DESDE LA DÉCADA DE 1970, casi todas las enseñanzas cristianas y judías mesiánicas sobre las fiestas bíblicas han mantenido que Yeshua ya cumplió las fiestas de primavera en el momento de su primera venida y, por lo tanto, solo cumplirá las fiestas de otoño cuando regrese. El propósito de esta serie de estudios es ofrecer una perspectiva diferente sobre el significado histórico, mesiánico y profético futuro de los días santos bíblicos, y explicar cómo se cumplirán tanto las fiestas de primavera como las de otoño de Israel después de la Segunda Venida del Mesías.
Comenzaremos en esta Introducción cubriendo algunos principios clave que son necesarios comprender antes de que las fiestas puedan ser abordadas de la manera correcta. Luego, en capítulos posteriores (que iremos subiendo próximamente), estudiaremos cómo cada fiesta presagia eventos que tendrán lugar después de que Jesús regrese y establezca Su reino.
Si quiere a medida que vamos subiendo artículos renovados (con este enfoque a futuro) aprender y ver nuestros antiguos artículos sobre las fiestas solemnes puedes hacerlo en el siguiente link: Fiestas Bíblicas)
- Las festividades descritas en Levítico 23
- El calendario Bíblico
- El Año nuevo en Primavera
- ¿Tiene Israel dos años nuevos?
- La Visión Consensuada sobre las Fiestas
- Todas las fiestas tienen tres niveles de significado
- El ejemplo del día de la Exipiación
- La opinión de Pablo sobre las fiestas en Colosenses
- Un esquema del nuevo paradigma
- El Contexto Histórico es clave
- Un marco premilenarista
- La nación de Israel
- Sintesís
Las festividades descritas en Levítico 23
Hay nueve festividades bíblicas mencionadas en Levítico 23:
- El Shabat.
- La Pascua (Pesaj).
- La Fiesta de los Panes sin Levadura (Jag Hamatzot).
- Las Primicias (Omer Reshit).
- La Fiesta de las Semanas (Shavuot, Pentecostes).
- La Fiesta de las Trompetas (Yom Teruah).
- El Día de la Expiación (Yom hakipurim).
- La Fiesta de los Tabernáculos (Sukkot).
- La fiesta de la asamblea u Octavo día (Shminí Atzeretz).
En este pasaje, Dios presenta los días santos de Israel de la siguiente manera:
El SEÑOR volvió a hablar con Moisés, diciendo:
«Habla a los hijos de Israel y diles: «Los tiempos señalados por el SEÑOR que proclamaréis como convocaciones sagradas: Mis tiempos señalados son estos»».
La palabra hebrea que a menudo traducimos como «fiestas» es moadim מועדים (plurar de moed מועד). Esta palabra se deriva de una raíz (yaw-ad יעד) que significa «designar», por lo que estas festividades a menudo se denominan «tiempos señalados u designados» por Dios. Además, esta raíz hebrea no solo implica una cita, sino que también se utilizó en muchos contextos para describir una reunión en la que Dios impartiría la revelación divina a su pueblo.
Por ejemplo, en Éxodo 25:22, la raíz de moadim יעד se utiliza cuando Dios dice:
«Allí me reuniré (yaw-ad יעד) contigo desde encima del propiciatorio, entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio».
De manera similar, la Tienda de la Reunión donde Moisés se reunió (yaw-ad יעד) con el Señor y recibió orientación se llamaba literalmente la «tienda de los tiempos señalados» (ohel moed; Éxodo 29:42).
La forma en que se utiliza el término moadim en la Biblia indica que las fiestas de Levítico 23 eran citas anuales (o semanales en el caso del Shabat) que Dios estableció para los israelitas para que pudieran reunirse con Él y recibir Su revelación para sus vidas. Estas fiestas formaban parte de un ciclo de tiempo santificado que anclaba la relación de Israel con el Señor y les permitía comprender Su obra como su Creador, Proveedor y Libertador.
A menudo llamamos a los moadim -fiestas, lo cual está bien en cierto nivel. Sin embargo, la mayoría de las fiestas no implicaban originalmente un banquete de comida propiamente dicho. Por esta razón, debemos recordar que facilitar un encuentro revelador con Dios fue siempre el propósito central de las fiestas, aunque afortunadamente, en algunos casos, esto sí implicó un banquete real.
