Éxodo 30:11-38 «Ki Tisá» – Censó y Indicaciones para el Tabernáculo

Éxodo 30:11-16 – «Habló también YHVH a Moisés, diciendo: (12) Cuando tomes el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a YHVH el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado. (13) Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo será la ofrenda a YHVH. (14) Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a YHVH. (15) Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofrenda a YHVH para hacer expiación por vuestras personas. (16) Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel delante de YHVH, para hacer expiación por vuestras personas»

«…Cuando tomes el número de los hijos de Israel…» – Según la promesa a Abraham, no se podía contar a los hijos de Israel – (Génesis 15:5; 32:12). Hay un peligro en contar a los hijos de Israel. Cuando el rey David intentó hacerlo una vez, vino una plaga sobre el pueblo – (2 Samuel 24:1-10; 1 Crónicas 21:7).

Los hijos de Israel tendrán que hacer dos cosas para evitar la plaga. La primera cosa es que cada uno dé una moneda y así se puede contar las monedas en lugar del pueblo directamente. La segunda cosa es que esa moneda de plata sirva como un precio de rescate, una expiación para que no venga la plaga al ser contados.censo.jpg

– «…Las tres terumot…» – El vocablo terumá, o ‘porción’, está mencionado tres veces en el pasaje – (vs. 13, 14 y 15), a partir de lo cual los Sabios derivaron que había tres donativos de plata – (lerushalmi Shekalim 1:1, Meguilá 29b). Dos de ellos eran donativos obligatorios de medio shékel cada uno, y el tercero era una contribución voluntaria de cualquier cantidad de plata. Los dos donativos obligatorios eran una contribución anual para cubrir el costo de todas las ofrendas comunales del Templo, y el otro sólo fue una contribución extraordinaria para los receptáculos sobre los que reposaban los costados del Tabernáculo – (26:19). El donativo voluntario era parte de las contribuciones generales para la edificación del Tabernáculo y la fabricación de sus utensilios – (Rashi).

Los donativos obligatorios brindan ilustración del tema anteriormente tratado: todos y cada uno, independiente­ mente de su condición social y económica, tenían que ser socios a partes iguales en el Tabernáculo, el cual existía para crear unión entre Dios y Su pueblo, y en las ofrendas que representaban a la nación en el logro de ese objetivo fundamental – (Rabí Hirsch).

El donativo de medio shékel anual para costear las ofren­das comunales era recaudado en el mes de Adar, de mane­ra que dichos fondos estuviesen disponibles en el mes de Nisán. En consecuencia, en la época en que este precepto se practicaba, este capítulo solía ser leído en las sinagogas el Shabat anterior al Rosh Jódesh [novilunio] de Adar, práctica que continúa en nuestros días para conmemorar el manda­ miento de la Torá de participar en tales ofrendas. Además, como conmemoración ulterior de este mandamiento, es costumbre que en Purim, festividad que coincide con el mes de Adar, se hace un donativo de la mitad de la moneda na­cional estándar del país en que se resida para alguna causa benéfica comunitaria, como expresión del concepto de que todos tienen responsabilidad por igual de participar en las necesidades comunitarias»

«…al contarlos…» – Esta frase se repite en el versículo para enseñar que este método de computar fue establecido no sólo respecto al censo de Moshé, ya que la prohibición de contar a los Hijos de Israel como si fuesen cabezas de ganado rige para siempre – (Or HaJaím). El rey David erró al respecto, suponiendo que tal pasaje sólo aplicaba a los israelitas del tiempo de Moshé – (Berajot 62b).

Así, violó la prohibición ordenando un censo per cápita normal, pecado por el cual se desató una plaga entre el pueblo – (Shmuel II 24:1-15) y se arrepintió – (Diurei Halamim 21:8) al comprender su error – (Rambán). Otra opinión respecto del pecado de David sostiene que resulta inconce­bible que un erudito tan grande como él haya podido equivocarse así en la interpretación de un pasaje bíblico. Por eso, explica que efectivamente David empleó monedas u algún otro método similar para evitar un conteo per cápita, mas fue castigado porque no tenía razón legítima para rea­lizar ninguna clase de censo, y por ende no debió haberlo hecho, independientemente del método aplicado – (Rambán, Bamidbar 1:3).

«v.13 – «…Esto ofrendarán…» –  Dios le mostró a Moshé una moneda de fuego y le dijo:

“Así es lo que deberán ofre­cer” – (Tanjuma, Rcishi). Los comentaristas hallan alusiones susceptibles de exégesis en este Midrash, entra ellas las siguientes:

□ Dios le enseñó a Moshé que el dinero es como el fuego, pues ambos pueden ser benéficos o destructivos según el uso que se les dé – (Noam Elimélej).

□ Si alguien busca expiación por medio de dar caridad, la buena acción debe ser hecha con brío – (“fuego”) y entusias­mo – (Rabí Méndel de Kotzk)».

 

«…el rescate de su persona…» – Literalmente, «una cobertura«, en el mismo sentido en que un seguro «cubre» a una persona y la libera de obligaciones posteriores. Los israelitas tenían «obligaciones» ante Dios ; podrían cumplir con esa obligación pagando el «rescate«.

Se consideraba que sus vidas estaban a disposición de Dios hasta que hubiesen cumplido con la obligación que Dios les imponía. Al pagar esta suma reconocían la bondad y la misericordia de Dios.

«…Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo…» – El medio siclo pesaba 5,7 g (1/5 de onza). La gera era la décima parte de un siclo.

