El día 7 de Diciembre de 1864, el presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, recibió un regalo de una delegación de negros norteamericanos, el cual era una Biblia. Al recibirla, hizo esta declaración:
“Éste libro es el más grande regalo de Dios a la humanidad, pues todo lo que el buen Salvador le dio al mundo está contenido en este libro; sin la Biblia no podríamos saber la diferencia entre el bien y el mal”
(Miller- La vida y la obra de Lincoln – 5:209)
No cabe duda que la Biblia le ha dado a la humanidad el código de conducta y de moral más grande jamás conocido. Si la Biblia no hubiera sido escrita, jamás hubiéramos conocido la perfección moral del Señor Jesucristo, tampoco hubiéramos recibido el código de moral más sublime jamás dado al ser humano, de otra manera, cada quien estaría haciendo lo que bien le pareciera ante sus ojos.
Si no es la Biblia tú código de conducta y de moral, ¿Qué o quién es?
Sin embargo, después que la Biblia ha sido por más de mil años el código de moral para la civilización occidental, en estos últimos tiempos, especialmente desde el siglo XX, sus enseñanzas y moral son cada día más menospreciadas y desvalorizadas.
Las sociedades están otra vez regresando al grado donde…. cada quién hace lo que bien le parece delante de sus ojos. Desde luego que esto producirá la anarquía.
Hemos llegado a creer que podemos tener moralidad, sin tener una norma de conducta, la cual es y seguirá siendo, la Biblia. Dios le dijo a Israel:
Deuteronomio 4:40 – “Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre”
- Cristo – El ejemplo de la Perfección Moral:
Ningún ser humano en toda la historia humana ha sido perfecto ni sin pecado, pues nuestros más grande héroes han sido personas con muchos defectos y debilidades humanas.
El único ser perfecto que ha existido y sin pecado, ha sido el Señor Jesucristo:
Hebreos 7:26 – “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los cielos”
Por ejemplo, George Washington, que fue un hombre noble y generoso, tenía muchos esclavos; Mahoma, Buda, Gandhi, Dalai Lama, Confucio y otros más líderes religiosos fueron personas con grandes defectos en su carácter y estructura moral.
Ningún líder religioso ha muerto por los pecados del mundo, ni tampoco ninguno ha resucitado de los muertos, ni cambiado y afectado la historia como lo hizo Jesús de Nazareth, al grado que nuestra historia se dividió en antes y después de Cristo.
De la misma manera, tanto los profetas hebreos como los mismos apóstoles de Jesucristo, reconocieron sus debilidades y fallas de carácter:
- Isaías dijo: “Soy hombre de labios inmundos” – (Isaías 6:5).
- El apóstol Pedro dijo a Jesús: “Apártate de mí, porque soy hombre pecador” – (Lucas 5:8).
- Pablo escribió: “Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” – (I Timoteo 1:15).
- Pero Jesús dijo a sus enemigos: “¿Quién de ustedes me acusa de pecado?” – (Juan 8:46).
En su juicio tuvieron que usar falsos testigos para poder sentenciarle a muerte, pues todos los cargos que le hicieron fueron viles y falsos, ante los cuales ni siquiera respondió a ellos – (Marcos 15:3-5).
- La Moral de Cristo:
El Señor Jesucristo fue la primera persona en la historia en pronunciar la regla de oro:
Lucas 6:31 – “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”
El gran escritor William Jennings Bryan (1860-1925), escribió acerca de Jesús:
“Criado en el hogar de un carpintero, nunca teniendo acceso a la sabiduría del pasado y nunca habiendo estado en contacto con personas de otras regiones, en solo tres años le dio al mundo el código de moral más grande que jamás hombre alguno ha dado”
Thomas Jefferson, ex presidente de los Estados Unidos, escribió también acerca de Jesús:
“Cristo nos ha dejado el código más sublime y benevolente de moral que podamos tener para vivir”
(Carta escrita a John Adams en 1813, citada en la Biblia de Jefferson por Douglas Lurton- The World Publishing Comany-1942).