El calendario Bíblico
El calendario Bíblico que incluía este ciclo de moadim/fiestas era muy diferente de nuestro moderno calendario gregoriano de 365 días basado en el sol. El calendario en el antiguo Israel era lunar, lo que significa que cada mes duraba desde el avistamiento de la primera luna creciente visible de la luna nueva hasta la siguiente luna nueva (Núm. 28:11-15). Este ciclo lunar solía durar entre 29 y 30 días, lo que hacía que el año lunar medio tuviera una duración de 354 días.
Además, el año lunar típico incluía doce meses en tiempos bíblicos. Sin embargo, debido a que las fiestas estaban vinculadas a las estaciones y a la cosecha de productos agrícolas, los antiguos israelitas, así como la mayoría de las demás naciones circundantes, añadían regularmente un decimotercer mes a su calendario (normalmente siete veces cada diecinueve años, o cada dos o tres años). Esto aseguraba que las fiestas de la cosecha no se desplazaran a diferentes épocas del año (c.f. Tablas pascuales de Sardica).
Si los israelitas no añadían este decimotercer mes intercalado a su calendario lunar, a veces sus fiestas de la cosecha habrían terminado en invierno, cuando nada estaba maduro, lo que habría sido un problema. Así, el año lunar se conciliaba con el año solar añadiendo el «mes bisiesto» extra cada dos o tres años, lo que implica que los israelitas utilizaban una combinación de calendario lunar y solar.
Observar los ciclos de la luna proporcionaba la mejor manera de seguir el tiempo mensualmente, desde la luna nueva a principios de mes hasta la luna llena a mediados de mes, que terminaba con la luna menguante y finalmente la siguiente luna nueva. Pero el calendario anual seguía sincronizado con los ciclos del sol mediante la adición del decimotercer mes cuando era necesario.
Aunque muchos maestros de profecía han hecho afirmaciones falsas en sentido contrario, si tomáramos el promedio de tres años, el año israelita todavía tendría 365 días de duración.1
El Año nuevo en Primavera
Otra característica clave del calendario bíblico es que su año nuevo comienza en primavera, en el mes de Aviv (que también se llama Nisan en el judaísmo moderno). Aviv suele solaparse con marzo y/o abril en nuestros calendarios modernos, y este momento fue elegido para marcar el inicio del ciclo festivo (cabeza del año) porque era cuando se cosechaban los primeros productos agrícolas en el antiguo Cercano Oriente. La cosecha de cebada comenzaba en marzo o abril y, en los meses siguientes, se recogían otros productos de los campos.
¿Tiene Israel dos años nuevos?
Hoy en día algunos mesiánicos y maestros afirman que Israel solo tubo un año nuevo Bíblico en primavera, en el primer mes2, inclusive otros afirman que tal y como el calendario Judío celebra año nuevo en Rosh Hashaná es erróneo, tardío e inclusive rabínico y por ende no apegado a la Escritura.
Ahora encontramos que de la Torah se extraen dos inicios de año:
El del 1 de Nisan para las citas (religioso) (Ex 12:2: Deut 16:1).
El del 1 de ‘Etanim/tishrey para los años (civil), la shmitah, el yovel/jubileo, el plantar y las verduras/hortalizas (Ex 23:16; 34:22; 2 Sam 11:1; Ezeq 40:1), (c.f. T.B. Ro’sh hashanah cap 1, mishnáh 1).
(Para mas información ver: ¿Ro’sh Hashanáh ó Yom tru’áh?)
La Visión Consensuada sobre las Fiestas
La mayoría de las personas familiarizadas con las fiestas bíblicas entienden que estos tiempos señalados en Levítico 23 tienen capas de significado conectadas con la vida del Mesías y los eventos proféticos futuros. Pero desafortunadamente, como se señaló anteriormente, la opinión popular sobre las fiestas desde la década de 1970 ha sostenido que Jesús ya cumplió las fiestas de primavera (Pascua, Panes sin Levadura, Primicias y Semanas) en el momento de su primera venida.