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Siclo de plata de la primera guerra judeo-romana

«…Una mitad de shékel…» – El shékel era una uni­ dad específica de plata que instituyó Moshé como moneda de curso. El versículo especifica que un shékel entero cons­taba de veinte guerra. Una guerá era una moneda que en arameo talmúdico se conocía como ma’á – (Onkelos). Con respecto a las medidas de peso contemporáneas, Jazón Ish – (loro Deá 182:19) calcula que el shékel de la Torá es 16 gra­mos o .51 onzas troy de plata pura. Ello es de acuerdo a la opinión aceptada como Halajá de Rambam y los Gueonim- Mas según Rashi y Rambán, el shékel de la Torá es 13.3 gramos, o .43 onzas troy – (Shiurim Shel Torá). Pero es de destacar que en la era del Segundo Templo, el contenido plata del shékel fue incrementado a 24 guerá.

Muchos comentaristas interpretan exegéticamente que requerimiento de una media moneda alude al concepto que ningún judío goza de plenitud a menos que se asocie con los demás, pues mientras estemos aislados cada uno de nosotros es únicamente una ‘mitad’ de todo núestro potencial».

«Los comentaristas de la Toráh están divididos en cuanto al alcance de la contribución del medio shekel.

Una minoría entiende que esto será מצוה לדורות «mitsvah ledorot» -un precepto para las generaciones, o sea que, cada vez que haya que censar a los hijos de Israel, se procederá de la misma forma, es decir: habrá que recaudar medio siclo de cada persona en edad de ser censada y al contar todos los medios siclos, nos arrojará como resultado el número de los censados.

Esta forma indirecta de censo es interpretada en un espectro amplio de ideas. Esta variedad de ideas surge de la dificultad para comprender la razón que la misma Torah ofrece para este censo indirecto; a saber:

«… Habrán de ofrecer, cada hombre, el rescate de su alma ante Adonai, al censarlos; para que no haya en ellos mortandad, al censarlos» – (Versículo 12).

La palabra נגף «neguef», que traducimos como mortandad, quiere decir también, derrota u obstáculo. Rashi, dice literalmente:

«Ya que cuando se procede a censar o a contar algo domina en ello el עין הרע «Hain harah», como ocurrió en la época de David – (Véase II, Samuel, capítulo 24).

El עין הרע, «Hain harah»  -ojo del malo, popularmente, mal de ojo, ha sido objeto de escritos y comentarios, tanto en el Talmud como en toda la literatura rabínica.

Algunos exégetas, entre ellos, Rabbi Itshak Arama y Abarbanel, dicen que, indudablemente, esto era una creencia popular muy difundida. Rabbi Itshak Arama entiende que la Torah, para desarraigar la misma, trata de hacerlo gradualmente. Es por ello que se le dirá al hombre que, a través de ese medio siclo – (moneda asequible para cualquier persona de la época) que él aportará para un fin noble, su error será expiado.

Recanatti, citando a su vez el libro del Zohar, llama al עין הרע «Hain harah» -el ojo del mal como מדת הדין» «míddat hadin» -el atributo de rigor– que es uno de los Atributos de Dios.

El esquema que presenta Recanatti es el siguiente:

Todo lo que posee el ser humano, incluyendo su misma vida es una bendición de Dios. El hombre tiene que aceptarlo con modestia, entendiendo lo efímero que es todo lo que posee, incluyendo su vida. Cuando el hombre cuenta su riqueza o el número de personas que componen su grupo, tribu, ejército, se debe a una suerte de soberbia del hombre, pareciendo indicar con ello la posesión absoluta de las cosas o personas, cosa que provoca la ira de Dios. La misma se manifestará por medio de la naturaleza misma creada por Dios que afectará al hombre soberbio o al hombre que asume actitudes de soberbia.

A modo de ejemplo transcribimos un comentario a Génesis 7: 11, que habla del diluvio sobrevenido en la época de Noah (Noé):

la Torah está diciendo que el orden natural establecido por Dios cuando creó Su mundo -y que el relato bíblico cuenta minuciosamente ha sido quebrado por la Voluntad del Creador del mundo. Esta contradicción aparente queda resuelta con las palabras del Salmista que en el capítulo 33 del libro de Salmos, versículos 5 al 11, señala literalmente:

«Pues El ama la justicia y el derecho, de Su merced la tierra está colmada.  Su Verbo creó los cielos,  Su Voluntad formó las constelaciones  Reunió cual muralla las aguas del mar, sumergió las profundas aguas en los abismos.  Venerad a Dios pobladores de la Tierra.  Veneradlo todos los habitantes del Universo.  Pues con Su Verbo creó el mundo, con Su Mandato lo afirmó.  Adonai frustró los designios de las naciones, anulando sus perversos proyectos»

De lo que resulta que, primero: El diluvio no aparece aquí como un cataclismo natural cíclico y segundo: Dios, que ama la justicia y el derecho y que de Su merced la tierra está colmada, utiliza los elementos naturales de Su creación para hacer cumplir Su voluntad entre los hombres cuando éstos han deteriorado la dimensión ética de su propia naturaleza.

Los «agentes» encargados de restablecer ese orden ético serán, en este caso, «…las fuentes de las grandes profundidades y las compuertas de los cielos… ; todas las fuerzas de la naturaleza, desde las profundidades de los abismos hasta las alturas celestiales».

