Éxodo 23 – Diversas Instrucciones

Continuamos en este capítulo viendo diversas leyes para instruir al pueblo de Dios.

Éxodo 23:1-3 – «No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. (2) No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios; (3) ni al pobre distinguirás en su causa»

«…No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso…» – Significa no aceptar un falso rumor. Hay que tener mucho cuidado de no pasar a otros lo que uno ha oído, porque puede ser un falso rumor, como está escrito en:

Proverbios 10:18b – “…el que esparce calumnia es un necio…”

Esta es una ampliación del noveno mandamiento que prohibe la calumnia y la difamación. La última mitad de este versículo prohibe unirse con otros para propagar este agravio.

Aunque la palabra «testigo» implica que la ley se refiere principalmente a la forma de proceder ante un tribunal, no se limita a eso.

«…No seguirás a los muchos para hacer mal ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios…« – El sentido literal del versículo es el siguiente:Lashón-Hará-2

“No irás tras la mayoría para hacer mal y no responderás sobre un litigio cediendo ante la mayoría para pervertir (el juicio)”

Omitiendo en esta primera cláusula la palabra «hacer«, que no está en el original hebreo, esta prohibición abarca el mal tanto en hecho como en palabra y pensamiento. Recordando las palabras de Yeshua, no hemos de tomar la forma de vida de los muchos como nuestro ejemplo – (Mat. 7: 13, 14). Uno de los principales peligros que arrostran los profesos cristianos es la complacencia para amoldarse y seguir a la multitud, a pesar de la admonición bíblica contra una tendencia tal.

Es importante no seguir a la mayoría a la hora de ser fiel al Eterno. Cada uno tendrá que responder por su propia vida y si tú estás convencido de algo y no lo dices y cedes ante la mayoría para quedar bien, estás actuando mal. Entonces tienes más temor de los hombres que del Eterno. En tal caso eres como el hombre que edifica su casa sobre la arena, que simboliza la multitud de la gente. En los momentos de tormenta, la casa será derrumbada. Es mejor edificar sobre la roca, la Torá escrita y la Torá viva, el Mesías, – (Mateo 7:24-27).

«…Ni al pobre distinguirás…» – Es decir, no serás parcial a su favor. Esto parece sorprendente considerando los muchos preceptos que favorecen al pobre. Sin embargo, simplemente sostiene una justicia imparcial que no debe favorecer ni al pobre ni al rico. Inclinarse hacia cualquier lado sería una perversión de la justicia – (Lev. 19: 15).


Éxodo 23:4-5 – «Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. (5) Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo»

Esto se refiere a un enemigo personal, no a un enemigo público como en Deut. 23: 3-6. Anticipa el verdadero espíritu del discípulo como fue presentado por Yeshua en su reproche de las distorsiones rabínicas de la Torah – (Mat. 23: 4)

«…¿Le dejarás sin ayuda?…» – El asno sobrecargado y caído de un enemigo no debía ser dejado, sin que se le ofreciera ayuda a éste para ponerlo de pie, a fin de que pudiera continuar su camino. Esta cooperación misericordiosa colocaría a los dos hombres en una relación amistosa, facilitando así una posible reconciliación.oveja perdida.JPG

La Torá no permite que uno guarde rencor contra el enemigo. Esta es una manera práctica de mostrar amor al enemigo, como está escrito en Proverbios 25:21:

“Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua”

La Torá enseña amar al enemigo. En el tiempo del segundo templo había una corriente de enseñanza que permitía odiar al enemigo – (Mateo 5:43), pero cuando vino el Mesías corrigió esa corriente y llevó a sus discípulos, de vuelta a la enseñanza de la Torá, como está escrito en Mateo 5:44:

“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen


Éxodo 23:6-9 – «(6) No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito. (7) De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío. (8) No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos. (9) Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto»

Mientras que el vers. 3 amonesta contra favorecer a los pobres por compasión a ellos, el vers. 6 prohibe hacer discriminación contra el pobre debido a su pobreza, un error mucho más común. Debe evitarse el prejuicio para que se pueda hacer estricta justicia. Un tribunal no es un lugar para sentimentalismos.