El destacado psiquiatra del siglo, J.T.Fisher y el coautor de su libro, L.S.Hawley, expresaron en su libro:
“Algunos botones que faltan, las siguientes palabras respecto al Sermón del Monte de Jesús:
Si tomáramos todos los artículos autorizados jamás escritos por los más calificados psicólogos y psiquiatras acerca de la higiene mental y los combináramos y refináramos, tendríamos un resumen incompleto acerca del Sermón del Monte de Jesús; pero además sufriríamos muchísimo al querer ni siquiera compararlos.
Por casi dos mil años el mundo cristiano ha tenido en sus manos con el Sermón del Monte la respuesta total para vivir con perfecta salud mental y contentamiento de la Vida”
(A few Bottons Missing -Philadelphia: J.B. Lippincott-1951, pág.273)
Así pues, mientras el cristianismo se esparcía por todo el mundo, el mensaje de la Biblia contenía el código de ética moral más elevado y transformador que el ser humano jamás conoció.
- Ejemplos del Impacto de la Moral Bíblica:
No cabe duda que fueron las enseñanzas de la Biblia y su código de moral los que ayudaron a los Estados Unidos de Norteamérica a poder abolir la esclavitud.
Los tiempos de la esclavitud fueron tiempos inexcusables de la historia americana y aunque muchas personas continúan usando la Biblia para justificarla (como muchas otras cosas sacadas fuera de su contexto), fue la Biblia lo que logró la disolución.
Fue la Biblia la que inspiró a William Wilberforce en su larga cruzada en el imperio británico en contra de la esclavitud y también fue la fuente de inspiración de la mayoría de los que lucharon en los Estados Unidos contra ella.
Por ejemplo:
Dos terceras partes de los miembros de la Sociedad de la Abolición, eran ministros del evangelio en el año 1835.
El presidente Abraham Lincoln, dijo en su primer discurso de inauguración:

“La inteligencia, el patriotismo, el cristianismo y la fuerte confianza en Dios, quien nunca nos ha abandonado, son los mejores remedios para nuestros tiempos difíciles”
(Miller- La vida y obra de Lincoln – 5:146).
¿Por qué no se puede tener moralidad sin la biblia?
Aun cuando muchas personas no profesan ninguna religión y dicen vivir decentemente, no saben que al comportarse decentemente, han tomado prestada la ética cristiana.
Un ateo podrá alegar en su lógica que él no tiene más valor que un animal o que un insecto, sin embargo, su manera de vivir contradice esta conclusión.
¿Por qué?
Porque este supuesto ateo provee para su familia, paga sus impuestos y si alguien le robara su carro, seguramente exigiría que:
¡Castigaran al ladrón!
Esto es debido a que la Biblia nos revela que todos los seres humanos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por lo que tenemos el sentido o la conciencia de la justicia.
I) Por la necesidad de un código superior de moral:
Miles de personas han tratado de hacer su propio código de conducta y otros, simplemente siguen o imitan el código de estas personas.
Tenemos como un ejemplo el Manifiesto Comunista I y II, que declara lo siguiente:
“Afirmamos que los valores morales se derivan de la propia experiencia humana, pues la ética es autónoma y situacional, ya que no necesita ninguna sanción teológica o ideológica”
(Paul Kurtz- Humanist Manifesto I and II – Buffalo: Prometheus Books, 1981, pág.17)
La frase ética situacional, significa que lo que está mal en alguna situación, puede estar bien en otra. En otras palabras, si para los nazis estuvo bien el asesinar a millones de personas, no importa que para los demás halla estado mal, pues cada quien debe tener y adaptarse a su propia ética situacional.
Para resumirlo, ¡cada quien puede hacer lo que está bien ante sus ojos!
Estos filósofos humanistas (no confundir con humanitarios) han creado su propio código de conducta y han volteado al revés la ética cristiana.
Todo lo que se consideró como inmoral en el siglo XX, ahora ha sido declarado moral.