Por último, tratando el tema del עין הרע  «Hain harah» sintetizamos aquí el amplio comentario de Rabbi Itshak Arama, que presenta un esquema distinto al’ de Recanatti. El entiende, citando a su vez fuentes rabínicas, que el ser humano es dual y esta condición es inherente a su misma creación, por lo tanto está compuesto de impulsos positivos, que él llama fuerzas, así como de impulsos negativos. Estas fuerzas o impulsos están distribuidos en forma equilibrada y forman la personalidad de cada ser humano. El ser humano deberá cuidar las fuerzas negativas que están dentro de él y que conforman «la mitad» de su persona, por lo tanto, si esta mitad se deteriora, habrá que «reparar» dicho deterioro. De allí que, el medio sido, esté simbolizando esa parte negativa materialista que puede desequilibrar al ser humano. A través de este aporte del medio siclo que el hombre hará, tomará conciencia de su realidad y reparará o rectificará sus errores y completará armoniosamente su personalidad «así como el medio sido cuando se une con otro medio sicIo forma un todo armonioso» y de allí que esta recaudación de medios siclos sea llamada por la Torah: כסף הכפורים, quesef haquippurim» -la plata de las expiacionesy לכפר על נפשתיכם «lejapper lial nafshotejem» -para expiar por vuestras vidas-.

Según la Torah – (Exodo 38:25-27), el metal recaudado en conceptos de medio siclo fue usado para «fundir los zócalos del Santuario y los zócalos del velo…». En conclusión, el reconocimiento del error, la demanda de perdón y la expiación correspondiente, son la base misma y los fundamentos del משכן, «Mishcan» Tabernáculo»- y todo su ritual. Es pór ello que la plata fue usada para las basas que sostenían las columnas del משכן «Mishcan» Tabernáculo»

«…de veinte años arriba…» – Sólo los varones que tenían veinte años o más podían ser contados y salir al ejército. No contaban a las mujeres. Las mujeres no tenían la obligación de pagar este impuesto para el tabernáculo ni de ir al ejército.

«…Ni el rico aumentará…» – Este era un impuesto por cabeza y recaía por igual sobre todo hombre de 20 años o más. En vista de que era una suma relativamente pequeña, no era gravosa para nadie. Era la contribución mínima para el santuario.

Muchos daban bastante más. La pobreza no constituía una excusa para no dar nada. El plan era sumamente equitativo y sugiere que, a la vista de Dios, todos los hombres tienen el mismo valor – (Deut. 10: 17; Hech. 10: 34; Rom. 3: 22). Todos han pecado, y a todos Dios les extiende su gracia.

Nótese el significado de «todos nosotros» al comienzo de Isa. 53: 6 y de «todos nosotros» al final del mismo versículo.

«El autor de Minhah Belulah cree que la prohibición de exceder o de disminuir era para no entorpecer el censo, ya que los medios siclos recogidos corresponderían exactamente al número de censados, no así si alguien se excediera.

Otros exégetas creen que la verdadera razón es que la Torah quiere recalcar que tanto el rico como el pobre necesitan la misma expiación para sus almas, y que éstas no tienen valoraciones diferentes condicionadas por posesiones materiales o por falta de ellas.

Además, el hecho de que se pida medio siclo y no uno completo, es como queriendo indicar que toda contribución no representa más que un fragmento del conjunto. Toda persona necesita a la otra para formar la tan anhelada unión. El mensaje: solo, nadie es nada – (Basado en Alshej)».

«…Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones…» – Este impuesto no se tomó solamente una vez, sino en el futuro también. El medio siclo servía para el servicio del tabernáculo. La primera vez sirvió para las basas y demás objetos de plata – (Éxodo 38:25-28).

El Talmud de Jerusalén cuenta que este impuesto anual se usó para la adquisición de las ofrendas comunales – (2 Reyes 12:4; 2 Crónicas 24:6; Nehemías 10:32; Mateo 17:24-27). En el tiempo del segundo templo se recordaba anualmente en todas las ciudades en el primer día de adar (último mes del año) que cada uno preparara medio shekel para el Beit HaMikdash – (templo).

La colecta ocurría entre el 15 de adar y rosh jódesh (el primer día) nisán. De esto aprendemos en qué época vinieron a nuestro Maestro a pedir el impuesto anual del templo, según el relato en Mateo 17:24-27.

«…Y será por memorial…» –  Con referencia al uso del «dinero de las expiaciones» – (ver com. cap. 38: 25-28). Llegaba a ser parte permanente del santuario y constituía un «memorial» perpetuo para recordar al pueblo sus privilegios y sus responsabilidades espirituales.

«Quiere decir que en las generaciones futuras también se seguirá recaudando el medio siclo que será destinado para. gastos del Bet Hamikdash, y así el pueblo de Israel recordará lo que fue establecido en la época de Mosheh – (Basado en Abarbanel).

En efecto, encontramos en el mismo Tanaj la existencia de esta noble costumbre; así leemos en el libro de Neherniah 10:33 donde se relata que se estableció la obligación de recaudar שלישית השקל ‘shelishit hashekel» -un tercio del shekel-, que era destinado para sufragar gastos del culto en el Bet Hamikdash. Es más, de acuerdo con II Crónicas 24:6, el rey Ioash reclama de Iehoiadah el no haber requerido del pueblo משאת משה «masat Mosheh» – o sea la donación del medio siclo tanto como había dicho Mosheh – (Véase versículos subsiguientes en el Libro de Crónicas).

Más adelante, en la época de la Mishnah ya veremos que se empezaba a recaudar el medio siclo desde el primer día de Adar y el producto de la recaudación era destinado a sufragar los gastos del Bet Hamikdash. Cuando el Segundo Bet Hamikdash fue destruido, esta costumbre fue suplantada por la lectura en la sinagoga del pasaje incluido en Exodo 30: 12 v s.s. Se llama a ese Shabbat, Shabbat Shekalim» 

«v. 11 – 16 – «…El censo…» – La Tora enseña que está prohibido contar a los Hijos de Israel de la manera usual, y que cuando sea ne­cesario hacer un censo la gente debe donar objetos, los que a su vez serán contados.