«…De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío…» – La entrega del Mesías Yeshúa para ser ejecutado fue ilegal, contraria a la Torá. Todos sabían que él era inocente. A pesar de ello fue ejecutado. Si el Eterno no absuelve el culpable… ¿cómo puede perdonar al pecador y no darle conforme a sus pecados? La respuesta es:

Cuando se arrepiente, El Eterno suple con el sacrificio de su Hijo que murió en su lugar, para llevar su pena de muerte y salvarle eternamente.

«…No recibirás presente…» – La aceptación de un soborno de una de las partes en un juicio adaptando de ese modo la injusticia, siempre ha sido uno de los pecados más comunes y reprensibles de los jueces del Oriente. El soborno desvirtúa todo el propósito por el cual existe la administración de justicia pues su peso en las balanzas de la justicia las inclina en el sentido equivocado. Por esta razón, ha merecido generalmente la pena de muerte.

Aunque la Torah no fija un castigo para este mal – (Deut. 16: 18-20), Josefo afirma que los judíos ajusticiaban al culpable – (Contra Apión ii. 28). Con todo, cualquiera que hubiera sido el castigo, este precepto debe haber sido despreciado – (1 Sam. 8: 3; Sal. 26: 10; Prov. 17: 23; Isa. 1: 23; Miq. 3: 9-11).

«…Y no angustiarás al extranjero…» – Esto repite la orden del cap. 22: 21 y probablemente se aplica a los tribunales de justicia. La palabra «alma» denota la mente, los sentimientos. En otras palabras, debiera extenderse simpatía por el «extranjero«.


  • Instrucciones sobre el día de reposo y las fiestas:

Éxodo 23:10-11«Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; (11) mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar»

Aunque otras naciones tenían sus días de descanso a intervalos regulares o irregulares, los israelitas observaron años enteros de descanso. Esto quizá los haya expuesto al reproche de ociosidad de parte de otras naciones.

Como la agricultura era primitiva, se desconocía la rotación de cultivos y no se usaban fertilizantes artificiales, es probable que no hubiera pérdidas financieras por seguir este programa. Sin embargo, el deseo de ganancia hizo difícil la observancia forzosa de esta disposición. El cautiverio de los «setenta años» tuvo el propósito de compensar por la omisión en observar los años sabáticos – (2 Crón. 36: 17-21).

El principal propósito de la Torah que aquí se presenta era proporcionar alimento a los pobres – (ver Lev. 25: 1-7). Lo que la tierra producía por sí misma sin cultivarla pertenecía a todos como una posesión común, aun a las «bestias del campo«.

Sin duda también existía el propósito de que este año sabático fuera de una observancia religiosa mayor: en él se realizaba la lectura solemne de la Torah en la fiesta de los tabernáculos en «el año de la remisión» – (Deut. 31: 10, 11). Esta lectura era precedida por un período de preparación religiosa – (Neh. 8). Este año sabático debe haber sido un período solemne, que conducía al autoexamen, a la formación de hábitos santos, y provocaba una elevación espiritual en el pueblo. Puesto que los cereales, el vino y el aceite eran los productos importantes de Palestina, es indudable que debía descansar toda la tierra.


Éxodo 23:12 – «Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero»

Este es uno de los textos que muestran que el Shabat también fue creado para descansar y recuperar las fuerzas. El sentido principal del concepto de Shabat es cese de actividades creativas y productivas.

La mayoría de la población extranjera de la Tierra Santa se ocupaba en duros trabajos – (ver 2 Crón. 2: 17, 18), un hecho que explica por qué se menciona particularmente aquí al «extranjero«.

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Éxodo 23:13 – «Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca»

Está prohibido mencionar el nombre de otros dioses.

Pero… ¿no lo hace la misma Torá en muchas ocasiones?

Esto nos enseña que está prohibido hacer mención de ellos con el fin de honrarlos, no para identificarlos. Los meses romanos y los días de la semana que se usan en el mundo han sido dedicados a diferentes deidades paganas con el fin de que los hombres honren a esos dioses al mencionarlos constantemente.

¿Será correcto mencionar los nombres de esos meses y días de la semana?

Hasta los meses judíos ha tomado nombres de los dioses babilónicos.

