Levítico 5 – Leyes sobre ofrendas por el pecado & culpabilidad

Levítico 5:1-6 – «…Si alguien es llamado a testificar por ser testigo de algo que vio o supo, y no lo denuncia, comete pecado y cargará con la culpa. (2) Si alguien toca cualquier cosa impura, ya sea el cadáver de una fiera inmunda, o el cadáver de ganado inmundo, o el cadáver de un reptil inmundo, aunque no lo sepa, será impura y culpable. (3) O si toca alguna impureza humana, de cualquier impureza con que se contamine, sin darse cuenta y después llega a saberlo, será culpable. (4) Si alguien jura a la ligera con sus labios, para mal o para bien, en cualquier cosa que el hombre acostumbra a proferir juramento, y no se da cuenta, pero luego se percata y resulta culpable de cualquiera de estas cosas, (5) sucederá que, si es culpable en alguna de estas cosas, tendrá que confesar aquello en que ha pecado, (6) y para expiación por su pecado cometido presentará ante YHVH una hembra del rebaño, sea oveja o cabra, como sacrificio por el pecado, y el sacerdote le hará expiación por su pecado…»

  • La ofrenda variable:

Este pasaje introduce una nueva variedad de ofrenda por pecado, cuyo costo varía según lo que puede pagar el transgresor. El aspecto variable del valor de la ofrenda está implicito en el nombre que le dieron los Sabios «ofrenda que sube y baja«. La Torá enumera tres pecados específicos por los que se trae esta ofrenda:

  1. El pecado de negarse a prestar testimonio (vs.1).
  2. El pecado de contaminar objetos sacros (vs.2-3).
  3. El pecado de jurar en falso o incumplir un juramento (vs.4).

El segundo de los tres, el pecado por contaminar objetos sacros (vs. 2-3), sigue la regla general de las ofrendas por pecado, ya que quien lo comete, si lo hiciese intencionalmente incurriría en la pena o separación espiritual y, por hacerlo sin intención, le corresponde traer un jatat. Los otros dos pecados son excepciones a esta regla.

vs.1 – «… Si alguien es llamado a testificar por ser testigo de algo …» – En la Biblia hebrea, los vers. 1-13 forman parte del cap. 4, pues tratan también de ofrendas por el pecado. Sin embargo, las ofrendas consideradas en estos versículos son algo diferentes de las del cap. 4. Son casos fronterizos entre ofrendas por transgresiones y ofrendas por el pecado. Participan de la naturaleza de ambas ofrendas y usan los dos nombres en forma indistinta.

Se refiere aquí al proceso judicial, en el cual se convocaba a los testigos para que dijeran lo que habían visto u oido. Uno de ellos se niega a testificar, y es declarado culpable. Algunas veces tenemos que cumplir deberes desagradables, deberes que desearíamos evitar.

Al decir la verdad debemos cuidar de no imputar motivos, y juzgar de esa manera a nuestro hermano. Se debe tener cuidado de que los hechos sean reales y no meras conjeturas. Las pruebas circunstanciales pueden señalar el camino hacia la verdad, pero también pueden conducir a conclusiones erróneas. Cuidémonos de no sacar conclusiones indefendibles.

Un caso tal es el de un diácono, visto por varios miembros de la congregación acarreando leña en sábado, mientras pasaba frente a la iglesia, vestido en ropas de trabajo. Más tarde llegó al culto como si nada hubiera ocurrido. Fue interrogado, puesto que la transgresión había sido pública, pero no dio indicios de arrepentimiento. No había duda en cuanto a los hechos, y el hermano no negó lo que había hecho. Los testigos y el acusado concordaban en lo que había ocurrido. Su acción era una clara violación del sábado. Luego él explicó su conducta:

Temprano esa mañana se había sentido impresionado a visitar a una viuda con dos hijitos, a quienes quería llevar a la escuela biblica. Al llegar a la casa, encontró a la madre enferma y la casa sin calefacción. Se fue a su casa y, luego de cambiarse de ropa, llevó leña hasta la casa de la familia necesitada. Esto era lo que los testigos habían visto, pero, sin conocer las circunstancias, habían llegado a la conclusión errónea de que el hermano estaba haciendo lo que no era correcto en sábado.

Un testigo debe decir la verdad, toda la verdad y solamente la verdad. No debe añadir detalles, ni tampoco quitarlos; no debe juzgar los motivos que llevaron a realizar la acción. Se evitaría mucha injusticia y mucho pesar si este principio fuese seguido con mayor estrictez.