En el caso del censo en el Desierto, se le pidió a las personas, tanto ricas como pobres, que cada una donase medio shékel para la edificación y el mante­nimiento del Tabernáculo – (véase más adelante). Vemos de aquí que la condición de los hijos de Israel se dignifica cuando contribuyen a proyectos filantrópicos, y tal es a razón de que hayan sido contados por medio de un donativo de toda la nación unificada en aras de una causa sagrada.

Este concepto se deriva del mandamiento impartido en el versículo 12. el que literalmente dice – «Cuando eleves en censo [per cápita] a los hijos de Israel según su numero» – (Bava Batrá 10b. Pesikta Zutreta), implicando que la función de estas contribuciones no sólo era facilitar un censo y proveer bienes materiales para el Tabernáculo , sino también elevar el nivel espiritual y ético de las contribuyentes.

En la participación de todo el pueblo por igual simboliza que todos los Hijos de Israel deben coparticipar en la realización de los objetivos nacionales, que todos deben estar incluidos en el censo (v.14) dejando de lado sus intereses personales y egoístas por el bien de la nación. Quien así actúe, obtendrá un beneficio inconmensurable, puesto que la misión de Israel depende de la unidad de la nación como un todo – (Rabí Hirsch).

Los versículos asimismo hablan en términos de la expiación que se obtiene al participar en este cómputo «de los medios shékels», porque cuando la nación se unifica esforzándose en alcanzar un objetivo común, la misma se hace más robusta: cuando todos y cada uno se suman a una causa constructiva, los méritos espirituales de los individuos se unen a su vez, de tal manera que no sólo sus donativos, sino asimismo sus lo­gros personales son unificados en solidaridad mutua – (véase Avot 2:2).

Un solo ser humano puede rara vez sobrevivir al escrutinio Divino, pues, ¿quién está libre de pecados y caren­cias? Empero, cuando hay unión nacional, ésta se eleva a un plano superior, como resultado del hecho de que todos sus miembros individuales fusionan sus virtudes propias con las de los demás. Y el fruto de ello es que el colectivo nacional es juzgado con mucha mayor benevolencia – (Kuzari explica que esta es también la razón por la cual es tan importante rezar con un Minián [quorum] en vez de individualmente).

Y tal es el motivo de que la mujer shunamita – (Melajim 11 4:13), que fue tan extraordinariamente generosa con el profeta Elishá, se rehusó a su ofrecimiento de rezar por ella o interceder ante las autoridades a favor suyo, pues ella conjeturó que si se le destacaba de entre los demás, seria juzgada de manera más severa en la balanza Celestial. Esto cobra mayor sentido des­ de el momento que, como enseña el Zohar, tal incidente tuvo lugar en Rosh HaShaná, el Día del Juicio (Rabenu Bejale)».


Éxodo 30:17-21 – «Y YHVH habló a Moisés, diciendo: (18) Harás una fuente de bronce con su base de bronce, para lavarse, y la pondrás entre la Tienda de Reunión y el altar; luego colocarás agua en ella, (19) y Aarón y sus hijos se lavarán en ella sus manos y sus pies. (20) Cuando entren en la Tienda de Reunión o cuando se acerquen al altar para ministrar, para ofrecer a YHVH la ofrenda ígnea, se lavarán con agua y no morirán. (21) Se lavarán pues las manos y los pies para que no mueran, y lo tendrán por estatuto perpetuo, él y su descendencia por sus generaciones.

«…Una fuente…» – Una «pila» (BJ). No se dice nada en cuanto a la forma o al tamaño. Fue heha del bronce de los espejos que las mujeres de Israel dieron como ofrenda voluntaria – (cap. 38: 8).La-fuente-de-Bronce-1.jpg

En el templo de Salomón, el «mar» y las diez «fuentes» reemplazaron a la fuente original – (1 Rey. 7: 23-26, 38).La fuente estaba colocada sobre una «base de bronce» en el atrio del tabernáculo, entre la entrada del tabernáculo y el altar de los holocaustos. La fuente representa el lavamiento de nuestros pecados por la fe en la sangre derramada de Cristo – (Hech. 22: 16; 1 Cor. 6: 11; Efe. 5: 26; Apoc. 7: 14).

Según Rashí, la pila fue colocada un poco hacia el sur del punto medio de la entrada del tabernáculo. El altar estaba colocado en línea con el centro de la entrada.

«7-21 – «…El lavatorio…» – En el patio del Tabernáculo había un gran recipiente de cobre lleno de agua a partir del cual se realizaba el requerimiento a los Cohanim de lavarse las manos y los pies antes de llevar a cabo el servicio.

Era como un caldero o una vasija puesta sobre una base de cobre, y tenia dos grifos en la parte inferior a través de los cuales fluía el agua – (Rashi).

El propósito de este lavado no era conferir limpieza, sino santidad. De hecho, Onkelos traduce el vocablo לרחצה, que significa literalmente “para lavar” – (v. 18), como לקרוש “para santificar”. Las manos y los pies representan las mitades superior e inferior del cuerpo humano, y al santificarlas, los siervos de Dios expresan su devoción total al servicio a pun­to de realizar. Por la misma razón los Sabios decretaron que los hijos de Israel deben lavarse las manos antes de rezar – (Rambán).

No se menciona el Lavatorio [Kior] con los otros utensilios de los capítulos precedentes porque su función difería de los mismos. Los otros objetos y vasijas tenían como misión que, mediante su uso, la Presencia Divina residiera en el Tabernáculo, mientras que el Lavatorio servía para preparar a los Cohanim para realizar su función – (Sforno)».

«Traducimos el verbo רחוץ «rahots» como hacer abluciones, basados en Onkelos. En el Talmud, Mishnah loma, se llama a la ablución, קדוש ידים «kiddush iadaím» ,cosa que sugiere que la ablución no se hacía necesariamente por razones de limpieza física, sino como signo de pureza y elevación. En palabras de Nahmanides: «דרך כבוד שלמעלה «, «Derej cavod shelernalah» -en señal de respeto para el Altísimo.