¿Es correcto mencionar esos dioses hablando de los meses bíblicos? ¿No es tiempo de que se restaure la manera de hablar de los meses y los días de la semana, sin tener que honrar a los dioses paganos?

¿Cómo se debe hablar entonces?

La Escritura habla del primer mes, segundo mes, etc. Lo mismo con los días de la semana, primer día de la semana, segundo día de la semana, etc. Un hombre santo habla como la Escritura y si tiene que mencionar un mes o un día de la semana con un nombre de un dios pagano, lo hará sólo para hacerse entender, no porque esté de acuerdo con esa manera de hablar. Es mejor hablar como nuestro Padre celestial habla en las Escrituras.

Como una protección contra la idolatría, el pueblo de Dios no debía ni aun mencionar los nombres de las deidades paganas. Esta prohibición estaba basada en el principio de que el familiarizarse con el mal con frecuencia lleva a participar de él.

Si se hubiera cumplido esta orden el peligro de idolatría habría sido completamente eliminado. Llama la atención que Moisés mismo rara vez pronunciara los nombres de dioses paganos. Los escritores bíblicos posteriores y los profetas estuvieron obligados a hacerlo, tanto para registrar la verdadera historia de Israel como para censurar la idolatría.

Los propagandistas modernos conocen bien el valor de la repetición de los nombres comerciales, y deliberadamente planifican para mantener el nombre de su producto delante del público de una manera u otra. Sería bueno que todo el que desee mantenerse puro y santo recordara que las expresiones dependen de las impresiones.


Éxodo 23:14-16 – «Tres veces en el año me celebraréis fiesta. (15) La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. (16) También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo»

Las tres fiestas están íntimamente conectadas con el ciclo agrícola que hay en la tierra de Israel.

  1. La fiesta de Pesaj está conectada con la cosecha de la cebada.
  2. La fiesta de Shavuot está conectada con la cosecha del trigo.
  3. La fiesta de Sukkot está conectada con la recolección de las frutas.

Todas las antiguas religiones paganas tenían períodos de fiesta anuales que conmemoraban la supuesta benevolencia de sus dioses. Reuniéndose en grandes asambleas, la gente se inspiraba y animaba mutuamente a una consagración mayor y a un agradecimiento más cordial que en otras oportunidades.

Tales festividades eran frecuentes en Egipto y ocupaban un lugar importante en la vida religiosa.

Probablemente la familia de Abraham celebraba acontecimientos de esta naturaleza en Mesopotamia, y el Señor ahora sancionó estas tres fiestas como un estímulo de la piedad.

Estas fiestas debían:

  1. Referirse al mismo tiempo tanto a la agricultura como a la historia al relacionarse con el transcurso de las estaciones y también con grandes sucesos de la vida de la nación.
  2. Debían observarse tan sólo en un lugar; donde estaba situado el tabernáculo.
  3. Toda la población masculina debía asistir a ellas – (vers. 17; ver com. Lev. 23: 2).

«…La fiesta de los panes sin levadura…» – Esta fiesta de principios de la primavera venía al comienzo de la cosecha de la cebada, en el mes de Abib (Nisán); comenzaba con la pascua y una santa convocación, duraba siete días y terminaba con otra santa convocación – (Lev. 23: 5-8).

Se comía pan sin levadura durante esos siete días en conmemoración del éxodo apresurado de Egipto – (Exo. 12: 33, 34, 39). La levadura era un símbolo del pecado y del error – (Mat. 16: 6, 11,12; 1 Cor. 5: 6-8). El pan sin levadura representaba la liberación del pecado de Aquel que es el pan de vida – (Juan 6: 35, 48, 51).

Una gavilla de cebada nueva, los primeros frutos de la cosecha, era ofrecida como una ofrenda mecida delante del Señor – (Lev. 23: 9-14). El tiempo señalado era el 15ª día del primer mes, Nisán – (Lev. 23: 6).

Esta fiesta, que comenzaba con la pascua, era un símbolo de la liberación de los pecadores del poder del pecado mediante la muerte de Yeshua.

«…Ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías…» – Los que asistían a la fiesta debían presentar una ofrenda voluntaria al Señor. Un oriental nunca va ante su superior sin un regalo. No menos se esperaba de un israelita cuando se aproximaba a YHVH, el Rey de la teocracia.

