yo daré a este pueblo gracia…» – no vayáis con las manos vacías: Dios prometió el arreglar las cosas para que no solamente se conmoviera el corazón de Faraón, sino también para mover el corazón del pueblo Egipcio de tal modo que cuando Israel partiera, ellos serían bañados con plata y oro y vestidos. Esto no fue robar ni extorsión, pero eran las ganancias apropiadas por años de labor forzada.
En Deuteronomio 15:12-14, Dios dice que si tú tienes un esclavo, y su tiempo de servicio se ha terminado, tú no le dejarías ir con las manos vacías. Dios no dejaría que Israel partiera de su esclavitud en Egipto con las manos vacías; en lugar de eso ellos despojarían a los Egipcios.
En el próximo capitulo seguiremos viendo este encuentro extraordinario de Moisés con YHVH…
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