En nuestros días, todavía vemos que en las sinagogas tradicionales hay una suerte de pila a la entrada de las mismas y los fieles hacen la ablución de las manos antes de entrar a orar. En Salmos 24:4 el autor habla del hombre de «manos limpias y corazón puro», lo que confiere a la ablución el significado de un acto moral. Es más, cuando antes de sentamos a comer, hacemos la ablución correspondiente pronunciamos la bendición de C», נטילת ידים «netílat iadaim», que en arameo quiere decir: la elevación de las manos».

v.19 – «…Se lavarán…» – El lavamiento de las manos y de los pies simbolizaba la reforma de la vida. Las abluciones de los sacerdotes, la muerte de las víctimas de los sacrificios y el asperjar, rociar y verter la sangre en relación con diversas funciones del servicio del santuario, muestran como evidente la necesidad de agua – (Exo. 29: 4, 17; Lev. 1-5).

«…a la vez que sus pies…» – La conjunción ואת indica que las manos y los pies deben ser lavados simultáneamente – (Or HaJaím). En consecuencia, el Cohén coloca su mano derecha en su pie derecho y los lava así, y luego sigue el mismo procedimiento con su mano y pie izquierdos – (Rashi a partir de Zevajim 19b). Ello simboliza la idea de que el servicio apropiado a Dios requiere que todas las facultades del hombre estén dirigidas hacia el mismo objetivo. Así pues, la parte más elevada del cuerpo -es decir, las manos, puesto que las mismas pueden ser elevadas hacia lo alto- y la parte más baja del mismo, los pies, deben santificarse por igual y a la vez».

v.20 – «…Para que no mueran…» – Con estas palabras se advertía que cualquier violación de esta orden, debida al descuido o a la indiferencia, sería castigada con la mayor severidad.

«…Y no morirán…» – La Torá no dice explícitamente que los transgresores “morirán” porque ello implicaría que tal muerte tendría lugar de inmediato, lo cual no necesariamente tendría que ser así debido a que una pena de muerte decretada por el Cielo es decidida por Dios mismo [en con­ traste a ser decidida por un tribunal rabínico terrenal] y Él es Quien determina si se implementará y cuándo, o si será aplazada. En cambio, un tribunal terrenal opera de manera del todo distinta, pues cuando la Torá dicta un castigo no se tiene la prerrogativa de aplazarlo o de desviarse de tal directiva legal – (GurArié)».


Éxodo 30: 22-25 – «Habló más YHVH a Moisés, diciendo: (23) Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, (24) de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. (25) Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa»

v.23 – «…Especias finas…» – Las especias representaban un papel importante en la vida de los pueblos de la antigüedad. Las había de diversas clases. En vez de «mirra excelente» sería mejor traducir «mirra líquida«, especia muy cotizada. El «cálamo» era probablemente un junco aromático, o «caña«, (BJ).

elaceitedelauncion

«v.23 – «…Ahora tú, toma para ti…»  – De todos los artefac­tos del Tabernáculo, sólo respecto al aceite de unción Dios le dice a Moshé:

“Ahora tú”. Esto indica que, aunque se enume­ran especias dentro de lo que se contribuirá al Tabernáculo – (25.6), Moshé mismo debía contribuir y mezclar las que eran necesarias para el aceite de unción – (Or HaJaím)».

«v.23b – «…La mitad de ello…» – La cantidad total de especias aromáticas, incluida la canela, era 500 unidades de shékel, aunque era pesada en dos partes, cada una de las cuales pesaba 250 shékels. Sin embargo, respecto de la siguiente especia mencionada, caña aromática, esta pesaba un total de 250, debido a que por estipulación explícita de la Torá debía de pesar esta cantidad – (Rashi a partir de Keritot 5a)».

«v.22-33 – «…Aceite de unción…» – Se le ordenó a Moshé preparar una mezcla de aceite y especias que sería utiliza­ da para ungir y consagrar tanto las vasijas del Tabernáculo como a Aharón y sus hijos para que pudiesen realizar sus funciones. En el futuro, el mismo aceite sería empleado para ungir a los reyes de la dinastía davídica y a los Cohanim Guedolim o sumos sacerdotes, lo cual sucedió hasta los últimos días del Primer Templo. 

La confección del aceite de unción era un proceso sin par dentro de las necesidades del Tabernáculo en cuanto que te­ nía que ser realizada por Moshé mismo – (Or HaJaím). Puesto que la función del mismo era hacer posible una elevada de­dicación a la voluntad de Dios, es comprensible que fuese preparado por Moshé, el mejor instrumento de tal voluntad. De hecho, esta primera provisión de aceite de unción hecha por Moshé fue la única que alguna vez se necesitó, y la ubi­cación de la misma será revelada para su uso cuando llegue Mashíaj, pues la vasija con la misma fue ocultada antes de la destrucción del Templo y, aunque los Sabios dejaron por escrito su ubicación, hoy en día se desconoce.

Por lo demás, está prohibido hacer una réplica exacta de este aceite de unción o tener provecho tanto del original como de cualquier réplica para propósitos personales – (v. 33) pues sería una profanación de la voluntad Divina que cualquier persona se arrogase el derecho de tener usufructo de tal fórmula por capricho – (Rabí Hirsch).

