Éxodo 18 – Moisés y Jetro

Éxodo 18:1-4 – «Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo YHVH había sacado a Israel de Egipto. (2) Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió, (3) y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra ajena; (4) y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón»

Cuando la palabra “kohen”,traducida como “sacerdote”, está relacionada a un lugar geográfico se refiere a un príncipe. Hay otro ejemplo con los hijos de David, que no venían de la tribu de Leví, y no podían ser sacerdotes, sino príncipes – (2 Samuel 8:18; 1 Crónicas 18:17).exodo-18.jpg

Algunos comentadores han pensado que Séfora, movida por la ira, dejó a su esposo después de la circuncisión de su hijo en el camino a Egipto – (cap. 4: 24-26). Esta opinión es insostenible puesto que el relato no dice que ella volvió a casa de su padre sino que Moisés la envió. Había hecho esto por la seguridad de ella, en vista del peligro al cual se habrían expuesto Séfora y sus hijos en Egipto durante la contienda con Faraón.


Éxodo 18:5-9 – «Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios; (6)y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella. (7) Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda. (8) Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que YHVH había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado YHVH. (9) Y se alegró Jetro de todo el bien que YHVH había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios»

 El «monte de Dios«, donde Jetro halló a Moisés y donde acamparon los israelitas, era Horeb – (cap. 3:1). Fue en sus proximidades donde Dios se apareció a Moisés en la zarza ardiente. Fue también cerca de allí donde Moisés hirió la roca para dar agua a su pueblo sediento – (cap. 17:6).

«…Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó…» – La cortesía oriental requería ese proceder en el caso de un visitante digno de honra o aun de cualquiera que llegara – (Gén. 18: 2; 19: 1; Luc. 15: 20; etc.). Evidentemente la intención de Moisés fue la de recibir a Jetro con todo el honor y respeto posibles. No sólo salió a su encuentro sino que se inclinó ante él como ante un superior.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “se inclinó” es “va-yishtaju” que es una forma de “shajá” que significa “echarse al suelo”, “arrodillarse”, “postrarse”, “inclinarse”, “reverenciar” “adorar”. De esto aprendemos que está permitido inclinarse en reverencia ante una persona. En este caso Moisés honró a su suegro de esta manera.

Aquí tenemos un ejemplo de cómo se puede ganar un gentil para la fe de Israel.

  • Contar acerca de lo que el Eterno hizo a Faraón y a los egipcios por causa de Israel.
  • Contar acerca de todas las dificultades del camino.
  • Contar como YHVH los ha liberado de todas ellas.
  • El testimonio personal es una herramienta muy útil para ganar almas para el Reino de los cielos.

La conversión está íntimamente ligada al pueblo de Israel. Uno se convierte para ser parte de un pueblo, Israel.

  • El primer paso en la conversión fue aceptar las palabras de Moisés.
  • El segundo paso para Jetro fue tener una experiencia profunda por lo que le contó Moisés, y se alegró. La conversión está basada en una experiencia interior real que mueve las emociones.

Éxodo 18:10-12 – «Y Jetro dijo: Bendito sea YHVH, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios. (11) Ahora conozco que YHVH es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos. (12) Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios»

  • El tercer paso en la conversión de Jetro fue bendecir al Eterno. Usó las palabras hebreas…

“¡Baruj HaShem!”

  • El cuarto paso en la conversión de Jetro fue el rechazo de los dioses paganos y toda práctica idolátrica.
  • El quinto paso fue dar testimonio de lo que le había sido revelado.

«…Ahora conozco que YHVH es más grande que todos los dioses…» –  Este texto no es fácil de explicar y ha sido tomado por algunos comentadores como una prueba de que Jetro era politeísta. Sin embargo, Jetro era el «piadoso sacerdote de Madián«. Con la prueba adicional mencionada por Moisés, aquí Jetro simplemente reafirma su fe en el Dios verdadero.

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  • El sexto paso de la conversión de Jetro es dar el sacrificio de ascensión (holocausto) que representa la entrega total de la persona.

«…Tomó … holocaustos…» –  Los sacrificios fueron instituidos por Dios mismo tan pronto como el pecado entró en el mundo – (ver com. Gén. 3: 21; 4: 3, 4). La práctica de ofrecer sacrificios fue perpetuada por todos los que conocían y honraban a Dios – (Gén. 4: 4; 8: 20; 12: 7, S; 22: 13; etc.). Como Melquisedec – (Gén. 14: 18), Jetro fue reconocido como sacerdote de verdadero Dios – (Exo. 2: 16) y, por lo mismo, tenía derecho a ofrecer sacrificios.