(Para mas información sobre las fiestas ver la serie de: Fiestas Bíblicas)

«…La fiesta de la siega…» – Las primicias, los primeros frutos, hace referencia a Shavuot. Esta fiesta tiene tres nombres:

  1. Jag Shavuot, “la fiesta de las semanas”, en relación con las siete semanas que hay que contar desde Pesaj – (Levítico 23:15).
  2. Jag ha-Katsir, “la fiesta de la siega”, en relación con los dos panes de la primera cosecha de trigo que fueron llevados al templo – (Éxodo 34:22; Levítico 23:17).
  3. Jag ha-Bikurim, “la fiesta de las primicias”, porque a partir de Shavuot se podía entregar las primicias de las cosechas en el templo – (Números 28:26).

Debían contarse cincuenta días desde el día cuando se ofrecía la gavilla de cebada – (Lev. 23: 15-21). El 50o día era llamado «la fiesta de las semanas» porque siete semanas completas lo separaban de la pascua.

En los tiempos del NT fue llamado Pentecostés, de una palabra griega que significa «quincuagésimo«. Esta fiesta se celebraba en la última parte de nuestro mes de mayo o a principios de junio, el tiempo de la cosecha de primavera.

Para expresar gratitud por los cereales, dos hogazas cocinadas con levadura eran presentadas delante de Dios – (Lev. 23: 17). Era una ocasión de gozo – (Deut. 16: 9-11). La tradición judía relacionaba la fiesta con la promulgación de la Torah que ocurrió unos 50 días después de la salida de Egipto – (ver Exo. 19: 1- 16), y por lo tanto uno de los propósitos del Pentecostés era conmemorar la promulgación de la Torah.

«…Los primeros frutos de tus labores…» – Literalmente, «de las primicias de tus trabajos«. La expresión está relacionada con «cosecha«, no con «fiesta«.

«…La fiesta de la cosecha…» – En otros pasajes, es comúnmente llamada «la fiesta de los tabernáculos – Sukkot» porque la gente debía hacerse cabañas para morar en ellas durante la fiesta – (Lev. 23: 33-36; Deut. 16: 13-15; 31: 10; Juan 7: 2). Esta festividad de ocho días comenzaba en el 15º día de Tishri, que caía en la parte final de octubre o a principios de noviembre.

Las aceitunas habían sido cosechadas y se había completado la vendimia. Una santa convocación señalaba su comienzo y su fin. Era un período de alegría y agradecimiento por la recolección final de la cosecha otoñal y conmemoraba el feliz viaje de los israelitas de Egipto a Palestina.

Además habían observado el gran día de la expiación tan sólo unos pocos días antes y habían recibido la seguridad de que sus pecados no serían más recordados. Estaban en paz con Dios. Bien podían reconocer la bondad del Eterno y alabarlo por su misericordia.

La fiesta de los tabernáculos no sólo conmemoraba la permanencia en el desierto sino que -como la fiesta de la cosecha anticipaba la recolección de la cosecha de la tierra.

Indudablemente durante el cautiverio esta fiesta fue descuidada, pero en el tiempo de Nehemías otra vez fue observada con mucho gozo – (Neh. 8: 13-18).

«…A la salida del año…» – Es decir al fin del año agrícola y civil, después de que se habla recogido la cosecha.


Éxodo 23:17-19 – «Tres veces en el año se presentará todo varón delante de YHVH el Señor. (18) No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio, ni la grosura de mi víctima quedará de la noche hasta la mañana. (19) Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de YHVH tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre»

Considerando que Palestina es un país pequeño, de menos de 232 km. de largo por 120 km. de ancho, no era onerosa la asistencia a esas fiestas. Además tales fiestas agradaban a la gente, pues eran un medio importante para divulgar informaciones y ofrecían casi la única oportunidad para que se vieran los parientes y amigos.