Esta suposición ha llevado a su vez a una segunda suposición, a saber, que solo las fiestas de otoño (Trompetas, Expiación y Tabernáculos) se cumplirán en el momento de la Segunda Venida del Mesías. En otras palabras, casi todas las enseñanzas modernas sobre el significado profético de las fiestas se basan en la premisa de que las fiestas de primavera se relacionan principalmente con acontecimientos pasados, mientras que las fiestas de otoño se relacionan principalmente con acontecimientos futuros.
A continuación se muestra una descripción general de cómo muchas personas explican el cumplimiento de las fiestas de primavera y otoño:
- Pascua, Panes sin Levadura y Primicias: Cumplidas cuando Yeshua fue crucificado como el Cordero de Dios en la Pascua y resucitó de entre los muertos el día de las Primicias.
- Semanas (Pentecostés): Cumplidas cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia primitiva.
- Trompetas: Se cumplirá cuando Yeshua regrese al sonido de la trompeta.
- Expiación: Se cumplirá cuando Yeshua salve a Israel y juzgue a las naciones.
- Tabernáculos: Se cumplirá cuando Yeshua more en la tierra en el reino milenario y festejemos con Él en la cena de las bodas del Cordero.
- Shminí Atzeretz: Se cumplirá cuando Yeshua entregue el reino a el Padre y Dios sea Todo en todos.
Esta explicación común del significado profético de las fiestas se basa en el momento de los acontecimientos registrados en los Evangelios y en el libro de los Hechos. Sabemos que Yeshua fue crucificado el día de la Pascua (el catorce de Aviv) en el siglo I, por lo que la idea de que Yeshua es nuestro verdadero Cordero de Pascua está tan extendida en el Nuevo Testamento (1 Corintios 5:7). Además, Yeshua también resucitó de entre los muertos el día de las Primicias (1 Corintios 15:20), que tuvo lugar justo dos días después de la Pascua, el dieciséis de Aviv. Luego, siete semanas después, el Espíritu Santo fue derramado sobre la comunidad mesiánica primitiva durante la Fiesta de las Semanas (también conocida como Pentecostés; Hechos 2).
Debido a que la crucifixión y resurrección de Yeshua, así como el derramamiento del Espíritu Santo, coincidieron de manera tan precisa con las fiestas de primavera de Levítico 23, es tentador concluir que estas fiestas ya se han cumplido por completo y han alcanzado su objetivo final profético. Algunos incluso han llegado a sugerir que, dado que las fiestas de primavera ya se han cumplido (en su opinión), los acontecimientos futuros del fin de los tiempos, como el Rapto, la Segunda Venida en sí y la derrota del Anticristo, deben tener lugar en otoño, durante la Fiesta de las Trompetas o en el Día de la Expiación, en el séptimo mes.
Todas las fiestas tienen tres niveles de significado
Dado que el propósito de estos estudios es explicar cómo todas las fiestas bíblicas presagian los acontecimientos que tendrán lugar cuando Yeshua regrese y establezca Su reino, debemos explicar por qué esta visión consensuada sobre el cumplimiento de las fiestas de primavera y otoño no es del todo exacta. Sin duda, ha sido bueno que tantos ministerios y maestros de la Biblia hayan ayudado al pueblo de Dios a comprender algunas de las capas mesiánicas más profundas de las Fiestas en Levítico 23, porque Yeshua es de hecho nuestro Cordero Pascual, y la forma en que Dios vinculó la crucifixión, la resurrección y el derramamiento del Espíritu Santo con las fiestas de primavera es uno de los elementos más hermosos de la historia bíblica de la redención.
Sin embargo, como aprenderemos en estos estudios, las Escrituras nunca dicen que ciertas fiestas ya se hayan cumplido, mientras que otras aún esperan su cumplimiento final. Los escritores bíblicos nunca relacionan las fiestas de primavera solo con la primera venida del Mesías y las fiestas de otoño solo con su segunda venida. En cambio, la Biblia enseña que cada fiesta tiene tres niveles de significado o cumplimiento:
- Un significado histórico en el antiguo Israel.
- Un cumplimiento en el siglo I a través de la obra del Mesías.