Sin embargo, parece que los madianitas, por regla general, eran idólatras – (Núm. 25: 17, 18; 31: 16). Moisés, Aarón y los ancianos de Israel no habrían participado de un alimento ceremonial si hubiera estado contaminado por prácticas paganas, o si el sacrificio hubiera sido realizado por un hombre que no era adorador del Dios del cielo.

  • El séptimo paso es el sacrificio de paz que representa la entrega en la relación íntima con el Eterno y con los hermanos en la fe. Si la conversión no afecta la economía de la persona, no es auténtica:

Mateo 6:21 donde está escrito – “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”

Mateo 6:24 – “Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Elohim y a las riquezas”

Del holocausto mismo nada fue comido. Fue completamente consumido puesto que todo él era considerado como perteneciente a Dios – (Lev. 1: 3-17). Los otros sacrificios mencionados aquí eran de tal naturaleza que, después de que la sangre había sido derramada delante de Dios y ciertas porciones de la carne habían sido quemadas sobre el altar, los «ancianos» podían comer lo que quedaba – (ver 1 Sam. 2: 15, 16).


Éxodo 18:13-18 – «Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. (14) Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? (15) Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. (16) Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. (17) Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. (18) Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo»

«…Se sentó Moisés a juzgar…» – En los tiempos antiguos un gobernante -ya fuera rey, príncipe o caudillo – también ejercía el oficio de juez.

Los poderes legislativo, ejecutivo y judicial estaban conferidos a un solo individuo. Durante varios siglos antes de la monarquía, los gobernantes de Israel fueron llamados «jueces«, y se hacía referencia a su administración como a «juicios«. Al igual que esos sucesores de Moisés, los principales gobernantes de Cartago también llevaron el título de «jueces«.

Desde el tiempo cuando fue aceptado como gobernante por el pueblo – (cap. 4: 29-31), parece que Moisés se consideraba a sí mismo como obligado a oír todas las quejas que se levantaban entre su pueblo y a decidir en cuanto a ellas. Hasta aquí no había delegado la autoridad judicial a ningún otro.

Esto no se debió a que no se le hubiera ocurrido esa idea, pues existía en Egipto un sistema judicial con jueces nombrados por el rey. Puede ser que hubiera dudado de la capacidad de sus compatriotas para prestar ese servicio ya que habían sido esclavos toda la vida.

Sobre que se sento a juzgar hay dos opiniones en cuanto a qué día fue cuando Jetro vio a Moisés sentado con el pueblo todo el día.

  • La 1a. dice que fue un día después de Yom Kipur, cuando él bajó del monte con las nuevas tablas de piedra, después de haber recibido el perdón por el pecado del becerro de oro – (Ex 18:16). Además dice que en 18:27 está escrito Moisés despidió a Jetro que se fue a su tierra, mientras que en Números 10:29 se dice que cuando lo despidió le rogó que no los abandonase, lo cual ocurrió en el segundo año después de la salida – (Números 10:11), es decir, después de la entrega de la Torá. Según esta opinión, la sección de Éxodo 18:13-27, no fue escrita en orden cronológico.
  • La otra opinión, que es mantenida por otros sabios, es que esta parte sí está en el orden correcto.

 «…Por qué te sientas tú solo…» – El reproche de Jetro no atañía a la técnica de juzgar de Moisés. A diferencia de lo entendido por algunos comentadores, él no consideraba que fuera humillante para la gente el que Moisés estuviera sentado mientras aquélla permanecía de pie. Por el contrario, él presentó esta objeción para que Moisés dividiera su tarea delegando ciertos deberes de gobierno a otros que tenían cualidades para ejercerlos.

«…el pueblo viene a mí para consultar a Dios…»- Indudablemente esto significa que la gente iba a Moisés como a uno a quien consideraba calificado para hablar en nombre de Dios. No acudían a él como habían acudido a los jueces que conocían en Egipto, sino que lo consideraban como al portavoz instituido por Dios. Sin duda éste también era el parecer de Moisés, y puesto que el Señor no le había dado otras instrucciones, creía que era su deber decidir todos los casos que se le presentaban.300px-Tissot_Moses_Forbids_the_People_to_Follow_Him.jpg

«…les declaro las ordenanzas de Dios…» – Algunos comentadores han tomado la referencia a ordenanzas y leyes como una prueba de que la visita de Jetro ocurrió después de la promulgación de la ley en el Sinaí.