Debe hacerse notar que la traducción exacta de los nombres de las especias tanto en este pasaje como en los siguientes no es conocida del todo».

v.24b – «…Casia…» – Una madera aromática. La receta indicaba 5,7 kg. (12,7 libras) tanto de mirra como de casia, y 2,9 kg. (6,4 libras) tanto de canela como de cálamo. Estas especias debían mezclarse en aproximadamente 3,67 litros de «aceite de olivas«.

v.24c – «…Un hin...» –  Un hin es una medida de volumen ligeramente menor a 3.78 litros. Sin embargo, según algunas opiniones es de casi 7.56 litros.

v.25 – «…Ungüento…» – Este ungüento aromático era un hermoso símbolo del fragante perfume de la justicia de Cristo, que debe reflejarse en nuestras vidas – (Sal. 45: 6-8; Cant. 3: 6; Isa. 61: 10; 2 Cor. 2: 14-16).Unguento

Según Rambam, la unción fue fabricada de la siguiente manera. Primero se machacaba cada especia por separado. Luego fueron mezcladas y remojadas en agua para que su aroma fuera absorbido por el agua. El aceite de oliva fue añadido al agua y la mezcla era hervida hasta que el agua se evaporaba y sólo quedaba el aceite con las especias. Según Rashí, luego se limpiaba el aceite de las raíces.

«…Aceite de unción sagrado…» –  Se emplea el vocablo קידֶשׁ para denotar dos conceptos:

(a) Separación, es decir, Dios es llamado Santo en el sentido de que es superior a todo lo que existe y trascendente a ello. Este concepto se simboliza por medio del aceite de oliva, debido a que no se mezcla con otros líquidos. Y en un sentido de todo antitético, una prostituta es llamada kedeshá debido que la misma está absolutamente alejada de toda decencia humana.

(b) El término קידֶשׁ asimismo designa la idea de devoción total a un propósito elevado. El proceso de un­ción combina ambas ideas: los Cohanim en el Tabernáculo estaban segregados en forma absoluta de los asuntos mundanos y a la vez vivían totalmente dedicados al servicio de Dios – (Rabí Hirsch)».

«Según Abarbanel, citando el Talmud, el óleo de unción que fue preparado por Mosheh, fue usado también en las generaciones sucesivas y nunca más hubo necesidad de preparado otra vez.

De acuerdo con la Tradición Talmúdica, cuando el Arca Sagrada quedó oculta al ser destruido el Primer Templo de Ierushalaim, desapareció también con ella el frasco que contenía el aceite de unción y por este motivo en el Segundo Templo de Ierushalaim, no había más כהן משוח, «cohen mashuah’ -un cohen ungido-.

Así como los cohanim, también los reyes de Israel eran ungidos por medio de un profeta con el óleo de unción, queriendo indicar al rey que él debería encaminarse por la Torah de nuestro maestro Mosheh que fue el que preparó el óleo y el primero que ungió a los cohanim.

En cuanto a la traducción de los nombres de especias y aromas, resulta difícil hacerla con precisión, por lo tanto hemos seguido el criterio de la mayoría de los exégetas».

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Éxodo 30:26-29 – «Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, (27) la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, (28) el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. (29) Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado».

v.26 – «…Ungirás el tabernáculo…» – Los objetos materiales del tabernáculo debían ser ungidos primero: el tabernáculo mismo, los muebles del lugar santísimo y del lugar santo, y los muebles del atrio. Al final debían ser ungidos los sacerdotes – (Lev. 8: 10-12).

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v.29 – «…y serán cosas santísimas…»

«El nivel de santidad de los utensilios era tal que, como continúa diciendo el versículo, todo aquello que los tocaba se santifi­caba a su vez.

Ello significa que si un utensilio sagrado era llenado con una sustancia que normalmente sería puesta en el mismo como parte del procedimiento del Tabernáculo -como cuando se ponían aceite o harina en vasijas desig­nadas para la preparación de una ofrenda farinácea- la sustancia adquiría el estatus de santidad sacrificial. En cambio si se colocaba un producto no susceptible de adquirir santidad -por ejemplo, si se pusieron piedrecillas en los utensilios de una ofrenda farinácea- no se hacía santo – (Rashi)».


Éxodo 30:30-33 – «Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. (31) Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. (32) Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. (33) Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo»

v.30 – «…Ungirás también a Aarón…» – Una vez que hubiese sido santificado el ambiente en el cual debían ministrar Aarón y sus hijos, los sacerdotes mismos serían consagrados para servir allí.

En forma similar, Cristo ha ascendido para prepararnos «un lugar«, y será nuestro ese lugar cuando él vuelva a la tierra – (Juan 14: 1-3).

v.31 – «…Este será mi aceite de la santa unción…» – Esta unción tenía que durar durante todas las generaciones. Hoy en día no se sabe nada de ella. Según el Midrash, fue escondida antes de la destrucción del primer templo pero será restituido en el tiempo del Mesías.

– «…Aceite de unción sagrado… para Mi…» – En vez de decir que el aceite de unción estará bajo el cuidado de los Cohanim, el versículo enfatiza que el mismo pertenece a Dios: “para Mí”. Esto se debe a que el mismo será preservado por Él para ungir al rey Mashíaj. Los siguientes dos versículos prohíben el uso de tal aceite sobre personas que no sean Cohanim o reyes cuya unción sea requerida por la Torá.

«…Será éste[siempre] paraMí…» – Es decir, el aceite de Moshé permanecerá intacto para siempre, de modo tal que nunca será necesario hacer otro – (Rashi; Sforno)».

v.32 – «…Sobre carne de hombre…» – Es decir, el ungüento sagrado no debía ser usado por ninguna persona como ungüento común. Debía reservarse exclusivamente para el uso sagrado. Tampoco debía usarse la misma fórmula para ningún otro propósito, aunque evidentemente se podrían usar los mismos ingredientes por separado o en diversas combinaciones, pero nunca usando las mismas proporciones del ungüento ritual del tabernáculo.

v.32b – «…santo es, y por santo lo tendréis vosotros…» – Santo significa que ha sido apartado para un uso sagrado exclusivo. Esta mezcla sólo puede ser usada en el templo.