- Un cumplimiento futuro vinculado a los acontecimientos del fin de los tiempos y a la Segunda Venida del Mesías.
Estas múltiples capas de significado no minimizan aquellos aspectos de las fiestas que Yeshua ya ha cumplido, ni niegan la conexión entre las fiestas y su ministerio en el siglo I. Sin embargo, sí indican que si queremos comprender verdaderamente el significado profético de las fiestas bíblicas, debemos adoptar una perspectiva diferente de las fiestas a la que ha sido popular durante los últimos cincuenta años.
El ejemplo del día de la Exipiación
Un ejemplo que ilustra cómo una fiesta bíblica puede abarcar múltiples capas de significado y cumplimiento puede verse si observamos más de cerca el Día de la Expiación. El Día de la Expiación era cuando tenía lugar el rito anual de purificación de Israel en el Tabernáculo o Templo (significado histórico). También sabemos que el Mesías expió nuestros pecados, un punto que el libro de Hebreos establece basándose en gran medida en las secciones del Levítico sobre el Día de la Expiación (cumplimiento en el siglo I). Sin embargo, también está ampliamente aceptado en muchos círculos proféticos que el Día de la Expiación presagia lo que el Mesías hará en y por Israel, y por extensión por todas las naciones de la tierra, después de su Segunda Venida (cumplimiento futuro).
No tiene sentido que el Día de la Expiación se haya cumplido solo en el pasado o que se cumpla solo en el futuro. En cambio, el Día de la Expiación apunta a múltiples cumplimientos históricos y proféticos, algunos de los cuales ya han sucedido y otros que aún estamos esperando.
Este es solo un ejemplo, pero lo mismo puede decirse de las otras fiestas además del Día de la Expiación. Cada fiesta conlleva estas múltiples capas de significado, y no es hasta que comprendamos este punto básico que podremos entender todo el poder profético y la belleza de los tiempos señalados por Dios.
Irónicamente, muchas personas que dicen que Yeshua ya cumplió con las fiestas de primavera, y que solo las fiestas de otoño esperan un cumplimiento futuro, aceptan que Él cumplió con ciertos aspectos del Día de la Expiación (una fiesta de otoño) en el primer siglo, particularmente cuando hizo expiación por nuestros pecados. Admitirán que una fiesta de otoño como el Día de la Expiación puede tener múltiples cumplimientos vinculados a la primera y segunda venida del Mesías. Pero luego, cuando enseñan sobre las fiestas de primavera, enfatizan un cumplimiento exclusivo en tiempo pasado y niegan cualquier cumplimiento futuro.
No es difícil ver que este enfoque de las fiestas, tan popular durante cincuenta años, es ilógico e inconsistente. Este punto de vista es débil porque atribuye un cumplimiento tanto del primer siglo como de la Segunda Venida a algunas de las fiestas (en este caso, el Día de la Expiación), pero no a las demás.
Un enfoque mejor es aceptar que cada fiesta en Levítico 23 apunta de alguna manera a lo que el Mesías ya ha hecho, mientras que también apunta de alguna manera a lo que Él logrará cuando regrese y establezca Su reino. Esto significa que, si bien ciertamente debemos estudiar y celebrar cómo Jesús ya cumplió ciertos aspectos de las fiestas (tanto de primavera como de otoño), debemos explorar simultáneamente lo que las fiestas (tanto de primavera como de otoño) pueden enseñarnos sobre los días venideros.
La opinión de Pablo sobre las fiestas en Colosenses
Para sorpresa de muchos, el apóstol Pablo también enseñó que las fiestas bíblicas de Levítico 23 solo alcanzarán su cumplimiento profético final después del regreso del Mesías. Por ejemplo, en Colosenses 2:16-17, Pablo escribió:
Por lo tanto, nadie debe actuar como juez de ustedes en cuanto a alimentos o bebidas, o en cuanto a una fiesta, luna nueva o día de reposo, cosas que son una mera sombra de lo que está por venir; pero la sustancia pertenece a Cristo.
La mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento aceptan que cuando Pablo se refiere a las fiestas y días de reposo en este pasaje, tiene en mente los días santos de Levítico 23. Una vez establecido este punto, observe cómo Pablo también dice aquí que estas fiestas son una «sombra de lo que está por venir»3.