Los sacrificios que se da por haber cometido, por ignorancia, alguno de los 43 pecados mencionados anteriormente, es de carácter fijo. Tanto el rico como el pobre tendrán que sacrificar lo mismo.

Sin ambargo, en el capítulo 5 encontramos otro tipo de sacrificio de jatat que es de carácter variable, según las posibilidades económicas del pecador. Este sacrificio es llamado corbán olé ve-yored, “ofrenda que sube y baja”, es decir “variable”, según los ingresos de la persona. Este sacrificio es ofrecido por cometer una de las tres transgresiones siguientes:

  • Un juramento de testimonio falso. Por haber observado una transacción financiera y luego niega haberla visto y jura falsamente ante el beit din (tribunal) – (Levítico 5:1).
  • Si entra en el templo o come de los sacrificios en estado de tumá (impureza ritual) – (Levítico 5:2-3).
  • Un juramento falso no intencional. Por ejemplo, si jura no haber hecho algo que luego se da cuenta que sí lo hizo sin darse cuenta – (Levítico 5:4).

– «-Juramento de testimonio-. Siempre que hay una controversia monetaria entre personas, deben comparecer testigos si así lo solicita una de las partes. Si un testigo niega saber nada al respecto, la parte que solicita su testimonio puede exigir que jure, ya sea dentro o fuera de un beit din [tribunal rabínico], que está diciendo la verdad. Nuestro versículo trata de un testigo que ha prestado ese juramento y luego confiesa que mintió. A diferencia de todas las ofrendas por pecado que menciona la Torá, en las que el pecado fue cometido inadvertidamente, esta ofrenda sólo se aplica si el testigo mintió en forma premeditada (Shevuot 31b)».


– «-Requerimiento de [prestar] juramento-. La palabra nbx puede significar tanto maldición como juramento. Por esto, el hecho mismo de que nuestro versículo indica que le caerá una maldición a quien mienta al respecto, es indicativo de la gravedad de su pecado, porque implica que al testigo que pervierte ia justicia no prestando testimonio o jurando falsamente le corresponde una maldición (íbn Ezra).

Así como los Sabios aseveran que un juez que emite dictá­ menes acertados es socio de Dios en la obra de la creación, podemos inferir que un testigo que se niega a testificar merece condenación, ya que es como si hubiese contribuido a la destrucción de la obra de Dios».

– » -En tanto testigo-. Es decir, efectivamente tiene conocimiento de aquello sobre lo que se le ha pedido que testifique -y no ha sido tachado como testigo por ser pariente de una de las partes o por cualquier otra razón- y sin embargo jura en falso que no sabe nada al respecto».

– «-O haber sabido [sobre algo]- Es decir, el testigo no presenció esa transacción monetaria, mas posee información relevante al caso que, de ser expuesta, sería aceptada en un beit din. Por ejemplo, oyó al supuesto prestatario admitir frente a otros testigos que debe tal monto (Shevuot 33b)».

– » El ténnino» נפש «, «nefesh», que traducimos como «persona», hace referencia al aspecto espiritual de la misma, ya que la persona que comete un error, lo hace primero con su mente y después lo traduce en los hechos (basado en Ramban). Posiblemente este comentario esté complementando el versículo 10 del libro Levítico, donde el texto habla de» אדם «, «adám» -persona-: lo que implica que para la esencia Judía, el ser humano es una unidad psicofisica total. Por supuesto, es la fuerza espiritual que está dentro de nosotros, la que rige el destino de nuestro ser positiva o negativamente, ya que los preceptos que cumplimos o las transgresiones a los mismos, emanan de nuestro» נפש «, «nefesh» -fuerza espiritual-«.

– » Entre el versículo 1 y 4, el capítulo enumera tres casos por los cuales el infractor tenía la obligaci6n de ofrecer un » קרבן חטאת «, «korbán hattát» -sacrificio expiatorio= a saber: a) El testigo que rehúsa testimoniar, a pesar de haber sido juramentado por la Corte de Justicia que lo previno de tal acción. b) La persona que haya incurrido en. impureza ritual, habiendo tocado o consumido la carne de un cadáver de animal impuro y que, en este estado de impureza inconsciente, haya ingresado al Santuario y participado del ritual. e) La persona que se hubiera impuesto un voto de abstención y que después lo hubiera olvidado y lo hubiera transgredido,

En estos tres casos -inconsciencia mediante – cuando el infractor tomare conciencia de los hechos arriba enumerados, deberá ofrecer un » קרבן חטאת «, «korbán hattát» -sacrificio expiatorio- de acuerdo con lo que la Toráh enuncia en el versículo 6 de este capítulo.