Otros han señalado que la práctica descrita en este pasaje no habría sido necesaria después de la promulgación de la ley, y que su existencia en el tiempo de la visita de Jetro la ubica como habiendo ocurrido antes de que la ley fuera formalmente proclamada a Israel. La última explicación parece preferible.

Caín sabia que el asesinato era pecado – (Gén. 4: 8-13), Sem y Jafet demostraron estar familiarizados con la ley al rehuir la indecencia – (Gén. 9: 23), Abrahán observó los mandamientos de Dios – (Gén. 26: 5) y aun el rey filisteo Abimelec sabía que el adulterio era un «grande pecado» – (Gén. 20: 9).

La mención de «mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes» – (Gén. 26: 5) no es pues anacrónico en el tiempo de los patriarcas, sino que muestra claramente que antes del Sinaí el hombre tenía conocimiento de tales leyes divinamente impartidas. Moisés, quien durante sus 40 años de permanencia en el desierto había registrado la historia del trato de Dios con los patriarcas, debe haber conocido bien los principios morales presentados en el libro del Génesis.

«…Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. (18) Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo…» – Jetro mostró sabiduría en el consejo que dio a su yerno. Es un deber sagrado cuidar nuestra salud y no sobrecargar innecesariamente nuestras fuerzas.

Moisés necesitaba este consejo de su suegro. YHVH no le dijo esto a Moisés sino un hombre recién convertido que tenía una sabiduría natural dada por el cielo y ganada a través de su experiencia en la vida. De esto aprendemos la importancia de escuchar a los consejos de los ancianos y nuestros compañeros que el Eterno nos ha dado:

Proverbios 11:14 – “Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria”

Proverbios 15:22 – “Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan”

Proverbios 19:20 – “Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días”

Proverbios 27:9 – “El ungüento y el perfume alegran el corazón, y dulce para su amigo es el consejo del hombre”

Moisés recibió esta revelación de un hombre. YHVH nos ha dado personas a nuestro alrededor para aconsejarnos a través de ellas. Un sabio escucha consejos de los demás – (2 Samuel 16:23; 1 Reyes 12). El que piensa que va a recibir toda la dirección directamente del cielo tiene soberbia y altivez de espíritu.

El Eterno ha creado la dependencia de los demás para que el hombre aprenda a ser humilde y sensible a las opiniones de los demás. La esposa ha sido creada para aconsejar a su marido – (Génesis 21:12). El consejo de Jetro vino del cielo, pero por medio de un hombre.

 


Éxodo 18:19-23 – «Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. (20) Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. (21) Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. (22) Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. (23) Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar»

Aquí vemos que Moisés sirvió como mediador entre YHVH y el pueblo de Israel.
La idea que hay en el Judaísmo tradicional de que el judío no necesita mediador, no está basada en la Torá, sino en un espíritu anti-mesiánico. Así como Moisés fue mediador entre el Eterno e Israel, así el Mesías Yeshúa es mediador entre YHVH e Israel y todos los hombres:
1 Timoteo 2:5 – “Porque hay un solo Elohim, y también un solo mediador entre Elohim y los hombres, Mesías Yeshúa hombre”
Juan 14:6 – “Yeshúa le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”
Moisés podría reservar la función legislativa para sí, y así transmitir al pueblo los principios divinos. Pero también debía elegir a hombres capaces de aplicar los principios a las diversas situaciones que surgían, y delegar a esas personas la función judicial de gobierno – (vers. 21, 22).
«…Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia…» – Aquí vemos como el trabajo de juez fue delegado a otros. A partir de aquí se creó una jerarquía de jefes en el pueblo de Israel, a parte de los ancianos jefes de familias que ya existían.
Los requisitos que son necesarios para que las personas puedan servir como jueces son los siguientes:
  1. Capaces –Significa que sean ricos para no tener que depender de limosnas ni hacer favores.
  2. Temerosos de Dios – para un juez es más importante el temor que el amor al Eterno. El temor al Eterno es la mejor barrera contra el pecado y evita toda corrupción – (Éx 20:20; Jeremías 32:40).
  3. Veraces – Son los que inspiran confianza, los que son dignos de que se confíe en sus palabras. Un hombre que no cumple sus promesas no está capacitado para ser un jefe en Israel.
  4. Aborrece las ganancias – Significa que odien que su dinero esté en litigio. Un buen juez no está sirviendo como juez para ganar dinero, sino tiene otros motivos más nobles para administrar la justicia en el pueblo.