Esta frase «lo que está por venir» se utiliza en numerosas ocasiones en el Nuevo Testamento para referirse al fin de los tiempos, la Segunda Venida y el reino de Dios. Además de Colosenses 2:17, se pueden encontrar derivados de esta frase en Romanos 8:38, 1 Corintios 3:22, Efesios 1:21, Hebreos 2:5, Hebreos 6:5, Hebreos 13:14, 1 Pedro 5:1 y Apocalipsis 1:19, y en cada uno de estos pasajes el enfoque está siempre en el regreso del Mesías.
Por ejemplo, en Efesios 1:21, Pablo habla de cómo Yeshua está por encima de todo gobierno y autoridad «no solo en esta era, sino también en la venidera» (énfasis añadido). Del mismo modo, en Hebreos 2:5 y Hebreos 6:5 encontramos un lenguaje paralelo al que Pablo utiliza en Colosenses 2:17 cuando el «mundo venidero», o era venidera, es el tema de discusión.
Este uso lingüístico confirma que cuando Pablo dice en Colosenses 2:17 que los sábados y festivales de Levítico 23 son una «sombra de lo que está por venir», está indicando que estos sábados y festivales presagian eventos proféticos que tendrán lugar en el futuro. Además, Pablo no dice que solo ciertos festivales tengan un significado profético futuro, o que algunas de las fiestas ya se hayan cumplido mientras que otras aún esperan su cumplimiento final.
Más bien al contrario, Pablo pinta con un pincel más amplio y dice que todos las fiestas/moadim apuntan a cumplimientos proféticos que aún no han ocurrido. Para Pablo, las fiestas de primavera y otoño, así como el Shabat, tienen una sustancia en Cristo que ofrece revelación sobre lo que está por venir. No hay una declaración más clara o concisa sobre el significado profético futuro de todas las fiestas bíblicas en toda la Biblia. En el resto de estudios, exploraremos exactamente lo que Pablo quiso decir cuando dijo esto, así como cómo cada uno de los tiempos señalados en Levítico 23 presagian los acontecimientos del futuro.
Un esquema del nuevo paradigma
Para dar una visión general de hacia dónde nos dirigimos, a continuación se muestra un resumen de los cumplimientos proféticos de las fiestas que trataremos en capítulos posteriores:
- Pascua, Panes sin Levadura, Primicias: El Mesías regresará como un Moisés más grande, Guerrero Divino y Hacedor de Milagros. Rescatará a Israel del cautiverio, liderará un segundo éxodo a través del desierto y derrotará a las fuerzas del mal con una serie de plagas de Pascua.
- Semanas: Después del regreso de Yeshua, habrá una gran cosecha de almas y un renacimiento espiritual; las naciones se reunirán en Jerusalén, el Espíritu de Dios se derramará sobre todas las personas y comenzará la renovación de la tierra.
- Trompetas: Israel y las naciones asistirán a la ceremonia formal de entronización y coronación del Mesías en el Monte Sión. En ese momento, las naciones oirán el gran toque de trompeta que anuncia que Jesús es el Rey de la era mesiánica, y desde ese momento extenderá su justicia y su gobierno sobre toda la tierra.
- Expiación: La tierra de Israel y su pueblo serán limpiados de todas las impurezas, el espacio para el Templo mesiánico será ungido y consagrado, y el Mesías comenzará su ministerio de sumo sacerdote en la tierra.
- Tabernáculos: La tierra experimentará una curación y una abundancia agrícola como nunca antes. Israel y las naciones se deleitarán y se regocijarán en la presencia de Dios, y su gloria morará entre su pueblo.
- Shimní Atzeretz: La Tierra sera transformada por completo en unos nuevos cielos y nueva tierra y Dios morara con su pueblo por la eternidad.