Estos tres casos están situados en el límite de lo consciente y lo inconsciente. La Toráh parece querer hacemos tomar conciencia de las grandes responsabilidades morales de las personas que por omisión han incurrido en actos no deseables, de buena fe, y que ellos consideran en general como siendo de naturaleza anodina.

La función de este» קרבן חטאת «, «korbán hattát» -sacrificio expiatorio- será la de asumir la toma de conciencia, cuando ello ocurra, mediando la confesión oral de la misma». 

  • Contaminación del Santuario y sus objetos sacros (vs.2-3):

Éstá prohibido bajo pena de karet que alguien en estado de tumá, o impureza ritual, ingrese al Santuario o coma alimentos de cualquier ofrenda. Nuestro pasaje habla de alguien que sabía de su contaminación pero luego lo olvidó, u olvidó que el Santuario o los alimentos son sacros, y ya sea entró al Santuario o comió de dichos alimentos durante ese período de olvido, percatándose luego de lo que había hecho.

vs.2 – «…Cosa inmunda…» – Los pueblos de la antigüedad no tenían el conocimiento médico que hoy poseemos. No tenían cómo saber que al ponerse en contacto con ciertas enfermedades podrían transmitirlas. Por lo tanto, el único principio seguro era evitar todo lo que tuviese aspecto sospechoso. La transgresión podía llevar a una epidemia. Este principio todavía tiene validez como medida sanitaria.

Por supuesto las leyes levíticas tenían que ver en primer lugar con impurezas morales y ceremoniales. Al mismo tiempo, muchos de estos reglamentos tenían significado tanto para el cuerpo como para el alma. Por cuanto el pueblo no estaba capacitado para entender ni valorar el aspecto físico, por lo menos en forma cabal, no se menciona a menudo este factor aunque esté implícito.

En el Tanaj, la palabra tame, traducida «inmundo«, sólo se usa para referirse a la «inmundicia» levítica. Es obvio que en los vers. 1 y 4 el tema es la responsabilidad moral. Por cuanto la «inmundicia» de los vers. 2 y 3 aparece en la misma categoría de la transgresión indicada en los vers. 1 y 4, debe ser, en esencia, un asunto de responsabilidad moral. En el código levítico la «inmundicia» es esencialmente culpabilidad moral o ceremonial, pudiendo en algunos casos implicar «inmundicia» física.

vs.3 – «…Si después llegare a saberlo…» – Tal vez un hombre no se daba cuenta de lo que había hecho y, por lo tanto, podría considerárselo disculpable. Sin embargo, aunque no se diese cuenta de ello, podría constituir una amenaza para otros por ser portador de infección.

De ahí que en ciertos casos podría no ser totalmente inocente y se le debía enseñar una lección que lo impresionase tanto a él como a otros. Sin embargo, no es del todo culpable aquel que es ignorante, a menos que lo sea voluntariamente, habiendo tenido la oportunidad de informarse.

Algunos adrede cierran los ojos a la luz, convenciéndose a sí mismos de que, al no verla, no serán responsables de ella. Pero en el juicio todos tendremos que dar cuenta, no sólo de lo que sabemos sino también de lo que podríamos haber sabido si hubiésemos hecho el esfuerzo de aprender.

La “inmundicia humana” se refiere a un cadáver o los restos de un cadáver, que es la fuente principal de impureza ritual. Uno será culpable si entra en el santuario en estado de impureza ritual por haber tocado un muerto o incluso por haber tocado a una persona que ha tocado un cadáver – (Números 9:7; 19:13). La manera de purificarse de la tumá es, entre otras cosas, pasar todo el cuerpo por una mikvé, un baño ritual.

– » …El cadáver…» – La contaminación mencionada en estos dos versículos se menciona en 11:24-43, 15:2-3 y Bamidbar 19:14-16″.

– » …Y después se enteró…» – Después de haber pecado durante su olvido, cayó en la cuenta de lo que había sucedido (Rashí).

vs.4 – «…Si alguno jurare…» – Esto no se refíere a la conversación sino a la solemne confirmación de una promesa de hacer o dejar de hacer cierta cosa. Cuando dos personas hacían un contrato o un convenio, había acuerdo mutuo, y ese acuerdo era confirmado con un juramento. Si una de las partes olvida su promesa, confirmada porjuramento, o la repudia a sabiendas, «si después lo entiende, será culpable».

El faltar a la palabra es un pecado notorio de nuestra época; y hasta parece ir en aumento. Los cristianos deben cuidarse de esto. Es fácil acomodarse a las costumbres de nuestros tiempos, descuidando las normas impuestas por Dios.