Esta ética es la que ha llevado a los diversos tribunales y gobiernos de varias naciones a permitir y legalizar el aborto, el adulterio, las drogas, el incesto, el divorcio y los ya ahora populares matrimonios gay.
Hace algunos años, el fundador y dueño de la cadena de televisión CNN, Ted Turner, dijo públicamente:
“Es tiempo que abandonemos los diez mandamientos, pues son obsoletos para nuestros tiempos, necesitamos una nueva versión a la cual quiero llamar: Las Diez Iniciativas Voluntarias”
(Turner ́s Voluntary Initiatives -The Humanist-Noviembre- Diciembre 1989, pág.6)
Podríamos preguntarnos:
¿Pueden considerarse estas supuestas iniciativas de Turner como un código de conducta mejor que el de la Biblia? ¿Cree realmente el señor Turner que él puede sobrepasar el Sermón del Monte del Señor Jesucristo? y ¿tiene este señor la capacidad moral para poder hacerlo?
Como dijo el gran escritor ruso, Feodor Dostoevsky:
“Si Dios no existe, toda está permitido”
II) Porque no podemos crear nuestra propia moral:
Los humanistas y ateos rechazan la moral bíblica, pero en su lugar, ¿con cuál la quieren sustituir?, ¿con el ateísmo?
La vida del ser humano no puede quedar en un gran vacío.
Estas preguntas son básicas, pues, ¿qué moralidad seguiremos, la de Dios o la del hombre?
Esto lo han logrado en varias naciones mediante la fuerza bruta, la cual llevó, lógicamente a la tiranía y al despotismo. Los cristianos no hemos creado nuestra propia moral, sino que nos sometemos al código de moral que Dios estableció en la Biblia y llamamos pecado a lo que Dios califica como pecado. Solo Dios puede ser el Legislador de la ley.
El ateísmo dice: Abajo con Dios; y el humanismo dice: El hombre es la medida de todas las cosas.
Desgraciadamente, bajo esta manera de pensar, en la mayoría de las escuelas y universidades del mundo se les enseña a los estudiantes a que cada uno decida sus propios valores morales, llevándoles de esta manera, a un relativismo total. El materialismo es la filosofía que enseña que no hay nada fuera de la materia, que no hay otra dimensión espiritual, ni Dios, ni infierno ni cielo.
El mismo Carlos Darwin, al comenzar a darse cuenta lo dudosa que era su teoría de la evolución, dijo:
“¿Podrá alguien confiar en las convicciones de la mente de un mono, si es que existen siquiera en esa mente?”

(Autobiografía de Charles Darwin y Cartas Selectas – New York, Dover, 1958)
Otro materialista ateo y filósofo francés, Pierre Cabanis (1757-1808), hizo la siguiente asombrosa declaración:
“Las secreciones cerebrales hacen los pensamientos, así como el hígado produce el líquido biliar”
De acuerdo a esta forma de pensar, las secreciones biliares no pueden ser controladas por el hombre, así como tampoco podemos tener control sobre nuestros pensamientos, pues solo son, ¡secreciones químicas!
En otras palabras, tanto los materialistas como los evolucionistas, ¡creen que la materia puede pensar!
Tratemos de racionalizar en esto por un momento: Si el ser humano es solo un accidente biológico que surgió por accidente de reacciones químicas y fuerzas impersonales, entonces sería imposible hacer alguna distinción entre el bien y el mal.
Por lo tanto, los criminales no pueden ser culpables de sus acciones, pues fueron cometidas por ¡cambios químicos en sus cerebros!
Lo que llamamos mente es solo el producto de cambios químicos-físicos del cerebro, o sea, lo que pensamos es solo el producto simplemente de nuestras reacciones químicas de calcio, fosfato, magnesio y azúcares ¡que operan en nuestro cerebro!
Tal vez los asesinos asesinan porque, ¡tienen mucha azúcar en el cerebro!