Como indica este esquema, las fiestas anuales de Levítico 23 se cumplirán de manera sucesiva y gloriosa después del regreso de Jesús, y cada fiesta presagia cómo se desarrollará en el futuro el plan redentor de Dios para Israel y las naciones. Aunque muchas personas solo tienen una vaga idea de lo que sucederá cuando Yeshua vuelva a pisar esta tierra (por ejemplo, que regrese sobre las nubes, que venza al Anticristo y que luego reine desde Jerusalén), estudiar las fiestas con su significado profético más profundo en mente puede ayudarnos a armar un mosaico mucho más detallado de los cumplimientos proféticos que estarán vinculados a la Segunda Venida y a la inauguración del reino mesiánico.
Esto, a su vez, no solo nos permitirá comprender a nivel intelectual lo que sucederá cuando Yeshua regrese, por importante que sea. Sino que también debería inspirarnos a alinearnos con el plan profético de Dios de una manera práctica y adorar a Jesús con renovado entusiasmo, reverencia y esperanza.
Personalmente, desde que comencé a estudiar las Escrituras, no he encontrado nada en la Biblia que revele la gloria impresionante de Yeshua y «la esperanza de su llamamiento» (Efesios 1:18) como las fiestas bíblicas. Estos días sagrados revelan una visión magnífica del Rey de reyes y de su plan de salvación para su pueblo, que puede anclar nuestras almas en medio de las tormentas tumultuosas de la vida, incluso mientras esperamos su cumplimiento final y nuestra herencia futura en la era venidera.
El Contexto Histórico es clave
Además de aceptar que cada fiesta de Levítico 23 se cumplirá cuando Yeshua regrese, otra clave para abordar las fiestas de la manera correcta es estudiarlas en su contexto histórico original. Esto puede parecer un punto básico, pero vale la pena enfatizarlo porque muchas enseñanzas sobre las fiestas no se basan en un estudio suficiente de cómo los antiguos israelitas habrían visto estos días santos cuando se instituyeron por primera vez hace tres mil quinientos años.
Por ejemplo, muchas explicaciones populares de las fiestas se basan más en las tradiciones judías de la literatura rabínica que en un análisis en profundidad del texto bíblico. En algunos casos, estas tradiciones judías arrojan luz sobre el verdadero significado de una fiesta en particular, pero en muchos otros casos son más un obstáculo o una distracción que una ayuda. En consecuencia, debemos ser conscientes de la necesidad de volver a lo que dice la propia Biblia sobre las fiestas y evitar basarnos exclusivamente en las tradiciones judías.
Además de las tradiciones judías, muchas tradiciones cristianas también desconectan el cumplimiento profético de las fiestas de su significado histórico original. Esto a menudo conduce a teorías especulativas que carecen de base bíblica, como la opinión de que Jesús debe regresar y salvar a Israel en el Día de la Expiación en el futuro (más sobre esto mas adelante).
En estos estudios, trataremos algunas tradiciones judías que encajan y confirman la enseñanza bíblica sobre ciertas fiestas. También abordaremos varias perspectivas cristianas cuando sea necesario. Sin embargo, seguiremos dando prioridad al texto bíblico y a un enfoque de las fiestas basado en la historia, más que a las tradiciones judías o cristianas.
En primer lugar, trataremos de responder a la pregunta: ¿Por qué se celebraba esta fiesta en Israel y qué ideas centrales se habrían asociado a esta fiesta en la mente de los antiguos israelitas?
Hasta que no hagamos el trabajo de campo necesario para responder a esta pregunta, no podremos discernir el futuro cumplimiento profético de las fiestas sagradas en Levítico 23, simplemente porque el cumplimiento profético final de las fiestas estará directamente ligado a su significado histórico original.
Con ese fin, estos estudios están estructurados de tal manera que nos permitirá pasar progresivamente del material histórico al material profético. A medida que examinemos cada fiesta con más detalle, cubriremos un capítulo que explica esa fiesta en particular en su contexto histórico original. Posteriormente, el siguiente artículo trataremos de cómo el significado histórico de esa fiesta conducirá a su cumplimiento profético final después de la Segunda Venida.
Un marco premilenarista
hora que hemos cubierto la importancia de un enfoque de las fiestas centrado en el reino e históricamente fundamentado, también vale la pena señalar que el significado profético de las fiestas bíblicas solo puede entenderse si adoptamos un marco premilenarista.