– «…Un juramento verbal…» – Alguien jura falsamente que hará o no hará algo, o que algo sucedió o no sucedió. El caso de una persona que jura en falso para estafar a otra es tratado más adelante (vs. 20-26)».

– «…Expresando con sus labios…» – Para que sea válido, un juramento debe ser verbal: un juramento mental no genera ninguna obligación (Rashí; Sífra).

«…Que hará el mal o hará el bien…» – Por ejemplo, jura no comer cierto alimento (haciéndose un mal) o comerlo (haciéndose un bien). El versículo siguiente añade que se requiere traer esta ofrenda incluso si el juramento se refiere a si un suceso ocurrió o no, o sobre un acto tan inocuo que no puede ser calificado ni como bueno ni como malo (Rashí; Sifrá)».

«…La persona en Juramento…» – Los Sabios derivaron el empleo de la expresión “la persona” que, cuando alguien jura en falso o transgrede un juramento, debe ser consciente de la existencia del mismo, pues si no es consciente de ello es considerado como carente de personalidad jurídica respecto a las leyes de los juramentos (Shevuot 26a). En consecuencia, si alguien pensó que juraba verazmente sobre un suceso e pasado, o había olvidado un juramento cuando lo transgredio, no se requiere esa ofrenda. Además, en tal seni o, puesto que esta ofrenda sólo aplica a transgresiones involuntarias, ¿cómo es que se cae en esa obligación? En el caso de un juramento sobre sucesos pasados, se requiere la ofrenda si se juró en falso mas se ignoraba la pena por hacerlo. Al jurar que hará o no hará algo en el futuro, la persona queda obligada a traer la ofrenda en caso de que, no obstante recordar el haber expresado un juramento, olvidó sus condiciones en detalle, lo cual la llevó a transgredirlo. Por ejemplo, alguien juró no comer pan de trigo, mas pensó que había jurado que sí comería del mismo (Rambam, Hiljot Shevuot 3:6-8)».

vs.5 – «…Confesará…» – Es culpable, y lo sabe. No basta una confesión general. Debe confesar «aquello en que pecó«. Ninguna otra confesión servirá.

La confesión del pecado es una de las condiciones para poder obtener el perdón, como está escrito en 1 Juan 1:9:

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”

Al presentar un sacrificio de pecado, se hacen tres cosas:

  • Imposición de manos – en relación con las obras.
  • Confesión de pecado – en relación con las palabras.
  • Quema de intestinos – en relación con los pensamientos.

Estas son las tres áreas en las que el hombre puede pecar, obras, palabras y pensamientos. Por lo tanto tendrá que ser juzgado en estas tres áreas.

– «Esta confesión acompañaba todos los sacrificios rituales individuales. (Para el caso de » קרבן שלמים «, «korbán shelamím» -sacrificios de paz- esta confesión era sustituida por loores a D’s. El individuo que ofrecía sacrificios apoyaba sus manos sobre el animal y decía: «He incurrido en error, he transgredido, he sido rebelde y he hecho talo cual acción. Me arrepiento y retorno ante Ti y ésta es mi expiación». (Mishnéh Toráh, Manaséh Hakorbanot, Capítulo IIIl, Halajáh 15). Esta confesión era «ante Adonai», fuera de la presencia de todo ser humano, ya que la transgresión había sido hecha » בין אדם למקום «, «ben adám lamakóm» -entre la persona y su Creador-o Cabe resaltar que en el » ודוי», «vidui» -confesión- del día de Quippúr, que tiene carácter público en la sinagoga, no se hace referencia a ninguna acción negativa individual, sino más bien a generalidades y en plural; a título de ejemplo: אשמנו ,בגדנו ,גזלנו, «ashamnu, bagadnu, gazalnu» -hemos incurrido en faltas y en perfidias, hemos hurtado, etc,

Es más, en la época del Templo de Jerusalem, los Sabios de Israel, en nombre de las normas de la Toráh, prohibían estar muy cerca de la persona que pronunciaba una oración individual (para no incursionar en el área más privada que tiene el ser humano: su intensidad espiritual)».