III) Porque solo Dios nos pudo dar un código moral:
El Dios Creador y Sustentador del universo es el único Ser que puede ser también el Legislador de la moral:
Isaías 33:22 – “Porque YHVH es nuestro Juez, YHVH es nuestro Legislador, YHVH es nuestro rey, él mismo nos salvará”
Solo Dios puede dictar nuestras reglas de conducta y nosotros, como criaturas creadas por El, le debemos sumisión y obediencia.
Precisamente porque el ser humano se ha creído “dios”, ha hecho sus propias reglas para vivir de acuerdo a su criterio y esta es la razón por la cual la raza humana se encuentra sumergida en la inmoralidad, en la confusión política, filosófica, religiosa, moral y al borde su propia autodestrucción.
El apóstol Pablo describe esta situación tan trágica a la que el ser humano ha llegado por haber abandonado el código moral de Dios:
Romanos 1:21-25 – “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios… por lo cual Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira……”
Pero Dios no solo nos proveyó de un Código de Moral perfecto, sino que también, en su gracia y misericordia, nos dejó la provisión para que cuando violáramos ese código, podamos obtener su perdón.
Esta provisión nos fue dada en la Persona del Señor Jesucristo, pues con su sacrificio en la cruz, pudo pagar con su sangre el precio que la justicia de Dios demandaba:
Romanos 6:23 – “Porque la paga del pecado es la muerte, mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús”
Todas nuestras violaciones al Código Moral de Dios fueron puestas sobre el cuerpo del Señor Jesucristo:
2 Corintios 5:21 – “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El”
Cristo sufre en nuestro lugar el castigo y la ira de Dios que nuestros pecados merecían.
Por causa de que todavía millones de personas ignoran aun el amor de Dios manifestado en la cruz y el mensaje del evangelio de la gracia de Dios, viven vidas sin ningún propósito ni significado, vidas huecas y carentes de ninguna dirección espiritual.
La moralidad no puede ser divorciada de la Biblia, pues la base de la moral se encuentra en la existencia del Dios vivo y verdadero; sin Dios, todo estaría permitido.
Ningún código de moral puede provenir del ateísmo y aquellas personas que sueñan con crear un estado secular donde la Biblia no debe tener ninguna influencia, traerán a sus vidas y a su nación un enorme vacío espiritual, desesperación, rebelión a las leyes y anarquía.
Todas estas condiciones brotan siempre de estados totalitarios, instituidos por la fuerza bruta, la dictadura y la tiranía.
- La Necesidad de Absolutos en una Época Relativista:
Casi la mayoría de los estudiantes universitarios pueden estar seguros que al llegar a la universidad, la mayoría de sus maestros creerán en el relativismo y ateísmo. El principal problema de estos maestros universitarios no es lo que no saben, sino que lo que saben no saben si es verdad.
Cierta vez, un maestro le dijo a sus estudiantes de filosofía:
“Ustedes no pueden saber nada con seguridad, a lo cual un estudiante le respondió:
¿Está usted seguro?, el maestro le respondió: ¡Absolutamente seguro!”
Es triste también que las mentes de la mayoría de los estudiantes universitarios sean moldeadas por sus maestros, por haber llegado a la universidad sin convicciones profundas de su fe y del conocimiento de la Biblia.
Otros maestros se han atrevido a enseñar que no creen en absolutos porque el científico Alberto Einstein así lo demostró con su famosa teoría acerca de la relatividad (e=mc2).
Sin embargo, esto es un grave error, pues Einstein enseñó que la relatividad a la que él se refería, era al campo de la física y no al de la ética. Han confundido la relatividad con el relativismo, ¡la gimnasia con la magnesia!
El mismo Einstein fue quien dijo al reconocer el orden y el diseño que tiene el universo:
“Dios no jugó a los dados con el universo”
Einstein también reconoció la existencia de la norma divina para el bien y el mal, pero vivió para contemplar el relativismo moral, al cual consideró una de las peores enfermedades que cualquier sociedad puede tener.
Muchos estudiantes no disciernen que cuando sus maestros les enseñan que no hay absolutos, realmente les están enseñando que no existe de Dios.