Los israelitas pensaban de antemano en esas ocasiones con gozosa anticipación. Ellas ejercían una importante influencia unificadora y eran así una parte vitalmente importante de la vida nacional, pues tendían a unir al pueblo en el conocimiento y servicio de Dios. Al paso que se requería que asistiera «todo varón«, otros miembros de la familia quedaban en libertad de hacerlo si así lo deseaban – (1 Sam. 1: 1-23; Luc. 2: 41-45).

«…No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio, ni la grosura de mi víctima quedará de la noche hasta la mañana…» – La expresión “mi sacrificio” aparece sólo dos veces en Jumash, el Penateuco, aquí y en Éxodo 34:25. El único sacrificio que es llamado “mi sacrificio” es el de Pesaj. Esto nos conecta con la muerte del Cordero de Dios de una manera especial. El Eterno llama la muerte de Yeshúa “mi sacrificio”.

«…Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás…» – En hebreo está escrito: “reshít bikurei admatjá” que significa “lo mejor de las primicias de tu tierra”. La palabra “reshít” es la primera que aparece en la Torá, con un prefijo “be-reshit”. “Reshít” significa “principio”, “comienzo”, “primicia”, “lo mejor” y viene de “rosh”, que significa “cabeza”, “cima”, “esquina”, “comienzo”, “jefe”, “tropa”, “ramal”. Esta es la cuarta vez que la palabra “reshít” aparece en las Escrituras. Hace referencia al Mesías.primicias_logo.png

La palabra “primicias” también hace referencia a la resurrección e introducción del Mesías en el ministerio celestial según el orden de Melquisedec.

Él fue el primero en ser resucitado. Aquí dice que hay que llevar lo mejor de las primicias a la casa del Eterno. Esto se cumplió cuando el Mesías fue introducido en el templo celestial después de ser resucitado.

“…No cocerás un cabrito en la leche de su madre…” – Esta es la primera vez que aparece esta expresión. En total aparece tres veces en la Torá – (Éxodo 34:26; Deuteronomio 14:21). Las tres veces implica tres prohibiciones.


Éxodo 23:20-21 – «He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. (21) Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. (23) Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir«

Hay varias interpretaciones de la identidad de este angel, normalmente este angel se relaciona a Yeshua.

«Angel del pacto» – (Mal. 3: 1) – Según algunos este ángel es el mismo Mesías. La palabra mal’ák, «ángel«, significa «mensajero«, y con frecuencia se traduce indistintamente.

Yeshua fue siempre el Mensajero de Dios para Israel y como tal dio a su pueblo un conocimiento del carácter, la voluntad y la misericordia de Dios – (Gén. 22: 1, 10-12; Exo. 32: 34; Isa. 63: 7-9; Mal. 3: 1; Juan 8: 56-58; 1 Tim. 2: 5).guias, seres de luz.jpg

Dios lo identificó como aquel quien tenía la autoridad de perdonar a Israel de sus pecados. Dios también dijo de este “Ángel”: “Mi nombre está en Él”.

Mientras que nosotros poseemos un espíritu “en” nuestros cuerpos, la esencia de la Divinidad – expresada en el nombre de pacto de Dios – estaba “en” este “Ángel” especial. Yeshua. Una vez mas, Yeshua se aplicó este nombre de la Divinidad así mismo – (Juan 8:58); y, no se nos debe de pasar desapercibido que Yeshua es el que tiene la autoridad y habilidad de perdonar pecados – (Marcos 2:5-12; Mateo 1:21).

Según los maestros judíos, este ángel se llama Metatrón, que viene de la palabra antiguametator que designaba a un ministro que iba delante del rey, el ministro principal del rey. Esto significaría que Metatrón es el ángel principal que dirige a los demás ángeles.metatron.jpg

En este ángel está el Nombre del Eterno. En los antiguos sidurim, libros judíos de oración, de la celebración de Rosh hashaná está escrito que Metatrón es Yeshúa.

Rashi dice que la expresión “mi nombre está en él” significa “Yo y El tenemos el mismo nombre”. Y dice: Nuestros rabinos dicen que “éste és Metatron, cuyo nombre es el mismo nombre del Señor. Porque el valor numérico de “Metatron” corresponde al mismo valor numérico de uno de los nombres de Dios – “Shadai,” el Todopoderoso.