– «…Confesará…» – Después de que el pecador lleva su ofrenda al Patio (v. 6), se apoya sobre esta y hace confesión (Rambán). Rabí Hirsch comenta sobre el motivo por el cual esta ofrenda por pecado posee el calificativo adicional de ofrenda de culpabilidad, lo que implica un grado mayor de culpabilidad que el de una ofrenda por pecado normal. En tal sentido, Rambán (v. 15) explica que el término asham deriva de desolación, porque el pecador ha puesto en peligro su existencia futura debido a sus acciones. Y los tres pecados de este pasaje son especialmente graves porque todos fueron cometidos ya sea intencionalmente o con cierto conocimiento previo de los mismos».

vs.6 – «…Para su expiación…» – Su ofrenda debía ser una cordera o una cabra, siempre hembra. Estas eran ofrecidas de la manera habitual, haciendo el sacerdote expiación por el pecado cometido.


Levítico 5:7-10 – «…Pero si no dispone lo suficiente para ofrecer un cordero, entonces presentará por su culpa con la cual pecó, dos tórtolas o dos palominos para YHVH: uno como víctima por el pecado, y otro para holocausto, (8) y los llevará al sacerdote. Éste presentará primero al que es víctima por el pecado, y de una uñada le cortará la cabeza de su cuello, pero no la separará. (9) Salpicará parte de la sangre de la víctima por el pecado sobre la pared del Altar, y exprimirá el resto de la sangre al pie del Altar. Es ofrenda por el pecado. (10) Con el segundo hará holocausto conforme al decreto, y el sacerdote hará expiación a favor de él, por su pecado con el cual pecó, y le será perdonado…»

vs.7 – «…Dos tórtolas…» – Dios se apiadaba de los que eran demasiado pobres como para traer el sacrificio habitual. El transgresor presentaba dos aves al sacerdote, quien ofrecía una como ofrenda por el pecado y luego la otra como holocausto.

– «…Empero si no alcanza sus medios…» – Este sacrificio se llamaba » קרבן עולה ויורד», «; «korbán holeh veiored» -sacrificio progresivo y relacionado ton los medios económicos del oferente–. (Véase versículos 7 y 11)».

vs.8 – «…Éste presentará primero al que es víctima por el pecado…» –

«…En primer lugar…» – Como regla general que se aplica toda vez que se ofrendan un olá y un Jatat en forma sucesiva, eljatat va primero y, luego de que este ha logrado el perdón, se ofrenda el olá (Rashl; Zevajim 7b)».

vs.9 – «…Salpicará parte de la sangre de la víctima…» –

«…Y rociará… sobre la pared. En el caso de las aves, el ceremonial de la sangre de las ofrendas de elevación y por pecado es exactamente el contrario del que se aplica en las mismas ofrendas cuando se traen animales.

Aquí, la sangre de una ofrenda aviaria se rocía directamente desde el cuello del ave sobre la mitad inferior de la pared del Altar, mientras que en una ofrenda animal por pecado el Cohén usa su dedo índice para aplicar la sangre en las astas sobre el Altar. (Las diferencias entre ofrendas de elevación de aves y de animales están detalladas anteriormente en el cap. 1)».

– «…Hacia la base…» – Después de rociar la sangre sobre la pared del Altar, el Cohén presiona el cuello seccionado del ave contra la pared del mismo sobre la base y deja que la sangre fluya hacia esta. La sangre es la única parte de la ofrenda de aves por pecado que va al Altar; el resto es consumido por los Cohanim (Zeuajim 64b)».

vs.10 – «…y le será perdonado…» –


– «… Y le será perdonado…» -Rabbí Itshak Arama en su comentario al libro Vaikrá, capítulo 57, acota: «Las dos categorías de sacrificios mencionadas en Parashát Vaikrá, tienen por finalidad acercar al oferente a nuestro D’s. No obstante, la primera categoría de sacrificios es preferible a la segunda. La prueba es que cuando la Toráh habla de»  קרבן עלה «, «horbán holáh» -holocausto-, o de קרבן שלמים», «korbán shelamim» -sacrificios de pazo de»מנחה «, «minháh» -oblación- culmina el texto diciendo:

» אשר ריח ניחוח לשם «, «isheh. reah nihoah. la Adonai» -sacrificio (consumido por el fuego) aroma grato ante Adonai-. Empero, cuando la Toráh habla de la segunda categoría de sacrificios, o sea los que se ofrecían por infracción involuntaria a las mitsvót de la Toráh, lo único que dice el texto en repetidas oportunidades es: » … y expiará por él …. Y le será perdonado», o acotaciones similares».