Dios es el último absoluto, Él es el absolutamente supremo Creador y Sustentador del universo, pues lo que Él dice, es la última y absoluta verdad:
Isaías 44:6-8 – “Así dice YHVH Rey de Israel y su Redentor, YHVH de los ejércitos: Yo soy el primero y soy el postrero y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí al pueblo antiguo? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte, no conozco ninguno”
Sin Dios, no podemos tener normas objetivas fuera de nosotros mismos; ahora ya no se habla de ética, sino de valores, un término que el filósofo alemán ateo, Nietzsche, nos dejó.
Los valores, proclamaba Nietzsche, son simplemente cualquier cosa que cualquiera escoja para darle valor a lo que guste.
El profeta Isaías hizo esta seria advertencia a esta clase de personas:
Isaías 5:20-21 – “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos y de los que son prudentes delante de sí mismos!”
Uno de los ejemplos más interesantes del porque no podemos vivir con un relativismo moral o cultural, lo tenemos en el famoso Juicio de Nuremberg, en Alemania, (1945-1946) donde se juzgó a los oficiales y generales nazis sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial por sus crímenes de guerra y genocidio.
¿Qué defensa presentaron ante el Tribunal todos estos generales nazis?
Alegaron que no habían hecho nada malo, que solo obedecían ordenes de Hitler por lo que no eran responsables de sus acciones, que habían actuado conforme a su cultura y a sus leyes.
Uno de los peores generales y que jamás se arrepintió, fue Goering, quien levantándose de su asiento enojado dijo estas palabras:

“¿Quiénes son ustedes y con qué derecho nos juzgan si, provienen de otra cultura y de otra sociedad y ahora nos quieren imponer sus leyes morales?”
Finalmente, este hombre, con otros cuatro más, fueron sentenciados a la horca, los demás a diferentes sentencias en prisión de por vida.
Esta noción de que una sociedad no puede imponer sus leyes morales sobre otros ha sido enseñada en la mayoría de las universidades del mundo en los últimos 60 años.
Podemos concluir que si no hay absolutos y todos los valores son inducidos culturalmente, entonces no podemos imponer nuestra moral sobre los demás, porque…
¿Cómo podríamos entonces atrevernos a condenar a los nazis por su genocidio de seis millones de judíos? ¿Quiénes estaban mal, nosotros o ellos? ¿Quién tendría la razón si no hay absolutos?
- Resultados trágicos:
Esta enseñanza de la negación de absolutos también es enseñada en la mayoría de las escuelas públicas primarias desde hace 50 años.
Se les enseña que ellos son los que deben escoger sus valores, o sea: Hagan lo que crean está bien delante de sus ojos.
Es precisamente por causa de esta filosofía maligna (que la moral es relativa y del rechazo de las normas absolutas de Dios establecidas en la Biblia) que actualmente estamos enfrentando una ola creciente de una completa depravación moral, drogadicción, divorcios, adulterios, alcoholismo y crímenes cometidos por menores de edad jamás vistos en el pasado.
Vivimos dentro de una sociedad que quiere crear su propio código de conducta y moral.
Fueron el nazismo, el fascismo y el comunismo los culpables de más de 80 millones de muertes en el siglo XX de manos de Mao Tse, Hitler, Benito Mussolini, José Stalin, Fidel Castro, Idi Amin, Saddam Hussein, etc.
Todos estos dictadores y tiranos quisieron y siguen tratando de imponer sobre sus pueblos sus propios códigos de conducta y moral.
El presidente de los Estados Unidos, George Washington (1732-1799), dijo estas palabras ante el Congreso de la Unión:
“La más grande necedad humana es creer ilusoriamente que podemos vivir, gobernar o mantener la moral sin la Biblia.
Todo lo que se pueda conceder a la influencia de una educación refinada de las mentes, la razón y la experiencia, nos prohíbe que esperemos que la moralidad nacional pueda prevalecer excluyendo los principios bíblicos sobre la moral”
(Citado en su último discurso, por Federer- ̈America ́s God and Country -661)

- El Precio de la Incredulidad:
En los últimos años hemos experimentado una regresión social muy grande y, actualmente, los poderes de la descomposición social los podemos percibir a nuestro alrededor.