La escatología premilenial se caracteriza por la creencia de que Yeshua regresará a esta tierra después de un período de tribulación, y luego establecerá un reino terrenal durante unos mil años, después de lo cual tendrá lugar el juicio final de todos los vivos y los muertos, que conducirá a la inauguración del «estado eterno» en unos cielos y una tierra completamente nuevos. En resumen, la escatología premilenial postula tres eras principales de la historia redentora después de la Caída:
- Nuestra fase actual de la historia en este mundo caído.
- El reino milenario en esta tierra.
- El estado eterno en los nuevos cielos y la nueva tierra4 (cf. 1 Cor 15:20-28; Ap 20:1-6).
No es necesario ahondar ahora en las profundidades del premilenialismo (un estudio mas completo sobre esta corriente escatologíca aquí: Premilenialismo), lo que aprenderemos es que las fiestas bíblicas ofrecen una imagen muy detallada, aunque a menudo pasada por alto, de lo que sucederá en el primer año del reinado milenario del Mesías.
La nación de Israel
En lo que respecta a la nación de Israel, aunque las fiestas bíblicas se relacionan con los propósitos de Dios para el mundo entero, también se refieren más específicamente a cómo Dios completará su plan de salvación para la nación judía. Por esta razón, debemos abordar las fiestas desde un punto de vista centrado en Israel y tratar de comprender cómo revelan lo que el Mesías hará por el pueblo judío después de la Segunda Venida, dentro de su patria geográfica y de sus fronteras territoriales en Oriente Medio.
Al igual que en el pasado, la nación de Israel será el eje central de la actividad de Dios en el futuro. Jerusalén será la capital del reino del Mesías y el cumplimiento escatológico de las fiestas bíblicas pondrá de relieve la centralidad de la nación de Israel dentro de la economía redentora de Dios.
Esto, por supuesto, no implica un favoritismo injusto hacia Israel y el pueblo judío. Más bien, la centralidad de Israel en el plan de Dios en desarrollo está simplemente conectada a los pactos de Dios con los patriarcas bíblicos, y a la naturaleza misma de Yeshua mismo.
Cuando Dios hizo un pacto con Abraham, Isaac y Jacob en el libro del Génesis, se vinculó a un pueblo y a una tierra física para toda la eternidad. Así, el reinado de Yeshua desde la tierra de Israel en el futuro representará el cumplimiento de la promesa original de Dios de dar la Tierra Prometida a la «descendencia» de Israel (es decir, el Mesías; Génesis 17:8).
Yeshua vivirá para siempre en solidaridad con su pariente étnico y parientes consanguíneos, el pueblo de Israel, en la tierra prometida a sus antepasados. Esto fue cierto en el momento de su primera venida y nada cambiará en este sentido en el momento de su segunda venida. Así como las naciones fueron bendecidas cuando el Mesías vino a Israel por primera vez, todas las naciones serán bendecidas de una manera aún mayor cuando Yeshua regrese a Israel y reine desde el trono de David en el futuro.
Sintesís
El propósito de esta Introducción fue establecer una base que nos ayude a abordar las fiestas bíblicas de la manera correcta. Para ello, cubrimos una serie de principios interpretativos que se resumen a continuación:
- En Levítico 23 se mencionan 8 fiestas anuales: Pascua, Panes sin Levadura, Primicias, Semanas, Trompetas, Expiación, Tabernáculos y Shminí Atzeretz. En este pasaje, las festividades de Dios se denominan moadim (es decir, tiempos señalados), que es una palabra hebrea que denota una cita reveladora con Dios.
- Los antiguos israelitas utilizaban un calendario lunar de doce meses que comenzaba en primavera. El año lunar típico tenía una duración de 354 días. Sin embargo, el calendario lunar de Israel se conciliaba con la rotación de la Tierra alrededor del Sol mediante la adición de un decimotercer mes cuando era necesario, lo que significaba que, con el tiempo, el ciclo anual de Israel tenía una media de 365 días (aunque era más corto algunos años y más largo en los bisiestos).
- La Biblia nunca dice que algunas fiestas se hayan cumplido por completo, mientras que otras no. Más bien, las Escrituras son claras en cuanto a que cada fiesta tiene un significado histórico y un cumplimiento parcial a través de la primera venida del Mesías, aunque todas ellas aún esperan su cumplimiento final en el reino de Dios.