Los líderes en el reino están puestos en una posición sobre el pueblo. Este pensamiento es contrario a la idea comunista y socialista que dice que todos son iguales. El Eterno no quiere que todos sean iguales, ni que todos manden y decidan democráticamente.

Hay personas más capacitadas que otras que han sido creadas con el don de liderazgo. Estas personas tienen la responsabilidad de administrar sus dones de acuerdo al plan que el Eterno tiene para una buena administración en cualquier cuerpo o empresa. No es lo mismo valor que posición.

Una persona puede tener una posición sobre otra, pero no por eso tiene mayor valor. Todos los hombres tienen el mismo valor, pero no todos tienen la misma posición. El valor tiene que ver con aceptación y la posición tiene que ver con administración. El esposo tiene una posición de liderazgo sobre su esposa, pero ambos tienen el mismo valor delante del Eterno.


Éxodo 18:24-27 – «Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. (25) Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. (26) Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. (27) Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra»

Los vers. 24-26 dan la impresión de que Moisés puso en práctica inmediatamente el consejo de Jetro. El pasaje de Deut. 1: 9-15 indica que en realidad Moisés no dispuso la elección de esos jueces hasta después de que la ley fuera dada en el Sinaí.

Sin duda Moisés esperó la aprobación divina del plan. La ejecución del plan es relatada aquí de acuerdo con el hábito de Moisés de tratar los asuntos por temas más bien que cronológicamente. Si no se tiene en cuenta esta característica literaria de Moisés, se puede llegar a conclusiones erróneas – (ver com. Exo. 16: 33, 35).

Parece por Deut. 1: 13 que, en vez de elegir Moisés mismo a los hombres, dirigió su nombramiento por medio del pueblo, después de lo cual los invistió con la autoridad de su cargo.

Efesios 4:11 – «Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros»

La palabra hebrea que ha sido traducida como “y puso” es “va-yitén” cuya raíz es “natán” que en primer lugar significa “dar”. Esto nos enseña que los líderes son dones que el Eterno da para el bien del pueblo. De la misma manera como Moisés dio líderes al pueblo de Israel, el Mesías dio líderes al pueblo de Israel.

Los líderes son dones dados al pueblo. El liderazgo es escogido por el Eterno. Pero al mismo tiempo es reconocido por el pueblo. Si el pueblo no reconoce el liderazgo que ha sido puesto por el Eterno, ese liderazgo no se puede imponer sobre el pueblo.

Jueces 5:2 – “¡Por haberse puesto al frente los jefes en Israel, por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente, bendecid a YHVH!”

En el Reino de los cielos hay una combinación entre teocracia y democracia. El liderazgo es dado por el cielo, pero recibido y reconocido por el pueblo.

Moisés tuvo que ir a los ancianos de Israel en Egipto para que le reconocieran como el libertador. El pueblo de Israel tenía que reconocer a Moisés antes de que él pudiera ser su líder principal. El no se impuso como su nuevo líder.

Si el liderazgo se impone sobre el pueblo no está bien:

Mateo 20:25-28 – “Pero Yeshúa, llamándolos junto a sí, dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro esclavo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”

La actitud de un líder bueno es la actitud de un siervo, un esclavo, que vive para el bien del pueblo que está debajo de él. Por otro lado, el pueblo no puede usar este texto como un pretexto para abusar de su liderazgo y faltarle el respeto. El que no respeta al liderazgo no respeta al Eterno que lo puso. El que muestra respeto a los líderes, está honrando al Eterno y a el Mesías.

“…jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez…” – Había 600 jefes de mil, 6,000 jefes de cien, 12,000 jefes de cincuenta y 60,000 jefes de diez, en total 78,600 jefes sobre los 600,000 varones en Israel. Esto nos enseña que hubo una estructura de jerarquía con una escalera de autoridad, de esta manera:

Cada uno de los jefes de diez estaba sometido a un jefe de 50. Cada uno de los jefes de 50 tenía cinco jefes debajo de sí y un jefe encima de sí. Cada uno de los jefes de 100 tenía dos jefes debajo de sí y un jefe encima de sí. Cada uno de los jefes de 1000 tenían diez jefes debajo de sí. Sobre los 600 jefes de 1000 estaban los 70 ancianos que fueron escogidos como gobierno en Israel, el Sanedrín.

La cabeza del Sanedrín fue el sumo Sacerdote Aarón, que estaba sometido a Moisés.


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Éxodo)

1 comentario en “Éxodo 18 – Moisés y Jetro

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