La incredulidad ha causado que la moral decaiga.
Consideremos los efectos de nuestra decadencia moral descrita en el libro Bennet, El Index de los Principales Indicadores Culturales en los Estados Unidos de Norteamérica:
- 95% de los norteamericanos han sido víctimas del latrocinio por lo menos una vez en sus vidas en los últimos 40 años.
- 80% de los norteamericanos serán víctimas de un crimen violento por lo menos una vez en sus vidas.
- El segmento con el índice más rápido en crecimiento del crimen se encuentra en muchachos entre los 12 y 18 años de edad.
- Cada mes suceden 525 mil ataques y robos en la secundarias (High School) de los Estados Unidos. Aproximadamente, 135 mil estudiantes llevan un arma a la escuela diariamente.
- 25% de los estudiantes de secundaria (High School) evitan usar el baño de la escuela por temor de ser asaltados sexualmente (William Kilpatrick- New York, Simon and Schuster-1992, pág.14).
- Las bases inmorales de la incredulidad:
Hace algunos años, se le preguntó en una entrevista de televisión a Sir Julian Huxley, en ese tiempo presidente de la Organización Cultural Científica y Educacional de la ONU (UNESCO) y uno de los más prestigiados evolucionistas de su tiempo, lo siguiente:
¿Por qué cree usted que la teoría de la evolución surgió tan rápido en el mundo científico?
A lo que él contestó (en ese momento todos creían que contestaría: Por causa del cúmulo de evidencias científicas que hemos encontrado), pero no fue así, pues dijo: ¡Porque Dios ha querido interferir en nuestras preferencias sexuales!
Tenemos también al famoso escritor ateo, Bertrand Russell (1872-1970), uno de los

filósofos más anti-cristianos del siglo XX, quien escribió un libro titulado: Porque no soy cristiano. Este hombre ateo enseñó que si no se aceptaba la perspectiva científica (¿científica?) de la teoría de la evolución, entonces la vida carecía de sentido.
Pero, realmente, ¿por qué Bertrand Russell no creía en Dios y atacaba el cristianismo? ¿Acaso era porque la ciencia y la filosofía probaban que no existía Dios?
No, de ninguna manera. Russell no creía en Dios porque la idea del Dios de la Biblia internaría en su pecaminosa y de depravación moral.
Este filósofo ateo era un socialista radical y un tenorio, pues estuvo involucrado en múltiples adulterios y era un seductor de mujer especializado de cualquier mujer que se le atravesara en el camino.
¡Con razón negaba el código moral de la Biblia!
I Corintios 6:9-10 – «¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis, ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán el reino de Dios»
Pero lo más precioso son las palabras que siguen a esta solemne advertencia:
I Corintios 6:11 – «Y esto eran algunos, mas ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios»
Así es, si no fuera por la sangre preciosa que el Señor Jesús derramó en la cruz para pagar por todos estos pecados, de los cuales todos somos culpables, ¡nos hubiéramos condenado eternamente!
Otro filósofo ateo famoso de nuestro siglo, fue Friedrich Nietzsche (1844-1900), quien se hizo famoso por su frase: “Dios está muerto”.

Este hombre atacó ferozmente todos los principios morales de la Biblia y a la persona de Jesucristo, por lo que se dedicó a escribir en contra del cristianismo en la mayoría de sus libros.
La ironía de la vida de este hombre fue que, si Dios no existe y está muerto, ¿por qué preocuparse en gastar toda una vida tratando de demostrar algo que no existe?
¿Por qué no creía Nietzsche en Dios?
Por la misma razón que Bertrand Russell y que la mayoría de los ateos niegan la existencia Dios, no por falta de evidencias, sino porque ¡no les conviene someterse a sus leyes morales!