«Estos dos versículos contienen varias prohibiciones y castigos. Está prohibido bajo pena de karet o escisión espiritual que cualquier persona aplique el aceite de un­ción de Moshé sobre sí misma o sobre alguien más. Por otra parte, está prohibido duplicar la fórmula original, aun­ que en este caso, quien lo haga estará sujeto a la pena de recibir azotes, no karet.

Ésta última prohibición solo aplica a su preparación; una vez que el aceite ha sido preparado, no está prohibido su empleo. Por lo demás, está permiti­do usar la combinación de especias mencionada en este pasaje si la mezcla no consiste en la cantidad prescripta – (Rashi)».

«De lo que se infiere que ninguna persona podía hacer uso profano del aceite de unción, incluyendo aún a las personas como reyes y cohanim, que han sido ungidos una vez – (Minhah Belulah)»:


Éxodo 30:34-38 – «Dijo además YHVH a Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso, (35) y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo. (36) Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima. (37) Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para YHVH. (38) Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su pueblo»

v.34 – «…Especias aromáticas…» – En los vers. 34-38 se dan las instrucciones para preparar el «incienso aromático» que debía quemarse en el altar de oro (vers. 7). Era una mezcla de cuatro especias, en proporciones iguales «Estacte«, «gálbano» e «incienso puro» eran todas diferentes resinas, mientras que la «uña aromática«, o «uña marina» (BJ) parece haberse obtenido del caparazón de cierto molusco.

El gálbano tiene un aroma desagradable. De esto se aprende que los que no son muy honrosos no deben ser separados sino incluidos en el grupo para que juntos puedan producir un olor fragante delante del Eterno, como está escrito en 1 Corintios 12:14-27:

“Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo. Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito. Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso, ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros. Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo del Mesías, y cada uno individualmente un miembro de él.” (LBLA revisada)

Según Rashí, en total había 11 diferentes especias en el sahumerio: bálsamo, ónique aromático, gálbano, incienso puro, mirra, casia, espinacardo, azafrán, costo, corteza aromática y canela. Los nombres de estas especias no son necesariamente los que correspondan exactamente a las palabras hebras. Esto constituye todavía un motivo de discusión entre los comentaristas.

«Transcribirnos a continuación un pasaje del Talmud, Tratado Queritot, página 6, folio A, donde se describe minuciosamente todo lo concerniente al incienso, su composición, preparación, y uso: «Enseñaron nuestros Sabios: la composición del incienso, era la siguiente:

consistía en trescientos sesenta y ocho manim; trescientos sesenta y cinco, tantos como la duración del año solar-o Se utilizaba un mane diario, la mitad por la mañana y la otra mitad al atardecer-, y los tres manim restantes, el Sumo Sacerdote los utilizaba durante el Iom Quippur, después de haberlos previamente pulverizado en la vispera de Iom Quippur. Asi el incienso constaba de once ingredientes, a saber: Bálsamo, uña aronuítica, gálbano e incienso. En cantidades de setenta manim para cada ingrediente. Mirra, casia, nardo y azafrán. Cantidades de dieciséis manim para cada ingrediente. Costus doce, corteza de árbol odorífero tres, cenámono nueve; jabón de carsina nueve Kabin; vino de Chipre, tres Seot y tres Kabin.

Cuando no se obtenía el vino de Chipre se suplantaba por vino blanco añejo, sal de Sodoma, un cuarto de Kab, de Mahale Éashan se agregaba un poco. Según Rabbi Natan Habavli, también se agregaba una pequeña cantidad de la hierba aronuítica Quipat que crecia a orillas del Jordán. Si se agregaba miel ya no podia ser utilizado el incienso en el Santuario, mientras que si se omitía una de estas esencias, era pasible de la pena de rigor.

Según Rabbi ShimHon Ben Gamliel, el tragacanto no es otra cosa sino la savia que gotea de los árboles de bálsamo.

El jabón de carsina se agregaba para suavizar la uña aronuítica para que resultara agradable.

El vino de Chipre se usaba para remojar la uña aronuítica para hacerla más fragante.

Esto se podia lograr con otros tratamientos, mas fueron desechados porque contravenían las buenas costumbres que regían en el Santuario.

Según Rabbi Natan, el encargado del incienso alentaba con su voz al que pulverizaba los ingredientes y le decia: «Haz lo bien, pulverízalos del todo. ,.

Se podía utilizar para el incienso hasta una mitad del sobrante de inciensos anteriores; acerca de otras proporciones sobrantes. los Rabinos no se han pronunciado. Según Rabbi Jehudah, si las cantidades son las reglamentarias, se podia utilizar sobrantes, mas si faltaba un solo ingrediente, el preparador se hacia pasible de la pena de rigor ..

Según Bar Kappara, una vez cada sesenta o setenta años se llegaba a acumular con los sobrantes, la mitad de las cantidades requeridas para el incienso. Agrega Bar Kappara, de haberle agregado al incienso un poco de miel nadie habria resistido su fragancia; mas la miel no se usaba porque la Torah prohibia su uso para los sacrificios del Santuario».