Levítico 5:11-13 – «…Y si no dispone lo suficiente para dos tórtolas o dos palominos, entonces, el que pecó, presentará como su ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina por expiación. No le echará aceite ni le pondrá incienso, porque es ofrenda por el pecado. (12) La presentará, pues, al sacerdote, y el sacerdote llenará de ella su puño, como memorial, y la dejará consumir en el Altar sobre las ofrendas ígneas a YHVH. Es ofrenda por el pecado. (13) El sacerdote hará expiación a favor de él por su pecado con el cual pecó en alguna de estas cosas, y le será perdonado. El resto será para el sacerdote, como en el caso de la ofrenda vegetal…»

El último sacrificio mencionado aquí es el de asham, culpa. La ofrenda por la culpa consiste en un carnero o un cordero. Se ofrece cuando se comete uno de estos cinco pecados:

  • Por sacar beneficio de una comida sagrada o de un objeto sagrado del templo – (Levítico 5:14-16).
  • Por robar y luego jurar en vano que no lo había hecho – (Levítico 6:1-7).
  • Para la purificación de un leproso – (Levítico 14:12-18).
  • Por fornicar con la sierva de otro hombre – (Levítico 19:20-21).
  • Por contaminación durante el nazareato – (Números 6:9-12).

Además, en Levítico 5:17-19 hay un tipo de ofrenda por la culpa llamada asham talui, de culpa pendiente. Es ofrecida cuando uno no está seguro si cometió un pecado para el cual se requiere un sacrificio jatat. Esta ofrenda no es definitiva, sino en el caso de que el que duda luego descubra que sí pecó, tendrá que dar una ofrenda de jatat por ese pecado. Esto nos enseña que la negligencia en asuntos espirituales es vista como un delito delante de HaShem.

Aparentemente podríamos decir que la אשם ofrenda por culpabilidad y חטאת la ofrenda por pecado deberian ser idénticos puesto que ambos expían por pecados; mas en realidad, el procedimiento de su servicio, su costo y quizás especialmente el hecho de que poseen nombres diferentes, demuestran que son muy distintos. Rambán comenta que la palabra חטאת no implica por pecado sino error, pues en cierto contexto las Sagradas Escrituras alaban a los tiradores adiestrados diciendo que podían arrojarte una piedra a un cabello y no errar – (Jueces 20:16).

Así pues, se trae una ofrenda por pecado puesto que se ha errado; es decir, se ha pecado inadvertidamente, por descuido, mas ello no reviste máxima gravedad. En cambio, el término אשם implica culpa, la «desolación» de quien perpetra esa acción.

Efectivamente, los pecados de nuestro pasaje justifican esa caracterización: por una parte, todo robo es intencional y por otra, el usufructo indebido de los bienes del Santuario para fines personales demuestra una falta de respeto general por la santidad de Dios incluso si la transgresión ha sido inadvertida. No obstante, un asham de quien no sabe si debe ofrecer un jatat (véanse los vs. 17-18) es grave por otra razón. Rabean lona (Berajot 2a) explica que quien duda si pecó o no lo hizo, se consuela pensando que quizás nada pasó, lo que seguramente lo inducirá a no sentir remordimiento alguno. Sobre otros pecados que requieren un asham – (véase Levítico 14:13-14 y Números 6:12).

vs.11 – «…Flor de harina…» – El culpable podría quizá ser demasiado pobre como para presentar las dos tórtolas o los dos palominos. Pero aun el más pobre podría traer una pequeña porción de harina. No debía ponerle aceite ni incienso, porque entonces hubiera sido una oblación. Sin estas añadiduras, era una ofrenda por el pecado.

El sacerdote tomaba un puñado de la harina y la quemaba sobre el altar, siguiendo el ritual de las «ofrendas encendidas a YHVH«. A fin de que nadie pensara que se trataba de una obligación, Dios repite que era «expiación«.

Aquí nos enfrentamos con una situación inusitada: una ofrenda por el pecado, sin sangre. Otro factor notable: las otras ofrendas por el pecado no eran puestas sobre el altar. Pero en este caso, Dios repite, «es expiación».

¿Cómo se ha de explicar la diferencia ritual permitida por Dios en este caso?

Según Heb. 9: 22, «sin derramamiento de sangre no se hace remisión» de pecado. Esa es la regla. En Lev. 5: 11-13 se nos presenta una excepción a la regla general. No todas las cosas, sino «casi todo es purificado, según la ley, consangre» – (Heb. 9: 22). El hecho de que en este caso una ofrenda sin sangre lograba la expiación, probablemente explica el «casi todo«.

Indudablemente nunca podrá haber verdadera remisión de pecado sin la sangre del Mesías. Si así fuera, la muerte del Mesías hubiera sido en vano. Pero en los símbolos había casos en los cuales se efectuaba la remisión y la purificación sin el derramamiento inmediato de sangre.