Nietzsche practicó el homosexualismo y terminó su vida completamente loco en un hospital psiquiátrico.
Años antes de morir, Nietzsche había escrito en la pared de su casa con grandes letras:
“Dios está muerto”
Pero después de morir, uno de sus vecinos escribió arriba de esas letras:
“Dios sigue vivo y Nietzsche está muerto”
- La responsabilidad humana ante Dios:
El solo hecho de saber que fuimos creados como agentes morales libres y responsables de todas nuestras acciones, por las cuales algún día tendremos que dar cuentas a Dios, deberá ser nuestra más grande motivación para vivir una vida moral y agradable a Dios.
El Señor Jesús dijo:
Juan 5:28-29 – «No os maravilléis de esto, porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación»
La existencia de un Ser Supremo, infinito, eterno, omnipotente, omnisciente y omnipresente, es la primer verdad del conocimiento moral.
Una de los más grandes Ministros de Inglaterra, Margaret Thatcher, dijo las siguientes palabras acerca del cristianismo bíblico:
“El cristianismo contiene las más grandes verdades morales que existen y es parte fundamental de nuestra herencia.
Nosotros somos una nación cuyos ideales están fundados en la Biblia y existirá muy poca esperanza para la democracia si los corazones de los hombres en las sociedades democráticas no son tocados por algo más grande que ellos:
El Dios de la Biblia”
(Citado en Britain ́s Margaret Thatcher Speaks about Christian Responsability – Concerned Women for America-Febrero 1989, pág.20).
- Cristo: La Verdad Encarnada:
Las mismas palabras del personaje más grande de la historia humana, el Señor Jesucristo, ponen fin al relativismo moral, pues Él dijo:
Juan 8:32 – «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libre»
Dos cosas resaltan de estas palabras:
- Cristo está declarando que existe la verdad y esta, no es una verdad relativa.
No está diciendo: Conocerás una verdad, ni tampoco conocerá tu verdad. Esto es muy importante porque actualmente escuchamos por todas partes decir a las personas: Bueno, esa es tu verdad, pero yo tengo la mía. La verdad de Dios es absoluta para todos los seres humanos.
2. Jesús también agregó algo más sorprendente:
Juan 14:6 – «Yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi»
Cristo no es una verdad, ni parte de la verdad, ni tampoco la verdad de alguien…
¡Él es la misma personificación de la verdad!
También encontramos en esta asombrosa declaración que podemos conocer la verdad.
Cuando Jesús estuvo ante la presencia de Poncio Pilato, el gobernador de Judea, le dijo estas palabras ante la pregunta que le había hecho Pilato:
Juan 18:37-38 – «Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos y les dijo: Yo no halló en él ningún delito»
Observamos que este fue uno de los principales propósitos de Cristo al venir al mundo. Para dar testimonio de la única verdad absoluta que existe y de la cual El mismo era su personificación.
Pilato, por el contrario, representa a todos los agnósticos que no creen que haya una verdad absoluta, por esta razón, se dio la media vuelta y ya no quiso oír a Jesús.
Los ateos, de la misma forma, se dan la media vuelta dándole la espalda a Dios por no querer escuchar su voz a través de la Biblia, por no creer que en ella se encuentra la verdad.
(No te pierdas las próximas partes en: – Las evidencias de la Biblia)
Me gusto la forma fresca de exponer el tema, di refresh a mi mente, me Levante de mi cama para buscar algo a fin de una inquietud que tenía, termine de leer el articulo lleno de mas inquietud pero como dice la Biblia: una luz es difícil de esconder en lo alto, la verdad de Dios se revela así misma.
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Excelente….!!! Gloria a Dios
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La enseñanza ha sido de mucha bendicion y de provecho para mi vida, soy estudiante universitario y vivo a diario todo eso, pero tengo el Espiritu santo de Dios en mi vida y trato de honrarle obedeciendo su palabra que es la norma moral por excelencia bendiciones y gracias a Dios por usarte para ser de bendicion
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Gracias por poner al alcance estos estudios que Dios los bendiga..
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