Según Rashí -Aqui se informo a los israelitas que eventualmente pecarían con el Becerro de Oro y, a consecuencia de ello, la Presencia Divina les diría:

“…Pues no subiré en medio de ustedes…”

El conjunto de leyes prescrito en estos versículos fue enunciado en el Monte Sinaí, antes de que pecasen. Al hacer este comentario, Rashí quiere responder a la obvia dificultad que plantea la inserción de este versículo en este lugar. En efecto,  por que razón Dios tuvo que informarles ahora, justo después de la Revelación, que Su Presencia no los acompañaría, cosa que constituía un gran castigo. Por otra parte, a pesar de que Moisés anuló el decreto de que la Presencia Divina no acompañase a Israel [ver al respecto el v. 33:9],  de cualquier modo Dios si envío un angel para acompañarlos cuando entraron a Israel, en la época de Josué.

«…y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo…» – Se menciona a las «siete naciones» de la Canaán propiamente dicha, con la excepción de una de ellas, los gergeseos – (Deut. 7: 1; Jos. 3: 10; 24: 11). Las haría destruir como naciones, no como a individuos, pues los tales todavía podrían ser ganados como prosélitos para la fe de Israel – (2 Sam. 23: 39; 24: 18-25; 2 Crón. 8: 7-9).


Éxodo 23:24-25 – «No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. (25) Mas a YHVH vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti»

Debe recordarse que el culto idolátrico de estos pueblos paganos era licencioso y diosesenvilecedor en extremo. Las ceremonias de algunos dioses paganos y otras deidades estaban contaminadas con sacrificios humanos y corrompidas por la prostitución. La iniquidad de esas naciones había llegado al colmo (ver Gén. 15: 16). No es de admirarse que cayera sobre ellas una medida plena de la ira divina (ver com. Gén. 15: 16).

«…Quitaré toda enfermedad…» – Vivir con salud significa mucho para protegernos de enfermedades de la mente y del espíritu, tanto como del cuerpo. De la misma manera, la piedad promueve el bienestar físico.


Éxodo 32:26-33 – «No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días. (27) Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos tus enemigos. (28) Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti. (29) No los echaré de delante de ti en un año, para que no quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti las fieras del campo. (30) Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra. (31) Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Eufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. (32) No harás alianza con ellos, ni con sus dioses. (33) En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será tropiezo»

«…No habrá mujer que aborte…» – Esto podría ser el resultado de una intervención especial del favor divino y de un cuidado providencial, tanto como de vivir saludablemente. No sólo no habría nacimientos prematuros sino que, como lo implica la última cláusula, también serían desconocidas las muertes prematuras.

«…Enviaré mi terror…» – Para el cumplimiento de esta promesa – (ver Núm. 22: 3; Jos. 2: 9, 11; 9: 24). Realmente los enemigos de los israelitas huyeron ante ellos – (Núm. 21: 3, 24, 35; Jos. 8: 20-24; 10: 10, 11). Si Israel hubiera proseguido en una obediencia plena, Dios habría quebrantado del todo el poder de las naciones cananeas.

«…Fijaré tus límites…» – Estos límites no fueron alcanzados hasta 400 años más tarde, bajo David y Salomón – (1 Rey. 4: 21, 24; 2 Crón. 9: 26). Moisés confirma aquí la promesa de Dios a Abraham – (Gén. 15: 18). Puesto que Salomón fue un «varón de paz» – (1 Crón. 22: 9), la obra de constituir el imperio debió ser cumplida por David – (2 Sam. 8: 3-15; 10: 6-19; 1 Rey. 5: 3; 1 Crón. 22: 8).

«…No harás alianza…» – Termina este capítulo con un solemne ataque contra la idolatría (cap. 20: 23). La historia posterior de Israel muestra cuán necesaria fue esta repetida amonestación, y cuán indispensable la profunda inquietud de Dios para evitarles este error. Trágicamente, la amonestación fue en vano – (2 Rey. 17: 7-18). Puesto que los tratados de paz usuales en ese tiempo contenían un reconocimiento de los dioses de cada nación, así como palabras que honraban a esos dioses, los pactos con los pueblos paganos incluían el reconocimiento de sus dioses.


(Pulse aquí para ver mas comentarios del libro de Éxodo)

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