– «…Un décimo de una efá…» – Esta medida coincidía con el» עמר «, «homer» que era la cantidad de» מן», «man» suficiente para alimentarse un día (Véase Exodo 16:36). Esto parece indicar que esta ofrenda presentada por un hombre carente de medios equivaldría a un día de ayuno. (Basado en Ibn Hezra). Dios tuvo lástima de las personas pobres y les asignó una ofrenda extremadamente económica para que pudieran pagar por ella y así lograr expiación. Mas si personas pudientes trajesen esta ofrenda, no sólo no lograrían expiación por medio de la misma sino que serían culpables de llevar cosas no sacras al Atrio del Templo (Keritoí 28a). Tanto al dar caridad como al traer ofrendas, la persona debe hacerlo de acuerdo con su poder adquisitivo: el rico no cumple con su obligación si da lo mismo que una persona pobre (Jafetz Jaím)».

– «…Una ofrenda por pecado es…» – Resulta fuera de tono adornar una ofrenda que es para expiar por un pecado, y por ello no se le agregan ni aceite ni incienso (Rashi). Sefer HaJinuJ añade que el aceite flota hacia la superficie de una ofrenda y ello simboliza grandeza, motivo por el cual se emplea para ungir a reyes y sacerdotes, de lo cual aprendemos que la persona que busca expiación
no debe presentarse con ínfulas de grandeza sino humildemente y con contrición. Otra explicación podría ser que la Torá tiene compasión de las personas más pobres y esea librarlas del gasto que conlleva comprar aceite e incienso».

vs.13 – «…El resto será para el sacerdote…» –

– «…Y le pertenecerá al Cohén…» – El resto de la ofrenda arinácea es para los Cohanim, quienes la consumen según el procedimiento estipulado en 6:19 (Rashí)».


Levítico 5:14-16 – «…Además, YHVH habló a Moisés diciendo: (15) Si una persona comete prevaricación y peca por inadvertencia, destruyendo cosas consagradas a YHVH, presentará como sacrificio suyo de reparación a YHVH un carnero sin defecto procedente del rebaño, según tu valoración en siclos de plata, conforme al siclo del Santuario, como sacrificio por el delito. (16) Restituirá además lo que haya detraído de las cosas consagradas y añadirá sobre ello un quinto, lo cual dará al sacerdote. El sacerdote hará expiación a favor de él mediante el carnero del sacrificio por el pecado, y le será perdonado…»

vs.15 – «…Cuando alguna persona cometiere falta…» – Las «cosas santas de YHVH» son las primicias, los diezmos, las ofrendas y todo aquello que pertenece al servicio de Dios. La «falta» aquí considerada implicaba haber retenido lo que debía pagarse o haberlo disminuido, La ofrenda exigida por esta falta era un «carnero sin defecto«. Pero esto no bastaba; el que había cometido la falta debía también hacer restitución, añadiendo «la quinta parte«. Esta disposición tenía por objeto impedir una retención deliberada, aunque fuera transitoria, de lo que correspondía dar. En caso de duda en cuanto a la cantidad implicada, el sacerdote era quien debía calcularla. Luego de haberse hecho la restitución, el sacerdote hacía «expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado» (vers. 16).


– «…Cuando incurriere en sacrilegio…» -Este sacrilegio potencial consistirla en haber hecho uso de un objeto o cosa sacra cuyo uso era permitido solamente a los » כהנים «, «cohanim» -sacerdotes- y no a las hijos de Israel. De haber incurrido en este sacrilegio por ignorancia, el infractor tenia que traer un» קרבן אשם», «korbán. ashám» -sacrificio expiatorio de culpa-, que era ofrecido en el altar, amén de un quinto del valor del sacrificio adicional para el » כהן»,» cohén», que había sido en realidad damnificado.

En la Mishnáh este sacrificio es conocido como» אשם מעילות «, «ashám meliilot». (Zebahim, Cap. VI Halajáh 5)».

– «…Si alguien cometiere traición…» – Este término hebreo implica el uso no autorizado de propiedad sagrada (Rashi)».

– «…Shekels…» – Aunque el versículo únicamente dice shékels, sin especificar cuántos, la regla es que toda vez que la Torá habla en plural sin especificar cantidades, la referencia es al número dos, puesto que ese es el mínimo plural (Rashi; Mizraji)».

– «…Según el shékel sacro…» – La Torá (Shemot 30:13) especifica el peso en plata del shékel que debía usarse en el Santuario. Jazón Ish calcula que dos shékels son 38.4 gramos de plata o 1.23 onzas troy».