«v.34b – «…Gálbano…» – De acuerdo con Rashi, el gálbano producía un olor desagradable, sin embargo está incluido entre los aromas que componían el incienso, queriendo insinuar con ello que en todas nuestras oraciones tenemos que asociar con nosotros y contar con nosotros aún a aquellas personas consideradas  פושעי ישראל «Poshhe Israel» -los rebeldes de Israel-. No debemos descartar a ningún judío que busca algún acercamiento espiritual. Si el alejamiento se produjera, sería imputado a los צדיקים «tsadikim» -hombres justos ya que el judaísmo cree en el principio de la responsabilidad colectiva».

v.35 – «…Bien mezclado…» – Mejor, «sazonado con sal» (BJ). El hecho de que se traían brasas encendidas del altar del holocausto para quemar el incienso en el altar interior – (Lev. 16: 12, 13) hace resaltar la verdad de que el corazón del que rinde culto debe estar reconciliado con Dios antes de que Dios pueda aceptar sus oraciones y su devoción – (Job 27: 8, 9; Sal. 66: 18: Prov. 15: 29; 28: 9; Isa. 1:15; Miq. 3: 4; Juan 9: 31).

«v.34-38 – «…Incienso…» – Los Sabios derivaron por exégesís que el incienso contenía once ingredientes. Era ofrecido dos veces al día, mañana y tarde, sobre el Altar de oro dentro del Tabernáculo. El aroma del incienso representaba la responsabilidad y deseo de Israel de servir a Dios de la manera que le place. Una de las especias aquí enumeradas, el gálbano, despedía mal olor, a partir de lo cual los Sabios – (Keritot 6b) derivaron que deben incluirse a los pecadores en las plega­rias en aras de la comunidad – (Rashi). Es decir, el incienso expresa la idea de la unidad del pueblo de Israel, de que a todos, tanto a justos como a pecadores, les corresponde servir a Dios».

v.36 – «…Y molerás parte de él…» – De tanto en tanto debía molerse una parte de esta preparación según fuese necesario, y debía colocarse quizá sobre el altar de oro «delante del testimonio», es decir frente al arca, pero delante del velo interior. Esta proximidad a la presencia divina lo hacía «cosa santísima».

v.36b – «…y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión…» –

El propósito principal para la construcción del tabernáculo es que haya un lugar de encuentro entre el Eterno y su pueblo. La raíz de la palabra hebrea que ha sido traducida como “encontraré” es yaad – יָעַד, que significa “fijar una cita”.

Una cita tiene que ver con dos cosas, tiempo y lugar. Hay ciertos tiempos que el Eterno ha fijado para encontrarse con su novia y hay un lugar fijado donde se hace el encuentro. El tabernáculo fue creado para tener un lugar fijo para tener un encuentro divino, como está escrito en Éxodo 25:22:

“Allí me encontraré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de todo lo que he de darte por mandamiento para los hijos de Israel” 

En Éxodo 29:42-43 está escrito:

“Será holocausto continuo por vuestras generaciones a la entrada de la tienda de reunión, delante de HaShem, donde yo me encontraré con vosotros, para hablar allí contigo. Y me encontraré allí con los hijos de Israel, y el lugar será santificado por mi Gloria”

En Éxodo 30:6 está escrito:

“Pondrás el altar delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde yo me encontraré contigo”

En Números 17:4 está escrito:

“Y las pondrás en la tienda de reunión delante del testimonio donde me encuentro contigo”

El tabernáculo es llamado “tienda de reunión”, en hebreo ohel moed, 140 veces en las Escrituras. Esto nos enseña la importancia de tener una relación personal con el Eterno. Hay un lugar de encuentro divino.

¿Dónde está?

En el lugar santísimo en cima del propiciatorio. Ese es el lugar de encuentro en cada templo, incluso en el hombre. En lo más íntimo del corazón hay un lugar de encuentro entre el Eterno y el hombre.

El texto que estamos estudiando dice que hay que presentar un poco del incienso delante del testimonio donde el Eterno se encuentra con el individuo. El incienso simboliza el conocimiento, cf. 2 Corintios 2:14-15.

Cuando se habla de moler un poco del incienso y poner un poco del incienso delante del testimonio donde hay un encuentro íntimo, se puede entender como tomar una pequeña porción de las Escrituras y desmenuzarla y meditar en ella y presentarla en oración con el entendimiento en nuestras oraciones diarias. Así tendremos un encuentro con el Eterno.

La base para un encuentro con el Eterno es la revelación de las Escrituras. Así que si estás leyendo la Torá y te viene alguna luz o algún texto te está tocando emocionalmente, allí hay incienso para moler y presentar delante del Eterno para tener un encuentro con él.

Toma esa porción de las Escrituras, estúdiala, busca su significado en hebreo, apréndela de memoria y úsala para venir ante la presencia del Eterno y así tendrás intimidad con Él, como está escrito:

“…santidad de santidades será para vosotros…”

La expresión “santidad de santidades” puede ser entendida como “intimidad de intimidades”, como está escrito en Cantar de los cantares 1:2-4:

“¡Que me bese con los besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. Tus ungüentos tienen olor agradable, tu nombre es como ungüento purificado; por eso te aman las doncellas. Llévame en pos de ti y corramos juntos. El rey me ha conducido a sus cámaras”

El Eterno desea tener esa intimidad contigo. Usa el incienso que tienes, muélelo y preséntalo ante él y luego verás…

«v.36 – «…Frente a las Tablas del Testimonio…» – Se debía quemar el incienso dos veces al día en el Altar interior del Tabernáculo, directamente frente a la cámara donde estaba el Arca de la Alianza. El Tabernáculo era conocido como la Tienda de Reunión, debido a que era designado como el lugar donde Dios ‘se reunía’ con Moshé – (Rashi). En otro giro exegético, el versículo asimismo alude al servicio de Iom Kipur, durante el cual el Cohén Gadol o sumo sacerdote introducía incienso al Sancta sanctórum frente al Arca de la Alianza – (Rambán)».

 v.37 – «…No os haréis otro…» – La prohibición y el castigo que regían para el uso del ungüento (vers. 32, 33) también se aplicaban al incienso.


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Éxodo)

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