- Para descifrar cómo se cumplirán las fiestas bíblicas cuando Yeshua regrese, debemos mirarlas en su contexto histórico original, sin basarnos exclusivamente en las tradiciones judías y cristianas. Un punto crítico que hay que comprender es que el cumplimiento final de las fiestas en el reino de Dios estará intrínsecamente ligado a su significado histórico original en el antiguo Israel.
- El significado profético futuro de las fiestas se explica mejor dentro de un marco escatológico premilenarista y centrado en Israel, que sostiene que Yeshua establecerá el reino milenario en esta tierra con la nación de Israel en su centro.
Tener en cuenta estos principios nos permitirá comprender el misterio de las Fiestas solemnes en Levítico 23. Al analizar ahora las fiestas individuales en los estudios siguientes, nuestro primer objetivo será establecer un marco histórico que nos ayude a entender las fiestas desde el punto de vista de los antiguos israelitas. A partir de ahí, nos diversificaremos y estudiaremos lo que cada fiesta revela sobre el regreso de Yeshua y su futuro reino.



- Algunos maestros de profecía han utilizado lo que llaman un «año profético de 360 días» al interpretar ciertas profecías. Sin embargo, no existe una base bíblica para el año profético de 360 días, y esta teoría ha sido refutada por muchos eruditos. Para un análisis de la falacia del año profético, véase cuando hablemos (próximamente) de El jubileo de las 70 semanas. ↩︎
- Maestros como Travis Snow argumentan lo siguiente: Para entender por qué Éxodo 23:16 y 34:22 hablan del «fin» o «cambio» del año en el séptimo mes, aunque el año no terminaba técnicamente en ese momento, piensa en cómo la gente de hoy podría decir a las 5 de la tarde, cuando termina su jornada laboral: «Me alegro de que este día haya terminado». Todos sabemos que, en un sentido literal, el día no termina hasta las 12:00 a. m., siete horas después, pero esto no significa que sea incorrecto que la gente diga en un sentido relativo que su día termina a las 5 p. m. cuando salen de su trabajo. El mismo tipo de lenguaje relativo también se utiliza en Éxodo 23:16 y 34:22 para describir el final del año israelita. La Fiesta de los Tabernáculos marcaba el final del año en un sentido general de la misma manera que las 5 p. m. marcan el final de nuestra jornada laboral moderna. Pero no hay nada en estos textos sobre un año nuevo bíblico en el séptimo mes, como referencia el apoya su argumento en Douglas K. Stuart, The New American Commentary: Exodus, Volume 2 (Nashville: Broadman & Holman Publishers, 2006), 272, en Mark E. Cohen, The Cultic Calendars of the Ancient Near East (Church: Capital Decisions, 1993), 14. y Stuart, Exodus, 273.. ↩︎
- Nota: Colosenses 2:16-17 es un pasaje controvertido que muy probablemente refleja un contexto histórico en el que algunas personas (posiblemente forasteros y algunos de dentro) estaban juzgando a ciertos creyentes colosenses por los detalles de su observancia del Shabat y de las Fiestas, o por la falta de ella. En este contexto, Pablo no argumenta en contra de la observancia de estas celebraciones, como han supuesto muchos comentaristas cristianos. Más bien, aborda las actitudes críticas y cómo pueden convertirse en una distracción del enfoque mesiánico adecuado al celebrar las fiestas. ↩︎
- Este sistema de pensamiento se denomina premilenialista porque sostiene que Jesús regresará antes del milenio. Otros sistemas de escatología, como el posmilenialismo, sostienen que Jesús regresará después de una era utópica iniciada a través del evangelio, mientras que los amilenialistas no creen que haya un milenio de transición en absoluto, es decir, creen que Jesús regresa e inmediatamente establece el estado eterno. ↩︎


[…] en el siglo I; a saber, la Fiesta de las Primicias. Como vimos en la introducción (c.f. Las fiestas Solemnes (Introducción, «Un nuevo paradigma»), las fiestas bíblicas están vinculadas al cambio de estaciones y están estrechamente […]
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