  • Ofrenda de culpabilidad en caso de duda:

El pecado por el que debe hacerse esta ofrenda es uno de los que, si se comete intencionalmente, conlleva la pena de separación espiritual, y por el que un pecador involuntario debería elevar una ofrenda Jatat [por pecado]. Sin embargo, en este caso la persona no está segura de si lo cometió o no. Por ejemplo, había dos pedazos de cebo en su plato, y pensando que ambos eran grasa permitida, comió uno de ellos.

Posteriormente se enteró de que uno de los pedazos era grasa prohibida, mas no sabía si esa fue la que consumió. Por este motivo trae una ofrenda de culpabilidad en caso de duda, que protege a la persona del castigo mientras el hecho permanezca en duda; no obstante, si luego se entera de que efectivamente había pecado, la persona estará obligada a realizar una ofrenda Jatat (Rashi; Keritot 26b).

Levítico 5:17-19 – «…Si alguno peca e infringe cualquiera de los mandamientos de YHVH respecto a cosas que no se deben hacer, aunque no se de cuenta, se hará responsable y pagará su falta. (18) Del rebaño llevará un carnero sin defecto, según tu estimación, como sacrificio por el delito. El sacerdote hará por él expiación por la falta que cometió sin darse cuenta, y será perdonado. (19) Es un sacrificio por la culpa. Ciertamente resultó culpable ante YHVH…»

vs.17 – «…Aquellas cosas que por mandamiento de YHVH no se han de hacer…» – Esta segunda situación es similar a la primera (vers. 14-16), pero tiene que ver con las «cosas que … no se han de hacer«. Estas cosas son las que desagradan a Dios aunque no son mencionadas específicamente. Dios se ocupa de principios más bien que de detalles.

Los Diez Mandamientos tienen que ver con los principios fundamentales. El mandamiento «No hurtarás» no especifica qué cosa no debe ser robada. Lo abarca todo, No dice: «No hurtarás las cosas grandes«; tampoco dice: «No hurtarás las cosas pequeñas».

Simplemente dice: «No hurtarás«. En el caso que consideramos, Dios podría haber dado más detalles. Si así hubiera sido, algunos podrían haber tenido la tentación de pensar que las cosas mencionadas eran más graves que las omitidas.

Por eso Dios incluye todas las transgresiones en la frase «todas aquellas cosas que por mandamiento de YHVH no se han de hacer«. Nadie podía aducir ignorancia. Aunque la sentencia puede haber parecido dura, era justa.

Aunque no se dé cuenta, será culpable. No hay excusa si no se estudia la Torá, como dice nuestro Maestro, según está escrito en Mateo 12:3, 5; 19:4; 22:31:

“…¿No habéis leído?…”

En Mateo 9:13 está escrito:

“…Id, y aprended…”

Así que YHVH espera que su pueblo estudie la Torá. No hay excusa para no estudiar y pecar por ignorancia. El que peca por ignorancia es por haber sido negligente en los estudios de la Torá y es culpable.

vs.18 – «…Por ignorancia…» – La ignorancia es algo de lo cual debemos arrepentirnos. Generalmente no se considera la ignorancia como transgresión. Dios tiene compasión de los ignorantes, y nosotros también la hemos de tener. Pero debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para reparar nuestras faltas.

– vs.17-18 – «…y no supera y resulto culpable, cargará con su iniquidad, el habrá de traer un cordero…» – Rashí dice que el versículo se refiere a aquella persona que está ante la duda de haber cometido una infracción que lo hace pasible de la pena de» כרת «, «caret» -alma truncada-. A modo de ejemplo, si hubiere en la mesa un trozo de sebo (prohibido) y uno de grasa (permitida) y pensando que ambos eran permitidos, hubiere comido uno y sólo después se le advierte que uno de los trozos era prohibido, al no poder establecer con exactitud lo que había comido se hace pasible de»אשם תלוי «, «ashám talui», que era un sacrificio expiatorio de culpa, aunque dubitativa; en caso de quedar aclarada en definitiva la infracción cometida, deberá ofrecer un » קרבן חטאת «, «korbán hattát», que era el sacrificio expiatorio por el error cometido por ignorancia».

– «…Una ofrenda de culpabilidad es…» – Puesto que la persona quizás no pecó, podría ser que sienta aprehensión de que está trayendo una ofrenda inapropiada. Y para contrarrestar este sentimiento, el versículo afirma que la persona está obligada a pedir que Dios la perdone por su negligencia al haber dado cabida a la posibilidad de que cometa ese error (Sforno)».


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Levítico)

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